Al menos 40 muertos tras el ataque a dos mezquitas en Nueva Zelanda

Tú di y piensa lo que quieras, pero a mí haz el favor de no decirme lo que tengo que decir y que pensar, ¿OK?
Exacto. Como digo y pienso lo que me da la gana, digo que afirmar que el hecho de que haya un atentado —en Nueva Zelanda— tiene relación con las elecciones —en España— y es un atentado de falsa bandera me parece una conspiranoia sin fundamento y es un discurso peligroso.
 
El terrorista de Nueva Zelanda se radicalizó durante un viaje a Europa en el que visitó España
Brenton Tarran cuenta en su «manifiesto» que el atentado de Estocolmo y la visita a varias ciudades francesas, «invadidas por no blancos», le empujó a la violencia
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0Uno de los autores de la matanza de Nueva Zelanda es un extremista australiano
Brenton Tarrant, el australiano 28 años que ha matado a 49 personas en una mezquita de Christchurch este viernes, cuenta en su manifiesto -una amalgama de ideas supremacistas y radicales donde justifica sus crímenes y expone sus obsesiones demográficas- que se radicalizó durante un viaje por Europa en el que visitó «Francia, España, Portugal y otros [países]».

La estancia en España de Tarrant puede explicar que conociera un suceso que en principio parece improbable que llegara a oídos de un ciudadano de Australia. En noviembre de 2007, el neonazi Josué Estébanez apuñaló a Carlos Palomino en un vagón del metro de Madrid, causándole la muerte. Tarrant escribió el nombre del asesino, junto al de otros personajes históricos que batallaron contra los musulmanes, en las armas que utilizó para la matanza. Por ejemplo, también mencionaba el segundo sitio de Viena, en 1683.

«El primer acontecimiento que inició el cambio -cuenta en su manifiesto- fue el atentado en Estocolmo el 7 de abril de 2017», donde Tarrant afirma que «el cinismo hastiado» con el que había escuchado las noticias de los «anteriores ataques no apareció». La muerte de Ebba Akerlund, una niña de 11 años que perdió la vida ese día, y, en sus palabras, «en manos de los invasores», le decidió a emprender el camino de la violencia, según confiesa en el texto. El segundo momento clave fue la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales de Francia de mayo de 2017. «El exbanquero internacionalista, globalista y antiblancos ganó», lamenta. «La verdad de la situación política en Europa se me hizo de repente inaceptable. Me desesperé. Mi fe en una solución democrática desapareció».



La siguiente vivencia que convenció al ya radicalizado Tarrant de la «necesidad» de usar la violencia fue su recorrido por varias ciudades francesas, en las que contempló, según sus palabras, «la invasión» de los «no blancos»: «Los invasores estaban en todas las ciudades francesas, en todos los pueblos franceses». Pero fue una visión, según cuenta en su manifiesto, la que le pertubó y despertó su «rabia»: cuando contempló que la mayoría de las personas que entraban en un centro comercial, en una localidad del este de Francia, eran extranjeros. «Cuando me senté en el aparcamiento -explica-, en mi coche de alquiler, vi a un torrente de invasores entrando por las puertas principales del centro comercial. Por cada hombre o mujer francés que entraba, había el doble de invasores».

Obsesiones demográficas
Uno de los aspectos más llamativos del manifiesto de Tarrant es su obsesión demográfica. El terrorista argumenta todas sus acciones por el temor a que los inmigrantes arriconen a la población «blanca» en las sociedades occidentales. De hecho, el texto se titula «The Great Remplacement», que se puede traducir como «El gran reemplazo».

«Son un evidente, gran y visible grupo de invasores, con una cultura con índices de natalidad más altos, con mayor fuerza y confianza social, con robustas tradiciones que buscan ocupar las tierras de mi pueblo y reemplazar étnicamente a mi propia gente», afirma Tarrant sobre sus víctimas. Y añade: «Nueva Zelanda no era el lugar inicial elegido para un ataque. Solo llegué a Nueva Zelanda para vivir temporalmente (...) pero pronto me pareció que Nueva Zelanda era un objetivo tan rico como cualquier otro en Occidente».

Todas esas explicaciones proceden de un interrogatorio que figura en el manifiesto y que Tarrant se hace a sí mismo. Su lectura permite esclarecer y matizar su ideología, al menos según él. Por ejemplo, a la pregunta sobre si se considera conservador, responde: «No, el conservadurismo es un corporativismo disfrazado, no quiero ser parte de él»; cuando se interroga sobre si es neonazi, afirma: «No, no creo», y, cuando reflexiona sobre si es cristiano, señala: «Es complicado. Cuando lo sepa, os lo diré». Solo admite identificarse como fascista, y dice, de manera delirante: «Sí. Por una vez, una persona a la que llaman fascista, es fascista (...) La nación con los valores políticos y sociales más cercanos a los míos es la República Popular China».
https://www.abc.es/internacional/ab...uropa-visito-espana-201903151600_noticia.html

A lo mejor se radicalizó cuando vió a Garzón de luna de miel en Nueva Zelanda...
 
Qué asco de mundo....nos tienen a todos divididos, nos convencen de que nuestro vecino es el enemigo y consiguen que al final nos matemos los unos a los otros. No sé qué orden superior estará controlando esto, pero no me parece normal.

Alguien que quiere desviar algo aún mayor...
 
No sé si sabéis que en Asturias se suele decir «Asturias es España, y lo demás tierra conquistada». En Asturias a la santina no la toques —seas o no creyente— y a Pelayo, menos.

Abascal lleva meses con la chuminada de la Reconquista. Va Pablito a Oviedo y saca también a relucir las batallitas del S.XIII.

En uno de los cargadores estaba el nombre de Pelayo, y además, en bable.

Atad cabos.

Yo tengo muy claro lo que está pasando, por qué está pasando y cómo va a acabar. Tened un poco de cabeza, y paradlo, por favor.

Qué crees que pasará prima?
 
Nueva Zelanda, en estado de shock: «Creíamos que este era el país más seguro del mundo»
El país, un idílico remanso de paz donde nunca pasa nada, se encuentra conmocionado por el salvaje ataque del viernes
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Pablo M. Díez@PabloDiez_ABC
Enviado especial a Chirstchurch
Actualizado:17/03/2019 02:09h
4El terrorista de Nueva Zelanda se radicalizó durante un viaje a Europa en el que visitó España

Estado de «shock» en Christchurch. Un día después de los salvajes tiroteos contra dos mezquitas, que dejaron 49 muertosy otro medio centenar de heridos, nadie se cree que una masacre como esta haya podido suceder en Nueva Zelanda, uno de los países más tranquilos y seguros del mundo. «Estamos todos conmocionados. Todavía no me creo que haya ocurrido una matanza así porque la gente aquí es muy buena y amable», explicaba este sábado a ABC Mohamed Diab, un electricista egipcio que emigró hace doce años a Nueva Zelanda y vive en Ashburton, un suburbio a una hora de la ciudad.

A las puertas del hospital de Christchurch, custodiado por agentes de Policía con fusiles automáticos, esperaba con ansiedad noticias sobre una decena de amigos. Todos ellos estaban rezando en la mezquita de Al Noor cuando Brenton Tarrant, un australiano de 28 años con un odio enfermizo a los emigrantes musulmanes, entró disparando a todo lo que se movía como si fuera un videojuego, como se ve en las imágenes que consiguió retransmitir durante 17 minutos en Facebook Live.

«Sabemos que cinco de nuestros amigos han muerto porque no tenemos noticias de ellos desde ayer, pero estamos esperando a que se confirmen sus identidades. Los otros están heridos», contaba Mohamed desconsolado mientras, a su lado, pasaban otros familiares de víctimas. En su mayoría eran hombres con barba poblada que, ataviados con el típico gorro blanco musulmán o el «shalwar kameez» originario de Pakistán, emigraron hace años de países como Siria o Afganistán en busca de una vida mejor y una paz que habían encontrado en Nueva Zelanda… Hasta este viernes, cuando se rompió en mil pedazos la idílica imagen que se tenía de este hermoso país, más famoso por los espectaculares paisajes que aparecen en la trilogía « El señor de los anillos» y por las danzas maoríes de su equipo de rugby, los « All Blacks», que por sus problemas de convivencia religiosa.



«Más allá del dolor que sentimos ahora, lo que me preocupa es el impacto que este atentado pueda tener en nuestros hijos, que pensaban que vivían en un lugar seguro y ahora tienen miedo», se lamentaba Mohamed Diab augurando lo que todos ya temen aquí: el final de la inocencia en Nueva Zelanda tras su primer gran atentado terrorista por motivos religiosos.

Muy cerca del hospital, un montículo de flores recuerda a las víctimas frente al cordón policial desplegado ante la mezquita de Al Noor, donde hubo el mayor número de muertos. «Este es vuestro hogar y deberíais haber estado a salvo», rezaba un dibujo infantil que plasmaba el abrazo de una mujer morena a otra tocada con un pañuelo. Mensajes de condolencia de las comunidades filipina y nepalí adornaban una nube de globos blancos.

«Esta es una de nuestras mayores tragedias. Amamos a todos los ciudadanos de Nueva Zelanda sin importar su raza ni religión y es descorazonador que nadie se sienta ya seguro en este país», se podía leer en otro cartel alumbrado tenuemente por las velas. Bajo una llovizna que empapaba el ambiente de una tristeza todavía mayor, los vecinos de Christchurch se acercaban apesadumbrados para rezar por los muertos que ha dejado esta masacre islamófoba, que ha conmocionado a la hasta ahora idílica Nueva Zelanda.

«¡Es horrible, horrible! No puedo expresar con palabras lo que siento. Siempre pensé que este era el país más pacífico del mundo y nunca he tenido problemas ni me he sentido discriminado. Pero no sabemos lo que va a pasar a partir de ahora ni qué será lo siguiente», se quejaba Bashir Ahmad, un taxista afgano que emigró hace ya varios años. Nacido en Kabul en 1995, y de etnia hazara, huyó de las décadas de guerra que han destruido su país. Igual que muchos otros de sus compatriotas, que han hecho de los afganos una de las comunidades de inmigrantes más numerosa de Christchurch. Compungido, Bashir recuerda que han perdido en los ataques contra las mezquitas a uno de sus patriarcas, Daoud Nabi, de 71 años.

A su lado, Michael Dayton, contratista de Christchurch, tampoco da crédito a lo ocurrido y reclama la necesidad de cambiar la ley de armas, como ya ha prometido el Gobierno. «No tiene sentido que una persona con licencia pueda acumular todas esas armas», critica refiriéndose a los fusiles de asalto con los que Brenton Tarrant perpetró su carnicería.

Tensiones sociales soterradas
Pero, más allá de su locura, la tensión social por lo diferente aflora en una conversación con una amable enfermera del hospital de Christchurch. «Como en el resto de Occidente, la clase media neozelandesa tiene cada vez más problemas para salir adelante y aquí están llegando muchos inmigrantes musulmanes que se aprovechan de los subsidios sociales y a veces no trabajan», se queja culpando al Gobierno de la situación. «Aunque suene mal, no me fío de los musulmanes», se queja pero moderando su discurso, ya que hay leyes que castigan los comentarios racistas.

Al caer la noche, las sirenas de los controles de policía brillan en esta apacible ciudad de 400.000 habitantes, con casas de jardines abiertos e iglesias victorianas, donde nunca pasa nada. Pero, lejano en el cielo, el aleteo amortiguado de un helicóptero nos devuelve el sonido del miedo tras un atentado.
https://www.abc.es/internacional/ab...is-mas-seguro-mundo-201903170209_noticia.html
 
Se eleva a 50 el número de muertos por el atentado contra las mezquitas de Nueva Zelanda
La Policía libera a los otros dos detenidos, un hombre y una mujer, al descartar que tengan relación con el autor de la masacre, acusado de asesinato
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Pablo M. Díez@PabloDiez_ABC
Enviado especial a Christchurch
Actualizado:17/03/2019 03:45h

La Policía de Nueva Zelanda ha encontrado un nuevo cadáver en las mezquitas de Christchurch tiroteadas el viernes, por lo que el número de víctimas mortales asciende ya a 50. Así lo ha informado este domingo (durante la noche, hora española) el jefe de la Policía, Mike Bush, quien además ha descartado que los otros detenidos, un hombre y una mujer, tengan relación con el atentado. Mientras uno de ellos ha sido liberado, el otro ha sido acusado de un delito de armas de fuego. Pero, según informa el periódico «New Zealand Herald», la Policía no cree que sean cómplices de Brenton Tarrant, el joven australiano autor de la masacre.

En un país en estado de shock por este atentado, que ha roto su idílica convivencia social y religiosa, Tarrant, de 28 años, fue acusado formalmente de asesinato el sábado. Al comparecer ante el juez, hizo el gesto de los supremacistas blancos, visiblemente orgulloso de haber matado a medio centenar de inmigrantes musulmanes, a los que tilda de amenaza en un manifiesto racista colgado en las redes sociales.

Todavía quedan hospitalizados 36 heridos, dos de ellos en estado crítico. La lista de fallecidos y heridos en el ataque contra las dos mezquitas de Christchurch es tan larga como variada. Entre los 50 muertos hay también de todas las nacionalidades y edades, desde niños de tres años como Mucad Ibrahim, el fallecido más joven, hasta el afgano Daoud Nabi, de 71 años, quien al parecer se interpuso entre el asaltante, Brenton Torrant, y sus víctimas. Entre los caídos también figura un refugiado sirio, Khaled Mustafa, que había huido de la guerra y encontró la muerte en la pacífica Nueva Zelanda. Más suerte tuvo el equipo de criquet de Bangladés, que escapó por los pelos del atentado. De los 48 heridos, doce siguen en estado crítico y siete han sido dados de alta.



Para homenajearlos, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, ha depositado este doming un ramo de flores en la mezquita de Kilbirnie, en Wellington, en un acto donde las emociones estaban a flor de piel. Entre lágrimas, se ha abrazado con varios miembros de la comunidad musulmana para expresarles su solidaridad y la de toda la sociedad neozelandesa, que todavía no se cree que una matanza como esta haya ocurrido en un país hasta ahora modélico.
https://www.abc.es/internacional/ab...uitas-nueva-zelanda-201903170344_noticia.html
 
El atentado de Nueva Zelanda, una respuesta tardía a un crimen en tiempo real
La emisión de una violación en Uppsala en Suecia, de suicidios en directo o, incluso, de actividades terroristas deja clara la necesidad de implementar medidas adecuadas
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0 El terrorista de Nueva Zelanda se radicalizó durante un viaje a Europa en el que visitó España

Hoy en día un usuario con un dispositivo tan común como un teléfono móvil puede emitir desde cualquier lugar, sin necesidad de contar con conocimientos avanzados, y aprovechar los servicios que las plataformas ofrecen a sus usuarios. La emisión de una violación en Uppsala en Suecia, de suicidios en directo o, incluso, de actividades terroristas como la sucedida en Nueva Zelanda deja clara la necesidad de implementar medidas adecuadas para suspender la emisión en estos casos, donde la inmediatez en la actuación resulta tan necesaria para evitar la difusión de estos sucesos y su posterior replicación.

Aunque la percepción pública puede ser que las tecnológicas no dedican recursos a ello, lo cierto es que se están incorporando sistemas para actuar de forma rápida. Facebook, por ejemplo, incorporó sistemas basados en Inteligencia Artificial para detectar contenidos que pudieran suponer tendencias suicidas, y Twitter cuenta con un sistema específico de denuncia para tuits sobre amenazas de daño autoinfligido o su***dio y un equipo que evalúa los tuits y llega a los usuarios que creen que están en riesgo.

Las tecnologías de Inteligencia Artificial están facilitando la clasificación de contenidos como primer filtro de manera automatizada, asignando además prioridades para su posterior remisión a equipos humanos que serán mucho más eficientes gracias a contar con dicha información de antemano. Con ella pueden dedicarse de manera inmediata a aquellos contenidos señalados como prioritarios. Pero distan de ser perfectas o mágicas.



Por desgracia, la realidad es que todos los sistemas actuales con que cuentan las redes sociales no han impedido que el tirador de Nueva Zelanda emitiera 17 minutos de masacre a través de Facebook y Twitter. Un tiempo de respuesta que puede ser rápido si tenemos en cuenta los miles de millones de usuarios y millones de minutos consumidos que pueden mover estas plataformas, pero que al final ha supuesto que dicho contenido apareciera en las redes de muchos usuarios, autoreproduciéndose y compartiendo así el suceso.

Las nuevas propuestas pasan por establecer tiempos máximos de respuesta de la plataforma para evitar ser responsable, pero están principalmente pensadas para el caso de contenidos ya cargados en su totalidad, y no tanto en emisiones en directo. Lo mismo sucede con los mecanismos de Inteligencia Artificial, que requieren contar con un cierto contenido para proceder posteriormente a su análisis, lo que lo dificulta en emisiones en directo.

Lo que está claro es que no hay que utilizar sucesos como el de Nueva Zelanda para plantear obligaciones no debidamente motivadas que supongan limitaciones de derechos fundamentales. Aumentar la colaboración con las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como el desarrollo de herramientas automatizadas, es lo que puede permitirnos dar una respuesta a estas situaciones.
https://www.abc.es/internacional/ab...-crimen-tiempo-real-201903160159_noticia.html
 
Algún "asturianu" ha estado asesorando al terrorista australiano para que escriba "Pelayu" en vez de "Pelayo".

Para que digan que este atentado no "canta" La Traviata... Ya vemos a quiénes se lo pretenden endosar.

En las imágenes de los cargadores empleados en el ataque, y difundidas en la prensa local, aparecen escritos en blanco los nombres de reyes que lucharon contra los musulmanes, como 'Pelayu', en referencia al primer rey asturiano Don Pelayo, que prendió la reconquista en la Península Ibérica. Además, las arma estaban inscritas con otros nombres españoles, como el del neonazo Josué Estébanez, que mató al antifascista Carlos Palomino. También aparece Luca Traini, que tiroteó a un grupo de inmigrantes en Italia o Alexandre Bissonette, que asesinó a seis personas en una mezquita de Canadá.

https://www.elmundo.es/internacional/2019/03/15/5c8b83f821efa010618b4694.html
 
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