Cuando yo tendría unos 13 años leí un libro escrito por historiadores españoles de la época y hasta el fin de la colonia. En cuanto a Atahualpa un historiador español lo describía como "Hermoso, de muy buen ver y de piel como la de un dios. Su mirada noble propia de un rey resalta en su divino rostro. Su cuerpo delgado y esculpido muestra formas masculinas muy bellas".
Me dio tal ataque de risa y me lo aprendí de memoria para ponerlo en el siguiente examen de historia-cosa que hice. La profesora de historia, pensando que me estaba burlando, se refirió a ese pasaje como razón para llevarme ante la rectora del plantel. Una vez en la oficina de ésta, le mostré ese pasaje en el libro de historia. La rectora, entonces, se lo mostró a mi profesora de historia. Las 2 se miraron y se pusieron rojas por aguantarse la risa. Desde entonces, se elaboró un listado de libros aceptados que pudiésemos consultar. Me estoy riendo al acordarme esta anécdota y que fue de mofa para todos en mi clase. "Chicos! Nos han entregado un listado de libros en los que un historiador gay loco español no haga comentarios absurdos". Qué pena Y es que nos divertimos tanto.....
Y desde entonces decíamos que Atahuapa murió víctima de su belleza.
En realidad, depende de saber la diferencia entre uno y otro, más que de como contar la hostoria. Colonos son pobladores de un país que conquistan y se quedan en un territorio que no les pertenece, atrayendo más pobladores y reclamando el territorio como perteneciente a su país. Como los colonos europeos en USA y los nativos americanos. Proncias de ultramar son como las provincias romanas, que fueron conquistadas pero no colonizadas.
Pues sólo hay que acudir a la documentación imperial y ver la consideración de los territorios (provincias, virreinatos, capitanías generales, no colonias), que eran tan España como los de Europa y sus habitantes tan españoles como los españoles de Europa, con identidad de derechos y deberes derivada de su condición de nacionales españoles. Se hablaba de hecho, de "las Españas", para aludir a todas las provincias, de uno u otro continente. En la primera Constitución española (la segunda que se promulgó en el mundo) esto queda recogido como corresponde.
Ver el archivo adjunto 995781
Esta es la historia real. Otra cosa es la tergiversación (empezando por la terminológica) de la historia oficial impuesta por las élites de las nuevas repúblicas para cortar los lazos con España y construir un relato victimizador que justificara la traición a la patria grande. En América algunos ilustres académicos han intentado devolver la cosa a la historia real, pero a tenor de lo que decís la gente corriente desde el otro lado del océano no parece que hayan tenido demasiado éxito con la empresa. Lo cual es una pena.
Es de hace muchos años, pero este libro del historiador argentino Ricardo Levene sigue siendo tan educativo como cuando se escribió.
