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'The Jinx', una serie documental que detalla las peculiares circunstancias alrededor de la vida de Robert Durst, miembro de una poderosa y acaudalada familia de Nueva York que es sospechoso de la desaparición (y posible asesinato) de su primera mujer en 1982, de la muerte de su amiga, Susan Berman, en 2000, y que fue juzgado, y absuelto, del asesinato y descuartizamiento de un vecino suyo en Texas, en 2003.
Durante buena parte de los cinco primeros capítulos de 'The Jinx', asistimos a una reconstrucción no sólo de los tres casos en los que está involucrado Durst, sino de su situación familiar y de su vida. Andrew Jarecki, director de la serie, intenta que conozcamos mejor a este hombre que se siente dado de lado por su familia (es el hijo mayor, pero el heredero del negocio familiar es su el hermano mediano) y que hace algunas cosas sólo porque sabe que va a irse de rositas de ellas. El retrato que se nos pinta de él es de alguien inteligente, sí, pero al mismo tiempo excéntrico, raro y hasta peligroso.
Durst contactó con el propio Jarecki en 2010 para proponerle ser entrevistado, lo que fue el germen del proyecto, y esa conversación con él articula bastantes de las cosas que vemos. 'The Jinx' se completa con reconstrucciones de algunos hechos, como el su***dio de la madre de Durst o la desaparición de Kathie, con entrevistas a policías, abogados y familiares, y va mostrándonos la visión más completa de todo el asunto a disponibilidad del equipo de Jarecki. Ellos intentan comprender qué pasó en los tres asesinatos, por qué Durst hace las cosas que hace, pero también acaban dando un paso importante hacia lo que parece que es la resolución de, al menos, uno de ellos.
Ahí llegamos al final del quinto capítulo y a los últimos dos minutos de la serie (si alguien quiere considerar esto un spoiler, que no siga leyendo el siguiente párrafo). Primero, Jarecki entra en posesión de una carta que incrimina a Durst en la muerte de Susan Berman, y cuando lo entrevista por segunda vez para preguntarle por ello, el millonario murmura en el baño, con el micrófono abierto ya cuando la charla ha terminado: "¿Qué demonios hice? Por supuesto, los maté a todos".
El memorial construido en la Escuela Primaria Weaver, donde asistían los tres niños asesinados.
Los Tres de West Memphis (en inglés, West Memphis Three) es el apodo con que se conoce a tres hombres que fueron juzgados y condenados en 1994, siendo adolescentes, por la muerte de tres niños en la ciudad de West Memphis, Arkansas, el 5 de mayo de 1993. Damien Echols fue condenado a muerte, Jason Baldwin fue condenado a cadena perpetua y Jessie Misskelley, Jr. fue condenado a cadena perpetua más dos sentencias de veinte años cada una. Durante el juicio, la fiscalía afirmó que los niños murieron como consecuencia de un ritual satánico.[1] Diversos documentales han cubierto el caso y varias celebridades han organizado eventos para reunir dinero creyendo que los tres hombres son inocentes.
En julio de 2007, se presentó nueva evidencia forense para el caso. Además, el Estado y la Defensa confeccionaron un reporte en que aseguraron que, aunque la mayor parte del material genético recolectado en la escena del crimen era atribuible a las víctimas, algunas muestras no podían ser atribuidas a las víctimas ni a los acusados. El 29 de octubre de 2007, la Defensa presentó un recurso hábeas corpus, basado en la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, perfilando la nueva evidencia.[2]
Después de una exitosa decisión tomada en el 2010 por la Corte Suprema de Arkansas respecto a la nueva evidencia de ADN,[3] los Tres de West Memphis llegaron a un acuerdo con la fiscalía. El 19 de agosto de 2011 se acogieron a la doctrina Alford, la cual les permitió afirmar su inocencia reconociendo que los acusadores tenían suficiente evidencia para condenarlos. El juez David Laser aceptó la doctrina y sentenció a los tres hombres a tiempo de servicio. Fueron liberados con diez años de sentencia suspendida habiendo pasado más de dieciocho años en prisión.[4]
Índice
El crimenEditar
Damien Echols en el año 2012.
Tres niños de ocho años de edad —Stevie Branch, Michael Moore y Christopher Byers— fueron reportados como desaparecidos el 5 de mayo de 1993. La primera denuncia fue hecha por el padre adoptivo de Byers, John Mark Byers, a eso de las 19 horas. Supuestamente, los chicos fueron vistos juntos por última vez por tres vecinos, quienes, en una declaración jurada, aseguraron haberlos visto a las 18:30 la tarde en que desaparecieron mientras el padrastro de Stevie Branch, Terry Hobbs, los llamaba para que volviesen a casa. Las primeras investigaciones policiales realizadas esa noche fueron limitadas. Amigos y vecinos también llevaron a cabo una búsqueda esa noche, la cual incluyó una visita superficial al lugar donde los cuerpos fueron encontrados más tarde.
Una investigación más completa hecha por la policía comenzó a eso de las 8:00 del 6 de mayo a cargo del personal de búsqueda y rescate del condado de Crittenden. Los buscadores recorrieron todo West Memphis, pero se concentraron principalmente en las colinas Robin Hood, donde los niños habían sido vistos por última vez. A pesar de la cadena humana que se organizó, no se encontró ningún rastro de los desaparecidos.
Cerca de las 13:45, el oficial Steve Jones divisó un zapato negro flotando en un pantanoso arroyo que culminaba en un canal de drenaje más grande en las colinas Robin Hood. Una búsqueda posterior en la zanja reveló los cuerpos de los tres niños. Estaban desnudos y habían sido atados de pies y manos con los cordones de sus propios zapatos. Sus tobillos derechos estaban amarrados con sus muñecas derechas por la espalda, del mismo modo que sus piernas y brazos izquierdos. Su vestimenta fue hallada en el mismo lugar, parte de la cual estaba enrollada en palos que habían sido arrojados a la fangosa zanja. La mayor parte de las prendas de vestir estaban al revés. La ropa interior de dos niños jamás fue encontrada. Christopher Byers presentaba laceraciones en varias partes de su cuerpo y su escroto y pexx habían sido mutilados.
Las autopsias, a cargo del patólogo forense Frank J. Peretti, indicaron que Byers murió por múltiples heridas, mientras que Moore y Branch fallecieron por múltiples heridas y ahogamiento.
La policía sospechó inicialmente que los chicos habían sido violados, sin embargo, el posterior testimonio de expertos refutó esta hipótesis a pesar de haberse encontrado restos de s*men en un par de pantalones recogidos en la escena del crimen. Los expertos de la fiscalía aseguraron que las heridas de Byers eran por un ataque con cuchillo y que había sido supuestamente castrado por el asesino. Por otra parte, la defensa alegó que los niños habían sido asaltados y asesinados en el mismo lugar donde fueron encontrados. Los críticos argumentaron que el asalto, al menos, no parecía haber sido en el arroyo.
Byers fue la única víctima con drogas presentes en su organismo. A él se le había medicado con Ritalin (metilfenidato) desde enero de 1993 por un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. El primer informe de la autopsia reveló que la droga era carbamazepina y que la dosis encontrada en él correspondía a un nivel subterapéutico. John Mark Byers dijo que su hijo podría no haber consumido la dosis del 5 de mayo de 1993.
Las víctimasEditar
Las sepulturas de Stevie Branch, Christopher Byers y Michael Moore.
Las tres víctimas, Stevie Edward Branch, Christopher Byers y Michael Moore, eran amigos, cursaban el segundo grado en la Escuela Primaria Weaver y habían alcanzado el rango de «Lobato» en el club de escultismo local.
Stevie Edward BranchEditar
Stevie Edward Branch era hijo de Steven y Pamela Branch, quienes se divorciaron cuando él era pequeño. Su madre estaba a cargo de su custodia y posteriormente se casó con Terry Hobbs. Branch tenía ocho años de edad, medía 1,28 m (4 ft 2 in), pesaba 29 kg (64 lb) y tenía cabello rubio. Fue visto usando una camiseta blanca y vaqueros azules sobre una bicicleta negra y roja. Era un estudiante con honores. Vivía con su madre, su padrastro y su hermanastra de cuatro años.
Christopher ByersEditar
Christopher Byers era hijo de Melissa DeFir y Ricky Murray. Sus padres se divorciaron cuando tenía cuatro años. Poco tiempo después, su madre contrajo nupcias con John Mark Byers, quien lo adoptó. Byers tenía ocho años, medía 1,22 m (4 ft 0 in), pesaba 23 kg (51 lb) y tenía cabello castaño claro. Fue visto usando vaqueros azules, zapatos oscuros y una camiseta blanca de mangas largas. Vivía con su madre, su padrastro y su hermanastro de trece años. Según su madre, era un niño como cualquier otro, de hecho, aún creía en el Conejo de Pascua y en Papá Noel.
Michael MooreEditar
Michael Moore era hijo de Todd y Dana Moore. Tenía ocho años, medía 1,28 m (4 ft 2 in), pesaba 25 kg (55 lb) y tenía cabello castaño. Fue visto con pantalones azules, una camiseta azul de los Boy Scouts de América y una gorra naranja y azul de los Boy Scouts mientras conducía una bicicleta verde. A Moore le gustaba usar su uniforme de escultismo cuando no estaba en las reuniones. Era considerado el líder de los tres. Vivía con sus padres y su hermana de nueve años.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/West_Memphis_Three