Incendio en la catedral de Notre Dame de Paris.

Mi madre ha ido a confesarse en Semana Santa y me ha dicho que la iglesia estaba abarrotada de gente (hombres y mujeres) sacando fotos a los retablos...fieles, sí, si existen que les enseñen el camino a la catedral que se han perdido:ROFLMAO:
Lo de guardar silencio y mostrar respeto, ya luego si...:ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:
Yo estuve en notre dame el día de Navidad y eres de vergüenza durante la misa no se oía al sacerdote del ruido que hacían los turistas que circulaban por la catedral. Ha cían fotos a lis fieles como si estuviera viendo animales en el zoológico. Era la primera vez que me pasaba, siempre había estado en Iglesias donde lis turistas no podían entrar durante el culto.
 
La empresa responsable de los andamios de Notre Dame, implicada en otro incendio accidental
Según el semanario L’Express, tradicionalmente bien informado, una de las empresas que realizan la renovación de la catedral está implicada en otro caso de incendio accidental
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SeguirJuan Pedro Quiñonero
Actualizado:18/04/2019 18:16h
25 La imagen con más detalle del estado de la catedral de Notre Dame después del incendio

Según L’Express, la empresa Le Bras Frères, responsable de la gestión de losandamios de la renovación que ha terminado en el trágico incendio que estalló el lunes, también ha estado implicada en el incendio igualmente accidental de una sala de conciertos que se encuentra en Belleville-sur-Meuse(Meuse), a primeros de este mismo mes de abril.

El incendio que estalló en la sala de Belleville pudo localizarse y apagarse en diez o quince minutos, con daños muy limitados.

Según el diario L’Est Républicain, el control técnico utilizado en la catedral de Notre Dame era muy semejante al utilizado en Belleville.



Las coincidencias aparentes no comportan ningún indicio concreto de«culpabilidad» ni negligencia. La empresa Le Bras Frères se apresuró la madrugada del lunes al martes pasado en negar «toda responsabilidad» en el estallido del incendio, en Notre Dame.

Un día más tarde, a lo largo del miércoles, varias fuentes policiales afirmaron que se había detectado un mal funcionamiento del sistema de alarma contra incendios. Sin embargo, este hecho no implica indicios claros de negligencia de ningún tipo, según el estado actual de la investigación.

Las revelaciones de L’Express y L’Est Républicain parecen sugerir que las pesquisas comienzan a orientarse definitivamente en la dirección de errores de carácter técnico, aunque todavía por descubrir con precisión.

https://www.abc.es/internacional/ab...incendio-accidental-201904181815_noticia.html
 
Verás como sale alguien a descalificarlo. No se puede admitir el atentado porque hay que proteger a los de la jihad y a cualquier cultura menos la nuestra. Es la izquierda sectaria y radical que propaga la estupidez traidora, a falta de éxitos reales en los que apoyarse.

Lo cierto es que no es inhabitual que un gobierno decida que un atentado es un "accidente". Ha ocurrido otras veces y seguirá ocurriendo. Cuando se toma esa decisión, se declara "accidente" enseguida, con el desastre o la masacre aún en marcha, cuando no ha habido tiempo ni ocasión de hacer el pertinente peritaje de qué causó el supuesto accidente y cómo. Porque precisamente los accidentes necesitan más tiempo para comprobar o esclarecer el modus operandi que los atentados.

En España tenemos un ejemplo terrible de esto, el atentado del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza (83 muertos oficiales, hasta 90 según el cómputo de la Guardia Civil, y un montón de heridos e inválidos). Como ya conté muchos posts atrás, con los muertos aún dentro y la gente tirándose por las ventanas, apareció el segundo del Ministerio del Interior por Zaragoza (de nombre Francisco Laína) y ordenó a las fuerzas del orden que le ponían los indicios del atentado sobre la mesa que aquello iba a ser un "accidente" y que quedaba prohibido desviarse en cualquier declaración pública de aquella tipificación del siniestro. El hotel estaba lleno de militares (algunos de muy alto rango) y sus familias porque al día siguiente era la entrega de despachos a los nuevos oficiales en la Academia General Militar. Estaba allí también la familia Franco.

¿Por qué aquella mentira? Pues porque cómo escribió Victoria Prego en un repaso de la situación política de aquellos años, admitir el atentado era "políticamente inasumible". ¿Qué quiere decir eso? Pues que hay ataques que, si los asumes, ponen en peligro el statu quo político y cambian el tablero de juego de una forma que el establishment no puede aceptar. Hay ataques que ponen muy difícil que tus líneas políticas, o sociológicas, puedan seguir adelante sin una contestación tan potente que cambien la situación. En el caso del Corona de Aragón se estaba negociando en aquel momento el estatuto de autonomía vasco, o sea, el pistoletazo de salida para el caos taifal que nos ha llevado adonde estamos ahora, a punto de que nos hundan el Titanic (o sea, España). Admitir aquel atentado habría hecho muy difícil que la sociedad aceptara un descuajeringue autonómico de la nación y menos cuando se ponían para presionar en la negociación un montón de muertos sobre la mesa. Así que se solucionó el problema declarando a la matanza un "accidente" y se siguió con la línea política que había acordado el establishment. Sobre la autoría, por cierto, los investigadores sospecharon siempre que ETA había provisto la logística y la información para el atentado y que los que colocaron las sustancias incendiarias en varios focos del hotel (napalm y un pirogel) fueron tipos del FRAP, oficialmente disueltos por orden del PCE unos meses antes, pero que siguieron dando guerra en amistad con el mundo etarra durante bastante tiempo. El papá de Pablo Iglesias era militante de aquella organización terrorista comunista, dicho sea de paso.

Volvamos a Notre Dame. A cualquiera que sepa mirar esas llamas, ese humo y la evolución del siniestro difícilmente le van a colar la píldora del "accidente". Sin embargo, -y yo lo veo desde mi deformación profesional-, es lógico que lo presenten como un accidente. Notre Dame no es sólo un bonito edificio francés de gran valor artístico: es un símbolo de la Cristiandad y de la identidad cristiana de Europa, anterior a la consolidación de naciones y de estados modernos. Dentro de unas semanas hay varias elecciones importantes. Las primeras, las elecciones generales de España, donde está en juego que se consume la balcanización controlada de nuestro país (que promueve el eje franco-alemán que domina la UE) o que la jugada se les complique. Y el principal agente para que la jugada se les complique es un nuevo partido español que ha hecho de la denuncia de la islamización de Europa y del eje franco-alemán que la promueve uno de sus lemas políticos. Luego vienen las elecciones al Parlamento Europeo. El Parlamento Europeo no importa una mierda, porque ni legisla ni controla las decisiones que la Comisión Europea (de nuevo mangoneada por el eje franco-alemán) toma de una manera totalmente oligárquica y despótica. PERO, pero, esta vez las elecciones al Parlamento europeo sí importan. Porque hay un importante bloque de partidos UEcríticos que van a plantear estas elecciones europeas como el primer asalto de un combate interno contra el eje franco-alemán y la oligarquía bruselense. Y a pesar de su diversidad programática, todos esos partidos comparten dos cosas: 1) su oposición a la política pro-islámica de la UE y 2) su defensa de la soberanía de los estados-nación frente a las oligarquías transnacionales y el eje franco-alemán. No hace falta ser politólogo para ver que admitir un atentado contra uno de los grandes símbolos de la Cristiandad europea a cuatro días de las elecciones es darles una baza demasiado golosa a toda esa constelación EUcrítica, empezando por la Agrupación Nacional (ex-Frente Nacional) en la propia Francia. Así que, como ocurrió en el caso del Corona de Aragón, se tira por la calle de en medio del accidente y listo. Ha sido un cortocircuito en la churrera..., perdón en el taladro. Componer a posteriori una historia de que falló esto o aquello es fácil y más en este caso, en el que no habrá víctimas por medio dando por saco y dificultando la consolidación del relato oficial.
 
Última edición:
Lo cierto es que no es inhabitual que un gobierno decida que un atentado es un "accidente". Ha ocurrido otras veces y seguirá ocurriendo. Cuando se toma esa decisión, se declara "accidente" enseguida, con el desastre o la masacre aún en marcha, cuando no ha habido tiempo ni ocasión de hacer el pertinente peritaje de qué causó el supuesto accidente y cómo. Porque precisamente los accidentes necesitan más tiempo para comprobar o esclarecer el modus operandi que los atentados.

En España tenemos un ejemplo terrible de esto, el atentado del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza (83 muertos oficiales, hasta 90 según el cómputo de la Guardia Civil, y un montón de heridos e inválidos). Como ya conté muchos posts atrás, con los muertos aún dentro y la gente tirándose por las ventanas, apareció el segundo del Ministerio del Interior por Zaragoza (de nombre Francisco Laína) y ordenó a las fuerzas del orden que le ponían los indicios del atentado sobre la mesa que aquello iba a ser un "accidente" y que quedaba prohibido desviarse en cualquier declaración pública de aquella tipificación del siniestro. El hotel estaba lleno de militares (algunos de muy alto rango) y sus familias porque al día siguiente era la entrega de despachos a los nuevos oficiales en la Academia General Militar. Estaba allí también la familia Franco.

¿Por qué aquella mentira? Pues porque cómo escribió Victoria Prego en un repaso de la situación política de aquellos años, admitir el atentado era "políticamente inasumible". ¿Qué quiere decir eso? Pues que hay ataques que, si los asumes, ponen en peligro el statu quo político y cambian el tablero de juego de una forma que el establishment no puede aceptar. Hay ataques que ponen muy difícil que tus líneas políticas, o sociológicas, puedan seguir adelante sin una contestación tan potente que cambien la situación. En el caso del Corona de Aragón se estaba negociando en aquel momento el estatuto de autonomía vasco, o sea, el pistoletazo de salida para el caos taifal que nos ha llevado adonde estamos ahora, a punto de que nos hundan el Titanic (o sea, España). Admitir aquel atentado habría hecho muy difícil que la sociedad aceptara un descuajeringue autonómico de la nación y menos cuando se ponían para presionar en la negociación un montón de muertos sobre la mesa. Así que se solucionó el problema declarando a la matanza un "accidente" y se siguió con la línea política que había acordado el establishment. Sobre la autoría, por cierto, los investigadores sospecharon siempre que ETA había provisto la logística y la información para el atentado y que los que colocaron las sustancias incendiarias en varios focos del hotel (napalm y un pirogel) fueron tipos del FRAP, oficialmente disueltos por orden del PCE unos meses antes, pero que siguieron dando guerra en amistad con el mundo etarra durante bastante tiempo. El papá de Pablo Iglesias era militante de aquella organización terrorista comunista, dicho sea de paso.

Volvamos a Notre Dame. A cualquiera que sepa mirar esas llamas, ese humo y la evolución del siniestro difícilmente le van a colar la píldora del "accidente". Sin embargo, -y yo lo veo desde mi deformación profesional-, es lógico que lo presenten como un accidente. Notre Dame no es sólo un bonito edificio francés de gran valor artístico: es un símbolo de la Cristiandad y de la identidad cristiana de Europa, anterior a la consolidación de naciones y de estados modernos. Dentro de unas semanas hay varias elecciones importantes. Las primeras, las elecciones generales de España, donde está en juego que se consume la balcanización controlada de nuestro país (que promueve el eje franco-alemán que domina la UE) o que la jugada se les complique. Y el principal agente para que la jugada se les complique es un nuevo partido español que ha hecho de la denuncia de la islamización de Europa y del eje franco-alemán que la promueve uno de sus lemas políticos. Luego vienen las elecciones al Parlamento Europeo. El Parlamento Europeo no importa una mierda, porque ni legisla ni controla las decisiones que la Comisión Europea (de nuevo mangoneada por el eje franco-alemán) toma de una manera totalmente oligárquica y despótica. PERO, pero, esta vez las elecciones al Parlamento europeo sí importan. Porque hay un importante bloque de partidos UEcríticos que van a plantear estas elecciones europeas como el primer asalto de un combate interno contra el eje franco-alemán y la oligarquía bruselense. Y a pesar de su diversidad programática, todos esos partidos comparten dos cosas: 1) su oposición a la política pro-islámica de la UE y 2) su defensa de la soberanía de los estados-nación frente a las oligarquías transnacionales y el eje franco-alemán. No hace falta ser politólogo para ver que admitir un atentado contra uno de los grandes símbolos de la Cristiandad europea a cuatro días de las elecciones es darles una baza demasiado golosa a toda esa constelación EUcrítica, empezando por la Agrupación Nacional (ex-Frente Nacional) en la propia Francia. Así que, como ocurrió en el caso del Corona de Aragón, se tira por la calle de en medio del accidente y listo. Ha sido un cortocircuito en la churrera..., perdón en el taladro. Componer a posteriori una historia de que falló esto o aquello es fácil y más en este caso, en el que no habrá víctimas por medio dando por saco y dificultando la consolidación del relato oficial.

Gracias, Titanic, por esta valiosa información, hechos que muchos en este foro ya venimos sopsepchando hace tiempo.

¿Y quiénes están detrás del "accidente" de Notre Dame?
 
Lo cierto es que no es inhabitual que un gobierno decida que un atentado es un "accidente". Ha ocurrido otras veces y seguirá ocurriendo. Cuando se toma esa decisión, se declara "accidente" enseguida, con el desastre o la masacre aún en marcha, cuando no ha habido tiempo ni ocasión de hacer el pertinente peritaje de qué causó el supuesto accidente y cómo. Porque precisamente los accidentes necesitan más tiempo para comprobar o esclarecer el modus operandi que los atentados.

En España tenemos un ejemplo terrible de esto, el atentado del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza (83 muertos oficiales, hasta 90 según el cómputo de la Guardia Civil, y un montón de heridos e inválidos). Como ya conté muchos posts atrás, con los muertos aún dentro y la gente tirándose por las ventanas, apareció el segundo del Ministerio del Interior por Zaragoza (de nombre Francisco Laína) y ordenó a las fuerzas del orden que le ponían los indicios del atentado sobre la mesa que aquello iba a ser un "accidente" y que quedaba prohibido desviarse en cualquier declaración pública de aquella tipificación del siniestro. El hotel estaba lleno de militares (algunos de muy alto rango) y sus familias porque al día siguiente era la entrega de despachos a los nuevos oficiales en la Academia General Militar. Estaba allí también la familia Franco.

¿Por qué aquella mentira? Pues porque cómo escribió Victoria Prego en un repaso de la situación política de aquellos años, admitir el atentado era "políticamente inasumible". ¿Qué quiere decir eso? Pues que hay ataques que, si los asumes, ponen en peligro el statu quo político y cambian el tablero de juego de una forma que el establishment no puede aceptar. Hay ataques que ponen muy difícil que tus líneas políticas, o sociológicas, puedan seguir adelante sin una contestación tan potente que cambien la situación. En el caso del Corona de Aragón se estaba negociando en aquel momento el estatuto de autonomía vasco, o sea, el pistoletazo de salida para el caos taifal que nos ha llevado adonde estamos ahora, a punto de que nos hundan el Titanic (o sea, España). Admitir aquel atentado habría hecho muy difícil que la sociedad aceptara un descuajeringue autonómico de la nación y menos cuando se ponían para presionar en la negociación un montón de muertos sobre la mesa. Así que se solucionó el problema declarando a la matanza un "accidente" y se siguió con la línea política que había acordado el establishment. Sobre la autoría, por cierto, los investigadores sospecharon siempre que ETA había provisto la logística y la información para el atentado y que los que colocaron las sustancias incendiarias en varios focos del hotel (napalm y un pirogel) fueron tipos del FRAP, oficialmente disueltos por orden del PCE unos meses antes, pero que siguieron dando guerra en amistad con el mundo etarra durante bastante tiempo. El papá de Pablo Iglesias era militante de aquella organización terrorista comunista, dicho sea de paso.

Volvamos a Notre Dame. A cualquiera que sepa mirar esas llamas, ese humo y la evolución del siniestro difícilmente le van a colar la píldora del "accidente". Sin embargo, -y yo lo veo desde mi deformación profesional-, es lógico que lo presenten como un accidente. Notre Dame no es sólo un bonito edificio francés de gran valor artístico: es un símbolo de la Cristiandad y de la identidad cristiana de Europa, anterior a la consolidación de naciones y de estados modernos. Dentro de unas semanas hay varias elecciones importantes. Las primeras, las elecciones generales de España, donde está en juego que se consume la balcanización controlada de nuestro país (que promueve el eje franco-alemán que domina la UE) o que la jugada se les complique. Y el principal agente para que la jugada se les complique es un nuevo partido español que ha hecho de la denuncia de la islamización de Europa y del eje franco-alemán que la promueve uno de sus lemas políticos. Luego vienen las elecciones al Parlamento Europeo. El Parlamento Europeo no importa una mierda, porque ni legisla ni controla las decisiones que la Comisión Europea (de nuevo mangoneada por el eje franco-alemán) toma de una manera totalmente oligárquica y despótica. PERO, pero, esta vez las elecciones al Parlamento europeo sí importan. Porque hay un importante bloque de partidos UEcríticos que van a plantear estas elecciones europeas como el primer asalto de un combate interno contra el eje franco-alemán y la oligarquía bruselense. Y a pesar de su diversidad programática, todos esos partidos comparten dos cosas: 1) su oposición a la política pro-islámica de la UE y 2) su defensa de la soberanía de los estados-nación frente a las oligarquías transnacionales y el eje franco-alemán. No hace falta ser politólogo para ver que admitir un atentado contra uno de los grandes símbolos de la Cristiandad europea a cuatro días de las elecciones es darles una baza demasiado golosa a toda esa constelación EUcrítica, empezando por la Agrupación Nacional (ex-Frente Nacional) en la propia Francia. Así que, como ocurrió en el caso del Corona de Aragón, se tira por la calle de en medio del accidente y listo. Ha sido un cortocircuito en la churrera..., perdón en el taladro. Componer a posteriori una historia de que falló esto o aquello es fácil y más en este caso, en el que no habrá víctimas por medio dando por saco y dificultando la consolidación del relato oficial.

 
Lo cierto es que no es inhabitual que un gobierno decida que un atentado es un "accidente". Ha ocurrido otras veces y seguirá ocurriendo. Cuando se toma esa decisión, se declara "accidente" enseguida, con el desastre o la masacre aún en marcha, cuando no ha habido tiempo ni ocasión de hacer el pertinente peritaje de qué causó el supuesto accidente y cómo. Porque precisamente los accidentes necesitan más tiempo para comprobar o esclarecer el modus operandi que los atentados.

En España tenemos un ejemplo terrible de esto, el atentado del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza (83 muertos oficiales, hasta 90 según el cómputo de la Guardia Civil, y un montón de heridos e inválidos). Como ya conté muchos posts atrás, con los muertos aún dentro y la gente tirándose por las ventanas, apareció el segundo del Ministerio del Interior por Zaragoza (de nombre Francisco Laína) y ordenó a las fuerzas del orden que le ponían los indicios del atentado sobre la mesa que aquello iba a ser un "accidente" y que quedaba prohibido desviarse en cualquier declaración pública de aquella tipificación del siniestro. El hotel estaba lleno de militares (algunos de muy alto rango) y sus familias porque al día siguiente era la entrega de despachos a los nuevos oficiales en la Academia General Militar. Estaba allí también la familia Franco.

¿Por qué aquella mentira? Pues porque cómo escribió Victoria Prego en un repaso de la situación política de aquellos años, admitir el atentado era "políticamente inasumible". ¿Qué quiere decir eso? Pues que hay ataques que, si los asumes, ponen en peligro el statu quo político y cambian el tablero de juego de una forma que el establishment no puede aceptar. Hay ataques que ponen muy difícil que tus líneas políticas, o sociológicas, puedan seguir adelante sin una contestación tan potente que cambien la situación. En el caso del Corona de Aragón se estaba negociando en aquel momento el estatuto de autonomía vasco, o sea, el pistoletazo de salida para el caos taifal que nos ha llevado adonde estamos ahora, a punto de que nos hundan el Titanic (o sea, España). Admitir aquel atentado habría hecho muy difícil que la sociedad aceptara un descuajeringue autonómico de la nación y menos cuando se ponían para presionar en la negociación un montón de muertos sobre la mesa. Así que se solucionó el problema declarando a la matanza un "accidente" y se siguió con la línea política que había acordado el establishment. Sobre la autoría, por cierto, los investigadores sospecharon siempre que ETA había provisto la logística y la información para el atentado y que los que colocaron las sustancias incendiarias en varios focos del hotel (napalm y un pirogel) fueron tipos del FRAP, oficialmente disueltos por orden del PCE unos meses antes, pero que siguieron dando guerra en amistad con el mundo etarra durante bastante tiempo. El papá de Pablo Iglesias era militante de aquella organización terrorista comunista, dicho sea de paso.

Volvamos a Notre Dame. A cualquiera que sepa mirar esas llamas, ese humo y la evolución del siniestro difícilmente le van a colar la píldora del "accidente". Sin embargo, -y yo lo veo desde mi deformación profesional-, es lógico que lo presenten como un accidente. Notre Dame no es sólo un bonito edificio francés de gran valor artístico: es un símbolo de la Cristiandad y de la identidad cristiana de Europa, anterior a la consolidación de naciones y de estados modernos. Dentro de unas semanas hay varias elecciones importantes. Las primeras, las elecciones generales de España, donde está en juego que se consume la balcanización controlada de nuestro país (que promueve el eje franco-alemán que domina la UE) o que la jugada se les complique. Y el principal agente para que la jugada se les complique es un nuevo partido español que ha hecho de la denuncia de la islamización de Europa y del eje franco-alemán que la promueve uno de sus lemas políticos. Luego vienen las elecciones al Parlamento Europeo. El Parlamento Europeo no importa una mierda, porque ni legisla ni controla las decisiones que la Comisión Europea (de nuevo mangoneada por el eje franco-alemán) toma de una manera totalmente oligárquica y despótica. PERO, pero, esta vez las elecciones al Parlamento europeo sí importan. Porque hay un importante bloque de partidos UEcríticos que van a plantear estas elecciones europeas como el primer asalto de un combate interno contra el eje franco-alemán y la oligarquía bruselense. Y a pesar de su diversidad programática, todos esos partidos comparten dos cosas: 1) su oposición a la política pro-islámica de la UE y 2) su defensa de la soberanía de los estados-nación frente a las oligarquías transnacionales y el eje franco-alemán. No hace falta ser politólogo para ver que admitir un atentado contra uno de los grandes símbolos de la Cristiandad europea a cuatro días de las elecciones es darles una baza demasiado golosa a toda esa constelación EUcrítica, empezando por la Agrupación Nacional (ex-Frente Nacional) en la propia Francia. Así que, como ocurrió en el caso del Corona de Aragón, se tira por la calle de en medio del accidente y listo. Ha sido un cortocircuito en la churrera..., perdón en el taladro. Componer a posteriori una historia de que falló esto o aquello es fácil y más en este caso, en el que no habrá víctimas por medio dando por saco y dificultando la consolidación del relato oficial.

Gracias por esta información tan esclarecedora.
 

En el propio hilo hay varias personas diciendo que la catedral del cuadro es la Catedral de Reims, bombardeada en la Primera Guerra Mundial por los alemanes. Es más, buscando el nombre de ese pintor encuentro lo siguiente:
  • El apellido está mal escrito. Es Fraipont, no Freipont.
  • Si busco "Gustave Freipont" en Google sólo me aparecen twees, posts de Facebook y artículos en blogs de dudosa veracidad con el mismo cuadro. De hecho ni siquiera aparecen más obras de ese artista.
  • Si busco "Gustave Fraipont", me salen más ilustraciones suyas y esa no aparece con el título "Premonición". Lo más parecido a un título para esa obra es " Incendie de la Cathédrale de Reims", ya que no es un cuadro en sí, es una ilustración que publicó en un periódico en el que trabajaba, y si tuviera algún título no podría ser "Premonición", ya que está representando un acontecimiento histórico, no una premonición de nada.
  • En 1924 Gustave Fraipont YA ESTABA MUERTO.
Santa paciencia...
 
Última edición:
Al parecer la catedral tenía un retén de bomberos de vigilancia, para cualquier incidencia, las 24 horas del días.
Tres turnos de dos bomberos vigilando.



El que fuera arquitecto jefe de la catedral hasta 2013 ha manifestado en público que duda mucho de la accidentalidad del siniestro por la forma de propagación del fuego y porque la catedral contaba con un eficaz sistema de detección de incendios.





Y aquí la clave de lo dicho por el arquitecto: el desastre no pudo empezar por un cortocircuito o por una negligencia o fallo técnico puntual. El roble es una madera muy dura y resistente que necesita un lapso de tiempo largo para prender, arder y propagarse. La velocidad y voracidad del fuego son indicios de que se tiene que utilizar "una carga calorífica real al principio para provocar semejante desastre". ¿A qué se refiere? Pues por ejemplo a rociar la madera con gasolina o a utilizar algún tipo de sustancia incendiaria como napalm o pirogeles (lo que se hizo en el "incendio" del Hotel Corona de Aragón, por ejemplo).



Para remate el arquitecto señaló que el foco inicial del incendio se produjo en un área donde no había trabajos de restauración.



La verdad, yo sin entender en temas técnicos, sí me llamó mucho la atención de la forma tan rápida y virulenta que se propagó, habiendo hoy en día sistemas de seguridad.
 
Lo cierto es que no es inhabitual que un gobierno decida que un atentado es un "accidente". Ha ocurrido otras veces y seguirá ocurriendo. Cuando se toma esa decisión, se declara "accidente" enseguida, con el desastre o la masacre aún en marcha, cuando no ha habido tiempo ni ocasión de hacer el pertinente peritaje de qué causó el supuesto accidente y cómo. Porque precisamente los accidentes necesitan más tiempo para comprobar o esclarecer el modus operandi que los atentados.

En España tenemos un ejemplo terrible de esto, el atentado del Hotel Corona de Aragón de Zaragoza (83 muertos oficiales, hasta 90 según el cómputo de la Guardia Civil, y un montón de heridos e inválidos). Como ya conté muchos posts atrás, con los muertos aún dentro y la gente tirándose por las ventanas, apareció el segundo del Ministerio del Interior por Zaragoza (de nombre Francisco Laína) y ordenó a las fuerzas del orden que le ponían los indicios del atentado sobre la mesa que aquello iba a ser un "accidente" y que quedaba prohibido desviarse en cualquier declaración pública de aquella tipificación del siniestro. El hotel estaba lleno de militares (algunos de muy alto rango) y sus familias porque al día siguiente era la entrega de despachos a los nuevos oficiales en la Academia General Militar. Estaba allí también la familia Franco.

¿Por qué aquella mentira? Pues porque cómo escribió Victoria Prego en un repaso de la situación política de aquellos años, admitir el atentado era "políticamente inasumible". ¿Qué quiere decir eso? Pues que hay ataques que, si los asumes, ponen en peligro el statu quo político y cambian el tablero de juego de una forma que el establishment no puede aceptar. Hay ataques que ponen muy difícil que tus líneas políticas, o sociológicas, puedan seguir adelante sin una contestación tan potente que cambien la situación. En el caso del Corona de Aragón se estaba negociando en aquel momento el estatuto de autonomía vasco, o sea, el pistoletazo de salida para el caos taifal que nos ha llevado adonde estamos ahora, a punto de que nos hundan el Titanic (o sea, España). Admitir aquel atentado habría hecho muy difícil que la sociedad aceptara un descuajeringue autonómico de la nación y menos cuando se ponían para presionar en la negociación un montón de muertos sobre la mesa. Así que se solucionó el problema declarando a la matanza un "accidente" y se siguió con la línea política que había acordado el establishment. Sobre la autoría, por cierto, los investigadores sospecharon siempre que ETA había provisto la logística y la información para el atentado y que los que colocaron las sustancias incendiarias en varios focos del hotel (napalm y un pirogel) fueron tipos del FRAP, oficialmente disueltos por orden del PCE unos meses antes, pero que siguieron dando guerra en amistad con el mundo etarra durante bastante tiempo. El papá de Pablo Iglesias era militante de aquella organización terrorista comunista, dicho sea de paso.

Volvamos a Notre Dame. A cualquiera que sepa mirar esas llamas, ese humo y la evolución del siniestro difícilmente le van a colar la píldora del "accidente". Sin embargo, -y yo lo veo desde mi deformación profesional-, es lógico que lo presenten como un accidente. Notre Dame no es sólo un bonito edificio francés de gran valor artístico: es un símbolo de la Cristiandad y de la identidad cristiana de Europa, anterior a la consolidación de naciones y de estados modernos. Dentro de unas semanas hay varias elecciones importantes. Las primeras, las elecciones generales de España, donde está en juego que se consume la balcanización controlada de nuestro país (que promueve el eje franco-alemán que domina la UE) o que la jugada se les complique. Y el principal agente para que la jugada se les complique es un nuevo partido español que ha hecho de la denuncia de la islamización de Europa y del eje franco-alemán que la promueve uno de sus lemas políticos. Luego vienen las elecciones al Parlamento Europeo. El Parlamento Europeo no importa una mierda, porque ni legisla ni controla las decisiones que la Comisión Europea (de nuevo mangoneada por el eje franco-alemán) toma de una manera totalmente oligárquica y despótica. PERO, pero, esta vez las elecciones al Parlamento europeo sí importan. Porque hay un importante bloque de partidos UEcríticos que van a plantear estas elecciones europeas como el primer asalto de un combate interno contra el eje franco-alemán y la oligarquía bruselense. Y a pesar de su diversidad programática, todos esos partidos comparten dos cosas: 1) su oposición a la política pro-islámica de la UE y 2) su defensa de la soberanía de los estados-nación frente a las oligarquías transnacionales y el eje franco-alemán. No hace falta ser politólogo para ver que admitir un atentado contra uno de los grandes símbolos de la Cristiandad europea a cuatro días de las elecciones es darles una baza demasiado golosa a toda esa constelación EUcrítica, empezando por la Agrupación Nacional (ex-Frente Nacional) en la propia Francia. Así que, como ocurrió en el caso del Corona de Aragón, se tira por la calle de en medio del accidente y listo. Ha sido un cortocircuito en la churrera..., perdón en el taladro. Componer a posteriori una historia de que falló esto o aquello es fácil y más en este caso, en el que no habrá víctimas por medio dando por saco y dificultando la consolidación del relato oficial.
Te leo siempre con interés, pero.... desde mi deformación profesional, por la forma de propagarse ese fuego, fue un desafortunadísimo accidente de obra. Como hay miles. Por desgraciada.
Ya se que son demasiados elementos golosos como para no caer en la tentación de la conspiranoia. Pero te lo digo desde mi experiencia profesional, para que algo como lo de Notre Dame suceda, sólo necesitas a una persona de inteligencia media/baja o vaga/dejada. Y gente corta y vaga, en Francia hay en abundancia. En París ni te cuento.
 
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