El Diario de Delizia Mondariz

Agosto es para no salir de casa. Se debería otoñear, no veranear. Que asco de agosto, tenía dos semanas de descanso y me han obligado a tomarlas ahora. Estoy fuera, con el portátil roto, pasando calor y en un sitio lleno de GENTE que engulle y bebe sin parar. A una señora en traje de baño le cuelga el cordel del tampax. Mi marido está en la orilla, con esos bigotes parece un león marino haciendo la digestión, se le pone una mirada de camello viendo chicas sin la parte de arriba del bikini..., y eso que lleva gafas de sol. Nunca me ha mirado con esa cara de hechizado, tristeza de agosto. ¿Por qué la gente come en la playa? Les veo escupir arena todo el rato, y ahora se van, sólo han bajado a comery beber sangría de un perolo sucio. Todos los niños de este pueblo se llaman Iker. El vendedor de mojitos fake me ofrece uno, que manos tiene el hombre, parece que han estado rebozándose en chapapote, pero la gente le compra mojitos. Las bolsas de imitación de tela del Mercadona están de moda entre los hipsters. El próximo año a Baden Baden




Escribo desde el móvil para agradeceros vuestras palabras. Con esto del teléfono me doy cuenta de la utilidad de las tablets, que horror es escribir por aquí, creo que tengo unos dedos enormes, no doy una letra bien.

En cuanto llegue a MadriZ, me pongo con Mirentxuca.
jajajajajaj buena crónica playera¡¡¡ Vas a volver calentita y así vas a descuartizar a la Mirentxuca con mucha más saña y salero¡¡¡ Ole¡¡¡
 
y???? Me deja en ascuas. No habia leido nada de este hilo y esta tarde aburrida me lo he encontrado y no he hecho nada mas que leer y reirme, reirme. Que de ingenio! " La risa, remedio infalible" Gracias por contribuir a mi salud !
 
PARTE 2 DEL CAPÍTULO 5


A los 14 años Mirentxu era una adolescente muy avispada, había aplacado ese impulso de hablar y recitar anuncios de forma incesante. Ya sabía lo que quería: vivir bien. A pesar de querer mucho a sus padres adoptivos,su forma de vida no le gustaba. Tanta sencillez, aunque no le faltase de nada, le asqueaba. Quería ganar dinero, ser una gran señora, lucharía para obtenerlo.

Se puso a trabajar en la lonja de Zarautz vendiendo los bígamos, jureles, boquerones, sardinas, que a su padre tanto trabajo le costaba pescar. Se hizo muy popular en la lonja. Cantaba los precios como un barítono, algo imposible en el mundo de la ópera que una mujer tenga voz de barítono. Incluso gente del pueblo no interesada en comprar pescado, se acercaba a la lonja para escuchar la espectacular voz de Mirentxu.

Pero era mala época, la posguerra española no era favorable para llevar a cabo los planes de Mirentxu. Pocas personas en el pueblo se podían permitir el lujo de comprar las exquisiteces que pescaba Antxón.

La joven Mirentxu se amargaba, ni las reuniones de los viernes noche le hacían feliz, aquellos akelarres comenzaron a aburrir a la Voz. A pesar de todo, las Nornas estaban tejiendo un buen destino para la joven Mirentxu.

Don Iñaki Urbieta se acercó a la lonja a comprar bacalao para hacer una purrusalda, se detuvo, pensó que había entrado en una escuela de canto al escuchar a Mirentxu. Se acercó a ella:

_Disculpe que la interrumpa, pero su voz me gusta.

_Vendo pescado, ¿qué le pongo?

_ Oh, no se ofenda, por favor. Me dedico a la radio. Soy director de Radio Guipuzkoa.

Mirentxu cambió de actitud al instante, la palabra director le alertó, las habilidades aprendidas de Antxón para la pesca se desplegaron al instante, se fijó en él con más atención. Iba bien vestido, se le veía un hombre de mundo, con dinero, algo mayor, pero esto último daba igual… era director. A pesar de que Mirentxu parecía haber nacido con una radio en su interior, no sabía nada de aquel gran invento. Interpretó mal las intenciones de Don Iñaki, y comenzó el halconeo. Don Iñaki enrojeció, era un caballero, además Mirentxu podría ser su nieta. Pero no se ofendió, explicó que le podía ofrecer un puesto de trabajo bien remunerado como locutora de radio.

El problema es que Mirentxu buscaba un atajo, eso de puesto laboral bien remunerado no le convencía. La palabra trabajo le irritaba mucho. Vendía pescado en la lonja porque le gustaba el ambiente, y sólo estaba dos horas, el resto era su madre, Doña Izascún, la que ocupaba el puesto. Mandó a paseo al pobre Don Iñaki.

Resulta curioso que mis dos abuelas, siendo de orígenes tan diferentes se hayan dedicado a la venta de pescado. Una por auténtica pasión, la otra por aburrimiento: mi abuela materna sentía devoción por su profesión, los gritos, el olor, el bullicio, la fluctuación de los precios,la calidad del género, la manipulación de los pesos y la báscula. Se le daba bien, merluzas de dos días las hacía pasar por frescas, muy lista. Bajita y rechoncha, pero una gigante en el mercado, en eso se parecía al abuelo, en el taxi era un verdadero watusi.

La curiosidad animó a Mirentxu a acudir a la emisora. No quería trabajar, pero eso de que su voz llegase a muchas personas le entusiasmaba. Se arregló, se puso las perlas que le regaló Antxón, y se puso un vestidito azul marino que le prestó su amiga Marita Tiburrio. Marita era una modista interesadísima en la familia real y en como vestían, le apenaba el exilio de la familia real. Su nieta, Nurita, es amiga mía, y escribe artículos en los que procura ensalzar mi belleza y elegancia.

La emisora estaba situada en el centro de Zarautz, Don Iñaki bajó a recibirla, estaba muy contento, le mostró la emisora, el espacio de los redactores, la pecera, los artilugios para hacer los efectos sonoros de las radio novelas. Mirentxu miraba todo con los ojos muy abiertos, estaba algo cohibida, saludaba a los redactores elevando ligeramente la cabeza. Pobrecita, acostumbrada a la vida al aire libre sus modales rudos no encajaban, se apartó un poco el pelo para lucir mejor los pendientes de perlas, era un saquito de complejos.

Hizo una prueba delante del micrófono, y todo cambió: recuperó su confianza y desplegó todo su talento, qué dicción, la abuela consiguió que toda la emisora dejara de hacer sus actividades para escuchar su gran voz, hasta el conserje subió para escuchar a mi abuela. Una especie de halo de luz la envolvía, parecía un ser celestial, hasta el sonido que salía de su boca tenía color, parecían auroras boreales. Era un espectáculo. Si Hércules hubiese escuchado la voz de la abuela Mirentxu, hubiese podido romper las ataduras que le tenían sujeto, menos mal que eran sirenas, porque la voz de la abuela no sólo era bonita, es que, además, daba vigor.

El año 1944 fue un año movido en el mundo y en el mundo de mirentxu. Firmó un contrato con radio Guipúzcoa, 250 pesetas semanales, una barbaridad en aquella época. Empezó a tener contactos importantes, gracias a éstos pudo meter a Marita Tiburrio en la recién fundada ¡HOLA!. Las Tiburrio siempre estarán en deuda con nosotras.

Los servicios secretos británicos la contrataron para arengar a las tropas en el desembarco de Normandia, conocedores de los efectos que su voz provocaba, no dudaron en ficharla y ponerle un megáfono. Fue una misión secreta, Mirentxu hizo posible el desembarco en Normandia. Winston Churchill la condecoró con varias medallas en una ceremonia secreta.

Tanta actividad sumada al paquete de ideales que fumaba a diario tuvo sus consecuencias: unos pequeños nódulos en las cuerdas bocales, era el año 1949. Acudió a un conocido otorrino: don Jesús del Burgos…No se le escapó, las redes estaban bien zurcidas, ni una sardinita podría atravesarlas y menos aquel mero. Calculó rápido la abuela, como un ajedrecista de partidas rápidas: otorrino, médico, respeto, criadas, poder, DINEROOO. Morir o matar, la abuela mató. Le tiró las bragas a la mesa, el tintero cayó dejando una mancha negra en la mesa y las bragas, que señal más nefasta y premonitoria,y eran nuevas, la abuela siempre ha sido muy previsora.

Don Jesús era hombre familiar de misa diaria, temeroso de Dios, admirador de la obra de Escrivá de Balaguer, agregado del Opus Dei. Tenía miedo, miedo a la vida, todo era pecado, pero era un hombre de mediana edad, sano, con instintos, y aquel espectáculo le transtornó. Todo lo reprimido salió de golpe. Como el agua cuando revienta las escotillas de un barco hundiéndose, la vida le inundó, no pudo oponerse. Colaboró en el espectáculo, agarró a la abuela por la cintura y la tumbó en la camilla de la consulta. Un hombre miedoso es un hombre precavido, pero un agregado del Opus no tiene anticonceptivos, daba igual,le daría tiempo, pensó. Y justo en aquel instante, cuando Jesús iba a retirarse, Mirentxu hizo una tenaza con sus fuertes piernas, apretó y apretó hasta que supo con certeza que Jesús había terminado, los intentos del pobre Jesús por zafarse fueron inútiles.

Era abril del 49, bendita primavera. Mirentxu había escrito un telegrama a la cigüeña: El médico y yo te reclamamos stop no viene la tía encarnada (decir tía roja en aquella época era peligroso) stop te esperamos en 9 meses stop

Delizia miente, lógico que lo penséis. Madre soltera en los años 50,ridícula forma de capturar a un médico. Con decir que no conocía a la abuela asunto terminado. Nada de eso, la abuela, su madre la Cebolluca, mi hermana Zulema y yo, tenemos poderes, sí, habéis leído bien: PODERES. Sabemos perfectamente como va a reaccionar un hombre al que le lanzamos el anzuelo, sabemos que tipo de cebo hay que colocar, el intelectual, el sexual, el difícil. Ejemplo: a mi tontito le gusta el anzuelo difícil y luego el sexual. Cuando me propuso quedar le dije varias veces que no, y eso le picó y mucho. Más tarde el sexual con técnicas mexicanas como el “taquito picante” o “el pulque me lo trago de golpe”. También predecimos como se va a comportar un hombre durante el noviazgo y matrimonio. Me disperso.

La abuela lo supo en cuanto vió el retrato de Escrivá. Ese hombre iba a ceder a sus chantajes, ese hombre tenía miedo al que dirán, tenía miedo a la orden, le temía a todo. Le pidió una pensión desorbitada, la criatura era igual que su padre,la misma cara de oso, con esos carrillos y esas cejas. Don Jesús aceptó con la condición de que desapareciese de su vida. Y se quedó con los nódulos de por vida. Era febrero de 1950.

Continuará.

En el siguiente capítulo escribiré sobre mi abuelo materno. Mi pequeño gran abuelo.

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Don Iñaki, director de radio Guipúzcoa, con una enemiga de la abuela, Laurita Galona.

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Marita Tiburrio en el centro (la nieta es igual) y Mirentxu. La de la izquierda ni idea. radioantigua_Galeria.jpg
Vecinos de Zarautz entusiasmados escuchando a mi abuela.
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Don Jesús del Burgos, mi bisabuelo secreto.
260px-María_Sabater.jpg
Mirentxu trabajando, y tan delgada como yo. Es algo genético. Comemos de todo, pero lo quemamos rapidísimo.
 
"Le tiró las bragas a la mesa"......
Mil veces...............ME PARTO...!!!

Gracias, @Angostura, por hacerme reir tanto.

Saludos.
 
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La curiosidad animó a Mirentxu a acudir a la emisora. No quería trabajar, pero eso de que su voz llegase a muchas personas le entusiasmaba. Se arregló, se puso las perlas que le regaló Antxón, y se puso un vestidito azul marino que le prestó su amiga Marita Tiburrio. Marita era una modista interesadísima en la familia real y en como vestían, le apenaba el exilio de la familia real. Su nieta, Nurita, es amiga mía, y escribe artículos en los que procura ensalzar mi belleza y elegancia.

(y):hilarious::hilarious::hilarious:(y)
os servicios secretos británicos la contrataron para arengar a las tropas en el desembarco de Normandia, conocedores de los efectos que su voz provocaba, no dudaron en ficharla y ponerle un megáfono. Fue una misión secreta, Mirentxu hizo posible el desembarco en Normandia. Winston Churchill la condecoró con varias medallas en una ceremonia secreta.
:LOL::LOL::LOL:


Mirentxu miraba todo con los ojos muy abiertos, estaba algo cohibida, saludaba a los redactores elevando ligeramente la cabeza. Pobrecita, acostumbrada a la vida al aire libre sus modales rudos no encajaban, se apartó un poco el pelo para lucir mejor los pendientes de perlas, era un saquito de complejos.
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¡Genial! Muchas gracias.
Nos hace falta un emoticon de aplausos.
 
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