Marian Rojas Estapé , psiquiatra y escritora. Familia Rojas Estapé.

¿ ahora es una "noticia " que alguien se meta a monja de clausura ?
pues vale .
es una salida profesional como cualquier otra .
Bergolio se metió a cura y acabó siendo Jefe de Estado.
Para las mujeres católicas todavía no hay esa posibilidad pero ¡quien sabe! , tal vez las monjas jóvenes de hoy sean las que cambien la Iglesia del mañana.
Y si se cansa y lo deja , nadie la va a lapidar o azotar en una plaza pública
 
Lo triste no es que Sor Almudena se haya metido a monja de clausura. Por mí como si se quiere tirar por un barranco.
Lo triste es que la pobre muchacha tiene lavado el cerebro. Lo manifiesta al afirmar que se puso en contacto con Dios y que Dios le pidió que hiciera tal cosa. Dios (en el supuesto de que exista) no se manifiesta así. Su padre, el falso psiquiatra, debería especializarse en este tipo de patologías.

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Su madre es amiga de Isabel Tocino, también opusina. Dios las crías y ellas se juntan.

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A la boda de su hermana Marian asistieron José Manuel Soria, ministro de Industria, y Ana Pastor, ministra de Fomento. Todo queda en casa.

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La chica dijo en el vídeo que tenía pensado dedicarse a la política. ¿A qué partido pensaba afiliarse? A Podemos fijo que no.
 
Última edición:
Bueno, eso es una opinión, no econtrarás ni rastro de eso en el DSM ni un psiquiatra que te diga que es una patología. NO lo compares con extremistas y terroristas que van a matar a otros, porque no son cosas comparables, y no , no son todos iguales. ¿Quieres decir que todas las monjas son equiparables a los terroristas del ISIS?

¿Ellos también?
http://www.elmundo.es/sociedad/2015/10/15/561ff648268e3e9f4f8b46b6.html
Héroes que no quieren serlo

Celia Macho y Adolfo Zon, misioneros en África y el Amazonas, explican en Madrid sus experiencias con motivo del Domund

Los dos religiosos han pasado más de dos décadas en el extranjero ayudando a los demás


  • JOSÉ MANUEL VIDAL
  • Madrid
ACTUALIZADO 15/10/201521:08
No son héroes y lo saben. Incluso les molesta la palabra. Los misioneros son hombres y mujeres que lo dan todo (su vida) por los demás. Testigos de la misericordia en las periferias. Para muestra, dos botones: la hermana Celia Macho, misionera comboniana durante 37 años en África, y monseñor Adolfo Zon, misionero javeriano en el Amazonas durante 21 años. Ayer, con motivo delDomund, presentaron sus testimonios en Madrid.

La hermana Celia lleva 23 años de entrega misionera en su mochila vital, repleta de alegría y satisfacciones, en África. Unos años en Kenia, pero la mayoría enUganda, un país que la hechizó y le cambió el corazón.

Menor de siete hermanos de una familia madrileña, se hizo monja y misionera por culpa del lema del cartel del Domund de 1973, que rezaba así: «Tu fe es un compromiso misionero». Ingresó en las misioneras combonianas y, desde entonces, ha experimentado en carne propia «ese derroche de Dios conmigo».

De hecho, a los pocos días de llegar a Uganda en su primer destino misionero, recibió la visita de dos mujeres, que llamaron a la puerta de la casa donde se encontraba y se anunciaron así: «Venimos a ver a Dios». Por eso, la hermana confiesa apabullada: «Los africanos ven en nosotras a los mensajeros de Dios».

Mensajeros que derrochan entrega y hasta hacen milagros. «Durante todos estos años, he visto muchos milagros de la misericordia de Dios». Los ha visto, los ha tocado con las manos y hasta los ha provocado con sus cursillos de sanación y de reconciliación.

Sanación para un país asolado por la guerra del fanático Joseph Kony, durante muchos años, con la secuela de niños soldado o mujeres violadas. Hoy, el país se ha librado de Kony (que sigue llevando su rastro de muerte en países comoRepública Centroafricana), pero sigue siendo víctima de otros tipos de violencia.

Por ejemplo, «hay asesinatos rituales de niños y, por eso, las desapariciones infantiles están al orden del día, para venderlos como esclavos o, simplemente, para inmolarlos en los crímenes de brujería», explica la hermana. De hecho, «en Uganda, los niños están acostumbrados a sufrir tanto que los hay de sólo ocho años que tienen ojos de ancianos de 80».

Una violencia casi institucionalizada y que apenas se nota, entre otras cosas porque si algo tiene Uganda son niños. De hecho, en este país la edad promedio de la población es de 15 años. Y eso que el sida ha hecho tantos estragos y que «falta una generación casi entera entre los ancianos y los niños». Reconciliar a la gente y sanar a adultos y niños ha sido la labor de tantos años de la hermana Celia en el corazón de África.

En el otro lado del océano, en plena selva amazónica lleva 21 años desgastando su vida el misionero javeriano Adolfo Zon y, desde hace poco, obispo de Alto Solimoes. Es natural de Orense, «una de las diócesis más misioneras de España, que puede presumir de contar con unos 400 misioneros». Interpelado también por el cartel del Domund (qué tendrán estos carteles) de 1978, que decía: «Cree en Cristo, anúncialo». Ingresó en los misioneros javerianos, estuvo un tiempo en Navarra y, desde 1993, en la Amazonia brasileña.

Allí aprendió y experimentó la misericordia y la ejerció con ayuda integral, de cuerpo y alma: alimento espiritual, pero también físico y cultural. Entregado a fondo y sin reservas a los «ribereños», las gentes que viven en las riberas de los enormes ríos de la cuenca del Amazonas, en Abaetetuba.

Y cuando se preparaba para desgastarse hasta el final en la desembocadura del Amazonas, un día le llamó el Nuncio brasileño y le dijo que el Papa Franciscoquería que fuese obispo de Alto Solimoes, a unos 3.000 kilómetros de allí, hacia arriba del río, siempre en la Amazonía. Lo consultó al superior de los Javerianos y, al día siguiente, llamó al representante del Papa y le dijo que aceptaba la mitra. Pero «para ser uno más y servir». No para colocarse por encima de nadie.

Y, desde hace menos de un año, Adolfo Zon es obispo de una zona tan grande como toda Castilla-La Mancha, con sus 131.000 kilómetros cuadrados, 200.000 habitantes, situada en la encrucijada de tres fronteras: Brasil, Perú y Colombia.

Con mucha mies y pocos obreros. Tan sólo 18 sacerdotes y 28 monjas. Eso sí, cuenta ya con más de 500 catequistas o, mejor dicho, «animadores de la comunidad, que celebran habitualmente la Palabra, porque misa, en muchas comunidades sólo la pueden tener un par de veces al año».

Pero ni eso ha borrado la sonrisa y la bonhomía del rostro de monseñor Zon, que, en su nueva diócesis, sigue siendo el obispo de los «ribereños», pero también de los pescadores y de los indios. «Tenemos seis etnias distintas conocidas, pero otras muchas que no han entrado todavía en contacto con el hombre blanco». Con nombres evocadores: los Marubo, los Korobo o los Ticuna.

A su lado, el eterno obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, los miraba con sana envidia. Tanto a la hermana comboniana como a su colega obispo. Y por eso subrayó que el Domund no puede reducirse a un día.



Marx, Marx, sí mucho opio del pueblo, pero dónde están los seguidores de Marx...

Totalmente de acuerdo contigo al 100% @Saramara (y)
Las personas que hoy en día se meten a la vida religiosa teniendo su vida solucionada, lo hacen por amor a Dios y al prójimo. Los que se van de misiones a sitios conflictivos, tienen toda mi admiración, están hecho de otra pasta. Como bien dices, comparar a esta gente con terroristas e islamistas es tener un desconocimiento brutal de lo que es la vida religiosa y las misiones con verdadera vocación. Desde mi total desconocimiento, alguien puede decirme si existe algún grupo de misiones musulmán que haga una labor si quiera parecida a la que hace la Iglesia?. La Iglesia no mira el credo a la hora de ayudar, simplemente lo hace.
 
que todas o la mayoría al parecer pasen por la universidad de Navarra, algo tendrá que ver mas alla de la vocación...y lo digo yo que tengo 2 primos que fueron a esa universidad, del opus, uno cura y otro de los que se casan y no paran de tener hijos..
 
resultan, para empezar, escalofriantes, los testimonios que hay por todos lados de gente tratada por este tipo

la primera noticia que tuve de él fué hace mil años viendo el Tómbola aquel de canal nou.
varias veces acudió María menchaca a denunciar a este tipo. tb en revistas

maría menchaca era la ex mujer de aquel idiota impresentable de jorge juste, palmero de la mamacau y laterebo, y de ana obregón

maría tenía título nobiliario, mucho dinero (al parecer) y tres hijos con jorge juste

la mujer acudió a la consulta de rojas, y cuando se divorció rojas reveló confidencias que maría le hizo como paciente.
maría le denunció y ganó

no lo recuerdo con exactitud pero maría menchaca contaba tb como la medicación del rostapé la dejaba medio loca

me parece tremendo todo lo que tiene que ver con este hombre,que tenía por aquí su propio hilo hace tiempo

para empezar el miedo que produce que haya sido denunciado por mentir sobre sus cargos, o que según parece en el colegio de médicos de madrid sólo consta que es licenciado en medicina, no que sea psiquiatra. tremendo

en una entrevista decía que le preocupaba el futuro de sus hijas aunque no tenía xq ya que "eran millonarias sólo con los derechos de autor de sus libros" ufffffffffff. sin comentarios

o como se vino de granada xq "se le quedaba pequeño"

a mi me parece un loco peligroso. un acomplejado. me lo ha parecido siempre. sólo hay que ver sus poss y fotos en plan lord.
hasta su matrimonio siempre me dió la sensación de ser una estafa.
 
http://www.opus-info.org/index.php?title=Mi_experiencia_con_Enrique_Rojas

Mi experiencia con Enrique Rojas
Por José Saturio, 14.01.2009



Mi nombre es José Saturio Gutiérrez.

Nunca he sido del Opus Dei pero tenía al Opus Dei como uno de los mejores clientes del grupo de empresas que dirigía.

Cuando yo era joven, mi abuela al hacerse mayor, me puso al frente de las empresas que tenía. Se dedicaban al transporte por carretera.

Los autocares SAMAR de una de las empresas que dirigía, hacían las rutas de los colegios Retamar, Orballe, Tajamar, etc...

También hemos llevado autocares llenos de funcionarios a TorreCiudad muchas veces y cuando fue la beatificación de Escrivá, a Roma llevamos unos 200 autocares, fundamentalmente de argentinos que llegaban a Madrid y no tenían vuelo para Roma.

Mi madre que fue hija única, al morir mi padre sufrió un gran bajón y se trataba con Enrique Rojas. No sé bien por que Enrique Rojas me recetó medicación a mí y empecé a tomarla. Ahora pienso que acepté tomarla porque me la recetó coincidiendo con algunos problemas de trabajo, me encontraba un poco estresado y dormía mal, como es lógico y normal cuando se dirigen unas empresas con 850 empleados y 10 mil millones de las antiguas pesetas de capital en activos y surgen problemas de algún tipo.

Las empresas que yo dirigía estaban participadas tanto por mi madre y hermanos como por mí. De la noche a la mañana mi madre y hermanos me retiraron los poderes y me quitaron del frente de estas empresas. No hubo motivo para ello. Había beneficios, todos vivíamos muy bien y no se había dado desfalco, estafa o alguna cosa rara.

Al frente de las empresas oficialmente quedaron y siguen dos hermanos míos que no pintaban nada y se incorporaron otras dos personas, una de ellas un abogado, que eran las que realmente mandaban en el grupo.

Que mi familia que siempre había confiado en mí dejara de confiar de un día para otro supuso un golpe brutal y mucho sufrimiento y corrí a ver a Enrique Rojas ya que era persona en la que confiaba plenamente a explicarle todo lo que me estaba sucediendo, ajeno yo totalmente a que Enrique Rojas pudiera estar detrás de lo que me había ocurrido.

Entre tanta angustia y sufrimiento al no entender por que mi madre y hermano me habían quitado su confianza, me encontraba muy mal y el bueno de Enrique Rojas me dijo que él me podía curar pero que era un tratamiento algo caro. Yo tenía una familia y en ese momento no sabía cual sería mi futuro puesto que siempre había trabajado en las empresas de mi abuelo y aunque me encontraba tan mal que estaba decidido a hacer el tratamiento se me ocurrió preguntarle a Enrique Rojas cuanto me iba a costar y se descolgó con la bonita cifra de 40 millones de ptas. Me fui y es entonces cuando empezó a caerme mal porque me pareció un usurero y pensé que en lugar de ponerme al frente de las empresas de mi abuelo debería haberme dedicado a ser catedrático de psiquiatría por el pastón que debían ganar.

Creí que mi familia se daría cuenta del error cometido y me restituiría a mi puesto o bien me daría alguna explicación sobre el proceder que habían tenido conmigo, pero esto no sucedía y al estar sin trabajar continuamente le daba vueltas a la cabeza para comprender por que se le habían cruzado los cables a mi familia. No se me pasaba el sufrimiento y estaba desesperado. No permitían que me acercase a mi despacho e incluso una vez me denunciaron por estar cerca de la sede del grupo.

Siempre había creído que la culpa la tenía mi madre, hija única y persona que siempre había sido un poco caprichosa y nunca le había dado un palo al agua, que empezaba a hacerse mayor y en mi desesperación volví a ver a Enrique Rojas para pedirle que lo único que quería era que hablase con mi madre y el resto de mi familia si hacía falta para que me restituyesen a mi trabajo. Enrique Rojas me dijo que sí pero que estas conversaciones me costaban 25 millones de ptas. porque era un hombre muy ocupado con muy poco tiempo y estas gestiones se tenían que hacer con mucho tacto, debía preparar argumentos, etc. Me volví a ir de su consulta.

Con el tiempo me enteré que al mismo tiempo que Enrique Rojas trataba a mi madre y a mí, estaba tratando también a dos hermanos míos, que fueron los que me sustituyeron en mi puesto y que se habían hecho del Opus Dei. Trataba a una buena parte de la familia y no sabíamos del tratamiento de los otros, excepto de mi madre (ahora sé que mi madre con cierta edad y sin saber nada del mundo, fue una presa fácil para Enrique Rojas).

Mucho más tarde me enteré que me habían retirado de la dirección de las empresas y los poderes que tenía porque Enrique Rojas había hablado con ellos y les había dicho que debían retirarme. No sabría decir quien de mi familia hizo más caso a Enrique Rojas pero me apartaron totalmente. Al principio me dieron un sueldo para que viviera que luego me retiraron.

Mi relación con mi familia de sangre es prácticamente nula y alguna vez que he visto a mi madre me ha parecido que siente haber hecho lo que hizo. La cuestión es que lo hizo y las funestas consecuencias las he pagado yo.

En el año 97 me dio un infarto serio del que me recuperé pero tengo informe médico que dice fue debido a la medicación que me había dado Enrique Rojas y al sufrimiento y estrés que llegaron a mi vida tras la intervención de Enrique Rojas con mi familia.

Otro día relataré que ha fue sucediendo con las empresas y como al enterarme yo de que había intervenido Enrique Rojas y denunciar, encargaron a mi mujer bajo amenazas, que me disuadiera para que dejase de denunciar y la fueron malmetiendo hasta que se rompió también mi otra familia.


De un directivo empresa familiar, que Enrique Rojas apartó de su cargo

En las sociedades abiertas donde se respetan los derechos humanos de forma universal, la experiencia demuestra, que existe mas prosperidad y viven mejor el mayor números de ciudadanos.

No es cuestión de sensiblería de dárselas de bueno o humanista, como hacen algunos para engañar, sino que se prima la inteligencia, para elegir a los mejores para que trabajen para la sociedad.

Lo que la secta del Opus Dei hace en su cúpula o dirección, es todo lo contrario. La dirección aglutina la mediocridad y viven ellos bien a costa del sufrimiento de los demás. Ya que esta cúpula mediocre, por los cauces normales de principios demócratas, no lo podrían conseguir sus fines.

No hablo ya, del malestar y sufrimiento de las personas engañadas siendo jóvenes, logro fácil de conseguir en esas edades. Gente que al ser inteligentes y darse cuenta de donde estaban metidos, han tenido que padecer lo suyo para poderse desligarse del Opus Dei.

La gente mediocre y con poder, son los peores y más crueles, ya que al tener mucho que perder porque todo lo han conseguido con engaño, supongo que utilizarán todas las herramientas cohercitivas para no dejar escapar a sus miembros.

Uno de los jefes de esta mafia, es el supuesto catedrático de psiquiatría Enrique Rojas. No sólo se ha conformado con destruir vidas en el entorno de su consulta, sino que mediante el engaño ha captado infinidad de otros clientes que han perjudicado mucho a la sociedad.

No os lo creeréis, pero os aseguro que el sector del transporte de viajeros por carretera, de nuestro país, está totalmente arruinado por la intervención de este personaje de nombre Enrique Rojas Montes.
 
Enrique Rojas condenado por revelar un informe sobre una paciente
Por Irene Hdez. Velasco, El Mundo, 29.06.1998



Tiene un currículum de relumbrón: catedrático de Psiquiatría, director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, premio Extraordinario del Doctorado en Medicina, premio Conde de Cartagena de la Real Academia de Medicina, Médico Humanista 1995. Por si fuera poco, también es escritor de éxito. Su último libro, El amor inteligente, lleva más de 20 ediciones.

Pero una mancha acaba de ensombrecer la trayectoria de este médico granadino, miembro del Opus Dei. Enrique Rojas, en cuyo diván se tumban nobles, políticos, empresarios y famosos varios, ha sido condenado por violar el derecho a la intimidad de una paciente. Por saltarse a la torera el sacrosanto secreto profesional.

«En modo alguno debió revelar datos ni apreciaciones sobre su paciente conocidos en el ejercicio de su profesión sin el conocimiento expreso de la interesada». Con estas palabras, el Juzgado de primera instancia número 43 de Madrid le ha condenado a pagar dos millones de pesetas a una paciente, por violar su derecho a la intimidad.

La paciente en cuestión se llama María Menchaca. Toda una vizcondesa, de Bahíahonda; un ejemplo de la clientela que se pone en manos de Enrique Rojas.

María Menchaca es la ex mujer de Jorge Juste, famoso del papel cuché, presentador de televisión, habitual de las revistas del corazón y novio durante un tiempo de Ana Obregón. El caso: el matrimonio de María Menchaca y Jorge Juste se hundía. Y, en un intento de enderezarlo, animada por su entonces esposo, María Menchaca acudió a la consulta de Enrique Rojas. Le vio en 11 ocasiones entre diciembre de 1991 y febrero de 1992.

Un año y medio después, María Menchaca y Jorge Juste se separaron. Inmediatamente, comenzó el proceso de divorcio: estaba en juego la custodia de los tres hijos de la pareja.

Y Enrique Rojas volvió a cobrar protagonismo. Acudió al proceso de divorcio como testigo de Jorge Juste. Y presentó ante el tribunal un informe psicológico-psiquiátrico sobre María Menchaca. El texto aseguraba de la que fuera su paciente: «Tiene una personalidad inmadura (....), histriónica y narcisista. (...) María Menchaca muestra claras y graves incapacidades afectivas y de personalidad para la guardia y custodia de sus hijos». El informe concluía aconsejando al tribunal que concediera la guardia y custodia de los menores al padre.

«Me quedé de piedra», asegura María Menchaca. «Rojas acababa de violar el más elemental secreto profesional, entregando a la parte contraria, sin mi conocimiento, mis informes psicológicos, completamente falsos, por otra parte. El, que tanto habla de ética, se comportó de forma amoral».


Segundo informe

El informe no surtió, sin embargo, el efecto que buscaba. Finalmente, le fue concedida a María Menchaca la guardia y custodia de los tres hijos del matrimonio. Entre otras cosas, porque ella presentó un segundo informe psicológico que la acreditaba como perfectamente capaz de hacerse cargo de los niños. «Pero me sentí tan indefensa que decidí denunciar al doctor Rojas», explica Menchaca.

Así lo hizo. Rojas ha sido condenado a indemnizar a la que fuera su paciente con dos millones de pesetas. La sentencia afirma que «no es difícil deducir que la relación de amistad, en mayor o menor grado, entre el señor Juste y el doctor Rojas Montes fue determinante para la emisión del informe. Igual de indudable es que el demandado conocía que su informe, netamente desfavorable para la señora Menchaca, podía determinar serios perjuicios para ésta, lo que acentúa la gravedad del incumplimiento de sus obligaciones profesionales».

El psiquiatra granadino ha declinado hablar en todo momento con este periódico. En una carta dirigida al presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Madrid, Rojas asegura que «en nigún caso quería perjudicar» a Menchaca. «Mi informe pericial, aunque se refiere a ella, tiene como objetivo la protección de los hijos», añade Rojas, que ha recurrido la sentencia que le obliga a pagar dos millones.

Antes de acudir a los tribunales, Menchaca se dirigió al Colegio Oficial de Médicos, solicitándole que abriera un expediente disciplinario contra el psiquiatra. «En dos años no me han dado repuesta alguna», sostiene Menchaca. Acudió al Defensor del Pueblo. «Y el Colegio de Médicos de Madrid me contestó que el caso había prescrito», añade la afectada. «Yo presenté mi queja a tiempo. Pero el Colegio de Médicos ha estado demorando su contestación. Me parece impresentable», afirma Menchaca.

El presidente de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Madrid, el doctor Antonio Piga, no quiso ni confirmar ni desmentir a CRONICA si la queja de María Menchaca contra el psiquiatra Enrique Rojas ha sido archivada. «Es información confidencial», dijo. Pero María Menchaca no va a tirar la toalla. «Si el Colegio de Médicos de Madrid no actúa contra el doctor Rojas, denunciaré a este organismo».
 
Otra consulta memorable de Enrique Rojas, supernumerario del Opus Dei y psiquiatra de postín

Copio la última historia que me llega de un católico en la vida pública que da un ejemplo de profesionalidad para caerse de espaldas. Se añada a las que ya conocemos de María Menchaca, Saturio, Isabel Caballero...ánimo, a ampliar la lista que sois bastantes.


Alejandro Menendez Martinez dijo...


Ana, te dejo aquí mi historia con Enrique Rojas,

Mi historia con Enrique Rojas por suerte fue muy breve, en marzo de 1989 yo era un adolescente de 14 años con problemas en casa, había pasado los anteriores 3 años interno y había boicoteado el internado a golpe de plantes y forzado mi vuelta a casa, mi madre que estaba preparando una oposición a judicaturas ya me advirtió que no podría ocuparse de mi y que tendría que no dar la lata



Como la daba porque obviamente un adolescente requiere cierta atención y además yo no era muy obediente, cosa lógica dado que tampoco en casa miraban mucho para mi, mi madre buscaba una solución mágica que le permitiera tenerme tranquilo sin molestar mientras ella preparaba sus oposiciones, las oposiciones son algo que quema muchísimo y ella en aquella época estaba muy nerviosa e irritable
Esa solución mágica la planteo una tía mia que conocía un psiquiatra estupendo de Madrid, un señor que tenía una cabeza privilegiada, que había sido premio extraordinario en medicina y catedrático de psiquiatría de la complutense

Además había atendido al novio de ella y lo había curado de una fuerte depresión que lo había tenido mucho tiempo en muy mal estado y con ideas suicidas, por esa razón ella estaba muy agradecida a Rojas y lo defendía a capa y espada, aunque el tratamiento no había sido precisamente barato, el padre de su novio incluso tuvo que vender tierras para pagarlo
Mi experiencia fue la siguiente, fui 2 veces a Madrid, en una lo vi solo una vez y en la otra dos veces

El tenía la consulta en la calle Serrano de Madrid, era un piso enorme, debía ser un edificio de oficinas que se alquilaban y el debía tener varias alquiladas y haberlas unido, tenía varias enfermeras, mientras estabas en la sala de espera te ofrecían una coca cola, había cestos con caramelos que podías coger y como suele pasar en este país donde vivimos tanto de la apariencia tenía la pared tapizada de cursos y diplomas de todo tipo, algunos hechos en universidades anglosajonas

En aquellos tiempos, aparte de Rojas había otros dos psiquiatras que trabajaban con él y que también los veías, eran un hombre y una mujer, me hicieron unos test de los que salió que yo era muy impulsivo y que tenía muy poca capacidad para controlarme y para sacrificarme
Después conocí a Rojas, su despacho parecía una capilla, tenía hasta una virgen gigantesca en una hornacina colgada de la pared

En general su conversación fue un mero continuismo de lo que habían dicho los otros dos, que yo era un psicópata, que carecía de autodominio y que con mi personalidad iba a tener serios problemas en la vida

A los 14 años yo aún era bastante infantil, conservaba esa mentalidad libre de prejuicios que te hace ver las cosas como son, pero infantil no quiere decir estupido, quizá fue por esa razón por la que no me dejé deslumbrar por sus titulitos, su premio extraordinario y su catedra y al revés que mi madre y mi tía al salir de la consulta dije claramente lo que pensaba de él: este tío a lo que está es a sacar

Rojas me había dado muy mala espina, si pudiera definir su carácter en una sola palabra esta sería fullero, era un tipo de maneras suaves, muy ladino, con mucha letra.
Algunas veces el alma de una persona queda retratada en una décima de segundo, yo vi con muchísima claridad a Rojas en un momento que estaba hablando con mi madre que se le quejaba de lo trasto que yo era, que me miró, sonrió y dijo: es que eres un psicópata

En ese momento al sonreir hizo un gesto que yo capté perfectamente el tipo de persona que era Rojas, era un gesto así sonriente, prepotente, con los ojos me decía: ya te tengo; era un gesto de cazador, de ave de rapiña
Por lo demás el tratamiento consistió en recetarme una medicación de 120 gotas de Haloperidol, 4 Artanes y 3 Largactil diarios, esa medicación me causaba somnolencia, engordé o mejor dicho hinché muchísimo llegando a pesar 98 kg. Tenía poco pulso, mucha salivación, hablaba mal y era mucho más lento para moverme
Además le recomendó a mi madre que fuese a clase aunque no estuviera en condiciones, que me apuntase a campamentos, que estuviera siempre con gente de mi edad, en una palabra, que me socializase, como las consultas con él solían ser breves le dijo a mi madre que le contase cosas de mi por escrito

El resultado de todo esto fue que perdí el curso y fue la primera vez que tuve que repetir, los problemas en casa no solo no se solucionaron sino que se agravaron, era normal, antes salía más y me relacionaba con mis amigos, al engordar y ponerme tan mal en plena edad del pavo me empezó a darme vergüenza salir y relacionarme y empecé a meterme más en casa lo que generó más roces con mi madre

Por este “maravilloso” tratamiento nos cobró 40.000 pesetas, en aquella época sus honorarios eran 20 mil pesetas por consulta
Y eso fue mi salvación, en aquellos años el sueldo de auxiliar administrativo de mi madre no llegaba a las cien mil mensuales, eso y la incomodidad de desplazarse a Madrid fue lo que terminó prematuramente con este exterminio, además en aquella época un hijo de Rojas que tenía 2 años se cayó a la piscina de su casa y lo sacaron muerto, eso hizo que Rojas se desentendiera por un tiempo de la consulta y facilitó aún más el perderlo de vista

Seguí algunos meses con el tratamiento aunque algo disminuido, en octubre al empezar el curso me volvieron a meter interno, abandoné la medicación y perdí 31 kg. en 6 meses y todos los efectos secundarios desaparecieron, fue como volver a nacer, aquella medicación incluso me limitaba a nivel de inteligencia y de resolución de problemas, al quitarla era como si me hubiera vuelto más listo
Publicado por Ana A en 14:05
 
20 comentarios:

Isabel C
dijo...
Bravo Alejandro, muchas gracias por dar tu nombre.
Haloperidol, tiene muchas contraindicaciones. Diría que se prescribe cuando otras terapias fallan (a Enrique Rojas parece que le gustaba mucho en su día este fármaco, a María Menchaca también se lo dio de inicio y le aumentaba la dosis aunque se sintiese fatal, estuviera como un corcho y el marido le dijese al ama "Pobre señora!! la vamos a tener que ingresar"). Saturio también se quejó de una medicación que lo podía haber matado (no sé si fue Haroperidol, pero él tuvo un infarto que dice que se debe a la medicación que Rojas le dio).

No podemos saber si Rojas pretendía cambiarte de tu internado a interno en el psiquiátrico privado donde internaba, pero tu madre era una presa muy fácil (con 14 años, no, pero ahota creo que puedes entender su lógico estrés por las oposiciones y su empeño en sacarlas.

El psiquiátrico privado al que mandaba Rojas, era una clínica con conciertos con Cías. de Seguros, hubiera bastado una póliza con una Cía. que tuviera al psiquiátrico en su cuadro médico.

De momento, en todos los que hemos hablado sobre la experiencia con Enrique Rojas, el interés en medicarnos con fármacos que han sentado fatal además de dejar sin, o disminuir la energía y por consiguiente anular la voluntad, ha sido una constante.

El haloperidol, bloquea los receptores de una sustancia, que se cree que los psicópatas producen en exceso (digo se cree pq esos resultados generalmente los dan los laboratorios farmaceúticos y después de lo visto, no me creo los resultados q dan los laboratorios).

Además de tener cierto riesgo cardiovascular, producir cambios de peso, sueño, tanto sequedad como salivación y un montón de cosas más, altera la función neurocognitiva (por eso te volviste más listo) y también pueden surgir problemas de psicomotricidad. Todo depende del tiempo y de la dosis.

Que te socializaras en ese momento en un ambiente normal con gente que no tuviese una motivación especial o "advertida y adiestrada", para relacionarse contigo, seguramente te hubiese producido más daño que beneficio. Al quejarte a Rojas, se hubiese encargado de proponerte campamentos, clubs para el ocio y amigos.
Rojas pone la maquinaria en marcha y deja que vaya dando sus frutos. Antes de conocerme Rojas a mí, a uno de mis hijos le dio por ir a un club del Opus y después fue a un campamento, cuando nunca había existido interés ni relación con el Opus, ni por n/parte ni por ellos.

El caso, es que sólo estamos aquí la gente con las que por azar, Enrique Rojas falló. Con todos surgió un imprevisto y no pudo culminar el plan que nos tuviese asignado.

Me preocupa mucho la gente con la que NO tuvo imprevistos.

18 de marzo de 2011, 23:02
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Anónimo dijo...
Tienes razon en casi todo pero el haloperidol cambia las funciones neuroocognitivas a menos eres menos listo de eso se trata de que no pienses .Sin el este muchacho estaria en plenas facultades.Listo para hacer un terapia en condiciones si es que lo necesita.
Da taquicardias,y puede dar infartos, se te cae el pelo...En mi opinion nada positivo para nadie ni para nada.La vida se construye y se hace de otra manera no a base de internamientos,medicinas...

19 de marzo de 2011, 17:01

Isabel C
dijo...
Anónimo, quizás me expliqué mal, Alejandro decía que se volvió más listo al dejar de tomarlo (me faltó añadir "al dejar de tomarlo", lo di por sobreentendido, disculpa).

Pero tiene tela que el Rojas ande así desde el 89.

No hemos dicho nunca que el Instituro Español de Investigaciones Psiquiátricas, no es otra cosa que una sociedad mercantil propiedad de Enrique Rojas y Familily??
Lo digo ahora, es un punto que se me suele olvidar.

Es de ese sitio - una sociedad mercantil -, de donde Rojas vocea que es director.

De algo suyo - donde él se ha nombrado director a sí mismo -, no de ninguna Institución u organismo donde le hayan nombrado director, pese a que en la Comunidad de Madrid reina el Partido Popular desde hace tiempo.

19 de marzo de 2011, 23:25
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Tomás dijo...
El poder seductor de las sectas está siempre en dar seguridades a la gente a cambio de tirar por la borda la libertad (es decir, tirarlo todo por la borda).

Pero esas seguridades tienen siempre fecha de caducidad. Son engañosas. Apelan a lo más bajo siempre, bajo el barniz de "espiritualidad".

Bravo por los valientes que dan la cara y luchan, como esta chica Ana Azanza y otras personas que aquí escriben.

20 de marzo de 2011, 17:57
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Juan Donoso Cortés dijo...
"Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa".

"Dios se vale muchas veces de los débiles para abatir a los poderosos".

20 de marzo de 2011, 18:00
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Anónimo dijo...
Enrique Rojas, el supernumerario de la Obra de Dios, empezó antes del 89 a hacer de las suyas.

20 de marzo de 2011, 18:16
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Anónimo dijo...
A ver. Al margen de que Rojas sea un sinvergüenza por lo de su falsa cátedra o la persecución a Isabel, yo creo que el relato de Alejandro podría ser el de un paciente al que su psiquiatra (cualquiera) no le acertó con la medicación. Yo mismo podría haber escrito un relato similar de un psiquiatra muy afamado de Barcelona (que nada tiene que ver con el Opus, ni con fraudes en títulos ni oscuros planes)que hace 15 años me produjo más daño que beneficio y que, como Alejandro, acabé detestando y abandonando.

20 de marzo de 2011, 21:09
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Francisco D. dijo...
Como siempre los verdugos exhibiendo prepotencia. Menudo tipo el tal Dr Enrique Rojas, fraudulento en todos los ámbitos de su vida y condicionando la de los demás.

Menuda gente. Esto de la "Justicia" del estado es una farsa.

21 de marzo de 2011, 16:17
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Sal dijo...
Al anónimo que dice que podría pasar lo mismo con cualquier psiquiatra chapuzas: Pero no, resulta que pasa con éste, que aparte de chapuzas es un conocido timador, corrupto, sectario y mala persona.

Desde luego me parece normal que haya gente haciendo todo lo que puede para sacar del negocio a semejante animal de bellota.Cuantos más testimonios en contra se le acumulen mejor, en un mundo justo ya sólo el timo de la estampita de la Complutense le habría salido caro, pero no, como estamos en éste en el que al que no tiene ni dinero ni influencias sólo le queda el ruido que pueda hacer, espero que se vaya acumulando testimonio sobre testimonio, y ojalá incluso denuncias públicas, que dejen claro el tipo de desgraciado que es éste hombre incluso al que no se quiera enterar.
Yo por lo pronto me lo apunto, y si algún día lo escucho nombrar, o veo que cualquier persona está en proceso de caer en sus zarpas, ya correré yo a ponerles en la cara éste blog y el de Isabel y todo lo que pueda encontrar sobre ese bicho para evitar desgracias a más personas.

Lo cual no quiere decir que los médicos chapuzas no deban ser denunciado, Anónimo, y te animo a ello, pero si el chapuzas no tiene nada que ver con el Opus Dei, que es la causa que persigue éste blog, hazlo en otra parte: seguro que hay más de una plataforma de afectados por malos médicos, quizá incluso de afectados por psiquiatras concretamente. Suerte con ello.

21 de marzo de 2011, 16:35

Isabel C
dijo...
Ultimo Anónimo, no termino de entender tu comentario. No sé si quieres decir que lo de Rojas con Alejandro fue por azar u otra cosa diferente. Dilo sin miedo.

Ya sabes que aquí hablamos, discutimos, decimos lo que pensamos... pero no quitamos a nadie de en medio por la espalda, ni siquiera lo intentamos.

Esto,
"mi madre que se le quejaba de lo trasto que yo era, que me miró, sonrió y dijo: es que eres un psicópata",

no me parece azar sino crueldad, daño perverso a un adolescente e intención de manipular a una madre a la que encontró presa fácil, con independencia de lo que hiciese el psiquiatra de Barcelona contigo, que no sabemos lo que fue. Me gustaría saberlo.

No he puesto una querella a Enrique Rojas y lo que me quede por poner... por ser del Opus Dei, sino por lo que me ha hecho y lucho para que se investigue lo que haya podido hacer a otros que no pueden luchar (no creo que Rojas me haya perseguido sólo a mí, no tenía nada especial, excepto q se daban unas circunstancias que consideró favorables para urdir su plan). Ha sido después cuando he descubierto su pertenencia al Opus Dei.

21 de marzo de 2011, 22:12
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Alejandro dijo...
Estoy de acuerdo con lo que dice el primer anónimo de que la historia mia puede ser la de cualquiera que tropiece con un psiquiatra que no le ayude en nada y encima le cree problemas (algo muy usual por cierto) pero, como muy bien dice otro anónimo más abajo, el problema es que este tipo no está fallando diagnosticos, lo que está es actuando de mala fe, engañando y proyectando una imagen de si mismo que no tiene nada que ver con la realidad y que como estamos pudiendo ver aquí ya somos unos cuantos los afectados por algo que yo creo que se puede considerar de estafa

Yo he conocido varios psiquiatras publicos, la mayoría no tienen ni idea, se dedican a recetar y cambiar las medicaciones al buen tuntun, viven muy bien sin molestarse gran cosa y tienen una relación digamos un poco sospechosa, con los laboratorios farmacéuticos, yo como Isabel no me fío nada de estos laboratorios ni de ellos, pero lo de Rojas ya es dar una vuelta de tuerca al asunto, eso de inventarse títulos, cobrar unas minutas de escándalo y andar con componendas por detrás es algo excesivo incluso para la elástica moral de los psiquiatras públicos

22 de marzo de 2011, 5:17
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Alejandro dijo...
Por cierto Isabel haces muy bien en no fiarte de esos laboratorios, tienen una forma de funcionar digamos algo mafiosa

La psiquiatría es la hermana pobre de la sanidad, la que menos presupuestos recibe, de ahí que muchas cosas que el estado no cubre las tenga que cubrir un sponsor privado

Cuando aún no había ordenadores en todos los servicios, los primeros ordenadores los pagaron ellos, que si un médico edita una revista y se la pagan ellos, que si llevamos a los médicos a un congreso a Roma, París o Londres todo pago en hotel de 5 estrellas, que si unas vacaciones pagadas al jefe de servicio, que si los invitamos a una cena en restaurante de lujo, en fin...

Logicamente no dan puntada sin hilo, y ya sabes lo que se deriva de esto

En cuanto al Haloperidol si tiene bastantes efectos secundarios, además por lo visto es un medicamento muy genérico, he conocido gente diagnosticada de esquizofrenia que lo tomaba, así que no es solo para trastornos del comportamiento, y lo mismo pasa con otros medicamentos como zyprexa o trankimazin, parece como si la psiquiatría aún no hubiese llegado a la época de los específicos

Lo que si te puedo decir es que en mi caso no hubo otras terapias que fallasen porque fue lo primero que me endosaron

22 de marzo de 2011, 5:38
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copernico dijo...
Alejandro define perfectamente al Rojas que yo conocí en el año 1993.
Individuo de ademanes estudiados, suaves y mucha palabrería hueca, era un charlatán de palabras que suenan bien, un mal poeta. Yo intuí como era Rojas desde el primer día y prueba de ello es que tuve varios desencuentros por su forma de actuar, de disponer de mi tiempo, por la ausencia de mejoría a sus tratamientos y en definitiva por mi desconfianza hacia él.

Ante lo reivindicativo que le debía resultar, cada que vez que iba a Madrid a su consulta, me propuso una terapia a base de electroshock. (Pensaría silenciar para siempre mis reivindicaciones, sin importarle lo mas mínimo mi vida).
Se confirmaron de forma contundente mis prejuicios hacia Rojas. Nunca más volví por la consulta.

Creo, después de haberlo conocido, con el paso del tiempo y leer sobre sus fechorías, que este individuo es un psicópata (cuidado con él) y que debería llevar años inhabilitado como medico.

También tiene su cuota de responsabilidad el Colegio de Médicos de Madrid por encubrirlo y no sancionarlo disciplinariamente, pese a las denuncias presentadas.

23 de marzo de 2011, 21:10
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Anónimo dijo...
Lo malo es que toda la gente que va pasando por la consulta de Enrique Rojas en plan ayudante, cuando se pongan en consulta aparte hará lo mismo, después de ver que no pasa nada y les está todo permitido.

24 de marzo de 2011, 19:35
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Anónimo dijo...
A mi me trató Enrique Rojas èn la década de los ochenta y secundo todo lo dicho. Mucha parafernalia, muchos test y psiquiatras de apoyo, y oficina de pasillos inacabables, para muy pocas palabras (las consultas eran breves brevísimas) y muchas pastillas. Pastillas que me dejaron literalmente drogado, somnoliento y fuera del mundo durante mucho tiempo, y todo ello con un diagnóstico equivocado. Eso sí recuerdo unas palabras suyas que se le escaparon... a los pacientes solo hay que decirles que los ves muy bien y ya salen felices de la consulta... por suerte un familiar médico logró sacarme de esta pesadilla...

14 de marzo de 2013, 17:03

LUCCA BRASI
dijo...
Yo traté con el el año pasado, engañado por su marketing desbordante. Te atiende un "colaborador" y tras largas horas de espera tienes la suerte de pasar a ver al gran vate que se limita a darte pautas de comportamienro en apenas veinte minutos. Repite en muchas ocasiones lo que ha publicado en sus libros (se aprendió el temario vamos)y te infla a pastillas pero sin seguir un tratamiento riguroso.
Además apela a un suero milagroso que cobra aparte a precio de oro. Es el Florentino de la psiquiatria y te lo puedes tomar a risa salvo por el hecho que sopla 200 euracos por consulta y trata a personas con graves problemas.

10 de octubre de 2013, 18:19
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Anónimo dijo...
^Por desgracia hay muchos doctores Menguele que campan impunemente. No hay derecho. Hay que acabar con su violencia al servicio dels Sistema i de los poderosos y en connivencia con los grandes laboratorios. La psiquiatría ni es ciencia ni es nada, es un artificio de control social, una superchería maquillada de pseudoceincia. De hecho solo hay 8n 5% de verdaderos enfermos cerebrales. Os recomiendo vivamente "la Muerte d ela Psiquiatris", de E Fuller, y claro está. organizaros desde la base contr ael abusivo y arebitrario poder psiquiátrico. Basta YA!

19 de febrero de 2014, 18:54
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Anónimo dijo...
Yo me acabo de enterar hoy d k este tipo enrique rojas existe. y me acabo d kedar d piedra al investigarlo un poco y ademas leer vuestros comentarios
este no tendria k salir d por vida d la carcel por todo lo k manipula y hace y...ya ha hecho.
mi madre me ha dado a leer un libro k pensaba ella me iba a ayudar y gustar leerlo...
el amor : la gran oportunidad

no he pasado del tercer capitulo y mi mente pensaba k no podia ser verdad lo k leia.. ojeando mas hacia delante aun ha sido peor...
entonces me he puesto a investigar y la verdad menos mal que no era yo la ke estaba ekivocada.
esta como una cabra!!!
Si lo lee alguien con menos criterio se la cuela hasta la cocina. es vejatorio para la mujer y subrealista y muy machista.
Y encima leo q la publicacion es d planeta y esta edicion la regalan en colaboracion con la Fundacion la CAIXA.
hasta donde puede llegar esta gente .su manipulacion y su adoctrinamiento ...porke esto no son solo mentiras...

24 de febrero de 2014, 0:52
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Anónimo dijo...
Si no recuerdo mal, aquí se habló en su día de Coullaut-Valera, López Ibor y Enrique Rojas y de la posible relación entre ellos así como de la clínica Dr. León. Hace unos días me enteré de que la clínica de López Ibor y la clínica del Dr. León comparten el mismo anestesista para someter a sus pacientes al electroshock. Además, Rafael Coullaut-Valera, del Instituto Coullaut-Valera, desde 2013 trabaja también en la Clínica Dr. León. Desde 2012 en esa Clínica se ocupan de los pobres adictos a las drogas de Proyecto Hombre, para lo que según la revista que publica dicha ONG reciben de la Comunidad de Madrid la "irrisoria" cantidad de 8,1 millones de euros en 3 años. ¿Alguien da más...?

27 de febrero de 2014, 1:30

Mariem González Plaza
dijo...
Buenas, he leído aquí un poco de todo, Anónimo decirte que por supuesto todos tienen relación, lógico y normal más o menos todos se dedicán a lo mismo. He conocido muy bién la crueldad psiquiátrica, te lo aseguro, y decirte que no todos son iguales, aunque tengan relación. En mi más sincera opinión lo que falla no es la gran labor que realizan estos profesionales, en ocasiones acertadas, en ocasiones desacertadas como he podido apreciar en mis propias carnes y aquí, si no las grandes lagunas legales. Deberían prohibirse ciertos tipos de fármacos, apostando por una psiquiatría más limpia. Hace varios meses leí un artículo en El País, que inhalando un fármaco, se puede hacer psicoterapia con el paciente sin necesidad de sujetarlo. Yo estuve en la clínica Doctor León algún més más o menos, jajaja donde tuve la suerte de conocer al médico que mencionas, Rafael Coullaut-Valera, me coloreo mi estancia, hoy en día sigue siendo mi médico, de hecho me hago un montón de km para verlo puesto que su gran elocuencia sigue coloreandome la vida. Un consejo, y no pretendo ser la brújula de nadie, pero si no congenias con las decisiones de vuestros médicos hacérselo saber inmediatamente aunque en el caso de Alejandro que iba a saber él con 14 años y los padrés a veces no ayudan si no entorpecen aún más la situación. NO HAY NADIE CORTADO POR EL MISMO PATRÓN.
 
Una cosa es que su padre tenga falseado el CV, y otra cosa es que la vocación religiosa sea motivo de discusión. Es algo completamente legítimo y quien lo critica es porque no siente a Dios.
Cuanto más inteligente es una persona más se da cuenta que el mundo NO satisface el ansia de felicidad existente en el corazón del ser humano.
Sólo la vida espiritual puede atisbarla.

PD. Aclaro que no soy del Opus, pero sí católica practicante. Y simpatizo con los Jesuitas.
 
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