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siento que te caigan aspas, me pasó algo así por criticar que se critique a las tiendas y tener que defender los lloros de gente como pretty and ole. OJO no critico a la gente con sobrepeso, critico los lloros de gente como pretty and ole, creo que es muy diferente. Esta muchacha puede tener un día una 58, 60, no caber en una silla y criticar a IKEA porque no hace sillas para su culo, mira ....el día que ella acepte que se le esta yendo de las manos, ya ni salud ni nada, que a mi su salud, sinceramente me la pela, pero que se baje de su nube, que ella no es solo una talla grande...es que esta obesa. Ahora entrara por aquí lo leerá y se volverá loca y se dará un atracón porque tiene un problema, pero se le pasa rapidito en cuanto le llaman para ser embajadora de C&A y Kiabi plus size....Ahi no le entra en pánico de la obsidad...AY AMIGA....$$$$$$$$$$$$$$$$Tengo que decirlo a reviento. No podemos culpar siempre a las tiendas. Es evidente que los tallajes van un poco al gusto o manías de las tiendas, pero también es cierto que cada una sabe lo que pesa y los cambios que han habido en nuestros cuerpos.
Es como si yo, que he cogido 25 kilos desde que me casé, pretenda embutirme en la talla 38 que me quedaba hasta grande, porque tengo que usar una 42 o 44 en pantalones y no me quejo del tallaje, que este mal (que puede ser), pero es obvio que estoy más grande y pesada que hace 10 años.
Pues ella igual. Lleva años poniéndose más grande y pesada, y pretende seguir siendo una 50, cuando es obvio que ella ya necesita tallas especiales siempre, y las que se puede poner normotalla, se ve mal. No pasa nada por reconocerlo.
Una de dos, o cambias de talla, y si no puedes, o quieres, reducción de peso, como ella quiera, a las buenas o a las malas, pero ya basta de victimizarse siempre con las tallas.
Las empresas tienen que cumplir con los tallajes, eso es indiscutible, pero habrá un límite tanto para la talla más pequeña como para la talla más grande de un mismo diseño, y las personas que pueden requerir una talla muy especial, como los protagonistas de mi vida con 300 kilos, tampoco pueden culpar de todo a las empresas textiles.