candela paz
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Por cierto, me encantan los pendientes que has recuperado.
A mí también, por muchas razones, entre ellas su color. He comprado, después de estas, esmeraldas de color mucho más intenso, ergo bastante más caras, y al final las de color más intenso son demasiado oscuras para las morenas.
En cuanto a su "pérdida" y recuperación. Yo soy de muy buen perder en más de un sentido, e incluyo en esto que si algo se pierde, no me suele dar ni media pena. En este caso su "pérdida" me irritó, lo que no es habitual en mí en cosas así: primero porque son pendientes que tardé más de un par de años en tener hechos. Más de un año entre encontrar una esmeralda y otra, que no fue fácil en absoluto encontrarlas tan parejas de color, tamaño y "razonables" de precio para un tamaño tan grande (11 K cada una). Unos cuantos meses en conseguir los brillantes y luego el tiempo hasta que estuve en España de vuelta para encargárselos al joyero madrileño, de las primeras piezas que fabricó para mí hace ya bastantes años.
Eso así contado parace nada, pero implica un montón de tiempo y esfuerzo personal, y de la misma forma que su valor monetario me importa mucho menos, mi tiempo y mis esfuerzos los valoro mucho más. La irritación venía porque se perdieron por acción u omisión de mis "perdularias", hermana e hija, la hija mucho más que la hermana. Vinieron a mi casa junticas mientras yo estaba en una misión africana para surtirse de joyerío para una boda. Me perdieron esos pendientes de los que hablamos y un pendiente de otro par (pendiente de la izquierda del escaneo aquí debajo)
Este último está perdido-perdido de verdad y lo he hecho rehacer en Afganistán (el par original era del joyero español), pero ahí no tengo irritación ninguna , porque recuperé enseguida el par entero. Sus piedras fueron muy fáciles de encontrar de inmediato. No así las esmeraldas de los otros.
El que me perdieran entre las dos 3 piezas en una visita a mi casa y me quedara sin dos pares de pendientes a la vez sobrepasó mi nivel de tolerancia a las hazañas de este tipo, mucho en el caso de mi hija, mucho menos en el caso de mi hermana, la pobre, que estaba bien contrita... pero mi hija, no sólo ha perdido de todo, sino que se queda tan absolutamente fresca y me recuerda que yo le he dicho toda la vida que no hay que aferrarse a lo material... es que no es lo material, es mi tiempo y es mi esfuerzo. Me parece muy bien que mi hija me haya heredado el "no apego" y que se quede tan fresca si pierde algo propio; yo también me quedo fresca, pero de lo mío... no me quedaría fresca si hubiera perdido piezas ajenas.
Así que olvidé de verdad los pendientes ahora aparecidos, hasta ayer.
Algo así era lo que tenía yo en mente para montar en un futuro los pear cabochon que ando buscando, que quedarán de esa forma enganchándolos en palas de diamantes, pero con las gotitas, en vez de esmeralda tallada.
A mí no me vienen bien los cabujones en forma de lágrima en este tamaño. Una pera del tamaño de una de las esmeraldas de esos pendientes pesa ligeramente casi el doble en quilates. Si estas talladas ya pesan 11K, las otras llegarían o pasarían de los 20K y eso sobrepasa con mucho el peso que me cuelgo de las orejas, teniendo en cuenta también el peso de la pala. Aparte serían dificilísimas de encontrar y de precio exorbitante.
Bueno eso para el futuro, cuando me compre las palas, entre otras combinaciones.
Mis palas, de brillantes y de otras piedras, son hechas todas, no compradas.
Ahora me estoy planteando que igual también quedarían bien con las esmeraldas talladas. Es que son súper preciosos, me encantan
Las talladas son más fáciles de encontrar.