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Y a la boca, hay gentes a las que da pánico acercarse.
Estoy oyendo a Losantos, bueno, bueno foreras, le está dando un infarto por la emoción sufrida anoche en El Mundo donde compartió charleta con 'her mayesti' lady Z, la mujer más elegante del mundo mundial, la intelectual por antonomasia, esa que pasa por los estantes de las librerías y no dice ni hola a los libros.
Madre mía, podría llevar a lady Z a ese programa que tiene por las noches. Programa determinante a la hora de enseñar a los españoles como tirarse del tobogán y acertar. Cremas y más cremas, posturas y más posturas. Este chico creo que pertenece a la generación de la 'mastusbación sin remedio' y ahora a su vejez con viruelas y sin poderío, nos muestra el diario de Sade, para que aprendan todos y todas como atacar en el camastro o apoyado a una lavadora.
Los españoles siempre paletudos y reveníos. Todo lo echan al s*x* pero sin amor. No es de extrañar que mirando a esta lady medio en pelotas, los ojos se les hagan chiribitas y la vean como la Schiffer desfilando por la pasarela de la elegancia y un dulce para el deseo carnal.
Hay que asomarse a las fotos de "los cuatro pelos" mal puestos con botella de cerveza en la mano, vendiendo cigarrillos con una cesta, desnuda posando para el primer mindundi que pasaba por allí, y la desvergüenza mostrada con la emperatriz del Japón. Esto último, imperdonable.
¡¡¡Ay Federico, cuánta vida te falta!!! Ponte las gafas y déjate de tanto peloteo.
He escuchado a Losantos y me ha parecido vomitivo. Vomitivo que nos quiera imponer a semejante ordinariez como ejemplo de elegancia. Pero si parece la querida de turno de todos estos "caballeros".