Esta noche he dormido a pierna suelta.
Me he quitado la izquierda y la he dejado reposar sobre la cama de al lado, para que descansara mejor y a su aire.
Ayer en el autobús le cedieron el asiento muy amablemente a mi abuela, y no solo una persona se levantaron por lo menos veinte y todos querían que ocupase su asiento.