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Con respecto a nuestro foro hermano de "las burbujas del amor" como lo llamaba en mi anterior etapa de forista, lo seguí bastante por entonces. Luego, tras un largo periodo, volví a entrar y dado que me encontré con lo mismo de antes, pero en versión corregida y aumentada, lo dejé de leer definitivamente. Desconozco, por tanto, quienes han ido intervenido en él.El marido de Esther si ha intervenido en burbuja.
Recuerdo que en alguna ocasión comentó que después de consultarlo con profesionales prefirieron ignorar aunque él estaba más o menos atento a lo que se pudiera decir.
Ese hilo tiene unos pocos usuarios muy válidos con muy buenas aportaciones a los que es interesante leer.
Y con respecto al marido de Esther, en la anterior etapa que os comenté, tuve contacto en la por entonces Twitter (ahora X) con el de la cadena de hamburgueserías (se trata de McDelHorror @Rene350 ) quien, en su cuenta, hizo públicos los mensajes privados que, presuntamente, le enviaba el marido de Esther.
Eran mensajes largos en los que (siempre presuntamente) el marido de E. le informaba de las acciones legales que iba a tomar contra todos los que había difamado a su señora. Cuando le solicité vía DM al de las hamburguesas, alguna prueba tangible que de que efectivamente, se trataba del marido de E y no de un impostor, me contestó secamente "es él". Luego ya me bloqueó, pero eso es otra historia.
Sobre E se han dicho no solo auténticas atrocidades si no, además, hechos claramente tipificados como delito en nuestro código penal.
Y termino. A mi modo de ver, hay dos maneras de enfrentar hechos como los descritos. La primera, como hizo Isabel Pantoja que, tras una larga batalla, consiguió una orden judicial que prohibía expresamente la difusión pública por cualquier medio, de las imágenes de la trágica muerte de "Paquirri" en aquella aciaga tarde en Pozoblanco. La otra, el camino seguido por Don Fernando y, a lo que se ve, por el marido de Esther, que es mirar hacia otro lado. Son, en cualquier caso, decisiones personales sobre sus vidas privadas que me pueden parecer más o menos acertadas pero que no criticaré en modo alguno.