EL VATICANO ¡Todo aquí!

El Evangelio del día

miércoles 24 Mayo 2017

Miércoles de la sexta semana de Pascua

San Vicente de Lerin, María Auxiliadora, Beato Luis Zeferino Moreau

Leer el comentario del Evangelio por
San Gregorio Nacianceno : «Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia la verdad plena»

Juan 16,12-15.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora.
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Gregorio Nacianceno (330-390), obispo y doctor de la Iglesia
Discurso 31, 25-27; PG 36, 159

«Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia la verdad plena»
A lo largo de los siglos, dos grandes revoluciones han conmovido la tierra; los llamados dos Testamentos: uno ha hecho pasar a los hombres de la idolatría a la Ley; el otro, de la Ley al Evangelio. Un tercer cambio se prevee: aquel que, de aquí abajo, nos llevará a lo alto donde no hay movimiento ni agitación. Ahora bien, estos dos Testamentos tienen el mismo carácter...: no lo han transformado todo rápidamente desde el primer impulso de su creación...para no hacer las cosas con violencia sino con persuasión. Porque aquello que es impuesto por la fuerza, no es perdurable.

El Antiguo Testamento ha manifestado claramente al Padre, oscuramente al Hijo. El Nuevo Testamento ha revelado al Hijo e insinuado la divinidad del Espíritu. Hoy el Espíritu vive entre nosotros, y se hace ver con claridad. Hubiera sido peligroso dar a conocer abiertamente al Hijo cuando la divinidad del Padre no era reconocida, y, cuando la divinidad del Hijo no era admitida, imponer...la del Espíritu Santo. Se podría temer que, como los responsables de demasiada comida o como los que miran el sol con los ojos todavía débiles, los creyentes pueden perder la fuerza que tenían para soportar. El esplendor de la Trinidad debe, entonces, iluminar progresivamente o como dice David, «poco a poco»(Sal 83,6) y por una progresión de gloria en gloria ...

Todavía quiero hacer esta consideración: El Salvador sabía que ciertas cosas sus discípulos no las podían llevar por ahora, a pesar de la enseñanza que habían recibido. Por la razón que he dicho más arriba, mantenía cosas ocultas. Y Él les repetía que el Espíritu, después de su venida, se lo enseñaría todo.
 


La visita de Mons. Fellay en Diciembre 2016 a Lima, Perú , nos ha expuesto puntos sobre la CRISIS DE FE que sufre la Iglesia internamente provocada por Francisco y los suyos cuyo "pontificado" es un caos y ha llenado de confusión terrible en detrimento de las almas.
 
Papa Francisco: Ante la incredulidad, Jesús ofrece una “terapia de esperanza”


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VATICANO, 24 May. 17 / 04:10 am (ACI).- Durante la catequesis pronunciada en la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco invitó a los fieles congregados a dejarse guiar por Jesús en su “terapia de esperanza”, como hicieron los discípulos de Emaús.

La catequesis del Papa se centró en los discípulos que, tras la crucifixión de Jesús, se volvieron a sus hogares en una pequeña aldea, Emaús, decepcionados. Ese camino de Emaús se convirtió en un camino de esperanza cuando el Señor se les apareció.

“El encuentro entre Jesús y los dos discípulos de Emaús es un encuentro rápido, pero en él residió todo el destino de la Iglesia”, aseguró el Santo Padre.

Francisco explicó que los discípulos de Emaús “cultivaban una esperanza solo humana que había resultado destrozada”. Antes de la Pascua, antes de la Cruz, estaban “llenos de entusiasmo, convencidos de que aquellos días iban a ser decisivos para ellos y para todo el pueblo”.

“Jesús, al cual habían confiado toda su vida, parecía que iba a enfrentarse a la batalla decisiva, que iba a manifestar toda su potencia tras un largo período de preparación. No fue así”. Su esperanza “era una esperanza humana”.


Fruto de esa decepción, y del miedo a la persecución, los dos huyen de Jerusalén: “Aquella Pascua, que debería haberse convertido en el canto de la liberación, se había transformado en el día más doloroso de sus vidas”.

El Pontífice señaló que “a Dios no le gusta ser amado como se ama a un líder que arrastra hacia la victoria a su pueblo derramando la sangre de sus adversarios. Nuestro Dios es una débil llama que arde en un día de frío y viento”.

Es en ese contexto en el que se produjo el encuentro con Jesús. “Parece un encuentro fortuito, uno de tantos encuentros que se producen en la vida. Los dos discípulos marchan pensativos y un desconocido les alcanza. Es Jesús, pero sus ojos no son capaces de reconocerlo”.

“En ese momento, Jesús comienza su terapia de la esperanza”, señaló Francisco. “Esto que sucede en este camino es un terapia de la esperanza. ¿Quién la hace?: Jesús”.

Jesús, sobre todo, “pregunta y escucha. Nuestro Dios no es un Dios invasor. Aunque ya conocía el motivo de la decepción, les deja tiempo para poder sondear las profundidades de la amargura que les han arrastrado”.

Se produce así, explicó el Papa, una confesión que es un reflejo de la naturaleza humana y que se puede resumir en las palabras: “nosotros esperábamos…”. “En el fondo todos somos un poco como estos dos discípulos. Cuántas veces en la vida hemos esperado, cuántas veces nos hemos sentido a un paso de la felicidad, y luego nos decepcionamos”.


Sin embargo, el Papa Francisco rechazó ese sentimiento negativo de decepción porque “Jesús camina con todas las personas decepcionadas que van con la cabeza baja. Y caminando con ellos, de manera discreta, procede a dar esperanza”.

Para encender en los discípulos de Emaús la llama de la esperanza, “Jesús les habla sobre todo por medio de las Escrituras. Quien tome en la mano el libro de Dios, no encontrará historias de heroísmo fácil, fulminantes campañas de conquista. La verdadera esperanza nunca se alcanza a un bajo precio: pasa siempre por medio de la derrota”.

El Pontífice insistió: “Jesús siempre está a nuestro lado para darnos la esperanza, para calentar nuestros corazones y decirnos ‘ve adelante, yo estoy contigo. Ve a delante’”.


“Dios caminará con nosotros siempre, siempre. También en los minutos más dolorosos, también en los momentos más feos, también en los momentos de la decepción, ahí está el Señor y ahí reside nuestra esperanza. Vayamos adelante con esa esperanza, porque Él está a nuestro lado caminando con nosotros, siempre”, concluyó.


 
Lo que se sigue haciendo mal al celebrar la Misa
Milenko, el 4.05.13 a las 6:27 AM


…si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías. (Sal. 137, 6)



Así se denomina el apartado del libro Tiempo de crisis. Algunas consideraciones sobre la liturgia, fe y moral después del Concilio Vaticano II (publicado en mayo de 2012), escrito por Don José Gil Llorca, sacerdote diocesano de la Diócesis de Cartagena. [Sacerdote desde 1986. Licenciado en Teología por la Universidad Lateranense de Roma (Ponificio Instituto Juan Pablo II sobre el Matrimonio y Famila.) Ha realizado su Tesis doctoral sobre la relevancia de la amistad en la Ética a Nicómaco de Aristóteles y en las obras de Santo Tomás de Aquino. Es miembro de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino y de The G.K. Chesterton Institute for Faith & Culture (Seton Hall University, New Jersey). Profesor de Filosofía y Teología en varias provincias de Argentina y España. Ha publicado La communio personarum en la “Gratissimam Sane” de Juan Pablo II, Elementos para una antropología de la familia, El diablo rinde cuentas y De lo humano y lo divino.] Me ha llamado la atención este apartado, cuyo texto reproduzco al final con el permiso del autor (las negritas son mías, así como la selección de las imágenes).

Como se bien indica en el texto, la liturgia no es algo privado, no es algo que elijo a mí antojo y parecer; es la acción trinitaria y de la Iglesia, es lo mejor y más sagrado que tenemos. A nadie le ha confiado el Señor la celebración del único Sacrificio sino a su Esposa. Si no respetamos esto, ¿de qué más vamos a hablar? Realmente, es el punto de partida y de llegada en nuestra vida de fe. Allí está la fuente y la raíz de nuestra vida interior, de allí se sale al mundo a la missio, allí se retorna para volver otra vez con la fuerza de Dios.

Esto nos toca a todos. A laicos, para participar en la misa mejor que podamos. Pero especialmente a los sacerdotes que son los que la celebran. De ellos depende si aplicar, o no, lo que está mandado. Parece que la norma no escrita es un tal agiornamiento logsiano (para los lectores no españoles, la Logse era una ley orgánica educativa increíble; igualaba por debajo a todos, el profesor se tenía que ganar la autoridad a base de buenas tácticas educativas, varias generaciones de jóvenes gravemente afectadas, colocadas en una rampa hacia el abismo de la vulgaridad, y demás mecanismos de control y preparación poblacional para la misión, tarea y papel programado), consistente en atender quejas de los que se aburren o tal vez no comprendan todavía lo suficiente…, etc. Triste. No sé qué trabajo cuesta procurar vivir y enseñar lo que es debido.

Una de las características del pontificado de Benedicto XVI, según mi entender, lo que el Santo Padre nos quería decir,

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(Benedicto XVI luciendo la estola neogótica de León XIII.
La misma que luce debajo Pío XI.
)

era la necesidad de una celebración litúrgica solemne, esmerada, según lo establecido por la Iglesia. No solemne porque tenga que durar necesariamente no sé cuanto, sino en los gestos y en el cuidado al hacer las cosas. Me atrevo a decir que si esa cuestión no se atiende bien, inútil será toda acción posterior, llámese como se llame. Nosotros arrancamos desde Dios, si no, lo demás no tiene sentido.

Foto Benedicto dando comunión

exemplum enim dedi vobis…os he dado ejemplo, para que lo que he hecho con vosotros, lo hagáis vosotros también (Jn. XIII, 15)

Un pontificado (digamos, sus aportaciones) no termina con el cese de un Papa. Sigue viva de alguna manera, por la continuidad del Magisterio vivo de la Iglesia, la impronta en la Tradición de la Iglesia lo que el Espíritu Santo quiso suscitar con ese pontificado. No debe haber ningún portazo a la aportación de cualquier papa anterior, porque eso significaría una ruptura, y esa no tiene, no debe tener lugar.

Me refiere un sacerdote croata que ningún obispo en Croacia, ni uno solo, secundaba el ejemplo de Benedicto XVI de dar la comunión en el reclinatorio y de rodillas, aunque sea a unos cuantos fieles.

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No sé si lo mismo se puede decir de España, si no fuera así, me sorprendería muy gratamente. Luego se hablará mucho de la comunión con el Papa. Yo prefiero poder notarla en estos detalles tan importantes. Luego deduzco que sigue vigente la ley “sírvase cada uno según su gusto y parecer, tome de lo que le apetezca y el resto, déjelo si no le gusta”. Ahora se hablará mucho del Papa Francisco. Pero no de sus palabras de que “a Jesús se le puede conocer únicamente en la Iglesia”. ¿Pero quién es el que habla?¿Acaso son las palabras de Gregorio XVI en la encíclica Mirari Vos? No, son las palabras de Cristo prestadas a sus Vicarios. De la inagotable riqueza de Cristo, una vez se resalta una cosa, otra vez otra, sin perder nada, formando todo un tesoro para nuestra salvación. Volvamos pues a las palabras de Cristo a su Esposa, y obedezcamos en todo lo que nos diga, exhortándonos mutuamente para el agrado del Señor (frater qui adiuvatur a fratre, quadi civitas firma (Prov. XVIII, 19)), ajustemos nuestro actuar en lo pequeño, tan divino y tan importante, según su voluntad y no la nuestra, para que habiendo cumplido en lo menudo, podamos oír algún día, “¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mt. XXV, 21)

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21. Lo que se sigue haciendo mal al celebrar la Misa


Es cierto que, gracias a Dios, los desmanes y desastres que se llevaron a cabo en los primeros años siguientes al Concilio Vaticano II en cuestiones litúrgicas, han remitido mucho. Pero a pesar de todo, aún se siguen haciendo mal muchas cosas. Fundamentalmente por ignorancia. Por eso, no está de más reseñar algunas de esas cosas más frecuentes que son contrarias a lo que se debe hacer. Muchas de ellas ya han sido comentadas y explicadas en las páginas anteriores. Aquí se recogen a modo de resumen.



Algunos sacerdotes siguen celebrando la Misa sin los ornamentos debidos. Y es frecuente, especialmente en verano, que el sacerdote no se revista con la casulla y celebre sólo con la estola sobre el alba.



Mayoritariamente, no se guarda el silencio en la oración colecta, tal y como está indicado. Aquí vemos hasta qué punto se ha perdido el sentido del silencio y estamos imbuidos de una cultura de la prisa.



Está muy generalizado el uso de cantos inapropiados, faltos de calidad musical y con letras ajenas a la riqueza de la Sagrada Escritura.



Es muy frecuente ver cómo se sustituye el salmo responsorial por una canción que no tiene nada que ver. El caso es “meter algo nuestro”, como si fuera mejor y más importante que la palabra de Dios.



Hay muchas cuestiones que manifiestan una deficiente comprensión de la dignidad que se ha de dar precisamente a la Palabra de Dios. No se debería consentir proclamar las lecturas a quienes, incluso con muy buena intención carecen de las cualidades propias para ello. Abundan los lectores poco o mal preparados. No se les entiende, pronuncian mal, comienzan diciendo: “Primera lectura”, o, “Salmo responsorial”, o, “segunda lectura”. También terminan con un “es palabra de Dios” que, poco a poco, parece que ha de ser enriquecido para ser más original, llegando a escucharse en alguna ocasión: “Hermanos, esto que hemos escuchado es Palabra de Dios”. La razón por la que se dice solamente “Palabra de Dios” es porque es una aclamación; no se trata de informar a los fieles (éstos ya saben que lo leído es Palabra de Dios). Pero en ello, como en todo, la principal responsabilidad es de los sacerdotes que no enseñan ni corrigen.



Los sacerdotes permiten que se hagan en el ofertorio ofrendas que no son apropiadas. Sobre esto ya indicó la Conferencia Episcopal española que los primeros dones en ser presentados han de ser siempre el pan y el vino. Luego el dinero u otras aportaciones para la Iglesia o los necesitados. También se pueden llevar la patena y el cáliz y lo necesario para la celebración eucarística. En cambio no tiene sentido llevar objetos diversos (catecismos, biblias, trabajos manuales hechos en la catequesis, juguetes etc., que luego se recoge). Lo que se lleva ha de ser verdadera ofrenda. Tampoco conviene hacer ofrendas en número excesivo y resaltar indebidamente y de forma exagerada, un rito que por su naturaleza debe ser breve y sobrio.



No es correcto que los sacerdotes en el ofertorio, ofrezcan conjuntamente el pan y el vino. El presentar el pan y el vino separadamente y con su respectiva oración forma parte del significado de cada uno de esos dones y no se debe “simplificar” haciéndolo conjuntamente.



Muchos celebrantes suprimen arbitrariamente el lavabo. El rito del lavarse las manos expresa en ese símbolo, la necesidad de pureza de corazón para ofrecer el Sacrificio. No es algo optativo sino algo mandado. Pero se ha prescindido tanto de él que, incluso los que preparan lo necesario para la Misa, directamente no lo ponen o piensan que cada sacerdote decide si se usa o no.



Los fieles no se arrodillan durante la consagración. La costumbre de no arrodillarse muestra la ignorancia sobre lo que está sucediendo en el altar, y el desconocimiento de la forma correcta de comportarse ante Dios. Es un signo de falta de fe. Las normas litúrgicas dicen que los fieles estarán de rodillas, al menos en el momento de la consagración, a no ser que por alguna causa justificable no puedan. Pero quienes no puedan arrodillarse que hagan una inclinación profunda. Son para pensar estas palabras de Ratzinger: «Quien participe en la Eucaristía, orando con fe, tiene que sentirse profundamente conmovido en el instante en el que el Señor desciende y transforma el pan y el vino, de tal manera que se convierten en su Cuerpo y en su Sangre. Ante este acontecimiento, no cabe otra reacción posible que la de caer de rodillas y adorarlo. La consagración es el momento de la gran acción de Dios en el mundo, por nosotros» (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia, Madrid 2001, p. 237.).



Es frecuente que en ciertas celebraciones, como determinadas fiestas locales en las que participan autoridades civiles, haya quienes asistan y que no sean creyentes. Un signo de respeto hacia la fe de los creyentes es adoptar en cada momento las posturas y gestos propios de la celebración y, por tanto, arrodillarse también en el momento de la consagración. De la misma manera que, por respeto a la fe de los musulmanes, cuando uno visita una mezquita se descalza. Sería una hipocresía invocar el respeto a la fe del Islam para un comportamiento y no respetar la fe de los católicos. Nadie obliga a asistir a la celebración de la Misa. Pero si se asiste, aunque uno no sea católico, por respeto y consideración a los católicos y a su fe, deberá hacerlo siguiendo el modo establecido en los distintos momentos de la celebración.



Continuamos señalando más cosas que se hacen mal y deben corregirse. El celebrante parte el pan al pronunciar las palabras de la consagración. La fracción del cuerpo de Cristo tiene su lugar propio en el “Cordero de Dios”.



El sacerdote, a no ser por imposibilidad física, debe hacer genuflexión tanto después de consagrar el pan como después de consagrar el vino.



Se resalta en exceso el momento de la paz con un canto largo que lleva además o bien a suprimir el canto del “Cordero de Dios” o a infravalorar este signo cuando no se canta sino que se recita. Ya se ha indicado suficientemente lo relativo a la algarabía que suele ocasionar el momento de la paz, así que no insistiremos sobre el tema.



Los ministros extraordinarios administran la comunión en la celebración de la Eucaristía, no habiendo real necesidad para ello. Sólo si hubiera tal cantidad de fieles para comulgar que la celebración se alargara de un modo excesivo se ha de recurrir a la ayuda del ministro extraordinario de la comunión.



No se observan unos minutos de sagrado silencio después de la comunión. Sorprende que se dedique tiempo a los cantos, que el sacerdote se alargue en la homilía y, luego, entren las prisas por acabar y apenas dispongamos de un tiempo para dar gracias a Jesús que está en nosotros.Refiriéndose a este momento de silencio, dice Ratzinger: «es el momento para un diálogo íntimo con el Señor, que se nos ha dado; es el momento para entrar en el proceso de comunicación sin el cual la comunión exterior se convierte en un puro rito y en algo estéril» (J. Ratzinger, El espíritu de la liturgia, Madrid 2001, p. 235.).



En fin, son muchos los temas y puntos en los que se ha de poner un mayor empeño por cuidar este bien común que es la Eucaristía con la humildad de sabernos servidores y no dueños de la misma. Confiemos en que esa profunda humildad y obediencia a lo que legítimamente determina la Iglesia sea la actitud adoptada por todos los fieles, de modo que procuremos conocer y dar a conocer, cuanto debemos observar en las celebraciones litúrgicas.

Concluimos con unas palabras del Papa Juan Pablo II de su última Encíclica Ecclesia de Eucharistia:



«Por desgracia, es de lamentar que, sobre todo a partir de los años de la reforma litúrgica postconciliar, por un malentendido sentido de creatividad y de adaptación, no hayan faltado abusos, que para muchos han sido causa de malestar. Una cierta reacción al «formalismo» ha llevado a algunos, especialmente en ciertas regiones, a considerar como no obligatorias las «formas» adoptadas por la gran tradición litúrgica de la Iglesia y su Magisterio, y a introducir innovaciones no autorizadas y con frecuencia del todo inconvenientes.

Por tanto, siento el deber de hacer una acuciante llamada de atención para que se observen con gran fidelidad las normas litúrgicas en la celebración eucarística. Son una expresión concreta de la auténtica eclesialidad de la Eucaristía; éste es su sentido más profundo. La liturgia nunca es propiedad privada de alguien, ni del celebrante ni de la comunidad en que se celebran los Misterios. El apóstol Pablo tuvo que dirigir duras palabras a la comunidad de Corinto a causa de faltas graves en su celebración eucarística, que llevaron a divisiones (skísmata) y a la formación de facciones (airéseis) (cf. 1 Co 11, 17-34). También en nuestros tiempos, la obediencia a las normas litúrgicas debería ser redescubierta y valorada como reflejo y testimonio de la Iglesia una y universal, que se hace presente en cada celebración de la Eucaristía. El sacerdote que celebra fielmente la Misa según las normas litúrgicas y la comunidad que se adecua a ellas, demuestran de manera silenciosa pero elocuente su amor por la Iglesia. Precisamente para reforzar este sentido profundo de las normas litúrgicas, he solicitado a los Dicasterios competentes de la Curia Romana que preparen un documento más específico, incluso con rasgos de carácter jurídico, sobre este tema de gran importancia. A nadie le está permitido infravalorar el Misterio confiado a nuestras manos: éste es demasiado grande para que alguien pueda permitirse tratarlo a su arbitrio personal, lo que no respetaría ni su carácter sagrado ni su dimensión universal. (Ecclesia de Eucharistia, n. 52, Juan Pablo II).

Lo que se sigue haciendo mal al celebrar la Misa http://infocatolica.com/blog/friocaliente.php/1305040627-lo-que-se-sigue-haciendo-mal
 
El Evangelio del Día
jueves 25 Mayo 2017
Jueves de la sexta semana de Pascua

San Gregorio VII, San Pedro Esqueda Ramírez

Leer el comentario del Evangelio por
Catecismo de la Iglesia Católica: Cuando Jesús vuelva

Juan 16,16-20.

Jesús dijo a sus discípulos:
"Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver".
Entonces algunos de sus discípulos comentaban entre sí: "¿Qué significa esto que nos dice: 'Dentro de poco ya no me verán, y poco después, me volverán a ver'?. ¿Y que significa: 'Yo me voy al Padre'?".
Decían: "¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir".
Jesús se dio cuenta de que deseaban interrogarlo y les dijo: "Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis palabras: 'Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver'.
Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo."




Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Catecismo de la Iglesia Católica
§ 728-729 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)

Cuando Jesús vuelva
Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo hasta que él mismo no ha sido glorificado por su Muerte y su Resurrección. Sin embargo, lo sugiere poco a poco… A sus discípulos les habla de él abiertamente a propósito de la oración (cf. Lc 11, 13) y del testimonio que tendrán que dar (cf. Mt 10, 19-20).

Solamente cuando ha llegado la hora en que va a ser glorificado Jesús promete la venida del Espíritu Santo, ya que su Muerte y su Resurrección serán el cumplimiento de la Promesa hecha a los Padres: El Espíritu de Verdad, el otro Paráclito, será dado por el Padre en virtud de la oración de Jesús; será enviado por el Padre en nombre de Jesús; Jesús lo enviará de junto al Padre porque él ha salido del Padre. El Espíritu Santo vendrá, nosotros lo conoceremos, estará con nosotros para siempre, permanecerá con nosotros; nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que Cristo nos ha dicho y dará testimonio de Él; nos conducirá a la verdad completa y glorificará a Cristo. En cuanto al mundo, lo acusará en materia de pecado, de justicia y de juicio.
 


LOS JESUITAS Y EL PAPA NEGRO PREPARAN TODO PARA LA LLEGADA DEL MISMO ha satan: LAS IMÁGENES QUE VERÁS A CONTINUACIÓN SON FOTOGRAFÍAS DE LA MAQUETA O MODELO DE LA FUTURA IGLESIA MAYOR Y PRINCIPAL DE LOS JESUITAS EN ROMA, LA IGLESIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA. LO SORPRENDENTE ES QUE ESTA IGLESIA ESTÁ FORMADA CON OTRAS PARTES DE TEMPLOS DE OTRAS RELIGIONES, COMO LA MUSULMANA, SHINTOÍSTA, BUDISTA, ORTODOXA RUSA, Y MUCHAS MAS! TAN SOLO CONTEMPLAR LA ENORMIDAD DE LO QUE LLEGARÍA A SER LA FUTURA IGLESIA IMPRESIONA!

ESTO ES AÚN MAS PRUEBA QUE SON LA ORDEN DE LOS JESUITAS QUIENES ESTÁN DETRÁS DE ESTE ECUMENISMO CONTROLADO POR EL PAPADO ROMANO PARA UNIFICAR TODAS LAS RELIGIONES PARA ASÍ CREAR UNA RELIGIÓN MUNDIAL SATÁNICA CONTRA EL CREADOR Y SU ENVIADO, cristo jesus GRIEGO PAGANO ROMANIZADO
 
Pope Francis Calls For ‘One World Government’ To ‘Save Humanity’

June 23, 2017 Baxter Dmitry News, World 15

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Pope Francis called for “a one world government” and “political authority” this week, arguing that the creation of the one world government is needed to combat major issues such as “climate change.”

Speaking with Ecuador’s “El Universo” newspaper, the Pope said that the United Nations doesnt have enough power and must be granted full governmental control “for the good of humanity.”

But what is raising eyebrows is the Pope’s call for a new global political authority. Here is more from the Guardian:

Pope Francis will this week call for changes in lifestyles and energy consumption to avert the “unprecedented destruction of the ecosystem” before the end of this century, according to a leaked draft of a papal encyclical. In a document released by an Italian magazine on Monday, the pontiff will warn that failure to act would have “grave consequences for all of us”.

Francis also called for a new global political authority tasked with “tackling … the reduction of pollution and the development of poor countries and regions”. His appeal echoed that of his predecessor, pope Benedict XVI, who in a 2009 encyclical proposed a kind of super-UN to deal with the world’s economic problems and injustices.

The word “globalization” means exactly what it says. It is the process of transitioning the world into a global government. Religious leaders are playing their part in this great deception.

David Rockefeller famously said that a “global crisis” would have to occur before the people of the world would be willing to accept a New World Order. When the world economy suffered a dramatic crash in 2008, world leaders again proclaimed the need for a New World Order with global financial control.



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As demonstrated by Pope Francis, climate change and the global warming hoax is now the global elite’s preferred method of scaremongering, as they attempt to shepherd humanity closer to unified totalitarian rule.

[WikiLeaks: Obama, Clinton, Soros Overthrew Pope Benedict In Vatican Coup]

Disturbingly, world religious leaders are also beginning to come together as one to preach from the same hymn sheet, instructing their sheep to accept the components of the New World Order’s one world government.

In case you missed it, world leaders from a diverse collection of religious communities called for world unity in a video message released last week.

Baxter Dmitry

Baxter Dmitry is a writer at Your News Wire. He covers politics, business and entertainment. Speaking truth to power since he learned to talk, Baxter has travelled in over 80 countries and won arguments in every single one. Live without fear.
Email: baxter@yournewswire.com
Follow: @baxter_dmitry
 
Yo tengo una duda, que para mi es un enigma del cristianismo. A ver si alguien me lo aclara.

Adan y Eva tuvieron tres hijos Abel, Caín y Set. Caín mató a Abel..así que quedaron dos, Set y Caín.

¿Cómo siguió la estirpe humana con dos varones solamente?

¿Hubo hijas? ¿Hubo incestos?
 
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