- https://www.elmundo.es/espana/2020/11/20/5fb7bc7efdddff2c858b4599.html
- Crónica. Caso Asunta: '¿Qué mató al 'pajarillo?'
- Crónica. ¿Mataron Rosario Porto y Alfonso Basterra a Asunta porque les molestaba?
Es un matiz importante que, para mí, desacredita a muchos de los grafólogos y expertos que salen en televisión subiéndose al carro del "se percibe claramente que Rosario tenía tendencias..." y añada después el adjetivo que prefiera desde controladora a egocéntrica.
Como se suele decir, a toro pasado todos somos Manolete. Esos mismos fueron los que la crucificaron cuando las televisiones emitieron las imágenes en las que Rosario se reía durante el registro de la casa de Montouto, donde en el juicio quedó probado que fue asesinada la pequeña Asunta. Eso pese a que incluso los propios investigadores salieron en su defensa al explicar que durante un registro pasan tantas horas que da tiempo, entre otras muchas cosas, a llorar y reír.
Mientras trabajábamos en el documental, meses antes de convencer a Rosario de que nos concediese la única entrevista que ha dado, me fui creando una imagen propia de como debía haber sido aquella mujer antes de decidir cometer aquel crimen. Nos la habían pintado como una persona débil, controlada por su marido hasta el maltrato, despistada, con poca fuerza de voluntad, obsesionada por las apariencias y el qué dirán... Pero lo que yo me iba encontrando en nuestra investigación distaba en muchos momentos de esa descripción.
Rosario, que sí le daba mucha importancia a las apariencias, llevaba casi un año manteniendo una relación en secreto con otro hombre a espaldas de Alfonso. Cuando éste la descubrió, lejos de amilanarse, decidió liarse la manta a la cabeza y divorciarse de él. Esa mujer, que nosotros recordamos casi siempre vestida de negro, comenzó a vestirse de color y a soñar con otra vida. Quizás, a sus 44 años, estaba pasando por esa crisis que le lleva a uno a hacer balance de los años vividos y los que quedan por vivir: ¿Realmente esa era la vida que quería o era la que había construído para contentar a su madre? ¿Habría adoptado de no ser por el ansia de sus padres de ser abuelos? ¿De verdad el resto de su vida iba a ser vivir con Alfonso, al que ya no quería? ¿Por qué no poder disfrutar del s*x* salvaje que había descubierto en su nueva relación?
Rosario le propuso a su amante, también casado, que abandonase a su mujer y comenzasen una vida juntos pero él la rechazó. Eso la hundió. Días después Rosario fue ingresada en el hospital como tantas otras veces antes. En eso sí era débil. Los traspiés la llevaban a caer en depresiones que la alejaban del mundo. Durante aquellos días ingresada la cuidó la única persona que tenía cerca, Alfonso. Y entonces yo creo que Rosario se dio cuenta que no iba a poder escapar jamás de esa jaula en la que se había convertido su familia. Cuando días después Rosario recibió el alta, "alguien" entró en su piso mientras ella y Asunta dormían e intentó asesinar a la pequeña. Por los mensajes de texto de su móvil se sabe que Rosario venía de tomar unos gintonics con una amiga mientras la niña la esperaba en casa.
Quizás el alcohol la envalentonó a dar el criminal golpe de timón a su existencia. Porque sin Asunta, desaparecía además cualquier vínculo con Alfonso y podría empezar de cero. Un plan demencial pero un plan, al fin y al cabo, que es más terrorífico porque fue cometido por una persona hasta entonces normal. Y es que para cualquiera de nosotros es tranquilizador saber que los crímenes los cometen los psicópatas, pero nos asusta pensar que un día podemos cometerlo cualquiera de nosotros.
Corría junio del año 2013 y Rosario no volvió a ver a su amante hasta el mes de septiembre... Dos días antes de asesinar a su hija. Nadie sabe qué sucedió entre la imagen de la cámara de seguridad de la gasolinera que delató a Rosario y el hallazgo del cadáver de la niña en aquella oscura cuneta. A ciencia cierta sólo lo sabían Rosario y Asunta. El jurado decidió que también Alfonso. Sea como sea Rosario, se lleva la verdad a la tumba.
Durante estos días me han preguntado infinidad de veces si es posible que Rosario haya podido dejar una confesión escrita. Me aventuraría a decir que no porque, como ella misma le dijo a una de las investigadoras del caso al hablar de qué hacer si los niños se portaban mal en casa: lo más importante es no contarlo... Porque lo que no se cuenta no ha pasado y si no ha pasado no existe. Quizás por eso mismo nadie haya conocido jamás a la verdadera Rosario.