Yo me acuerdo del del hijo de Miale, ese cuarto minúsculo lleno de retratos antiguos. Qué miedito para un bebé.Me pregunto porque estas pijas con ínfulas son incapaces de decorar un cuarto infantil en una
Forma apropiada , creativa y divertida.
Aún tengo quemados en la retina los cuartos de los hijos de Inés Domecq, con ese toque magistral entre prostibulo turco y tienda de jabones victorianos ...me pregunto si a la hija
el empapelado ya le habrá provocado convulsiones ..
a ver con que sale en el cuarto de la cria.. debe de ser una pesadilla en rosa y lazo sin la más mínima imaginación
O los que Carlita Goyanes puso en cuanto salió escopetada de los Mayamis, una horterada pero sin pretensiones de rancio abolengo, en consonancia con su esencia.
(Porque aunque todas se codeen, como bien decíais por aquí, aún hay clases, y muchas veces el apellido con solera necesita a alguien con pasta y viceversa.)