Tamara Falcó. Boda con Iñigo Onieva. Julio 8, 2023.

El Mundo Orbyt.

ISABEL PREYSLER

24/03/2018

ESTÁ QUE TRINA CON TAMARA
Tamara aprovechó el programa para presentar su colección de moda

La hija de la reina de corazones desveló a Bertín Osborne en una entrevista detalles de su vida que no le han hecho gracia POR M. E. YAGÜE

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POSIBLEMENTE CUANDO MI MADRE vea este programa, me mate”, le dijo Tamara Falcó a Bertín Osborne durante la entrevista que mantuvieron hace dos viernes para el programa Mi casa es la tuya.

La charla se había grabado días antes y mientras los espectadores seguían las declaraciones de Tamara, la hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón asistía en Lima a la boda de Alessandra de Osma y Christian de Hannover.

Tamara sigue viva y su madre no ha acabado con su vida, pero seguramente algo así pasó por la cabeza de Isabel Preysler cuando su hija, dando rienda suelta a su incontenible locuacidad, dejó algunas perlas que han dado la vuelta a la historia oficial de la familia. Hay constancia de que Isabel llamó a Tamara a Perú después del programa aunque probablemente no lo hizo para felicitarla. “Tranquiliza a mamá, que está como un toro”, le pidió Tamara a su vuelta a una amiga, conocedora del enfado de Isabel por sus comentarios sobre Miguel y Ana Boyer, sobre el romance de su madre con Mario Vargas Llosa y algunas intimidades de la familia, hasta ahora cuidadosamente guardadas en pro de la buena imagen que mantienen cara al público.

Unos días después, Preysler y el premio Nobel asistían en Madrid a la presentación del libro de Vargas Llosa, La llamada de la tribuen la Fundación Rafael del Pino. Tamara también estaba presente en el coloquio de este alegato sobre el liberalismo, firmado por el actual amor de su madre, al que respeta y admira. Pero Tamara le confesó a Bertín que en su día, la idea de tener un premio Nobel viviendo en casa le daba mucha pereza “porque había que estar todo el rato haciéndote la inteligente, pero qué va, (Mario) siempre te hace sentir bien”.

El escritor le devolvió el cumplido en la presentación del libro: “Tamara dijo cosas muy cariñosas… nos llevamos muy bien, efectivamente”.

Claro que igual le hizo menos gracia a la madre que su hija desvelara la positiva influencia de este intelectual demócrata y campechano en los burgueses usos y costumbres de Isabel: “Como Mario es escritor le encanta hablar con el jardinero, cuenta Tamara. A mi madre (Mario) le hace mucho bien. Si por ella fuera, iría de cena de postín en postín. Es lo que le gusta, es su tendencia, pero Mario le hace ir al cine, coger un taxi, irse a París, vivir la vida y después es bien educado, una maravilla”.

Esta cita familiar en Madrid parecía indicar que todo había sido un arrebato incontrolado pero inofensivo de la expresiva Tamara, pero una vez en el auditorio de la Fundación Rafael del Pino estuvo sentada en una fila diferente a su madre y al terminar el acto Isabel y Vargas Llosa se fueron a una cena sin ella.

“A veces Tamara es demasiado sincera y encima exagera las cosas y cambia otras, pero ella es así. Es inútil frenar su espontaneidad”, aseguró Isabel. Una forma elegante de disimular la incomodidad que le produjo escuchar que Tamara desvelaba cómo se enteró Ana Boyer de que su madre tenía nueva pareja pocos meses después de la muerte de su padre. “Ana, aquí hay tomate, no seas tonta”, advertía Tamara a su hermana. “Y a los pocos meses (le dice Tamara a Bertín), se confirma la relación en ¡Hola!”. Y entonces Ana le dice a mami: ‘Mami, que me habías dicho que solamente erais amigos’... Pero yo te lo dije, te lo llevo diciendo desde hace meses. Y es que yo me enteré cuando un sábado que venía Mario a almorzar, mi madre salió del camisón del sábado por la mañana, ella que no se arregla mucho los sábados, y sale peluqueada, con tacones, unos pantalones negros apretados y yo le digo a Ana: que a mami le gusta Mario, y Ana: ‘Que no’. Y yo le digo que aquí hay tomate..”.

Tampoco debió hacerle mucha gracia que desvelara la pregunta del escritor a las hijas de Isabel: “¿Vosotros no creéis que Miguel estaría contento desde el cielo pensando que yo estoy aquí?”.

Seguramente ellas le respondieron algo amable, pero lo que Tamara pensaba de verdad se lo dijo a Bertín: “Pues con lo celoso que era tío Miguel, estaría ahora mismo con un bazooka en plan disparando. Eso pienso”.

Impagable Tamara Falcó sin dobleces, paradigma de la sinceridad.
 
Bingo, dormía desde que nació con una niñera .Cuando tuvo ya unos añitos Tamara,la nana era argentina por mas señas, la que escribó las memorias e Isabel les puso una demanda muy fuerte a ella y a la revista.
Isabel hizo bordar las iniciales en las sábanas de cada una para que su niña no durmiera nunca en las sábanas que habia usado la niñera (ni aún lavadas....que hay clases..)
Esa niñera explicó que a la niña le daba una cantidad desorbitada cada día para que se comprara chuches,
algo que sería hoy en dia(entonces eran pesetas) como 100 euros..Mucho mas de lo que debía ganar la niñera, seguro.....Con Razón dice Tamara que fue malcriada y materialista....aunque materia---lista no la defina muy bien...

¿100 € al día para chuches? ¿16.638 pts. al día para chuches? ¿y cómo ha podido sobrevivir???????

De hecho, ¿cómo ha podido sobrevivir la economía familiar? 700 € a la semana para chuches. 3.000 ó 31.000 € al mes para chuches (en febrero respirarían un poco salvo que fuera año bisiesto y aún así les venía bien ese mes). Es decir, le daba 36.500 € o 36.660 € al año (no olvidemos los bisiestos), más de seis millones de (las antiguas) pesetas sólo para chuches. Y eso sólo a Tamara. La Preysler tiene 5 hijos que también comerían chuches.

¿Y nos extrañamos de algo? :eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek:
 
Última edición:
Hay gente con dinero que trabaja o tiene inquietudes, o aunque sea trabajan a dedo en la empresa familiar y aparentan
Pero esta saga salvo Enrique el resto de hermanos no tiene más intereses que el papel couché
Bueno Chabeli ahora está retirada de eso aunque vive de la paga del padre dicen
He leído que el padre le quitó la paga a Chabeli porque se enteró del nacimiento de su nieta por el Hola. Y, claro, no le sentó bien.
 
Es un híbrido ente Bertin y Thierry Roussell

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Ver el archivo adjunto 684348 Ver el archivo adjunto 684346

Togores y Ortiz ya son apellidos de la realeza :LOL::LOL::LOL:
 
Bueno que la china no se enfade, que no dio ninguna noticia la pobre Tamara. Todo el mundo sabia todo de hace ya tiempo.
La china se cree que puede engañar.

Hoy es en casa de Carlos Sainz
Muy bonita casa.
Y una cocina actual y bonita.
Viendola la Preysler ya se plantea pensar en reformas...

Hay fotos en Tweeter pero hoy no puedo pegarlas.


https://mobile.twitter.com/FanCarlo55ainz



 
"Intento utilizar la cabeza, pero al final siempre puede más el corazón"

Este es el exclusivo relato de la vida de Isabel Preysler contado en primera persona. Hay tragedias, matrimonios y divorcios. Amable, disciplinada, cuidadosa y divertida, hoy cumple 67 años.

Por LOURDES GARZÓN Y ALBERTO PINTEÑO

18 de febrero de 2018 / 8:00

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Son las nueve de la noche, acabamos de terminar la sesión de fotos y estamos sentados en el porche de Isabel Preysler con un zumo de pomelo y un sándwich frío de pollo, marca de la casa. Isabel es, en muchos sentidos, lo que uno se imagina después de años y portadas en los que no se han resentido ni la curiosidad que despierta en los lectores ni la rentabilidad que sigue garantizando a las marcas que la mantienen en sus campañas temporada tras temporada.

Contenida, disciplinada, cuidadosa hasta el extremo con todo lo que tenga que ver con su imagen, desde el escote de un estilismo hasta el matiz de una declaración. Isabel Preysler mide cada centímetro de piel y de alma que deja ver con el rigor de un físico cuántico. Una fórmula por la que pagaría cualquier asesor de imagen, con la que se ha mantenido como una marca impoluta y blanca, y a la vez como una mujer que conserva un interés continuo durante más de cuarenta años.

Tiene que ver, suponemos, con algo tan intangible como una vida en muchos momentos trepidante pasada por el férreo filtro de las buenas maneras. Y también con algo mucho más sencillo: que Isabel Preysler resulta una compañía divertida y esponjosa igual que su famoso pastel de melocotón.

Con un sentido del humor que uno nunca imaginaría detrás de la sonrisa de sus fotos. Esta noche empieza la conversación imitando a uno de nuestros personajes de portada y arrancándonos una carcajada. Es amable y firme en las respuestas, un sí es un sí y un no es un no. Seguramente, la misma firmeza con la que ha tomado muchas decisiones complicadas en su vida y que debieron resultar muy arriesgadas en el rígido entorno social que siempre ha sido su ambiente.

No sabemos si estos últimos años han sido los peores de su existencia, pero seguro que han resultado muy duros. Hablamos con calma de estos y otros muchos momentos. No es una entrevista al uso, sino un repaso por épocas y por imágenes que nos han parecido puntos y aparte en su vida.

Quizá por eso lo cuenta con más valentía que nunca. Un relato que hemos mantenido casi tal cual, en primera persona, lleno de detalles, de sentimientos, de contradicciones asumidas y de absoluta sinceridad. ¿Una confesión? Sí. Y una larga reflexión que la aleja por completo de los mitos y prejuicios del cuché. Si esto fuera una novela por entregas, el personaje no estaría agotado. Ni mucho menos.

LA MUERTE DE SUS HERMANOS

“Éramos seis hermanos y tres de ellos ya han fallecido. En 2011 murió mi hermana Beatriz de un cáncer de pulmón. Carlos falleció víctima de otro cáncer en 2013. Y Enrique se fue a los 25 años, en 1971. Yo estaba recién casada con Julio y pasábamos la Navidad en Filipinas cuando nos enteramos de su muerte. Enrique se encontraba en un hotel de Hong Kong con una chica con quien salía. Seguramente pasaron de juerga toda la noche y antes de abandonar el hotel para coger un vuelo de regreso llenaron la bañera de agua caliente, se tumbaron y se quedaron dormidos. No se levantaron nunca más. El agua se calentaba con gas y se intoxicaron con el dióxido de carbono. Los trasladaron al hospital y ella logró salvarse, pero él no. Fue una tragedia. Yo pensé que mi madre no se iba a recuperar nunca. Se hundió, tomó antidepresivos... Estaba como ida. Mi madre es muy alegre y no parecía la misma. Pero las tragedias no son iguales a los 40 años que a los 88, que era la edad de mi madre cuando falleció mi hermana Beatriz”.

"En agosto de 2011 Beatriz me llamó para decirme que le habían detectado un tumor. Yo estaba en un barco con Miguel, las niñas y sus invitadas. Lo recogimos todo y regresamos a Madrid. Llamé al médico y no se lo conté a mi madre porque primero quería ver los resultados. Estuvimos esperando toda una semana. Le dije a mi hermana que era horrible lo mal que lo había pasado para darle la noticia a mami. Mi hermana, que tenía un gran sentido del humor, me contestó: ‘¡Mira, no te quejes, que la que se está muriendo soy yo!’. Tuvo muchísima entereza hasta el final, pero me hizo tomar todas las decisiones. ‘Yo no quiero saber nada. Lo que tú decidas me va a parecer bien’. La muerte de una hermana pequeña es una cosa tremenda. Para mí fue una verdadera tragedia”.

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© Marcin Tyszka

“Mi padre, como casi todos los hombres, vivió de forma diferente la muerte de mi hermano Enrique. Yo me fui de Filipinas a España cuando aún no había cumplido los 18 años, y tampoco lo veía mucho. Era muy estricto y le teníamos un gran respeto. Lo que él decía era lo que se hacía en casa”.

“Mi hermana Victoria vive entre Filipinas y EE UU, por eso siempre tuve más relación con Beatriz, porque estaba en España. Además, era una hermana pequeña de las que te admiran. Yo pasaba por el colegio y ella exclamaba: ‘¡Es mi hermana!’. Ella era juerguista y me alegro de que haya vivido intensamente. Llamaba a mi casa el Monasterio de Puerta de Hierro y yo me reía y le decía: ‘Ni regalada quiero la vida que tú llevas’. Creía que yo estaba aquí enclaustrada y que era como un castigo. Cuando le decía que viniera a pasar unos días conmigo, me respondía: ‘¿Pero tú estas loca? ¿Allí? Ni hablar’. Para ella la vida era una fiesta”.

UNA BODA TRISTE

“Mis padres querían que yo me olvidase de un chico con el que salía y en enero de 1969 me trajeron a Madrid a vivir con mis tíos Tessy y Miguel para alejarme de él. De repente pasé de estar en una casa donde los permisos se daban con cuentagotas a otra donde no tenía horarios. Y claro, ¡me olvidé enseguida del chico! (risas). Fue una época maravillosa. Entonces conocí a Julio”.

"Al poco tiempo me pidió que me casara con él. No una, sino varias veces. Pero en mi cabeza no entraba el matrimonio tan pronto. Era una chica que se estaba divirtiendo en España, que lo estaba pasando bomba. Podría decir que nos casamos porque estábamos enamorados y sería verdad, pero lo cierto es que me quedé embarazada. Entonces parecía una tragedia no pasar por vicaría. El cura que nos casó a Julio y a mí, el 20 de enero de 1971, declaró que nunca había visto a una novia llorar tanto en su vida, estar tan, tan triste. Simplemente sentía que no era el momento todavía. Primero pusimos una fecha y después me eché para atrás porque pensé que estaba cometiendo una equivocación. No es que no quisiera a Julio, sino que no estaba lista para casarme... Y después fui muy feliz, porque Julio se comportó de forma adorable conmigo hasta el final. Las cosas se pusieron más tensas cuando le pedí el divorcio...”.

¿EXISTE EL AMOR?

“Más que moderna, siempre he sido una mujer decidida, lo que creo lo llevo hasta el final. Cuando decidí separarme de Julio, en 1978, él habló con mis padres antes de que yo les pudiese contar nada. Mi madre vino a España, quería mucho a Julio y él a ella también. Mami no podía entender que me separara de un señor que me amaba tanto, porque claro, Julio no era fiel, pero me adoraba. Estoy segura de que me quería de verdad y que yo estaba por encima de todas las mujeres, pero me ponía en un pedestal que no existía. Cuando me enteré de las infidelidades me llevé una desilusión muy grande. Julio era un hombre muy celoso, muy posesivo y yo hacía todo lo necesario para que él se quedase tranquilo, hasta que me cansé. Tan en contra estaba mi familia que hicieron volver a mi hermana Beatriz a Filipinas —ella estudiaba aquí— para hacerme las cosas más difíciles e intentar que me replanteara la separación. Nunca olvidaré cuando mi madre me dijo: ‘A ver, Isabel, ¿tu marido no encuentra que tú eres la mejor mujer del mundo? Y yo le contesté una cosa muy clara: ‘Mira, mami, me he llevado una desilusión muy grande y ya no estoy enamorada. Tan sencillo como eso’. ‘¿Enamorada? Si eso no existe. Si piensas en estar enamorada te vas a casar 14 veces... ’, me dijo ella. No le entraba en la cabeza que me separase y menos si mi marido no quería”.

“Lo cierto es que seguramente me hubiese casado con Julio de todas formas. Yo no le hacía mucho caso al principio, pero era tan mono... Pendiente de mí, me adoraba. Muy buenazo, muy generoso. Al principio de nuestra separación creo que pensaba que yo volvería con él”.

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© Marcin Tyszka

"El mérito de la gestión de mis divorcios ha sido de mis maridos, porque se han portado como unos señores. También reconozco que nunca nos peleamos por la parte económica y eso cuenta mucho. Por la experiencia que tengo con mis amigas, cuando hay conflictos económicos se fastidia la cosa... Julio y yo teníamos una cuenta conjunta y podría haber ido a por ella, pero nunca se me hubiera ocurrido. Había sido muy generoso conmigo mientras estábamos casados, tenía plena confianza en él y sabía que se iba a portar bien con mi hijos y eso era lo único que me importaba. Tampoco encontraba justo, te digo la verdad, divertirme con la parte que me pertenecía por llevar ocho años casada con él, tal y como decía mi abogado. Yo tengo demasiado amor propio y pensaba que podía y debía salir adelante sola. No sé si es un error o no, pero lo tengo, no lo puedo remediar”.

“Esa frase que se supone que se ha dicho y repetido que yo le espeté a Julio: ‘¡Voy a tener más portadas que tú!’. ¡No la he dicho en mi vida! Ni se me ha pasado por la cabeza. Yo no quería aparecer en la prensa, esa es la pura verdad. No se lo cree nadie ahora (ríe), pero no tenía ningún interés. Era la mujer de Julio y debía hacerlo, pero a mí me daba una pereza tremenda. Él no podía entender que yo no albergara esa vanidad”.

“Reconozco que puede que me haya quejado alguna vez cuando me persiguen, pero estoy más que agradecida a la prensa. Mis trabajos y muchas cosas que tengo en la vida se lo debo a los medios, lo sé perfectamente y no se me puede olvidar”.


LIBERADA Y CON CARMEN MARTÍNEZ-BORDIÚ

“Tras separarme, me quedé con la casa de San Francisco de Sales, donde éramos vecinos de Carmen Martínez-Bordiú y Alfonso de Borbón. Ella se separó casi al mismo tiempo que yo y nos encontramos con que éramos jóvenes y liberadas. Carmen me llamaba a las diez de la noche y yo estaba dormida, porque llevaba a mis niños al colegio temprano. Disfrutaba de una vida tranquilísima y sanísima y, de repente, todo cambió (ríe). Carmen se volvió casi como mi hermana”.

“Fue la primera vez que yo tuve libertad, siendo ya mayor. Nunca había vivido sola. De casa de mis padres a la de mis tíos, siempre en colegio de monjas... Y entonces me encontré en mi casa, separada, tomando mis decisiones y con libertad. Cuando una mujer conoce la libertad, ya no hay marcha atrás (risas)”.

“Carmen y yo nos reíamos y lo pasábamos bomba. Viajábamos a todas partes. A París si había un baile, a cualquier plan divertido en Londres... Teníamos dos amigos en Los Ángeles, el guionista Peter Viertel y el agente y productor Irving Lazar, que organizaba una fiesta tras la ceremonia de los Oscar. Nos invitaron a Los Ángeles y allí nos fuimos las dos. No te puedes imaginar cómo lo pasábamos. Claro, era agotador. Cenábamos en casa de Gregory Peck, al día siguiente en casa de Kirk Douglas... Le habían asignado a George Hamilton que se ocupase de llevarnos de un lado a otro... Recuerdo que después de Los Ángeles volábamos a Nueva York. Éramos dos chicas jovencitas con un presupuesto pequeño y guardábamos el dinero para el shopping. Volábamos con la tarifa más económica, APEX, peor que tercera clase (risas). ¡No sabes lo que fue cuando salimos de Los Ángeles! Nos mandaron al aeropuerto en limusina y con secretario. Entonces el secretario al hacer el check-in nos dijo: ‘I don´t understand your tickets! What tickets are these? Is the third class!’ [¡No entiendo vuestros billetes! ¿Qué clase de billetes son estos? ¡Es tercera clase!]. Claro, el pobre veía pieles, maletas... A Carmen y a mí nos dio un ataque de risa... Y nos tocó la parte trasera del avión... De verdad, íbamos allí casi como gallinas y la boba de Carmen va y tira su Coca-Cola encima de mi hamburguesa. Le digo: ‘¡Me has mojado toda la comida!’. Ella contesta: ‘¡Ay, lo siento! Vamos a pedir otra’. Llamamos a la azafata y nos dijo que no se daban más hamburguesas, que era tercera clase. Al final, Carmen compartió conmigo la mitad de la suya... Cuando tienes 27 años todo es divertido, todo te parece muy bien”.

“Carmen me llamó hace dos años y me dijo que si me iba a El Rocío con ella. Le respondí que antes iría a Suecia que a El Rocío. Ella insistía: ‘Pero con lo bien que lo pasábamos...’. ‘Sí, pero ¡teníamos 26 años, hija mía!’. Ahora pensar en El Rocío, un cuarto de baño para miles y encima de un caballo todo el día... Tendría que volver a ser joven otra vez, ¿me entiendes?’. Se moría de risa”.

"Se dijo que Carmen y yo nos distanciamos. Fue por una tontería. Ella no salió en defensa de mi hija Chábeli en un programa de televisión. Me escribió una carta muy mona y cariñosa para disculparse y también me llamó por teléfono, pero yo me disgusté mucho y me llegó al alma. Fue muy tonto por mi parte, pero yo soy así, soy rencorosa. Me gustaría no serlo (ríe), pero cuando algo me llega al alma... Carmen y yo nos hemos querido siempre muchísimo. Hemos sido muy amigas y la reconciliación fue muy fácil. La invité a la boda de Chábeli y vino. No tocamos ni el tema. Y ahora seguimos como siempre”.

LA VIDA CON EL MARQUÉS DE GRIÑÓN

“He tenido la gran suerte de que cada matrimonio me ha enseñado algo positivo y he vivido momentos maravillosos en todos. No creo que ninguno de mis maridos me odie. Pero, además, no solamente les tengo cariño, sino que les agradezco lo bueno que me han dado. Mi matrimonio con Carlos (en 1980) fue totalmente opuesto al de Julio, pero totalmente”.

"Carlos es un hombre muy cosmopolita, al que le gusta mucho viajar, moverse, el campo... Julio es más de ciudad y de playa. Carlos era liberal de verdad, yo podía ir a fiestas, bailar y divertirme... Julio más bien era un chico de derechas, conservador, celoso y posesivo. Cuando conocí a Julio era muy joven y me amoldé. A él no le gustaban las fiestas y no podíamos ir. Y si voy a una cena no me voy a poner a bailar sin parar mientras él lo está pasando mal. Carlos tiene otro tipo de carácter, otra mentalidad... Me gusta pensar que por lo menos he vivido cosas diferentes, no solamente diferentes, sino que he vivido. Yo he visto mucha gente que pasa por la vida sin pena ni gloria, ¿no? Y sin sentir, sin darse cuenta de lo maravilloso de la vida... De lo único que me puedo arrepentir es de lo que no he hecho”.

“¿Qué faltó en esa relación? Bueno, francamente, se cruzó Miguel en el camino. Pero lo cierto es que Carlos te hacía la vida muy agradable, entretenida y divertida. Viajábamos, íbamos a Gstaad en invierno, a cacerías, a los bailes en Londres, Nueva York, a conciertos en Salzburgo... No fue culpa de Carlos, fue mía, qué quieres que te diga. Lo sentí muchísimo por él, pero me enamoré”.

“Nunca una separación es fácil, te engañaría si lo dijera. No lo fue con Julio ni tampoco con Carlos... Las separaciones, aunque sea lo que quieres, resultan siempre dolorosas. Aunque lo estés deseando es difícil y doloroso. Y yo las dos veces que lo he sufrido, he pasado por la dificultad y el dolor”.

“Siempre que me he separado he seguido en mi casa. Para mí eso era muy importante, que todo siguiera igual, sobre todo por mis hijos. Cuando me separé de Julio seguí en San Francisco de Sales. Cuando me casé con Carlos compré la casa en la calle Arga, en El Viso. Y también fue Miguel quien vino a mi hogar, a El Viso. Luego yo fui quien compró la casa de Puerta de Hierro, donde ahora vivimos”.

Y SE CRUZÓ MIGUEL BOYER

“Es verdad que me fascinó Miguel. Al principio empezamos con un almuerzo, una cena, hablando... Me dije: ‘¡Qué interesante es este señor!’. Era muy brillante, tenía mucho sentido del humor. Pero también es una persona seria y me dijo que para él esta relación era muy importante y no para que me divirtiese y lo pasase bien, que había que llevarla en serio. Entonces ya lo tomé con más mesura (ríe). Hay momentos en los que estás un poquito más loca, más descocada... Desde luego, si me dan pie, yo lo puedo pasar mejor que nadie. Es verdad que Miguel me hizo pensar que la vida era más seria de lo que yo creía. A menudo le he tenido que decir: ‘Oye, Miguel, también la parte frívola de la vida es importante, ¿eh? No pasa nada porque disfrute de la frivolidad mientras sepa que lo estoy siendo. Lo peligroso es que yo sea frívola y que no me esté dando cuenta. Pero, ¿tú has sido niño alguna vez? (risas)”.

“Sí, Miguel y yo éramos totalmente diferentes, pero él siempre decía: ‘Ella lo que tiene es la alegría de vivir’. Y yo le contestaba: ‘¡Pues claro, no sé por qué te choca tanto!’ (risas). ¡No entiendo por qué le da tanta importancia a la alegría de vivir!”.

“He pasado por épocas que se podían describir como casi, casi escandalosas, las he pasado y han sido terribles. Me separé de Carlos en julio de 1985. Poco antes Miguel había cesado en su cargo de ministro. Yo hacía todo lo posible para no llamar la atención, pero todo se magnificaba y exageraba. Dejé de hacer muchas cosas precisamente por eso, porque yo pensaba que todo era tan, tan escandaloso”.

“Siempre he contado lo menos posible, he tenido un cuidado absoluto con lo que decía. He pasado por unos periodos tremendos donde me juzgaban por cualquier cosa que hacía o decía. Hay que ver la cantidad de personas que me conocen y me dicen: ‘¡Ay, cómo me alegro de haberte conocido, no me imaginaba que fueras así!’. Y yo siempre me pregunto: ¿Pero qué imaginaban de mí?”.

(NOTA: Miguel Boyer falleció el 29 de septiembre de 2014, tres meses después de la publicación de este reportaje en papel. Mario Vargas Llosa aún no formaba parte de su vida)

CINCO HIJOS, CINCO HERMANOS

“Mis hijos se quieren mucho. ¿Por qué? Porque yo creo que la madre es la que une. Tamara adora a los hijos de Carlos, a Manolo y a Xandra. Y adora a Ana; Ana a Enrique, Julio y Chábeli... Mis tres primeros hijos adoran a Miguel y también al tío Carlos. Cuando va a Miami, cena con ellos. Ellos tienen muy buenos recuerdos de la época con Carlos. Fue un cielo con mis hijos. Les enseñó a cazar, los llevaba por el campo... Es un caballero de los pies a la cabeza, es un señor. Para Tamara, Julio Iglesias es el tío Julio... Pero los veo verdaderamente felices cuando están los cinco juntos”.

"Se sigue hablando de la mala relación entre Julio y Enrique, pero lo han exagerado mucho. A Julio lo que le molestó fue que Enrique empezara en su profesión y lo mantuviese en secreto, pero tenía sus razones. Sabía que no íbamos a estar de acuerdo, le quedaba un año para acabar la carrera. Pero él estaba segurísimo de lo que quería hacer y había que aceptarlo. Y entonces empezó el pique por ahí. No sé si estuvieron años sin hablarse, como dicen, no sé si tanto como años, pero puede que algunos sí ... (risas)”.

“Hay gente que tiene bula y la bula les protege muchísimo, porque yo leo sus declaraciones y pienso: ‘¡Pero qué burrada lo que ha dicho esta persona...! ¡Si yo digo esto me comerían viva!’. No he sido una privilegiada en ese sentido para nada. Valgo más por lo que callo que por lo que cuento, sin ninguna duda. Y me lo callaré siempre. Tengo muchos secretos, fallos y aciertos, pero sí, volvería a repetir las mismas equivocaciones y errores, seguro. Y eso que yo no soy alocada, pienso las cosas, intento utilizar la cabeza, pero al final siempre puede más el corazón". 


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http://www.revistavanityfair.es/cel...-repaso-vida-valgo-mas-por-lo-que-callo/20372
 
Vaya, es el día de los cuentos.
Acabo de leer el de Consuelo Font y los bailes escoceses y ahora este.
Que señora tan poco sincera.

_Se casó con Julio sin quererle, solo porque estaba embarazada.
~~~~#Tu nunca me has querido ya lo se, fue solo por orgullo ese querer...

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Pero ella sabe contar un cuento.

-Seguramente es cierto que J. I. la quería.

Fue generosisimo en el divorcio, eso es cierto, ya estaba...con el siguiente y J. I. seguia pagando...

Que bonito lo cuenta.
Pero el divorcio de J. I. no lo pidió hasta tener pilladito al marqués.

Que señora tan absolutamente frivola y materialista, queriendo pasar por normal y desinteresada.
Si.
Si.
Bueno, no ha mentido mas que un 90%, pues declara la relación con M. B. al tiempo que estaba casada con el Marqués. Asi fue.
Es practica. Con todos los maridos. No solo con el marqués.
Y deja ver que M. B. fue el menos tolerante....
Y...
Tolerante o no pasó por lo mismo que los dos primeros.

¡Y como se apresura a decir, comunicar : la casa, Villameona la compré yo!.
Hijos de Boyer, no heredais ni un cuarto de baño ni un libro...

Vaya rostro...

Y...posar y la prensa, no le gusta, no, no.
Es su vida.
La prensa la creó. Es producto periodistico. La prensa la ha mantenido.

Prefiero a Tamara. Sin duda.



 
Tamara debería decirle a la filipina "mami vas a ir al infierno por mentirosa y cara de cemento armado".
¡Mammamía cómo inventa la gente! (en este caso concreto gentuza, estilosa sí pero gentuza al fin y al cabo)
 
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