Verano 2019 de la Familia Real

Estado
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@extra-brut :D


Algo aZi como que la monarquia vive y la tienen ataJa’ :D

Que no han perdido control y que la opinión pública aZoZie a la Leo con Sofía reina y Felipe Jenner...?

Y claro la mano es un símbolo si lo viésemos desde otro punto de vista... y esa dos figuras “sosteniéndole” la mano a Leo pudiera ser como tenemos to’ atajao...

Lo curioso es que ya letuZel rara vez le Zoztiene la mano a Leo...

Y observé que en la aparición en el jardín I’ll, cuando Leo se le coloca delante a letuZel ella la empuja al lado, pero en otro momento Sofía infanta hizo lo miZmito pero adivina que!? LetuZel no la empujo!!

O sea que hay un rollito raro de letuZel a Leo...y quizás pudiese ser aZoziado con el simboliZmo de la mano...?

No Ze...:D

BuZca eR vídeo pa’ que veaZ lo que yo vi :D

Guayyyy :D

Cleo :)
(y) Si! Ya veo (y). Además me hizo recordar que cuando KK se fue sola y enojada a Madrid,aquella vez en Palma, fue cuando JC le dijo a Felipe que se divorciara y acto seguido aparecieron fotos de JC con Felipe + Leonor. Primera vez que posaron ellos tres juntos. El pase de coronas. Los tres eslabones. Dejando en claro que para la continuidad de la corona la ausencia de ella ( y el eventual divorcio puesto ya sobre la mesa) no los alteraría en nada. Ella era totalmente prescindible . Sigue siendo así. Los -ahora dos- eslabones unidos : Felipe y Leonor. Ella más que incordiar no pinta nada para el caso.
 
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Si Letizia hablara
Actualizado Martes, 6 agosto 2019 - 14:32


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La Reina Letizia, el pasado domingo en los jardines de Marivent. EFE
Letizia es un personaje fascinante. La Reina tiene un rostro de hielo, sobre todo cuando se observa de cerca, es exigente hasta la desesperación, seca y capaz de despertar en los demás un odio ridículo y exagerado, un odio infantil y misógino. Criticarla proporciona más placer que chuparse los dedos con el guacamole de Mercadona. Lo cierto es que, cuando está en la foto, nadie puede mirar para otro lado. Ni una mirada para el Rey o las infantas, si está Letizia, todos se centrarán en ella.

La Reina es antipática hasta cuando se esfuerza en ser simpática. El domingo durante el posado en el Palacio de Marivent dijo que pasar el verano en Mallorca "cada año es mejor". Cumple 15 años viniendo y ahora empieza a resignarse a esto. Con su sonrisa helada y ese tono de Telediario que aún mantiene al hablar, podría habernos dicho: "Llevo década y media veraneando en esta isla pegajosa y estoy hasta el huevo frito de todos vosotros". Yo la habría amado, pero en lugar de eso, contó que el día anterior había ido por primera vez a Pollença, un pueblo del norte de Mallorca. Dijo estar maravillada con el lugar que le había descubierto su suegra.Contó todo eso con la misma entonación que cuando informaba sobre el Congreso de los Diputados en La 1, como si su condición de periodista fuera el único disfraz que le permite soportar su papel de Reina.

A mí me pasa como a ella cuando quiere ser agradable, acabo criticándola aunque quiera defenderla. Tendré que esforzarme más, porque en realidad la entiendo, comprendo su hartazgo y admiro su rebeldía. Las mujeres de carácter fuerte como Letizia no gustan. Los hombres pueden ser vehementes e incluso zafios (¿campechanos?); pueden ser sosos (¿educadísimos desde la cuna?) y hasta mujeriegos. Todo eso y mucho más les permitimos. Nosotras, para que nos acepten, tenemos que dar siempre un perfil bajo, ser suavonas,simpáticas (pero sin pasarse, que es vulgar) y estar siempre de acuerdo en todo, con todos, decir sí como si fuera un tic.

No hay forma de que la gente acepte a una mujer como Letizia, ella lo sabe, y por eso se esfuerza poco en disimularse. Las raras veces que lo hace, sólo le falta acabar con un "esto ha sido todo por hoy, nos vemos mañana en las noticias del mediodía".


La Reina es fascinante y quiero saberlo todo de ella, quiero saber lo que diría si la dejaran hablar. Me importa un pito su vida íntima, no me refiero a los cotilleos conyugales o familiares, de esos todos tenemos y suelen ser el sopor absoluto. Yo quiero saber quién es esa mujer, la que cambió su vida por un hombre. Quiero que me cuente cuánta cantidad de amor es necesaria para aceptar de forma voluntaria esconderte a ti misma tras el velo de reina. Cuánta cantidad de amor hace falta para resignarte a que te odien a ti siempre, por defecto, siempre a ti y nunca a él, a ellos.

Quiero conocer a la Letizia divorciada. Las separadas, cuando conseguimos superar el dolor y el duelo, nos convertimos en juncos salvajes, imposibles de romper. Quizá de ahí saca la Reina sus recursos para mantenerse erguida. Quiero que me cuente quién cuida de esa mujer fuerte cuando se viene abajo. Y cómo, porque todas sabemos que pocos saben hacerlo.

Si Letizia hablara, querría que me contara por qué huecos consigue colarse para poder ejercer de madre. Las rendijas por las que meterse para conseguir criar a una futura Reina de España deben ser escasas y estrechas. ¿Cómo le explica a su hija que podrá reinar sin olvidarse a ella misma? ¿Cómo le cuenta que una mujer no tiene que pedir disculpas por saber lo que quiere, por no claudicar ante los que te quieren arrodillada? ¿Cómo le confiesa, ay, que en su corazón de consorte hay una republicana?


Si Letizia hablara... pero la Reina no habla, locuta. Por eso cuando la vemos solo podemos mirarla a ella y pensar: "¿Por qué demonios va tan bronceada? Menuda vulgaridad".

Conforme a los criterios de
Ello no habla por qué su trabajo es dar un heredero y una vez hecho, a gozar se ha dicho, si está harta del paripé que se vaya, ya habrá quien la reemplace y hasta lo hará mejor que ella....periodismo cortesano.
 
Increible pero cierto.

A estas alturas se sigue, sin descanso, sin tregua, comentando el crucial tema de la cogida de mano de Leonor.

Tengo un amigo médico pediatra y otro psiquiatra. Estoy con la duda de recurrir al primero o al segundo. No sé, no sé.

Si recurro al primero me parece que no es suficiente para darme una respuesta ilustrada sobre el fenómeno. Se me queda como pequeño.

Si al segundo pienso que quizá no esté dispuesto a dar la explicación correcta y sin fisuras, quizá le parezca el asunto demasiado arriesgado, demasiado comprometido máxime cuando la prensa alemana y otras intervienen en la aclaración de tema tan esotérico, tan sibilino.

La duda me corroe, el servicio que podría hacer para calmar la angustia de tanta y tanta humanidad me empuja a decidir.

Por el bien anímico de todos prometo que mañana me decidiré y comunicaré el resultado.
Por favor......
 
DOS REINAS, ha habido. Dos en 500 años.
Pues pregunta a los padres de la constitución y al padre de la criatura. Yo creo que no creían a España preparada Par una reina en esos momentos. La primera y única después de Isabel la católica tuvo que exiliarse. Pregunta : Cristina también era retrasada? Por que es mayor que Felipe.
No, pero si quitaban a Elena y ponían a Cristina, a ver como lo explican.
 
Ello no habla por qué su trabajo es dar un heredero y una vez hecho, a gozar se ha dicho, si está harta del paripé que se vaya, ya habrá quien la reemplace y hasta lo hará mejor que ella....periodismo cortesano.
Es el rey el que tiene que pedir el divorcio, ella no puede.
De todas formas creo que con divorcio o sin él estos dos viven separados.
 
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La Reina Letizia, el pasado domingo en los jardines de Marivent. EFE
Letizia es un personaje fascinante. La Reina tiene un rostro de hielo, sobre todo cuando se observa de cerca, es exigente hasta la desesperación, seca y capaz de despertar en los demás un odio ridículo y exagerado, un odio infantil y misógino. Criticarla proporciona más placer que chuparse los dedos con el guacamole de Mercadona. Lo cierto es que, cuando está en la foto, nadie puede mirar para otro lado. Ni una mirada para el Rey o las infantas, si está Letizia, todos se centrarán en ella.

La Reina es antipática hasta cuando se esfuerza en ser simpática. El domingo durante el posado en el Palacio de Marivent dijo que pasar el verano en Mallorca "cada año es mejor". Cumple 15 años viniendo y ahora empieza a resignarse a esto. Con su sonrisa helada y ese tono de Telediario que aún mantiene al hablar, podría habernos dicho: "Llevo década y media veraneando en esta isla pegajosa y estoy hasta el huevo frito de todos vosotros". Yo la habría amado, pero en lugar de eso, contó que el día anterior había ido por primera vez a Pollença, un pueblo del norte de Mallorca. Dijo estar maravillada con el lugar que le había descubierto su suegra.Contó todo eso con la misma entonación que cuando informaba sobre el Congreso de los Diputados en La 1, como si su condición de periodista fuera el único disfraz que le permite soportar su papel de Reina.

A mí me pasa como a ella cuando quiere ser agradable, acabo criticándola aunque quiera defenderla. Tendré que esforzarme más, porque en realidad la entiendo, comprendo su hartazgo y admiro su rebeldía. Las mujeres de carácter fuerte como Letizia no gustan. Los hombres pueden ser vehementes e incluso zafios (¿campechanos?); pueden ser sosos (¿educadísimos desde la cuna?) y hasta mujeriegos. Todo eso y mucho más les permitimos. Nosotras, para que nos acepten, tenemos que dar siempre un perfil bajo, ser suavonas,simpáticas (pero sin pasarse, que es vulgar) y estar siempre de acuerdo en todo, con todos, decir sí como si fuera un tic.

No hay forma de que la gente acepte a una mujer como Letizia, ella lo sabe, y por eso se esfuerza poco en disimularse. Las raras veces que lo hace, sólo le falta acabar con un "esto ha sido todo por hoy, nos vemos mañana en las noticias del mediodía".


La Reina es fascinante y quiero saberlo todo de ella, quiero saber lo que diría si la dejaran hablar. Me importa un pito su vida íntima, no me refiero a los cotilleos conyugales o familiares, de esos todos tenemos y suelen ser el sopor absoluto. Yo quiero saber quién es esa mujer, la que cambió su vida por un hombre. Quiero que me cuente cuánta cantidad de amor es necesaria para aceptar de forma voluntaria esconderte a ti misma tras el velo de reina. Cuánta cantidad de amor hace falta para resignarte a que te odien a ti siempre, por defecto, siempre a ti y nunca a él, a ellos.

Quiero conocer a la Letizia divorciada. Las separadas, cuando conseguimos superar el dolor y el duelo, nos convertimos en juncos salvajes, imposibles de romper. Quizá de ahí saca la Reina sus recursos para mantenerse erguida. Quiero que me cuente quién cuida de esa mujer fuerte cuando se viene abajo. Y cómo, porque todas sabemos que pocos saben hacerlo.

Si Letizia hablara, querría que me contara por qué huecos consigue colarse para poder ejercer de madre. Las rendijas por las que meterse para conseguir criar a una futura Reina de España deben ser escasas y estrechas. ¿Cómo le explica a su hija que podrá reinar sin olvidarse a ella misma? ¿Cómo le cuenta que una mujer no tiene que pedir disculpas por saber lo que quiere, por no claudicar ante los que te quieren arrodillada? ¿Cómo le confiesa, ay, que en su corazón de consorte hay una republicana?


Si Letizia hablara... pero la Reina no habla, locuta. Por eso cuando la vemos solo podemos mirarla a ella y pensar: "¿Por qué demonios va tan bronceada? Menuda vulgaridad".

Conforme a los criterios de

pues nada concierta una cita en Zarzuelilla con esta fascinación hecha mujer
 
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La Reina Letizia, el pasado domingo en los jardines de Marivent. EFE
Letizia es un personaje fascinante. La Reina tiene un rostro de hielo, sobre todo cuando se observa de cerca, es exigente hasta la desesperación, seca y capaz de despertar en los demás un odio ridículo y exagerado, un odio infantil y misógino. Criticarla proporciona más placer que chuparse los dedos con el guacamole de Mercadona. Lo cierto es que, cuando está en la foto, nadie puede mirar para otro lado. Ni una mirada para el Rey o las infantas, si está Letizia, todos se centrarán en ella.

La Reina es antipática hasta cuando se esfuerza en ser simpática. El domingo durante el posado en el Palacio de Marivent dijo que pasar el verano en Mallorca "cada año es mejor". Cumple 15 años viniendo y ahora empieza a resignarse a esto. Con su sonrisa helada y ese tono de Telediario que aún mantiene al hablar, podría habernos dicho: "Llevo década y media veraneando en esta isla pegajosa y estoy hasta el huevo frito de todos vosotros". Yo la habría amado, pero en lugar de eso, contó que el día anterior había ido por primera vez a Pollença, un pueblo del norte de Mallorca. Dijo estar maravillada con el lugar que le había descubierto su suegra.Contó todo eso con la misma entonación que cuando informaba sobre el Congreso de los Diputados en La 1, como si su condición de periodista fuera el único disfraz que le permite soportar su papel de Reina.

A mí me pasa como a ella cuando quiere ser agradable, acabo criticándola aunque quiera defenderla. Tendré que esforzarme más, porque en realidad la entiendo, comprendo su hartazgo y admiro su rebeldía. Las mujeres de carácter fuerte como Letizia no gustan. Los hombres pueden ser vehementes e incluso zafios (¿campechanos?); pueden ser sosos (¿educadísimos desde la cuna?) y hasta mujeriegos. Todo eso y mucho más les permitimos. Nosotras, para que nos acepten, tenemos que dar siempre un perfil bajo, ser suavonas,simpáticas (pero sin pasarse, que es vulgar) y estar siempre de acuerdo en todo, con todos, decir sí como si fuera un tic.

No hay forma de que la gente acepte a una mujer como Letizia, ella lo sabe, y por eso se esfuerza poco en disimularse. Las raras veces que lo hace, sólo le falta acabar con un "esto ha sido todo por hoy, nos vemos mañana en las noticias del mediodía".


La Reina es fascinante y quiero saberlo todo de ella, quiero saber lo que diría si la dejaran hablar. Me importa un pito su vida íntima, no me refiero a los cotilleos conyugales o familiares, de esos todos tenemos y suelen ser el sopor absoluto. Yo quiero saber quién es esa mujer, la que cambió su vida por un hombre. Quiero que me cuente cuánta cantidad de amor es necesaria para aceptar de forma voluntaria esconderte a ti misma tras el velo de reina. Cuánta cantidad de amor hace falta para resignarte a que te odien a ti siempre, por defecto, siempre a ti y nunca a él, a ellos.

Quiero conocer a la Letizia divorciada. Las separadas, cuando conseguimos superar el dolor y el duelo, nos convertimos en juncos salvajes, imposibles de romper. Quizá de ahí saca la Reina sus recursos para mantenerse erguida. Quiero que me cuente quién cuida de esa mujer fuerte cuando se viene abajo. Y cómo, porque todas sabemos que pocos saben hacerlo.

Si Letizia hablara, querría que me contara por qué huecos consigue colarse para poder ejercer de madre. Las rendijas por las que meterse para conseguir criar a una futura Reina de España deben ser escasas y estrechas. ¿Cómo le explica a su hija que podrá reinar sin olvidarse a ella misma? ¿Cómo le cuenta que una mujer no tiene que pedir disculpas por saber lo que quiere, por no claudicar ante los que te quieren arrodillada? ¿Cómo le confiesa, ay, que en su corazón de consorte hay una republicana?


Si Letizia hablara... pero la Reina no habla, locuta. Por eso cuando la vemos solo podemos mirarla a ella y pensar: "¿Por qué demonios va tan bronceada? Menuda vulgaridad".

Conforme a los criterios de

Bueno nadie le puso una pistola en la sien para casarse con el principe
Ella era periodista y sabia muy bien donde se metía .
A mi no me da pena si sigue en este circo de familia será porque le interesa
Porque leyendo el texto pareciese una mártir
“ Cómo le confiesa que en su corazón de consorte hay una republicana”
Vaya tragicomedia en varios actos
Estoy por coger un kleneex
 
Pues a mí me gustaría conocer de primera mano qué le pasó para dejar de ser la persona sonriente que era al principio, que parecía cercana, y convertirse en la Srta Rotenmeyer polioperada y amargadita que es ahora.

Mi teoría (desvariada por el calor).

La decepción, en primer lugar. Una casa real, en el siglo XXI o te la crees al 100% o es una prisión. Ella pensó que encajaría, que era fácil y que gustaría a monárquicos (creía inocentemente que no tienen criterio) y convencería a republicanos (o por lo menos los acallaría).

El complejo de clase, en segundo lugar. Hay gente que piensa que las clases no existen... pues sí. Hay un sector social que ha tenido poder históricamente y no acepta fácilmente a quien no tiene “linaje”. Pueden ser catetos, pero han mamado dinero y poder. Hay códigos que dña Letizia no conocía y con los que ha chocado. Hay que ser muy, muy, muy inteligente, prudente y paciente para encajar. Tendrá muchas virtudes dña Letizia, pero no estas tres: ver, oír y callar incluso ante atrocidades. A poca ética que tengas, sales pitando de ciertos ambientes.

El amor maternal inesperado. Sí... creo que Letizia nunca pensó que se podía amar tanto a l@s hij@s. Supongo que abortaría porque iba de fría o que no tenía instinto maternal. Al entrar ahí sabía que tenía que tener hijos sí o sí y firmó las capitulaciones creyendo que no le costaría renunciar a sus hijos. Venía de una familia desestructurada e igual no sintió el amor que sus padres sentían por ella... cuando en el 2013 se puso el divorcio encima de la mesa creo que vio que perdía a sus hijas y decidió que no estaba dispuesta a ese sacrificio. No puede. No quiere que pertenezcan a los borbones y tragará sapos y culebras pero no las dejará jamás. Porque las quiere más de lo que imaginaba y (también un poquito) por orgullo.

Y por último, creo que tiene poca capacidad para ceder. Ahí es cuando dicen que es “perfeccionista” cuando quieren decir que no se deja aconsejar. Se la ve incómoda incluso cuando se operó y estaba guapa. No se la ve nunca disfrutar. Se la ve “pagada” como decimos en valenciano cuando va sola y todo el mundo le hace la pelota, pero no se la ve feliz.

Pena no me da porque no era una niña inocente enamorada cuando se casó, pero no le envidio absolutamente nada. Creo que las mujeres con una profesión bien remunerada y que les satisfaga no deberían entrar en la monarquía porque no cuadran, no suman y pierden toda su libertad. La monarquía en cualquier país se basa en la desigualdad social: hasta hace nada (desde el punto de vista histórico, no me malinterpretéis) tenían hasta derecho de pernada... y en España los borbones han aportado muy poquito a nuestro desarrollo (y se han largado con el bolsillo lleno cuando las cosas iban mal).

Yo la critico cuando va mal vestida. Pero no la odio ni le deseo nada malo. Las niñas son pavitas pero muy bonitas. Estas vacaciones lo han intentado (como muchas otras veces). Pero a ella no le gusta el ambiente de Mallorca. Me da pena como mediterránea que soy, porque tenemos muchas cosas que disfrutar en vacaciones. Pero me hubiera parecido muy bien que hubieran cambiado el destino por uno más acorde a su personalidad en el que se viera más cómoda la familia: Canarias, Cádiz, Cantabria, los Pirineos... no sé... o ir cada año a un Parador Nacional.

Pero este paripé da pena, la verdad. Se la ve incomodísima y fuera de lugar. Se trasmite urgencia por terminar. Cosa que no debería pasar en vacaciones.
 
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La Reina Letizia, el pasado domingo en los jardines de Marivent. EFE
Letizia es un personaje fascinante. La Reina tiene un rostro de hielo, sobre todo cuando se observa de cerca, es exigente hasta la desesperación, seca y capaz de despertar en los demás un odio ridículo y exagerado, un odio infantil y misógino. Criticarla proporciona más placer que chuparse los dedos con el guacamole de Mercadona. Lo cierto es que, cuando está en la foto, nadie puede mirar para otro lado. Ni una mirada para el Rey o las infantas, si está Letizia, todos se centrarán en ella.

La Reina es antipática hasta cuando se esfuerza en ser simpática. El domingo durante el posado en el Palacio de Marivent dijo que pasar el verano en Mallorca "cada año es mejor". Cumple 15 años viniendo y ahora empieza a resignarse a esto. Con su sonrisa helada y ese tono de Telediario que aún mantiene al hablar, podría habernos dicho: "Llevo década y media veraneando en esta isla pegajosa y estoy hasta el huevo frito de todos vosotros". Yo la habría amado, pero en lugar de eso, contó que el día anterior había ido por primera vez a Pollença, un pueblo del norte de Mallorca. Dijo estar maravillada con el lugar que le había descubierto su suegra.Contó todo eso con la misma entonación que cuando informaba sobre el Congreso de los Diputados en La 1, como si su condición de periodista fuera el único disfraz que le permite soportar su papel de Reina.

A mí me pasa como a ella cuando quiere ser agradable, acabo criticándola aunque quiera defenderla. Tendré que esforzarme más, porque en realidad la entiendo, comprendo su hartazgo y admiro su rebeldía. Las mujeres de carácter fuerte como Letizia no gustan. Los hombres pueden ser vehementes e incluso zafios (¿campechanos?); pueden ser sosos (¿educadísimos desde la cuna?) y hasta mujeriegos. Todo eso y mucho más les permitimos. Nosotras, para que nos acepten, tenemos que dar siempre un perfil bajo, ser suavonas,simpáticas (pero sin pasarse, que es vulgar) y estar siempre de acuerdo en todo, con todos, decir sí como si fuera un tic.

No hay forma de que la gente acepte a una mujer como Letizia, ella lo sabe, y por eso se esfuerza poco en disimularse. Las raras veces que lo hace, sólo le falta acabar con un "esto ha sido todo por hoy, nos vemos mañana en las noticias del mediodía".


La Reina es fascinante y quiero saberlo todo de ella, quiero saber lo que diría si la dejaran hablar. Me importa un pito su vida íntima, no me refiero a los cotilleos conyugales o familiares, de esos todos tenemos y suelen ser el sopor absoluto. Yo quiero saber quién es esa mujer, la que cambió su vida por un hombre. Quiero que me cuente cuánta cantidad de amor es necesaria para aceptar de forma voluntaria esconderte a ti misma tras el velo de reina. Cuánta cantidad de amor hace falta para resignarte a que te odien a ti siempre, por defecto, siempre a ti y nunca a él, a ellos.

Quiero conocer a la Letizia divorciada. Las separadas, cuando conseguimos superar el dolor y el duelo, nos convertimos en juncos salvajes, imposibles de romper. Quizá de ahí saca la Reina sus recursos para mantenerse erguida. Quiero que me cuente quién cuida de esa mujer fuerte cuando se viene abajo. Y cómo, porque todas sabemos que pocos saben hacerlo.

Si Letizia hablara, querría que me contara por qué huecos consigue colarse para poder ejercer de madre. Las rendijas por las que meterse para conseguir criar a una futura Reina de España deben ser escasas y estrechas. ¿Cómo le explica a su hija que podrá reinar sin olvidarse a ella misma? ¿Cómo le cuenta que una mujer no tiene que pedir disculpas por saber lo que quiere, por no claudicar ante los que te quieren arrodillada? ¿Cómo le confiesa, ay, que en su corazón de consorte hay una republicana?


Si Letizia hablara... pero la Reina no habla, locuta. Por eso cuando la vemos solo podemos mirarla a ella y pensar: "¿Por qué demonios va tan bronceada? Menuda vulgaridad".

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Quiero conocer a la Letizia divorciada. Las separadas, cuando conseguimos superar el dolor y el duelo, nos convertimos en juncos salvajes,

..
:p
Que no pasa nada pero divorciada ya lo estaba.
Sera:sneaky:por eso que es un junco salvaje:rolleyes::rolleyes::rolleyes:


....
La Reina es fascinante y quiero saberlo todo de ella, quiero saber lo que diría si la dejaran hablar. Me importa un pito su vida íntima, no me refiero a los cotilleos conyugales o familiares, de esos todos tenemos y suelen ser el sopor absoluto. Yo quiero saber quién es esa mujer, la que cambió su vida por un hombre.
:hilarious::hilarious::hilarious::hilarious:
Argumento de culebrón turco que ahora están de moda:)
 
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