Creo que habria que fomentar más el uso de las hojas de reclamación en estos establecimientos. Pero a veces por vergüenza o por prisa no lo hacemos. Se ven por ahí cada escabechinas en las cabezas...Hay que quejarse ante estas cosas, y decírselo claramente. Mi prima peluquera lo dice ella misma ante los destrozos que ella misma ha visto por tener compañeras sobradas; también ha tenido compañeros sobrados pero según su experiencia, han abundado más las compañeras así (porque ves de todo).
Os cuento una anécdota que me contó mi prima de una compañera suya; yo me encontré a esta tía por la calle, una choni de cuidado que llevaba la cara de asco perenne y miraba por encima del hombro a todo el mundo, yo entraba en la peluquería y es que mirarla me producía rechazo inmediato, menudas perlas me contaba mi prima de cómo era tanto como peluquera como compañera. Pues me la encuentro y me dice que se ha tenido que ir de la peluquería por estrés, que no soportaba a clientas cansinas y exigentes y que el ambiente de la peluquería era muy malo.
Resultó que la tía recibió un sinfín de quejas, pero por escrito, hojas de reclamaciones, de clientas que estaban hasta las narices ya de que aquí la moza hiciera lo que le saliera de ahí mismo "sugiriendo" lo que a ella le parecía; ya no sólo eran las quejas de las clientas, es que estaban los compañeros de testigos de cómo en cuanto tenía clienta ya empezaba con el sabelotodismo y su "profesionalidad". Y que venía una clienta a que la peinara uno de los peluqueros, y cogía la tía metiendo mierda, y le decía a la clienta por detrás (o fuera de la peluquería) que lo que le había hecho el compañero era un destrozo; para que la siguiente vez que esa clienta fuese a la peluquería, se la quedara ella y le hiciera lo que le diera la gana. Una joya.
La tuvieron que echar a la calle, a mi me consta y lo digo de primera mano, que los compañeros de mi prima y ella misma son unos maravillosos profesionales, y que por desgracia, las listas y listos de turno abundan en el oficio.
Por eso insisto en que pongáis quejas por escrito, que lo sepan los jefes y superiores, que vayas a una peluquería y sepas como entras y no sepas como vayas a salir. Las hojas de reclamaciones hacen maravillas, no os cortéis nunca, pero nunca. Hay gente realmente válida en esta profesión, y por desgracia hay auténticas y auténticos gilipollas que van de "creativos" por la vida y destrozan cabezas.