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El venezolano del vídeo viral: 'Con Podemos estoy viviendo un déjà vú'.
El opositor relata cómo el nuevo socialismo destruyó Venezuela y señala similitudes inquietantes entre el chavismo y el auge de Podemos: "A Chávez lo aupó una clase media que buscaba vengarse del bipartidismo".
Hasta hace dos semanas Alberto Pérez Levy era un completo desconocido en España. Uno más de los miles de venezolanos que han llegado a España buscando las oportunidades que su patria, depauperada por el chavismo, les ha negado. Hasta que se viralizó elvídeo de su discusión con un podemita. La pieza en realidad es de 2015, pero por cosa de los duendes digitales ha estallado ahora. A él le pillo fuera, acompañando al padre del opositor Leopoldo López en un viaje en el que deban a conocer la dura realidad del chavismo: “Me llamaron y me dijeron, Alberto, eres Trending Topic. Yo no daba crédito, ¡lo único que tengo son mil seguidores en mi twitter (@activistaglobal)!".
Pérez Levy salió de Venezuela por un cúmulo de circunstancias. Hacía política, trabajaba con Antonio Ledesma, ahora encarcelado, en laalcaldía metropolitana de Caracas. Era Secretario de la Jefatura Civil del Recreo, algo así como responsable de un distrito. “Fue muy duro porque desde que tomamos posesión el Gobierno nacional empezó aquitarnos competencias”. En el caso del distrito de Alberto llegaron incluso a expulsarles del edificio. Tuvieron que trabajar en la calle, “tomando corriente para los ordenadores en los postes de luz”. Chávez les quitó todos los recursos. La situación se fue degradando hasta que encarcelaron a Richard Blanco, que era el perfecto de Caracas. A eso se sumó el proceso de deterioro económico, que se agudizó muy rápidamente. Fue entonces cuando se plantearon venir a España. “Llegamos en plena crisis, año 2010. Aún así era mucho más prometedor venir a España que quedarnos en lo que se estaba convirtiendo Venezuela. No nos equivocamos”.
Vino con su esposa, recién casado, en 2010. Sin trabajo ni familia en España y con diez mil euros en el bolsillo, fruto de los ahorros de ambos y de malvender un coche. Sí tenían amigos aquí, venezolanos que les precedieron en el éxodo que provocó –y provoca- elchavismo. Emprendió su propio negocio de catering, el mismo que ya tenía en Venezuela, y prosperó. Tuvieron una criatura, que hoy cuenta dos años: “él ya es español”. Lo dice y se le ilumina el rostro. “Español”. “Mi hijo se llama Santiago y no Guaicaipuro (nativo indígena, jefe de varias tribus caribes). Ni Brian. Ni William. Y se llama Santiago porque la capital de Venezuela se llama Santiago de León de Caracas, y se llama así porque es de origen español. Yo soy católico, me críe en esos valores, a veces con dudas, pero de cultura católica”.
Español a carta cabal
Su esposa, hija de españoles, tiene ya la doble nacionalidad; él está en trámites: “para mí es un orgullo ser español y estoy muy ilusionado con todo este proceso… aunque ustedes no lo entiendan”. Alberto, después de seis años, aún no alcanza a entender “lo poco que quieren y valoran los españoles su país; aquí la españolidad está completamente desprestigiada; no saben lo que tienen”. Es algo que ha detectado en multitud de conversaciones: “algunas personas han intentado incluso quitarme la ilusión por ser español”. Y en este sentido revela una confidencia a su entrevistador: “Durante la entrevista que mantuvimos Leopoldo López (padre) y yo con Zaida Cantera, (exmilitar y fichaje del PSOE) y viendo ella nuestro entusiasmo por España, nos quiso moderar. Nos dijo que siempre había que ser críticos ‘con el padre de uno’. Leopoldo le respondió que España era su madre y que lo sentía pero que él sólo podía quererla”.
Alberto es de origen sefardí –su segundo apellido es Levy-. “Yo en España me siento en mi tierra. Como en Venezuela. Yo no me llamo Túpac Amaru, me llamo Alberto Pérez”. Lamenta el éxito del chavismo a la hora de azuzar la hispanofobia “y en querer convertirnos en lo que no somos”. El chavismo, cuenta, jugó con ese cierto desprestigio que existe en los pueblos hispanos por una historia, “que buena o mala es nuestra historia”. Es una narrativa que explotaron los chavistas y que “ahora también explota Podemos, o en el pasado la fundación CEPS, liderada por Pablo Iglesias”. Llevarnos al punto de deconstrucción de nuestros valores, denuncia. “Esto ha calado mucho aquí”.
A Alberto le preocupan sobremanera los problemas de identidad y unidad que padece su país de acogida, pronto ya su propio país a todos los efectos. Ha pensado mucho en el asunto. Mucho más que la inmensa mayoría de españoles de este lado del Atlántico: “En realidad,el origen de los movimientos independentistas españoles está en un desprestigio de la españolidad. Hay mucha gente que siente lo que ocurre como simple decepción, pero detrás de eso hay mucha gente que lo está trabajando políticamente, y muchas veces inventando, para romper la unidad del país… y la unidad entre sus compatriotas, que fue lo que se hizo en Venezuela. Divide y vencerás”.
Alberto es un activista. Combatió el chavismo en Venezuela y lo combate en España, “y ahora jugaré la carta de la unidad, no de la división. De la unidad de España, porque es ahí donde nos encontramos. Lo contrario es lo que ocurrió en Venezuela: familias rotas, matrimonios rotos, padres que no hablan a sus hijos, hijos que no hablan a sus padres... En Venezuela se rompieron los lazos para siempre, en lo que de mi dependa, intentaré que eso no ocurra en España”.
El indigenismo como instrumento
Uno de los ingredientes de ese mejunje ideológico que llamamos chavismo es el indigenismo.
El indigenismo ha sido un instrumento electoral para construir esa nueva identidad nacional. La obsesión de diferenciarnos. Antes de Chávez tenía una representación mínima. Ahora hay que decirles afroamericanos a los hermanos negros. Mi hermana es más oscura que yo y la llamamos la negra de la familia. ¿Sabe qué? Ahora ya no se le puede decir.
Incluso a Bolívar le hacen retratos poniéndole rasgos indígenas.
Era un blanco criollo, un cacique que sólo le faltó vivir en Madrid y ahora lo convierten en un luchador por los negros. No tiene sentido.
Alguno se le va a enfadar mucho.
Me da igual, a mi no me van a dar lecciones de nada. Cuando a mi estos podemitas me dicen “facha” me gustaría que averiguaran quién es uno. Yo vengo de la socialdemocracia, mi abuelo era ateo, casi comunista y fundó comunas en Venezuela. Mi padre militó en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, ¡ponía bombas en la Universidad!
¿Y usted dónde se ubica en lo ideológico?
Mi padre acabo graduándose en la Universidad, se le enfrió la cabeza, se hizo abogado, la empresa privada. Se movió hacia un progresismo cívico. En la casa donde crecí había mucha literatura. Estaba Adam Smith, más que Marx. Quizás algunos poemas de Tolstoi por ahí, pero economía social de mercado. Friedman. Eso es lo que yo he visto, eso es lo que yo he leído. A Dios gracias.
Podemos, un déjà vu
Viene a España cuando aún no existe Podemos y es espectador de primera línea de su nacimiento y evolución… ¿le recuerda a algo?
El paralelismo con Venezuela es absoluto. Por el discurso, por la situación difícil, por la crisis del bipartidismo… déjà vu total. Están todos los elementos para que acabemos igual. Si no se ha producido aún la catástrofe es por el esfuerzo de muchas instituciones y de mucha gente a la que le importa España
¿Quizá en España nos ha salvado, además del precedente venezolano, que aquí había una clase media más ancha que allí?, ¿que aquí había más que perder?
Aquí hay una gran fortaleza que es la diversificación de la economía y de los medios de producción. Creo que el secreto está en el entramado social, las pequeñas y medianas empresas, que es donde está la conciencia real, que es de centro, que es de progreso, de querer vivir mejor. Eso es lo que ha frenado hasta el momento al chavismo en España.
A Chávez lo eligen las clases medias.
Claro, en el año 98 votaba en Venezuela la clase media, no votaban los sectores populares. Éramos tres millones y medio los que votábamos, ahora votan quince. A Chávez lo elegimos nosotros, efectivamente, la clase media. Abrumadoramente. Nosotros queríamos una venganza.
En eso también hay un paralelismo.
Claro, somos la misma cultura. Tenemos que ver a alguien caer, y ese alguien tienen que ser los partidos tradicionales.
El carácter carismático de Pablo Iglesias, ¿es equiparable al de Chávez?, ¿llega hasta aquí el paralelismo?
No. Chávez tenía bastante más carisma y sobre todo era un profundo conocedor de la idiosincrasia del pueblo venezolano. Pablo Iglesias es un chaval de clase media que ha tenido todas las oportunidades. No vivió las circunstancias que vivió Chávez, una infancia difícil, con carencias. No son comparables, Iglesias pertenece a una élite universitaria. Como el resto de la cúpula del partido. Por cierto que a mi me dieron clase.
¿Cómo es eso?, cuente, cuente…
Cuando vine a España me matriculé en la Universidad Complutense y me dio clases Errejón y Monedero. Íñigo era como muy distante, pero Monedero no. Monedero me buscaba por mi condición de venezolano, buscaba el conflicto.
¿El trato era correcto?
Me provocaba, quería provocar discusiones sobre Venezuela. Nunca caí. Yo quería pasar la materia, algo que por cierto no logré. Él iba con una pila de folios de diferentes colores a la hora de examinar a los alumnos. A mi siempre me daba un folio blanco, a sus correligionarios, folios todos del mismo color.
¿En serio?
Sí. O sea, fascistas ellos. Fascista él.
O sea, a los suyos les daba un color diferente para, a la hora de corregir, saber a quién tratar mejor y a quién peor.
¡Claro!
Un código de colores en función de la afinidad ideológica.
Así es. No hay otra explicación.
Os dejo el enlace porque es un poco largo:
http://gaceta.es/noticias/venezolano-video-viral-viviendo-deja-vu-13052016-1410
El opositor relata cómo el nuevo socialismo destruyó Venezuela y señala similitudes inquietantes entre el chavismo y el auge de Podemos: "A Chávez lo aupó una clase media que buscaba vengarse del bipartidismo".
Hasta hace dos semanas Alberto Pérez Levy era un completo desconocido en España. Uno más de los miles de venezolanos que han llegado a España buscando las oportunidades que su patria, depauperada por el chavismo, les ha negado. Hasta que se viralizó elvídeo de su discusión con un podemita. La pieza en realidad es de 2015, pero por cosa de los duendes digitales ha estallado ahora. A él le pillo fuera, acompañando al padre del opositor Leopoldo López en un viaje en el que deban a conocer la dura realidad del chavismo: “Me llamaron y me dijeron, Alberto, eres Trending Topic. Yo no daba crédito, ¡lo único que tengo son mil seguidores en mi twitter (@activistaglobal)!".
Pérez Levy salió de Venezuela por un cúmulo de circunstancias. Hacía política, trabajaba con Antonio Ledesma, ahora encarcelado, en laalcaldía metropolitana de Caracas. Era Secretario de la Jefatura Civil del Recreo, algo así como responsable de un distrito. “Fue muy duro porque desde que tomamos posesión el Gobierno nacional empezó aquitarnos competencias”. En el caso del distrito de Alberto llegaron incluso a expulsarles del edificio. Tuvieron que trabajar en la calle, “tomando corriente para los ordenadores en los postes de luz”. Chávez les quitó todos los recursos. La situación se fue degradando hasta que encarcelaron a Richard Blanco, que era el perfecto de Caracas. A eso se sumó el proceso de deterioro económico, que se agudizó muy rápidamente. Fue entonces cuando se plantearon venir a España. “Llegamos en plena crisis, año 2010. Aún así era mucho más prometedor venir a España que quedarnos en lo que se estaba convirtiendo Venezuela. No nos equivocamos”.
Vino con su esposa, recién casado, en 2010. Sin trabajo ni familia en España y con diez mil euros en el bolsillo, fruto de los ahorros de ambos y de malvender un coche. Sí tenían amigos aquí, venezolanos que les precedieron en el éxodo que provocó –y provoca- elchavismo. Emprendió su propio negocio de catering, el mismo que ya tenía en Venezuela, y prosperó. Tuvieron una criatura, que hoy cuenta dos años: “él ya es español”. Lo dice y se le ilumina el rostro. “Español”. “Mi hijo se llama Santiago y no Guaicaipuro (nativo indígena, jefe de varias tribus caribes). Ni Brian. Ni William. Y se llama Santiago porque la capital de Venezuela se llama Santiago de León de Caracas, y se llama así porque es de origen español. Yo soy católico, me críe en esos valores, a veces con dudas, pero de cultura católica”.
Español a carta cabal
Su esposa, hija de españoles, tiene ya la doble nacionalidad; él está en trámites: “para mí es un orgullo ser español y estoy muy ilusionado con todo este proceso… aunque ustedes no lo entiendan”. Alberto, después de seis años, aún no alcanza a entender “lo poco que quieren y valoran los españoles su país; aquí la españolidad está completamente desprestigiada; no saben lo que tienen”. Es algo que ha detectado en multitud de conversaciones: “algunas personas han intentado incluso quitarme la ilusión por ser español”. Y en este sentido revela una confidencia a su entrevistador: “Durante la entrevista que mantuvimos Leopoldo López (padre) y yo con Zaida Cantera, (exmilitar y fichaje del PSOE) y viendo ella nuestro entusiasmo por España, nos quiso moderar. Nos dijo que siempre había que ser críticos ‘con el padre de uno’. Leopoldo le respondió que España era su madre y que lo sentía pero que él sólo podía quererla”.
Alberto es de origen sefardí –su segundo apellido es Levy-. “Yo en España me siento en mi tierra. Como en Venezuela. Yo no me llamo Túpac Amaru, me llamo Alberto Pérez”. Lamenta el éxito del chavismo a la hora de azuzar la hispanofobia “y en querer convertirnos en lo que no somos”. El chavismo, cuenta, jugó con ese cierto desprestigio que existe en los pueblos hispanos por una historia, “que buena o mala es nuestra historia”. Es una narrativa que explotaron los chavistas y que “ahora también explota Podemos, o en el pasado la fundación CEPS, liderada por Pablo Iglesias”. Llevarnos al punto de deconstrucción de nuestros valores, denuncia. “Esto ha calado mucho aquí”.
A Alberto le preocupan sobremanera los problemas de identidad y unidad que padece su país de acogida, pronto ya su propio país a todos los efectos. Ha pensado mucho en el asunto. Mucho más que la inmensa mayoría de españoles de este lado del Atlántico: “En realidad,el origen de los movimientos independentistas españoles está en un desprestigio de la españolidad. Hay mucha gente que siente lo que ocurre como simple decepción, pero detrás de eso hay mucha gente que lo está trabajando políticamente, y muchas veces inventando, para romper la unidad del país… y la unidad entre sus compatriotas, que fue lo que se hizo en Venezuela. Divide y vencerás”.
Alberto es un activista. Combatió el chavismo en Venezuela y lo combate en España, “y ahora jugaré la carta de la unidad, no de la división. De la unidad de España, porque es ahí donde nos encontramos. Lo contrario es lo que ocurrió en Venezuela: familias rotas, matrimonios rotos, padres que no hablan a sus hijos, hijos que no hablan a sus padres... En Venezuela se rompieron los lazos para siempre, en lo que de mi dependa, intentaré que eso no ocurra en España”.
El indigenismo como instrumento
Uno de los ingredientes de ese mejunje ideológico que llamamos chavismo es el indigenismo.
El indigenismo ha sido un instrumento electoral para construir esa nueva identidad nacional. La obsesión de diferenciarnos. Antes de Chávez tenía una representación mínima. Ahora hay que decirles afroamericanos a los hermanos negros. Mi hermana es más oscura que yo y la llamamos la negra de la familia. ¿Sabe qué? Ahora ya no se le puede decir.
Incluso a Bolívar le hacen retratos poniéndole rasgos indígenas.
Era un blanco criollo, un cacique que sólo le faltó vivir en Madrid y ahora lo convierten en un luchador por los negros. No tiene sentido.
Alguno se le va a enfadar mucho.
Me da igual, a mi no me van a dar lecciones de nada. Cuando a mi estos podemitas me dicen “facha” me gustaría que averiguaran quién es uno. Yo vengo de la socialdemocracia, mi abuelo era ateo, casi comunista y fundó comunas en Venezuela. Mi padre militó en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, ¡ponía bombas en la Universidad!
¿Y usted dónde se ubica en lo ideológico?
Mi padre acabo graduándose en la Universidad, se le enfrió la cabeza, se hizo abogado, la empresa privada. Se movió hacia un progresismo cívico. En la casa donde crecí había mucha literatura. Estaba Adam Smith, más que Marx. Quizás algunos poemas de Tolstoi por ahí, pero economía social de mercado. Friedman. Eso es lo que yo he visto, eso es lo que yo he leído. A Dios gracias.
Podemos, un déjà vu
Viene a España cuando aún no existe Podemos y es espectador de primera línea de su nacimiento y evolución… ¿le recuerda a algo?
El paralelismo con Venezuela es absoluto. Por el discurso, por la situación difícil, por la crisis del bipartidismo… déjà vu total. Están todos los elementos para que acabemos igual. Si no se ha producido aún la catástrofe es por el esfuerzo de muchas instituciones y de mucha gente a la que le importa España
¿Quizá en España nos ha salvado, además del precedente venezolano, que aquí había una clase media más ancha que allí?, ¿que aquí había más que perder?
Aquí hay una gran fortaleza que es la diversificación de la economía y de los medios de producción. Creo que el secreto está en el entramado social, las pequeñas y medianas empresas, que es donde está la conciencia real, que es de centro, que es de progreso, de querer vivir mejor. Eso es lo que ha frenado hasta el momento al chavismo en España.
A Chávez lo eligen las clases medias.
Claro, en el año 98 votaba en Venezuela la clase media, no votaban los sectores populares. Éramos tres millones y medio los que votábamos, ahora votan quince. A Chávez lo elegimos nosotros, efectivamente, la clase media. Abrumadoramente. Nosotros queríamos una venganza.
En eso también hay un paralelismo.
Claro, somos la misma cultura. Tenemos que ver a alguien caer, y ese alguien tienen que ser los partidos tradicionales.
El carácter carismático de Pablo Iglesias, ¿es equiparable al de Chávez?, ¿llega hasta aquí el paralelismo?
No. Chávez tenía bastante más carisma y sobre todo era un profundo conocedor de la idiosincrasia del pueblo venezolano. Pablo Iglesias es un chaval de clase media que ha tenido todas las oportunidades. No vivió las circunstancias que vivió Chávez, una infancia difícil, con carencias. No son comparables, Iglesias pertenece a una élite universitaria. Como el resto de la cúpula del partido. Por cierto que a mi me dieron clase.
¿Cómo es eso?, cuente, cuente…
Cuando vine a España me matriculé en la Universidad Complutense y me dio clases Errejón y Monedero. Íñigo era como muy distante, pero Monedero no. Monedero me buscaba por mi condición de venezolano, buscaba el conflicto.
¿El trato era correcto?
Me provocaba, quería provocar discusiones sobre Venezuela. Nunca caí. Yo quería pasar la materia, algo que por cierto no logré. Él iba con una pila de folios de diferentes colores a la hora de examinar a los alumnos. A mi siempre me daba un folio blanco, a sus correligionarios, folios todos del mismo color.
¿En serio?
Sí. O sea, fascistas ellos. Fascista él.
O sea, a los suyos les daba un color diferente para, a la hora de corregir, saber a quién tratar mejor y a quién peor.
¡Claro!
Un código de colores en función de la afinidad ideológica.
Así es. No hay otra explicación.
Os dejo el enlace porque es un poco largo:
http://gaceta.es/noticias/venezolano-video-viral-viviendo-deja-vu-13052016-1410