Azul y Rosa,Jaime Peñafiel.Sábado,2 de Mayo de 2020.

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MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
02/05/2020
CHSSS...
ESAS LÁGRIMAS QUE HABLAN
LAS LÁGRIMAS DE LA REINA SOFÍA
LAS LÁGRIMAS DE ¿FELIPE?


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“Parece que hablar de lágrimas ha sido siempre conflictivo”, escribió en su columna en ABC, titulada Ir a misa, la compañera Rosa Belmonte. Más bien va a ser que sí querida. Salvo que sean “las derramadas por misses universos cuando le ponen la corona o por un deportista triunfador” (Pérez Henares dixit). Cierto es que unas lágrimas pueden ser el resumen de impresiones simultáneas, la quintaesencia combinada de múltiples pensamientos contrarios. Pero hay, al parecer, personas enemigas de las lágrimas que decía Apollinaire, como el periodista Máximo Pradera que, el muy miserable, se ha permitido calificar de “lágrimas de cocodrilo” las derramadas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la catedral de la Almudena, durante la misa funeral oficiada por el arzobispo Carlos Osoro por las 23.000 víctimas del coronavirus como hizo el arzobispo de París en la catedral de Sacre Coeur, con la sola presencia de la alcaldesa Anne Hidalgo... ¡socialista ella! Sorprendió que la periodista Ana Pastor, tan crítica siempre con la derecha, mostrara su apoyo a Díaz Ayuso por ese gesto tan humano. “Criticarla por emocionarse y llorar hoy en mitad de la tragedia que se está viviendo es tener poco nivel. Muy poco”, palabras que algo me han reconciliado con la compañera de la Sexta. Juan Carlos Girauta ha destacado “el resentimiento, ese rasgo común de la izquierda sociológica, la necesidad de tener un enemigo y negarle su humanidad para eventualmente liquidarlo”. Personalmente la Presidenta madrileña nunca me ha parecido más grande que con esa “imagen de la emoción” en la catedral de La Almudena con “el rímmel corriéndole hasta la barbilla”, como destacaba el compañero Jorge Bustos en su articulo Lágrimas de políticos. “Hay que reconocer que la imagen es la leche” (Belmonte). Y es que las lágrimas de Isabel han dado mucho de sí.
Que yo recuerde, solo las de la Reina Sofía en los funerales por su suegro el Conde de Barcelona, el 7 de abril de 1993, en el Monasterio de El Escorial, las superaron. La muerte de un ser querido pone al descubierto muchas veces, sobre todo si de la talla de unos reyes se trata, las miserias humanas de una familia. La muerte de Don Juan fue un acontecimiento que puso de manifiesto la doble tragedia de la Familia Real española. Por un lado, la de la pérdida de uno de esos hombres cuya vida fue una permanente amargura, la más dolorosa, la “traición” de su hijo.
La muerte de Don Juan acercó a Don Juan Carlos y a Doña Sofía, aunque, a lo peor y por todo lo que hemos visto después, fue solo momentáneamente. Pero ese día ¿solo ese día? tanto Don Juan Carlos como Doña Sofía fueron fieles a las palabras de San Agustín: “Si callas, callarás con amor, si lloras, llorarás con amor”. La muerte del conde de Barcelona irá siempre unida a las lágrimas de la Reina.
Nunca jamás hasta ahora, con las de Isabel Díaz Ayuso, unas lágrimas han conmovido tanto como aquellas derramadas en el monasterio de El Escorial cuando el cadáver de Don Juan desaparecía a hombros de la comunidad de agustinos camino del pudridero. La Reina lloraba con la mano sobre el hombro del Rey, contagiada de emoción y amargura, derrumbándose cuando vio la tristeza que rodaba por el rostro de su marido en forma de lágrimas como puños. Nunca unas lágrimas demostraban ser el resumen de tantas impresiones simultáneas. Eran como el grito que colmaba el vaso de tanto dolor reprimido, lágrimas de aflicción. Yo diría que media España lloró aquel día a causa de las lágrimas de Sofía. Y la otra media se contuvo por pudor. Pero todo el mundo compartió con ella, como con Isabel, el escozor de la tristeza.
En mi ya larga y dilatada vida profesional en la que he visto tanto dolor y tanta lágrima, no recuerdo que las lágrimas de una persona merecieran tal cantidad de artículos, editoriales, comentarios y cartas al director como las que inspiraron las que la Reina derramó ese sábado de abril de 1993. Eran testimonio de lo que ella amaba entonces. Pero no quisiera pensar que aquel día fue como una tregua, tregua de lágrimas, durante la cual Doña Sofía no pudo menos de concebir por Don Juan Carlos un sentimiento de ternura, incluso de piedad, que se puso de manifiesto cuando colocó la mano sobre el hombro de su marido, en un gesto que era casi una caricia tan necesaria para la vida de los sentimientos. Pero no tuvo respuesta. Tal vez porque el Rey, en esos momentos, se sentía solo con su dolor por la traición que un día ejerció sobre su padre cuando aceptó ser el heredero no de él sino de Franco. Mucho me temo que el día que muera Don Juan Carlos, su hijo Felipetambién derrame lágrimas de sangre, recordando el desgarro personal y la humillación pública a la que le sometió el 16 de marzo de este año. ¿Y ella? Ni aquel día ni ningún otro tuvo ni tiene a nadie con quien compartir sus pensamientos o consolar su soledad.
Estimado Jorge Javier: ese lenguaje de “maricones y rojos” ya no se estila, que diría María Dolores Pradera. Pero si eres coherente con lo que dices, en tu programa caben muy bien Pablo Iglesias y Grande Marlaska. Y, por supuesto, tú (...) Me sorprende que ese italiano tan culto, elegante y sensible permita el lenguaje que descalifica a uno de sus programas de más éxito y en el que yo me he sentido honroso de participar ‘in illo témpore’ sin ser ni mari**n ni rojo (...) “La epidemia va mejor de lo que esperábamos”, ha declarado Simón. ¡Lagarto! ¡ Lagarto! (...) Nunca se entenderá esa obsesión de la Casa Real o ¿de Letizia? para que Sofía aparezca siempre como escudera de su hermana Leonor (...) Se especula mucho sobre su espectacular transformación física. Hay quien lo atribuye a que, a sus 69 años, está enamorada, aunque sigue llevando la misma vida austera viviendo en el piso abuhardillado de 37 metros en la zona de Ópera.

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02/05/2020

PABLO IGLESIAS
YOLANDA DÍAZ
PADRE ÁNGEL
MAR TORRES


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Que siendo vicepresidente del Gobierno, no le importó acudir a un Supercor, cercano a su mansión, el pasado 26, sin mascarilla ni guantes, acompañado de escolta con pistolón al cinto. ¡Ni que estuviéramos en Venezuela! Mientras, la policía multaba a padres por incumplir las normas de paseo con sus hijos.
Otra de las surrealistas ministras podemitas de pega del Gobierno Sánchez-Iglesias, tanto monta, monta tanto, como titular de Trabajo y abogada laboralista, a quien Moncloa ha obligado a rectificar por sus continuas meteduras de pata, entre ellas que el 70% de los españoles se contagiarán del virus.
Por haber pedido el Princesa de Asturias para... Moncloa ,que es tanto como pedirlo para Sánchez. Siempre le he tenido simpatía, a pesar de verlo como salsa de todos los guisos. En su falsa humildad no quiere el premio para él aunque algunos con menos méritos lo han recibido.
Anunciando en “exclusiva” y en portada: “Su ruptura con Froilán por iniciativa propia aunque fue algo de los dos”. ¿En qué quedamos, guapa? ¡Qué tragedia! Amén de esta “trascendental” noticia, la recauchutada muchacha, ofrece “sus confesiones mas íntimas”. ¡Las sales, por favor, para Jaime y para Elena!
 
¿La de los 69 años y 37 metros de piso es La Rocasolana? Porque vamos,no sé cree ni él que siga viviendo en un pisito de 37 metros con los aires y las ínfulas que tiene "la doña".
 
La senectud parece que le colma a Peñafiel de memoria selectiva. Me ha hecho gracia lo de las lágrimas de cocodrilo de la presidenta Isabel Ayuso. Sí, vuelvo a decir, lágrimas de cocodrilo. Lo apostillo porque parece que no le importa derramar lágrimas por los fallecidos en una iglesia, con máscara de pestañas corriendo por sus mejillas y con un fotógrafo al lado, ¡ya es casualidad!.

Mientras ha demostrado negligencia deliberada en el tema de las residencias de ancianos donde le avisaban incluso por carta de las penurias que pasaban haciendo caso omiso de ellas, provocando con ello que los ancianos no podían ser atendidos en condiciones mientras estaban vivos.

Por otro lado recorta drásticamente ahora los contratos a los sanitarios en plena pandemia con lo necesarios que son hoy en día para mantener viva a la gente enferma, pero para eso ya derramaré lágrimas de cocodrilo en una iglesia cuando fallezcan por falta de medios.

Demuestra ser una mujer, frívola a la que le gustan las fotos al pie del avión, con rimel corrido en una iglesia y luego dando besos y abrazos irresponsablemente para celebrar que se cerraba el Ifema. Yo creo que le vendría muy bien convertirse en modelo de revista en vez de ser presidenta de la C. de Madrid.

Lo de presidenta le queda muy grande cuando para hacerse fotos falta a su trabajo de reunión con los otros colegas de las CCAA españolas y el propio presidente Sanchez para llevar la deriva de ésta pandemia.

Parece que su responsabilidad como lo haría una modelo es salir bien en las fotos para que los de la derecha como Peñafiel lo aplaudan. Lo de estar en una reunión con presidentes no es para ella, ella está para salir en fotos.

Y hablando de lágrimas...Se le ha olvidado decir que también hay lágrimas de remordimiento. Esas lágrimas fluyen cuando ha desaparecido un ser querido y somos conscientes de que no nos hemos portado bien con él. Ese es el caso de las lágrimas por D. Juan después de la traición de la que fue víctima por su propio hijo Juan Carlos. Como la vida es un boomerang el mismo Juan Carlos está viendo lo mismo con su hijo Felipe. Como suelo decir yo de un buen profesor no puede salir un mal alumno.

Dejando a las lágrimas a un lado me sorprende que según usted Pablo Iglesias sea mari**n cuando incluye su nombre al lado de Marlaska. Hombre, yo creo que si habla de mari**n al lado de Marlaska le vendría mejor citar a Rajoy. PI será comunista y rojo pero lo de mari**n creo yo que a éstas alturas con todas las amigas que se le atribuyen no es de recibo.

Y ya para terminar se acuerda de que un vicepresidente haga la compra en un super. Desde luego no es una imagen que se da mucho entre políticos la verdad, puesto que para eso ya tendrán al personal doméstico que lo haga por ellos.

Lo que no sabía yo es que los escoltas no deberían llevar un pistolón. Me cuesta creer que los escoltas de Ana Botella cuando le acompañaban a la pelu no tendrían el correspondiente pistolón...

Por cierto ya veo que su vejez le hace perder la memoria y no sabe que se puede ir a hacer la compra sin ser multado por ello. Ignoro quien la hace en su casa pero me imagino que algo tendrá en la nevera y alguien se encargará de ir a comprar para que pueda alimentarse.

Para los que sí se debe poner multas es para quien se salta el confinamiento un domingo a las 8 de la mañana, porque a esa hora no están abiertos los super y las farmacias. Lo comento por el Sr. Rajoy, al cual se va a investigar y eso supone que nos olvidemos de la multa.

Para los que sí se debe poner multas es para quien se salta el confinamiento porque va a visitar a las ovejitas y no para alimentarlas ni darles pienso. Lo comento por el Sr. Casado que acompañado de fotógrafo fue a hacerse la fotito. Será que se habrá contagiado de Isabel Diaz Ayuso y piensa dedicarse al modelaje porque la política le queda muy grande, lo mismo que Diaz Ayuso.

¡PATÉTICO!

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