Gabriel Cruz, asesinado por Ana Julia Quezada, la pareja del padre.

Hay que ver como son algunos periodistas... para que clase de gente se creen que escriben? Para niños? En serio alguien se puede creer que a una mujer que se ha cargado al hijo de su pareja de la forma más espantosa pueda afectarle que la madre le diga que es "rematadamente mala"?

A esta se le ha cambiado la cara porque sabe que va a pasar el mayor número de años posible a la sombra, porque es el juicio más absurdo de la historia, no hay caso porque no hay dudas, está todo más que acreditado. Hay juicio porque tiene que haberlo y para concretar algunos datos de la investigación y de la historia. A esta no lo importa nada más que ella misma, que le va a importar lo que diga o deje de decir Patricia.
Yo también lo creo. Ella es una manipuladora de manual y como este país es famoso por la benevolencia con los delincuentes creyó que con mostrar otra cara y soltar cuatro lagrimitas la gente iba a tragarse que había sido sin querer. Ahora esta tiparraca habrá visto todo lo que hay contra ella y con cada testimonio se ve más cerca de pasar treinta años en el trullo, por eso se está viniendo abajo.
 
A mí me parecía raro como Patricia lo trataba a él en sus apariciones, no parecía que estuvieran separados, ella le cogía de la mano, etc... Y él un poco como "acatando" todo, tampoco es que hablara mucho, ella siempre ha sido la voz cantante en esa pareja (creo yo).
Yo también lo veía un poco raro, más sabiendo creo, que ella tenía otra pareja, a mi sinceramente me chocaba, pero ahora como todos somos tan abiertos, tan liberales, tan todo, pues seguramente la equivocada sea yo.
 
El Español
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REPORTAJES EL JUICIO
La apisonadora que pasó sobre Ana Julia en sus cinco días de juicio tras aparecer como ‘la Dulce’
De la imagen cuidada del lunes a la acusada de mirada perdida. Su rostro cambió cuando la madre del niño le dijo que era "rematadamente mala".
14 septiembre, 2019 03:30

  1. ANA JULIA QUEZADA



Andros Lozano @AndrosLozano Almería (Enviado especial)
Las manos, entrelazadas, las cobija entre sus muslos. La mirada la fija en el suelo de la sala de vistas. El pelo se le ha ido crespando con el paso de los días. El contorno de los ojos, los pómulos, incluso los labios los tiene inflamados. 10 minutos después, Ana Julia Quezada mantiene esa misma posición. Hierática. Como una escultura de cera. De repente, algo la saca de su letargo y mira a la jueza. Vuelve a ser ella, la mujer a la que la madre del niño que mató le dijo con los ojos clavados en los suyos: "Eres rematadamente mala". Aquello ocurrió la tarde del martes, cuando declaró Patricia Ramírez. Desde entonces, Quezada es otra.

Noticias relacionadas
Este viernes, durante la quinta sesión del juicio en Almería por la muerte de Gabriel Cruz, la única acusada no ha llorado, como sí hizo en las cuatro jornadas anteriores, ni tampoco ha mirado la televisión durante el visionado de las imágenes de cómo se encontraba el cadáver del niño cuando la Guardia Civil lo halló en el maletero del coche que ella conducía el 11 de marzo de 2018.

 
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REPORTAJES EL JUICIO
La apisonadora que pasó sobre Ana Julia en sus cinco días de juicio tras aparecer como ‘la Dulce’
De la imagen cuidada del lunes a la acusada de mirada perdida. Su rostro cambió cuando la madre del niño le dijo que era "rematadamente mala".
14 septiembre, 2019 03:30

Andros Lozano @AndrosLozano Almería (Enviado especial)
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Las manos, entrelazadas, las cobija entre sus muslos. La mirada la fija en el suelo de la sala de vistas. El pelo se le ha ido crespando con el paso de los días. El contorno de los ojos, los pómulos, incluso los labios los tiene inflamados. 10 minutos después, Ana Julia Quezada mantiene esa misma posición. Hierática. Como una escultura de cera. De repente, algo la saca de su letargo y mira a la jueza. Vuelve a ser ella, la mujer a la que la madre del niño que mató le dijo con los ojos clavados en los suyos: "Eres rematadamente mala". Aquello ocurrió la tarde del martes, cuando declaró Patricia Ramírez. Desde entonces, Quezada es otra.

Este viernes, durante la quinta sesión del juicio en Almería por la muerte de Gabriel Cruz, la única acusada no ha llorado, como sí hizo en las cuatro jornadas anteriores, ni tampoco ha mirado la televisión durante el visionado de las imágenes de cómo se encontraba el cadáver del niño cuando la Guardia Civil lo halló en el maletero del coche que ella conducía el 11 de marzo de 2018.





“La cara estaba cubierta de barro”, contó uno de los agentes que aportó pruebas periciales al sumario del caso. Al niño no se le veía el rostro con detalle, añadió. Ana Julia ni se inmutó al escucharlo. Este viernes ya era otra mujer distinta a la presunta asesina que el lunes pasado se plantó en la Audiencia Provincial de Almería con el pelo alisado con plancha, una leve capa de maquillaje y una vestimenta cuidada.

Ya no es la misma. O quizás sea esa la verdadera Ana Julia, a quien el juicio le está sentando como una losa. Entonces se mostró optimista. Nerviosa, pero optimista. Ayer era la imagen de la asunción de una realidad que se le antoja irreversible. En un par de ocasiones que se mostró ‘despierta’ se tapó el rostro con las palmas de sus manos. No ha de resultar sencillo ser testigo de tu propia maldad.

Ana Julia Quezada dejó un capítulo de gestos de abatimiento para el recuerdo. Resopló. Miró al techo. Cerró los ojos durante unos segundos que parecieron interminables. De haber podido, no hubiera escuchado a los dos agentes de la Guardia Civil que practicaron la inspección ocular de la finca tras su detención. Contaron al jurado que Gabriel estuvo 12 días enterrado en una fosa de 10 centímetros de profundidad, 40 de ancho y 60 de longitud. Esas imágenes se mostraron ayer al jurado. Resultaron duras para sus nueve miembros y dos suplentes, a tenor de sus gestos faciales. Ella, en cambio, no giró el cuello hacia la pantalla.



Ana Julia Quezada (d), durante la quinta sesión del juicio por la muerte de Gabriel Cruz. E. E.

Ayer se supo un detalle que arroja luz al caso. Ana Julia Quezada permaneció tres horas y 19 minutos en la finca de Rodalquilar (Níjar, Almería) la tarde que mató a Gabriel. Durante dos horas no usó su teléfono móvil. Llegó al lugar a las 15.45 de la tarde del 27 de febrero de 2018. Salió de allí a las 19.04. Antes, a las 18.55, recibió la llamada de Ángel Cruz, su novio y padre del niño al que le había quitado la vida. Su pareja le contó que el menor había desaparecido de Las Hortichuelas, donde se suponía que estaba jugando con los nietos de una prima de su abuela, y le pidió que se fuera hacia allí.

Entre las 15.45 y las 17.39 horas no tocó el teléfono. Luego, lo volvió a usar, pero se desconoce para qué porque en ese momento las llamadas todavía no estaban intervenidas. Así lo acreditaron los investigadores de la Guardia Civil que comparecieron como peritos en la quinta sesión del proceso en base a las evidencias obtenidas por los repetidores de señal de telefonía de la zona.

El teléfono móvil de la procesada emitió señal durante las más de tres horas que estuvo en la finca. Sin embargo, durante una hora y 54 minutos no fue “usado ni manipulado” pese a ofrecer pulso a la antena de telefonía. Un detalle a recordar es que el informe de la autopsia al cadáver del menor señala que la víctima murió entre las 15.30 y 16.30 horas, por lo que la presunta asesina habría matado al menor durante los primeros 45 minutos de su estancia allí junto al niño.

Restos de ADN en el hacha
El análisis científico del hacha encontrada en la finca de Rodalquilar reveló restos de ADN del menor en la superficie lateral superior de la parte roma del mango y también en la cabeza del objeto. No obstante, las pruebas no han permitido concretar qué tipo de contacto se produjo con ella. Lo que quedó acreditado es que no se encontró sangre en ella.

Los peritos que han analizado el hacha contaron que únicamente se encontró restos del perfil genético de la víctima. A preguntas del letrado de la acusación particular, Francisco Torres, señalaron que la causa por la que aparece material genético del menor en la parte superior podría ser "compatible” con que se le “golpeara en la cabeza" al niño con ella, pero también dijo que hay más hipótesis. “No podemos decir cómo llega hasta el hacha. Sólo sabemos que llega”, señaló uno de los agentes de la Guardia Civil que practicaron dicha prueba.

Según la versión que la acusada ha mantenido desde que se la detiene, la muerte del menor se produjo de forma “accidental” tras una supuesta discusión debido a que el niño jugaba con el hacha. Posteriormente, la acusada habría empleado la herramienta para terminar de ocultar el cuerpo del niño en la fosa porque su muñeca se quedaba fuera.

Los peritos de la Benemérita han constatado la existencia de sangre de Gabriel en una mancha localizada en la puerta de la estancia donde Ana Julia acaba con su vida, en el calzoncillo del niño y en una de las camisetas que la acusada arrojó a un contenedor de vidrio para deshacerse de algunas pruebas.


Ana Julia llega a la Audiencia Provincial de Almería el lunes pasado, primer día del juicio. EFE

Por su parte, los agentes que inspeccionaron el coche de la acusada, un Nissan Pixo gris, ratificaron la existencia de unos guantes negros y una mochila en el asiento del copiloto, que entre otros efectos contenía varios fármacos. También encontraron un cubo de fregona en el hueco entre los asientos delanteros y traseros.

La bolsa de farmacia contenía una caja con un blíster de Lorazepam de un miligramo, un blíster de ibuprofeno, un blíster de aprazolam y restos de un blíster de lorazepam, además de una caja más de lorazepam con dos blísters de dos miligramos. A todos ellos les faltaban comprimidos.

La quinta sesión del juicio volvió a contar con la protesta de la defensa de Quezada, el abogado Esteban Hernández Thiel. El letrado solicitó por enésima vez intervenir en último lugar para formular sus preguntas a los testigos, petición que de nuevo rechazó la presidenta del tribunal del jurado, Alejandra Dodero, para atender al orden fijado previamente.

Este viernes se conoció que el dispositivo desplegado durante los 12 días que estuvo desaparecido Gabriel Cruz tuvo un coste de 200.203,38 euros. Lo detalló el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería. El investigador realizó dicho informe a instancias del juez que instruyó el caso, Rafael Soriano.

El coronel jefe detalló que su balance económico se basa en un "presupuesto de mínimos" por la complejidad para estimar algunos gastos de los trabajos que propiciaron la detención de Ana Julia Quezada la mañana del 11 de marzo de 2018 y el hallazgo simultáneo del cadáver del niño.


Quezada se cubre el rostro con sus manos esposadas, este pasado martes. EFE

Dicho informe está dividido en dos conceptos generales: gastos de personal -que contempla el cómputo total de los efectivos desplegados de varias unidades, algunas de ellas procedentes de otras provincias- y los gastos en recursos materiales -como embarcaciones acuáticas, helicópteros, vehículos del cuerpo, hospedaje o perreras para los perros rastreadores del Servicio Cinológico de la Guardia Civil-. Ana Julia no prestó demasiada atención a las palabras del coronel. Era lo que menos le importaba de los cinco días en que ha sido testigo de su propia maldad.






A esta psicopata de manual, lo que le ha afectado es darse cuenta de que aunque la mayor parte de su vida ha conseguido engañar a muchos durante mucho tiempo, o al menos el necesario para ir trepando y/o salvando el c.lo, esta vez se le ha caido encima el chiringuito entero.
Sabe, pertinentemente, que esta vez el numero de la pobre mujer n.gra, insultada por serlo, ademas de pobre e inmigrante que lloriquea en el momento oportuno, no va a colar.
El lunes aun se creia la mas lista de todos. Ya no.
 
Yo pienso lo mismo. Angel no es rico que sepamos. Además, en el hipotético caso de que se quisieran ir a RD, Angel tiene todavía a su madre mayor y no sé si se hubiera marchado dejándola aquí.
Lo más lógico para que AJ consiguiera su objetivo de vivir del cuento con algún hombre sería haber intentado salir con un hombre con cierto dinero y sin hijos. Alguno habría que tuviera ese perfil.


Para arreglar muchas cosas, hay ventanas por donde caerse, escaleras en las que tropezar y batidos vegetales que tomar.
 
Ninguno de sus maridos/novios/víctimas eran millonarios. Le saca lo que tienen y a por otro. Ángel sería otro más, quizá vendiendo sus propiedades y darle la patada.... No sé, parece que ha hecho lo mismo con todos , quitarles lo poco o lo mucho que tengan
No quería a Ángel para una relación estable, lo quería para desplumarlo


Se puede vivir bien en RD con una pension (española) de viuda ? cuanto puede ganar Angel? cuanto le podria haber quedado a ella en caso de haber estado casada con él?
Cuanto me gustaria saberlo ...
 
DE CARMEN RIGALT

15/09/2019

LA MADRASTRA
ANA JULIA QUEZADA
QUIÉN ES: LA ASESINA CONFESA DE GABRIEL, HIJO DE SU PAREJA. EL JUICIO:SE HA PRESENTADO ANTE EL JURADO CON UNA NUEVA IMAGEN, MÁS DULCE. SUS ANTECEDENTES: SIEMPRE VIVIÓ MOVIDA POR LA AMBICIÓN DEL DINERO.

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Por una vez, siquiera por una vez, abomino de la objetividad como principio fundamental del periodismo. Por esta vez, siquiera por esta vez, no quiero ser distante y dejo que el moquillo resbale por la punta de mi nariz como si fuera una fuente oxidada. Estamos en pleno juicio por el caso Nemo y he vuelto a ver en televisión a Ana Julia Quezada, la mala de la película.

Cierto es que en el año y medio transcurrido desde la muerte del Pescaíto se ha impuesto la serenidad. Ahora hay un tribunal frente a la asesina confesa y un jurado (popular, no lo olvidemos) que establecerá si es inocente o culpable. Difícil lo tiene. He vuelto a ver a Ana Julia Quezada, la mujer que segó la vida del niño Gabriel Cruz (ocho años), apodado por sus paisanos el Pescaíto. Ana Julia era la madrastra. Detrás de una mujer mala siempre hay una madrastra, y la historia de la humanidad está llena de madrastras tremendas y deshumanizadas. Es una palabra cargada de desprecio, madrastra. Más allá de su significado literal, madrastra es cualquier mujer que hace un uso abyecto de la maternidad. En el caso de Ana Julia Quezada, la he llamado así porque tenía relaciones sentimentales con el padre del Pescaíto, relaciones que lejos de facilitar la comunicación entre ambos, a ella la llevaron por el camino tortuoso de los celos y la cochina envidia.

Recuerdo cuándo pasó todo, en Las Hortichuelas, pedanía de Níjar. Almería siempre ha formado parte de la España profunda, con aquellos montes de curvas suaves en los que se esparcían las casas encaladas que fueron escenario del suceso. Era un escenario mudo y el silencio bajaba rodando hasta las casas.

Aquellos días, Ángel Cruz, el papá de Pescaíto, iba y venía como un zombi de la mano de Ana Julia, una dominicana bien parecida de la que más tarde conocimos sus antecedentes. Había llegado a España en los 90 acompañada de una hermana y sin más equipaje que su hija de tres años. Seguramente le atraía el brillo internacional de un país que celebraba Juegos Olímpicos, Expos 92, Quintos Centenarios, y el dinero manaba a raudales.

Ana Julia también le sacó partido a la madre patria. Primero se colocó en un puticlub y desde ahí organizó el operativo. Con un camionero que se enamoró de ella tuvo otra hija, Judith, que estos días, en la vista, se ha negado a saludar a su madre. Judith sigue viviendo en Burgos. Ella permaneció en la ciudad con la familia paterna cuando Ana Julia levantó el vuelo hacía el sur. La que se quedó en el camino fue la hija que trajo de la República Dominicana. Murió de un desgraciado accidente y el caso a punto estuvo de reabrirse.

Las historias de las sucesivas parejas de Ana Julia son el puzzle que mejor encaja en su complicada personalidad: ella siempre había vivido movida por la ambición del dinero. El mejor ejemplo fue el de su segunda pareja, un hombre enfermo de cáncer a quien Ana Julia desplumaba ante la desesperación de los hijos del enfermo, que veían cómo la dominicana se pulía poco a poco la herencia. Con su tercera pareja se mudó a Cabo de Gata, en Almería, donde ambos montaron un garito de copas llamado Black (un nombre que no se ha oído nunca). Allí conoció a Ángel Cruz, con quien continuaría su historia sentimental una vez rota su relación con Sergio, el hombre que la había acompañado desde Burgos.

Nació entonces la última Ana Julia. Hizo planes de futuro con Ángel Cruz, planes que no eran del todo correspondidos, pues Ángel tenía un hijo llamado Gabriel (el Pescaíto) cuya educación compartía con Patricia, su ex y madre del niño. No cabía en su cabeza abandonarlo.

Pasa el tiempo. Un buen día Gabriel desaparece y Almería se llena de carteles anunciando su búsqueda. Es entonces cuando llegamos nosotros, los medios de comunicación, atraídos por el reclamo de la sonrisa de Gabriel, al panal de rica miel, en el hondo sur, donde la orografía del paisaje es bella pero adusta, inclemente y muda. Recuerdo a Ana Julia cargando una mochila y acariciando la cara de Ángel, su nueva pareja. Acaparaba mucho plano, lo besaba y él se dejaba besar, volvía a besarlo y él volvía a dejarse. Cualquiera hubiera creído que lo consolaba de verdad, consciente del sufrimiento que acarrea buscar a un hijo desaparecido.

De pronto llegó un momento en el que lo supimos todo, supimos que él sabía y que seguía durmiendo con ella para no levantar sospechas. Luego Ana Julia diría que tenía pensado suicidarse el mismo día de la detención. Suicidarse con pastillas, supongo, aunque su casa fue registrada y no se encontraron pastillas sino cocaína.

Tenía un aspecto distinto del que tiene estos días, en las vistas del juicio. Ahora todo el mundo dice que está más fina y educada, quizás por el peinado. Ana Julia trabaja en la peluquería de la cárcel; es lógico, pues, que haya querido aprovechar para hacerse algo en el pelo. Los abogados defensores (incluidos los de oficio) suelen valoran mucho las puestas en escena y aconsejan a sus defendidos que vistan con sencillez y sin procacidad. Ana Julia seguramente creyó que alisándose el pelo con unos tratamientos de keratina podría pasar por una española buen parecer. Ana Julia, sin embargo, tiene momentos sobreactuados en los que sólo se parece a sí misma, la madrastra del cuento. O la bruja, como decía la mamá de Gabriel, forzando un bucle literario.
 
Se puede vivir bien en RD con una pension (española) de viuda ? cuanto puede ganar Angel? cuanto le podria haber quedado a ella en caso de haber estado casada con él?
Cuanto me gustaria saberlo ...

Hombre, se vive más que bien. Ponte tú a pensar que en una llamada que se dieron a conocer entre la tiparraca y su hermana la mayor, ésta le pedía que mandase unos pocos Euros para que su madre comiese que no tenía ni para la compra y ella se negó y la bloqueó en el móvil (y pensar que llevaba unos 30.000 lereles en metálico cuando la capturaron). Hay un vídeo donde la hermana reproduce ese mensaje de voz.
La casa que compró allí (para variar con el dinero de una de sus parejas) y que está muy bien y en un sitio privilegiado, le costó sólo 65.000€. Una pensión, así sea la mínima, da para mucho, allí es muy barato (donde no es turístico) tanto comida como servícios básicos, en general todo, y ya teniendo casa propia, ni te digo.
 
Yo también lo veía un poco raro, más sabiendo creo, que ella tenía otra pareja, a mi sinceramente me chocaba, pero ahora como todos somos tan abiertos, tan liberales, tan todo, pues seguramente la equivocada sea yo.

Sin embargo a mí desde el principio me pareció que Ana Julia tenía mucho protagonismo, a veces parecía ella más la madre del niño que la propia Patricia. Lo de salir siempre los 3 me parecía raro. Lo lógico era que salieran siempre juntos Ángel y Patricia como padres del niño que eran, y Ana Julia más en segundo plano o no salir.
No me imagino, si Patricia hubiera tenido pareja, ver a los 4 (padres y respectivas parejas) saliendo en los medios.
Que el niño tenía unos padres que eran los que debían tener todo el protagonismo.
 
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