Pues esta lo tenía muy fácil, con haberse quedado dónde estaba hubiese seguido toda su vida anónima...Y los demás tan contentos.Me comentan que Juan Carlos muchas veces era la pesadilla de los escoltas porque se largaba en moto y no había forma de localizarlo ni seguirlo (entonces ni remotamente había GPS). Vamos que era un secreto a voces pero con el casco y sin luz en la matrícula... pues eso que se daba garbeos
Para mí sería una pesadilla llevar a alguien pegado a mi chepa constantemente; no hay dinero en el mundo que pague el sentarte tranquila y anónimamente en una terraza y saborear un granizado de limón (o lo que a cada uno le guste) y estar tan feliz viendo el panorama y fumando un cigarrillo (al aire libre, por supuesto, si no morir lapidada)