Todo sobre Corinna y el Rey Juan Carlos

El Mundo Orbyt.

CORINNA SAYN-WITTGENSTEIN

01/07/2017

DEJARÁ DE SER PRINCESA
DOS LARGOS HISTORIALES AMOROSOS

El príncipe Casimir se casará en 2018 con la modelo Alana Bunte. Una pésima noticia para su primera mujer, la ex ‘entrañable amiga’ del Rey Juan Carlos, que perderá entonces todo tratamiento de Alteza Serenísima. POR EDUARDO ÁLVAREZ

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NO HA SIDO ÉSTA UNA BUENA semana para Corinna, la enigmática princesa alemana de origen danés que, solita ella, puso patas arriba este país cuando el secreto a voces de su “entrañable amistad” con el Rey Juan Carlos dejó de ser un secreto. Para empezar, porque el comisario Villarejo la ha vuelto a situar en el epicentro de las malolientes cloacas del Estado al asegurar que el mismísimo director del CNI la amenazó de muerte.

Pero, sobre todo, porque no le habrá hecho ilusión enterarse de que su segundo ex marido, el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, ha anunciado su compromiso con la modelo Alana Bunte. Y no por cuestión de celos. Sino porque desde el momento en el que el aristócrata vuelva a ser un hombre casado, Corinna tendrá que dejar de ir por la vida con rango de princesa y dejándose tratar como Alteza Serenísima. Corinna nació plebeya... y plebeya volverá a ser. Y eso aun aceptando que la ex amiga de nuestro Emérito siguiera siendo princesa... e incluso que lo haya sido alguna vez.

POLÉMICO MATRIMONIO

Corinna Larsen –su apellido de soltera– conoció a finales del siglo pasado a Casimir, segundo hijo varón del fürst Alexander, jefe de una rancia dinastía alemana con muchos siglos de historia, los Sayn-Wittgenstein-Sayn. Ella, 11 años mayor que él, se encontraba en trámites de divorcio de su primer marido, el empresario británico Philip Atkins, con quien tuvo una hija, Anastasia. En verano de 2000, Corinna y el príncipe germano se casaron en una ceremonia civil en Londres. El matrimonio fue rechazado por los familiares del novio, que no acudieron al enlace. La fama de cazafortunas que ya perseguía entonces a Corinna no era una buena tarjeta de presentación para meterse en el bolsillo a sus suegros, el citado príncipe Alexander y la condesa Gabriela von Schönborn-Wiesentheid, aristócratas de vieja cepa, catoliquísimos y, sobre todo, muy, muy discretos. Allegados a Corinna relatan que fueron infructuosos sus esfuerzos por convencer a los Sayn-Wittgenstein-Sayn de que a ella no le interesaba su apellido ni su posición, y que se casaba con Casimir exclusivamente por amor. Eso permite incluso interrogarse sobre si el fürst llegó a conceder a su indeseada nuera el derecho a ser tratada como princesa, una concesión privativa del jefe de la casa nobiliaria.

En todo caso, el matrimonio entre Corinna y Casimir se prolongó un lustro, hasta 2005. Conforme a las leyes alemanas, ella adoptó el apellido Sayn-Wittgenstein-Sayn, que sigue usando hoy en día con todo derecho. Tuvieron un hijo, el príncipe Alexander, llamado así en honor a su abuelo paterno, quien quizá se ablandó con el gesto, porque concedió permiso para que fuera bautizado a los cinco meses en la capilla del imponente palacio familiar de Sayn. Distintas fotos atestiguan que al príncipe se le cae la baba con su nieto, por mucho que no pueda ni ver en pintura a su madre.

La relación entre Corinna y Casimir fue un desastre. De hecho, cuando se divorciaron en 2005 llevaban ya largo tiempo haciendo vidas separadas. La bella danesa mantenía una relación más que estrecha con el Rey de España al menos desde 2004; y al joven príncipe germano se le atribuía por las mismas fechas un romance con la modelo Amanda Cronin, con la que se dejaba ver acaramelado –siendo todavía un hombre casado– en eventos de la alta sociedad inglesa, alguno de ellos con presencia de la misma reina Isabel II.

Han pasado ya 12 años desde que se disolvió el matrimonio de Corinna y Casimir. Y a ella le ha sobrado tiempo para protagonizar uno de los mayores escándalos de la última década en nuestro país, y para colarse en no pocos palacios de Europa y Oriente Próximo, en los que ha ejercido sus buenos oficios como consultora internacional. Qué duda cabe de que la etiqueta de princesa y un apellido tan rimbombante como Sayn-Wittgenstein-Sayn le habrá ayudado a abrirse puertas.

Pero el entorno de su ex familia política sostiene que Corinna ha estado usando el tratamiento principesco sin derecho. Por el contrario, fuentes próximas a ella han defendido que el acuerdo de divorcio al que en su día llegó con Casimir le permite mantener el título hasta que su ex vuelva a ser un hombre casado. Por ello, volviendo al principio, si damos por buena esta versión recogida en los últimos años por varias publicaciones, Corinna tiene los meses contados para poder seguir presentándose como princesa, diga lo que diga su documento de identidad –extremo que LOC desconoce–. Recordemos que en Alemania los títulos nobiliarios fueron incorporados al mismo apellido tras la abolición de la Monarquía y la proclamación de la República de Weimar, informa Carmen Valero. Un hecho que, con el paso del tiempo, ha provocado la proliferación de ciudadanos que se autotitulan nobles, pero que no cuentan con el reconocimiento de la Asociación de Federaciones de la Aristocracia Alemana, ni mucho menos de Gobiernos de terceros países o de las familias reales del mundo. Hay reglas muy distintas entre las decenas de Casas Reales o principescas del extinto Sacro Imperio en lo referente a la concesión de títulos y honores, aunque, lógicamente, es potestad del titular de cada una de ellas. Y volviendo al caso de Corinna, los expertos consultados por LOC coinciden en que desde el mismo momento en que se divorció de Casimir Sayn-Wittgenstein-Sayn, incluso en el supuesto de que mantuviera permiso para ser reconocida como princesa, en modo alguno podía seguir recibiendo tratamiento de Alteza Serenísima.

La realidad es que la bellísima rubia no parece haber puesto mucho empeño en dejar de ver en la prensa y en algunas notas de eventos oficiales su nombre precedido por la abreviatura SAS –un rango por debajo de Alteza Real, que dinastías como los Sayn-Wittgenstein-Sayn comparten con príncipes soberanos como los de Mónaco o Liechtenstein–. A nadie le amarga un dulce... aunque éste sí parezca amargarles a sus ex suegros.

Todo lo contrario a la alegría expresada por el fürst Alexander y la condesa Gabriela al anunciar de forma oficial el compromiso de su hijo Casimir con la modelo Alana Bunte, con la que lleva saliendo hace algo más de dos años, desde que se conocieron en Londres. Nacida en EEUU hace 27 años, la novia estudió Diseño en la capital británica. Y ha trabajado como modelo para firmas de moda internacionales como Kenzo, Marc Jacobs, Louis Vuitton o Diana von Furstenberg, y ha protagonizado editoriales para revistas como Marie Claire, Elle o Harper’s Bazaar. La californiana, de 1,78 de altura, ha sido imagen de ropa íntima y prendas deportivas de la marca Oysho, del gigante Inditex.

La ceremonia, que reunirá a buena parte del Götha alemán, se celebrará en la imponente fortaleza de Sayn. Y, en este caso, sí que no cabe ninguna duda de que Alana se convertirá en Su Alteza Serenísima, princesa Sayn-Wittgenstein-Sayn.

m
 
Vamos a ver en Alemania no hay títulos oficiialmente, por eso zu Sayn-Wittgenstein es oficialmente un apellido. Y si quiere puede quedarse con él hasta su muerte, eso sí ya no la llamarán princesa. Aunque su marido se casara 5 veces más. otra cosa es que ella quisiera desprenderse de el apellido, no lo creo.
Haced la prueba. Id a la wiki de cualquier noble alemán y veréis que los únicos apellidos son el título. Comparad con por ejemplo Carlos Falcó, Marqués de Griñón. O Leonor de borbón y Ortiz, Princesa de Asturias.
 
Les recomiendo lean la nota aparecida en La otra Cronica de El Mundo sobre el tema
Parece que el ex marido de Corinna, el verdadero principe, se comprometio para casarse y cuando lo haga Corinna pasara a ser como cualquier mortal Corinna Larsen, ya que pierde sus derechos a utilizar el titulo y el apellido sayn Witgenstein sayn, a no ser que lo cambie por Corina sin Witgenstein sin jajajajajaja
Seguro que ya esta buscando sustituto, ahora Juanito no le sirve porque ya no es nada
 
que drama..
est o da para libros,series y películas.. .

terrible

me deja muda..

si Belén Esteban es la princesa del pueblo..

después de la labor social ejercida por esta dama con JC..no se merece algo:finger:
 
Os recuerdo que en 1919, tras la Primera Guerra Mundial, en Alemania se abolió la monarquía y los títulos nobiliarios pasaron a formar parte del apellido. Pero la ex nobleza alemana los sigue utilizando - anteponiéndolos al nombre - y es que se siguen sintiendo superiores a los "simples mortales". En realidad, para evitar esta absurda confusión, los títulos nobiliarios se tendrían que haber eliminado por completo como se hizo en Austria.

De forma que Corinna ni es princesa ni nada, tan sólo porta un nombre muy rimbombante de origen noble. Pero entre ellos nada ha cambiado, siguen viviendo como si la nobleza no hubiese sido abolida. Igual y están esperando a la sombra a que la monarquía sea nuevamente instaurada. :LOL:...:(

Ejemplo de un nombre "noble" tras la abolición de la nobleza y sus títulos:
Nombre registro civil/oficial: Casimir Prinz zu Sayn-Wittgenstein
Cónyuge: Corinna Prinzessin zu Sayn-Wittgenstein, geborene Larsen (En realidad, Corinna Larsen tendría que tomar el apellido del marido>>Prinz zu Sayn-Wittgenstein, y no hacer del nombre "Prinz" la adaptación femenina del título>> Prinzessin. ;)

De forma que, conforme a la ley, tendría que llamarse Frau Corinna Prinz zu Sayn-Wittgenstein, ya que Prinz forma parte del nombre y no es un título, peeeeroooo... se les ha tolerado....). :rolleyes:

En los círculos de la nobleza, ellos siguen anteponiendo el "título" al nombre como si nada hubiese cambiado: Prinzessin Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Además, siguen utilizando los tratamientos tales como "Alteza", etc.
Ej.: Jamás de los jamases se dice Frau Prinzessin, Frau Baronin, Herr Baron, Herr Graf, etc. ellos no son Herra o Frau, sino Prinz, Graf, Prinzessin, Freifrau, etc...

Los apellido de la baja nobleza y que no tenían título, los que sólo llevan un "von" antepuesto al nombre, sí son Herr o Frau von XXX, pero ese von hace la diferencia de los simples mortales.

Espero no haberos confundido.:D

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
La proliferación de Príncipes alemanes

Medio centenar de familias germánicas continúan ostentando el tratamiento de realeza

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RAMÓN PÉREZ-MAURA 10/03/2013 00:00h - Actualizado: 10/03/2013 03:10h. Guardado en: Gente&Estilo Gente
Es fácil entender por qué hay muchos más príncipes alemanes que de ninguna otra nacionalidad. Cuando Napoleón forzó en 1803 el reagrupamiento de los Estados alemanes, que pasaron de 343 a 39, todos aquellos señores reinantes mantuvieron sus títulos, pero no el Gobierno de los territorios tradicionales de sus familias. Tras vencer a Napoleón III en Sedán, y de la mano de Bismarck, el Rey Guillermo de Prusia hizo proclamar en la Galería de los Espejos de Versalles el II Reich y se elevó a «Kaiser» el 18 de enero de 1871. Pero éste era un Imperio singular. Constaba, por orden de prelación, de cuatro reinos: Baviera, Prusia, Sajonia y Wurtemberg; seis grandes ducados: Baden, Hesse-Darmstadt, Mecklemburgo-Strelitz, Mecklemburgo-Schwerin, Oldemburgo y Sajonia-Weimar-Eisenach; cinco duca- dos: Anhalt, Brunswick, Sajonia-Altenburgo, Sajonia-Coburgo-Gotha y Sajonia-Meiningen y siete principados: Lippe-Schaumburg, Lippe-Detmold, Reuss-Gera, Reuss-Greitz, Schwarzburg- Rudolfstadt, Schwarzburg-Sonderhausen y Waldeck.

Aún así esas veintidós casas reales están lejos de formar un elenco completo. Hay alguna muy importante que dentro del Imperio Alemán quedó preterida, como es el caso de Hannover. Hannover dio a Inglaterra el Rey Jorge I en 1714 y ambos reinos compartieron Soberano hasta la llegada al trono de la Reina Victoria. En 1866 Hannover estaba aliado con Austria en la batalla de Sadowa y ambos fueron derrotados por Prusia, que anexionó el Reino. El jefe actual de esta Casa Real es Ernesto Augusto de Hannover, que es Príncipe de Hannover, Príncipe de Gran Bretaña e Irlanda y Duque de Brunswick y Lünenburg. Pero ha quedado, más que nada, para ser, legalmente, el marido de Carolina de Mónaco.

La República Federal de Alemania permite el uso de títulos de realeza y nobleza como Príncipe o Barón a modo de apellido. El jefe de la Casa Real de Prusia e Imperial de Alemania es el Príncipe Jorge Federico, nacido el 10 de junio de 1976 y casado en 2011 con Sofía, Princesa de Isenburg.La suya es una historia familiar trágica. Heredó la jefatura de la Casa Imperial y Real de su abuelo, Luis Fernando de Prusia, que fue jefe de la Casa entre 1951 y su muerte en 1994. El padre de Jorge Federico murió a causa de las heridas sufridas en un accidente durante unas maniobras militares en 1977 y tuvo una hija póstuma que nació con deficiencias mentales a causa de la toxoplasmosis que sufrió su madre durante el embarazo.

El Duque de Wurtemberg, Carlos, nació el 1 de agosto de 1936 y está casado con la Princesa Diana de Francia. Son visitantes habituales de nuestro país y mantienen una residencia en Mallorca a donde acuden en verano. También ha sido un frecuente visitante durante muchos años el Duque de Baviera, Franz, jefe de esa Casa Real y para los jacobinos partidarios de los estuardos, legítimo Rey de Inglaterra. Él poseyó la mayor finca de España, «La Garganta», en Ciudad Real, que después vendió al duque de Westminster.



Clases de realeza

Según la última edición del «Almanach de Gotha», cuya «Sociedad de Amigos» preside el Rey de España, las Familias Reales europeas quedan divididas en dos «partes». En la primera están las casas reinantes y las grandes casas que reinaron en el pasado. En total 45, de las que 16 son alemanas. En una segunda parte vienen otras 50 familias principescas todas alemanas o del Sacro Imperio Romano, que pueden ser asimiladas a nobleza, más que a realeza, pero que mantienen sus tratamientos.

Entre aquellas está la dinastía Sayn-Wittgenstein, cuyo nombre hace referencia a un condado en Renania del Norte-Westfalia, creado en 1345 por el matrimonio del conde Salentin de Sayn-Homburg y la condesa Adelaida de Wittgenstein. La dinastía está dividida en dos ramas. La primigenia es la Sayn-Wittgenstein-Berleburg y la secundaria es la Sayn-Wittgenstein-Sayn, este último el nombre de moda en los medios en España.

La República Federal de Alemania permite el uso de títulos de realeza y nobleza a modo de apellido. Igualmente, las mujeres asumen el apellido de su marido al casarse y si hay acuerdo entre ambos, al divorciarse pueden mantener apellido. Un ejemplo similar en el mundo anglosajón es el de la Princesa de Gales, que cuando se divorció de Carlos de Inglaterra, pasó a ser Diana, Princesa de Gales. En cualquier caso, ni Diana ni ninguna otra Princesa, cuando se divorcia, mantiene el tratamiento de Alteza Real o Alteza Serenísima.
 
Os recuerdo que en 1919, tras la Primera Guerra Mundial, en Alemania se abolió la monarquía y los títulos nobiliarios pasaron a formar parte del apellido. Pero la ex nobleza alemana los sigue utilizando - anteponiéndolos al nombre - y es que se siguen sintiendo superiores a los "simples mortales". En realidad, para evitar esta absurda confusión, los títulos nobiliarios se tendrían que haber eliminado por completo como se hizo en Austria.

De forma que Corinna ni es princesa ni nada, tan sólo porta un nombre muy rimbombante de origen noble. Pero entre ellos nada ha cambiado, siguen viviendo como si la nobleza no hubiese sido abolida. Igual y están esperando a la sombra a que la monarquía sea nuevamente instaurada. :LOL:...:(

Ejemplo de un nombre "noble" tras la abolición de la nobleza y sus títulos:
Nombre registro civil/oficial: Casimir Prinz zu Sayn-Wittgenstein
Cónyuge: Corinna Prinzessin zu Sayn-Wittgenstein, geborene Larsen (En realidad, Corinna Larsen tendría que tomar el apellido del marido>>Prinz zu Sayn-Wittgenstein, y no hacer del nombre "Prinz" la adaptación femenina del título>> Prinzessin. ;)

De forma que, conforme a la ley, tendría que llamarse Frau Corinna Prinz zu Sayn-Wittgenstein, ya que Prinz forma parte del nombre y no es un título, peeeeroooo... se les ha tolerado....). :rolleyes:

En los círculos de la nobleza, ellos siguen anteponiendo el "título" al nombre como si nada hubiese cambiado: Prinzessin Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Además, siguen utilizando los tratamientos tales como "Alteza", etc.
Ej.: Jamás de los jamases se dice Frau Prinzessin, Frau Baronin, Herr Baron, Herr Graf, etc. ellos no son Herra o Frau, sino Prinz, Graf, Prinzessin, Freifrau, etc...

Los apellido de la baja nobleza y que no tenían título, los que sólo llevan un "von" antepuesto al nombre, sí son Herr o Frau von XXX, pero ese von hace la diferencia de los simples mortales.

Espero no haberos confundido.:D

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La proliferación de Príncipes alemanes

Medio centenar de familias germánicas continúan ostentando el tratamiento de realeza

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RAMÓN PÉREZ-MAURA 10/03/2013 00:00h - Actualizado: 10/03/2013 03:10h. Guardado en: Gente&Estilo Gente
Es fácil entender por qué hay muchos más príncipes alemanes que de ninguna otra nacionalidad. Cuando Napoleón forzó en 1803 el reagrupamiento de los Estados alemanes, que pasaron de 343 a 39, todos aquellos señores reinantes mantuvieron sus títulos, pero no el Gobierno de los territorios tradicionales de sus familias. Tras vencer a Napoleón III en Sedán, y de la mano de Bismarck, el Rey Guillermo de Prusia hizo proclamar en la Galería de los Espejos de Versalles el II Reich y se elevó a «Kaiser» el 18 de enero de 1871. Pero éste era un Imperio singular. Constaba, por orden de prelación, de cuatro reinos: Baviera, Prusia, Sajonia y Wurtemberg; seis grandes ducados: Baden, Hesse-Darmstadt, Mecklemburgo-Strelitz, Mecklemburgo-Schwerin, Oldemburgo y Sajonia-Weimar-Eisenach; cinco duca- dos: Anhalt, Brunswick, Sajonia-Altenburgo, Sajonia-Coburgo-Gotha y Sajonia-Meiningen y siete principados: Lippe-Schaumburg, Lippe-Detmold, Reuss-Gera, Reuss-Greitz, Schwarzburg- Rudolfstadt, Schwarzburg-Sonderhausen y Waldeck.

Aún así esas veintidós casas reales están lejos de formar un elenco completo. Hay alguna muy importante que dentro del Imperio Alemán quedó preterida, como es el caso de Hannover. Hannover dio a Inglaterra el Rey Jorge I en 1714 y ambos reinos compartieron Soberano hasta la llegada al trono de la Reina Victoria. En 1866 Hannover estaba aliado con Austria en la batalla de Sadowa y ambos fueron derrotados por Prusia, que anexionó el Reino. El jefe actual de esta Casa Real es Ernesto Augusto de Hannover, que es Príncipe de Hannover, Príncipe de Gran Bretaña e Irlanda y Duque de Brunswick y Lünenburg. Pero ha quedado, más que nada, para ser, legalmente, el marido de Carolina de Mónaco.

La República Federal de Alemania permite el uso de títulos de realeza y nobleza como Príncipe o Barón a modo de apellido. El jefe de la Casa Real de Prusia e Imperial de Alemania es el Príncipe Jorge Federico, nacido el 10 de junio de 1976 y casado en 2011 con Sofía, Princesa de Isenburg.La suya es una historia familiar trágica. Heredó la jefatura de la Casa Imperial y Real de su abuelo, Luis Fernando de Prusia, que fue jefe de la Casa entre 1951 y su muerte en 1994. El padre de Jorge Federico murió a causa de las heridas sufridas en un accidente durante unas maniobras militares en 1977 y tuvo una hija póstuma que nació con deficiencias mentales a causa de la toxoplasmosis que sufrió su madre durante el embarazo.

El Duque de Wurtemberg, Carlos, nació el 1 de agosto de 1936 y está casado con la Princesa Diana de Francia. Son visitantes habituales de nuestro país y mantienen una residencia en Mallorca a donde acuden en verano. También ha sido un frecuente visitante durante muchos años el Duque de Baviera, Franz, jefe de esa Casa Real y para los jacobinos partidarios de los estuardos, legítimo Rey de Inglaterra. Él poseyó la mayor finca de España, «La Garganta», en Ciudad Real, que después vendió al duque de Westminster.



Clases de realeza

Según la última edición del «Almanach de Gotha», cuya «Sociedad de Amigos» preside el Rey de España, las Familias Reales europeas quedan divididas en dos «partes». En la primera están las casas reinantes y las grandes casas que reinaron en el pasado. En total 45, de las que 16 son alemanas. En una segunda parte vienen otras 50 familias principescas todas alemanas o del Sacro Imperio Romano, que pueden ser asimiladas a nobleza, más que a realeza, pero que mantienen sus tratamientos.

Entre aquellas está la dinastía Sayn-Wittgenstein, cuyo nombre hace referencia a un condado en Renania del Norte-Westfalia, creado en 1345 por el matrimonio del conde Salentin de Sayn-Homburg y la condesa Adelaida de Wittgenstein. La dinastía está dividida en dos ramas. La primigenia es la Sayn-Wittgenstein-Berleburg y la secundaria es la Sayn-Wittgenstein-Sayn, este último el nombre de moda en los medios en España.

La República Federal de Alemania permite el uso de títulos de realeza y nobleza a modo de apellido. Igualmente, las mujeres asumen el apellido de su marido al casarse y si hay acuerdo entre ambos, al divorciarse pueden mantener apellido. Un ejemplo similar en el mundo anglosajón es el de la Princesa de Gales, que cuando se divorció de Carlos de Inglaterra, pasó a ser Diana, Princesa de Gales. En cualquier caso, ni Diana ni ninguna otra Princesa, cuando se divorcia, mantiene el tratamiento de Alteza Real o Alteza Serenísima.

Qué interesante, Eleonora! Mil gracias - me encanta cuando cotilleamos y nos entretenemos con los atuendos y los royals, pero casi tanto o más, me entretengo cuando me "educo" con posts como éste que ha compartido Eleonora de Toledo.....muchas gracias otra vez!
 
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