Querida Llita soy asturiana por los cuatro costados, de padres, hermanos, marido, hijos, abuelos y tatarabuelos asturianos, gente sencilla que subió en la vida con mucho trabajo y esfuerzo, gente de la labranza y la mina, gente que no dobló la cerviz jamas ante el dictador, en Asturias en el 62 se le hizo una huelga a Franco, ahí, cuando nadie mas tubo los..las narices para hacerlo, lo pagaron con sudor y sangre, pero se hizo, en mi casa siempre se fué monárquico, siempre se respetó esa tradición y ya te digo que estamos hablando de gente sana, sencilla, que trabajó de sol a sol para salir adelante, nadie les regaló nada, tampoco lo pidieron, aqui si cargo fuerte la policia, si hubo palos de los de verdad, no de los catalanes, se deportó gente a Africa, en fin que no quiero aburrir a nadie con historias, a lo que voy, el sabado 8 de Septiembre iré a aplaudir a mis reyes y mis princesas, y con eso honraré a mis abuelos y mis padres y la educación que me dieron, es dificil de entender para quien no tenga estos sentimientos, yo los tengo, podeis burlaros hasta cansaros, insultarme hasta mañana, eso no va a cambiar nada de lo que siento. Un saludo.Me alegro de que sean muchos los asturianos que están orgullosos del título de Principado, me alegro por cuanto no dices que son todos los asturianos. Menos mal.
Porque a mi modo de ver y entender el orgullo por Asturias no queda limitado a un título proveniente del siglo XIV, Borgoña y Trastámara, sería penoso e injusto. Asturias, de por sí, cuenta con una orografía fuera de serie, lo sabe cualquiera, unas costas recortadas de finísima arena, acantilados espectaculares, un mar bravio que huele a sal, a peces, un campo fresco al lado de las playas que completa el día a todo aire.
En el interior las montañas con sus múltiples verdes, arboledas, riachuelos y todo un panorama que seduce por su belleza, por sus olores sin igual, y, sobre todo, por sus gentes, gentiles y acogedoras, generosas y nobles, sencillas dentro de unos lujos diarios, de visión acostumbrada para los nativos y enaltecida por los visitantes.
Y si vamos a su historia no es éste el sitio para abarcarla, en la bravura de sus gentes, en su nobleza guerrera.
Esto no es ni una pincelada, pero lo que quiero es superponer Asturias muy por encima de la parafernalia actual, de la actualidad interesada en destacar una imagen necesitada al máximo de la representación más allá de los centenarios que se celebran.
De ningún modo Asturias ha de quedar supeditada a lo que llamas una "dignidad", el renombre, la valía propia, la historia, las gentes, la gastronomía son superiores a lo que es flor de un día y, desde luego, asidero de una monarquía que de ese asidero, entre otros, depende.