Tragedia aerea del equipo chapecoense

http://www.eltiempo.com/politica/justicia/accidente-aereo-del-chapecoense/16763198

Audios de pilotos y torre de control dan claves del desastre aéreo

Pruebas extraoficiales muestran que piloto del fatal vuelo tardó en declarar la emergencia.

Por: JUSTICIA |

10:44 p.m. | 30 de noviembre de 2016
IMAGEN-16763160-2.png

Foto: AFP

Imágenes de la dramática recuperación de los cuerpos del vuelo LaMia en Antioquia.
  • (Lea también: Los sobrevivientes del accidente que dejó 71 muertos)

    Sin embargo, en el minuto 9 de la grabación de la comunicación es desesperada. El piloto del LaMia reporta: “Señorita, 2933 está en falla eléctrica total, sin combustible”. La torre le informa que la pista “está libre y operable en lluvia”, y con “bomberos alertados”.

    “Vectores a la pista, vectores a la pista”, responde el capitán. Ella le alerta que no lo registra “con la altitud” para pasar por encima del VOR (radiofaro) de Cerro Gordo (donde ocurrió el accidente) y le pide informar su posición. “No lo tengo con la actitud, LaMia”, le insiste.

    El capitán, con voz desesperada, reporta nueve mil pies de altura. “Vectores, señorita, vectores”, fueron sus últimas palabras. Cuando la torre insiste para que informe altitud, ya no hay ninguna respuesta. “2933, ¿cuál es un posición? ¿Cuál es su posición?”, insiste la torre, inútilmente.

    Las tripulaciones de los otros aviones asistieron, por radio, a la tragedia. Algunos de sus miembros coinciden al cuestionar por qué si tenía poco combustible el piloto del LaMia no reportó desde un primer momento su situación, lo que le habría dado prioridad en la pista.

    Una explicación podría ser el temor a las drásticas sanciones que se aplican a pilotos y aerolíneas que no guardan la reserva de combustible, pues la aviación mundial ha aprendido a punta de tragedias los riesgos que implica esa práctica, que sin embargo es usual.

    El capitán Quiroga era a su vez accionista de LaMia, y no se descarta que, si no tenía combustible suficiente, hubiera intentado llegar con el límite a Rionegro pero sin llamar la atención de las autoridades, algo que habría sido imposible si se hubiera declarado en emergencia.

    “Se trata de una fatal coincidencia porque si el avión de Viva Colombia no hubiera pedido la prioridad el avión que venía de Bolivia probablemente habría entrado sin problema y nadie se habría enterado si aterrizaba con el mínimo de combustible”, le dijo a El TIEMPO el ingeniero de aviación Guillermo Elkin Casalins.

    La reducción de costos, según las fuentes, también podría ser la razón por la que no decidió entrar al aeropuerto El Dorado, de Bogotá, por combustible y apostarle a llegar a Medellín con lo que le quedaba en los tanques.

    (Le sugerimos leer: 'Él hizo hasta lo imposible para salvar su vuelo': familia de piloto)

    Tripulaciones, testigos de la tragedia

    El accidente del avión de LaMia tocó a las tripulaciones de las naves que también sobrevolaban la zona rural de Medellín en espera de su turno para aterrizar.

    Uno de los tripulantes de esas naves relató cómo presenciaron impotentes los dramáticos instantes antes de que el avión se estrellara.

    El copiloto señaló que desde sus naves hacían fuerza para que el avión lograra superar la emergencia y alcanzara a aterrizar.

    “Ella (la controladora) le dijo que no tenía contacto de él en el radar y el piloto empezó a gritar varias veces: ‘vectores para proceder a la pista’. Estaban a 9.000 pies. A la controladora se le quebró la voz, nosotros también lloramos. La torre dos también lo buscaba, pero no contestaron. Fueron momentos muy intensos”, señaló el tripulante.

    ‘2933 está en falla total’

    Estos son algunos apartes de la última comunicación entre el avión accidentado y la torre de control.

    - Controladora: (min 4:18) atento. Tengo una aeronave por debajo de usted efectuando la aproximación y adicional están efectuando una revisión de piso. ¿Qué tiempo tiene para permanecer en su aproximación?

    - Piloto: con emergencia de combustible, señorita, por eso le he pido de una vez curso final.

    -Piloto: solicito descenso inmediato. Incorporarnos de una vez al localizador.

    -Controladora: (min 5:26) capitán, usted tiene 210, necesito bajarlo de nivel. Tendría que mantenerse por la derecha para iniciar el descenso.

    - Piloto: negativo, señorita, estamos iniciando descenso.

    -Piloto: (min 9:04) 2933 está en falla total, falla eléctrica total. Sin combustible.

    -Controladora: pista libre y operable en lluvia, bomberos alertados.

    -Piloto: vectores a la pista, vectores a la pista, señorita.

    -Controladora: la señal del radar se perdió, no lo tengo, notifique rumbo ahora.

    -Piloto: con rumbo 360.

    -Controladora: Gire por la izquierda con rumbo 010, procedería al localizador del borde de Rionegro, a una milla adelante del VOR. Usted se encuentra por la izquierda, con rumbo 350.

    -Piloto: ¿a la izquierda?

    -Controladora: sí, correcto. Usted está a 0, una milla del borde Rionegro. No lo tengo con la altitud, LaMia.

    - Piloto: (min 10:28) a 9.000 pies, señorita. Vectores señorita, vectores.

    - Controladora: usted está a 8,2 millas de la pista. ¿Qué altitud tiene ahora? ¿2933, cuál es su posición?

    Justicia@eltiempo.com
    JUSTICIA
 
Última edición:
al parecer no hizo los cálculos de la cantidad de combustible que tenía, cantidad que necesitaba para aterrizar
debió seguir su plan de vuelo y repostar en Bogotá, por el tamaño de la nave y la ruta del viaje, se requería dos cargas de combustible.
lamentable.
al parecer tampoco se dió la emergencia en el avión, el técnico supo de la misma precisamente por ser quién es, se dió cuenta y se puso en posición de caída. los demás no.
a lo mejor se dieron cuenta cuando estaban cayendo a una velocidad inusual para aterrizaje.
que descansen en paz.
 
dicen que ser controlador aèreo es de las profesiones mas estresantes del mundo, ademàs de la atenciòn que debes poner porque un error puede costar decenas de vidas, yo tambien opino como tù @kotilla--dora , pero el piloto tampoco se declarò en emergencia, dicen que si lo hacia le caìa una multa tremenda por lo del combustible, tal vez esperò hasta ùltimo momento y los resultados fueron funestos, de todos modos son especulaciones y un claro error humano, que en paz descansen todos ellos..
 
http://www.eltiempo.com/colombia/me...a-tragedia-del-avion-del-chapecoense/16761581

'Mi familia, mis amigos... ¿dónde están?': Alan Ruschel

Rescatistas narran cómo vivieron las primeras horas de labores de búsqueda de sobrevivientes.

Por: DAVID ALEJANDRO MERCADO |

12:09 p.m. | 29 de noviembre de 2016
A pocos minutos de que el avión se estrellara contra una de las montañas de Cerro Gordo, por redes sociales se buscaban voluntarios que tuvieran camionetas para servir de apoyo en las labores de rescate.

Sin dudarlo, Santiago Campuzano y cinco amigos más se dirigieron en una camioneta Mazda y, desde el casco urbano de La Unión, fueron de los primeros en llegar al lugar de la tragedia.

“Solo sabíamos que se había estrellado un avión con 81 personas. Nos imaginamos lo peor”, confiesa.

Tenían la voluntad, el ímpetu y las ganas de ayudar. Pero solo eso estaba de su lado, ya que el terreno fangoso y estrecho dificultaba su movimiento y las negras montañas se fundían con el cielo. Por un momento pensó que no llegaría.

Cuando llegamos sacaron el primer herido y fuimos nosotros quienes lo transportamos de bajada. Era Alan Ruschel, jugador del equipo de fútbol brasilero Chapecoense. “Mi familia… mis amigos… ¿dónde están?”, balbuceaba en voz baja, según cuenta Campuzano.

Mientras el voluntario sorteaba la difícil carretera, un paramédico hacía lo propio para mantener estable al futbolista que seguía preguntando por los suyos. “Tiene una fractura de cadera, hay que llevarlo a un centro médico con urgencia”, dice que le contó el médico.

Una vez dejaron a Alan en el punto de encuentro, a un kilómetro del estadero Don Quijote, no hubo tiempo para más. Solo desearle suerte y volver a sumirse en la oscuridad a buscar más heridos.

“Venía muy asustado, pero con la satisfacción de haber ayudado a alguien, porque pensábamos que todos estaban muertos”, dice, mientras se arregla su gorra verde militar y se pasa la mano por una incipiente barba.

El sol había salido, pero el paso se les había cerrado. Ya nadie podía subir hasta que la Policía Judicial hiciera el levantamiento de los cadáveres. Aquello no los amilanó. Los seis amigos permanecen en el Puesto de Mando Unificado a la espera de que les den permiso de volver a subir. De seguir ayudando. De salvar otra vida.

A pocos metros de Campuzano se encuentra Wilfer. Su traje es azul, o debería serlo. El lodo y el pantano se han ceñido sobre la tela y la piel. Tiene la mirada perdida en el horizonte y tarda varios segundos en contar lo que vio.

“He sido bombero por 16 años y créame que es mucho lo que he visto y vivenciado en este oficio. Pero esto es lo peor que he visto en mi vida”, confiesa, mientras se limpia un pedazo de hierba de la tez blanca y deja llenar sus ojos de lágrimas que no caen.

Junto con el cuerpo de bomberos del Oriente, fue uno de los primeros en llegar a la zona. Solo recuerda la oscuridad que se ceñía sobre ellos en los más de 40 minutos de trayecto en auto y la media hora que tuvieron que caminar para llegar al sitio de la tragedia.

Cada paso lo hundía sobre la hierba húmeda y el fango le llegaba hasta los muslos. Así estuvo un largo tiempo y cuando pensó que lo peor había pasado, llegó al lugar del accidente.

“Usted no sabe la magnitud de lo que era eso. Ver ese avión destruido y los cuerpos tirados… tantos cuerpos tirados”, rememora Wilfer mientras se entrelaza los dedos, como si quisiera calmarse.

La aeronave estaba completamente destruida por lo poco que pudo ver. Confiesa que llegó un punto en que no sabía si buscaba en la trompa o en la cola del avión, pues todo era oscuridad y muerte.

A diferencia del voluntario, él sí tenía la esperanza de hallar a alguien con vida, pero solo halló muerte. “Cada cuerpo al que me acercaba, cada cuerpo que revisaba estaba sin vida”, dice.

Fue una contradicción para él, pues le habían dicho que había muchos sobrevivientes. Al final, tras las labores de búsqueda toda la noche solo hallaron seis con vida, pero ninguno lo encontró él.

De allí su mirada perdida cuando el sol le dio la cara. Aquella imagen no se le borrará de su mente. Es la primera vez que La Unión experimenta una tragedia de tal magnitud. Una que nadie vio, que nadie escuchó, pero que todos recordarán.

DAVID ALEJANDRO MERCADO
Enviado especial de EL TIEMPO
LA UNIÓN (ANTIOQUIA)
 
http://www.abc.es/internacional/abc...e-aereo-chapecoense-201611300736_noticia.html

Un niño guió el primer rescate del accidente aéreo del Chapecoense


El menor de unos diez años coordinó, en medio de su inocencia, la evacuación del jugador brasileño Alan Ruschel
56836043-ksPF--620x349@abc.jpg

Alan Ruschel, a su llegada a la clínica tras el accidente de avión - EFE
EFE 30/11/2016 07:36h - Actualizado: 30/11/2016 07:39h.Guardado en: Internacional
Un niño guió el rescate del primer sobreviviente hallado en la zona donde se accidentó el avión que transportaba a Chapecoense en el municipio colombiano de La Unión, en el departamento de Antioquia (noroeste), según relataron testigos a Efe.

El menor, de unos 10 años, coordinó, en medio de su inocencia, la evacuación del jugador brasileño Alan Ruschel del sitio conocido como Cerro El Gordo, donde quedó destruido el sueño del conjunto de Chapecó de conquistar su primera Copa Sudamericana. «Cuando estábamos parqueando las camionetas llegó un niño y nos dijo que a unos heridos los estaban sacando por otro lado», aseguró a Efe Sergio Marulanda, uno de los lugareños que cooperó con el desplazamiento de los seis sobrevivientes de la tragedia por el terreno agreste donde se estrelló la aeronave la noche del lunes.

Marulanda se convirtió en héroe anónimo gracias a una llamada de su hermano, un médico de la región que le pidió traer su camioneta 4x4 y las de otros cuatro amigos para cooperar en la misión de rescate que empezó dos horas después de la colisión del Avro Regional RJ85, de la aerolínea boliviana Lamia. «Un policía me dijo: 'usted es el primero en llegar, monte al niño en la camioneta y vaya a recoger los heridos'», recordó el hombre, oriundo de La Unión e hincha de Atlético Nacional.

En medio de la «impactante» escena, compuesta por un avión totalmente desintegrado, cuerpos diseminados y el fuselaje esparcido en al menos cien metros de diámetro, Marulanda recibió en su camioneta a Ruschel junto a socorristas que luchaban por estabilizarlo. «Lo subieron arropado, preguntó por su familia y sus amigos, dijo que le dolía mucho la cadera porque tenía una fractura», acotó sobre ese primer milagro que entregó la montaña.

En el lugar se apreciaban trozos de la indumentaria verde del Chapecoense que contrastaba con el color naranja de los balones coperos que nunca rodaron en el entrenamiento que tenía planificado el técnico Caio Júnior con sus dirigidos en Medellín un día antes del primer partido de la final de la Sudamericana ante Nacional. Ruschel, con algo de consciencia, mantuvo cortos diálogos en español con sus rescatistas y luego fue llevado a una clínica en la localidad de La Ceja. Junto a la vía principal de La Unión fue instalado el Puesto de Mando Unificado (PMU), que acumuló hileras de automóviles, ambulancias y periodistas, pues fue allí en donde se coordinaron todas las acciones que permitieron el rescate de seis sobrevivientes y 71 cuerpos.

Desde el Puesto de Mando partían por grupos rescatistas en camionetas, motos y caballos al sitio de la tragedia, ubicado aproximadamente a unos 17 kilómetros y que exigía una caminata en el último tramo de más de 30 minutos por un terreno agreste que incluía una pendiente de 80 grados y un descenso de 500 metros, según explicaron los expertos que atendieron la emergencia. Del lugar del siniestro descendían paulatinamente héroes con nervios de acero y cuerpos afectados por el frío que les produjo tener sus trajes húmedos y embarrados con lodo.

Ellos, al calor de un café, recapitularon sus experiencias, hablaron de la dificultad del terreno y se sorprendieron por encontrar, al igual que Marulanda, a niños en la zona donde yacían cuerpos sin vida. «Si ese avión se estrella un minuto después la tragedia hubiese sido mayor», reflexionaron los socorristas al analizar que esos 60 segundos de diferencia evitaron que la colisión fuera directamente en el municipio de La Ceja.

Entre esos rescatistas estaba Teobaldo Garay, capitán del Cuerpo de Bomberos de Perú, quien se encuentra de visita en el país y formó parte del grupo que estabilizó al jugador de Chapecoense Helio Hermito Zampier, el último sobreviviente que arrojó El Cerro Gordo. «Me encargué de la cabeza y el cuello, pues el paciente llegó con trauma craneoencefálico severo y con muy poca consciencia», relató Garay, quien precisó que tuvo que realizarle un lavado en el cuero cabelludo e interpretar las señales del jugador que fue encontrado bajo el fuselaje de la aeronave junto a su documentación.

En la zona, el director general de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Carlos Iván Márquez, se encargó de informar que la operación de rescate fue "una de las más rápidas" que se ha hecho en Colombia, gracias a la logística aérea, terrestre, de maquinaria y humana. Ahora, las autoridades colombianas se concentran en la investigación sobre las causas del siniestro y en el homenaje con velas, flores y camisetas blancas que prepara para mañana Atlético Nacional en el estadio Atanasio Girardot, a la misma hora en la debía disputar ante Chapecoense el partido de la final de la ahora ensombrecida Sudamericana.
 
http://www.elespectador.com/noticia...otencia-bombero-emergencia-de-articulo-668278

2016 - 11:04 PM
Testimonio del bombero Andrés Congote

“Hay tristeza, nostalgia, impotencia”: bombero en emergencia del Chapecoense
Al recordar las más de 16 horas de trabajo rescatando a los heridos y víctimas fatales del accidente, al bombero Andrés Cogote se le quiebra la voz y sus ojos se llenan de lágrimas.

Por: Maryluz Avendaño

Traga saliva y las contiene. Tiene claro cada detalle y una sonrisa se le escapa cuando recuerda cómo encontró a cuatro de los sobrevivientes. Una experiencia dolorosa que lo marcó a él y al cuerpo de bomberos voluntario. Asegura que necesitan ayuda sicológica para superar el estrés y el trauma causado, pues como lo afirma, nunca los preparan para ello.

“El lunes como a las 10:45 p.m., recibí una llamada del comando de Policía de aquí de La Unión. Me informaron que había un vuelo chárter perdido entre La Ceja y La Unión, que estuviéramos alertas. De inmediato le marqué al comandante y le dije que alertara a las unidades. A los dos minutos me llamaron del aeropuerto y me dijeron lo mismo, pero además que iban unas 80 personas en el avión. Diez minutos después la Policía me confirmó que habían encontrado el avión en Cerro Gordo, que los policías de la base que hay allá lo habían visto. Nos reunimos en la estación de bomberos y el comandante y yo llamamos a otros voluntarios, éramos 17 en total. Les dijimos que conservaran la calma, que nos íbamos a encontrar con un panorama muy complicado, que atendieran nuestras indicaciones y que todo lo íbamos a hacer con mucho respeto por los heridos y las víctimas fatales.

Nos demoramos unos 10 minutos en llegar al sitio. Allá nos esperaba el comandante de la base y nos dijo que escuchaban gritos en el lado occidental. En ese cerro hay un base de la policía y una antena que guía los aviones para entrar al valle de San Nicolás.

Cuando llegamos a la parte alta del cerro escuchamos los gritos. Les dije que éramos de rescate de La Unión, que si me escuchaban hicieran ruido o alumbraran con una linterna y de inmediato empezaron a mandar señales con una linterna.

En ese sitio había una malla de acero con alambre de puas, fue tanto mi desespero que me tiré por encima y me corté, los policías me ayudaron a bajar y le dije a mis unidades que esperaran que ya un agente iba a cortar la malla, que no se pasaran para que no hubiera más heridos.

Comenzamos a abrir camino con un machete para llegar al avión, porque no conocíamos caminos de herradura o servidumbre. Estaba haciendo mucho frio, había escarcha en los árboles y las plantas, y la neblina no dejaba ver a más de 150 metros a la redonda.

Llegamos al claro y vimos la estructura del avión, lo que se reconocía era una parte del fuselaje y las alas, nada más. Sentí mucho impacto al ver una estructura de esas tan imponente y ahí aplastada en el suelo, daban ganas de llorar porque eran 80 personas y por la forma como estaba la aeronave sabía que no había muchos sobrevivientes. No lloré, pero se me quebró la voz al dar las ordenes porque sabía que estaba mandando a mis unidades a rescatar muertos y no heridos. Uno no está preparado, pude haber tenido mis entrenamientos rigurosos, pero se tienen muchos sentimientos de tristeza, nostalgia, impotencia, es muy difícil procesar toda esa información.

Otra vez hice el llamado y las luces nos las hacían a unos 30 metros arriba del fuselaje. Entonces en compañía de los policías Coraballo y Chamorro, busqué un lugar, seguimos con el machete, nos demoramos 20 minutos abriendo camino para llegar allá.

La primera escena que vi fue, al lado derecho deteniéndolos con un árbol estaban Erwin (técnico del avión) y Ximena (auxiliar de vuelo), y en el lado izquierdo estaban Jackson (portero suplente) y Marcos Danilo (portero titular). Ellos dos estaban sentados en la silla y eso los salvó, porque estaban en sentido contrario al fuselaje.

Cuando los vi vivos cogí una linterna y le apunté a uno para que no se me perdiera y la otra se la di a los policías pata que me alumbraran. Verlos me dio alegría, me reí, les pregunté el nombre y les dije que tuvieran calma que íbamos a hacer todo para sacarlos de allá. Fue mucha felicidad ver que Erwin y Ximena estaban muy bien, golpes muy leves a pesar de ese accidente. Vi que Erwin era el que me estaba haciendo señales con una linterna negra pequeña.

En ese momento informé a las unidades que subieran tres camillas para comenzar a evacuarlos. El comandante de bomberos se había quedado en la base, desde allá teníamos buena comunicación y visibilidad hacia el avión. Jackson tenía posible fractura de cráneo, y fractura de fémur, tibia y peroné. Danilo, estaba sentado en la silla, pero tenía fractura en la zona cervical y en el fémur izquierdo y derecho, no podía moverse, solo lo sostenía el cinturón. No podía mover las manos. Ximena tenia fractura en el pie derecho y en el antebrazo derecho. Y una herida abierta. Erwin mucho dolor en la zona cervical y hematomas en el pecho. Yo me quedé con los dos policías y Diego Congote atendiendo a Erwin y a Ximena. Todos estaban conscientes. Y mandé tres unidades por cada uno de los otros dos pacientes.

Cuando les estábamos prestando la atención una de las unidades me dijo que Danilo estaba muy herido y no creía que fuera a sobrevivir. Cortamos el cinturón y lo montamos a la camilla. Erwin nos dijo que atendiéramos primero la niña, a pesar de sus golpes y que le dolía, no se dejaba atender de nosotros decía que primero ella, pero se corría a pesar del dolor. Eso me impactó demasiado porque él se movió a pesar del dolor para que pudiéramos sacar primero a Ximena.

Designamos una zona para ubicar a las víctimas, más o menos a unos 50 metros y de fácil acceso al camino que abrimos. Allí pusimos a los heridos. Solo sabíamos de esos cuatro sobrevivientes, ya en el proceso de rescate y camillaje que duró más de dos horas llegaron bomberos Rionegro, La Ceja, Itagüí y encontraron a los otros.

Cerca de donde encontramos a los heridos había otra persona sentada en una silla, pero ya estaba muerta. Y al lado había otra víctima.

Debíamos transportar a los heridos hasta las ambulancias por un camino muy fangoso, eran unos 30 minutos más o menos. Yo transporté a Ximena y la dejé esperando la ambulancia. Cuando regresé al sitio vi que estaban llevando a Jackson hacia las ambulancias y en el área de concentración de victimas estaba Danilo, los médicos y enfermeras lo estaban atendiendo y yo seguí hasta la zona a buscar más sobrevivientes, ahí me encontré con otros socorristas que llevaban a Erwin. Al rato otros compañeros me indicaron que Danilo había muerto cuando lo llevaban para la ambulancia. Fue algo muy triste porque nosotros como bomberos no queremos perder una vida en nuestras manos. Da mucha tristeza ver que fue una persona que quedó viva del accidente y no se pudo salvar.

A las 3:30 a.m. empezó a llover, así que les ordené a mis unidades que se resguardaran y esperáramos órdenes de qué hacer. Hubo un momento en que ya el frío me podía, casi que me iba a dar hipotermia, así que le informé al comandante y le dije que abandonaba el área que me relevaran y nos fuimos. En una casa nos dieron agua de panela caliente y tinto y prendieron una chimenea y secamos la ropa. Como una hora después, 4.30 am volvimos al área.

Los cuerpos los empezamos a sacar con la luz del día, con ese rayo de sol el panorama nos cambió totalmente y vimos la magnitud y la manera como habían quedado las víctimas. Eso fue muy duro, ahí si me primó la impotencia, ya sabía que no había más sobrevivientes. Me pude mantener en pie a pesar del impacto. No tengo cuenta de cuántos cadáveres sacamos, lo hacíamos muy rápido para llevarlos a donde estaba el personal de la Sijin para que los pudieran reconocer. Los compañeros se quebraban del cansancio y yo los animaba, les decía que había familias esperando.

Como a las 7 de la noche cuando llegué a mi casa, hablé con un amigo, le conté todo lo que había vivido y lloré mucho, me desahogué, saqué todo ese dolor, ya había hecho mi trabajo y sabía que ya podía quebrantarme. Hemos estado muy tristes, hay compañeros muy impactados por los cadáveres, creo que nos hace falta acompañamiento sicológico para superar esto porque nunca habíamos enfrentado una emergencia semejante.

Estos días he pensado mucho en Ximena y Erwin. Quisiera ir a visitarlos al hospital para saber cómo están, hablar con ellos. He pensado mucho en ellos porque se generó un vínculo emocional al atenderlos, a Ximena le decía que no cerrara los ojos que siguiera adelante, y a Erwin le di una chocolatina para que superara el frío y le di las gracias por todo lo que hizo, por ayudar a sus compañeros”.
 
http://www.elespectador.com/noticia...-video-del-rescate-de-tecnico-articulo-668527

“¿Y mi tripulación?”: dramático video del rescate de técnico de avión de Chapecoense
Erwin Tumiriri fue uno de los sobrevivientes del accidente, en el que perdieron la vida 71 personas, entre miembros del equipo de fútbol Chapecoense, tripulación y periodistas.

Por: Redacción Nacional
NACIONAL 2 DIC 2016 - 7:17 AM

Las imágenes, registradas minutos después de la colisión, muestran a Erwin Tumiriri, técnico de aviación boliviano, quien figura aturdido y perturbado, preguntando además por su tripulación, mientras es atendido por uniformados de la Policía. (Lea: Esta noche fue repatriada la primera víctima de la tragedia del Chapecoense)

El video evidencia el desconcierto del técnico, quien, en medio de la emergencia y pese a sus lesiones, grita para llamar a sus compañeros de tripulación sin recibir respuesta. (Lea: Restos mortales de víctimas de avión de Chapecoense llegarán el viernes a Brasil)



Rescatista: ¿Te duele? Vamos a tranquilizarnos, te vamos a sacar.

Tumiriri: Listo, listo.

Rescatista: ¿Te duele el estómago?

Tumiriri: No, no. Solo los brazos y la columna.

Rescatista: Te vamos a colaborar para salir rápido, apenas evacuen a tu compañera ¿listo? quédate tranquilo técnico.

Tumiriri: ¿Dónde está Alex? ¿Alex? ¿Ángel? ¿David?

Rescatista: No grites técnico, tranquilo. No te desgastes técnico

Tumiriri: ¿Mi tripulación?

Tras el accidente, el técnico de aviación boliviano, aseguró, según Fox Sports Argentina, que “sobreviví porque seguí los protocolos de seguridad. Ante la situación, muchos se levantaron de sus asientos y comenzaron a gritar. Puse las maletas entre mis piernas para formar la posición fetal que se recomienda en los accidentes”.

La colisión se presentó en el cerro El Gordo (municipio de La Unión), dejando un saldo de 71 muertos (entre miembros del equipo Chapecoense, de la tripulación y periodistas). El club brasileño estaba próximo a jugar el que sería su partido más importante: el de la final por la Copa Sudamericana con el Atlético Nacional. El encuentro estaba programado para este miércoles, pero tras la catástrofe, la Conmebol suspendió todos los partidos que estaban programados.

Luego de que se confirmara que en el avión estaban los jugadores del Chapecuense, los directivos del Atlético Nacional, como una forma de honrar la memoria de los fallecidos, le pidieron a la Conmebol que le diera el premio póstumo al equipo de Brasil, que por primera vez estaría en una final internacional, luego de haber ascendido a la primera división en el 2014.
 
si, lo ví y escuché.
en momentos tan difíciles, llamaba a sus amigos.
no le tocaba.
qué pena estas cosas.
Dios en su infinita misericordia les conceda el descanso eterno y la resignación a sus familiares.
 
Que triste...siempre he pensado que estrellarse debe ser una forma horrible de morir, mueres con pánico. Habéis visto lo del tatuaje con un corazón y un avión que se hicieron las mujeres de algunos jugadores ? no sé traerlo, si alguna coti fuese tan amable, lo leí en el mundo.
 
se lo habian hecho porque planeaban un viaje creo que a Punta Cana o alguna playa , ahora no recuerdo, que harian varias parejas, ya que al parecer eran muy amigos todos, el tatoo se lo habian hecho antes del accidente, parece premonitorio...
 
Back