El Islam no es sólo una religión, sino una ideología destructiva, misógina y fascista

Hollande reconoce un problema con el islam en Francia y demasiada inmigración
12/10/2016

París, 12 oct (EFE).- El presidente francés, François Hollande, cree que Francia tiene "un problema con el islam", porque quiere ocupar el espacio público, al tiempo que considera que hay demasiada inmigración en su país. Así se desprende de las confesiones que el jefe del Estado ha hecho a lo largo de su mandato a dos periodistas del diario "Le Monde", Gérard Davet y Fabrice Lhomme, que las publican mañana en un libro con el título "Un président ne dévrait pas dire ça..." ("Un presidente no debería decir eso...").

"Hay un problema con el islam, porque pide lugares de culto, ser reconocido. No es el islam lo que provoca el problema en el sentido de que sea una religión peligrosa, sino porque quiere ser reconocida como una religión en la República", indica Hollande. "La mujer con velo de hoy será la Marianne (la representación femenina de la República en el ideario francés) de mañana. Porque si somos capaces de ofrecerle condiciones para expresarse, se liberará de su velo y se convertirá en una francesa, religiosa si quiere, capaz de ser portadora de un ideal", añade el presidente. Hollande reconoce que "hay demasiadas llegadas" de inmigrantes a Francia, personas "que no tendrían que estar" en el país.

Pero rechaza que la identidad francesa, uno de los temas preferidos de la extrema derecha y, en particular, de su antecesor en el cargo, Nicolas Sarkozy, deba ser defendida por la izquierda. "La izquierda no puede ganar con el tema de la identidad, pero puede perder", señala. A lo largo del libro, queda en evidencia el rencor que Hollande guarda a Sarkozy, a quien califica de "pequeño De Gaulle", de "conejo de Duracell, siempre agitado", obsesionado por el dinero y de quien detesta "su grosería, su crueldad, su cinismo". "No distingue lo posible de lo imposible, lo legal de lo ilegal, lo decente de lo indecente. ¿Por qué tiene este vicio por el dinero? Se rodea de gente con dinero. El dinero, siempre pensando en el dinero", comenta. Tampoco se olvida de señalar los problemas de Sarkozy con la Justicia, su imputación por la posible financiación ilegal de su campaña en 2012, la investigación por presuntas presiones a un juez o sobre la eventual financiación por parte del régimen libio de Muamar el Gadafi.

Pese a todo, Hollande asegura que pediría el voto para Sarkozy en caso de que pasara a la segunda vuelta de las presidenciales y se enfrentara entonces a la candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen. De su campo político, alaba a su primer ministro, Manuel Valls, por su "lealtad absoluta", y lo considera su heredero. Sobre su vida privada, el presidente asegura que "el peor momento del mandato" fue cuando rompió con Valerie Trierweiler, su pareja cuando llegó al Elíseo. Atribuye su distanciamiento a los celos que tenía Trierweiler de Ségolène Royal, la madre de sus cuatro hijos. "Es la que mejor me conoce", "de la que me siento más cercano", asegura Hollande sobre quien fuera su pareja durante muchos años y que es su ministra de Ecología.

"La obsesión de Valèrie no era Julie (Gayet) u otra. Era Ségolène", asegura el presidente. Sobre su actual pareja, la actriz Julie Gayet, el presidente asegura que su relación comenzó a principios de 2013 y que se ven "menos regularmente" de lo que les gustaría. "Es una mujer bella", dice Hollande sobre Gayet, al tiempo que confiesa que sufre por no oficializar la relación entre ambos, aunque ella se lo pide. En cualquier caso, no tiene previsto hacerlo incluso en el caso de ser reelegido en las presidenciales del año próximo. EFE

http://www.lavanguardia.com/vida/20...islam-en-francia-y-demasiada-inmigracion.html

President Hollande has admitted 'France has a problem with Islam' and warned
that the country's national symbol will one day be a woman in a burka

http://www.dailymail.co.uk/news/art...ry-s-national-symbol-one-day-woman-burka.html

Wear a veil or be French: Hollande shocks with views on Muslims and migrants
http://www.telegraph.co.uk/news/201...ith-islam-and-there-is-too-much-unwanted-imm/

France has 'problem with Islam' and there is 'too much unwanted immigration',
says Hollande in explosive book

http://www.telegraph.co.uk/news/201...ith-islam-and-there-is-too-much-unwanted-imm/

Women in burkas will become national symbol: Hollande admits France 'has an Islam problem'
http://www.express.co.uk/news/world...-book-Burka-Muslim-women-future-symbol-France

France DOES Have a Problem With Islam, President Hollande Confirms
http://www.breitbart.com/london/2016/10/12/france-problem-islam-hollande-confirms/

Prez Hollande admits ‘problem with Islam’ in French society
http://www.hindustantimes.com/world...nch-society/story-PokQ3NzvkK9ciaPMtPhUFK.html
 
Islam, la persecución esta en todas ramas del Islam, es intrínseca a esta ideología.
Raif y otros cinco perseguidos por ser ateos del Islam
  • El saudí Raif ha sido condenado a 10 años de cárcel y 1.000 latigazos
  • La tunecina Nadia se ha tenido que exiliar a París y el iraquí Omar vive escondido
  • Todo porque no creen en Alá, critican el Islam abiertamente y defienden una sociedad laica
JUAN SARDÁ
Actualizado: 08/03/2015 04:35 horas 9

Asus 31 años, al saudí Raif Badawi le quedan 10 años entre rejas y una condena de mil latigazos. No sólo eso: podría ser resentenciado por segunda vez y afrontar la pena de muerte. Su único delito, no creer en Dios y decirlo. De Irak a Marruecos y del norte de África a Palestina, una nueva generación de ateos que viven en países musulmanes se rebelan contra el Islam manifestando alto y claro su derecho a no creer en Alá, clamar por la secularización de los Estados y criticar la religión jugándose la vida. Según las encuestas, son una minoría: un estudio del instituto Pew de 2012 en países musulmanes revela que un 100% de los encuestados en Oriente Medio y el norte de África asegura tener fe absoluta en Mahoma. Claro que en esos países no creer en Dios se paga con la exclusión social en el mejor de los casos y la cárcel o la muerte en el peor. Porque los ateos existen y luchan enfrentándose a las leyes, la sociedad, su familia y amigos, pagando por su osadía con una vida en el exilio o en la clandestinidad bajo el yugo de amenazas de muerte. Ante esta realidad violenta, muchos laicos ocultan sus ideas. Unos pocos deciden luchar por ellas. Crónica localiza a seis activistas seculares de una punta a otra del arco de países musulmanes para descubrir voces totalmente contrarias a los estereotipos: "El Islam es la mafia", dice el youtuber Ismail Mohammed, quien vive escondido en el Sinaí temiendo por su vida. En Irak, el caricaturista Omar Al Najm intenta ocultar su rostro actual y fustiga a los religiosos con incendiarios escritos y dibujos que cuelga en Facebook para su millón de seguidores: "El Dios que conozco significa sadismo, opresión, racismo y falta de humanidad". Más allá de la corrección política, para ellos los atentados de Charlie Hebdo tuvieron un efecto devastador porque viven cada día en sus carnes el precio de la disensión. El palestino Waleed Al- Husseini, encerrado y torturado durante 10 meses por burlarse del Corán, vive ahora exiliado en París: "El Islam quiere ser tolerado pero no tolera". Denuncian una "sociedad atrasada" en la que las "mentes más brillantes deberán buscar aires más claros", como escribía el bloguero saudí Raif Badawi, cuya vida pende de un hilo. No todos son tan incendiarios. La directora de cine Nadia El Fani cree que hay un trasfondo político: "Los jefes viven muy bien y los soldados muy mal, el Islam es un mecanismo de control". Ideas a contracorriente, muchas veces censuradas también en Occidente, como alertan ellos mismos clamando su soledad por culpa de la "corrección política" o incluso el miedo, tras las que descubrimos a rebeldes con vidas duras marcadas por una titánica lucha por la libertad. Es su manera de decir, frente al miedo: Je suis Charlie.

Raif / activista: ''En cuanto un pensador comunica sus ideas se enfrenta a 100 fatuas'
"Para mí, el liberalismo significa vive y deja vivir", escribió el escritor y activista saudí Raif Badawi en mayo de 2012, poco antes de ser encarcelado y condenado a siete años de cárcel y 600 latigazos. Poco después, volvió a ser juzgado y resentenciado en mayo del año pasado a 10 años y 1.000 latigazos, a razón de 50 a la semana. Ahora, según reveló esta semana The Independent, podría enfrentarse a un tercer juicio, esta vez por apostasía, lo que le conllevaría la pena de muerte.

El 9 de enero le cayeron los primeros varazos en plena plaza pública de Yeda. La presión internacional y su delicado estado de salud han detenido de momento el escarnio público mientras crece el clamor internacional por quien ya es un icono.

"No deberíamos esconder que los musulmanes de Arabia Saudí no sólo no respetan las creencias de otros sino que consideran a cualquiera que no sea musulmán un infiel. ¿Cómo podemos pensar de esta manera y aspirar a tener una relación decente con las 4.000 millones y medio de personas que viven en el mundo que no creen en el Islam?", escribía este joven ateo de 31 años.

Crónica contacta con la esposa de Raif, Ensaf Haidar, quien vive exiliada en Montreal junto a los tres hijos del matrimonio: "Está un poco mejor gracias a Dios porque lo han llevado a una prisión más confortable. Hablamos de vez en cuando", cuenta desde un exilio en el que asegura no tener miedo: "En estas terribles circunstancias, me alegra estar en un país donde uno puede expresarse libremente". "Mi marido no es un criminal, no ha hecho nada malo, es un hombre muy libre y bueno que quiere mucho a sus hijos", añade emocionada.

Badawi era el administrador de la web Free Saudi Liberals, en la que se mostraba implacable con un país más que reacio a cambiar sus tradiciones milenarias y gran exportador de la rigurosa corriente religiosa del wahabismo: "En cuanto un pensador comunica sus ideas, se enfrenta a 100 fatuas. Las mentes más brillantes del mundo árabe deberán buscar aires más claros", escribía en su blog provocando furias.

Ensaf lleva tres años sin ver a su marido. Primero estuvo refugiada en Líbano y ahora en Canadá, donde recibe el apoyo de Amnistía Internacional y de la asociación canadiense de escritores PEN. Badawi está nominado al premio Nobel de la Paz y es hoy el símbolo más conocido de la lucha por la libertad de expresión en países musulmanes. Ensaf mantiene la esperanza de volverlo a ver: "Lo único que puede salvarlo es la presión internacional. Con un nuevo rey al mando, esperamos un gesto de piedad".

Ahmed / periodista: 'Lo que defendemos es que la religión no nos define como personas'
Ahmed Benchemsi, leyenda del periodismo marroquí, describe desde su exilio en la universidad estadounidense de Stanford, donde es profesor invitado en el programa de Reforma Árabe y Democracia, lo que llama la "esquizofrenia del monólogo del mundo árabe". En esta esquizofrenia, miles de jóvenes, y no tan jóvenes, consumen alcohol, tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio y no se ajustan a los ideales religiosos impuestos por las propias leyes. Y sufren. Por ello, lo que Benchemsi propone es que aquellos que ya viven al margen de la religión acepten su "secularismo interior" y dejen de sentirse culpables por no creer en Dios o vivir sin seguir las estrictas reglas del Islam. No es fácil: "La presión psicológica que llega de todas partes, los medios, la familia, el gobierno es enorme".

Benchemsi, de 40 años, fundó en 2001 la revista Tel Quel, que se declaraba laica a todos los efectos. Un número especial sobre humor que incluía chistes sobre el Islam le procuró una catarata de querellas y tras un acoso judicial tuvo que marcharse de Marruecos. Ahora dirige desde California la revista online Freearabs, en la que periodistas laicos de todo el arco de países musulmanes, algunos con seudónimo y otros no, opinan de manera libre. "Lo que nosotros defendemos es que la religión no nos define como personas. Por eso no casamos con la imagen que prefieren tener los medios occidentales: o el árabe enfadado y religioso o el moderado que dice que el Islam es una religión de paz y etcétera".

14257192669137.jpg

Ahmed, marroquí, vive en EEUU.

En su web, uno encuentra de todo: vídeos musicales de condena a las atrocidades del Estado Islámico, raperos palestinos o artículos críticos con los líderes políticos y la no secularización, particularmente duros con Arabia Saudí y su propagación del wahabismo.

Benchemsi se rebela contra la presunción occidental de que los 1.600 millones de personas que viven en países donde impera el Islam son musulmanes: "Si alguien dice 'mundo cristiano' para referirse a Occidente sería una afirmación como mínimo dudosa y discutible y no entiendo por qué se acepta que se diga que 'el mundo musulmán' como si todo el mundo que vive en esos países tenga que ser religioso por simple geografía. Los no creyentes ya lo tenemos suficientemente difícil en nuestros países como para que los progresistas occidentales nos nieguen el derecho a ser laicos con sus sentimientos paternalistas".

Benchemsi cree que la revolución laica es imparable: "La lucha no es por secularizar porque eso ya ha sucedido, la primavera árabe no fracasó, pero es una lucha más a largo plazo. Internet es el gran agente de cambio. Hasta entonces no había libertad de expresión y ha generado una dinámica que ya no puede ser derrotada".

Waleed/ bloguero: 'Desacralizar la sociedad es la piedra angular contra el terrorismo'
El joven Waleed Al-Husseini, palestino de 26 años, tiene el gesto grave, muy grave, para un chaval de su edad. Creció en la ciudad de Qalqilya, en Cisjordania, en el seno de una familia "moderada" para los que la religión era "un tabú que no se cuestionaba".

En la escuela, donde tampoco los preceptos del Islam jamás se ponían en duda, Husseini comenzó a tener reparos y se dio cuenta de que "nadie me iba a ayudar a resolverlos". "Lo primero que me hizo cuestionar mi religión fue el hecho de que las reglas del Islam son imposibles de aplicar en la vida cotidiana", explica. Comenzó entonces un proceso de liberación personal y de investigación "en bibliotecas y en internet" que le ha llevado a aceptar su ateísmo pero lo ha condenado también al ostracismo social.

14257193565391.jpg

Waleed, palestino, vive en París.

Siendo aún adolescente, se refugió en un locutorio de su ciudad y desde allí comenzó a mantener una actividad frenética en su página de Facebook donde hacía chistes con versos del Corán, se burlaba del "vandalismo" de Mahoma o chateaba en foros bajo el nombre de "Dios todopoderoso". Especialmente sonado fue su manifiesto Por qué abandoné el Islam, donde ofrece más explicaciones sobre su rechazo a la religión bajo la que fue educado y emite rotundas afirmaciones como "Islam es una religión autoritaria que no reconoce la libertad", "los textos del Corán incitan flagrantemente a la guerra" o "Mahoma no se distingue en nada de los gánsteres del desierto que saqueaban pueblos y violaban a las mujeres".

Su activismo en redes sociales terminó cuando la autoridad palestina lo encerró 10 meses en la cárcel por "blasfemo" y, según cuenta, fue torturado. Ahora vive en París, donde acaba de publicar un libro autobiográfico, Blasphemeur, y habla con Crónica sin pelos en la lengua: "El Islam usa su duplicidad. Quiere ser tolerado pero no tolera. El problema de las sociedades musulmanas en general y árabes en particular es que la religión está en el corazón de todo hasta el punto de que los vecinos pueden denunciarse los unos a los otros por haber faltado al rezo. Desacralizar la sociedad es la piedra angular en la lucha contra el terrorismo islamista".

Convertido en símbolo, para Husseini nunca se trató de una cuestión de valentía. "Simplemente he tratado de defender mi libertad porque para mí la esencia de ser un hombre es haber nacido libre. Aunque después del simulacro de proceso y la prisión, de todos los sacrificios, he acabado asumiendo que hay un precio por defender mi libertad", sentencia.

Imail / 'Youtuber': 'El problema va más allá del terrorismo: el islam es la mafia'
"Cuando declaras tu laicidad, sufres un proceso en el que sientes el rechazo de tu familia, tu escuela, tus amigos...", se lamenta el egipcio Ismail Mohammed, de 31 años, youtuber y creador, junto a Ahmed Arkan, del programa Black Ducks, donde ambos exponen su laicismo en un país en el que no creer en Dios es delito.

"Hay un problema en las sociedades árabes y se llama Islam. El Islam es la mafia. Sé lo que es ser musulmán y no quiero serlo más. En nuestra cultura te pueden matar por pensar diferente, no son sólo cuatro musulmanes locos. Cuando los imanes salen en los medios occidentales y dicen que esos terroristas no son el Islam os están mintiendo porque eso es el Islam en sí mismo y es la filosofía del odio que propagan en las mezquitas. Pido a los países europeos que abran los ojos", dice Ismail atacando con dureza una sociedad donde la religión no es una opción sino una imposición brutal. Exiliados de su Alejandría natal, tanto él como Ahmed viven, en algún lugar del Sinaí, gracias a las colaboraciones de simpatizantes.

14257195812579.jpg

Ismail, egipcio, vive en el exilio.

Ismail tiene mucho miedo, y en su conversación nerviosa es fácil adivinar ese pánico: "Me pueden matar en cualquier momento. Vosotros no entendéis lo que es vivir así simplemente por decir que no crees en Dios".

Sobre ese instante en el que llegó a la conclusión de que el Islam es una "religión criminal", su compañero Ahmed Arkan, de 30 años, dice: "Cuando mi fe en Dios se colapsó del todo y no me resultaba en absoluto convincente, no podía rezar. De niño había sido muy religioso y un gran seguidor de los salafistas -rama extrema del Islam- y durante mucho tiempo la religión fue muy importante para mí. Rezaba a Dios para que me devolviera la fe y acabara con mis dudas pero hubo un momento en el que ya no me podía engañar más a mí mismo. De repente, sentí la necesidad de hablar con las figuras religiosas que me habían educado y hablarles francamente. Fue un paso muy duro".

Más cauto es Ismail cuando se le pregunta si la situación de la libertad es mejor con el gobierno supuestamente laico de Al Sisi: "Es un problema que va más allá del gobierno porque está enraizado en la sociedad. Para cualquier político va a ser muy difícil un cambio semejante".

Y alerta: "En los países europeos tenéis sociedades muy sanas, muy desarrolladas, y la corrección política no os deja ver que en vuestro seno están creciendo comunidades islámicas que amenazan vuestra libertad. El choque entre vuestros valores y los valores medievales del Islam nos hace temer una guerra".

Nadia / cineasta: 'Las jóvenes árabes de Femen llevan el peso de los cambios que necesitamos'
A la directora de cine Nadia El Fani, tunecina de 55 años, el laicismo le viene de familia. Hija de un destacado miembro del partido comunista de Túnez y de madre francesa, creció en un ambiente progresista marcado por el compromiso político del padre, que ella ha perpetuado. Para El Fani, el secularismo fue siempre algo natural por lo que observó atónita como en su país cada día era más difícil apartarse del Islam. Ella ha tenido problemas por manifestar en público que no hizo el Ramadán: "Durante mucho tiempo era común no respetar el Ramadán, pero en los últimos años, Ben Ali [el ex dictador tunecino que huyó del país en 2011] cerró las cafeterías y los restaurantes porque comenzó a utilizar la religión como un mecanismo de represión y control social".

De eso trata, precisamente, una de las películas de Nadia El Fani, Inch'Allah (2012), que causó un enorme revuelo en Túnez y que acabó propiciando su expulsión del país después de numerosas amenazas de muerte y una condena por blasfemia de tres años de cárcel. De momento, reside en París, donde nació su madre, y desde allí despliega un intenso activismo político a través de los documentales que realiza, en los que no se deja arredrar: "Si tuviera miedo no habría hecho nada en mi vida", dice con firmeza.

14257196845880.jpg

Nadia, tunecina, exiliada.

Mujer luchadora y feminista, se identifica con las activistas de Femen, a las que en el filme Nuestros senos, nuestras armas (2013) retrata desde que surgieron en Ucrania hasta la expansión de esta organización feminista a los países árabes.

"Las jóvenes árabes de Femen llevan sobre sus espaldas todo el peso de los cambios que necesita el país. Cuando exhiben sus cuerpos de forma natural se rebelan contra quienes quieren verlos como algo sucio o por**gráfico. Las mujeres se están solidarizando y serán la fuerza que transforme los países musulmanes», opina.

No cree que el Islam sea el problema sino "la manipulación que hacen de él las personas interesadas para seguir manteniendo el poder en la sociedad. El Islam no es más que una manera de engañar, no me interesa el debate de si es mejor o peor que el catolicismo porque eso es para los teólogos, es un problema político. La gente vive oprimida, sin perspectivas laborales y se les hace creer que serán felices después de la muerte como forma de manipularlos. Los jefes viven muy bien y los soldados muy mal".

Denuncia además que los islamistas están ganando terreno en Europa con su estrategia del terror: "Hace unos días suspendieron el pase de una película mía en una ciudad de las afueras de París esgrimiendo razones de seguridad. Es lo peor que puede pasar porque si cedemos les decimos que tienen razón", concluye.

Omar / caricaturista: 'El horror es vivir en el siglo XXI con reglas que tienen 1.400 años'
"Si el Islam predica una verdad indiscutible como se arroga, ¿por qué sus críticos son amenazados con la muerte y la exclusión social?", dice Omar Al Najm, escritor y caricaturista iraquí de 31 años, quien se anuncia como "ateo y librepensador". Desde su exilio en Amán, capital de Jordania, donde vive refugiado de su Bagdad natal con su hijo y esposa, Al Najm mantiene una actividad frenética aunque lleva dos años sin salir de casa debido a las amenazas de muerte que asegura le llegan de forma diaria: dirige la revista Net Minds, dibuja sus polémicas caricaturas y hasta cuelga canciones de protesta en forma de rap.

14257197654466.jpg

Omar, iraquí, usa seudónimo.

Rozando el millón de seguidores en su página de Facebook, Al Najm es un seudónimo. El activista no quiere mostrar su rostro actual, y es renuente a dar algunos detalles sobre su vida: "Es una existencia de pavor. Yo y mis padres hemos sido víctimas de la violencia sectaria entre chiíes y suníes (Omar es suní), pero la persecución que sufro ahora lo supera todo". Tantos son sus talentos y tal su secretismo que incluso se duda de si tras el nombre de Omar Al Najm se ocultan dos o quizá tres personas: "Tengo colaboradores, los ateos estamos unidos", dice. Sus vídeos de animación, que cuelga en un canal de YouTube que tiene como logo el polémico Mahoma del turbante y la bomba que publicó la revista satírica Charlie Hebdo, son de alto voltaje. Es precisamente el profeta el protagonista de una sátira que toma prestados elementos y dibujos del semanario víctima de un atentado yihadista. Los firma con otro alias, "cínico", pues considera que el Islam es ante todo eso, una religión cínica.

Al Najm fustiga sin piedad una sociedad anclada en "la edad de piedra". "El horror surge cuando una sociedad del siglo XXI trata de vivir con reglas que tienen 1.400 años. Sólo los ateos podemos hacer avanzar al mundo árabe hacia la civilización. Para el Islam formamos parte de una conspiración en la que estamos junto a Israel y EEUU por la que somos los culpables de todo. Para justificar su fracaso, los países islámicos siempre buscan un culpable exterior y somos los cabezas de turco perfectos. En mi país mucha gente piensa que los atentados del 11-S fueron obra del Mosad. El grado de lavado de cerebro es difícil de entender para un occidental acostumbrado a la libertad de prensa".

Para luchar contra el absurdo, defiende el humor: "Al enemigo le enfurece que haya homosexuales pero le da igual que los terroristas maten a personas y los niños se mueran de hambre. El humor es una forma de poner de manifiesto ese sinsentido. El Dios que conozco significa sadismo, opresión, racismo y falta de humanidad".
http://www.elmundo.es/cronica/2015/03/08/54fa1282268e3e3d558b4588.html
 
:rolleyes:

10 d'octubre de 2016 España

Félix Rodrigo Mora: “Sobre el estado islámico de Al Ándalus”
SOBRE EL ESTADO ISLÁMICO DE AL ÁNDALUS De la fabulación politicista a la verdad documentada




Félix Rodrigo Mora és un escriptor castellà polifacètic, erudit i gens acadèmic, que vaig tenir ocasió de conèixer a les Jornadas de Derecho Pirenaico que van tenir lloc a Agurain (Euskal Herria) al maig d’enguany.

Ara ha publicat a un digital cultural castellà denominat “Ángulo muerto” l’article “Sobre el estado islámico de Al Ándalus: de la fabulación politicista a la verdad documentada” que amb el permís de l’autor reprodueixo tot seguit:

Ahora se está avanzando muchísimo en sustituir la mitología ensalzadora de al Ándalus por una versión más objetiva de la dominación musulmana sobre la península Ibérica. Aquélla ha sido creada a pesar de que los historiadores hispano-musulmanes medievales proporcionan datos e interpretaciones que dejan poco espacio a la apologética. Fue posteriormente (desde el siglo XIV pero sobre todo durante el XX) cuando se urdió una novelización idealizante, por motivos políticos. En unos pocos años más triunfará la verdad posible en esta materia, de manera que en esto el optimismo es lo apropiado.

Las instituciones estatales españolas han tomado partido en esta cuestión, posicionándose a favor de al Andalus y en contra de los pueblos de Galicia, León, Asturias, Vasconia (Navarra), Castilla, Aragón, Cataluña, Baleares, País Valenciano y Andalucía (éste último es el que más sufrió la dominación islámica). Basta con hojear cualquier manual de historia de los utilizados en la enseñanza media para comprobarlo.

La primera pregunta es, ¿por qué la irrupción del islam en el año 711?, ¿cuál fue su verdadera naturaleza?

A finales del siglo VII el imperialismo musulmán, o colonialismo de una potencia, Arabia, había llegado al norte de África, donde eliminó con eficacia toda forma de protesta y resistencia popular, empezando por los rebeldes donatistas. Eso en un momento en que el poder visigodo en Hispania estaba sucumbiendo a una crisis múltiple en desenvolvimiento, que ponía en cuestión su misma existencia. En el norte peninsular, la revolución altomedieval, iniciada en los territorios vascones durante el siglo V y expandida desde allí a otras áreas, minaba el Estado godo. En tales condiciones, Witiza (que reinó en 700-710) inicia la aproximación al islam, lo que es culminado por sus herederos y continuadores. Estos abren las puertas al imperialismo arábigo-islámico, para salvar al menos una parte de su poder político, injusta estructura social y colosales propiedades.

Una facción muy minoritaria, dirigida por el rey Rodrigo se opone a ello, igual que se oponen las clases populares de todos los territorios. La Iglesia, por el contrario, obra a favor del islam, siendo una de las fuerzas principales involucradas en esa tarea, no así el monacato (cenobitismo) cristiano popular, una de las víctimas fundamentales del nuevo imperialismo. Inicialmente se constituye un Estado visigodo-islámico, lo que se articula por medio de un sistema de pactos y tratados. De las viejas élites godas una parte se convierte al islam y la otra permanece en la Iglesia católica que, al haber sido perentoriamente colaboracionista, goza de los favores del renovado aparato de mando y dominación hasta mediados del siglo IX, cuando éste decide homogeneizarse y desata una ola de persecución religiosa contra el alto clero católico mozárabe (subordinado a los árabes y arabizado), pudiéndose decir que es entonces cuando se crea el Estado islámico andalusí propiamente dicho.

¿Cómo fue la irrupción? La violencia la caracteriza, lo que es coherente con la centralidad que la religión musulmana otorga al uso de la fuerza armada. El documento básico para esta cuestión, la anónima “Crónica mozárabe del 754”, se refiriere al incendio de ciudades y a la crucifixión o muerte a espada de quienes se les oponían, así como a masivos fallecimientos por hambre. Leyendo dicha Crónica se detectan fundamentales coincidencias entre la fundación del Estado islámico de al Ándalus y la ejecutoria del Estado islámico de Irak y Siria en el presente, lo que denota unas constantes en la historia de la religión musulmana que están más allá de las condiciones espacio-temporales.

Otro dato coincidente es la esclavización a gran escala de la población conquistada, hasta el punto de regalar 100.000 esclavos (en su gran mayoría féminas núbiles) a la autoridad musulmana de Damasco, asunto que adquiere, por su propia naturaleza, el rango de acto genocida. Al mismo tiempo, se ponen en marcha los enormes mercados de esclavos de las ciudades del sur peninsular, donde cientos de miles, quizá millones de mujeres anteriormente capturadas y eslavizadas en el norte, son vendidas a los traficantes abastecedores de los harenes de la cuenca mediterránea, situación que se mantiene hasta el siglo XII. Al Ándalus ha sido la sociedad esclavista más rotundamente aferrada al comercio y posesión de seres humanos de las que han existido en nuestra historia, muy por delante de la cartaginesa, romana y visigoda.

El Estado musulmán-godo del siglo VIII reorganiza el poder preexistente para hacerlo mucho más poderoso. Lo centraliza en Córdoba y otras grandes ciudades, que así crecen de forma prodigiosa, convirtiéndose en factor de agresión medioambiental, expolio del campo y deforestación. Crea un formidable ejército profesional sustentando en mercenarios y en esclavos utilizados como mercenarios, traídos del este de Europa y de toda África. Impone un sistema tributario depredador, que va a empobrecer cada vez más a las clases populares. Realiza enormes movimientos forzados de población, para llenar las ciudades del sur, lo que deja cuasi vacios extensos territorios. Instituye una nueva elite entregada a una vida placentera, ociosa y parasitaria, costosísima. Concentra la propiedad de la tierra en el nuevo Estado, el clero islámico y los terratenientes, que se reparten el territorio en tanto que conquistadores. La población autóctona que sobrevive en el agro, al tener que proveer a las hipertrofiadas ciudades andalusíes, lleva una existencia sobre-oprimida y miserable, por lo que se rebela regularmente, siendo cada uno de sus alzamientos reprimido por medio de matanzas masivas. A pesar de ello, y también por ello, tiene lugar la gran rebelión dirigida por Omar Ibn Afsun en el siglo X, el mayor -con mucho- alzamiento campesino del Occidente europeo en la Alta Edad Media. Se implanta un patriarcado que, por un lado, aparta a las féminas de toda vida pública y de cualquier manifestación de lo humano superior, y, por otro, establece un foso casi insalvable entre hombres y mujeres, en lo que es un mecanismo más de dominación política global. El clero islámico niega la libertad interior, o libertad de conciencia, del sujeto, extinguiendo en cada persona lo que ésta tiene de más fundamental, el libre albedrio. En las ciudades, insalubres y masificadas, con multitudes viviendo en la miseria, se producen alzamientos populares, sobre todo en Córdoba, extinguidos con gran derramamiento de sangre. En al Ándalus la persona común no cuenta, sólo tiene significación las estructuras de poder y el aparato religioso.

La función determinante del Estado islámico andalusí, para la que fue establecido, es la represión de la revolución de la Alta Edad Media que tiene lugar en los territorios del norte, con creación de sistemas asamblearios de autogobierno (concejo abierto, batzarre, consell obert, concello aberto, etc.) y amplio predominio de los bienes comunales. Con aldeas en vez de ciudades, milicias concejiles en vez de ejército profesional, igualdad político-jurídica de las gentes en vez de esclavitud, relación fraternal entre hombres y mujeres en lugar de patriarcado, libertad erótica en lugar de represión de la libido, obligatoriedad universal del trabajo productivo en vez de elites parasitarias y explotadoras, etc. Uno de los grandes logros de los pueblos libres del norte estuvo en extinguir la esclavitud. Mientras, en el sur musulmán opera Almanzor, uno de los mayores cazadores y traficantes de esclavos (de esclavas, sobre todo) de la historia de la humanidad, además de un genocida destacado.

En el ambiente de falta de libertad/libertades en que vivía la población andalusí se produce un declinar de la creatividad productiva y la eficacia del trabajo. Mientras en el norte peninsular se inventan y generalizan, a partir de los siglos VIII-IX, nuevos procedimientos para el laboreo del hierro, nuevas máquinas para el trabajo de la madera, nuevos sistemas constructivos, nuevas aplicaciones de la energía hidráulica, etc., en el sur islámico se produce un estancamiento productivo (salvo en la elaboración de bienes de lujo para los terratenientes, jefes militares, altos funcionarios y clero islámico) y técnico que es ya perceptible en el siglo IX. La mezquita de Córdoba, por ejemplo, en lo arquitectónico es una edificación arcaica y anticuada, ayuna de creatividad, mera copia servil de los modelos romanos. La responsabilidad del clero islámico en la génesis de esta situación de inmovilismo y ausencia de progreso es decisiva.

La lucha entre el Goliat del sur y los pequeños David del norte fue épica. El primero fue un enorme imperio global, que se fortalecía con oro, productos, esclavos, colonos, altos funcionarios, clérigos y combatientes llegados en masa desde el África subsahariana, el Magreb, toda la cuenca sur del Mediterráneo, la península arábiga y las lejanas tierras de los eslavos, mientras que los segundos se basaron esencialmente en sus propias fuerzas, sin apenas recibir ayuda de una Europa entonces desintegrada y a la defensiva. El factor causal inmediato número uno de la derrota militar de al Ándalus son las milicias concejiles, u organización del pueblo en armas, que tuvieron adalides (jefes militares elegidos en la asamblea concejil para un mandato anual) tan célebres como el abulense Sancho Jiménez, de la segunda mitad del siglo XII. Pero la derrota del islam no fue principalmente militar sino sobre todo política, cultural, ideológica, moral, económica, demográfica y convivencial. Fue la superioridad general de las sociedades libres del norte, emergidas de la revolución altomedieval, lo que le venció. Eso se manifestó en un episodio concreto, el paso del reino musulmán de Toledo pacífica y voluntariamente a Castilla en 1085. Fue el golpe determinante a al Ándalus, que le puso en una situación de inferioridad estratégica. Conviene añadir que la incorporación de Toledo y su tierra a la civilización libre y popular del norte lo efectúa toda su población sin distinciones religiosas, los musulmanes de a pie tanto como los judíos y los cristianos. Todos aborrecían por igual al Estado islámico. Tras liberarse de él las masas forzosamente islamizadas solían abandonar muy mayoritariamente dicha religión, en Toledo y en todas partes.

El exceso de poder estatal y la tiranía extrema del califato de Córdoba van a poner en marcha poderosas contradicciones internas y, al mismo tiempo, van a avivar la resistencia popular, en el norte libre y también en el sur sometido. Su rotunda derrota en la decisiva batalla de Simancas, año 939, por una coalición de los pueblos norteños es una manifestación de su decadencia y crisis estructural. Tras Almanzor, cuando el califato ya a la defensiva estratégica se pone temporalmente a la ofensiva táctica, viene el derrumbe. Las masas cordobesas y los esclavos enrolados en el ejército musulmán asaltan, saquean e incendian en varias ocasiones Medina Azahara, la expresión más insolente del inmenso poder y la vida gozadora de una oligarquía endiosada, derrochadora y putrefacta. Ese hórrido monumento al despotismo político y al fanatismo religioso, atendido por unos 20.000 criados (la mayoría esclavos), no conoció ni un siglo de existencia, pues mandado levantar por Abderramán III en el año 936 en el 1010 era definitivamente demolido por el pueblo, en lo que fue un acto de justicia popular sumaria, y olvidado. Luego vienen los reinos de taifas, una forma peculiar de “feudalismo” islámico. Para esa época al Ándalus está ya vencido y sobrevive debido a las invasiones norteafricanas, almorávides primero y almohades después, muy onerosas, por lo que hunden en la pobreza y el atraso al norte de África hasta el dia de hoy. Manifestación de la desintegración del orden islámico es que las disfuncionales y horripilantes ciudades andalusíes se van despoblando desde finales del siglo X. La aldea norteña derrotó limpiamente a la ciudad musulmana.

Una expresión concreta de hasta qué punto se ha falsificado la historia andalusí es el caso del califa Abderramán III, generalmente presentado como un gobernante sabio, magnífico y justo. No es esa la imagen que de él ofrece el historiador hispano-musulmán cordobés A. N. H. Ibn Hayyan (987-1076). En “Crónica del califa Abderramán III An-Nasir entre los años 912 y 942”, le describe como un tirano brutal y sanguinario. Lo que cuenta del sádico trato que daba a las desventuradas mujeres encerradas en su harén estremece. Su sanguinario cinismo, mandando crucificar a los oficiales de su ejército que le habían salvado en la batalla de Simancas, simplemente para construir un chivo expiatorio, es atroz. No lo es menos su racismo hacia los hombres negros de su guardia y servidumbre. En suma, de un déspota despiadado los apologetas actuales de al Ándalus han hecho un estadista modélico… Ello valida el libro de Rosa María Rodríguez Magda, “Inexistente Al Ándalus. De cómo los intelectuales reinventan el Islam”, 2008.

Una reflexión sobre el periodo nazarí. Se presenta a la Alhambra de Granada (edificada en los siglos XIII-XIV) como un sistema palacial fabuloso, olvidando su verdadera naturaleza, a saber, la de ser una temible y lúgubre fortaleza que desde las alturas vigila y amenaza a un pueblo sobre-oprimido e inmisericordemente expoliado (el trabajador medio solía pagar tres veces más tributos que en Castilla). Por eso cuando los Reyes Católicos efectúan su conquista encuentran una oposición principalmente oligárquica, no de las clases populares. Éstas viven con indiferencia tales acontecimientos, lo que explica que el último rey musulmán de Granada tuviera que rendir la ciudad tras una resistencia mediocre. No, Granada no fue Numancia, pero nadie se pregunta por qué… Tampoco nadie inquiere por qué en los pueblos del norte no hay, para la fecha citada, nada similar a la Alhambra. La causa es política, que en ellos no existían poderes tiránicos (éstos se van constituyendo desde 1350 en adelante y no son de entidad hasta el XVI) que necesitasen enfrentarse arquitectónicamente a las clases populares de ese modo, ni que tuvieran un sistema fiscal tan expoliador como para construirlos.

Los embusteros mitos creados en torno a al Ándalus son muchos. Uno el de su supuesta gran creatividad cultural. Lo cierto es que quien estaba en un buen momento de elaboración de saber erudito era el reino visigodo de Toledo en el siglo VII, con autores tan universales como San Isidoro de Sevilla, que en su obra enciclopédica, “Etimologías”, recopila el conocimiento de su tiempo. Hubo prebostes andalusíes que tuvieron notables bibliotecas, en efecto, pero lo esencial del saber en ese tiempo se situó en los monasterios cristianos del norte peninsular y europeos, donde se salvó y transmitió el legado de Grecia y Roma. Culturalmente, al Ándalus vivió de la herencia goda y cuando fue islamizado del todo se hizo un yermo, por causa del fanatismo religioso y la ausencia de libertad. Se afirma que los conquistadores musulmanes fueron grandes agricultores, lo que es una afirmación bizarra por su loca inexactitud, pues eran guerreros y clérigos aristocráticos que despreciaban el trabajo manual, que habían venido gozar de lo adquirido a punta de espada pero no a trabajar. La agricultura quedó en manos de la población autóctona sometida, primero cristiana mozárabe y luego obligada a convertirse al islam, de la que antes se explicó en qué penosa situación subsistía.

Suele sostenerse que realizaron enormes obras de regadío y conducción de aguas, lo que es quizá el embeleco más tosco de todos, puesto que tales ya existían, construidas en Andalucía por Tartessos, en Levante por los pueblos pre-romanos (íberos, etc.), en todas partes por los romanos o incluso algo por los godos. Al Ándalus se redujo a usar lo ya existente en el 711, sin que pueda probarse que ejecutasen añadidos de importancia. Al mismo tiempo, la historiografía parcial y sectaria promovida desde el Ministerio de Educación español vela las muy reales infraestructura hidráulicas realizadas en Cataluña, Castilla, etc., en el periodo medieval. Sobre la fábula acerca de la “tolerancia” y “convivencia” andalusíes las persecuciones de católicos mozárabes realizadas en el siglo IX lo dicen casi todo, sin olvidar la brutal represión de las corrientes heterodoxas del islam por el todopoderoso clero musulmán institucionalizado, ni tampoco el acoso a los judíos, siempre presente pero terrible en el periodo almohade. La ejecución por el Estado islámico hispano de Eulogio de Córdoba y sus compañeros en el año 859, meramente por ser católicos, con toda su significación cognoscitiva, es sólo una muy pequeña parte de la persecución que padecieron los cristianos. Tolerancia la hubo, en efecto, pero en las sociedades libres del norte, que fue donde realmente pudieron convivir las tres religiones. En ellas los musulmanes nunca antes de 1502 fueron perseguidos. Es, verbigracia, imposible citar un solo caso similar al referido del grupo de Álvaro de Córdoba, esto es, de jefes religiosos musulmanes ejecutados por serlo en el área de los pueblos libres.

¿Quién crea el patrañero mito de al Ándalus? La respuesta es que las clases altas españolas, admiradoras del sistema político musulmán, organizado para maximizar la dominación ilimitada y múltiple de las clases populares por una elite mega-poderosa. Se manifiesta como “maurofilia” ya desde el siglo XIV, con la creación y difusión de diversas fábulas, historietas y narraciones enaltecedoras del islam. Pero es en el siglo XX cuando esa corriente alcanza su madurez, sobre todo gracias a la pluma de falangistas, franquistas y nazis, entusiastas de la religión musulmana. El más importante es Ignacio Olagüe, autor de “Les arabes n’ont jamais envahi l’Espagne” y “La revolución islámica de Occidente”. Contra sus adulteraciones, inmensas y asombrosas sin duda, Alejandro García Sanjuán, doctor en historia por la universidad de Huelva, ha escrito “La conquista islámica de la península Ibérica y la tergiversación del pasado”, 2013. Está obra, densa, bien construida y bien escrita, refuta a Olagüe y a sus seguidores.

Pero, ¿quién es Ignacio Olagüe, el tan fogoso como arbitrario defensor de la Hispania musulmana? García Sanjuán lo desvela: un nazi próximo a las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista, fundado por Ramiro Ledesma Ramos en 1931), el partido nazi español. Sin retener este dato no puede comprenderse el presente asunto. Olagüe se reduce a concretar a nuestro caso la admiración del creador y jefe del nacional-socialismo, Adolfo Hitler, por el islam, que le lleva a planear la conversión a la religión musulmana de Alemania. Para Olagüe la “revolución islámica” de que habla es un antecedente histórico de la revolución nacional-socialista hitleriana y de la revolución nacional-sindicalista de Falange. En eso acierta.

Otro hecho notorio es que los argumentos a favor de al Ándalus que suelen utilizar en el presente los autores, políticos y activistas de la izquierda islamófila están tomados de los libros del nazi Olagüe, por ejemplo, la enormidad de que los musulmanes, en tanto que poder imperial en ascenso, no invadieron la península Ibérica… Pero hay muchos más ensayistas falangistas y franquistas entusiastas del islam, sin olvidar que Franco ganó la guerra civil en gran medida gracias a la asistencia que le proporcionó el clero musulmán norteafricano, a cambio de respaldo económico y apertura de mezquitas, sustanciada en 100.000 combatientes de infantería.

Los publicistas franquistas y fascistas españoles que han escrito a favor del islam son muchos, además del citado. Entre ellos están Ernesto Jiménez Caballero, uno de los fundadores de la Falange; el poeta franquista José María Pemán; el historiador y premio Francisco Franco Jaime Oliver Asín y el clérigo católico, fascista contumaz e islamólogo inicuo Miguel Asín Palacios, entre otros muchos. El mismo Francisco Franco es tenido por “gran amigo del Islam”.

Es esa alianza entre nazis, franquistas y cierta izquierda la que ha ido creando la descomunal adulteración de nuestra historia que es el mito de al Ándalus. Por ejemplo, la segunda edición, en 2004, del libro de Ignacio Olagüe, “La revolución islámica en Occidente” es de la Junta de Andalucía, en ese tiempo gobernada por la izquierda. En este asunto a la izquierda no le importa publicar textos de autores nazis… Se comprende que tales credos políticos totalitarios sientan veneración por una religión que niega el principio de la soberanía popular, repudia el concepto de libertad de conciencia y libertad de expresión, militariza las sociedades que controla, hace de la violencia el elemento axial de su orden político y social, da curso a las expresiones más extremas de intolerancia, convierte a un ente estatal hipertrofiado (el Estado islámico) en el centro de la vida social, carece incluso de la noción de persona en tanto que realidad autónoma construida desde sí, niega la libertad civil, sacrifica al individuo en pro del Estado y el clero, repudia lo comunal en beneficio de la propiedad privada concentrada, divide a las sociedades en una minoría riquísima y en una gran masa empobrecida, ocasiona estados sociales estacionarios de estancamiento y atraso, sitúa al estamento clerical en la cúspide de la pirámide social y mantiene el patriarcado más intransigente de la historia. Además, es el único imperialismo planetario que, hoy, lejos de mostrarse autocrítico se jacta de lo que hizo en el pasado, concebido como modelo de lo que desea hacer en el futuro.

A lo dicho hay que añadir los intereses expansionistas y neo-colonialistas del gran capitalismo árabe saudí hoy, sustentado en el formidable negocio del petróleo, muy generoso con quienes magnifican fraudulentamente al Ándalus. Empero, la caída de los precios del crudo ha disminuido bastante el monto de las prebendas, lo que contribuye a explicar que, muy recientemente, estén apareciendo bastantes textos veraces sobre la materia.

Sea como fuere, no es admisible que la historia sea falsificada siguiendo intereses y corrientes políticas, o religiosas. Hay que sostener con firmeza el criterio de que historia y política deben estar separadas, que la finalidad de la primera ha de ser la verdad y que sólo a través de ella, de su condición de verdadera, puede servir a la política. En esta alta tarea todas las personas, no creyentes y creyentes de todas las religiones (los musulmanes de buena fe también, cómo no) deben estar unidos.


http://www.angulomuerto.com/con/index.php/indice-2016/sobre_el_estado_islamico
 
Última edición:
Islam, la persecución esta en todas ramas del Islam, es intrínseca a esta ideología.
Raif y otros cinco perseguidos por ser ateos del Islam
  • El saudí Raif ha sido condenado a 10 años de cárcel y 1.000 latigazos
  • La tunecina Nadia se ha tenido que exiliar a París y el iraquí Omar vive escondido
  • Todo porque no creen en Alá, critican el Islam abiertamente y defienden una sociedad laica
JUAN SARDÁ
Actualizado: 08/03/2015 04:35 horas 9

Asus 31 años, al saudí Raif Badawi le quedan 10 años entre rejas y una condena de mil latigazos. No sólo eso: podría ser resentenciado por segunda vez y afrontar la pena de muerte. Su único delito, no creer en Dios y decirlo. De Irak a Marruecos y del norte de África a Palestina, una nueva generación de ateos que viven en países musulmanes se rebelan contra el Islam manifestando alto y claro su derecho a no creer en Alá, clamar por la secularización de los Estados y criticar la religión jugándose la vida. Según las encuestas, son una minoría: un estudio del instituto Pew de 2012 en países musulmanes revela que un 100% de los encuestados en Oriente Medio y el norte de África asegura tener fe absoluta en Mahoma. Claro que en esos países no creer en Dios se paga con la exclusión social en el mejor de los casos y la cárcel o la muerte en el peor. Porque los ateos existen y luchan enfrentándose a las leyes, la sociedad, su familia y amigos, pagando por su osadía con una vida en el exilio o en la clandestinidad bajo el yugo de amenazas de muerte. Ante esta realidad violenta, muchos laicos ocultan sus ideas. Unos pocos deciden luchar por ellas. Crónica localiza a seis activistas seculares de una punta a otra del arco de países musulmanes para descubrir voces totalmente contrarias a los estereotipos: "El Islam es la mafia", dice el youtuber Ismail Mohammed, quien vive escondido en el Sinaí temiendo por su vida. En Irak, el caricaturista Omar Al Najm intenta ocultar su rostro actual y fustiga a los religiosos con incendiarios escritos y dibujos que cuelga en Facebook para su millón de seguidores: "El Dios que conozco significa sadismo, opresión, racismo y falta de humanidad". Más allá de la corrección política, para ellos los atentados de Charlie Hebdo tuvieron un efecto devastador porque viven cada día en sus carnes el precio de la disensión. El palestino Waleed Al- Husseini, encerrado y torturado durante 10 meses por burlarse del Corán, vive ahora exiliado en París: "El Islam quiere ser tolerado pero no tolera". Denuncian una "sociedad atrasada" en la que las "mentes más brillantes deberán buscar aires más claros", como escribía el bloguero saudí Raif Badawi, cuya vida pende de un hilo. No todos son tan incendiarios. La directora de cine Nadia El Fani cree que hay un trasfondo político: "Los jefes viven muy bien y los soldados muy mal, el Islam es un mecanismo de control". Ideas a contracorriente, muchas veces censuradas también en Occidente, como alertan ellos mismos clamando su soledad por culpa de la "corrección política" o incluso el miedo, tras las que descubrimos a rebeldes con vidas duras marcadas por una titánica lucha por la libertad. Es su manera de decir, frente al miedo: Je suis Charlie.

Raif / activista: ''En cuanto un pensador comunica sus ideas se enfrenta a 100 fatuas'
"Para mí, el liberalismo significa vive y deja vivir", escribió el escritor y activista saudí Raif Badawi en mayo de 2012, poco antes de ser encarcelado y condenado a siete años de cárcel y 600 latigazos. Poco después, volvió a ser juzgado y resentenciado en mayo del año pasado a 10 años y 1.000 latigazos, a razón de 50 a la semana. Ahora, según reveló esta semana The Independent, podría enfrentarse a un tercer juicio, esta vez por apostasía, lo que le conllevaría la pena de muerte.

El 9 de enero le cayeron los primeros varazos en plena plaza pública de Yeda. La presión internacional y su delicado estado de salud han detenido de momento el escarnio público mientras crece el clamor internacional por quien ya es un icono.

"No deberíamos esconder que los musulmanes de Arabia Saudí no sólo no respetan las creencias de otros sino que consideran a cualquiera que no sea musulmán un infiel. ¿Cómo podemos pensar de esta manera y aspirar a tener una relación decente con las 4.000 millones y medio de personas que viven en el mundo que no creen en el Islam?", escribía este joven ateo de 31 años.

Crónica contacta con la esposa de Raif, Ensaf Haidar, quien vive exiliada en Montreal junto a los tres hijos del matrimonio: "Está un poco mejor gracias a Dios porque lo han llevado a una prisión más confortable. Hablamos de vez en cuando", cuenta desde un exilio en el que asegura no tener miedo: "En estas terribles circunstancias, me alegra estar en un país donde uno puede expresarse libremente". "Mi marido no es un criminal, no ha hecho nada malo, es un hombre muy libre y bueno que quiere mucho a sus hijos", añade emocionada.

Badawi era el administrador de la web Free Saudi Liberals, en la que se mostraba implacable con un país más que reacio a cambiar sus tradiciones milenarias y gran exportador de la rigurosa corriente religiosa del wahabismo: "En cuanto un pensador comunica sus ideas, se enfrenta a 100 fatuas. Las mentes más brillantes del mundo árabe deberán buscar aires más claros", escribía en su blog provocando furias.

Ensaf lleva tres años sin ver a su marido. Primero estuvo refugiada en Líbano y ahora en Canadá, donde recibe el apoyo de Amnistía Internacional y de la asociación canadiense de escritores PEN. Badawi está nominado al premio Nobel de la Paz y es hoy el símbolo más conocido de la lucha por la libertad de expresión en países musulmanes. Ensaf mantiene la esperanza de volverlo a ver: "Lo único que puede salvarlo es la presión internacional. Con un nuevo rey al mando, esperamos un gesto de piedad".

Ahmed / periodista: 'Lo que defendemos es que la religión no nos define como personas'
Ahmed Benchemsi, leyenda del periodismo marroquí, describe desde su exilio en la universidad estadounidense de Stanford, donde es profesor invitado en el programa de Reforma Árabe y Democracia, lo que llama la "esquizofrenia del monólogo del mundo árabe". En esta esquizofrenia, miles de jóvenes, y no tan jóvenes, consumen alcohol, tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio y no se ajustan a los ideales religiosos impuestos por las propias leyes. Y sufren. Por ello, lo que Benchemsi propone es que aquellos que ya viven al margen de la religión acepten su "secularismo interior" y dejen de sentirse culpables por no creer en Dios o vivir sin seguir las estrictas reglas del Islam. No es fácil: "La presión psicológica que llega de todas partes, los medios, la familia, el gobierno es enorme".

Benchemsi, de 40 años, fundó en 2001 la revista Tel Quel, que se declaraba laica a todos los efectos. Un número especial sobre humor que incluía chistes sobre el Islam le procuró una catarata de querellas y tras un acoso judicial tuvo que marcharse de Marruecos. Ahora dirige desde California la revista online Freearabs, en la que periodistas laicos de todo el arco de países musulmanes, algunos con seudónimo y otros no, opinan de manera libre. "Lo que nosotros defendemos es que la religión no nos define como personas. Por eso no casamos con la imagen que prefieren tener los medios occidentales: o el árabe enfadado y religioso o el moderado que dice que el Islam es una religión de paz y etcétera".

14257192669137.jpg

Ahmed, marroquí, vive en EEUU.

En su web, uno encuentra de todo: vídeos musicales de condena a las atrocidades del Estado Islámico, raperos palestinos o artículos críticos con los líderes políticos y la no secularización, particularmente duros con Arabia Saudí y su propagación del wahabismo.

Benchemsi se rebela contra la presunción occidental de que los 1.600 millones de personas que viven en países donde impera el Islam son musulmanes: "Si alguien dice 'mundo cristiano' para referirse a Occidente sería una afirmación como mínimo dudosa y discutible y no entiendo por qué se acepta que se diga que 'el mundo musulmán' como si todo el mundo que vive en esos países tenga que ser religioso por simple geografía. Los no creyentes ya lo tenemos suficientemente difícil en nuestros países como para que los progresistas occidentales nos nieguen el derecho a ser laicos con sus sentimientos paternalistas".

Benchemsi cree que la revolución laica es imparable: "La lucha no es por secularizar porque eso ya ha sucedido, la primavera árabe no fracasó, pero es una lucha más a largo plazo. Internet es el gran agente de cambio. Hasta entonces no había libertad de expresión y ha generado una dinámica que ya no puede ser derrotada".

Waleed/ bloguero: 'Desacralizar la sociedad es la piedra angular contra el terrorismo'
El joven Waleed Al-Husseini, palestino de 26 años, tiene el gesto grave, muy grave, para un chaval de su edad. Creció en la ciudad de Qalqilya, en Cisjordania, en el seno de una familia "moderada" para los que la religión era "un tabú que no se cuestionaba".

En la escuela, donde tampoco los preceptos del Islam jamás se ponían en duda, Husseini comenzó a tener reparos y se dio cuenta de que "nadie me iba a ayudar a resolverlos". "Lo primero que me hizo cuestionar mi religión fue el hecho de que las reglas del Islam son imposibles de aplicar en la vida cotidiana", explica. Comenzó entonces un proceso de liberación personal y de investigación "en bibliotecas y en internet" que le ha llevado a aceptar su ateísmo pero lo ha condenado también al ostracismo social.

14257193565391.jpg

Waleed, palestino, vive en París.

Siendo aún adolescente, se refugió en un locutorio de su ciudad y desde allí comenzó a mantener una actividad frenética en su página de Facebook donde hacía chistes con versos del Corán, se burlaba del "vandalismo" de Mahoma o chateaba en foros bajo el nombre de "Dios todopoderoso". Especialmente sonado fue su manifiesto Por qué abandoné el Islam, donde ofrece más explicaciones sobre su rechazo a la religión bajo la que fue educado y emite rotundas afirmaciones como "Islam es una religión autoritaria que no reconoce la libertad", "los textos del Corán incitan flagrantemente a la guerra" o "Mahoma no se distingue en nada de los gánsteres del desierto que saqueaban pueblos y violaban a las mujeres".

Su activismo en redes sociales terminó cuando la autoridad palestina lo encerró 10 meses en la cárcel por "blasfemo" y, según cuenta, fue torturado. Ahora vive en París, donde acaba de publicar un libro autobiográfico, Blasphemeur, y habla con Crónica sin pelos en la lengua: "El Islam usa su duplicidad. Quiere ser tolerado pero no tolera. El problema de las sociedades musulmanas en general y árabes en particular es que la religión está en el corazón de todo hasta el punto de que los vecinos pueden denunciarse los unos a los otros por haber faltado al rezo. Desacralizar la sociedad es la piedra angular en la lucha contra el terrorismo islamista".

Convertido en símbolo, para Husseini nunca se trató de una cuestión de valentía. "Simplemente he tratado de defender mi libertad porque para mí la esencia de ser un hombre es haber nacido libre. Aunque después del simulacro de proceso y la prisión, de todos los sacrificios, he acabado asumiendo que hay un precio por defender mi libertad", sentencia.

Imail / 'Youtuber': 'El problema va más allá del terrorismo: el islam es la mafia'
"Cuando declaras tu laicidad, sufres un proceso en el que sientes el rechazo de tu familia, tu escuela, tus amigos...", se lamenta el egipcio Ismail Mohammed, de 31 años, youtuber y creador, junto a Ahmed Arkan, del programa Black Ducks, donde ambos exponen su laicismo en un país en el que no creer en Dios es delito.

"Hay un problema en las sociedades árabes y se llama Islam. El Islam es la mafia. Sé lo que es ser musulmán y no quiero serlo más. En nuestra cultura te pueden matar por pensar diferente, no son sólo cuatro musulmanes locos. Cuando los imanes salen en los medios occidentales y dicen que esos terroristas no son el Islam os están mintiendo porque eso es el Islam en sí mismo y es la filosofía del odio que propagan en las mezquitas. Pido a los países europeos que abran los ojos", dice Ismail atacando con dureza una sociedad donde la religión no es una opción sino una imposición brutal. Exiliados de su Alejandría natal, tanto él como Ahmed viven, en algún lugar del Sinaí, gracias a las colaboraciones de simpatizantes.

14257195812579.jpg

Ismail, egipcio, vive en el exilio.

Ismail tiene mucho miedo, y en su conversación nerviosa es fácil adivinar ese pánico: "Me pueden matar en cualquier momento. Vosotros no entendéis lo que es vivir así simplemente por decir que no crees en Dios".

Sobre ese instante en el que llegó a la conclusión de que el Islam es una "religión criminal", su compañero Ahmed Arkan, de 30 años, dice: "Cuando mi fe en Dios se colapsó del todo y no me resultaba en absoluto convincente, no podía rezar. De niño había sido muy religioso y un gran seguidor de los salafistas -rama extrema del Islam- y durante mucho tiempo la religión fue muy importante para mí. Rezaba a Dios para que me devolviera la fe y acabara con mis dudas pero hubo un momento en el que ya no me podía engañar más a mí mismo. De repente, sentí la necesidad de hablar con las figuras religiosas que me habían educado y hablarles francamente. Fue un paso muy duro".

Más cauto es Ismail cuando se le pregunta si la situación de la libertad es mejor con el gobierno supuestamente laico de Al Sisi: "Es un problema que va más allá del gobierno porque está enraizado en la sociedad. Para cualquier político va a ser muy difícil un cambio semejante".

Y alerta: "En los países europeos tenéis sociedades muy sanas, muy desarrolladas, y la corrección política no os deja ver que en vuestro seno están creciendo comunidades islámicas que amenazan vuestra libertad. El choque entre vuestros valores y los valores medievales del Islam nos hace temer una guerra".

Nadia / cineasta: 'Las jóvenes árabes de Femen llevan el peso de los cambios que necesitamos'
A la directora de cine Nadia El Fani, tunecina de 55 años, el laicismo le viene de familia. Hija de un destacado miembro del partido comunista de Túnez y de madre francesa, creció en un ambiente progresista marcado por el compromiso político del padre, que ella ha perpetuado. Para El Fani, el secularismo fue siempre algo natural por lo que observó atónita como en su país cada día era más difícil apartarse del Islam. Ella ha tenido problemas por manifestar en público que no hizo el Ramadán: "Durante mucho tiempo era común no respetar el Ramadán, pero en los últimos años, Ben Ali [el ex dictador tunecino que huyó del país en 2011] cerró las cafeterías y los restaurantes porque comenzó a utilizar la religión como un mecanismo de represión y control social".

De eso trata, precisamente, una de las películas de Nadia El Fani, Inch'Allah (2012), que causó un enorme revuelo en Túnez y que acabó propiciando su expulsión del país después de numerosas amenazas de muerte y una condena por blasfemia de tres años de cárcel. De momento, reside en París, donde nació su madre, y desde allí despliega un intenso activismo político a través de los documentales que realiza, en los que no se deja arredrar: "Si tuviera miedo no habría hecho nada en mi vida", dice con firmeza.

14257196845880.jpg

Nadia, tunecina, exiliada.

Mujer luchadora y feminista, se identifica con las activistas de Femen, a las que en el filme Nuestros senos, nuestras armas (2013) retrata desde que surgieron en Ucrania hasta la expansión de esta organización feminista a los países árabes.

"Las jóvenes árabes de Femen llevan sobre sus espaldas todo el peso de los cambios que necesita el país. Cuando exhiben sus cuerpos de forma natural se rebelan contra quienes quieren verlos como algo sucio o por**gráfico. Las mujeres se están solidarizando y serán la fuerza que transforme los países musulmanes», opina.

No cree que el Islam sea el problema sino "la manipulación que hacen de él las personas interesadas para seguir manteniendo el poder en la sociedad. El Islam no es más que una manera de engañar, no me interesa el debate de si es mejor o peor que el catolicismo porque eso es para los teólogos, es un problema político. La gente vive oprimida, sin perspectivas laborales y se les hace creer que serán felices después de la muerte como forma de manipularlos. Los jefes viven muy bien y los soldados muy mal".

Denuncia además que los islamistas están ganando terreno en Europa con su estrategia del terror: "Hace unos días suspendieron el pase de una película mía en una ciudad de las afueras de París esgrimiendo razones de seguridad. Es lo peor que puede pasar porque si cedemos les decimos que tienen razón", concluye.

Omar / caricaturista: 'El horror es vivir en el siglo XXI con reglas que tienen 1.400 años'
"Si el Islam predica una verdad indiscutible como se arroga, ¿por qué sus críticos son amenazados con la muerte y la exclusión social?", dice Omar Al Najm, escritor y caricaturista iraquí de 31 años, quien se anuncia como "ateo y librepensador". Desde su exilio en Amán, capital de Jordania, donde vive refugiado de su Bagdad natal con su hijo y esposa, Al Najm mantiene una actividad frenética aunque lleva dos años sin salir de casa debido a las amenazas de muerte que asegura le llegan de forma diaria: dirige la revista Net Minds, dibuja sus polémicas caricaturas y hasta cuelga canciones de protesta en forma de rap.

14257197654466.jpg

Omar, iraquí, usa seudónimo.

Rozando el millón de seguidores en su página de Facebook, Al Najm es un seudónimo. El activista no quiere mostrar su rostro actual, y es renuente a dar algunos detalles sobre su vida: "Es una existencia de pavor. Yo y mis padres hemos sido víctimas de la violencia sectaria entre chiíes y suníes (Omar es suní), pero la persecución que sufro ahora lo supera todo". Tantos son sus talentos y tal su secretismo que incluso se duda de si tras el nombre de Omar Al Najm se ocultan dos o quizá tres personas: "Tengo colaboradores, los ateos estamos unidos", dice. Sus vídeos de animación, que cuelga en un canal de YouTube que tiene como logo el polémico Mahoma del turbante y la bomba que publicó la revista satírica Charlie Hebdo, son de alto voltaje. Es precisamente el profeta el protagonista de una sátira que toma prestados elementos y dibujos del semanario víctima de un atentado yihadista. Los firma con otro alias, "cínico", pues considera que el Islam es ante todo eso, una religión cínica.

Al Najm fustiga sin piedad una sociedad anclada en "la edad de piedra". "El horror surge cuando una sociedad del siglo XXI trata de vivir con reglas que tienen 1.400 años. Sólo los ateos podemos hacer avanzar al mundo árabe hacia la civilización. Para el Islam formamos parte de una conspiración en la que estamos junto a Israel y EEUU por la que somos los culpables de todo. Para justificar su fracaso, los países islámicos siempre buscan un culpable exterior y somos los cabezas de turco perfectos. En mi país mucha gente piensa que los atentados del 11-S fueron obra del Mosad. El grado de lavado de cerebro es difícil de entender para un occidental acostumbrado a la libertad de prensa".

Para luchar contra el absurdo, defiende el humor: "Al enemigo le enfurece que haya homosexuales pero le da igual que los terroristas maten a personas y los niños se mueran de hambre. El humor es una forma de poner de manifiesto ese sinsentido. El Dios que conozco significa sadismo, opresión, racismo y falta de humanidad".
http://www.elmundo.es/cronica/2015/03/08/54fa1282268e3e3d558b4588.html

Demoledor y absolutamente incontestable. Gracias por ponerlo Ruffin.
 
:rolleyes:

10 d'octubre de 2016 España

Félix Rodrigo Mora: “Sobre el estado islámico de Al Ándalus”
SOBRE EL ESTADO ISLÁMICO DE AL ÁNDALUS De la fabulación politicista a la verdad documentada




Félix Rodrigo Mora és un escriptor castellà polifacètic, erudit i gens acadèmic, que vaig tenir ocasió de conèixer a les Jornadas de Derecho Pirenaico que van tenir lloc a Agurain (Euskal Herria) al maig d’enguany.

Ara ha publicat a un digital cultural castellà denominat “Ángulo muerto” l’article “Sobre el estado islámico de Al Ándalus: de la fabulación politicista a la verdad documentada” que amb el permís de l’autor reprodueixo tot seguit:

Ahora se está avanzando muchísimo en sustituir la mitología ensalzadora de al Ándalus por una versión más objetiva de la dominación musulmana sobre la península Ibérica. Aquélla ha sido creada a pesar de que los historiadores hispano-musulmanes medievales proporcionan datos e interpretaciones que dejan poco espacio a la apologética. Fue posteriormente (desde el siglo XIV pero sobre todo durante el XX) cuando se urdió una novelización idealizante, por motivos políticos. En unos pocos años más triunfará la verdad posible en esta materia, de manera que en esto el optimismo es lo apropiado.

Las instituciones estatales españolas han tomado partido en esta cuestión, posicionándose a favor de al Andalus y en contra de los pueblos de Galicia, León, Asturias, Vasconia (Navarra), Castilla, Aragón, Cataluña, Baleares, País Valenciano y Andalucía (éste último es el que más sufrió la dominación islámica). Basta con hojear cualquier manual de historia de los utilizados en la enseñanza media para comprobarlo.

La primera pregunta es, ¿por qué la irrupción del islam en el año 711?, ¿cuál fue su verdadera naturaleza?

A finales del siglo VII el imperialismo musulmán, o colonialismo de una potencia, Arabia, había llegado al norte de África, donde eliminó con eficacia toda forma de protesta y resistencia popular, empezando por los rebeldes donatistas. Eso en un momento en que el poder visigodo en Hispania estaba sucumbiendo a una crisis múltiple en desenvolvimiento, que ponía en cuestión su misma existencia. En el norte peninsular, la revolución altomedieval, iniciada en los territorios vascones durante el siglo V y expandida desde allí a otras áreas, minaba el Estado godo. En tales condiciones, Witiza (que reinó en 700-710) inicia la aproximación al islam, lo que es culminado por sus herederos y continuadores. Estos abren las puertas al imperialismo arábigo-islámico, para salvar al menos una parte de su poder político, injusta estructura social y colosales propiedades.

Una facción muy minoritaria, dirigida por el rey Rodrigo se opone a ello, igual que se oponen las clases populares de todos los territorios. La Iglesia, por el contrario, obra a favor del islam, siendo una de las fuerzas principales involucradas en esa tarea, no así el monacato (cenobitismo) cristiano popular, una de las víctimas fundamentales del nuevo imperialismo. Inicialmente se constituye un Estado visigodo-islámico, lo que se articula por medio de un sistema de pactos y tratados. De las viejas élites godas una parte se convierte al islam y la otra permanece en la Iglesia católica que, al haber sido perentoriamente colaboracionista, goza de los favores del renovado aparato de mando y dominación hasta mediados del siglo IX, cuando éste decide homogeneizarse y desata una ola de persecución religiosa contra el alto clero católico mozárabe (subordinado a los árabes y arabizado), pudiéndose decir que es entonces cuando se crea el Estado islámico andalusí propiamente dicho.

¿Cómo fue la irrupción? La violencia la caracteriza, lo que es coherente con la centralidad que la religión musulmana otorga al uso de la fuerza armada. El documento básico para esta cuestión, la anónima “Crónica mozárabe del 754”, se refiriere al incendio de ciudades y a la crucifixión o muerte a espada de quienes se les oponían, así como a masivos fallecimientos por hambre. Leyendo dicha Crónica se detectan fundamentales coincidencias entre la fundación del Estado islámico de al Ándalus y la ejecutoria del Estado islámico de Irak y Siria en el presente, lo que denota unas constantes en la historia de la religión musulmana que están más allá de las condiciones espacio-temporales.

Otro dato coincidente es la esclavización a gran escala de la población conquistada, hasta el punto de regalar 100.000 esclavos (en su gran mayoría féminas núbiles) a la autoridad musulmana de Damasco, asunto que adquiere, por su propia naturaleza, el rango de acto genocida. Al mismo tiempo, se ponen en marcha los enormes mercados de esclavos de las ciudades del sur peninsular, donde cientos de miles, quizá millones de mujeres anteriormente capturadas y eslavizadas en el norte, son vendidas a los traficantes abastecedores de los harenes de la cuenca mediterránea, situación que se mantiene hasta el siglo XII. Al Ándalus ha sido la sociedad esclavista más rotundamente aferrada al comercio y posesión de seres humanos de las que han existido en nuestra historia, muy por delante de la cartaginesa, romana y visigoda.

El Estado musulmán-godo del siglo VIII reorganiza el poder preexistente para hacerlo mucho más poderoso. Lo centraliza en Córdoba y otras grandes ciudades, que así crecen de forma prodigiosa, convirtiéndose en factor de agresión medioambiental, expolio del campo y deforestación. Crea un formidable ejército profesional sustentando en mercenarios y en esclavos utilizados como mercenarios, traídos del este de Europa y de toda África. Impone un sistema tributario depredador, que va a empobrecer cada vez más a las clases populares. Realiza enormes movimientos forzados de población, para llenar las ciudades del sur, lo que deja cuasi vacios extensos territorios. Instituye una nueva elite entregada a una vida placentera, ociosa y parasitaria, costosísima. Concentra la propiedad de la tierra en el nuevo Estado, el clero islámico y los terratenientes, que se reparten el territorio en tanto que conquistadores. La población autóctona que sobrevive en el agro, al tener que proveer a las hipertrofiadas ciudades andalusíes, lleva una existencia sobre-oprimida y miserable, por lo que se rebela regularmente, siendo cada uno de sus alzamientos reprimido por medio de matanzas masivas. A pesar de ello, y también por ello, tiene lugar la gran rebelión dirigida por Omar Ibn Afsun en el siglo X, el mayor -con mucho- alzamiento campesino del Occidente europeo en la Alta Edad Media. Se implanta un patriarcado que, por un lado, aparta a las féminas de toda vida pública y de cualquier manifestación de lo humano superior, y, por otro, establece un foso casi insalvable entre hombres y mujeres, en lo que es un mecanismo más de dominación política global. El clero islámico niega la libertad interior, o libertad de conciencia, del sujeto, extinguiendo en cada persona lo que ésta tiene de más fundamental, el libre albedrio. En las ciudades, insalubres y masificadas, con multitudes viviendo en la miseria, se producen alzamientos populares, sobre todo en Córdoba, extinguidos con gran derramamiento de sangre. En al Ándalus la persona común no cuenta, sólo tiene significación las estructuras de poder y el aparato religioso.

La función determinante del Estado islámico andalusí, para la que fue establecido, es la represión de la revolución de la Alta Edad Media que tiene lugar en los territorios del norte, con creación de sistemas asamblearios de autogobierno (concejo abierto, batzarre, consell obert, concello aberto, etc.) y amplio predominio de los bienes comunales. Con aldeas en vez de ciudades, milicias concejiles en vez de ejército profesional, igualdad político-jurídica de las gentes en vez de esclavitud, relación fraternal entre hombres y mujeres en lugar de patriarcado, libertad erótica en lugar de represión de la libido, obligatoriedad universal del trabajo productivo en vez de elites parasitarias y explotadoras, etc. Uno de los grandes logros de los pueblos libres del norte estuvo en extinguir la esclavitud. Mientras, en el sur musulmán opera Almanzor, uno de los mayores cazadores y traficantes de esclavos (de esclavas, sobre todo) de la historia de la humanidad, además de un genocida destacado.

En el ambiente de falta de libertad/libertades en que vivía la población andalusí se produce un declinar de la creatividad productiva y la eficacia del trabajo. Mientras en el norte peninsular se inventan y generalizan, a partir de los siglos VIII-IX, nuevos procedimientos para el laboreo del hierro, nuevas máquinas para el trabajo de la madera, nuevos sistemas constructivos, nuevas aplicaciones de la energía hidráulica, etc., en el sur islámico se produce un estancamiento productivo (salvo en la elaboración de bienes de lujo para los terratenientes, jefes militares, altos funcionarios y clero islámico) y técnico que es ya perceptible en el siglo IX. La mezquita de Córdoba, por ejemplo, en lo arquitectónico es una edificación arcaica y anticuada, ayuna de creatividad, mera copia servil de los modelos romanos. La responsabilidad del clero islámico en la génesis de esta situación de inmovilismo y ausencia de progreso es decisiva.

La lucha entre el Goliat del sur y los pequeños David del norte fue épica. El primero fue un enorme imperio global, que se fortalecía con oro, productos, esclavos, colonos, altos funcionarios, clérigos y combatientes llegados en masa desde el África subsahariana, el Magreb, toda la cuenca sur del Mediterráneo, la península arábiga y las lejanas tierras de los eslavos, mientras que los segundos se basaron esencialmente en sus propias fuerzas, sin apenas recibir ayuda de una Europa entonces desintegrada y a la defensiva. El factor causal inmediato número uno de la derrota militar de al Ándalus son las milicias concejiles, u organización del pueblo en armas, que tuvieron adalides (jefes militares elegidos en la asamblea concejil para un mandato anual) tan célebres como el abulense Sancho Jiménez, de la segunda mitad del siglo XII. Pero la derrota del islam no fue principalmente militar sino sobre todo política, cultural, ideológica, moral, económica, demográfica y convivencial. Fue la superioridad general de las sociedades libres del norte, emergidas de la revolución altomedieval, lo que le venció. Eso se manifestó en un episodio concreto, el paso del reino musulmán de Toledo pacífica y voluntariamente a Castilla en 1085. Fue el golpe determinante a al Ándalus, que le puso en una situación de inferioridad estratégica. Conviene añadir que la incorporación de Toledo y su tierra a la civilización libre y popular del norte lo efectúa toda su población sin distinciones religiosas, los musulmanes de a pie tanto como los judíos y los cristianos. Todos aborrecían por igual al Estado islámico. Tras liberarse de él las masas forzosamente islamizadas solían abandonar muy mayoritariamente dicha religión, en Toledo y en todas partes.

El exceso de poder estatal y la tiranía extrema del califato de Córdoba van a poner en marcha poderosas contradicciones internas y, al mismo tiempo, van a avivar la resistencia popular, en el norte libre y también en el sur sometido. Su rotunda derrota en la decisiva batalla de Simancas, año 939, por una coalición de los pueblos norteños es una manifestación de su decadencia y crisis estructural. Tras Almanzor, cuando el califato ya a la defensiva estratégica se pone temporalmente a la ofensiva táctica, viene el derrumbe. Las masas cordobesas y los esclavos enrolados en el ejército musulmán asaltan, saquean e incendian en varias ocasiones Medina Azahara, la expresión más insolente del inmenso poder y la vida gozadora de una oligarquía endiosada, derrochadora y putrefacta. Ese hórrido monumento al despotismo político y al fanatismo religioso, atendido por unos 20.000 criados (la mayoría esclavos), no conoció ni un siglo de existencia, pues mandado levantar por Abderramán III en el año 936 en el 1010 era definitivamente demolido por el pueblo, en lo que fue un acto de justicia popular sumaria, y olvidado. Luego vienen los reinos de taifas, una forma peculiar de “feudalismo” islámico. Para esa época al Ándalus está ya vencido y sobrevive debido a las invasiones norteafricanas, almorávides primero y almohades después, muy onerosas, por lo que hunden en la pobreza y el atraso al norte de África hasta el dia de hoy. Manifestación de la desintegración del orden islámico es que las disfuncionales y horripilantes ciudades andalusíes se van despoblando desde finales del siglo X. La aldea norteña derrotó limpiamente a la ciudad musulmana.

Una expresión concreta de hasta qué punto se ha falsificado la historia andalusí es el caso del califa Abderramán III, generalmente presentado como un gobernante sabio, magnífico y justo. No es esa la imagen que de él ofrece el historiador hispano-musulmán cordobés A. N. H. Ibn Hayyan (987-1076). En “Crónica del califa Abderramán III An-Nasir entre los años 912 y 942”, le describe como un tirano brutal y sanguinario. Lo que cuenta del sádico trato que daba a las desventuradas mujeres encerradas en su harén estremece. Su sanguinario cinismo, mandando crucificar a los oficiales de su ejército que le habían salvado en la batalla de Simancas, simplemente para construir un chivo expiatorio, es atroz. No lo es menos su racismo hacia los hombres negros de su guardia y servidumbre. En suma, de un déspota despiadado los apologetas actuales de al Ándalus han hecho un estadista modélico… Ello valida el libro de Rosa María Rodríguez Magda, “Inexistente Al Ándalus. De cómo los intelectuales reinventan el Islam”, 2008.

Una reflexión sobre el periodo nazarí. Se presenta a la Alhambra de Granada (edificada en los siglos XIII-XIV) como un sistema palacial fabuloso, olvidando su verdadera naturaleza, a saber, la de ser una temible y lúgubre fortaleza que desde las alturas vigila y amenaza a un pueblo sobre-oprimido e inmisericordemente expoliado (el trabajador medio solía pagar tres veces más tributos que en Castilla). Por eso cuando los Reyes Católicos efectúan su conquista encuentran una oposición principalmente oligárquica, no de las clases populares. Éstas viven con indiferencia tales acontecimientos, lo que explica que el último rey musulmán de Granada tuviera que rendir la ciudad tras una resistencia mediocre. No, Granada no fue Numancia, pero nadie se pregunta por qué… Tampoco nadie inquiere por qué en los pueblos del norte no hay, para la fecha citada, nada similar a la Alhambra. La causa es política, que en ellos no existían poderes tiránicos (éstos se van constituyendo desde 1350 en adelante y no son de entidad hasta el XVI) que necesitasen enfrentarse arquitectónicamente a las clases populares de ese modo, ni que tuvieran un sistema fiscal tan expoliador como para construirlos.

Los embusteros mitos creados en torno a al Ándalus son muchos. Uno el de su supuesta gran creatividad cultural. Lo cierto es que quien estaba en un buen momento de elaboración de saber erudito era el reino visigodo de Toledo en el siglo VII, con autores tan universales como San Isidoro de Sevilla, que en su obra enciclopédica, “Etimologías”, recopila el conocimiento de su tiempo. Hubo prebostes andalusíes que tuvieron notables bibliotecas, en efecto, pero lo esencial del saber en ese tiempo se situó en los monasterios cristianos del norte peninsular y europeos, donde se salvó y transmitió el legado de Grecia y Roma. Culturalmente, al Ándalus vivió de la herencia goda y cuando fue islamizado del todo se hizo un yermo, por causa del fanatismo religioso y la ausencia de libertad. Se afirma que los conquistadores musulmanes fueron grandes agricultores, lo que es una afirmación bizarra por su loca inexactitud, pues eran guerreros y clérigos aristocráticos que despreciaban el trabajo manual, que habían venido gozar de lo adquirido a punta de espada pero no a trabajar. La agricultura quedó en manos de la población autóctona sometida, primero cristiana mozárabe y luego obligada a convertirse al islam, de la que antes se explicó en qué penosa situación subsistía.

Suele sostenerse que realizaron enormes obras de regadío y conducción de aguas, lo que es quizá el embeleco más tosco de todos, puesto que tales ya existían, construidas en Andalucía por Tartessos, en Levante por los pueblos pre-romanos (íberos, etc.), en todas partes por los romanos o incluso algo por los godos. Al Ándalus se redujo a usar lo ya existente en el 711, sin que pueda probarse que ejecutasen añadidos de importancia. Al mismo tiempo, la historiografía parcial y sectaria promovida desde el Ministerio de Educación español vela las muy reales infraestructura hidráulicas realizadas en Cataluña, Castilla, etc., en el periodo medieval. Sobre la fábula acerca de la “tolerancia” y “convivencia” andalusíes las persecuciones de católicos mozárabes realizadas en el siglo IX lo dicen casi todo, sin olvidar la brutal represión de las corrientes heterodoxas del islam por el todopoderoso clero musulmán institucionalizado, ni tampoco el acoso a los judíos, siempre presente pero terrible en el periodo almohade. La ejecución por el Estado islámico hispano de Eulogio de Córdoba y sus compañeros en el año 859, meramente por ser católicos, con toda su significación cognoscitiva, es sólo una muy pequeña parte de la persecución que padecieron los cristianos. Tolerancia la hubo, en efecto, pero en las sociedades libres del norte, que fue donde realmente pudieron convivir las tres religiones. En ellas los musulmanes nunca antes de 1502 fueron perseguidos. Es, verbigracia, imposible citar un solo caso similar al referido del grupo de Álvaro de Córdoba, esto es, de jefes religiosos musulmanes ejecutados por serlo en el área de los pueblos libres.

¿Quién crea el patrañero mito de al Ándalus? La respuesta es que las clases altas españolas, admiradoras del sistema político musulmán, organizado para maximizar la dominación ilimitada y múltiple de las clases populares por una elite mega-poderosa. Se manifiesta como “maurofilia” ya desde el siglo XIV, con la creación y difusión de diversas fábulas, historietas y narraciones enaltecedoras del islam. Pero es en el siglo XX cuando esa corriente alcanza su madurez, sobre todo gracias a la pluma de falangistas, franquistas y nazis, entusiastas de la religión musulmana. El más importante es Ignacio Olagüe, autor de “Les arabes n’ont jamais envahi l’Espagne” y “La revolución islámica de Occidente”. Contra sus adulteraciones, inmensas y asombrosas sin duda, Alejandro García Sanjuán, doctor en historia por la universidad de Huelva, ha escrito “La conquista islámica de la península Ibérica y la tergiversación del pasado”, 2013. Está obra, densa, bien construida y bien escrita, refuta a Olagüe y a sus seguidores.

Pero, ¿quién es Ignacio Olagüe, el tan fogoso como arbitrario defensor de la Hispania musulmana? García Sanjuán lo desvela: un nazi próximo a las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista, fundado por Ramiro Ledesma Ramos en 1931), el partido nazi español. Sin retener este dato no puede comprenderse el presente asunto. Olagüe se reduce a concretar a nuestro caso la admiración del creador y jefe del nacional-socialismo, Adolfo Hitler, por el islam, que le lleva a planear la conversión a la religión musulmana de Alemania. Para Olagüe la “revolución islámica” de que habla es un antecedente histórico de la revolución nacional-socialista hitleriana y de la revolución nacional-sindicalista de Falange. En eso acierta.

Otro hecho notorio es que los argumentos a favor de al Ándalus que suelen utilizar en el presente los autores, políticos y activistas de la izquierda islamófila están tomados de los libros del nazi Olagüe, por ejemplo, la enormidad de que los musulmanes, en tanto que poder imperial en ascenso, no invadieron la península Ibérica… Pero hay muchos más ensayistas falangistas y franquistas entusiastas del islam, sin olvidar que Franco ganó la guerra civil en gran medida gracias a la asistencia que le proporcionó el clero musulmán norteafricano, a cambio de respaldo económico y apertura de mezquitas, sustanciada en 100.000 combatientes de infantería.

Los publicistas franquistas y fascistas españoles que han escrito a favor del islam son muchos, además del citado. Entre ellos están Ernesto Jiménez Caballero, uno de los fundadores de la Falange; el poeta franquista José María Pemán; el historiador y premio Francisco Franco Jaime Oliver Asín y el clérigo católico, fascista contumaz e islamólogo inicuo Miguel Asín Palacios, entre otros muchos. El mismo Francisco Franco es tenido por “gran amigo del Islam”.

Es esa alianza entre nazis, franquistas y cierta izquierda la que ha ido creando la descomunal adulteración de nuestra historia que es el mito de al Ándalus. Por ejemplo, la segunda edición, en 2004, del libro de Ignacio Olagüe, “La revolución islámica en Occidente” es de la Junta de Andalucía, en ese tiempo gobernada por la izquierda. En este asunto a la izquierda no le importa publicar textos de autores nazis… Se comprende que tales credos políticos totalitarios sientan veneración por una religión que niega el principio de la soberanía popular, repudia el concepto de libertad de conciencia y libertad de expresión, militariza las sociedades que controla, hace de la violencia el elemento axial de su orden político y social, da curso a las expresiones más extremas de intolerancia, convierte a un ente estatal hipertrofiado (el Estado islámico) en el centro de la vida social, carece incluso de la noción de persona en tanto que realidad autónoma construida desde sí, niega la libertad civil, sacrifica al individuo en pro del Estado y el clero, repudia lo comunal en beneficio de la propiedad privada concentrada, divide a las sociedades en una minoría riquísima y en una gran masa empobrecida, ocasiona estados sociales estacionarios de estancamiento y atraso, sitúa al estamento clerical en la cúspide de la pirámide social y mantiene el patriarcado más intransigente de la historia. Además, es el único imperialismo planetario que, hoy, lejos de mostrarse autocrítico se jacta de lo que hizo en el pasado, concebido como modelo de lo que desea hacer en el futuro.

A lo dicho hay que añadir los intereses expansionistas y neo-colonialistas del gran capitalismo árabe saudí hoy, sustentado en el formidable negocio del petróleo, muy generoso con quienes magnifican fraudulentamente al Ándalus. Empero, la caída de los precios del crudo ha disminuido bastante el monto de las prebendas, lo que contribuye a explicar que, muy recientemente, estén apareciendo bastantes textos veraces sobre la materia.

Sea como fuere, no es admisible que la historia sea falsificada siguiendo intereses y corrientes políticas, o religiosas. Hay que sostener con firmeza el criterio de que historia y política deben estar separadas, que la finalidad de la primera ha de ser la verdad y que sólo a través de ella, de su condición de verdadera, puede servir a la política. En esta alta tarea todas las personas, no creyentes y creyentes de todas las religiones (los musulmanes de buena fe también, cómo no) deben estar unidos.


http://www.angulomuerto.com/con/index.php/indice-2016/sobre_el_estado_islamico

Muy interesante el artículo. Gracias Ruffin.

¿Podríamos decir que hoy nos encontramos ante una situación similar?

A finales del siglo VII el imperialismo musulmán, o colonialismo de una potencia, Arabia, había llegado al norte de África, donde eliminó con eficacia toda forma de protesta y resistencia popular, empezando por los rebeldes donatistas. Eso en un momento en que el poder visigodo en Hispania estaba sucumbiendo a una crisis múltiple en desenvolvimiento, que ponía en cuestión su misma existencia. En el norte peninsular, la revolución altomedieval, iniciada en los territorios vascones durante el siglo V y expandida desde allí a otras áreas, minaba el Estado godo. En tales condiciones, Witiza (que reinó en 700-710) inicia la aproximación al islam, lo que es culminado por sus herederos y continuadores. Estos abren las puertas al imperialismo arábigo-islámico, para salvar al menos una parte de su poder político, injusta estructura social y colosales propiedades.
 
La poligamia en el mundo araboislámico

6 octubre, 2016 Blas Moreno Cultura y Sociedad 1

harem-1.jpg

Piscina de un harén, de Jean-Léon Gérôme, 1875. Fuente: Hermitage Museum
Descargar art�culo en formato PDF
La poligamia —el hecho de que uno de los cónyuges de un matrimonio tenga otros matrimonios simultáneamente— es uno de los aspectos centrales de la visión estereotipada que desde Occidente tenemos del mundo araboislámico. ¿Cómo se vive este fenómeno en realidad? Explicamos sus orígenes y situación actual.

El rumor suave del agua que mana de la fuente se mezcla con el tañer de un laúd. Un dulzón aroma a sándalo y jazmín inunda un espacio fresco decorado de plantas y tapices y lleno de mujeres hermosas, seguramente desnudas…, que están recluidas para disfrute personal del sultán.

Espero que estén imaginando un harén otomano. Porque, influidos por lo que Edward Said llamóorientalismo, es decir, por la obra de tantos y tantos escritores, pintores y otros artistas que nos legaron su visión sobre el mundo musulmán, creemos que la realidad se dibuja como un cuadro de Gérôme o Delacroix, o un fragmento del libertino Flaubert.

En el mejor de los casos, algunos de estos artistas llegaron a viajar por los modernos Egipto, Palestina o Turquía, pero casi siempre trabajaban de oídas sin salir de Europa, tergiversando y cargando de fantasía los relatos que venían de Estambul, Damasco y el resto de urbes del Mediterráneo oriental. Y es seguro que ninguno vio un harén por dentro, donde el acceso estaba prohibido a hombres más allá de los eunucos guardianes y el propio sultán.

Es por esto que nuestra visión occidental del matrimonio y el s*x* en lo que consideramos que es Oriente tiene mucho que ver con la fantasía de un harén, un baño turco, una relación polígama…, en fin, con la idea del hombre poderoso que tiene a su merced a tantas mujeres como desea. Una visión condicionada por nuestro notable desconocimiento de la cultura islámica y por ese halo de misterio, asombro y exotismo que en nada se parece ya a la realidad.

“Usted en realidad se refiere a poliginia
La poligamia es una palabra que deriva del griego y es definida por la RAE como el ‘Régimen familiar en que se permite, generalmente al varón, la pluralidad de cónyuges’. Esta definición se completa con las de las siguientes palabras: poliandria y poliginia, que se refieren respectivamente al estado de la mujer casada con varios varones y al del varón casado con varias mujeres.

Cuando el lector se interesó por este artículo, estaba probablemente esperando encontrar información sobre el hecho —del que se dará debida explicación más adelante— de que en el mundo araboislámico se den familias compuestas de un varón casado con varias mujeres; nos referimos, pues, a las poblaciones musulmanas de composición étnica árabe en países del norte de África y Oriente Próximo.

Es por esto que deberíamos y en adelante nos referiremos únicamente a poliginia, pues usar poligamiasería impreciso y la poliandria no solo no existe en estos países, sino que es muy infrecuente en todo el mundo. Según el Atlas Etnográfico, de entre 1231 culturas registradas a nivel mundial, 588 practican la poliginia de distintas maneras, mientras que la poliandria solo se practica en cuatro.

Origen histórico-teológico
La batalla de Uhud
23 de marzo del 625, Arabia. Hace tres años que Mahoma huyó de su ciudad natal, la Meca —acontecimiento conocido como la Hégira, fecha que da inicio al calendario musulmán— hacia Medina, adonde llegó para predicar su nueva fe, reorganizar sus fuerzas y expandir el islam hasta la Meca y más allá.

Hoy Mahoma es el profeta de los musulmanes, un credo nuevo que suma adeptos cada día; y un líder militar, general de los ejércitos que combaten bajo la bandera de Alá para defender su fe. Su creciente poder y sus ansias de expansión lo llevarán a enfrentarse a las tribus de Arabia, incluida la de losquraysh o coraichitas de la Meca, de donde procede el mismo Mahoma.

Los musulmanes, henchidos de confianza en su dios, guerrean y consiguen aplastantes victorias…, pero Alá no siempre ayuda, y hoy los musulmanes perderán frente a los coraichitas la que se conoce como labatalla de Uhud, una de las mayores derrotas de los primeros años de expansión del islam.

uhud.jpg

Miniatura otomana que muestra la batalla de Uhud, siglo XVI. Fuente: Warfare
El islam: agente legislador
La religión islámica se caracteriza por un claro interés en influir en la esfera pública, dando mucha importancia al colectivo frente al individuo e interviniendo en aspectos de la vida privada. Preceptos en principio teológicos acaban por constituir leyes —la sharía—, inundando el Corán y el resto de textos sagrados del islam.

Es por esto que podríamos decir que Mahoma fue también un legislador. Muchas de las leyes que promulgó a través de la revelación —como cualquier otra obra legislativa, y más en un sistema en creación como era el islam primigenio— se inspiran en la experiencia previa o surgen de la necesidad de regular un vacío, integrando multitud de ingredientes de la sociedad árabe de la época.

De aquí vienen aspectos como el marcado patriarcalismo, el gregarismo o la disciplina interna características del islam; también la reclusión de la vida sexual al discreto ámbito doméstico, donde se aúnan dinámicas sociales del mundo árabe de la época de Mahoma, como la reafirmación viril o la protección de la mujer en un contexto de guerra constante.

Justificadas por un revestimiento de carácter sagrado, las normas que se introdujeron en el proceso de revelación del Corán acabarían definiendo aspectos públicos y privados de la vida de los musulmanes desde entonces.

La poliginia es un ejemplo perfecto. Además de existir en Arabia ya desde tiempos preislámicos, se hizo necesario regularla después de derrotas como la de Uhud, momento que se ha considerado como determinante en este aspecto. En una sociedad guerrera como aquella, multitud de hombres morían dejando esposas viudas y huérfanos.

Era, pues, común que un hombre ya casado se casara de nuevo con viudas, en principio para protegerlas después de la muerte del primer marido, aunque frecuentemente también con el objetivo velado de gozar de los bienes que los huérfanos habrían de heredar (véase sura 4.2 sobre este temaaquí). La poliginia era una respuesta social a la crisis y su perversión hacía necesaria una regulación que el islam, en su empresa legisladora de la moral, se encargó de llevar a cabo.

“¿Quiere Alá que tengamos varias mujeres?”
Poliginia en el Corán
Enmarcada en la visión mercantilista del matrimonio que tiene el islam, la poliginia no solo no es obligatoria, sino que tampoco es exigible a ninguna mujer. Al contrario que el cristianismo, que ve el matrimonio como un sacramento sagrado, para el islam la unión de los cónyuges se considera como un contrato, un acuerdo legal entre dos personas.

En él se especifican las condiciones que los casados habrán de respetar —incluido si el marido tiene derecho a unirse a otras mujeres— y el divorcio es habitual en el islam y está regulado desde sus orígenes. El islam es, pues, un sistema que ya desde el siglo VII reconoce a la mujer como sujeto legal independiente.

Dentro del Corán, es la aleya 3 de la sura 4, revelada tras el desastre de Uhud —y que reproducimos a continuación en la traducción de Julio Cortés—, la que constituye la principal referencia a la poliginia:

4.3: Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces, casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero, si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola o con vuestras esclavas. Así, evitaréis mejor el obrar mal.

Es por ella que se permite un máximo de cuatro mujeres, siempre que se las pueda mantener a ellas y a sus hijos, aunque también se establece un principio básico: el de la justicia y equidad que el marido debe practicar para con ellas en el plano económico e incluso afectivo. Es tan importante este principio que lleva hasta el extremo de cuestionar la misma idea de la poliginia en la siguiente aleya:

4.129: No podréis ser justos con vuestras mujeres, aun si lo deseáis. No seáis, pues, tan parciales que dejéis a una de ellas como en suspenso.

Dado que, siempre según teólogos musulmanes, parece imposible que el ser humano pueda amar por igual a dos personas, la poliginia está condenada a fracasar de origen y, por lo tanto, algunas voces dentro del islam defienden que no es deseable practicarla; solo en circunstancias infrecuentes y trágicas como la de la muerte del primer marido estaría justificada. La dimensión moral, proveniente de este deseo de protección de las viudas y huérfanos del islam primigenio, es evidente.

Discurso teológico tradicional
Después de siglos de discusión teológica, hay distintas corrientes que van desde defender la absoluta libertad del varón hasta la que entiende que lo deseable es la monogamia y que la poliginia debería evitarse en lo posible.

Sin embargo, la idea coránica original se ha ido pervirtiendo, queriendo intentar justificar el dominio del hombre sobre la mujer sobre la base de argumentos falaces. Fruto de la pesimista visión que el islam tiene del ser humano, se presenta al hombre como un animal sexual víctima de las tentaciones pecaminosas de la mujer, que es incapaz de gobernarse a sí misma, pero sí de alejar al hombre del buen camino de Alá.

Además se pretende, a pesar de no haber ninguna base científica para ello, que la mujer tiene menos apetito sexual que el hombre, por lo que en teoría este quedará insatisfecho, cuando la lógica es la contraria: son los condicionamientos sociales que sufre la mujer musulmana los que la impiden llevar una vida sexual más activa.

Por otro lado, usando una irreal estadística por la que hay más mujeres que hombres en el mundo, se hace un simple razonamiento: si no se practicara la poliginia, habría muchas mujeres que nunca se casarían y, consecuentemente, acabarían descontroladas y llevando una “vida penosa”, conocerían y tendrían hijos de varios hombres y estarían así destinadas a “finales trágicos”, constituyendo, además, una tentación para los hombres casados. La homosexualidad, una desviación desde el punto de vista islámico, reduce el número de hombres en relación al de mujeres, “incrementando más el problema”.

De todo ello se extrae que la poliginia ofrece, según los teólogos musulmanes, un marco regulador que preserva mejor el bienestar social perseguido en el islam. De no permitirse, la existencia de mujeres solteras traería graves problemas al mundo islámico.

En primer lugar, pondría en riesgo el sistema familiar de descendencia a través del varón: ¿cómo —defienden— se sabría de quién es el hijo y a quién corresponde la herencia si la mujer tuviera relaciones con varios hombres? Pero, sobre todo, introduciría una peligrosa amenaza a la moralidad y el orden públicos: el hombre, que, de nuevo según esta visión, estará sexualmente insatisfecho con una sola mujer, buscará a otras mujeres fuera de su casa, cometiendo así adulterio, un grave pecado en el islam.

La censura moral es completa cuando se compara la solución musulmana a cómo son las cosas en Occidente, donde los hombres mantienen de igual manera relaciones con otras mujeres —probándose, a los ojos de los defensores de la poliginia, sus tesis—, pero de forma deshonesta y de espaldas a su mujer legítima.

Un debate en la red
Este andamiaje de argumentos se completa con otros de tipo sanitario que tienen que ver con el aspecto de la fecundidad. Se expone que, mientras que el desempeño sexual del hombre no decae hasta que es anciano, la vida fértil de la mujer es mucho más corta, por lo que no tendría tanto tiempo de tener hijos, en el caso de que pueda hacerlo.

La adopción no es una práctica común en el islam y los métodos de fecundación artificial están prohibidos o, al menos, reservados para situaciones muy extremas, dicen los teólogos. La poliginia es, pues, una solución válida a sus ojos para asegurar la continuidad de la familia.

Todo este debate está muy presente en la red y es accesible al lector en blogs como los que se enlazaban más arriba. Estas páginas tienen por objetivo despejar dudas en torno al islam —a propios y a extraños—, así como convencer a los críticos. Es por esto que se enfocan mucho en los lectores occidentales —mayoritariamente cristianos o ateos— y, en el caso de la poliginia, se usa la misma Biblia como herramienta de debate, acudiendo a los muchos casos en los que personajes bíblicos relevantes la practican. Ejemplos famosos serían Abraham, Jacob, David o Salomón.

La poliginia hoy
Realidad social
Pero, entonces, ¿cómo se vive la poliginia hoy? ¿Acaso es común su práctica, la ambicionan todos los hombres? A pesar de que es difícil acceder a estadísticas actualizadas sobre este tema, podemos asegurar que la tan manida imagen del hombre arabomusulmán con varias mujeres se aleja mucho de la realidad.

El porcentaje de hombres con múltiples matrimonios no suele superar el 5% en ningún país árabe, excepto en las conservadoras monarquías del Golfo, y por lo general la tendencia es a la baja. Por otro lado, más del 90% de estos matrimonios son con dos mujeres, mientras que tener tres es muy infrecuente y los hombres con cuatro mujeres son menos del 1% de todos los que practican la poliginia.

Ciertamente, mantener más de una familia resultaría caro, por lo que los matrimonios con tres o cuatro mujeres se tratan frecuentemente del caprichoso deseo de alguien suficientemente rico. Los casos más frecuentes se dan en áreas rurales más tradicionales y tienen que ver con el anciano que toma por segunda esposa a una mujer joven que ayude al envejecido matrimonio con el trabajo en el campo o en la casa. También es frecuente quien se casa con la mujer de su hermano muerto para evitar así que su cuñada y sobrinos se encuentren en una situación de inseguridad.

Otros casos incluyen el del matrimonio que no puede tener hijos —no parece que se contemple la posibilidad de que la infertilidad sea la del hombre— y líderes tribales que buscan alianzas políticas.

Legislación
Legality_of_polygamy.svg.png

La poliginia es legal en los países en azul claro y se practica con cierta pasividad de las autoridades en los países en azul oscuro. Eritrea, Filipinas, India, Singapur y Sri Lanka (en verde) la permiten solo a los ciudadanos musulmanes. Fuente: Wikimedia
Los países árabes han trabajado en la regulación de la poliginia, que a día de hoy es legal en casi toda África y el sur de Asia. A pesar de que cada legislación nacional es distinta, lo habitual es que un juez tenga que comprobar que existe una razón suficiente para permitir el matrimonio. Razones válidas son la probada infertilidad de la mujer, por ejemplo. En Iraq, en tiempos de la larga guerra con Irán, se introdujo como motivo válido que la segunda mujer pretendida sea viuda.

Además, el juez debe comprobar que las dos mujeres (la primera esposa y la que quiere ser la segunda) saben de la existencia de la otra y que la primera consiente en que su marido se case por segunda vez, así como que no hay temor de que se vaya a cometer injusticia con ellas y que el marido tenga suficientes ingresos para las dos.

Túnez es el único país de su órbita que ha ilegalizado la poliginia, una excepción en la región desde 1956, cuando el presidente Burguiba declaró convencido que a esas alturas de la Historia no solo era inadmisible, sino que resultaba injustificable para alguien racional.

“Estas alturas de la Historia…”
Hoy la poliginia se critica cada día más en países musulmanes desde Indonesia hasta el Atlántico, incluido el Golfo, y parece que los jóvenes se entusiasman menos por la idea. Sin embargo, desde las revueltas árabes de 2011,con el auge del islamismo que trajeron, las tesis tradicionalistas están volviendo a ganar peso.

457802_f1024.jpg

Mujeres musulmanas protestan en Indonesia contra declaraciones de un foro que promueve la poliginia en el país. Fuente: Hubpages
Mientras, a través de la inmigración musulmana magrebí y de Asia central que llega a Europa, en países como Francia se están encontrando casos de matrimonios múltiples, que, a pesar de ser ilegales, se validan a nivel religioso y existen en la sombra.

Lo cierto es que la poliginia forma parte de la cultura araboislámica desde sus inicios, y no parece que vaya a desaparecer muy pronto. Es, junto con otros casos paradigmáticos, como el uso del velo en las mujeres, un aspecto de su mundo que en Occidente no se entiende bien, condicionados por el relato orientalista y la fantasía de las Mil y una noches. Una brecha más entre dos culturas que deberían hacer un esfuerzo por acercarse, más ahora que los extremismos trabajan por lo contrario.

https://t.co/29CK4HuEqJ
 
...algo que hemos estado argumentando aquí desde el inicio de la discusión...menos mal que, por fin (¿será de verdad?), Merkel se ha despertado del letargo y ya lo está declarando ante el mundo...o por lo menos esto parece (no encuentro la fuente original de la noticia...:confused::confused::confused: @Eleonora de Toledo ¿?)

Angela Merkel: No One Supports Saudi Arabia For Free


No-One-Supports-Saudi-Arabia-For-Free.jpg
20 October 2016


MEP: It was declared by German chancellor Angela Merkel in the site below (bundesergierung) on Monday October 17 that she doesn’t know anyone in the world who supports and defends Saudi Arabia without taking bribe.

“Everyone who supports Saudi Arabia receives his money in advance. Everyone who sells weapons to Saudi Arabia has received double-fold.” Merkel added. “I was surprised that the Saudi Arabia’s money could not prevent the passage of US Congress bill but Republican and Democrat parties have hoped to offset their costs by Saudi Arabia’s princes in US Presidential Election 2016.”

“Germany will be the first country which will prefer its interests and national security to Saudi Arabia’s bribes.” Merkel declared.

Saudi Arabia has been accused of funding radical extremism across the globe by one of Germany’s top politicians.

Vice Chancellor Sigmar Gabriel told the German newspaper Bild am Sonntag that it should be made clear to the kingdom that the time for looking the other way has passed.

“Wahhabi mosques are being funded by Saudi Arabia all over the world. Many dangerous Islamists come from these communities in Germany,” Gabriel said.

http://middleeastpress.com/english/angela-merkel-no-one-supports-saudi-arabia-for-free/
 
Última edición:
FIN DE SEMANA NEGRO

1. Contraataque yihadista Palmira (ya neutralizado)

2. doble atentado Estambul (38 muertos)

3. atentado Mogadiscio, Somalia, (29 muertos)

4. atentado contra coptos, El Cairo (25 muertos) y subiendo...

5 Derrumbe ¿casual? cubierta iglesia, Nigeria (60+ muertos)

6. Explosión ¿casual? camión cisterna Kenia (posible "atentado en autopista" más concurrida del país, 40 muertos)

7. 1.700 yihadistas intentan volver a Europa tras derrota en Alepo

Con razón Francia prolonga 7 meses estado de emergencia, hasta julio 2017, por estos contraataques del ISIS, y me pregunto si en España el gobierno de Rajoy no debería hacer lo mismo.
 
Estoy francamente impresionada....video de boda islámica,el novio 60 años la "novia"....9....cuando el trata de darle la.mano para meterla en casa...los.gritos de la niña.son
..DESGARRADORES.esto es una infamia....
 
SUMISION. de Michel Houellebecq
es profético, extraño que aun NO lo hayan prohibido. Da miedo, y está a la vuelta de la esquina.
 
Back