Un antes, un después
Escrito por:
Mariluz Ferreiro
25 de agosto de 2013 04:00 GMT
Ayer no fue un día cualquiera. Se cumplía un mes del accidente de Angrois.
El 24 de julio marcará para siempre muchas vidas, con dolorosos aniversarios.
Un mes, un año, otro... Será el antes y el después. La maldita hoja del
calendario que nadie hubiera querido arrancar así. Queda para siempre su filo
hiriente. Y también la evidencia de que no se pueden dejar nunca más decenas
de vidas en dos manos, las de una sola persona. Equiparar el descarrilamiento
de Santiago a un simple atropello por un despiste o a la muerte inesperada
provocada por un desafortunado resbalón es olvidar el hecho de que en aquel
tren viajaban más de doscientos pasajeros en un medio de transporte de alta
velocidad al que se le supone la tecnología más avanzada. También en materia
de seguridad. No solo es cuestión de azar, del taimado destino que se torció
al tomar la curva de A Gradeira. En este mundo y en estos tiempos existen
controles, sistemas medios. Más allá de responsabilidades penales, muchas
cosas deben cambiar. Porque la lección no ha podido ser más
dura.
Escrito por:
Mariluz Ferreiro
25 de agosto de 2013 04:00 GMT
Ayer no fue un día cualquiera. Se cumplía un mes del accidente de Angrois.
El 24 de julio marcará para siempre muchas vidas, con dolorosos aniversarios.
Un mes, un año, otro... Será el antes y el después. La maldita hoja del
calendario que nadie hubiera querido arrancar así. Queda para siempre su filo
hiriente. Y también la evidencia de que no se pueden dejar nunca más decenas
de vidas en dos manos, las de una sola persona. Equiparar el descarrilamiento
de Santiago a un simple atropello por un despiste o a la muerte inesperada
provocada por un desafortunado resbalón es olvidar el hecho de que en aquel
tren viajaban más de doscientos pasajeros en un medio de transporte de alta
velocidad al que se le supone la tecnología más avanzada. También en materia
de seguridad. No solo es cuestión de azar, del taimado destino que se torció
al tomar la curva de A Gradeira. En este mundo y en estos tiempos existen
controles, sistemas medios. Más allá de responsabilidades penales, muchas
cosas deben cambiar. Porque la lección no ha podido ser más
dura.