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Tras ver las fotos de la salida de la cena que habéis colgado, se puede observar que la Reina Emérita y su hijo tienen un cabreo de aupa. Se puede ver que la cena se les indigestó y por el contrario, veo la cara de la Reina con gran satisfacción y frunciendo los labios como si estuviera silbando porque les amargó la cena. No debión de parar de hablar y de prohibirles comer a sus hijas algo que desearan y fuera en contra de la dieta vegana. Ella va siempre a fastidiar y a amargar y como está rebotada en la isla porque odia todo lo que simboliza cualquier costumbre borbónica pues muestra su desagrado en público e igual pasados unos días nos enteramos que montó un berrinche en el restaurante. La cara de soberbia, la risa de falsa y el odio a todo lo Borbón incluido su marido es evidente. No oculta su malestar y hace todo lo que desea para boicotear algo como una salida. Palma no va con ella pero si quiere los privilegios y las prebendas del cargo y hacer lo que le viene en gana. Con ella no hay nada que hacer y extender esta situación sine die es cada vez más alejar la Institución y enviarla al ostracismo. Pobre Reina Emérita lo que tuvo que luchar para besar trono y ahora en su fuero interno debe ser terrible y doloroso como una muerta de hambre tira por la borda el trabajo y el sacrificio de una labor tan ingente para colocar la Monarquía en el lugar que ellos merecían. Como he manifestado en un post anterior, esta mujer ya no es un lastre sino una desgracia que poco a poco va minando el carácter de los Borbones. Debería darle verguenza ostentar el título de Reina cuando la mayoría de los españoles no la quieren y su propia familia política tampoco. No sé cómo esta mujer tiene tanto odio al entorno que le rodea porque desde el primer momento la recibieron como una más pero ella se encargó de acabar con toda esta relación familiar. Pero era de esperar porque su origen y procedencia viene de una familia desestructurada donde no había normas ni pautas y cada uno acampaba a sus anchas.