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La Ortiz habrá llegado a lo más alto que ella creería que es casarse con el heredero a la Corona. Aunque todos sabemos que se casó por el dinero y la posición, ya que ella despreciaba de antes a la monarquía.
Si el hecho de ser la reina consorte significa la culminación de su vida, su actitud y su responsabilidad con el cargo que ostenta serían todo lo opuesto a lo que la vemos hacer año tras año.
- se habría esmerado en aprender protocolo, buenos modales, idiomas, cultura general
- se vestiría de forma correcta, respetando el cargo que ostenta
- trataría de desprenderse de su vulgaridad y ordinariez, tanto verbal como física
- apoyaría al marido en TODO
- se mostraría respetuosa hacia el marido, los reyes y demás miembros de la FR
- no despreciaría a los periodistas (merde de LOC), sino que se mostraría respetuosa, siendo más comedida en compartir más información sobre las hijas
- no despreciaría a los españoles
- no mantendría relaciones extra maritales (la prensa ya lo ha insinuado más de una vez)
- no mantendría relaciones con personajes corruptos y perversos, uno acusado por acoso sexual (compi yogui, duendes de palacio)
- no se escaparía al extranjero para operarse sus complejos de inferioridad, encima a costa del dinero del contribuyente
- no escondería a las hijas
La realidad es que, a pesar de tener tantos privilegios y cajas de galletas, la Ortiz vive encerrada en su jaula de oro y eso la tiene amargada. Cambiarse cada año la cara y demás partes del cuerpo no es precisamente un síntoma de sentirse satisfecha consigo misma, más bien todo lo contrario.
ella tiene la solución en la mano pero no la quiere usar: divorcio se iría con el riñón bien cubierto y podría hacer eso que tanto le gusta: recauchutes, viajes, lujos y paraísos ignotos