Eso no se puede consentir. Conozco a una persona que es especialista en decir las cosas claras sin ofender. Con mucha educación y con un tono divertido te dice lo que hay y punto. Estoy intentando aprender de él. Vamos, que yo no saldría del restaurante sin que cada cual pague su parte. Y si se enfadan pues adiós muy buenas, peor es quedarse con la sensación de que te han tomado el pelo.