Michelle Obama y Angela Merkel no son ejemplo de nada a seguir. Bien al contrario. Una es la mujer de un político, de profesión su huerto, salir en la tele en todos los programas de entrevistas para vender sus libros y la otra ha vendido su propio país a Putin sin ningún remordimiento a cambio de hacer de kaiser europeo e intentar arruinar al continente entero a favor de la nada transparente economía alemana.Prima, poner a Priti Patel junto a las otras es hacerles un feo muy grande. No hay punto de comparación. Mas quisiera Priti Patel tener algo, aunque fuera una pestaña, de las Obama, Merkel o Ardern de este mundo. La comparación hasta me ha puesto mal cuerpo.