El nuevo gobierno, última hora

Populistas,comunistas,bolivarianos,iranies,chavistas :whistle::whistle:


EMPRESAS

Crisis
El Gobierno colombiano interviene la filial de Gas Natural Fenosa en el país
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El consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca. EFE
13 Comentarios

Gas Natural reclama al Gobierno colombiano 1.100 millones en impagos de luz

15/11/2016 15:09
El Gobierno colombiano ha anunciado hoy la intervención de la filial del grupo Gas Natural Fenosa en el país tras la falta de un acuerdo entre ambas partes para capitalizar la compañía y garantizar el suministro eléctrico en la región del Caribe.

El ministro de Minas y Energía, German Arce, ha anunciado en su cuenta de twitter que "la toma de posesión de Electricaribe es la mejor alternativa para garantizar servicio de energía para familias e industria".

La toma de control se produce después de que ambas partes no llegaran a un acuerdo para hacer viable a la filial en una ronda de encuentros mantenidos al más alto nivel entre el Gobierno colombiano y la cúpula de la eléctrica española.

Gas Natural reclama 1.259 millones de euros en impagos de facturas de luz en la costa caribeña del país. El grupo había pedido a través de su presidente, Isidro Fainé, y su consejero delegado, Rafael Villaseca, una serie de garantías para inyectar hasta 60 millones de euros en la empresa y seguir operando en el país, según explican fuentes conocedoras de estos contactos. Estas "garantías" consistían principalmente en medidas de lucha contra el fraude y los impagos en la región.,

La intervención se llevará a cabo a través de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios con el argumento de "garantizar la prestación del servicio de energía eléctrica" en la región Caribe, según un comunicado del Gobierno colombiano.

"Buscamos solucionar este problema histórico de la mano de Gas Natural Fenosa accionista mayoritario de Electricaribe, pero no logramos en esta ronda de negociaciones un acuerdo para la capitalización de la empresa. Sin el financiamiento del plan de inversiones requerido, la única opción para proteger a las familias del Atlántico, Bolívar, La Guajira, Magdalena, Córdoba, Cesar y Sucre es la toma de posesión", dijo el ministro Arce.

"Acompañaremos y respaldaremos a la Superintendencia de Servicios Públicos que sabemos está preparada para este momento y ha activado los mecanismos legales para proteger a los usuarios. Que no quede la menor duda: Seguiremos trabajando para garantizar la energía que necesita el Caribe, a través de las inversiones del Plan5Caribe que venimos liderando, y de la revisión del modelo de prestación del servicio de energía", señaló.

El origen del conflicto radica en los continuos impagos que el grupo español sufre por distribuir la electricidad a 2,5 millones de personas que viven en la zona norte del país, frente a la costa del Mar Caribe. Se trata, según fuentes empresariales, de una de las regiones más pobres de Colombia, con una tasa de impagos del 80% ligada a los bajos índices de desarrollo y a una poderosa industria del fraude dedicada a hacer enganches a la red.

Desde este momento, existía un plazo de negociación de seis meses que, de no derivar en un acuerdo, puede provocar una denuncia de la empresa española ante la corte internacional de arbitraje del Ciadi.
 

Tristísimo, CARMEN2, pero ya lo ves, como quien oye llover... incluso los hay tan osados y sinvergüenzas que niegan esta realidad tan inmoral y vergonzosa e incluso les da igual. Valiente país de mierda tenemos si ya ni siquiera somos capaces de defender a niños y ancianos por su especial vulnerabilidad.
 
Tristísimo, CARMEN2, pero ya lo ves, como quien oye llover... incluso los hay tan osados y sinvergüenzas que niegan esta realidad tan inmoral y vergonzosa e incluso les da igual. Valiente país de mierda tenemos si ya ni siquiera somos capaces de defender a niños y ancianos por su especial vulnerabilidad.
La gente más vulnerable es la que tendría que estar totalmente protegida.
 
OPINIÓN

Soraya y Cataluña: la muñeca quiere hacer historia
El independentismo ha jugado el partido sin contrincante en el campo, sin enemigo en frente: el Gobierno Rajoy ni siquiera se ha vestido de corto.

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La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, promete su cargo ante el Rey. EFE
13.11.2016 - 04:00

Será difícil encontrar un español que no comparta la idea de que el desafío independentista catalán es el reto más grave al que se enfrenta España en mucho tiempo, tal como el propio Mariano Rajoy se encargó de subrayar en su reciente debate de investidura. Consciente por fin de la urgencia de hacer frente a semejante envite, el reelegido presidente ha decidido poner en manos de su poderosa ama de llaves, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, las competencias sobre las relaciones con las Comunidades Autónomas, eufemismo que esconde el encargo de hacer frente desde el punto de vista político al intento de golpe de Estado secesionista que está teniendo lugar en Barcelona. Soraya se convierte así en una especie de “ministra para Cataluña” a imagen y semejanza de ese “ministro para Escocia” que incluye el Gobierno británico. ¿Ha decidido por fin el señor Rajoy tomarse en serio el desafío más grave al que se enfrenta la unidad de España? ¿Es la señora Soraya la persona adecuada para hincarle el diente a ese conflicto?

Para nadie es un secreto que el Gobierno Rajoy ha vivido de espaldas al problema en la pasada legislatura, hasta el punto de que ese silencio, inacción para muchos suicida, ha terminado por convertirse en una de las situaciones más llamativas por desconcertantes de las ocurridas en España en los últimos años. Porque el independentismo ha jugado el partido sin contrincante en el campo, sin enemigo en frente: el Gobierno Rajoy ni siquiera se ha vestido de corto; simplemente se ha dedicado a guardar silencio y mirar hacia otro lado como si el asunto no fuera con él, limitándose, eso sí, a colgar en el perchero del Constitucional los reiterados incumplimientos de la ley por parte de los responsables de la Generalidad. La situación ha llegado a alcanzar ese punto kafkiano capaz de provocar ataques de ansiedad, cuando no de pura desesperación, en los responsables del prusés, frustrados por la falta de eco que con tanta y tan fatal determinación pretendían arrancar de Madrid.

¿Ha decidido por fin el señor Rajoy tomarse en serio el desafío más grave al que se enfrenta la unidad de España? ¿Es la señora Soraya la persona adecuada para hincarle el diente a ese conflicto?

Resultado de esa ignorancia deliberada, el prusés se ha ido cociendo en su propia salsa, hasta el punto de presentar hoy la fatiga de materiales que luce la mayor parte de sus líderes, con Artur Mas convertido en un cadáver insepulto al que ha sido necesario reemplazar por un Carles Puigdemontde quita y pon, un subalterno en manos de esa burguesía convergente incapaz de atisbar una salida al callejón del gato en que se ha metido. En medio, Oriol Junqueras, el más listo, el cínico gatopardo florentino que sabe que la independencia es imposible pero que ni quiere ni seguramente puede bajarse en marcha de ese tren. Sin enemigo en frente y con todo el aparato mediático a favor, los partidarios del prusés se mantienen inalterables en los últimos años, fluctuando entre el 25% y el 30% del censo electoral catalán, cabreados al margen, que no son pocos. El movimiento independentista acusa el desgaste provocado por el silencioso desdén del PP, por un lado, y por la violencia revolucionaria de las CUP, por otro, la izquierda radical antisistema que tiene al Govern entre la espada y la pared y que se ha convertido en el fantasma que amenaza el nivel vida de las clases medias catalanas.

El nuevo Gobierno ha traído de bueno la despedida de García-Margallo o el absurdo de un ministro empeñado, no se sabe si por inspiración rajoyesca o por imperativo indeclinable del soberbio ego que el tipo cultiva, en chapotear en el charco independentista como si el problema catalán fuera materia propia del ministerio de Asuntos Exteriores, que hasta ahí ha llegado el absurdo. Lo de Margallo, por supuesto, y el fin de la vía de agua que para el primer Gobierno Rajoy ha supuesto la presencia en el mismo de Jorge Fernández Díaz, unministro con el techo de cristal tras haber vivido muchos años a la sombra de Jordi Pujol y sus dineros. Se acabaron los intentos espurios de negociar bajo la mesa. Rajoy se ha librado de tan burdo equipaje y además ha hecho algo mejor: reforzar la capacidad negociadora de su Gobierno en la esfera internacional, en general, y en la UE, en particular, con el nombramiento como titular de Exteriores de un diplomático como Alfonso Dastis, la continuidad de un Méndez de Vigo que conoce bien los vericuetos de Bruselas, la permanencia en Economía de Luis de Guindos, buen amigo del poderoso Wolfgang Schäuble, y la presencia en Agricultura de Isabel García Tejerina, una mujer que también sabe moverse con soltura en Bruselas.

Bloqueo al independentismo en el exterior
Se trata de cegar esas vías de aprovisionamiento de apoyo exterior que con más voluntad que acierto intenta abrir ese peculiar Puigdemont que el miércoles felicitaba a Trump (“Congratulations to Donald Trump. I hope that the longstanding relationship between our nations continues to flourish in the years ahead”) con una desenvoltura digna de mejor causa. Igualdad entre “nuestras naciones” o ausencia de control que sobre nuestra representación supone la falta de sentido del ridículo, sensación de un bochorno aceptado por unos pocos y mansamente consentido por otros muchos. La imposibilidad de tejer redes de complicidad en el exterior supone una suerte de muerte lenta para un prusés que ahora se mantiene expectante ante el desembarco en Barcelona de esa especie de virreina catalana nacida en Valladolid y apellidada Sáenz de Santamaría. Conviene aclarar enseguida que ella ha sido a partir de diciembre de 2011 la gran responsable de la inacción del Ejecutivo en Cataluña, la fuente de esa incierta doctrina del “hands off” según la cual el Gobierno del PP no podía involucrarse ni remotamente en algo que pudiera recordar, salvadas todas las distancias, a los GAL de don Felipe González.

El Estado ha desaparecido de Cataluña. Un resultado demoledor, quizá mejor desolador, para quienes, contra los elementos, han intentado mal que bien defender la idea de una Cataluña formada por ciudadanos libres capaces de sentir un cierto confort en su doble condición de catalanes y españoles. Un erial. Casi un crimen, cuyas consecuencias nos han conducido al paisaje desolado que hoy divisamos más allá del Ebro. Tras años de inmovilismo, Rajoy parece al fin convencido de que el tiempo no arregla todos los problemas, por mucho que a veces contribuya a macerarlos y acercarlos al punto de maduración. En la tónica del “aquí ya nadie entiende nada” que preside la mayoría de las conversaciones en Barcelona, el sentir general apunta a que “el prusés está maduro”, es decir, reclama a gritos una salida pactada que permita a los convergentes salvar la cara sin que se note, acabando con la insolencia de las CUP y asegurando libertad y propiedad hoy seriamente amenazadas. Y el PP se ve tentado por la oportunidad si no de acabar con un contencioso con el que estamos condenados a convivir, de acuerdo con la célebre receta de Ortega, sí al menos darle hilo a la cometa y lograr un arreglo para una serie de años.

El sentir general apunta a que “el prusés está maduro”, es decir, reclama a gritos una salida pactada que permita a los convergentes salvar la cara sin que se note

El desafío parece tener fecha fija en ese referéndum unilateral con el que, en su huida hacia adelante, se ha embarcado el Govern para el mes de septiembre de 2017, que muy bien podría terminar reconvertido, en idéntica fecha, en elecciones autonómicas de carácter plebiscitario donde catalanes y españoles se jugarían buena parte de su futuro, porque no sería descartable que de las mismas saliera una Convergencia reducida a cenizas y un Govern formado por la alianza entre Catalunya en Comú (Colau, Domènechet al), ERC y la CUP, un tripartito de extrema izquierda que dejaría convertido en un juego de niños el que en su día presidió Montilla. Es lo que suele ocurrir cuando la élite dominante pierde el oremus y decide hacer mangas y capirotes con la ley: que los antisistema acaban arrollándole. En ese charco pretende desembarcar esa chica tan lista, tan laboriosa, tan tenaz, apellidada Sáenz de Santamaría, una mujer dispuesta a hacer historia. Su fórmula tiene que ver con ese “principio de ordinalidad” que preside las transferencias financieras entre los Länder alemanes, según el cual la solidaridad entre los Estados Federales, aun sin estar sometida a límites, no puede alterar el orden en lo que a riqueza y capacidad financiera de cada uno de ellos se refiere tras las correspondientes transferencias.

Un fondo de compensación para Andalucía y Extremadura
La aplicación de esa “ordinalidad”, un término que a partir de ahora se va a hacer popular entre nosotros, garantizaría la entrada en las arcas de la Generalitat de cerca de 3.000 millones de euros más. Eso, y la aceptación por Madrid de buena parte de las 23 demandas presentadas por Mas a Rajoy el 1 de agosto de 2014 como Memorial de Greuges (memorial de agravios), todo ello enmarcado en la correspondiente reforma constitucional. El Estado, por lo demás, se vería obligado a crear un Fondo de Solidaridad para atender a Extremadura y Andalucía, principales perjudicadas por la citada “ordinalidad”. Puigdemont ya conoce la partitura y no le disgusta la música: “sobre esa base podríamos llegar a un acuerdo”, ha declarado a su contraparte madrileña. “No hay que inventar nada: se trata de aprovechar la experiencia alemana replicando su modelo y descartando lo que allí no ha funcionado”. Este es el equipaje con el que la Virreina catalana se dispone a aterrizar en una Barcelona que valora mucho la buena relación que ha establecido con Junqueras, el hombre que mueve los hilos en la sombra, el auténtico factótum del prusés.

Rajoy duda, es lo suyo, y lo hace porque teme la reacción en contra de buena parte del partido y del propio electorado popular, a quien habría que “preparar” para que tragara mansamente la píldora. Como es fácil imaginar, en el PP catalán no saben una palabra de estas maniobras orquestales en la oscuridad, que así funcionan las cosas en el partido de la derecha española. Un plan que, en todo caso, vendría salpimentado con las correspondientes y solemnes declaraciones de firmeza, de impostada defensa de la ley “frente a quienes quieren romper la unidad de España” por parte de la agresiva “Brigada Aranzadi” que comanda la vicepresidenta, la mujer con más poder político en la España actual. No se dejen engañar: las bases de un eventual acuerdo parecen sentadas; toca ahora hincar el diente y dar la cara. Difícil y plagado de incertidumbre, cierto, pero sin riesgo no hay recompensa.
 
CATALUÑA
Fallece una anciana a la que habían cortado la luz, por un incendio con una vela
79 Comentarios

  • ROBERTO VILLARREAL
  • Tarragona
14/11/2016 19:07
Una anciana que vivía sola en la céntrica calle Santa Anna de Reus falleció en la madrugada de ayer a consecuencia de la inhalación de gases tóxicos tras un incendio provocado por una vela al caer sobre el colchón en que dormía, según la hipótesis que manejan los investigadores de los Bomberos de la Generalitat y Mossos d'Esquadra. La mujer, de 81 años, se las arreglaba para sobrevivir sin electricidad ya que le habían cortado la luz hacía dos meses por impago.

En la vivienda del 2ºB en que habitaba la fallecida, uno de los seis pisos de un inmueble de tres plantas, todavía se podían observar restos de otras velas en las distintas estancias. Los bomberos creen que el fuego se inició sobre las 3,30 horas en el dormitorio; en la reconstrucción del suceso, la mujer, sobresaltada por las llamas, cayó al suelo al tratar de huir y ya no pudo levantarse. A su llegada, los efectivos del SEM (Servicio de Emergencias Médicas) no pudieron hacer nada por su vida pese a realizarle las maniobras de reanimación. Un hombre de 43 años y un menor también fueron atendidos con síntomas de ansiedad.

El fuego, controlado en poco más de media hora, ha quemado parcialmente el dormitorio, pero ha respetado el resto del piso en el que llama la atención la extrema humildad, rayana en la indigencia, con que vivía la difunta. El edificio fue desalojado hasta que el humo desapareció por completo y los bomberos comprobaron que no existían daños en la estructura. Durante todo el día de ayer permanecieron abiertas puertas y ventanas para airear el inmueble y eliminar el fuerte olor a quemado.

Tras el aviso de incendio, efectuado por un vecino al percatarse de la humareda en la escalera, una decena de dotaciones de bomberos, Mossos y SEM llegaron al número 18 de Santa Anna en apenas 10 minutos e inmediatamente desalojaron el edificio. Varios de los afectados, que pasaron unas tres horas en la calle, relataron la tensión vivida antes de conocer el fatal desenlace: "Hemos estado -describió una joven madre de la vecindad- fuera hasta las 7,30, mientras los bomberos comprobaban que todo está bien, ya hemos podido entrar en casa, pero el olor es todavía muy molesto; por desgracia nos han comunicado que nuestra vecina no va a despertar... No sabíamos que no le alcanzaba para pagar la luz".
Leí la noticia esta mañana, y me puse a llorar. Es de no creer. De no creer.
 
Que lo sepa todo el mundo, ni el Gobierno del PP (que legisla a favor del poder financiero y las compañías suministradoras), ni la Generalitat de Cataluña en este caso ni la Administración están haciendo nada para solucionar estos dramas. Muy al contrario, miran para otro lado -con muy buenas palabras, eso sí- y fomentan con ello estas tragedias. Se pasan la pelota unos a otros, nadie asume responsabilidades y tampoco parecen conmoverse como debieran ante hechos tan graves. ¿Cómo es posible cortar los suministros a personas en altísimo riesgo de exclusión social? ¿a familias que han perdido su empleo y no disponen de ingresos suficientes? ¿a gente con economías miserables o pensiones sumamente exiguas?. Es criminal lo que está ocurriendo en nuestro país. Estoy asqueada de tanta inmoralidad y tanta indecencia como nos rodea.

Me gustaría saber de qué democracia nos hablan esos mismos que la mancillan cada vez que nombran la palabra. Qué democracia nos asiste cuando son los mismos ciudadanos puteados quienes, a través de enérgicas protestas, ayuda y colaboración mutua, alivian en la medida de lo posible semejantes atropellos.

Que se enteren bien, quien no pueda pagar el ladroneo sistemático que se traen las energéticas no debe estar condenado a vivir en la oscuridad ni a pasar frío en su propia casa. Y los ciudadanos que estamos sobradamente sensibilizados con este tema, no lo vamos a permitir. Se pongan como se pongan y pese a quien pese, canallas.
 
OPINIÓN

Soraya y Cataluña: la muñeca quiere hacer historia
El independentismo ha jugado el partido sin contrincante en el campo, sin enemigo en frente: el Gobierno Rajoy ni siquiera se ha vestido de corto.

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La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, promete su cargo ante el Rey. EFE
13.11.2016 - 04:00

Será difícil encontrar un español que no comparta la idea de que el desafío independentista catalán es el reto más grave al que se enfrenta España en mucho tiempo, tal como el propio Mariano Rajoy se encargó de subrayar en su reciente debate de investidura. Consciente por fin de la urgencia de hacer frente a semejante envite, el reelegido presidente ha decidido poner en manos de su poderosa ama de llaves, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, las competencias sobre las relaciones con las Comunidades Autónomas, eufemismo que esconde el encargo de hacer frente desde el punto de vista político al intento de golpe de Estado secesionista que está teniendo lugar en Barcelona. Soraya se convierte así en una especie de “ministra para Cataluña” a imagen y semejanza de ese “ministro para Escocia” que incluye el Gobierno británico. ¿Ha decidido por fin el señor Rajoy tomarse en serio el desafío más grave al que se enfrenta la unidad de España? ¿Es la señora Soraya la persona adecuada para hincarle el diente a ese conflicto?

Para nadie es un secreto que el Gobierno Rajoy ha vivido de espaldas al problema en la pasada legislatura, hasta el punto de que ese silencio, inacción para muchos suicida, ha terminado por convertirse en una de las situaciones más llamativas por desconcertantes de las ocurridas en España en los últimos años. Porque el independentismo ha jugado el partido sin contrincante en el campo, sin enemigo en frente: el Gobierno Rajoy ni siquiera se ha vestido de corto; simplemente se ha dedicado a guardar silencio y mirar hacia otro lado como si el asunto no fuera con él, limitándose, eso sí, a colgar en el perchero del Constitucional los reiterados incumplimientos de la ley por parte de los responsables de la Generalidad. La situación ha llegado a alcanzar ese punto kafkiano capaz de provocar ataques de ansiedad, cuando no de pura desesperación, en los responsables del prusés, frustrados por la falta de eco que con tanta y tan fatal determinación pretendían arrancar de Madrid.

¿Ha decidido por fin el señor Rajoy tomarse en serio el desafío más grave al que se enfrenta la unidad de España? ¿Es la señora Soraya la persona adecuada para hincarle el diente a ese conflicto?

Resultado de esa ignorancia deliberada, el prusés se ha ido cociendo en su propia salsa, hasta el punto de presentar hoy la fatiga de materiales que luce la mayor parte de sus líderes, con Artur Mas convertido en un cadáver insepulto al que ha sido necesario reemplazar por un Carles Puigdemontde quita y pon, un subalterno en manos de esa burguesía convergente incapaz de atisbar una salida al callejón del gato en que se ha metido. En medio, Oriol Junqueras, el más listo, el cínico gatopardo florentino que sabe que la independencia es imposible pero que ni quiere ni seguramente puede bajarse en marcha de ese tren. Sin enemigo en frente y con todo el aparato mediático a favor, los partidarios del prusés se mantienen inalterables en los últimos años, fluctuando entre el 25% y el 30% del censo electoral catalán, cabreados al margen, que no son pocos. El movimiento independentista acusa el desgaste provocado por el silencioso desdén del PP, por un lado, y por la violencia revolucionaria de las CUP, por otro, la izquierda radical antisistema que tiene al Govern entre la espada y la pared y que se ha convertido en el fantasma que amenaza el nivel vida de las clases medias catalanas.

El nuevo Gobierno ha traído de bueno la despedida de García-Margallo o el absurdo de un ministro empeñado, no se sabe si por inspiración rajoyesca o por imperativo indeclinable del soberbio ego que el tipo cultiva, en chapotear en el charco independentista como si el problema catalán fuera materia propia del ministerio de Asuntos Exteriores, que hasta ahí ha llegado el absurdo. Lo de Margallo, por supuesto, y el fin de la vía de agua que para el primer Gobierno Rajoy ha supuesto la presencia en el mismo de Jorge Fernández Díaz, unministro con el techo de cristal tras haber vivido muchos años a la sombra de Jordi Pujol y sus dineros. Se acabaron los intentos espurios de negociar bajo la mesa. Rajoy se ha librado de tan burdo equipaje y además ha hecho algo mejor: reforzar la capacidad negociadora de su Gobierno en la esfera internacional, en general, y en la UE, en particular, con el nombramiento como titular de Exteriores de un diplomático como Alfonso Dastis, la continuidad de un Méndez de Vigo que conoce bien los vericuetos de Bruselas, la permanencia en Economía de Luis de Guindos, buen amigo del poderoso Wolfgang Schäuble, y la presencia en Agricultura de Isabel García Tejerina, una mujer que también sabe moverse con soltura en Bruselas.

Bloqueo al independentismo en el exterior
Se trata de cegar esas vías de aprovisionamiento de apoyo exterior que con más voluntad que acierto intenta abrir ese peculiar Puigdemont que el miércoles felicitaba a Trump (“Congratulations to Donald Trump. I hope that the longstanding relationship between our nations continues to flourish in the years ahead”) con una desenvoltura digna de mejor causa. Igualdad entre “nuestras naciones” o ausencia de control que sobre nuestra representación supone la falta de sentido del ridículo, sensación de un bochorno aceptado por unos pocos y mansamente consentido por otros muchos. La imposibilidad de tejer redes de complicidad en el exterior supone una suerte de muerte lenta para un prusés que ahora se mantiene expectante ante el desembarco en Barcelona de esa especie de virreina catalana nacida en Valladolid y apellidada Sáenz de Santamaría. Conviene aclarar enseguida que ella ha sido a partir de diciembre de 2011 la gran responsable de la inacción del Ejecutivo en Cataluña, la fuente de esa incierta doctrina del “hands off” según la cual el Gobierno del PP no podía involucrarse ni remotamente en algo que pudiera recordar, salvadas todas las distancias, a los GAL de don Felipe González.

El Estado ha desaparecido de Cataluña. Un resultado demoledor, quizá mejor desolador, para quienes, contra los elementos, han intentado mal que bien defender la idea de una Cataluña formada por ciudadanos libres capaces de sentir un cierto confort en su doble condición de catalanes y españoles. Un erial. Casi un crimen, cuyas consecuencias nos han conducido al paisaje desolado que hoy divisamos más allá del Ebro. Tras años de inmovilismo, Rajoy parece al fin convencido de que el tiempo no arregla todos los problemas, por mucho que a veces contribuya a macerarlos y acercarlos al punto de maduración. En la tónica del “aquí ya nadie entiende nada” que preside la mayoría de las conversaciones en Barcelona, el sentir general apunta a que “el prusés está maduro”, es decir, reclama a gritos una salida pactada que permita a los convergentes salvar la cara sin que se note, acabando con la insolencia de las CUP y asegurando libertad y propiedad hoy seriamente amenazadas. Y el PP se ve tentado por la oportunidad si no de acabar con un contencioso con el que estamos condenados a convivir, de acuerdo con la célebre receta de Ortega, sí al menos darle hilo a la cometa y lograr un arreglo para una serie de años.

El sentir general apunta a que “el prusés está maduro”, es decir, reclama a gritos una salida pactada que permita a los convergentes salvar la cara sin que se note

El desafío parece tener fecha fija en ese referéndum unilateral con el que, en su huida hacia adelante, se ha embarcado el Govern para el mes de septiembre de 2017, que muy bien podría terminar reconvertido, en idéntica fecha, en elecciones autonómicas de carácter plebiscitario donde catalanes y españoles se jugarían buena parte de su futuro, porque no sería descartable que de las mismas saliera una Convergencia reducida a cenizas y un Govern formado por la alianza entre Catalunya en Comú (Colau, Domènechet al), ERC y la CUP, un tripartito de extrema izquierda que dejaría convertido en un juego de niños el que en su día presidió Montilla. Es lo que suele ocurrir cuando la élite dominante pierde el oremus y decide hacer mangas y capirotes con la ley: que los antisistema acaban arrollándole. En ese charco pretende desembarcar esa chica tan lista, tan laboriosa, tan tenaz, apellidada Sáenz de Santamaría, una mujer dispuesta a hacer historia. Su fórmula tiene que ver con ese “principio de ordinalidad” que preside las transferencias financieras entre los Länder alemanes, según el cual la solidaridad entre los Estados Federales, aun sin estar sometida a límites, no puede alterar el orden en lo que a riqueza y capacidad financiera de cada uno de ellos se refiere tras las correspondientes transferencias.

Un fondo de compensación para Andalucía y Extremadura
La aplicación de esa “ordinalidad”, un término que a partir de ahora se va a hacer popular entre nosotros, garantizaría la entrada en las arcas de la Generalitat de cerca de 3.000 millones de euros más. Eso, y la aceptación por Madrid de buena parte de las 23 demandas presentadas por Mas a Rajoy el 1 de agosto de 2014 como Memorial de Greuges (memorial de agravios), todo ello enmarcado en la correspondiente reforma constitucional. El Estado, por lo demás, se vería obligado a crear un Fondo de Solidaridad para atender a Extremadura y Andalucía, principales perjudicadas por la citada “ordinalidad”. Puigdemont ya conoce la partitura y no le disgusta la música: “sobre esa base podríamos llegar a un acuerdo”, ha declarado a su contraparte madrileña. “No hay que inventar nada: se trata de aprovechar la experiencia alemana replicando su modelo y descartando lo que allí no ha funcionado”. Este es el equipaje con el que la Virreina catalana se dispone a aterrizar en una Barcelona que valora mucho la buena relación que ha establecido con Junqueras, el hombre que mueve los hilos en la sombra, el auténtico factótum del prusés.

Rajoy duda, es lo suyo, y lo hace porque teme la reacción en contra de buena parte del partido y del propio electorado popular, a quien habría que “preparar” para que tragara mansamente la píldora. Como es fácil imaginar, en el PP catalán no saben una palabra de estas maniobras orquestales en la oscuridad, que así funcionan las cosas en el partido de la derecha española. Un plan que, en todo caso, vendría salpimentado con las correspondientes y solemnes declaraciones de firmeza, de impostada defensa de la ley “frente a quienes quieren romper la unidad de España” por parte de la agresiva “Brigada Aranzadi” que comanda la vicepresidenta, la mujer con más poder político en la España actual. No se dejen engañar: las bases de un eventual acuerdo parecen sentadas; toca ahora hincar el diente y dar la cara. Difícil y plagado de incertidumbre, cierto, pero sin riesgo no hay recompensa.

El desafío más grande con que se enfrenta España es la miseria en la que están dejando a una gran parte de la población.

Muy bien les viene el desafío independentista, sabedores de que eso les garantiza un buen puñados de votos una y otra vez. Como si España les importase...
 
Populistas,comunistas,bolivarianos,iranies,chavistas :whistle::whistle:


EMPRESAS

Crisis
El Gobierno colombiano interviene la filial de Gas Natural Fenosa en el país
14792189928954.jpg

El consejero delegado de Gas Natural Fenosa, Rafael Villaseca. EFE
13 Comentarios

Gas Natural reclama al Gobierno colombiano 1.100 millones en impagos de luz

15/11/2016 15:09
El Gobierno colombiano ha anunciado hoy la intervención de la filial del grupo Gas Natural Fenosa en el país tras la falta de un acuerdo entre ambas partes para capitalizar la compañía y garantizar el suministro eléctrico en la región del Caribe.

El ministro de Minas y Energía, German Arce, ha anunciado en su cuenta de twitter que "la toma de posesión de Electricaribe es la mejor alternativa para garantizar servicio de energía para familias e industria".

La toma de control se produce después de que ambas partes no llegaran a un acuerdo para hacer viable a la filial en una ronda de encuentros mantenidos al más alto nivel entre el Gobierno colombiano y la cúpula de la eléctrica española.

Gas Natural reclama 1.259 millones de euros en impagos de facturas de luz en la costa caribeña del país. El grupo había pedido a través de su presidente, Isidro Fainé, y su consejero delegado, Rafael Villaseca, una serie de garantías para inyectar hasta 60 millones de euros en la empresa y seguir operando en el país, según explican fuentes conocedoras de estos contactos. Estas "garantías" consistían principalmente en medidas de lucha contra el fraude y los impagos en la región.,

La intervención se llevará a cabo a través de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios con el argumento de "garantizar la prestación del servicio de energía eléctrica" en la región Caribe, según un comunicado del Gobierno colombiano.

"Buscamos solucionar este problema histórico de la mano de Gas Natural Fenosa accionista mayoritario de Electricaribe, pero no logramos en esta ronda de negociaciones un acuerdo para la capitalización de la empresa. Sin el financiamiento del plan de inversiones requerido, la única opción para proteger a las familias del Atlántico, Bolívar, La Guajira, Magdalena, Córdoba, Cesar y Sucre es la toma de posesión", dijo el ministro Arce.

"Acompañaremos y respaldaremos a la Superintendencia de Servicios Públicos que sabemos está preparada para este momento y ha activado los mecanismos legales para proteger a los usuarios. Que no quede la menor duda: Seguiremos trabajando para garantizar la energía que necesita el Caribe, a través de las inversiones del Plan5Caribe que venimos liderando, y de la revisión del modelo de prestación del servicio de energía", señaló.

El origen del conflicto radica en los continuos impagos que el grupo español sufre por distribuir la electricidad a 2,5 millones de personas que viven en la zona norte del país, frente a la costa del Mar Caribe. Se trata, según fuentes empresariales, de una de las regiones más pobres de Colombia, con una tasa de impagos del 80% ligada a los bajos índices de desarrollo y a una poderosa industria del fraude dedicada a hacer enganches a la red.

Desde este momento, existía un plazo de negociación de seis meses que, de no derivar en un acuerdo, puede provocar una denuncia de la empresa española ante la corte internacional de arbitraje del Ciadi.

Las empresas de gas, agua y electricidad deben estar en manos del Estado porque los servicios más básicos e irrenunciables para la vida humana constituyen derecho y nunca deben ser un negocio.
 
Tal y como están las cosas, creo que a los votantes del PP se les impone un serio ejercicio de autocrítica y reflexión, porque con su voto están validando y permitiendo cosas muy graves, por ejemplo lo sucedido a esta pobre anciana. Las políticas del gobierno son las que son, a favor siempre del poder financiero y las empresas suministradoras.

No existe legislación estatal alguna que ate en corto a estas mafias, permitiendo sistemáticamente precios abusivos que no paran de aumentar e incrementando obscenamente el beneficio de las mismas. A las familias, no sólo se las desahucia de su hogar por no poder pagar hipotecas o alquileres sin ofrecerles la mayoría de veces una digna alternativa habitacional (consecuencia de haber perdido el empleo o tener ingresos ridículos y vergonzosos) sino que también se las condena a vivir sin los elementos esenciales para la vida: agua, luz y gas.

La gente, -esos que trabajaban y ganaban razonablemente para llevar una vida al menos medianamente digna-, no quiere vivir gratis tumbándose a la bartola, quiere oportunidades a las que tiene pleno derecho en proporción a sus ingresos actuales. Y si desgraciadamente los ingresos son cero, el pago ha de serlo igualmente.

No se trata de llorar, cosa que nos honra y hemos hecho muchos, se trata de analizar dónde estamos, qué queremos para nuestro país y hacia dónde nos dirigimos de continuar así. No sólo por nosotros, sino por las generaciones futuras que harán preguntas seguramente y deberemos contestar.

Un país en el que, de diez incendios que se producen en los hogares, seis se deben a pobreza energética no me parece motivo de orgullo. Y no lo digo yo, lo dicen los bomberos que lidian con estos dramas. Un país en el que se desahucia a miles de familias -haya niños, enfermos, ancianos o no los haya- es un país indecente e incivilizado. Un país donde se suicidan ciudadanos porque lo han perdido todo, y desesperados, no sabían o no podían salir adelante es un país con demasiada vergüenza encima como para presumirlo y enarbolar su bandera.

Desde que comenzó esta estafa que algunos se empeñan en llamar crisis, ha habido y hay gente "viviendo" en cuevas en mitad del campo, en trasteros, en garajes, en locales comerciales, bajo puentes en plena carretera, en tiendas de campaña... en donde pueden y como pueden.

De no ser por esas personas admirables que dedican su tiempo y esfuerzo en ayudar a los demás, a quienes han caído en desgracia, no quiero pensar qué hubiera sido de tantas y tantas familias, dónde estarían y cómo hubiesen terminado.

Y esto, queridos foreros, también es España. A pesar de que a algunos les moleste y quieran ocultarlo.
 
Última edición:
Bruselas ha dicho que ha sido blanda con España. El déficit que ha presentado Rajoy está por encima del que se comprometió, creo que un 4℅. Bruselas no está contento, dice que las cuentas de Rajoy no son serias ni de fiar. Y que fueron blandos con España.
 
Que lo sepa todo el mundo, ni el Gobierno del PP (que legisla a favor del poder financiero y las compañías suministradoras), ni la Generalitat de Cataluña en este caso ni la Administración están haciendo nada para solucionar estos dramas. Muy al contrario, miran para otro lado -con muy buenas palabras, eso sí- y fomentan con ello estas tragedias. Se pasan la pelota unos a otros, nadie asume responsabilidades y tampoco parecen conmoverse como debieran ante hechos tan graves. ¿Cómo es posible cortar los suministros a personas en altísimo riesgo de exclusión social? ¿a familias que han perdido su empleo y no disponen de ingresos suficientes? ¿a gente con economías miserables o pensiones sumamente exiguas?. Es criminal lo que está ocurriendo en nuestro país. Estoy asqueada de tanta inmoralidad y tanta indecencia como nos rodea.

Me gustaría saber de qué democracia nos hablan esos mismos que la mancillan cada vez que nombran la palabra. Qué democracia nos asiste cuando son los mismos ciudadanos puteados quienes, a través de enérgicas protestas, ayuda y colaboración mutua, alivian en la medida de lo posible semejantes atropellos.

Que se enteren bien, quien no pueda pagar el ladroneo sistemático que se traen las energéticas no debe estar condenado a vivir en la oscuridad ni a pasar frío en su propia casa. Y los ciudadanos que estamos sobradamente sensibilizados con este tema, no lo vamos a permitir. Se pongan como se pongan y pese a quien pese, canallas.
Se han hecho concentraciones en Madrid el mes pasado.donde miles de ciudadanos con velas han manifestado su rechazo a lo que está pasando con las eléctricas y no ha salido en prensa, en radio y TV.Como si no hubiera existido repulsa alguna.No se que más tiene que pasar para que el resto de la gente diga ¡¡Basta ya !!! tres años insistiendo en apagar la corriente a la diez de la noche durante media hora,como respuestas a las eléctricas y solo lo han hecho las minorías de siempre.Cuando los demás quieran reaccionar será ya tarde y de nada sirve rasgarse las vestiduras.
 
Se han hecho concentraciones en Madrid el mes pasado.donde miles de ciudadanos con velas han manifestado su rechazo a lo que está pasando con las eléctricas y no ha salido en prensa, en radio y TV.Como si no hubiera existido repulsa alguna.No se que más tiene que pasar para que el resto de la gente diga ¡¡Basta ya !!! tres años insistiendo en apagar la corriente a la diez de la noche durante media hora,como respuestas a las eléctricas y solo lo han hecho las minorías de siempre.Cuando los demás quieran reaccionar será ya tarde y de nada sirve rasgarse las vestiduras.

Hoy hay sonadas protestas en Reus (Ayuntamiento) y Barcelona (Generalitat).
 
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