Cócteles. Buena compañia.

La vida secreta del cóctel: los misterios de la bebida más sofisticada




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14.11.2018

La coctelería es el capitulo secreto de la historia del Siglo XX. Entre sus recetas e ingredientes se esconden historias y anécdotas vinculadas a la política, a la guerra, al mundo del arte, el cine y la moda. El auge contemporáneo de la coctelería ha impulsado una nueva tendencia en interpretar los clásicos con mucho rigor y una dosis de irreverencia propia de los tiempos actuales.

Gentleman brinda la posibilidad de emprender un viaje por la historia de la coctelería reinterpretada por Brockmans Gin, la ginebra inglesa que aúna tradición y vanguardia. Si está pensando en convertirse en el anfitrión ideal para las reuniones sociales, este es su momento. He aquí diez propuestas para convertirse en un 'bartender' profesional.

NEGRONI (FLORENCIA, ITALIA).
Pocos cócteles guardan tantos secretos y anécdotas como el Negroni, un nombre que evoca los vibrantes años veinte en una Florencia poblada por artistas, políticos y aristócratas. Cuenta la historia que el Conde Camillo Negroni pidió a su barman de confianza del café Casoni que al Americano, un cóctel a base de Campari y vermut rojo al que era aficionado, añadiera ginebra. Así nació el cóctel que se ha convertido en el aperitivo icono del siglo XXI.

KIR (DIJON, FRANCIA). Sofisticado, elegante y atrevido. Un cóctel con pasaporte francés donde vino y ginebra se maridan a la perfección.

GINTONIC BROCKMANS (ESPAÑA).
El símbolo del hedonismo contemporáneo. La receta recomendada por Brockmans Gin para proteger y potenciar su complejidad aromática compuesta por tonos florales y especiados y equilibrados por matices cítricos, es servir el gin en una amplia copa de balón con una tónica Premium, abundante hielo, una tira de pomelo rosa y dos arándanos azules.

AVIATION BLACK (NUEVA YORK, EE UU). 'Recipe for mix drinks' de Hugo Ensslin es el libro de coctelería escrito en 1916 donde aparece por primera vez la receta de Aviation, el cóctel que celebra la aviación de Estados Unidos nacida en 1911.

GIMLET (LONDRES, REINO UNIDO). De la aviación estadounidense a la Marina británica. Un trago noble y antiguo que evoca el cine negro y las atmósferas de Raymond Chandler.

BROCKMANS 75 (PARÍS, FRANCIA). El cóctel más famoso de la posguerra. El French 75 como jamás lo has probado.

BRAMBLE (LONDRES, REINO UNIDO). Citrico y dulce. Un cóctel muy british que aúna tradición y modernidad.

BROCKMOPOLITAN (MASSACHUSETTS, EE UU). Un cóctel masculino con ginebra y matices de fruta ácida. Más seco que un Margarita y más fresco que un Martini.

BOLD FASHIONED (KENTUCKY). La interpretación de Brockmans de un cóctel clásico como es el Old Fashioned. Se cree que sus orígenes proceden de un club de caballeros de Kentucky.

TOM COLLINS (NUEVA YORK, EE UU). Un cóctel que no necesita presentaciones.


GALERIA : https://www.gentleman.elconfidencia...et/2018-11-14/brockmans-gin-coctel_1643512#10
 
La desconocida vida del rey español del daiquiri, que hizo historia junto a Ernest Hemingway en Cuba


ATAHUALPA AMERISE | EFE

La Habana
15 NOV. 2018



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Estatua de bronce de Hemingway en la barra del Floridita Frederic Schmalzbauer



La fascinante historia de Constante Ribalaigua, el coctelero que reinventó el daiquiri en La Habana para satisfacer la incansable sed de Ernest Hemingway, llegará a la gran pantalla en forma de documental a cargo de historiadores de su ciudad natal, Lloret de Mar (Gerona).

En los años 30 dos hombres, cada uno a un lado de la barra, contribuyeron de forma definitiva a dar al daiquiri fama internacional. Lo servía Constante Ribalaigua, considerado el "padre de la cantina" en Cuba y el "rey" de este combinado de ron, azúcar, limón, marrasquino y hielo. Y lo bebía el escritor estadounidense, a cuya medida el coctelero catalán diseñó la variante "Papa Doble" o "Papa Hemingway", con doble de ron y sin azúcar.

Esto ocurría en El Floridita, el bar de cócteles más famoso de Cuba donde Hemingway aún reposa el codo en la barra, ahora como estatua de bronce, frente a batidoras que descuartizan hielo y limón sin descanso para llenar cada minuto decenas de vasos de daiquirí frapé, la creación más célebre de Constante (también conocido como Constantino).

El cantinero y antiguo dueño del Floridita descansa en el Cementerio Colón de La Habana de una vida quizá tan intensa y algo más larga que la de su amigo el Premio Nobel de Literatura. Nació en 1888, 11 años antes que Hemingway, y murió nueve años antes, en 1952, dejando un huérfano de ocho años: Jorge Ribalaigua.

Hoy septuagenario, Jorge será el narrador y protagonista indirecto del documental sobre su padre Constante Ribalaigua, el Rey de los cocteleros. Este filme en proceso final de rodaje, cuyo estreno está previsto el próximo año, es iniciativa de Montse Sala y David Barba, dos historiadores de Lloret de Mar obstinados en dar a conocer al mundo que "el coctelero más influyente del siglo XX", como lo definen, nació en su localidad.

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Jorge Ribalaigua, hijo de Constante Ribalaigua, el "Rey de los Cocteleros" Yander ZamoraEFE




"Constante es quien establece los cánones de la coctelería clásica: un montón de los clásicos cubanos dentro de la coctelería. Es reconocidísimo y vamos a tratar de que lo sea un poquito más", asegura Montse Sala en La Habana, última escala del rodaje tras Lloret de Mar, Barcelona, Madrid, Nueva York y Miami.

De propiedad de los Ribalaigua, El Floridita pasó a pertenecer al Estado cubano al triunfar la Revolución de 1959, ya muerto Constante, y la familia de origen catalán emigró a Estados Unidos donde Jorge vive hasta el día de hoy. El doloroso recuerdo de aquellos tiempos le quitó las ganas de regresar a Cuba por casi seis décadas, hasta que los productores del documental le propusieron acudir de nuevo al bar donde pasó parte de su infancia.

"Es una emoción enorme visitar el Floridita y tratar de recuperar toda esa historia que desde 60 años atrás no he podido conectar", explica, visiblemente conmovido, el hijo del célebre coctelero. Jorge certifica que el antiguo bar de su familia, hoy escala obligada para todo viajero que transita el centro histórico de La Habana, "ha cambiado mucho" desde su niñez, aunque reconoce que "siguen haciendo unos daiquiris fenomenales", y lo atribuye orgulloso al "legado" de su padre.

Además de la versión más famosa del daiquiri, Constante diseñó alrededor de 200 combinados para disfrute de los más exigentes bebedores, entre ellos Jean-Paul Sartre, Graham Greene, Gary Cooper o Ava Gardner, clientes asiduos de El Floridita en una época en la que La Habana exhibía su máximo esplendor.

"En su momento, Constante llevó la coctelería a una excelencia que actualmente sería comparada a estrellas Michelín", afirma el productor del documental, que también busca reivindicar desde una perspectiva histórica la figura del cantinero, que en Cuba "es casi una divinidad" mientras en otros países el reconocimiento ha llegado más tarde.

David y Montse confían, sin embargo, en que sea Hemingway quien arrastre la curiosidad del público cuando estrenen su producción: "No ocurre cada día que un bartender esté inmortalizado en las novelas de un premio Nobel".





https://www.elmundo.es/cultura/cine/2018/11/15/5bedc005ca4741451b8b45f1.html
 
Más allá del champán: vinos espumosos con mucho glamour

Hay un mundo de burbujas más allá del indiscutible rey de la región de Champagne en Francia. Están los crémant, los frizzante y los prosecco de Italia, entre otros


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Copas de Crémant. (Alamy)


Cava y champán son burbujas de sobra conocidas, a lo peor de oídas, pero lo más seguro es que todos, en alguna ocasión, habremos disfrutado de alguna en diversas circunstancias. De parecidos razonables pero distintas, son los vinos (porque lo son, aunque no sean tranquilos sino espumosos) más conocidos dentro de su especie y de fama mundial en el caso de los franceses. Pero no son los únicos.

El crémant francés se elabora con el método 'champènoise' y debe su nombre a la cremosidad en el paladar


Están los espumosos, una nomenclatura genérica que designa vinos con burbujas del mismo perfil que los anteriores, en cuanto a elaboración y contenido, pero que no se consideran ni lo uno ni lo otro por elaborarse fuera del radio de acción de esas denominaciones, cava y champagne. Una limitación que en el caso de los españoles deja a muchos fuera a pesar de la loca geografía que recorre la denominación del cava, dado que supera el territorio catalán para adentrarse en decenas de municipios de muy diferentes provincias españolas; aparte de las cuatro de la comunidad catalana, se incluyen varios pueblos de Álava y La Rioja, junto a dos de Navarra (Mendavia y Viana) y Zaragoza (Ainzón y Cariñena), además de la localidad valenciana de Requena y la pacense de Almendralejo.


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En el caso de los franceses, esos espumosos que no están en Champagne se conocen como crémant, un tipo de vino que debe el nombre a la cremosidad que presenta en el paladar, que no puede llamarse champán pero que se hace por el método tradicional, o champènoise; esto es, realizando la segunda fermentación en la botella. Se produce en diferentes regiones francesas, en concreto hay siete denominaciones de crémant controladas en el país. En general, se puede hablar de vinos más ligeros, con una burbuja más gruesa y de menor longevidad que los champanes; en el suelo y climas de procedencia reside la clave de estas diferencias.

La nueva moda: el frizzante
Seguimos con otro tipo de espumoso que responde a otro perfil de vinos porque el método de elaboración y el resultado son bien distintos. Es ese carbónico lo único que los une como su principal seña de identidad. Poco grado, dulces, frescos, jóvenes y chispeantes. Es el carácter que define a los frizzante, bebidas que se han puesto de moda hace unos años en el mercado y razón por la que surgen de forma imparable en diversos rincones del país. Con un nombre italianizado en pro de su atractivo –aunque los vinos con aguja existen desde hace muchos años entre nosotros–, el carbónico (natural o añadido justo antes de embotellarse), que produce cierto cosquilleo en la lengua, además de una baja graduación, entre 5º y 10º (pues se para la fermentación alcohólica a la mitad del proceso, con lo que no se consumen todos los azúcares), lo sitúa entre esos nuevos vinos exitosos que conquistan al público más joven y más profano. Los encontramos blancos, rosados y tintos, y casi siempre con una imagen llamativa a la conquista de ese consumidor.



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Foto: Alamy.


Para terminar, los prosecco italianos, en concreto ubicados en la zona noroeste del país, en las regiones de Veneto y Friuli Venezia Giulia. Vinos ligeros, aromáticos, frescos, primarios (dominio de notas frutales), amables al paladar sin pasarse de dulzor, y para los que solo puede utilizarse la uva autóctona giera. También tiene un menor contenido alcohólico, 11-12º, la segunda fermentación la hacen en tanques de acero inoxidable en vez de en botella y su menor complejidad requiere que se consuman a mayor velocidad pues no ganan con el paso del tiempo en la botella. Desde hace nueve años, el Ministerio de Agricultura italiano distingue entre dos categorías la producción de prosecco: la Denominación de Origen Controlada (DOC) y como superior las botellas que se etiquetan como Denominación de Origen Controlada y Garantizada (DOCG). Luego, en función de la cantidad de azúcar residual, se dividen, de menos a más, entre brut, extraseco y seco.

https://www.alimente.elconfidencial...-deseadas-que-no-son-champan-ni-cava_1632312/


 

Ponche de navidad: la deliciosa receta viejuna que te conquistará estas navidades




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El ponche de navidad es una bebida cremosa que suele tomarse tanto en esta fecha, como en Año Nuevo y Acción de Gracias, en Estados Unidos y Canadá. Tiene muchas historias distintas acerca de su origen, una de ellas es que se originó cuando en fin de año de 1826, un grupo de cadetes destacados en la Costa Oeste americana, decidió celebrar una fiesta de Navidad para intentar mitigar la tristeza al encontrarse lejos de sus familias en estas fechas tan señaladas.

Como en el cuartel no estaban permitidas fiestas y mucho menos consumir bebidas alcohólicas, los soldados se las ingeniaron para crear una bebida con ingredientes que pudieran tomar sin temor a ser descubiertos, y que les alegrara su fiesta de fin de año clandestina. A esta bebida le llamaron “ponche de huevo”, eggnog en inglés, y comenzó siendo solamente una mezcla de leche con huevos y azúcar. Tiempo más tarde a esta receta se le fueron añadiendo sucesivas modificaciones, entre ellas la de añadir alcohol, y así ha llegado a ser tal y como hoy la conocemos.

Existen muchas recetas de ponche de navidad, tantas como casas que la celebran, la de hoy es una versión en donde la preparación se cuece ligeramente hasta que llegue al punto de pasteurización de los huevos, aunque también podéis encontrar algún ponche de navidad donde los huevos van crudos y se les añade clara de huevo montada en forma de merengue. En este caso os recomendaría usarais yema y clara pasteurizadas que hoy se encuentran en cualquier supermercado, para evitar problemas de seguridad alimentaria.


Ingredientes
Para 4 personas
  • Yema de huevo 4
  • Leche 260 ml
  • Nata líquida 240 ml
  • Azúcar 110 g
  • Vaina de vainilla 1
  • Canela en rama 1
  • Nuez moscada molida al gusto
  • Bourbon 80 ml
  • Nata montada 100 ml
Cómo hacer ponche de navidad

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total :18 m
  • Elaboración: 10 m
  • Cocción: 8 m
  • Reposo: 28 h
En un cazo echamos la leche, los granos de la vaina de vainilla, los palitos de canela, la nata y un poco de nuez moscada. Encendemos el fuego y llevamos estos ingredientes a casi ebullición removiendo de vez en cuando.Una vez hierva apagamos el fuego. Dejamos reposar la mezcla tapada para que infusione durante 10 minutos. Pasamos la leche por un colador o chino y la reservamos.

Por otra parte separamos las yemas de las claras. Batimos las yemas con unas varillas o bien con la batidora y agregamos azúcar, cuando cambien de color a blanquecino y adquieran una consistencia cremosa las reservamos. Pasamos la mezcla de leche y nata por un colador y lo vamos añadiendo poco a poco a las yemas batidas, removiendo a la vez la mezcla para que se integren los ingredientes.

Pasamos la mezcla de nuevo a la olla y cocemos a fuego suave, removiendo hasta que veamos qué empieza a espesar o bien si tenemos un termómetro de cocina este llegue a 82 grados centígrados. Retiramos del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente.

Cuando haya enfriado, añadimos el bourbon, ron, brandy o whisky, lo que mas nos guste y mezclamos bien. Vertemos el ponche en las copas y tapamos con papel film. Dejamos en la nevera un mínimo de seis horas.

A mí me gusta esta versión más ligera, pero si os gusta la textura más espesa de este ponche, solo deberéis montar las claras de huevo que os han quedado a punto de nieve y agregarlas con delicadeza a la mezcla de ponche una vez este a temperatura ambiente, después de agregar el licor.


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Con qué acompañar el ponche de navidad
El ponche de navidad lo podéis acompañar con nata montada y espolvorearle un poco de canela molida. Se toma fresco, pero resulta perfecto para agasajar a nuestros invitados en los fríos días navideños.

https://www.directoalpaladar.com/po...eceta-viejuna-que-te-alegrara-estas-navidades
 
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