Visita de Estado del Presidente de Argentina y su esposa del 21 al 25 de febrero, 2017


El status de Sofía de Grecia no ha cambiado, sigue siendo reina ("emérita" a falta de mejor acepción por lo inesperado de la abdicación) de España, lugar en el que se da la paradoja de que tenemos, al igual que en la baraja, cuatro reyes. Por lo que puede utilizar del joyero lo que le apetezca cuando la ocasión lo requiera. La titularidad y las funciones de cada uno ya es harina de otro costal.
 
Pero cómo se evalúa el encuentro entre estas dos parejas de culturas totalmente diferentes?. Una de la realeza, la otra de un país no monárquico que no ve de mal modo el acercamiento físico.

Ahí entra la capacidad de adaptación de los humanos, que vamos adecuando nuestro comportamiento y lenguaje a los receptores, a los "otros". Todos manejamos diversos estándares de comportamiento, y siendo quienes somos de naturaleza y culturalmente, ninguno de nosotros se comporta igual con familia, amigos cercanos y el presidente del gobierno o de la república, ante personas mayores y niños, ante jefes y empleados, etc. Nadie es unidimensional en su comportamiento. Ahí entran adaptabilidad, inteligencia, saber estar, discreción personal y algún otro ingrediente que se me debe olvidar.

Las culturas que nos ocupan no son "totalmente diferentes" ni mucho menos; yo diría que comparten más que lo que las pueda separar. Culturas realmente diferentes serían en las que las mujeres no comen en la misma mesa que los hombres y reciben las sobras de lo que ellos comieron, en las que se espera que regüeldes al acabar de comer y en las que si tomas algo alimenticio con la mano izquierda te tildan de cerda sin educar, por ejemplo :):):)


La gente no habituada a los acercamientos lo verá fuera de tono, desubicado. A mi que soy argentina me parece algo distendido y relajado pero no fuera de tono, ni vulgar, tampoco irrespetuoso.

Y a nosotros también. También distinguimos entre acercamientos distendidos y relajados y acercamientos fuera de tono y vulgares :) El que seamos más circunspectos en general no nos embota el entendimiento :)

Los Macri no tienen por qué mostrarse como muñequitos de cera si cumplen con el rol que se espera de ellos. Se espera que cumplan un rol, y lo hacen. El "cómo" no me parece grave, que nadie se ha puesto a comer con la boca abierta, a bostezar, a hablar a los gritos o a hacer papelones.

En ningún momento me he referido a los visitantes de forma crítica, ya que las reglas del juego en este caso las imponen los anfitriones, más específicamente la mutante. Es de ella de quien paso opinión, negativa. No gravemente porque las ha hecho muy peores, pero negativa de todas formas. Es ella la indebida, es ella la que no sabe estar, la que se pasa o no llega.

Hubo acercamientos, risas y gestos que suele haber en reuniones de clima distendido. El comportamiento de Letizia es otro cantar porque l@s español@s si esperan de ella cierta formalidad que en este caso no estuvo tan presente.

Pues esa es la cosa, que entendemos por aquí que lo institucional es más serio de lo que a la mutante, en subidón, le parece. Y no está tan relacionado con monarquía o no, aunque en este caso la corona está por medio, es lo institucional.
 
El Mundo Orbyt.

25/02/2017

EL DETECTIVE DE LA OTRA

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CRISTIANO RONALDO acudió el jueves al hotel Villa Magna de Madrid. Según ha sabido este detective, el futbolista tiene una suiteallí reservada todo el año para que su novia pueda echarse la siesta y para disfrutar de momentos de descanso en el centro de la capital.

BEATRICE BORROMEO está instalada en Mónaco a la espera de que nazca su primer hijo. A la aristócrata italiana, mujer de Pierre Casiraghi, le recomendaron guardar dos semanas de reposo para no adelantar la llegada de su primogénito. Ya recuperada, Beatrice invitó a su hermana Matilde y a los hijos de ésta al Festival Internacional de Circo de Montecarlo.

DOÑA LETIZIA fue la gran protagonista de la cena que ofrecieron los Reyes en el Palacio Real el pasado jueves. Además de por sus joyas y por la ayuda al presidente Mauricio Macri a la hora de brindar, la esposa de Felipe VI protagonizó otro momento singularque ha pasado desapercibido. A la hora de colocarse para el besamanos, Don Felipe indicó a Juliana Awada que se posicionara en un extremo, a la derecha de Macri. Doña Letizia indicó que ésa no era la colocación, provocando que Awada se quedara durante unos segundos quieta sin saber qué hacer. Finalmente hizo caso a Don Felipe, acto que llevó a la Reina a bromear con un fotógrafo, indicando que estaban mal colocados. La perfección de Doña Letizia no falló una vez más y, finalmente, cambiaron la disposición.

JUAN CARLOS PAJARES. El último ganador del premio Talent al mejor diseñador joven de la Madrid Fashion Week, que proviene de una humilde familia de Guadalajara, viste a Conchita Wurst, una de sus mejores clientas junto a Eugenia Osborne, Nieves Álvarez, Macarena Gómez, etcétera. Lo que pocos saben es que ha trabajado como ayudante de vestuario en una película protagonizada por Christian Bale de nombre The Promise. Pajares, junto a Palomo Spain, veinteañero cordobés, ha triunfado esta semana de la moda.

Siga todos los días en Twitter a este detective: @detectivedeloc También el de LOC @laotracronica

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El Mundo Orbyt.

LA VIDA DE LOS OTROS

EMILIA LANDALUCE

25/02/2017

DOÑA LETIZIA SE ECHÓ TODO LO QUE TENÍA DE
REINA POR ENCIMA


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Carles Lulueza-Fox es un paleogenetista –“Hay gente pa tó”, le dijo Guerrita a Ortega y Gasset– que investiga en el Instituto de Biología Evolutiva en Barcelona. Según él, diez reyes de España y 36 de Francia (amén de cientos de duques, condes y marqueses de toda Europa) descienden de Hugo Capeto, elegido rey de los francos en 987. La genética, explica Lulueza-Fox, ha pesado mucho en la historia. La célebre consanguinidad. Carlos II “el hechizado” tenía un 25% de su genoma invariable, como si hubiera sido hijo de hermano con hermana. La genohistoria será próximamente una asignatura obligada para los estudiosos del pasado, aunque puede dar muchos disgustos a las casas reales. Los restos de Ricardo III –“A horse, a horse my kingdom for a horse” [con choteo: Caballo, caballo mi reino por un caballo]–, que se encontraron hace unos años en un aparcamiento, demostraron que la reina Isabel no desciende de él. “Convendrían más cotejos”, dice Lulueza-Fox en La Vanguardia. Desafortunadamente, es difícil que haya permisos.

Lógicamente, la genética daría algunas sorpresas a las casas reales reinantes. ¿Cambiaría algo? En el Museo del Romanticismo se expone estos días el corsé que salvó la vida de Isabel II en el atentado que perpetró en 1852 el cura Merino (el apóstata, no el guerrillero). La reina, que entonces tenía 22 años, salía del Palacio Real camino de Atocha “cuando el cura Martín Merino se acercó a ella, simulando entregar unos documentos, a la vez que asestaba una cuchillada con un puñal”. El sacerdote fue condenado a garrote vil y el corsé de la reina se guardó en el Palacio Real como una reliquia que milagrosamente había salvado la vida de la soberana.

Los corsés de Isabel II han dado bastante de sí. Cuentan que una vez se dejó uno olvidado en el salón japonés de L’hardy. Allí no sufrió un ataque terrorista sino uno de índole carnal con alguno de sus fieles militares. Lulueza-Fox tendría mucho trabajo si le dejaran indagar en los genes borbónicos. Quizás podría confirmar si Alfonso XII era hijo del general Puigmoltó.

Precisamente, dicen los maliciosos, los borbones modernos deben su relativa buena planta y donosura a la promiscuidad de Isabel II. Ya glosó en su día Jaime Campmany a propósito de esas fotografías que en 1995 se publicaron de Don Juan Carlos en bolas. “Dice que el Rey en las fotos/ sale con muy buena cara/ y tres palmos más abajo/ lo que se ve da la talla./ El cuadro que contempla/ en esas fotos de marras/ si no esplendor en la hierba,/ es esplendor en las aguas,/ bauprés que reposa al sol,/ foque, trinquete o mesana,/ así que al ver la bandera/ que el Fortuna lleva izada / salió de la espuma Venus/ exclamando ¡Viva España!”.

El conde Lecquio es bisnieto de Alfonso XIII, por lo que no hay que olvidar que sus hijos tienen un importante componente borbónico en su genoma. Álex Lecquio García presentará en los próximos días una ginebra llamada Gin Oro que se fabrica en Andalucía. Se trata de un muchacho muy educado que explica con buen humor el singular motivo de su iniciativa empresarial. Al parecer, su abuelo paterno era un gran aficionado a la ginebra. “Me han contado que por la mañana ya tenía su dry martini”. Él ha heredado su gusto. “Pero sólo un par de copas los fines de semana”.

La genética (y el ejemplo de Carlos II) nos enseña que es bueno introducir sangre nueva en las instituciones. Aunque a veces ésta entre por la vía putativa. No es el caso de Doña Letizia, que el pasado miércoles en la cena que los Reyes ofrecieron a Mauricio Macri y a su mujer, Juliana Awada, decidió echarse por encima todo lo que tenía de Reina como si fuera el juego del caballo Tozudo. ¿Cuál es la tiara más grande? ¿La de Ena? Pues ésa. ¿Y la banda más ancha? ¡Y dos brazaletes de diamantacos de Cartier! Así nos gusta. Que luzca.

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LA VIDA DE LOS OTROS

EMILIA LANDALUCE

25/02/2017

DOÑA LETIZIA SE ECHÓ TODO LO QUE TENÍA DE
REINA POR ENCIMA


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Carles Lulueza-Fox es un paleogenetista –“Hay gente pa tó”, le dijo Guerrita a Ortega y Gasset– que investiga en el Instituto de Biología Evolutiva en Barcelona. Según él, diez reyes de España y 36 de Francia (amén de cientos de duques, condes y marqueses de toda Europa) descienden de Hugo Capeto, elegido rey de los francos en 987. La genética, explica Lulueza-Fox, ha pesado mucho en la historia. La célebre consanguinidad. Carlos II “el hechizado” tenía un 25% de su genoma invariable, como si hubiera sido hijo de hermano con hermana. La genohistoria será próximamente una asignatura obligada para los estudiosos del pasado, aunque puede dar muchos disgustos a las casas reales. Los restos de Ricardo III –“A horse, a horse my kingdom for a horse” [con choteo: Caballo, caballo mi reino por un caballo]–, que se encontraron hace unos años en un aparcamiento, demostraron que la reina Isabel no desciende de él. “Convendrían más cotejos”, dice Lulueza-Fox en La Vanguardia. Desafortunadamente, es difícil que haya permisos.

Lógicamente, la genética daría algunas sorpresas a las casas reales reinantes. ¿Cambiaría algo? En el Museo del Romanticismo se expone estos días el corsé que salvó la vida de Isabel II en el atentado que perpetró en 1852 el cura Merino (el apóstata, no el guerrillero). La reina, que entonces tenía 22 años, salía del Palacio Real camino de Atocha “cuando el cura Martín Merino se acercó a ella, simulando entregar unos documentos, a la vez que asestaba una cuchillada con un puñal”. El sacerdote fue condenado a garrote vil y el corsé de la reina se guardó en el Palacio Real como una reliquia que milagrosamente había salvado la vida de la soberana.

Los corsés de Isabel II han dado bastante de sí. Cuentan que una vez se dejó uno olvidado en el salón japonés de L’hardy. Allí no sufrió un ataque terrorista sino uno de índole carnal con alguno de sus fieles militares. Lulueza-Fox tendría mucho trabajo si le dejaran indagar en los genes borbónicos. Quizás podría confirmar si Alfonso XII era hijo del general Puigmoltó.

Precisamente, dicen los maliciosos, los borbones modernos deben su relativa buena planta y donosura a la promiscuidad de Isabel II. Ya glosó en su día Jaime Campmany a propósito de esas fotografías que en 1995 se publicaron de Don Juan Carlos en bolas. “Dice que el Rey en las fotos/ sale con muy buena cara/ y tres palmos más abajo/ lo que se ve da la talla./ El cuadro que contempla/ en esas fotos de marras/ si no esplendor en la hierba,/ es esplendor en las aguas,/ bauprés que reposa al sol,/ foque, trinquete o mesana,/ así que al ver la bandera/ que el Fortuna lleva izada / salió de la espuma Venus/ exclamando ¡Viva España!”.

El conde Lecquio es bisnieto de Alfonso XIII, por lo que no hay que olvidar que sus hijos tienen un importante componente borbónico en su genoma. Álex Lecquio García presentará en los próximos días una ginebra llamada Gin Oro que se fabrica en Andalucía. Se trata de un muchacho muy educado que explica con buen humor el singular motivo de su iniciativa empresarial. Al parecer, su abuelo paterno era un gran aficionado a la ginebra. “Me han contado que por la mañana ya tenía su dry martini”. Él ha heredado su gusto. “Pero sólo un par de copas los fines de semana”.

La genética (y el ejemplo de Carlos II) nos enseña que es bueno introducir sangre nueva en las instituciones. Aunque a veces ésta entre por la vía putativa. No es el caso de Doña Letizia, que el pasado miércoles en la cena que los Reyes ofrecieron a Mauricio Macri y a su mujer, Juliana Awada, decidió echarse por encima todo lo que tenía de Reina como si fuera el juego del caballo Tozudo. ¿Cuál es la tiara más grande? ¿La de Ena? Pues ésa. ¿Y la banda más ancha? ¡Y dos brazaletes de diamantacos de Cartier! Así nos gusta. Que luzca.

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¿Dos parejas de culturas totalmente diferentes? Pues que ni me había enterado de tanta pero tanta diferencia cultural entre españoles y argentinos, empezando porque comparten desde el idioma hasta la religión preponderante y tantas otras cosas como por ejemplo grandes corrientes migratorias en uno y otro sentido y una parte de la historia entrelazada. Claro que no pretendo que los españoles beban mate o que los argentinos tengan corridas de toros pero leer que se diga que hay tanta diferencia cultural me sorprende.Teniendo en cuenta que un montón de argentinos tienen bisabuelos, abuelos o padres españoles y/o italianos y el tamaño de las comunidades argentina en España y española en Argentina la verdad no termino de asombrarme ante tamaña afirmación. Seguro que Letizia y Juliana se deben haber sentido como dos extrañas viniendo de culturas tan pero tan diferentes donde el papel de la mujer, la educación, los valores familiares , las tradiciones y todo pero todo es diametralmente distinto. My God!!!!!
 
Última edición:
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Más allá de que el make up de Awada me pareció horrible, es una mujer guapa y no necesita usar algo tan fuerte
(el labial rojo, los ojos, no, no, no!!!) creo que quien la maquilló cometió el mismo error que en estos casos:

faces.jpg

650_1200.jpg
victoria-beckam.jpg

Polvo y base sin tener en cuanta el efecto que queda cuando estás frente a los
flashes de las cámaras de fotos!!! Elemental!!! :banghead::banghead::banghead:
 
El detalle que menos me ha gustado del viaje, es verlas parlotear (parloteo iniciado por Lety), mientras saludan a los invitados.....sin dar siquiera tiempo a la persona saludada a que se vaya.
Es una muestra de mala educacion y desprecio, que me parece tremenda.
Los trajes..mejores o peores...mas o menos horteras...gustaran mas o menos al grupo cotillil...pero a mi esta descortesia me parece insultante.
Muestra una empatia cero de la "reina", un interes muy nimio por "su" plebe.
 
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Pues....para mi...no encaja....la familiaridad ante cámara desplegada por las dos señoras.
El rey y el presidente han actuado con mayor cordura.

Ya independientemente si está bien (que no lo está en ningún caso ), la mayor es que les he visto un aire de represenación de la alegria. Amėn de un manoseo impulsado por causa de una excitación nerviosa, que no se relaciona con la lógica. Y la logica es el razonamiento.
Y si razonamos, la conducta de estas dos no es logica.
No hablo de correcto o incorrecto, olvidemos lo de si fueron correctas, eso es otro tema. (Fue incorrecto sin duda).

Busquele usted una lógica.
¿Se conocian desde la infancia, llevaban sin verse 20 años y les dio un ataque de alegria?.
Pues NO.

Se puede ser simpatico, atento, cercano y encantador, sin protagonizar tantas escenas de toqueteo.
No fue por un chorro de simpatía.
Hubo ciertas miradas...un poco al estilo Bruni cuando tuvo delante aquel absurdo vestido gris.

Fue una representación de la alegria.
Y solas no las han dejado ir a ninguna parte.

¿Se habian visto antes?.
Creo que una vez.
Pues algo pasó.







 
Qué exageración, apelar a "My God" por no acordar con mi opinión. Era un intercambio con una forera sobre similitudes/diferencias en las expresiones y acercamientos físicos en la interacción entre los reyes y sus invitados. Ella dio su opinión, yo la mía. Nada grave. Además no sos ni española ni argentina, no hay por qué compartir mi idea, tampoco hay que saber de todos los temas. Es pretencioso. @emmaalbeit
 
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