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Poesía Eres Tú...
- AutorAMBERS
- Fecha de inicio
Me permito con vuestra aquiescencia subir aquí un Poema en cuartetos que he compuesto en Homenaje a los chicos asesinados en el Pantano de Susqueda, en España. Un crimen desgarrador y que tiene su hilo en este Foro, con no pocas controversias; pero si en algo estamos de acuerdo es en la perversidad humana para llevar a cabo un acto de semejante calibre.-
Va por ellos.... A PAULA Y MARC.-
Hoy es domingo, al clarear el día
suenan disparos, se acabó la veda
hay inmensos nubarrones en Susqueda
y gritos de jabalí en su agonía.
Cese ya el ladrido de esos canes!!,
cese la caza y fuera las pistolas!!,
y que solo se disparen Amapolas
tras haberse ausentado los rufianes.
Amor y Paz inunden la arboleda,
salga la niebla ya de la espesura!!,
Paula y marc, allá,..desde la altura
Bendecirán este Bosque de Susqueda.
Para todos vosotros, queridas Amigas y amigos de este Foro,
Con todo mi corazón. Franfei.-
Va por ellos.... A PAULA Y MARC.-
Hoy es domingo, al clarear el día
suenan disparos, se acabó la veda
hay inmensos nubarrones en Susqueda
y gritos de jabalí en su agonía.
Cese ya el ladrido de esos canes!!,
cese la caza y fuera las pistolas!!,
y que solo se disparen Amapolas
tras haberse ausentado los rufianes.
Amor y Paz inunden la arboleda,
salga la niebla ya de la espesura!!,
Paula y marc, allá,..desde la altura
Bendecirán este Bosque de Susqueda.
Para todos vosotros, queridas Amigas y amigos de este Foro,
Con todo mi corazón. Franfei.-
Felicidades por esto @franfei ! Aquí estoy primera para puntuarte y acompañarte en este momento tan importante: tu primera publicación de un poema personal. De su belleza ya te hablé. Como así también de la capacidad enorme que tienes de transmitir sensaciones. Leerte es sentir lo que describes. Bravo Amigo! Que sea el primero de muchos más. Un gran abrazo.
Muchas gracias @Coti7495 , gracias por tu gentileza que me da ánimo para seguir.-
Miguel Hernández.
Aceituneros
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
Vientos del pueblo me llevan
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Aceituneros
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
Vientos del pueblo me llevan
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.
No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
España 1727h. del veintisiete de abril del año del Señor de dos mil dieciocho.
Serendi, os saluda y os dedica estos versos, de su mente entresacados, en tarde larga con sol adormecido.
De memoria, sin memoria o en brazos del olvido
De la memoria,
en la memoria
te resucitan
si te citan;
si no te nombran
entre tinieblas vives
y no volverás a
sentir el calor;
solo remordimientos..
por lo que
debiste hacer
y no hiciste...
por cobardía,
negligencia,
traición,
desamor
o avaricia;
cuando no...
orgullo;
ya sin perdón,
has alcanzado
una nube
que a ella te has subido,
es la del olvido....
olvido de tu olvido
borrando lo vivido....
existencia larga
final breve
olvido rápido....
¿pero entonces,
para que has vivido?
Serendi, os saluda y os dedica estos versos, de su mente entresacados, en tarde larga con sol adormecido.
De memoria, sin memoria o en brazos del olvido
De la memoria,
en la memoria
te resucitan
si te citan;
si no te nombran
entre tinieblas vives
y no volverás a
sentir el calor;
solo remordimientos..
por lo que
debiste hacer
y no hiciste...
por cobardía,
negligencia,
traición,
desamor
o avaricia;
cuando no...
orgullo;
ya sin perdón,
has alcanzado
una nube
que a ella te has subido,
es la del olvido....
olvido de tu olvido
borrando lo vivido....
existencia larga
final breve
olvido rápido....
¿pero entonces,
para que has vivido?
verdades como templos! gran poema Serendi, felicidades. No existe el botón que grafique lo que pienso de tus palabras...
"...¿pero entonces,
para qué has vivido?...
memorables, amigo Poeta.
bien dicen que morimos cuando ya no nos recuerdan
Celebremos la vida!
Mis saludos a tu alma sincera y expresiva.
Hola @Coti7495 , ya doblando almanaques y pasando meses en el buen entendimiento y mutua admiración y respeto.
Gracias por tu elogios y la generosidad al expresarlos, con lo que aparte de enorgullecerme de ellos --no ya por haberlos merecido-- sino más bien por haberlos emitido una compañera siempre ecuánime y que tiene "a gala" decir con exactitud y atinado enjuiciamiento todo lo que postea, comenta o hace resaltar.
Ahora si que me doy cuenta que aún nada he hecho, y camino me queda por recorrer, en pos de continuar mereciendo tu atención y por descontado, la de todos: forer@s y visitantes, en el mismo sentido y por igual.
Saludos,
Serendi.
Gracias Serendi por tus inmerecidos elogios.
Bien sabes que no miento, solo digo verdades. Las mentiras que las enarbolen otros.
Lo mío es la vida, los buenos sentimientos, la verdad compartida, las realidades del corazón, la felicidad como meta.
Profundo y sincero tu poema. Del entendimiento real de tus palabras salieron las mías.
La verdad ante todo y la realidad flameando en los corazones.
Así sí vale la pena vivir, amar y ser amado.
Un gran saludo y mis deseos de que continúes deleitándonos con tus palabras, que tan bien las dominas, como así el alma y sus sentires. Saludos cordiales y hasta la próxima.
