Beatriz Montañez, ermitaña

Leí hace unos días que está muy dolida por cómo se ha tratado el tema en muchos medios, por comentarios que ha leído en Internet y que ha pasado miedo por sentirse vigilada.

"Además, ha tenido que soportar numerosos comentarios despectivos hacia su nuevo estilo de vida. "Los ecos que me han llegado, que estoy loca, que seguramente esté enferma mental, que tenga una seria depresión", relata."

Entiendo que le duela que se especule y es verdad que elegir un modo de vida que se sale de lo mayoritario siempre va a provocar que la gente te juzgue y señale con el dedo, salir del rebaño tiene eso, pero cuando tu comercializas tu elección de vida, se entiende que la gente va a poder opinar, digo yo.

Me vino a la cabeza esta chica porque eso que se dice siempre del "solamente cuando disfrutes de la soledad conseguirás estar bien en compañía" está demostrado que es una contradicción: cuando tú eres feliz en soledad (como esta chica) lo que harás será buscar aquellas experiencias que te la proporcionen, con lo cual, cada vez tendrás menos interacción social. Es como decirle a alguien que busca trabajo que deje de buscarlo y disfrute de la vida sin empleo, que así lo encontrará. Lo dudo: quien es feliz sin trabajar, raramente buscará trabajo.

Yo el problema de ese tipo de vida lo veo si un día tiene un problema de salud. Un simple esguince de tobillo y a ver cómo se las compone.
Jejeje. Entonces supongo que la ayudará esa amiga íntima llamada soledad, que dice que es lo mejor que tiene en su vida. Si tuviera una convalecencia larga y jodida, supongo que necesitaría de eso tan horroroso llamado comunidad. Sí, eso que según los gurús del crecimiento personal es tan innecesario porque lo que hay que hacer es aprender a estar solo y no depender de nadie. En fin.
 
Vive en el campo, y ya.

Ni es una cabaña, ni alimentándose de frutos del bosque, ni leches.

Ha decorado la historia que da gusto (no tendrá nada que ver el libro y la promo claro).

Vi una entrevista suya hace poco en la que hablaba como muchos coaches eufóricos: fóllate a la incertidumbre, fóllatela, fóllatela, estamos hechos para estar solos, estoy leyendo a Sigmund Freud, alèjate de todo... En fin: que se ha hartado del mundanal ruido y tiene pasta para llevar una vida contemplativa. No hay más.
 

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