INSEGURIDAD CIUDADANA
Sucedió todo muy deprisa. Como ya en el pasado habían sufrido asaltos, decidieron que por las tardes cerrarían la puerta, y que solo la abrirían tras asegurarse de que el solicitante tiene buenas intenciones. Así lo consideró la mujer de la limpieza, que pulsó el botón y al joven se le unieron otros tres que estaban escondidos. En pocos segundos ya habían hecho suya la farmacia: tres dentro y uno vigilando la entrada. Se llevaron la caja registradora, que arrancaron de cuajo, y le dieron una paliza de puñetazos y palos a la empleada. Sucedió poco antes de las cuatro de la tarde del jueves 10 de diciembre en Barcelona, en el barrio del Poble Sec.
Eva Falcó es la propietaria del negocio y lleva 16 años en el barrio. Estaba en la rebotica cuando todo sucedió. Como puede verse en las imágenes, uno de los atracadores se quedó junto a la empleada y la amenazó con un cuchillo de cocina que colocó junto a su abdomen. Otro de los jóvenes fue directo a la caja y posteriormente empezó a golpear a la mujer. Primero un puñetazo, que es lo que percibe en las imágenes. Luego la agredió con una barra de madera que rompió del mostrador, agresión que ya no quedó registrada porque las cámaras dejaron de grabar, algo que Eva no se explica y que, dice, ya ha solucionado con la compañía de seguridad. La farmacéutica no fue consciente de la violencia del atraco hasta que los asaltantes se marcharon. Ella intentó que uno de ellos no entrara hasta el interior, donde hay otra caja. Lo consiguió, pero admite que de haber sabido cómo se habían empleado con su compañera, no habría puesto las cosas tan difíciles.
La víctima está ahora de baja y no quiere volver al turno de tarde. "Está muy asustada y no le va a resultar fácil volver a trabajar", explica Eva. Por la mañana la zona tiene más movimiento, puesto que justo al lado está la sede del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies y en frente, la Casa del Mar, delegación de la Seguridad Social. Pero por la tarde, dice Eva, esto es un páramo, y además, muy cercano a Montjuïc, que es una estupenda vía de escape. Por el camino, los cuatro apandadores se dejaron un cuchillo y los guantes sanitarios que usaron para el asalto y que ya están siendo analizados por Mossos d'Esquadra.
La farmacia ya fue atracada el pasado julio. Dos veces el mismo día, y con una misma persona en horarios de mañana y tarde. El martes, Eva está citada en comisaría para pasar por la rueda de reconocimiento de aquel suceso. Dice saber de quién se trata porque era "un antiguo cliente del comercio" que, según su relato, habría contraído "importantes deudas" a consecuencia de su adicción a las drogas. En esa ocasión no hubo violencia y todo se limitó a la amenaza verbal. Pasó a las tres de la tarde y volvió a las siete. Y, según el testimonio de Eva, hizo lo mismo en otra farmacia del barrio. Hasta entonces, la puerta la mantenían cerrada pero con un golpe se podía abrir. Decidió blindarla y que solo pudiera permitirse el acceso desde dentro.
Sobre los cuatro atracadores, la farmacéutica asegura que eran jóvenes de origen magrebí de unos 20 años y de complexión fuerte. Lo que más le llama la atención del atraco del pasado jueves es la "violencia gratuita hacia una persona que ni se enfrentó a ellos ni puso ningún impedimento, todo lo contrario". "Ahora cada vez que abrimos la puerta a alguien por las tardes nos asalta la duda de si volverá a pasar lo mismo", lamenta.
Violento atraco en una farmacia del Poble Sec de Barcelona
Sucedió todo muy deprisa. Como ya en el pasado habían sufrido asaltos, decidieron que por las tardes cerrarían la puerta, y que solo la abrirían tras asegurarse de que el solicitante tiene buenas intenciones. Así lo consideró la mujer de la limpieza, que pulsó el botón y al joven se le unieron otros tres que estaban escondidos. En pocos segundos ya habían hecho suya la farmacia: tres dentro y uno vigilando la entrada. Se llevaron la caja registradora, que arrancaron de cuajo, y le dieron una paliza de puñetazos y palos a la empleada. Sucedió poco antes de las cuatro de la tarde del jueves 10 de diciembre en Barcelona, en el barrio del Poble Sec.
Eva Falcó es la propietaria del negocio y lleva 16 años en el barrio. Estaba en la rebotica cuando todo sucedió. Como puede verse en las imágenes, uno de los atracadores se quedó junto a la empleada y la amenazó con un cuchillo de cocina que colocó junto a su abdomen. Otro de los jóvenes fue directo a la caja y posteriormente empezó a golpear a la mujer. Primero un puñetazo, que es lo que percibe en las imágenes. Luego la agredió con una barra de madera que rompió del mostrador, agresión que ya no quedó registrada porque las cámaras dejaron de grabar, algo que Eva no se explica y que, dice, ya ha solucionado con la compañía de seguridad. La farmacéutica no fue consciente de la violencia del atraco hasta que los asaltantes se marcharon. Ella intentó que uno de ellos no entrara hasta el interior, donde hay otra caja. Lo consiguió, pero admite que de haber sabido cómo se habían empleado con su compañera, no habría puesto las cosas tan difíciles.
La víctima está ahora de baja y no quiere volver al turno de tarde. "Está muy asustada y no le va a resultar fácil volver a trabajar", explica Eva. Por la mañana la zona tiene más movimiento, puesto que justo al lado está la sede del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies y en frente, la Casa del Mar, delegación de la Seguridad Social. Pero por la tarde, dice Eva, esto es un páramo, y además, muy cercano a Montjuïc, que es una estupenda vía de escape. Por el camino, los cuatro apandadores se dejaron un cuchillo y los guantes sanitarios que usaron para el asalto y que ya están siendo analizados por Mossos d'Esquadra.
La farmacia ya fue atracada el pasado julio. Dos veces el mismo día, y con una misma persona en horarios de mañana y tarde. El martes, Eva está citada en comisaría para pasar por la rueda de reconocimiento de aquel suceso. Dice saber de quién se trata porque era "un antiguo cliente del comercio" que, según su relato, habría contraído "importantes deudas" a consecuencia de su adicción a las drogas. En esa ocasión no hubo violencia y todo se limitó a la amenaza verbal. Pasó a las tres de la tarde y volvió a las siete. Y, según el testimonio de Eva, hizo lo mismo en otra farmacia del barrio. Hasta entonces, la puerta la mantenían cerrada pero con un golpe se podía abrir. Decidió blindarla y que solo pudiera permitirse el acceso desde dentro.
Sobre los cuatro atracadores, la farmacéutica asegura que eran jóvenes de origen magrebí de unos 20 años y de complexión fuerte. Lo que más le llama la atención del atraco del pasado jueves es la "violencia gratuita hacia una persona que ni se enfrentó a ellos ni puso ningún impedimento, todo lo contrario". "Ahora cada vez que abrimos la puerta a alguien por las tardes nos asalta la duda de si volverá a pasar lo mismo", lamenta.
Violento atraco en una farmacia del Poble Sec de Barcelona
Cuatro jóvenes agredieron con puñetazos y palos a una trabajadora antes de arrancar la caja registradoraEste mismo negocio a los pies de Montjuïc ya fue asaltado en dos ocasiones el pasado mes de juliowww.elperiodico.com
