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Y lo de las lesiones, pues no hay nada raro (salvo quizás algo referido a cierta agresión sexual) que pueda indicar refinamiento. Puñetazos, patadas, pedradas...es lo que hubo frente a lo que nos vendían de supuestos próceres manteniendo a las niñas en mazmorras y empleando instrumentos de tortura medievales.
Se conoce que las élites de banqueros y políticos iban cortas de cash y tuvieron que echar mano de cuerdas, alicates, palos, dos piedras y una camiseta.
El viejo truco es recalcar lo truculento, lo extraño, lo exagerado.
Funcionaba redactando para El Caso, funcionaba en los shows de la tele y funciona en internet.
Los razonamientos grises aburren a los fantasiosos, soltar una sarta de gilipolleces los fideliza. Y a monetizar.
Variaciones sobre un mismo tema.El tema venía por el tema del tipo de atadura en forma de grilletes que tenía una de las niñas, que sugería podía ser para colgarla y exhibirla a modo de trofeo. Es repulsivo.
Ni siquiera se han preocupado en comprobar si la estatura de las niñas era compatible con la altura a la que apareció la atadura en el poste de la caseta.