Pintura - Museos - Exposiciones

FOTOENSAYO
La intimidad de un icono de los ochenta: Campano fotografiado por Del Moral
8 FOTOS
El fotógrafo francés Jean Marie del Moral retrató hace cuatro décadas al pintor madrileño Miguel Ángel Campano (1948-2018), cuyas obras se pueden ver estos días en una gran retrospectiva en el Museo Reina Sofía. En las imágenes, tomadas en los dos estudios del artista en París, quedó plasmada su intensidad creativa y la fuerza de sus brochazos abstractos.

Jean Marie del Moral
8 MAR 2020


El artista español Miguel Ángel Campano, retratado en uno de sus estudios en París.


El artista español Miguel Ángel Campano, retratado en uno de sus estudios en París.


  • El artista fue uno de los referentes de la llamada renovación de la pintura española de finales del siglo XX.
  • El artista fue uno de los referentes de la llamada renovación de la pintura española de finales del siglo XX.

  • Campano empleó el brochazo y la mancha como técnicas expresivas.
  • Campano empleó el brochazo y la mancha como técnicas expresivas



Cuestionaba la pintura desde dentro de la propia pintura.

  • Cuestionaba la pintura desde dentro de la propia pintura.


  • En 1996 ganó el Premio Nacional de Artes Plásticas.
  • En 1996 ganó el Premio Nacional de Artes Plásticas.

  • El fotógrafo Jean Marie del Moral le retrató en la década de los 80.

  • El fotógrafo Jean Marie del Moral le retrató en la década de los 80.

  • En las imágenes, quedó plasmada su intensidad creativa.

  • En las imágenes, quedó plasmada su intensidad creativa.

  •  Fue Antonio Saura quien me pasó su teléfono. Le llamé y quedamos para el día siguiente en su estudio de Montreuil, ciudad obrera de la  banlieue  de París. En aquella década de los ochenta, Miguel Ángel Campano (1948-2018) pintaba series basadas en Nicolas Poussin (1594-1665). Era un día frío, lluvioso y gris típico de los inviernos parisienses. Me invitó a café. Vestía camiseta blanca y tejanos como Pollock y también fumaba sin cesar. Hablaba en voz baja, comentando su obsesión por  Le déluge , de Nicolas Poussin, cuadro crepuscular del pintor francés del siglo XVII. Apoyados en la pared esperaban un lienzo blanco sobre bastidor de 2 metros por 1,50 y dos de 60 centímetros por 50 para esbozos. Se puso a pintar con energía y gestos espectaculares otra versión de  Le déluge d’après Poussin . Se movía de los esbozos al cuadro grande echando pinceladas negras, ocres, grises. Al cabo de dos horas, el cuadro, lejos de terminar, ya desvelaba una barca y un personaje presos en un río enfurecido bajo el diluvio. Detrás de la barca, una casa y un árbol. Me fijé en que pintaba igual con la mano izquierda que con la derecha.     Texto de Jean Marie del Moral     D’après   es el título de la retrospectiva sobre Miguel Ángel Campano que se puede ver en el Museo Reina Sofía hasta el 20 de abril.

  • Fue Antonio Saura quien me pasó su teléfono. Le llamé y quedamos para el día siguiente en su estudio de Montreuil, ciudad obrera de la banlieue de París. En aquella década de los ochenta, Miguel Ángel Campano (1948-2018) pintaba series basadas en Nicolas Poussin (1594-1665). Era un día frío, lluvioso y gris típico de los inviernos parisienses. Me invitó a café. Vestía camiseta blanca y tejanos como Pollock y también fumaba sin cesar. Hablaba en voz baja, comentando su obsesión por Le déluge, de Nicolas Poussin, cuadro crepuscular del pintor francés del siglo XVII. Apoyados en la pared esperaban un lienzo blanco sobre bastidor de 2 metros por 1,50 y dos de 60 centímetros por 50 para esbozos. Se puso a pintar con energía y gestos espectaculares otra versión de Le déluge d’après Poussin. Se movía de los esbozos al cuadro grande echando pinceladas negras, ocres, grises. Al cabo de dos horas, el cuadro, lejos de terminar, ya desvelaba una barca y un personaje presos en un río enfurecido bajo el diluvio. Detrás de la barca, una casa y un árbol. Me fijé en que pintaba igual con la mano izquierda que con la derecha.

  • Texto de Jean Marie del Moral
    D’après es el título de la retrospectiva sobre Miguel Ángel Campano que se puede ver en el Museo Reina Sofía hasta el 20 de abril.








 
Solo con Raffaello
Raffaello Sanzio se inventó la belleza y sus proporciones. Fue como Elvis Presley en el pop


MANUEL VILAS
10 MAR 2020


La exposición sobre Raffaello en Roma.


La exposición sobre Raffaello en Roma.REMO CASILLI / REUTER



Creo que tengo una suerte extraña, pues me encuentro en Roma justo en el momento adecuado para que el coronavirus me regale una Roma vacía, sin turistas, sin nadie en las calles. Gracias a la indeseable peste estoy contemplando una Roma deseada, tal como era hace cien años, o tal vez más. Dirijo mis pasos hacia Le Scuderie del Quirinale, donde tiene lugar la exposición dedicada al pintor renacentista Raffaello Sanzio, con motivo de cumplirse los 500 años de su muerte.

En la entrada me encuentro con Mario De Simoni, que es el presidente del Quirinale. Nos damos la mano y nos reímos, pues estamos contraviniendo los inelegantes consejos sanitarios. Mario me cuenta que llevan tres años trabajando en esta exposición. Me dice que hay dos préstamos del Museo del Prado. Hay uno especial, es el cuadro conocido como la Virgen de la Rosa. Me comenta que es la primera vez que este lienzo regresa a Roma desde que salió rumbo a España, en el siglo XVII. Más de cuatrocientos años ha tardado en retornar la rosa y la virgen a su hogar, a Roma.

Cuatrocientos años fuera de casa. Camino por las salas del Quirinale. También el coronavirus triunfa aquí y me regala un Raffaello Sanzio para mí solo. Como si yo fuese el pontífice que le encargaba las obras al maestro y tenía el privilegio de ser el primero en verlas acabadas y en dar su aprobación. “Muy bien maestro Raffaello, me gusta esta Madonna, ¿cuánto pedís por ella?”. Raffaello Sanzio se inventó la belleza y sus proporciones. Fue como Elvis Presley en el pop. Hubo un antes y un después. Como Elvis, murió joven, con 37 años, y toda Roma lo lloró, como toda América lloró a Elvis. Fue enterrado en un ángulo mágico del Panteón, elegido por el propio pintor.

Sigo paseando por esta excelente exposición. Raffaello creía en Dios, o mejor dicho, creía en la representación pictórica de la divinidad, no distinguía entre lo primero y lo segundo, y a esa indistinción la hemos llamado Renacimiento. No distinguía entre la religión y el arte. Entre Dios y el hombre. Raffaello se inventó la gloria y el cielo. Se inventó el corazón humano.

Miro ahora las finas manos del papa León X. Es un papa con algo de sobrepeso, pero sus ropas abultadas impiden saber la naturaleza de su cuerpo. Me gusta mucho el retrato de Baltasar de Castiglione. Parece un hombre bueno, hay en su rostro una bondad luminosa. Me quedo contemplando los autorretratos del artista. Uno de adolescente, otro de hombre maduro. ¿Inventó también Raffaello la autobiografía y la melancolía del paso del tiempo? Indago en su mirada. Nos dice algo. Nos dice que se pintó a sí mismo para dejar constancia de que alguna vez hubo un ser humano llamado Raffaello Sanzio, que su cuerpo estuvo bajo el sol. Al día siguiente de mi visita, la peste cierra el Quirinale.

 
Que no muera la cultura en cuarentena: 10 visitas virtuales a museos para una pandemia
Aunque el día del libro sea el 23 de abril la Feria del Libro se ha trasladado a octubre; muchos de los conciertos previstos


Foto: La Mona Lisa, una de las obras de arte más visitadas del Museo del Louvre en París, en 2011 (EFE)


La Mona Lisa, una de las obras de arte más visitadas del Museo del Louvre en París, en 2011 (EFE)


AUTOR
CULTURA
15/03/2020


Aunque el día del libro sea el 23 de abril la Feria del Libro se ha trasladado a octubre; muchos de los conciertos previstos en los próximos días y semanas en el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid (Wizink Center) se han suspendido y trasladado a fechas posteriores y muchas salas de cine se han visto obligadas a reducir el aforo de sus sesiones o incluso a cerrar —minetras otras han aprovechado para lanzar descuentos en entradas—: la crisis generada por la pandemia de coronavirus en el mundo tiene multitud de efectos directos e indirectos, y la cultura es uno de ellos. El famoso museo del Louvre, en París, cerró sus puertas hace ya más de diez días, como medida de prevención para evitar contagios dentro de sus salas, y decenas de centros culturales han seguido sus pasos en los últimos días.

En Madrid, donde se encuentra la gran mayoría de los afectados por el Covid-19 de España, este jueves cerraron museos como el Prado, el Thyssen o el Reina Sofía. La Comunidad ha decretado, además, el cierre de bares, restaurantes y todo tipo de tiendas que no sean de alimentación, poco después de la clausura de terrazas y parques dentro del Ayuntamiento de la capital. Si bien España se encuentra en la situación en la que se encontraba Italia hace algo más de una semana, las medidas tomadas en Madrid parafrenar la pandemia son similares a las establecidas en todo el país vecino. En estas circunstancias, surgen nuevas ideas para fomentar esa responsabilidad que se pide desde las autoridades con el objetivo de minimizar los contagios: el aislamiento preventivo en el hogar.

Desde el 'hashtag' #YoMeQuedoEnCasa, al que se han sumado muchas caras conocidas para insistir en la necesidad de minimizar el contacto con otras personas, hasta la "solidaridad" de Pornhub ofreciendo por** gratis a lositalianos en cuarentena, pasando por las muchas 'apps' ya existentes para poder hacer ejercicio en casa y seguir entrenando a pesar del cierre de los gimnasios y centros deportivos, a muchas personas se les han ocurrido muchas ideas para salir lo mínimo de casa. En varios grupos de WhatsApp ha comenzado a llegar una lista con diez museos del mundo que ofrecen visitas virtuales, por lo que se presenta como una buena opción para superar la cuarentena:

Museo del Prado, en Madrid
Una de las iniciativas lanzadas en España por la cultura es la de invitar a todos a sumarse a #PradoContigo, para poder bucear por dentro del museo de manera virtual. El Prado ha suspendido sus emisiones en directo, pero desde su perfil de Instagram siguen publicando numerosos vídeos para conocer las entrañas del museo. Todos los días a las 10:00 de la mañana, la hora de apertura del museo, lanzará a través de sus redes alguna noticia que, tal y como ha indicado el presidente del Real Patronato del Museo del Prado, Javier Solana, "puede ser el análisis de un cuadro, una reflexión sobre belleza" o cualquier cosa "que no nos separe del museo que desgracidamente tiene que cerrar pero que seguirá abierto".




Museo del Prado
✔@museodelprado



El Presidente del Real Patronato del Museo del Prado ⁦@javiersolana⁩ destaca las iniciativas online que se van a tomar tras el cierre del Museo #PradoContigo



Pinacoteca di Brera, en Milán (Italia)



ITA01 MILÁN (ITALIA), 07 11 2016.- El director de la Pinacoteca de Brera, James Bradburne, posa ante los fotógrafos delante de los cuadros 'Judit y Holofernes' (d), supuesta obra del artista italiano Caravaggio, y de 'Judit y Holofernes' (d), del artista flamenco Louis Finson, en la Pinacoteca de Brera en Milán, Italia, hoy 7 de noviembre de 2016. La obra de Caravaggio se encontró el 2014 en Toulous en Francia. Finson trabajó con Caravaggio e hizo una copia de su obra antes de su desaparición. La exposición está abierta al público del 10 de noviembre de 2016 al 5 de febrero de 2017. EFE Matteo Bazzi


ITA01 MILÁN (ITALIA), 07 11 2016.- El director de la Pinacoteca de Brera, James Bradburne, posa ante los fotógrafos delante de los cuadros 'Judit y Holofernes' (d), supuesta obra del artista italiano Caravaggio, y de 'Judit y Holofernes' (d), del artista flamenco Louis Finson, en la Pinacoteca de Brera en Milán, Italia, hoy 7 de noviembre de 2016. La obra de Caravaggio se encontró el 2014 en Toulous en Francia. Finson trabajó con Caravaggio e hizo una copia de su obra antes de su desaparición. La exposición está abierta al público del 10 de noviembre de 2016 al 5 de febrero de 2017. EFE Matteo Bazzi



http://pinacotecabrera.org/virtualtour/start.html


Galleria degli Uffizi, en Florencia (Italia)

Musei Vaticano, en Roma (Italia)

Museo Arqueológico de Atenas (Grecia)

Museo del Louvre, en París (Francia)

British Museum, en Londres (Reino Unido)

Metropolitan Museum (MET), en Nueva York (EEUU)

Museo Hermitage, en San Petrsburgo (Rusia)

National Gallery of Art, en Washington (EEUU)


 
Rubens y el titán de la ciencia
Los museos cierran sus puertas, pero la contemplación del arte sigue abierta. Cada día, destacamos una obra que se puede visitar en la red. La primera: 'Prometeo', el cuadro del maestro flamenco conservado en el Prado, metáfora contra la resignación y el cinismo



'Prometeo' (1636-37), de Rubens.


'Prometeo' (1636-37), de Rubens. MUSEO DEL PRADO

PEIO H. RIAÑO
17 MAR 2020


El titán que odiaba a los dioses entregó a los humanos el fuego, con el que dominaron a la naturaleza. El fuego es el origen de la civilización, la era del conocimiento que liberó a los mortales de las falsas creencias y los parapetó en la ciencia. Prometeo, el mito que recuperó Rubens para decorar la Torre de la Parada –una finca de caza de Felipe IV, en el Pardo (Madrid)–, se ha convertido en la metáfora contra la resignación y el cinismo, una invitación a evitar la ignorancia para hacernos el menor daño posible. La cuarentena nos lo recuerda. Ese ser portentoso, que mira de soslayo para comprobar que no le sigue Zeus en su huida, es el mito de la lucha contra la estupidez, el abanderado de la revolución del pensamiento. La obra, pintada sobre una pequeña tabla de roble, se encuentra en el Prado, donde se exhibe en una vitrina en la sala dedicada a Rubens, aunque durante estas semanas de cierre también puede contemplarse en alta definición a través de la web del museo.

El propio pintor actuó como un dios científico al construir con la precisión de ingeniero este mundo tan perfecto como irreal. La superficie de la tabla (hay cerca de cincuenta bocetos como este, de unos 25 centímetros de alto, que realizó entre 1636 y 1638) está plagada de marcas que guían al pintor: rastros del compás que usó para trazar proporciones, repartir fuerzas y ubicar personajes, con una precisión máxima en unas dimensiones mínimas. Como un geómetra del cuerpo humano: “Los elementos de la figura humana son el cubo, el círculo y el triángulo”, dejó escrito Rubens. Y como un matemático de las emociones: el artista flamenco pintó para el rey español un mundo sin tacha, donde los únicos defectos son los que porta el propio ser humano. Las miserias ocultas las desvela con un simple gesto. Rubens los estudia y los descubre como el mejor director de actores.

El acto de Prometeo termina convirtiéndose en el grado cero de todas las utopías de la modernidad y esta pequeña y exquisita tabla, en la demostración de lo poco que necesita la pintura para convertirse en una obra maestra. El artista ha operado con agilidad: mientras el cuerpo del ladrón del conocimiento está limitado por una línea que subraya sus músculos, la tela de la túnica que lo cubre se mueve con golpes de luz y sombras. La urgencia de sus pinceladas no evitó el cuidado del reflejo del brillo de la antorcha -con tres toques de un rojo que arde- sobre el pecho del protagonista. Vuela sobre la nada, como había hecho un año antes Velázquez con Pablo de Valladolid.

 
Primitivo y futurista
El museo de arte Dune, en la playa de la bahía Bohai, al norte de China, utiliza la arena como aislante para proteger a la vez el edificio y el ecosistema


ANATXU ZABALBEASCOA
17 MAR 2020


Museo Dune, en China.


Museo Dune, en China. WU QINGSHAN


George Lucas eligió una vivienda troglodita de Matmata, al sur de Túnez, para ubicar la casa futurista del joven Luke Skywalker. Era una casa-cueva hundida en la arena, excavada en el paisaje, una vivienda subterránea de muy limitado consumo energético y que de lejos apenas se distinguía de la topografía que la rodeaba.



Museo Dune.


Museo Dune


Algo parecido, hablar del pasado de las cuevas y del futuro de la construcción sostenible han hecho los arquitectos del estudio chino Open Architecture Li Hu y Huang Wenjing. La pareja de proyectistas y su equipo han firmado algunos de los edificios más sorprendentes levantados en China en el último lustro. Su objetivo, “reconocer el poder transformador de la arquitectura para cambiar la manera de vivir de la gente y conseguir la armonía entre la naturaleza y lo hecho por el hombre”, se materializa en un edificio que, como inspirado en juegos infantiles, fue encofrado a mano para levantar, o cavar, celdas de hormigón y luego cubierto de arena. No se trata del último capricho: la arena sirve para aislar el inmueble del frío y del calor.



Interior del Museo Dune.


Interior del Museo Dune. WU QINGSHAN


Cubrir un edificio de arena podría ser una de las arquitecturas más lógicas para los edificios que se levantan junto a desiertos. En el Museo Dune, las salas y el café fueron construidas a mano por obreros de Qinhuangdao reconvertidos tras haber abandonado su trabajo en los astilleros de la zona. Al final, es la cubierta, en su cara interior, la que construye la arquitectura inesperada del museo. Tras atravesar el túnel oscuro de acceso, la diversidad de alturas y las claraboyas, desde las que se puede ver el cielo, convierten las cuevas en torres. El acabado imperfecto de las celdas es justamente lo que buscaban los arquitectos que han llevado esa huella manual wabisabi a las mesas y las sillas —todas distintas— que han diseñado para el café y las salas de exposición.




Interior del museo.


Interior del museo. WU QINGSHAN

¿Una excentricidad más? Lo contrario. Se trata de un intento de aceptar la orografía y construir en diversas alturas en lugar de allanar, para proteger un ecosistema y, a la vez, emplear la arena del lugar para vestir y aislar el edificio.


 
El arte contemporáneo, “harto” con el “silencio total” del ministro de Cultura
El sector, que cuantifica las pérdidas para las galerías en 50.000 euros, se reúne telemáticamente ante la falta de medidas concretas por parte del Gobierno frente a la crisis



Una obra de la exposición 'América', de Fernando García.


Una obra de la exposición 'América', de Fernando García.GALERÍA HEINRICH EHRHARDT




PEIO H. RIAÑO
Madrid -
24 MAR 2020

Este lunes la mesa sectorial del arte contemporáneo -Asociación de Directores de Arte Contemporáneo de España (ADACE), Consorcio de galerías de arte contemporáneo, Federación Estatal de Asociaciones de Gestores Culturales (FEAGC), Instituto de Arte Contemporáneo (IAC),Mujeres en las Artes Visuales (MAV) y Unión de Asociaciones de Artistas Contemporáneos de España (Unión_AC)- se ha reunido vía Zoom ante las consecuencias derivadas de la crisis sanitaria del Covid-19. La conclusión no es buena para el Ministerio de Cultura: “Han pasado más de dos semanas desde que mandamos los primeros informes y no sabemos nada. Luego se aprobó el Decreto sin las medidas que planteábamos. Ha pasado una semana desde aquello y seguimos sin saber nada de ellos. Estamos hartos y cabreados”, explica Marta Pérez Ibáñez, presidenta del IAC.

Idoia Fernández, presidenta del Consorcio de galerías, muestra la misma frustración. “Mandamos el informe antes de la aprobación del Decreto. Entonces ese domingo desde el Ministerio nos llamaron para que realizásemos otro a partir de lo aprobado para que el ministro, José Manuel Rodríguez Uribes, lo tuviera en el Consejo de Ministros del martes para ver si podía rascar algo. Ese martes el ministro anunció que iba a llamar a todos los sectores. No llamó a ninguna de las asociaciones vinculadas con el arte contemporáneo, y desde hace una semana sólo tenemos silencio total. No podemos entender nada: ¿ni una llamada para comentar las propuestas que hemos hecho?”, se pregunta la galerista.

Las galerías han propuesto, además de la revisión del pago de autónomos y la condonación de los alquileres, una línea de ayudas a producciones de exposiciones de artistas españoles. Reclaman también líneas de crédito sin intereses y a medio plazo. Fernández recuerda que el gobierno francés ha aprobado una línea de ayudas a las galerías de dos millones de euros. “Aquí no tenemos noticias. No me creo que en el Ministerio estén trabajando en ello sin haber hablado con nosotros. Es que no han llamado ni para preguntar cómo pueden ayudar al sector: estamos abandonados a nuestra suerte, mirando el BOE”, lamenta Idoia Fernández, que denuncia la falta de representación ante el gobierno del sector. Recuerda que la cultura se ha puesto a disposición de la sociedad para paliar el confinamiento, pero se pregunta quién va a ayudar ahora a la cultura. Desde el Ministerio niegan la incomunicación con el sector y aseguran que sí han mantenido conversaciones.

Los galeristas se reconocen como una pieza esencial en la supervivencia de los artistas, “en un país que no ayuda a la creación artística”. “Mientras seamos capaces de vender su obra, ellos podrán seguir comiendo”, apunta Fernández. La Unión de Asociaciones de Artistas Contemporáneos de España, representados por Isidro López Aparicio, confirma esta sensación de abandono. “Deben abrir una línea de ayuda inmediata ante la precariedad, porque quieren recortar las ayudas previstas para la programación de los próximos meses. No sólo no han anunciado ayudas, sino que nos quieren quitar las que estaban previstas”, indica. Tampoco han tenido contacto con el Ministerio, que se reunió con ADACE en Arco. “Si los museos no reciben dinero y las galerías no venden, los que primero mueren son los artistas. Toda esa fuente de ingresos desaparecen, estamos en una situación de riesgo muy alto. El Ministerio no puede tocar un duro de los presupuestos irrisorios, sino que debe inyectar más ayudas”, añade López Aparicio.

Desde las asociaciones consultadas coinciden en la comparación con el antiguo equipo, con José Guirao y Carlos Alberdi al frente, conocedores del panorama propio y la debilidad del sector. De hecho, lamentan que en medio de esta crisis vayan a ejecutar una reestructuración en el seno de la Subdirección de Museos, bajo responsabilidad de Carmen Jiménez, que pasará a asumir el área de Promoción de arte.

El IAC acaba de remitir un nuevo informe a Cultura, basado en una encuesta exprés a sus socios, en la que declaran que el impacto económico va a ser para la mayoría de las galerías superior a los 50.000 euros. Para el 67,7%, las pérdidas estiman que se van a situar entre los 20.000 y 50.000 euros. Exigen al ministro de Cultura que se evite “la marginación de la cultura y el arte en los momentos críticos de la sociedad española”. Han cancelado la exposición más beneficiosa del año, que coincide con la celebración de Arco, y están cancelando las de abril y mayo. Han pagado los alquileres de las ferias internacionales que están siendo aplazadas y no les devuelven el dinero, como Art Fair Bruselas y Basilea.

 
Tamara de Lempicka y la revolución de la modernidad
Los museos han cerrado sus puertas, pero la contemplación del arte sigue abierta. Cada día, recordamos la historia de una obra que visitamos a distancia. Hoy: 'La bufanda azul', de la gran pintora ruso-polaca



'La bufanda azul' (1930), de Tamara de Lempicka.


'La bufanda azul' (1930), de Tamara de Lempicka. ARTEMISIA/PALACIO DE GAVIRIA



PEIO H. RIAÑO
24 MAR 2020

A la reina de la modernidad de los locos, locos años veinte le gustaban Marlene Dietrich, Greta Garbo y Joséphine Baker. Había nacido en Varsovia en 1898, vivido en Moscú y San Petersburgo, y llegado a París, en 1918, huyendo de la Revolución Rusa. Desde allí viajó a Milán, Florencia y Roma, donde encontró la presencia y los cuerpos rotundos con los que sus protagonistas conquistaron el gusto art déco. Tamara de Lempicka entró con un cuaderno de apuntes en la Galería de los Uffizi para llevarse la esencia de la tradición italiana a su lujosa casa parisina. Copió a Parmigianino, a Rafael y a Botticelli y construyó una actitud cinematográfica con volúmenes renacentistas. Y demostró que la modernidad no era un grupo de pintores devorando a otros que serían devorados por los siguientes. La modernidad es una mujer asaltando los cotos privados de los hombres; es una mujer soberana que ha decidido hacer de su vida un asunto propio. Tamara de Lempicka supuso una bomba en el seno de las seguridades del canon, que reaccionó ignorándola y apartándola de los museos públicos. La mayor parte de sus lienzos se conservan hoy en colecciones privadas, entre ellas la de la cantante Madonna.

Nunca sacó el caballete del estudio, nunca lo soltó en medio de la calle para atrapar un momento irrepetible. No le interesaron los atardeceres, ni las orillas del Sena con la silueta de Notre Dame recortada al fondo. Cerró el encuadre de la ciudad hasta hacer primeros planos de la vida contemporánea: prefirió la naturaleza viva de la urbe que despierta cuando ya no hay luz natural, cuando los cuerpos se destronan sobre los antros y los escenarios. Qué poca curiosidad le causó todo lo que no fuera la habitación íntima –la sala más moderna de todas–, para retratar las vidas de las mujeres que comienzan decenas de biografías y no terminan ninguna porque prefieren otras. Inventó seres independientes, autónomas y libres, reflejos en los que inspirarse para abandonar la amargura de la posguerra.

Lempicka, que había huido de una revolución social, termina a los pocos años promoviendo la revolución de la elegancia, con la que el alma vibra sin la tristeza que provocan los cuerpos sometidos. La bufanda azul es un buen ejemplo de ello. Perteneciente a una colección privada, el cuadro fue visto por última vez en público durante la exposición dedicada a su obra en el Palacio de Gaviria (Madrid), en 2018. La primera vez que se presentó en sociedad fue en 1930, en el Salón de Otoño de París. La crítica aplaudió de inmediato esa madona renacentista, personificada en una de las actrices preferidas de Lempicka. En aquel París de expatriados, cocaína y absenta había barra libre de felicidad: todo estaba pendiente de ser inventado y disfrutado. Un siglo después, aquí estamos.

Visita virtual: La bufanda azul (1930), de Tamara de Lempicka, y algunos esbozos previos para el óleo, conservados en una colección privada, en la página oficial de la pintora.


 
Art Basel pospone su edición de junio a septiembre
La feria suiza, una de las más importantes del mercado internacional del arte, ya se vio obligada a cancelar la celebración de su evento hermano en Hong Kong este marzo



Una imagen de la última edición  de Art Basel, en 2019.


Una imagen de la última edición de Art Basel, en 2019.EFE



EL PAÍS
Madrid -
26 MAR 2020

El precedente ya estaba sentado. El pasado mes de febrero, la filial en Hong Kong de Art Basel, una de las ferias fundamentales del mercado del arte,anunciaba la cancelación de su edición de 2020, prevista para marzo, por la expansión del coronavirus. Ahora llega el turno de Art Basel Suiza, la feria original (con una tercera rama en Miami Beach), que se celebra normalmente en junio y que acaba de difundir que se postergará hasta, al menos, el mes de septiembre.

Las nuevas fechas que baraja la organización van del 17 al 20 de septiembre de 2020, con una presentación preliminar los días 15 y 16. “Como resultado de la pandemia de la COVID-19 y su impacto mundial sin precedentes, la feria de junio de Art Basel se pospone. El impacto del virus es amplio y dinámico, y esta medida ha sido adoptada para proteger la salud y la seguridad de la comunidad de Art Basel y su personal”, han explicado los organizadores en un comunicado colgado en su página web. “Agradecemos a las galerías el apoyo y la comprensión de esta muy compleja decisión de posponer la feria. Esperamos que la situación mejore rápidamente y que volvamos a trabajar estrechamente con nuestros exhibidores para ofrecer una feria exitosa en septiembre”, ha añadido Mark Spiegler, el director global de la feria.

Como solución parcial a la cancelación, las 242 galerías internacionales que tenían previsto participar en Art Basel Hong Kong han podido exhibir –y vender– sus obras de arte a través de Internet. La iniciativa, bautizada como Online Viewing Rooms, abrió al público general entre el 20 y el 25 de marzo (y a los VIPs entre el 18 y el 20), y contó con la participación virtual de alrededor del 90% de los espacios. El día 20, los gigantes del ecosistema de las galerías, como Gagosian y David Zwirner, aseguraron haber vendido ya varias obras en línea, algunas por cientos de miles de dólares, aunque parece que la iniciativa no funcionó tan bien para los negocios más modestos, según reporta el medio especializado Artnet.

La feria de Basilea, en la que iban a participar 290 exhibidores de todo el mundo, ya ha anunciado que continuará “invirtiendo en y mejorando su nueva plataforma digital, las Online Viewing Rooms, como medio para apoyar a las galerías y fortalecer la comunidad artística en estos tiempos complejos”, y asegura que difundirá “pronto” los detalles sobre otras iniciativas digitales y en redes sociales.

 
'Hospital Henry Ford', de Frida Kahlo.



Las mil caras de Frida.
En Google Arts & Culture, la plataforma cultural del gigante de Internet que reúne contenidos digitales de 1.500 instituciones procedentes de 70 países, saben que Frida Kahlo es un mito poliédrico. De ahí el proyecto Caras de Frida, un recorrido telemático no solo por su obra, fascinante y rica, sino también por la tumultuosa vida de una de los artistas más emblemáticos del pasado siglo. La web recoge 200 trabajos procedentes de 33 museos, entre ellos numerosas piezas de alto contenido simbólico, marca de la casa de la pintora, cuyos significados se intentan desentrañar a través de editoriales y artículos donde también se hace uso de la tecnología para detectar detalles ocultos al ojo desnudo. Muchos de los trabajos de Kahlo son a la vez capítulos de su colorida autobiografía, algunos tan dolorosos como este Hospital Henry Ford, de 1932, que documenta el aborto que sufrió la artista; o su abigarrado Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos, del mismo año, que plantea una reflexión sobre el difícil equilibrio entre lo moderno y lo antiguo. La relación con su cuerpo, con la política, con la naturaleza, con el dolor y la muerte, consigo misma, marcaron la mirada de Kahlo quien, a su vez, influyó con su manera de ver y de pintar en las ideas que guiaron el viaje hacia el mundo en el que vivimos.


 
Rembrandt y la divinidad
Los museos han cerrado sus puertas, pero la contemplación del arte sigue abierta. Cada día, recordamos la historia de una obra que visitamos a distancia. Hoy: 'La ronda de noche'




'La ronda de noche' (1642), de Rembrandt, conservada en el Rijksmuseum de Ámsterdam.


'La ronda de noche' (1642), de Rembrandt, conservada en el Rijksmuseum de Ámsterdam. RIJKSMUSEUM



PEIO H. RIAÑO

28 MAR 2020

“Ah, los chinos le habrían llamado “maestro”. El pincel cargado de tinta, la mano, la muñeca, el antebrazo, el brazo. ¡Y esa velocidad! Nadie le llega a la suela de los zapatos”. Palabra de David Hockney, adorador absoluto de Rembrandt Harmenszoon van Rijn, el pintor menos holandés del Siglo de Oro de la pintura neerlandesa y el artista reconocido como pichichi de aquella alineación galáctica compuesta por Johannes Vermeer, Frans Hals, Gerard Teo Borch, Judith Leyster, Gabriel Metsu y Pieter de Hooch. Todos estos descubrieron y deslumbraron con el gesto de lo cotidiano y la armonía entre la moral y la estética. El protestantismo holandés y la moral calvinista de la Holanda del siglo XVII vetó la pintura en las iglesias y liberó a la sociedad y al arte del monopolio religioso: si Dios ahora se presenta en todas partes y en los gestos más insignificantes, los pintores atienden las calles y entran en los hogares.

“El protestantismo es la única religión que no arranca a sus fieles de la prosa de la vida y que permite que ésta adquiera valor con total libertad”, escribe Hegel. Así es cómo la pintura holandesa, rendida al festín del dinero de la emergente burguesía, reniega de los cristos yacentes y las vírgenes dolorosas y se entrega al placer de la intimidad doméstica. No más dolor y culpa: ha llegado el momento de concentrarse en los privilegios de las costumbres, en la riqueza moral de los ciudadanos ejemplares. En sus dibujos Rembrandt atiende estas escenas de la vida corriente (mujeres que enseñan a andar a un niño, una madre que tranquiliza a su hijo, asustado por un perro), pero nunca pintó un cuadro a partir de ellas. Rembrandt mira al mundo profano, a la calle, pero para colar escenas bíblicas, como Tobías acusando a Ana del robo del cabrito (1636) o pasajes como Judit en el banquete de Holofernes (1634), que conserva el Museo del Prado. Se dedicó a mostrar el carácter sencillo y corriente de los personajes de la historia sagrada.

Representó la vida cotidiana de sus contemporáneos, pero jamás pintó auténticos cuadros de género. La mejor muestra de los intereses tan particulares y tan extraños a su entorno más próximo es, precisamente, su obra más popular: La ronda de noche (1642), que preside la galería central del Rijksmuseum, en Ámsterdam. Más allá del tenebrismo de la escena, de la teatralidad de los personales y del interés que muestra el pintor por la condición humana y emocional, la salida de los componentes de la hermandad de los arcabuceros de su acuartelamiento –para participar en un concurso de tiro–, tiene poco que ver con la pasión por la literalidad de lo corriente. La falsa espontaneidad del momento camufla el disfraz de héroes con el que viste a sus pagadores, justo en un momento en el que la pintura desahucia todo gesto que no sea vulgar.

Visita virtual: La ronda de noche (1642), de Rembrandt, conservado en el Rijksmuseum (Ámsterdam), en la web de Google Arts and Culture.

 
Vermeer y la mujer encerrada
Los museos han cerrado sus puertas, pero la contemplación del arte sigue abierta. Cada día, recordamos la historia de una obra que visitamos a distancia. Hoy: 'La joven de la perla', de Vermeer



'La joven de la perla', de Vermeer, conservada en la Mauritshuis de La Haya (Países Bajos).
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La joven de la perla', de Vermeer, conservada en la Mauritshuis de La Haya (Países Bajos). MAURITSHUIS


PEIO H. RIAÑO

26 MAR 2020


“Sería capaz de dejarme cortar la mano izquierda bajo la condición de que pudiera observar durante diez minutos a Vermeer de Delft sentado ante su caballete cuando se hallaba pintando”. Salvador Dalí fue un incondicional del pintor galáctico del Siglo de Oro holandés. En él encontró la escapatoria a la abstracción que practicaban sus contemporáneos y en los que solo veía decoración. A diferencia de ellos, su propio estilo, decía, era un reencuentro con las grandes fuentes de la pintura, para rehacerla: “Hay que comprender de nuevo”, explicó en una de sus primeras entrevistas, mientras pintaba El espectro de Vermeer de Delft utilizable como mesa, que se conserva en el Museo Dalí de San Petersburgo. Revisó al pintor barroco varias veces, hasta que en 1955 creó el Estudio paranoico-crítico de 'La encajera' de Vermeer, que exhibe el Guggenheim de Nueva York. Incluso rodó un largometraje con Robert Descharnes sobre esta pintura del artista que Dalí tenía como el más grande, el único capaz de superar a Velázquez en su personal clasificación de los maestros del arte.

El más grande entre los grandes no tenía para pagar el pan. Y, tras su muerte, su viuda tuvo que saldar cuentas con el panadero con dos cuadros. Vermeer vivió en la miseria y su trabajo lento y detallado tampoco ayudó a alcanzar más beneficios. Murió con 43 años y solo se le atribuyen 35 cuadros. Fueron suficientes para llevar la pintura holandesa de género al más alto nivel, donde la vida cotidiana anuncia una pintura que se impondrá dos siglos después. En la pintura holandesa, lo excepcional es lo cotidiano, sin estridencias ni héroes. Hay más sutilidad que drama, más luz que gesto. Más guiños que metáforas. Vermeer se negó a arrancar a sus personajes de la prosa de la vida. Malraux dijo que fue un pintor que ofreció al mundo “como valor fundamental la pintura en sí”. Para muchos teóricos, lo que interesa de Vermeer “no es el mundo de los hombres, sino el de la pintura”, apuntó el pensador Tzvetan Todorov.

Sin embargo, es importante detenerse en ese mundo de los hombres para ver cuál es el mundo de las mujeres. “El marido debe salir a la calle a trabajar / la esposa, en los fogones, no saldrá del hogar”, en un verso de Jacob Cats, famoso poeta moralista de una época con un patriarcado a pleno rendimiento. Las tareas, en aquella Holanda del siglo XVII, quedan repartidas en función del s*x*. Y ahí están ellas, encerradas, domesticadas y dueñas de una habitación propia del tamaño de una cárcel, como La muchacha del collar de perlas (1662-66). Lo cotidiano es, para ellas, la estrechez, aliviada por un punto de fuga, las ventanas, que son más tortura que esperanza. De todas esas mujeres recluidas en el silencio de sus tareas, en los dominios de su invisibilidad, La joven de la perla(1665-1667) –que se exhibe en la Galería Real Mauritshuis, en La Haya, que permite visitar el cuadro virtualmente y en alta definición durante su cierre temporal– parece ser la excepción a todas las reclusas: simplemente es un rostro idealizado, una pintura perfecta, el mejor ejemplo de su maestría para captar clientes. Ella es la musa de su catálogo. Vermeer logra una representación tan perfecta, que no parece pintar personas, sino cuadros. Ni mujeres, sino seres que ocupan habitaciones.


Visita virtual: La joven de la perla (1665-1667), de Vermeer, en la Mauritshuis (La Haya).

 
Roban un cuadro de Van Gogh en un museo del centro de Países Bajos
Los ladrones han aprovechado el cierre de la sala por la pandemia de coronavirus para sustraer la pintura, procedente de otra pinacoteca



'Jardín primaveral', la pintura de Van Gogh que ha sido robada del museo Singer de Países Bajos.


'Jardín primaveral', la pintura de Van Gogh que ha sido robada del museo Singer de Países Bajos.




ISABEL FERRER
La Haya - 30 MAR 2020


Un cuadro de Vincent Van Gogh (quien nació precisamente tal día como hoy, un 30 de marzo de 1853), Jardín primaveral, la casa parroquial de Nuenen en primavera, de 1884, ha sido robado este lunes en el museo Singer, situado en la localidad de Laren, en el centro de los Países Bajos. La sala está cerrada, como el resto de centros culturales, debido a la Covid-19, y es la única obra que ha desaparecido. Era un préstamo del museo de Groninger, que solo tenían este van gogh en su colección, y formaba parte de una exhibición temporal paralizada por la pandemia.

Los responsables del museo Singer han explicado que los ladrones irrumpieron en su interior alrededor de las 03.15 de la madrugada de este lunes “forzando la puerta principal, que es de cristal”. La alarma saltó entonces, “pero los asaltantes habían huido cuando llegó la policía”. La sala subraya a su vez que “los sistemas de seguridad instalados cumplen los protocolos de rigor, pero está claro que podemos aprender algo de lo sucedido”. Jan Rudolf de Lorm, director del museo, que trabaja a distancia en virtud de las medidas de emergencia dictadas por el Gobierno, ha publicado un vídeo donde expresa su enfado por lo ocurrido, “justo lo que no deseas como director y transmisor cultural”, dice. “Un cuadro, además, pegado a la comunidad, porque Van Gogh vivió entre 1883 y 1884 con sus padres en Nuenen, donde el progenitor era pastor. El robo es terrible para el museo de Groninger, para el museo Singer y para todos nosotros, porque el arte es de todos. En especial en momentos difíciles como estos”, ha añadido. Su homólogo de Groninger, Andreas Blühm, ha hecho votos “por no dejarnos asustar por lo ocurrido; es muy amargo y espero que lo encuentro pronto y en buen estado”.

La obra sustraída formaba parte de la muestra titulada Espejo del alma, de Toorop a Mondrian, prevista hasta el 10 de mayo, y es la segunda vez que los ladrones consiguen sus propósito en este museo. En 2007, se llevaron siete esculturas del jardín, entre ellas un molde de El pensador, la famosa obra del artista francés Auguste Rodin, que apareció destrozada días después. El museo Singer era la villa personal construida en la localidad neerlandesa de Laren a principios del siglo XX por el pintor y coleccionista estadounidense William Singer y su esposa, Anna. Su colección personal incluye pinturas y esculturas entre 1880 y 1950, y se programan exposiciones temporales a lo largo del año. La policía ha abierto ya una investigación, que incluye la revisión de las imágenes exteriores captadas por las cámaras de seguridad instaladas en sus casas por los vecinos de la sala de arte.

 
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