Juana Rivas

La Audiencia de Granada mantiene que Juana Rivas debe devolver a sus hijos al padre
Los magistrados "censuran" que "por distintas maniobras procesales" no se haya ejecutado aún la sentencia firme que le obliga a dar a los menores al padre

La Audiencia Provincial de Granada ha rechazado la petición de Juana Rivas, la madre que está escondida con sus hijos desde el pasado 26 de julio, para que se suspendiera la orden judicial que le obliga a devolver a sus hijos al padre, el italiano Francesco Arcuri. Considera que “no se han vulnerado derechos fundamentales ni garantías procesales" durante el proceso como alegó Rivas, según informan desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Sobre ella pesa una orden de detención desde el pasado 8 de agosto.

Los magistrados de la Audiencia "censuran" que "por distintas maniobras procesales" no se haya ejecutado todavía la sentencia ya firme del juzgado de Primera Instancia 3 de Granada, emitida el pasado diciembre y ratificada en abril por la Audiencia Provincial, que le obliga a la restitución "inmediata" de los menores al padre, condenado por maltrato en 2009.

En el auto, añaden que Rivas "marcaba a su antojo o interés los tiempos" con actuaciones procesales "que le han permitido ganar tiempo hasta la extenuación" para evitar cumplir la sentencia. La ley, que recoge el Convenio de La Haya de 1980 que regula los aspectos civiles de la sustracción internacional de menores, "contempla que un procedimiento similar no conlleve más de seis semanas en toda su instancia". El pronunciamiento de la sección Quinta de la Audiencia, firme y contra el que no cabe recurso, señala que el incidente de nulidad se planteó 98 días después de que se dictara "una sentencia ya firme y que ni siquiera se pretende anular" y califica de "insólito" parte de lo presentado.

La expareja y los menores residían desde junio de 2013 en Carloforte (Italia). En mayo de 2016, Rivas viajó de vacaciones a España con los dos hijos, de 11 y tres años, y ya no regresó. Los magistrados le recuerdan que debe devolverlos a su padre y descarta que exista riesgo para los menores en ese caso -como alegan en el entorno de Rivas, que volvió a presentar una denuncia por malos tratos en julio de 2016 que está actualmente en trámite- "por los informes psicológicos y entrevistas recabadas" tanto por la jueza que dictó la primera sentencia como por la Audiencia Provincial.

En la vía penal de este caso, el Juzgado de Instrucción 2 de Granada emitió el pasado martes una orden de detención y presentación a la madre de Granada, a la que investiga por posible sustracción de menores. La Audiencia aconseja que se acuda al auxilio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para llevar a cabo la orden de detención y presentación de Rivas ante el juez, para declarar con todas las garantías procesales.

Tras la nueva decisión de la Audiencia, los abogados de Rivas han presentado un nuevo recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC), según ha confirmado la abogada Almudena Mendoza, del despacho de abogados Montero Estévez, que es el mismo que presentó el primer recurso y el que defendió con éxito hace dos años otro recurso de amparo por el caso de Desiré Vicente, una mujer a la que una sentencia obligaba que devolviera a su hija a su padre, residente en Suiza.

A finales de julio, el TC no admitió a trámite la primera petición de Rivas al entender que no se habían agotado las vías judiciales previas. Sus abogados consideran que se han vulnerado los derechos fundamentales de la mujer y de sus dos hijos en la primera y segunda instancia judiciales.

https://politica.elpais.com/politica/2017/08/10/actualidad/1502360178_188097.html
 
Una corrección sobre esto: no se le condena por lesiones. Ni hubo lesiones ni parte de lesiones (la agarró de las muñecas para que dejara de romper cosas). La propia sentencia le condena por el art. 153 del Código Penal que implica que NO HAY LESIONES. La condena de 3 meses se le aplica por agravante atendiendo al art. 153.2. y 153.3. Esto es: Prisión de tres meses a un año o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 80 días si la víctima fuere cónyuge (no mujer, sólo cónyuge) y los hechos tienen lugar en el domicilio común.
Es decir, Juana y sus asesores están utilizando la sentencia de forma torticera y faltando a la verdad en sus manifestaciones públicas.
Efectivamente, porque no es lo mismo lo que indicas y de lo cual hace referencia la sentencia a que un señor propine una paliza a su pareja.
Habria que matizar muy mucho los maltratos y quien en cada caso los produce, recordemos que hay hombres maltratados que tampoco denunician. Como siempre aquí los dos dan una versión distinta pero habrá que fiarse de la sentencia guste o no.
 
Estáis dándole espacio a un maltratador. No se puede poner al mismo nivel de Juana Rivas. No se puede decir que algunos judíos dicen que en Auschwitz les asesinaban y que los nazis dan otra versión: allí no se fusilaba a nadie. Además, los judíos son mucho de salirde fiesta y poco trabajar. Algún nazi se defendió de un judío borracho que volvía de fiesta y, ahora, después de Nüremberg, el judío aprovecha para hundirle la vida con una ley supranacional. Sin olvidar que, si tan mal estaban en Auschwitz, ¿por qué posaban para las fotos? ¿por qué coaboraban con los nazis quemando los cuerpos de los judíos "muertos"? Eso mismo estáis haciendo con Juana Rivas y el maltratador defendido por Arcadi Espada. Juana, aquí tienes mi casa.
 
Una corrección sobre esto: no se le condena por lesiones. Ni hubo lesiones ni parte de lesiones (la agarró de las muñecas para que dejara de romper cosas). La propia sentencia le condena por el art. 153 del Código Penal que implica que NO HAY LESIONES. La condena de 3 meses se le aplica por agravante atendiendo al art. 153.2. y 153.3. Esto es: Prisión de tres meses a un año o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 80 días si la víctima fuere cónyuge (no mujer, sólo cónyuge) y los hechos tienen lugar en el domicilio común.
Es decir, Juana y sus asesores están utilizando la sentencia de forma torticera y faltando a la verdad en sus manifestaciones públicas.

Claro, y por agarrarla de las muñecas le condenaron a tres meses de cárcel y a un año y tres meses más sin poder acercarse a ella.

¿Por qué pierde Juana a sus hijos a pesar de la condena por maltrato?
  • El fallo que condena a Juana Rivas por sacar a los dos niños de Italia sin permiso de su padre no tiene en cuenta una sentencia de 2009 contra él por "golpearla repetidamente"
  • La Audiencia de Granada estableció que la mujer vulneró el Convenio de La Haya y subraya que tres denuncias por amenazas contra su expareja quedaron en nada
Ángel Munárriz | Sevilla (Infolibre)

Publicada 28/07/2017 a las 18:18Actualizada 29/07/2017 a las 20:31Andalucía
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Juana Rivas desolada en la rueda de prensa en la que anunció que no devolvería a sus hijos.

EFE
¿Por qué Juana Rivas ha perdido la batalla legal por sus hijos frente a su expareja, cuando ella fue la maltratada y su marido el maltratador? Rivas, de 36 años, vive desde diciembre del año pasado una penosa cuenta atrás. "Si los niños vuelven a Italia sin mi protección no habrá nadie para protegerlos, y si vuelvo yo a Italia para defenderlos de su padre mi integridad está en serio peligro", resumía entonces en declaraciones a este periódico. Ahora sus peores pronósticos se han hecho realidad. La sentencia que obliga a los niños a volver con su padre a Italia ya despliega su eficacia. Rivas, que cuenta con el apoyo de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz (PSOE), y con la comprensión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy(PP), desatendió el miércoles la orden judicial de entrega de sus hijos a su ex pareja y desde entonces se encuentra escondida con los menores, de 3 y 11 años. La ley juega en su contra, ya que sacó ilegalmente a los menores de Italia sin el consentimiento de su padre, vulnerando el Convenio de la Haya. La entrega de dos menores a un padre condenado por maltrato choca de frente con la creciente sensibilización social sobre la protección de las mujeres víctimas de violencia y sus hijos.

La ex pareja de Rivas, Francesco Arcuri, fue condenado en 2009 por un juzgado penal de Ganada por "lesiones en el ámbito familiar" por "golpear repetidamente" a Rivas. El acusado dio su conformidad con los hechos establecidos, según los cuales el 7 de mayo de 2009, cuando Rivas llegó a las 5.30 horas al domicilio que ambos compartían en Granada, él le pidió que le explicara dónde había estado durante la noche, tras lo cual la golpeó "repetidamente", por lo que la mujer necesitó asistencia médica. Arcuri fue condenado a tres meses de prisión y a un año y tres meses sin poder acercarse a Rivas. No entró en la cárcel. Tras un periodo de separación, retomaron su relación. Fueron a vivir juntos a la isla de Carloforte, al suroeste de Cerdeña. Tuvieron un segundo hijo.

Carloforte es una pequeña isla. Los familiares más cercanos de los niños están a más de 800 kilómetros, en Génova, y son sus abuelos paternos, de más de 80 años, "que no tienen relación con los niños", explicaba Rivas a infoLibre en diciembre. En contraste, en Maracena los niños tienen más arropo familiar, sostenía. En la isla vivían de la hospedería de Arcuri, del que Rivas dependía económicamente. Finalmente, la mujer salió de Carloforte en mayo hacia España con los dos chicos con ella. Según su relato, huía del maltrato. "El detonante de mi regreso fue la situación diaria de opresión, aislamiento y maltrato durante más de dos años. No podía salir de casa si no era con su permiso y muchísimo menos irme con los niños. Conseguí convencerlo para venir a España con los niños y que pudieran ver a su familia durante unas vacaciones y que yo pudiera recuperarme del mal estado de salud que todo el sufrimiento vivido me ha provocado", explicó Rivas en diciembre.

"Anulada como persona"

La mujer llegó a presentar el 12 de julio del pasado año, ya en España, una denuncia ante la Guardia Civil en Maracena (Granada) en la que relataba que el 17 de junio anterior se produjo una agresión contra ella por parte de Arcuri en Carloforte, si bien el relato se extendía mucho más allá de los acontecimientos de un solo día. La denuncia decía que había sido "amenazada, insultada y vejada". Que el control de su ex pareja sobre ella era total. Que le restringía el acceso a Internet y que, debido a sus celos, no la dejaba relacionarse con nadie. Que a veces la dejaba encerrada en casa y a veces no la dejaba entrar. Que se sentía "anulada como persona". Que eran habituales los insultos como "put* barata, bastarda y gorda", entre otros. Que el denunciado le había "apretado fuertemente las muñecas" y "el cuello" y la había amenazado de muerte. También que le había pegado una patada en una ocasión. Juana Rivas afirmaba no tener testigos de estos hechos. La denuncia no prosperó.

Lo que sí prosperó fue la denuncia de Arcuri contra ella por "sustracción internacional" de menores. El juzgado de primera instancia 3 de Granada acordó en diciembre que los niños habían sido "sustraídos" por la madre y que debían volver con su padre a Italia en virtud del Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores, el conocido como Convenio de La Haya, de 1980. La sentencia señalaba que la "retención" en España de los dos menores era "ilícita", entre otros motivos porque no había "un consentimiento previo" del padre. El fallo establecía que no había "un peligro grave físico o psíquico" para los menores, para lo que se invocaba una prueba pericial. "El menor manifiesta que quiere vivir con su madre, aunque no le importaría pasar el verano con su padre en la isla. No se observa a lo largo de la evaluación con el menor que su restitución al contexto paterno suponga un grave peligro para su integridad física o psíquica", señalaba.

No vale "la justicia por la propia mano"

Rivas fue condenada a pagar las costas, así como los gastos de viaje del eventual regreso de los menores a Italia. La mujer recurrió ante la Audiencia Provincial, asesorada por el Ayuntamiento de Maracena (Granada). Y cruzó los dedos. Sus próximos la veían nerviosa, pero ilusionada con una posible resolución favorable. No se produjo. La Audiencia ordenó a Juana Rivas en abril que los devolviera con con su padre. "No cabe tomarse la justicia por propia mano", señalaba la sentencia. "Los menores, hijos de la apelante, y, no lo olvidemos, también de su padre, residen en Italia desde el año 2013, el menor desde su nacimiento, y están sujetos a las normas de aquel país", subrayaba el fallo, que no hacía referencia a la condena por maltrato pero sí a tres denuncias por amenazas de Rivas contra su ex pareja que no se concretaron en responsabilidades del padre de los menores. "Dos de ellas se han archivado y en la tercera [la presentada en julio] no se ha obtenido resultado alguno", recordaba la sentencia, que hacía también una observación especulativa: "Cabrá preguntarse, de aceptar la postura de la apelante, cuál debía ser la postura de la misma de ser el padre quien por igual sistema los trasladara de nuevo ilegalmente a su residencia habitual". La comparación obvia que Rivas nunca ha sido condenada por maltratar a Arcuri.

"Resulta procedente la restitución inmediata" de los menores, recogía el fallo de la Audiencia, que mantenía lo establecido por el juzgado 3 de Granada: que los niños deben volver con su padre, en virtud del Convenio de la Haya. La única "excepción" que cabría es que hubiera para los niños "un peligro físico o psíquico", o que volver con el padre los situara en una "situación intolerable". "La restitución de la menor no supone ni acredita que los menores queden expuestos a peligro físico o psíquico grave, ni a una situación intolerable", establecía el fallo de la Audiencia de Granada. Y añadía: "El Tribunal Europeo de Derechos Humanos recuerda que para un padre y su hijo estar juntos representa un elemento fundamental de la vida familiar, aunque la relación entre los padres se haya roto".

Para los tres jueces firmantes de la sentencia los argumentos de Rivas no eran válidos. "La apelante manifiesta que nada más llegar a Granada presentó denuncia, sin que ese solo hecho sea bastante para el éxito de su pretensión, que alteraría la competencia civil y penal en su caso a través de una actuación unilateral buscada con el presumible propósito de eludir la aplicación de la norma", señalaba la sentencia, que condenaba a Rivas en costas. La sentencia fue un mazazo para Rivas. También para Paqui Granados, directora del Área de Igualdad de Maracena y su principal asesora y defensora. Pero lo que las pilló desprevenidas fue la resolución de 24 de julio del juzgado 3 de Granada ordenando la entrega de los niños al padre dos días después, el miércoles, a las 16.30 horas en un punto de encuentro familiar de Granada. Cabía recurso, pero aunque se presentase debía ejecutarse la orden. Sí o sí. A pesar de ello, Rivas no ha entregado a los menores.

En problemas legales

Ahora la mujer está en problemas. El juzgado de primera instancia 3 de Granada ha denegado las medidas cautelaresque el exmarido de Rivas había solicitado contra ella, entre las que figuraba una orden internacional de detención, aunque ha dado traslado de las actuaciones a un juzgado de instrucción para que abra una nueva investigación. En el escrito presentado por el padre hace referencia a delitos de desobediencia a la autoridad judicial, sustracción interparental de menoresy violencia psicológica habitual contra los hijos, a los que habría inducido "ideas falsas" del progenitor. A ello, suma un delito contra la administración de justicia de los que considera posibles autores tanto a Juana Rivas como a aquellas personas que pudieran haber participado en los hechos como "inductores", "colaboradores" o "encubridores". Junto a ello, su escrito señala que Rivas se encuentra en un estado psicológico de "desequilibrio emocional" y, por lo tanto, "presenta un riesgo para su hijos, ya que sus comportamiento son imprevisibles y puede dirigirlos contra éstos". El hombre condenado por maltrato en 2009 lleva ahora la iniciativa legal.
 
Claro, y por agarrarla de las muñecas le condenaron a tres meses de cárcel y a un año y tres meses más sin poder acercarse a ella.

¿Por qué pierde Juana a sus hijos a pesar de la condena por maltrato?
  • El fallo que condena a Juana Rivas por sacar a los dos niños de Italia sin permiso de su padre no tiene en cuenta una sentencia de 2009 contra él por "golpearla repetidamente"
  • La Audiencia de Granada estableció que la mujer vulneró el Convenio de La Haya y subraya que tres denuncias por amenazas contra su expareja quedaron en nada
Ángel Munárriz | Sevilla (Infolibre)

Publicada 28/07/2017 a las 18:18Actualizada 29/07/2017 a las 20:31Andalucía
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Juana Rivas desolada en la rueda de prensa en la que anunció que no devolvería a sus hijos.

EFE
¿Por qué Juana Rivas ha perdido la batalla legal por sus hijos frente a su expareja, cuando ella fue la maltratada y su marido el maltratador? Rivas, de 36 años, vive desde diciembre del año pasado una penosa cuenta atrás. "Si los niños vuelven a Italia sin mi protección no habrá nadie para protegerlos, y si vuelvo yo a Italia para defenderlos de su padre mi integridad está en serio peligro", resumía entonces en declaraciones a este periódico. Ahora sus peores pronósticos se han hecho realidad. La sentencia que obliga a los niños a volver con su padre a Italia ya despliega su eficacia. Rivas, que cuenta con el apoyo de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz (PSOE), y con la comprensión del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy(PP), desatendió el miércoles la orden judicial de entrega de sus hijos a su ex pareja y desde entonces se encuentra escondida con los menores, de 3 y 11 años. La ley juega en su contra, ya que sacó ilegalmente a los menores de Italia sin el consentimiento de su padre, vulnerando el Convenio de la Haya. La entrega de dos menores a un padre condenado por maltrato choca de frente con la creciente sensibilización social sobre la protección de las mujeres víctimas de violencia y sus hijos.

La ex pareja de Rivas, Francesco Arcuri, fue condenado en 2009 por un juzgado penal de Ganada por "lesiones en el ámbito familiar" por "golpear repetidamente" a Rivas. El acusado dio su conformidad con los hechos establecidos, según los cuales el 7 de mayo de 2009, cuando Rivas llegó a las 5.30 horas al domicilio que ambos compartían en Granada, él le pidió que le explicara dónde había estado durante la noche, tras lo cual la golpeó "repetidamente", por lo que la mujer necesitó asistencia médica. Arcuri fue condenado a tres meses de prisión y a un año y tres meses sin poder acercarse a Rivas. No entró en la cárcel. Tras un periodo de separación, retomaron su relación. Fueron a vivir juntos a la isla de Carloforte, al suroeste de Cerdeña. Tuvieron un segundo hijo.

Carloforte es una pequeña isla. Los familiares más cercanos de los niños están a más de 800 kilómetros, en Génova, y son sus abuelos paternos, de más de 80 años, "que no tienen relación con los niños", explicaba Rivas a infoLibre en diciembre. En contraste, en Maracena los niños tienen más arropo familiar, sostenía. En la isla vivían de la hospedería de Arcuri, del que Rivas dependía económicamente. Finalmente, la mujer salió de Carloforte en mayo hacia España con los dos chicos con ella. Según su relato, huía del maltrato. "El detonante de mi regreso fue la situación diaria de opresión, aislamiento y maltrato durante más de dos años. No podía salir de casa si no era con su permiso y muchísimo menos irme con los niños. Conseguí convencerlo para venir a España con los niños y que pudieran ver a su familia durante unas vacaciones y que yo pudiera recuperarme del mal estado de salud que todo el sufrimiento vivido me ha provocado", explicó Rivas en diciembre.

"Anulada como persona"

La mujer llegó a presentar el 12 de julio del pasado año, ya en España, una denuncia ante la Guardia Civil en Maracena (Granada) en la que relataba que el 17 de junio anterior se produjo una agresión contra ella por parte de Arcuri en Carloforte, si bien el relato se extendía mucho más allá de los acontecimientos de un solo día. La denuncia decía que había sido "amenazada, insultada y vejada". Que el control de su ex pareja sobre ella era total. Que le restringía el acceso a Internet y que, debido a sus celos, no la dejaba relacionarse con nadie. Que a veces la dejaba encerrada en casa y a veces no la dejaba entrar. Que se sentía "anulada como persona". Que eran habituales los insultos como "put* barata, bastarda y gorda", entre otros. Que el denunciado le había "apretado fuertemente las muñecas" y "el cuello" y la había amenazado de muerte. También que le había pegado una patada en una ocasión. Juana Rivas afirmaba no tener testigos de estos hechos. La denuncia no prosperó.

Lo que sí prosperó fue la denuncia de Arcuri contra ella por "sustracción internacional" de menores. El juzgado de primera instancia 3 de Granada acordó en diciembre que los niños habían sido "sustraídos" por la madre y que debían volver con su padre a Italia en virtud del Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores, el conocido como Convenio de La Haya, de 1980. La sentencia señalaba que la "retención" en España de los dos menores era "ilícita", entre otros motivos porque no había "un consentimiento previo" del padre. El fallo establecía que no había "un peligro grave físico o psíquico" para los menores, para lo que se invocaba una prueba pericial. "El menor manifiesta que quiere vivir con su madre, aunque no le importaría pasar el verano con su padre en la isla. No se observa a lo largo de la evaluación con el menor que su restitución al contexto paterno suponga un grave peligro para su integridad física o psíquica", señalaba.

No vale "la justicia por la propia mano"

Rivas fue condenada a pagar las costas, así como los gastos de viaje del eventual regreso de los menores a Italia. La mujer recurrió ante la Audiencia Provincial, asesorada por el Ayuntamiento de Maracena (Granada). Y cruzó los dedos. Sus próximos la veían nerviosa, pero ilusionada con una posible resolución favorable. No se produjo. La Audiencia ordenó a Juana Rivas en abril que los devolviera con con su padre. "No cabe tomarse la justicia por propia mano", señalaba la sentencia. "Los menores, hijos de la apelante, y, no lo olvidemos, también de su padre, residen en Italia desde el año 2013, el menor desde su nacimiento, y están sujetos a las normas de aquel país", subrayaba el fallo, que no hacía referencia a la condena por maltrato pero sí a tres denuncias por amenazas de Rivas contra su ex pareja que no se concretaron en responsabilidades del padre de los menores. "Dos de ellas se han archivado y en la tercera [la presentada en julio] no se ha obtenido resultado alguno", recordaba la sentencia, que hacía también una observación especulativa: "Cabrá preguntarse, de aceptar la postura de la apelante, cuál debía ser la postura de la misma de ser el padre quien por igual sistema los trasladara de nuevo ilegalmente a su residencia habitual". La comparación obvia que Rivas nunca ha sido condenada por maltratar a Arcuri.

"Resulta procedente la restitución inmediata" de los menores, recogía el fallo de la Audiencia, que mantenía lo establecido por el juzgado 3 de Granada: que los niños deben volver con su padre, en virtud del Convenio de la Haya. La única "excepción" que cabría es que hubiera para los niños "un peligro físico o psíquico", o que volver con el padre los situara en una "situación intolerable". "La restitución de la menor no supone ni acredita que los menores queden expuestos a peligro físico o psíquico grave, ni a una situación intolerable", establecía el fallo de la Audiencia de Granada. Y añadía: "El Tribunal Europeo de Derechos Humanos recuerda que para un padre y su hijo estar juntos representa un elemento fundamental de la vida familiar, aunque la relación entre los padres se haya roto".

Para los tres jueces firmantes de la sentencia los argumentos de Rivas no eran válidos. "La apelante manifiesta que nada más llegar a Granada presentó denuncia, sin que ese solo hecho sea bastante para el éxito de su pretensión, que alteraría la competencia civil y penal en su caso a través de una actuación unilateral buscada con el presumible propósito de eludir la aplicación de la norma", señalaba la sentencia, que condenaba a Rivas en costas. La sentencia fue un mazazo para Rivas. También para Paqui Granados, directora del Área de Igualdad de Maracena y su principal asesora y defensora. Pero lo que las pilló desprevenidas fue la resolución de 24 de julio del juzgado 3 de Granada ordenando la entrega de los niños al padre dos días después, el miércoles, a las 16.30 horas en un punto de encuentro familiar de Granada. Cabía recurso, pero aunque se presentase debía ejecutarse la orden. Sí o sí. A pesar de ello, Rivas no ha entregado a los menores.

En problemas legales

Ahora la mujer está en problemas. El juzgado de primera instancia 3 de Granada ha denegado las medidas cautelaresque el exmarido de Rivas había solicitado contra ella, entre las que figuraba una orden internacional de detención, aunque ha dado traslado de las actuaciones a un juzgado de instrucción para que abra una nueva investigación. En el escrito presentado por el padre hace referencia a delitos de desobediencia a la autoridad judicial, sustracción interparental de menoresy violencia psicológica habitual contra los hijos, a los que habría inducido "ideas falsas" del progenitor. A ello, suma un delito contra la administración de justicia de los que considera posibles autores tanto a Juana Rivas como a aquellas personas que pudieran haber participado en los hechos como "inductores", "colaboradores" o "encubridores". Junto a ello, su escrito señala que Rivas se encuentra en un estado psicológico de "desequilibrio emocional" y, por lo tanto, "presenta un riesgo para su hijos, ya que sus comportamiento son imprevisibles y puede dirigirlos contra éstos". El hombre condenado por maltrato en 2009 lleva ahora la iniciativa legal.
La prensa puede decir misa. Aquí lo que vale es la sentencia. Ni hay lesiones ni hay parte de lesiones, si no no se aplicaría el art.153. Mírate el Código Penal.

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La defensa de Francesco Arcuri, ex pareja de Juana Rivas: "Ella sí que me golpeó a mí"
Francesco Arcuri ha acudido a la televisión como en su día hizo su ex pareja, Juana Rivas. Ahora es él quien muestra su defensa y pide que sus hijos regresen a su lado bajo la custodia compartida que ofrece a la madre de sus hijos. Rechaza cualquier versión de malos tratos, defiende su papel de padre y cuenta detalles de su vida con Juana que cambian la versión de los hechos conocidos hasta ahora.

"Hay quien ha olvidado que yo soy la persona a la que le han quitado a sus hijos", así reivindica su posición Francesco Arcuri, el italiano al que Juana Rivas debía entregar a sus hijos y del que ha huido escondiéndose con los mismos.

Juana le acusa de maltrato, y se rompe de dolor al pensar que sus hijos podrían estar bajo los cuidados de su expareja. Así ha preferido arriesgarse a sufrir una condena por estar en paradero desconocido con tal de escapar de esa vida de malos tratos que, según Juana, le habría dado Francesco. Teniendo en cuenta que recientemente el Tribunal Constitucional no ha admitido el recurso de amparo de los menores que habían presentado los abogados de Juana Rivas, su vida en Granada se complica.

El padre de los pequeños se empeña en desmentir la historia de Juana Rivas, especialmente cuando recuerda una de las escenas de su vida juntos: "Vino después de una noche de fiesta, empezó a romperlo todo, quizás se hizo daño en el dedo cuando yo intenté quitarle las cosas de las manos", relata Francesco, que une el suceso al de sus amigos: "Tengo la versión de varios amigos que certifican que yo me ocupada de los niños, ella estaba siempre ocupada en otros asuntos", asegura. Además se atreve a afirmar que la denuncia de Juana por malos tratos podría deberse a una estrategia.

Expuesta su versión de los hechos, Francesco Arcuri ha querido dejar algo claro: él cuidó de sus hijos, desea que vuelvan y no quiere problemas con Juana. Desconoce dónde se encuentra su ex pareja, aunque asegura que mantiene el vínculo con ella a través de un intermediario al que le ha hecho saber que no quiere "destrozar la vida de Juana ni la de los pequeños, yo quiero volver con mis hijos" y añade que acepta la custodia compartida en Italia, "es lo más justo" afirma.
Con todo ello desea acabar con la "bola mediática" que se ha generado en torno al caso de Juana Rivas y recuerda con énfasis que es él a quien han quitado a sus hijos. Así Francesco Arcuri ha terminado su reivindicación pública asegurando que desea mantener una buena relación con Juana "por el bien de mis hijos".

http://www.telecinco.es/elprogramad...arcuri-expareja-padre-hijos_0_2412375083.html

Francesco Arcuri, padre de los niños de Juana Rivas: "Siempre he estado abierto a la custodia compartida"

"Nunca le he pegado". Francesco Arcuri, sorprendido ante la trascendencia de su caso y "siempre dispuesto a la custodia compartida" de sus dos hijos, fruto de su relación con Juana Rivas, corrige una verdad judicial que lo condena por maltrato: fue una aceptación de conveniencia -contra el criterio de su abogado de entonces- para poder seguir viendo a su hijo. Hay una sentencia que establece que a las 5'30 de la mañana del 7 de mayo de 2009, cuando Juana Rivas regresó al domicilio que la pareja compartía entonces en Granada "y al pedirle explicaciones de dónde había estado esa noche, la ha golpeado repetidamente cuando la misma intentaba entrar en la habitación, causándole lesiones que han necesitado de asistencia facultativa".

Francesco, que dice estar viviendo una situación "muy triste", ahora se arrepiente de haber aceptado esa versión de aquel fatídico día de mayo que en el momento actual pesa, con una condena por unos hechos que en su relato a EL MUNDO, en un español correcto, matiza y corrige: "Ella regentaba una tienda de alimentación ecológica. Salía casi todas las noches. Aquella madrugada, al volver, puede usted suponer cómo, le dije que se acostase en otra habitación, pero ella me golpeó y se puso a dormir en el mismo cuarto. Al levantarse para ir a la tienda, entre insultos, muy enfadada, me decía que 'no sirves para nada', entró en la habitación donde yo tenía mi ordenador, donde me comunicaba con Italia, y empezó a romper cosas. Yo se las quité de la mano y ella se fue a la tienda".

Horas después, "cuando le di el desayuno al niño, salimos a dar un paseo, íbamos para la tienda..." una persona de paisano se acercó a Francesco. "Se identificó como policía. Me dice '¿sabe por qué estoy aquí?'. Pues no se me ocurre nada y entonces me dice que Juana me ha denunciado por malos tratos". De allí, en coche al calabozo. Una noche y, a la mañana siguiente, "esposado junto a otras personas" comparece en el Juzgado asistido por un abogado de oficio, no aceptó los hechos y salió con una orden de alejamiento. "Fui con la Policía a recoger mis cosas" pero en el domicilio de la pareja no le abrieron la puerta: "¡Abran, Policía!", decía el agente, pero al otro lado de la puerta solo se escuchó al niño: "¡Papi, Papi...!"

Aconsejado por la Policía, presentó denuncia, buscó abogado particular. "Nuestra estrategia era decir la verdad" en el juicio del 26 de mayo donde debían sustanciarse las dos denuncias cruzadas por la pareja, pero en la espera "le pregunté a mi abogado qué posibilidades tenía". Todas las posibilidades estaban abiertas, según el letrado, y fue entonces cuando Arcuri se decidió por un acuerdo de conformidad que lo condenó a tres meses de prisión, unos antecedentes sobre los que gira la estrategia de Juana en su litigio por los niños.

Porque tiempo después, en un clima de mutuo entendimiento, "Juana vino de vacaciones a Londres, donde yo residía entonces, con Gabrielle", el mayor de los pequeños. Y la pareja reanudó la relación. Ya conocían Carloforte, un pequeño pueblo de una pequeña isla del sur de Italia. "A ella le gustaba" y el italiano decidió regentar allí un pequeño establecimiento de turismo rural. La convivencia se había restablecido, nació un segundo hijo, el negocio funcionaba, no había desavenencias, salvo... "Yo cuidaba del negocio y de los niños. Ella salía casi todas las noches". En el panorama que dibuja Francesco, Juana no colaboraba en las tareas: su falta de colaboración "me obligó a contratar a otra persona" para limpieza y gestión del hotelito. La prioridad de Juana era "un curso online de terapia transpersonal, para el que sacó sin mi conocimiento 2.000 euros de la cuenta bancaria".

La separación y las denuncias

Para entonces, la relación había vuelto a deteriorarse. Pero sin tensiones. Francesco asegura que la separación estaba en el horizonte de la pareja, pero en un escenario de entendimiento mutuo en el que Juana comunicó que viajaría a España con los menores. Lo hizo el 18 de mayo de 2016. Hacia finales de junio, cuando se acercaba la fecha de regreso, "me dijo que se encontraba mala del estómago, que no se sentía con fuerzas para viajar. Le dije que me enviase un certificado médico y yo cambiaría en Italia la fecha de los billetes". Lo hizo y los pasajes aéreos pasaron al 15 de julio.

Pero en los días previos nuevamente Juana comunicó que no encontraba bien. "Ahí, empecé a preocuparme y me ofrecí para ir yo a España a por los niños". Juana lo tranquilizó, siempre en un escenario en el que las conversaciones telefónicas con ella y los niños eran diarias.

Hasta que a primeros de agosto recibió "un correo electrónico" en el que la madre le comunica que no va a regresar a Italia. Francesco entonces inició los trámites judiciales con una denuncia por sustracción de menores y otra para solicitar la custodia. El padre italiano asegura que en ese momento desconocía "porque no me lo dijo" que estaba denunciado otra vez por malos tratos. Seguía hablando por teléfono con los niños "a través del portátil de Juana". Hasta noviembre, un día en que el mayor en una de esas conversaciones le dijo "Papi, tú no te estás comportando bien". Ya no hubo más contacto, aunque "yo llamaba todos los días", sin respuesta.

La versión de Francesco, obviamente, choca con la denuncia que el 12 de julio de 2016 presentó Juana ante la Guardia Civil de Maracena: amenazas, insultos, vejaciones y agresiones desde 2013. Un clima, el que describe Juana, que dibuja a Arcuri como controlador de la vida de ella, impidiéndole el acceso a Internet y la relación contras personas, además de acusarla de mala madre. En la denuncia, además, Rivas relata un caso de agresión cuando Arcuri "la cogió del cuello delante de un amigo", Stefano A., un episodio sobre el que el padre italiano expresa su sorpresa cuando el periodista lo comenta: "'Jamás. Stefano es mi amigo, sí. Pero tengo documento de él" -como de hasta una quincena de especialistas y amigos de la pareja- "que me califican como buen padre. Me entero por usted de que Juana lo ha puesto como testigo de una agresión que no ha existido".

Ante el volumen que ha adquirido el caso, Francesco se muestra sorprendido de que hasta el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se haya expresado: "Me duele mucho, porque no sé que tiene que ver esto con la política. Son cuatro los jueces que me han dado la razón y han sido jueces españoles que han protegido mi derecho de padre". La Convención de La Haya sólo expresa la reserva del peligro para los menores "pero los han monitorizado psicólogos y han visto que no existe peligro".

El pasado miércoles Francesco acudió al punto de encuentro donde la madre debía entregarle a los pequeños. "Sí, sabía que podía pasar lo que pasó". La madre no se presentó y está en paradero desconocido. A la espera del desenlace, el italiano vive en un hotel, sin pisar la calle más que para lo necesario: "No tengo miedo, pero sí voy con los ojos abiertos", ante una hipotética reacción agresiva por parte de algún viandante.

http://www.elmundo.es/andalucia/2017/07/31/597f208322601dbe688b45a1.html

 
He conocido las dos caras del maltrato una que el novio dio un puñetazo en la PARED que ni siquiera iba hacia ella, cuando se entero que le ponía los cuernos y el pagándole caprichos, pues ella le quería denunciar apoyada por otra amiga mia yo me quede alucinada me aleje de esas chicas me dieron escalofríos aunque a mi me trataran bien yo también me fijo en lo que alguien puede hacer otra persona aunque a mi no me lo haga, y otra que no le dio la razón un par de veces la pego un par de hostias y la llamo put*, además de tratarla como una basura, lo primero algunos verán violencia de genero yo no, veo poner al limite, lo segundo si sin duda, no es lo mismo un calentón incluso de enzarse los dos sin llegar a mayores, que someter y humillar y en este caso no lo veo claro.
 
He conocido las dos caras del maltrato una que el novio dio un puñetazo en la PARED que ni siquiera iba hacia ella, cuando se entero que le ponía los cuernos y el pagándole caprichos, pues ella le quería denunciar apoyada por otra amiga mia yo me quede alucinada me aleje de esas chicas me dieron escalofríos aunque a mi me trataran bien yo también me fijo en lo que alguien puede hacer otra persona aunque a mi no me lo haga, y otra que no le dio la razón un par de veces la pego un par de hostias y la llamo put*, además de tratarla como una basura, lo primero algunos verán violencia de genero yo no, veo poner al limite, lo segundo si sin duda, no es lo mismo un calentón incluso de enzarse los dos sin llegar a mayores, que someter y humillar y en este caso no lo veo claro.
Es que hay una delgada línea roja entre la bronca y calentón del momento y el maltrato.
Yo he visto un caso (mis vecinos del 5º sin ir más lejos), donde el maltratado era él. Aquí sí que se trataba de maltrato físico, aparte del psicológico. Ella le pegaba y él jamás denunció. Solamente se lo contó a su hermana,aunque lógicamente los escándalos se oían en toda la manzana. Para divorciarse, el chico las pasó negras... y casi casi lo deja en la calle, la mujer. Pero ahí... sí que actuó la justicia debidamente.
Este chico no consta entre las víctimas de violencia de género, y lo fue!! vaya si lo fue!
Con esto, quiero decir que ni todos los frescos son de Burgos, ni todos los de Burgos son frescos.
Yo no me atrevo a decir que Juana Rivas no fue maltratada. No me atrevo, porque no lo sé...
Habría que haber vivido cerca de ellos o conocerlos muy bien. Damos por buena la versión de la mujer, pero el hombre, también tendrá la suya.
Y por último... aunque me llenéis de negativos y de no me gusta... no entiendo en absoluto cómo volvió con él, después del primer episodio... y aun encima tuvieron un hijo. Salvo, claro está... que el primer episodio no fuera como lo cuenta ella.
Deseo que aparezca, por el bien de ella, de los niños, y del padre también.
 
Es que hay una delgada línea roja entre la bronca y calentón del momento y el maltrato.
Yo he visto un caso (mis vecinos del 5º sin ir más lejos), donde el maltratado era él. Aquí sí que se trataba de maltrato físico, aparte del psicológico. Ella le pegaba y él jamás denunció. Solamente se lo contó a su hermana,aunque lógicamente los escándalos se oían en toda la manzana. Para divorciarse, el chico las pasó negras... y casi casi lo deja en la calle, la mujer. Pero ahí... sí que actuó la justicia debidamente.
Este chico no consta entre las víctimas de violencia de género, y lo fue!! vaya si lo fue!
Con esto, quiero decir que ni todos los frescos son de Burgos, ni todos los de Burgos son frescos.
Yo no me atrevo a decir que Juana Rivas no fue maltratada. No me atrevo, porque no lo sé...
Habría que haber vivido cerca de ellos o conocerlos muy bien. Damos por buena la versión de la mujer, pero el hombre, también tendrá la suya.
Y por último... aunque me llenéis de negativos y de no me gusta... no entiendo en absoluto cómo volvió con él, después del primer episodio... y aun encima tuvieron un hijo. Salvo, claro está... que el primer episodio no fuera como lo cuenta ella.
Deseo que aparezca, por el bien de ella, de los niños, y del padre también.

Efectivamente, cuando no hay pruebas y solo están las versiones enfrentadas de cada uno de los implicados, no se puede poner la mano en el fuego por nadie.
Que hay hombres machistas, maltratadores, despreciables...etc por supuesto que SI.
Pero que también hay mujeres arpías, que pueden manipular, mentir y aprovecharse de la ley de violencia de genero, para maltratar psicológicamente al hombre también.
 
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