PATRICIA AGUILAR, 18 AÑOS, SECUESTRADA EN PERU

Yo no digo que en Perú no haya buena sanidad. No conozco el país. Tampoco se si es publica y universal, o es privada y entonces solo está al alcance de las familias pudientes
Pero parece que en este país olvidamos pronto o no tenemos memoria histórica, porque aquí, hace 70 años o menos, las mujeres del entorno rural y aquellas que no podían permitirse la sanidad, porque jóvenes foreras, la sanidad pública en España no es un invento antiguo, sino que casi es de anteayer, parían en casa. A veces en condiciones poco higiénicas, según te tocara. En casa de mi abuela en el pueblo no hubo agua corriente hasta los años 70. Ni WC.
Mi abuela parió a mí madre y mis tios en un Pueblo de la Castilla profunda (no me avergüenza esa palabra porque era profunda no, lo siguiente) en su casa, en la habitación de sus padres porque era la única decente, con la partera del pueblo que cuando la ibas a buscar estaba ordeñando vacas, se lavaba las manos y a funcionar. Cómo antes lo hizo su madre y la madre de su madre y todo su entorno conocido. Al hospital se iba por casos graves, en caso de que te lo pudieras permitir. Cuántos niños de esa época morían en la España rural por enfermedades hoy curables.
Y estamos hablando de los años 40. Que hospitales en España había, como no, pero para las que vivían en la España rural profunda, las que no habían pisado un médico jamas y para llegar a la capital se necesitaban más de 6 horas de viaje en carro, parir en casa era lo normal. Nada del otro mundo
Queridas foreras jóvenes, o urbanitas o pudientes. Eso mismo ha pasado en España no hace tanto. En la edad de nuestros abuelos
Yo si entiendo de sanidad en el Peru pues soy medio peruana y tengo primos medicos.
Es deficiente en algunos sentidos. Exceptuando el cuidado pre natal, la obstetricia y la post-natal. Eso si que es casi perfecto. Por que? Porque la organizacion mundial de la salud le paga una cantidad inmensa en fondos medicos al gobierno peruano por cada madre que alumbre a su hijo con exito, por cada ni~o que sobreviva el parto, el a~0 y los 5 a~os. A su vez, por cada parto que resulte en problemas fatales, hay una multa grande tanto al gobierno peruano como al medico involucrado y a todo su personal que estuvo presente en el parto. Es un esfuerzo gigante para reducir la tasa de mortalidad en los paises en vias de desarrollo.
Por eso los medicos de los pueblos remotos van aunque sea a pie a las casas de las mujeres a sacarlas y llevarlas a las postas medicas para que el parto sea ahi. Conozco el caso de una prima medico que hacia su servicio obligatorio (todo medico debe hacerlo por un a~o en Peru antes de poder ejercer) que fue a las alturas reconditas a buscar a una madre gestante a punto de parir. La mujer se rehusaba a ir con ella pues no tenia donde quedarse alojada en el pueblo y le dijo que esperaria a que se acerque mas el alumbramiento. Mi prima, no queriendo correr riesgos, la llevo a su propio alojamiento del pueblo y la hizo quedarse ahi tres dias (durmiendo mi prima en el suelo), hasta que llego el momento del parto.
Disculpen la falta de tildes por favor.
 
pues si, eso parece, aunque yo sigo sin entender como la gente puede creerse esos cuentos... Tiene que ser gente ya predispuesta de alguna manera, si no no se explica... Yo creo que Patricia queria creer que de alguna manera podia volver a reencontrarse con su tio, al que estaba muy unida despues del apocalipsis o vete a saber...
En realidad cualquiera de nosotros es susceptible de ser captado. Sólo hace falta estar en el momento equivocado en el sitio equivocado. Esta chica pierde a su tío más joven, que era más un hermano que un tío, a los 16 años. Cuando estaba en pleno proceso de duelo, en ese momento de negación en el que buscas respuestas, se topó con el gurú que supo ver la vulnerabilidad de la situación. Ella buscaba una explicación onírica a la muerte de un ser querido y él se la dio. Sin más. Hay quien es prisionero de una relación tóxica, de un novio absorbente o de una amistad manipuladora y a nadie nos parece tan extraño. Pero el mecanismo es el mismo...
 
Los policías que rescataron a Patricia: "Si llegamos un mes más tarde, ella y su bebé habrían muerto"

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Capcha y Huarcaya, los técnicos que rescataron a Patricia y detuvieron al gurú de la secta. / .44282565


"Son mis héroes". Así define Alberto Aguilar, el padre de la española rescatada de una secta en Perú, a los dos policías de la división de Trata de Personas que han devuelto la tranquilidad a su familia. Luis Alfonso Capcha, 40 años, y Cristian Huarcaya, de 36 años, relatan en exclusiva a EL PERIÓDICO su odisea para dar con Patricia y detener al supuesto gurú Félix Steven Manrique: se infiltraron en la aldea donde el líder se ocultaba, alquilaron el cuarto de al lado desde donde escucharon las ceremonias nocturnas que el grupo celebraba "con cánticos y alabanzas" y donde fueron testigos de los malos tratos de Manrique a sus 'esposas', tomaron ayahuasca, se hicieron pasar por borrachos para no ser descubiertos e incluso cayeron en las garras de un comité de autodefensa formado por ronderos campesinos que confundieron a uno de los agentes con un terrorista.

Esta historia comienza el pasado 10 junio. Ese día se celebraba el día del padre en Perú y un hombre español, Alberto Aguilar, recorre 10.000 kilómetros para hacerles una petición muy especial. ¿Cómo fue esa conversación?

CAPCHA: Conocimos a Alberto unos días antes y nos pidió que encontráramos de una vez por todas a su hija. Cuando llegó el día del padre sentí la necesidad de llamarlo, yo también tengo dos hijos y pensaba en él, pero la verdad es que no tuve el valor. Hablé con mi madre y le conté que había un hombre que había recorrido 10.000 kilómetros y había cruzado la frontera para recuperar a su hija, pero que aún yo no había podido dársela, que precisamente el día para celebrar a los hijos, yo no tenía nada en la mano para ofrecerle. Mi madre me recomendó: "felicítalo el día del padre cuando recuperes a su hija", así que no lo llamé.

La primera dificultad que encontraron ustedes es la falta de tiempo por acumulación de trabajo y los escasos medios con los que contaban.

Fueron días muy duros, teníamos bastante trabajo. Cuando llegamos a la zona donde estaba el grupo, encontramos que el lugar no se prestaba como para que pudiéramos explayarnos. El clima, el calor, la sociabilización… las personas allí son muy cerradas porque han sufrido con el terrorismo y el narcotráfico.

¿Por qué decidieron darle prioridad a este caso?

Fue difícil demostrar que las mujeres no estaban allí por su propia voluntad, pero reunimos información suficiente para acreditarlo y conseguimos el respaldo de nuestro jefe. Lo convencimos de que Patricia y el resto estaban secuestradas psicológicamente. Partimos de la hipótesis de que este señor había captado a las tres mujeres. A las tres las había conocido en lugares relacionados con actividades místicas. Marjorie fue captada en 'Nueva acrópolis', una institución filosófica. Paola fue captada en el movimiento de 'Hare Krishna' y Patricia a través de un foro esotérico. La herramienta de captación fue por tanto el falso culto religioso o místico. El medio o instrumento de sometimiento era la ayahuasca, que daba a tomar a Patricia y a las otras dos mujeres, y el fin era la explotación laboral. Todas trabajaban o pedían dinero a sus familiares. En el caso de Patricia, cuando salió del domicilio familiar, hurtó dinero para enviárselo a él.

¿Cómo dieron con la primera pista?

Llevábamos dos días en la investigación y no teníamos ni un indicio. Entonces nos hicieron una llamada desde un restaurante de Pangoa, localidad situada a doce horas de Lima. El dueño nos dijo que hacía 15 días que trabajaba allí Paola, una de las mujeres que estaban con Manrique. También nos contó que había dejado de trabajar porque su marido era muy celoso y, como allí trabajaban hombres, no quería que ella siguiera. Pero hacía dos días que la había visto por última vez. Eso nos dio una luz, al pensar que seguían en Pangoa. A partir de ahí, nos trasladamos a la ciudad, la buscamos pueblo a pueblo, barrio por barrio, hasta que un día, en un parque, nos encontramos a una señora con su hijita, de 10 años y, al preguntarles por las desaparecidas, la niña dijo: "a esta señora yo la conozco. Mami, ¿te acuerdas de la señora que iba con botas rosadas de goma y que cuando hace calor igualmente para con ellas? Sí, es la loquita de las botas rosadas, porque solo mira al piso y parece que estuviera borracha o loca". Nos sorprendió mucho. Deambulamos durante tres días por la zona y, al tercer día, cuando ya nos desesperábamos, el destino quiso que Paola pasara por nuestro lado. La reconocimos por las botas rosadas.

¿La siguieron?

Con dificultad, es una mujer muy astuta, siempre caminaba por zonas desoladas, se metía por mercados, por callejuelas, se fue a comprar una radio transistor… La seguíamos a 15 o 20 metros, pero ella se dio cuenta, así que tuvimos que darla de borrachos para continuar con la vigilancia. En la zona hay muchos bares, así que Capcha compró una botella de cerveza y empezó a caminar tras ella tamboleándose.

CAPCHA: Sí, la seguí durante veinte minutos de camino hasta que llegó a un asentamiento humano, a una casa. Comprobamos que vivía ahí, pero no sabíamos cómo ni con quien. No veíamos a Patricia ni a los niños, así que buscamos la forma de entrar al lugar.

¿Cómo lo hicieron?

Decidimos alquilar un cuarto ahí. Para nuestra suerte, nos dieron el que estaba pared con pared con el de ellos.

¿Cómo consiguieron pasar desapercibidos?

CAPCHA: Para no levantar sospechas, yo me presenté ante la señora que regentaba el lugar como maestro de primaria y dije que venía a hacer una encuesta a la zona de Pangoa. Solo vivían cuatro familias allí y, nada más instalarme, alguna gente estuvo un poco reacia, así que tuve que incidir en mi labor de profesor para ganarme a la gente. Tuve que ayudar a los niños de los huéspedes en sus tareas. Poco a poco me gané su confianza y acabaron llamándome "profesor". Estuvimos diez días con las vigilancias.

¿Qué averiguaron?

Preguntamos a una señora de allí quién vivía en la habitación de Paola y nos contestó que allí se quedaban una señora y su prima y a veces venía también un hombre, pero dormía todo el día. Era Steven. Lo primero que comprobamos es que en la habitación donde estaban había silencio total durante el día. Pero por la noche, entre la una y las cuatro o cinco de la mañana, hacían ceremonias. Desde nuestro cuarto oíamos los cánticos y alabanzas, sonaban tambores… la voz de dos mujeres y vagamente, la de un hombre. Todo sonaba muy raro, como si estuvieran poseídos. A las cinco de la madrugada, Paola y Marjorie, la otra mujer de Manrique, se iban a trabajar, mientras él dormía todo el día.

¿Cuál fue el siguiente paso?

Ya teníamos la constatación de que las dos mujeres estaban ahí. El siguiente paso era saber si el hombre que las acompañaba era Steven. La comprobación la hicimos una noche en que él discutió con Paola y le metió dos cachetadas. Escuchamos cómo le gritaba, muy violento y alterado: "educa a tu hija, ¿Cómo es posible que pierda un zapato? La próxima vez te voy a castigar a ti y a tu hija". Se dirigía a ella y a la otra mujer como sus "súbditas", él era un jefe para ellas. Luego vino el proceso de identificarlo, complicadísimo porque todo el día estaba parado en el cuarto, nunca salía. Hasta que una vez estábamos escondidos fuera y lo vimos salir, muy cauto, desconfiado. Salió por 30 minutos y regresó.

¿Cómo se produjo la detención?

Conseguimos mantener nuestra tapadera diez días. Hasta que una noche todo se precipitó. Escuchamos una conversación de Steven que decía: "cuando salgo siento que hay personas que me miran, he tenido un sueño que me revelaba que me están siguiendo, así que nos vamos, tenemos que irnos ya". Sentimos que empezaban a empaquetar sus cosas en la noche, tenían prevista su marcha para el mediodía, así que tuvimos que actuar. Sabíamos que si se iban al monte, ya no los íbamos a agarrar porque el monte es inmenso. Afortunadamente, seis compañeros ya habían llegado de Lima con el apoyo, así que les comunicamos lo ocurrido y formamos el equipo. Decidimos actuar de madrugada. Cuando Paola salió para ir a trabajar, un primer equipo la incursiona a ella. Un segundo equipo abordó a la otra mujer, Marjorie, cuando salió a lavar la ropa al lavadero del patio y dejó semiabierta la puerta del cuarto. Estaba embarazada de ocho meses y para preservar la seguridad de la señora, mi compañero fue a avisarla a ella primero de la intervención policial, porque estaba embarazada de ocho meses y no queríamos que se asustara y le afectara al parto. Cuando mi compañero le había explicado la situación tranquilamente, entonces sí saltamos al dormitorio a por Steven.

¿Cómo reaccionó Manrique?

Primero se hizo el temeroso, el inocente, la víctima total. Hace como que quiere llorar, se hace el atemorizado, finge, es un buen actor. Después nos dice que se llama Esteban. Pero poco a poco sale a relucir su verdadera personalidad, va transformándose. Comenzó a desafiarnos. Nos amenazó. Nos decía: "os voy a denunciar a vuestros jefes, vais a ver que os dan de baja a todos". Se negó incluso a identificarse sin un abogado. La ley peruana nos permite a la policía intervenir a un ciudadano durante cuatro horas si no se identifica y él no quiso confirmarnos su nombre.

¿Cambió de actitud al llegar a la comisaría?

Sí, mostró sus delirios y comenzó a manifestar que él es un "iluminado". Estaba obsesionado con el contacto físico. Dijo: "yo soy una persona que no quiere que lo toque cualquiera. Vosotros dos me habéis tocado ya y no quiero que nadie más lo haga". Intentó justificarse diciendo: "solo quiero vivir tranquilo y poblar la zona donde yo estoy. Ellas están por su propia voluntad conmigo, porque sus familias no las tratan bien". Y recurrió al ejemplo de un gurú llamado Badani, conocido como el gurú del s*x*, que se hizo muy famoso por aquí y ocasionó un escándalo en Perú por sus prácticas hace unos años. Badani tenía seis mujeres y se convirtió en icono para los hombres más machistas. Steven se comparó con él y empezó a alucinar. Decía: "no sabéis con quien estáis hablando, os voy a destruir con mis poderes".

[según la prensa peruana, la premisa de Badani es que vivimos en un mundo desnaturalizado, en el que a las mujeres se les enseña a ser viriles y a los varones se les inculca que deben cultivar su lado femenino, cuando lo que se debe hacer es volver a los valores naturales, recuperando las características originales de hembra y de macho. Badani es escritor de un libro que da respuestas a las eternas preguntas que se hace el común de los mortales: cuánto debe medir un pexx para satisfacer a una mujer (el tamaño no importa, dice, importa saber cómo usarlo) o cuántos tipos de orgasmos femeninos existen (son tres: clitórico, vaginal y uterino). También explica acerca del tantra, el s*x* orientado a las fuerzas positivas, hacia las artes, hacia lo constructivo, y no a la destrucción].

¿Qué sintieron al tener que detener a Manrique sin tener la certeza del lugar donde estaban Patricia y los niños? ¿Pensaron en la posibilidad de que no los encontraran?

Pensábamos en Alberto, en su familia… en muchas cosas. Y antes de detener a Manrique también sentimos mucho miedo, pedimos a Dios que nos protegiera a nosotros y al operativo. Nos enfrentábamos a un tipo que invoca al demonio, un loco desarmado a veces es peor que un delincuente armado. Pero al final Dios nos escuchó.

¿Puede relatarnos alguno de los peligros a los que se expusieron?

CAPCHA: En una batida por el monte, durante las búsquedas, iba yo solo y me metí muy adentro. Me agarraron unos ronderos con fusil largo que me confundieron con un terrorista o un narco. Resultaron ser del comité de autodefensa de un poblado de allá, ya que en esa zona los pobladores se reúnen para proteger a su gente de la lacra del terrorismo y el narcotráfico. Hay quien dice que ellos hacen desaparecer a la gente que atrapan. Me asusté mucho. Tuve que contarles la verdad y convencerles de que se habían equivocado conmigo, para que me dejaran marchar.

Capcha, usted padece asma y enfermó durante el operativo. ¿Se planteó en algún momento abandonar el operativo?

Sufrí varias crisis debido a que la zona es húmeda y había mucho polvo, pero no podía abandonar mi lucha, tenía que rescatar a las víctimas.

¿Cómo consiguieron definir el modus operandi del supuesto gurú?

Para seguirlo a él, tuvimos que pensar como él. Tuvimos que meternos en el movimiento 'Hare Krishna', en el hinduismo, contactar con muchos chamanes, el técnico Capcha incluso asumió el riesgo de probar ayahuasca. Este es un caso bastante novedoso en Perú y requiere de una serie de diligencias que acá van a ser relativamente innovadoras, así que teníamos que saber a qué nos enfrentábamos.

Capcha, ¿qué experimentó al tomar ayahuasca?

Es un medicamento milenario que cura problemas interiores, pero cuando no se toma de forma adecuada y, como en este caso, la persona que te lo da a tomar es un maestro del mal, esa persona te puede manipular. Steven por medio de la ayahuasca dominaba a las mujeres.

Finalmente encontraron a Patricia y a los niños en otra cabaña, a unos 45 minutos de donde vivían Manrique y las otras mujeres. Allí, Patricia cuidaba sola de cinco críos, incluida su propia hija, nacida hace un mes. ¿En qué condiciones los encontraron?

Cuando ingresamos en la zona, completamente aislada en la selva, los niños miraban al piso y estaban aleccionados para defenderlo a él, al fin y al cabo Steven es el papá. Fue muy lamentable ver a los niños mirando todo el tiempo para el piso, rascándose la cabeza… es un síntoma claro de que estaban en depresión. Nosotros también somos padres y nos chocó muchísimo el estado en el que encontramos a esas criaturas, llenos de piojitos, sin zapatos, no tenían qué comer. Había una niña de 10 años semidesnuda, cuando una niña de esa edad ya tiene que usar su polito, su brasier (sujetador), cuidarse la parte del pecho… Imaginemos que se hubiera cruzado por ahí una persona de mal vivir de esas que caminan por la jungla… a saber qué le podía haber hecho a Patricia o a los niños. No dejamos de pensar que menos mal que llegamos a tiempo. Si llegamos un mes más tarde, Patricia o su bebé habrían muerto.

¿Cómo comunicaron a Alberto que habían encontrado a su hija? ¿Cómo reaccionó al saber que era abuelo?

Lo hizo Huarcaya. Alberto lloró de emoción y de tristeza a la vez, porque pensaba cuanto habría sufrido su hija durante el embarazo y al dar a luz sola.

¿Cómo fue el encuentro con Patricia?

Patricia estaba como ida, consternada, solo se dirigía a Paola, que ejercía de brazo derecho de Steven cuando él no estaba presente. Aún tiene su aspecto psicológico bien lastimado y arraigado a Steven. Pero pudimos observar que está exclusivamente dedicada a su hija, su interés nada más lo tiene centrado en la niña.

Según su experiencia en este tipo de casos, ¿qué le depara el futuro a Manrique? ¿Y qué ocurrirá con Patricia?

Steven no tiene arraigo, así que todo indica que podrían dictar para él prisión preventiva de nueve meses, mientras duran las investigaciones hasta que se haga el juicio. Respecto a Patricia, hay dos posibilidades. La primera, que a través del trabajo psicológico que se está realizando con ella, Alberto consiga que acceda a volver a España voluntariamente. La segunda, Alberto podría intentar obtener la custodia de su nieta, ya que Patricia está en situación irregular en Perú, no tiene domicilio, trabajo ni forma de acreditar que está capacitada para encargarse de la bebé. En ese caso, quizá Patricia no quiera alejarse de su hija y marche con ellos.

Alberto se refiere a ustedes como "mis héroes". ¿Qué sienten al escuchar ese reconocimiento por parte del bautizado por la prensa como 'padre coraje'?

Es una alegría inmensa, un orgullo para nuestras familias. Somos felices al ver a nuestro amigo Alberto contento y tranquilo, es un padre coraje. Es un español de pura casta que, como peruanos, nos ha hecho sentir muy orgullosos de ser descendientes de incas y españoles. Nuestros respetos para Alberto, admiramos a ese señor. Antes de ubicarlos a todos, vivimos con él y las familias de las otras mujeres su sufrimiento. Ahora sentimos que hemos traído la paz y la tranquilidad a sus hogares.

Capcha, ¿finalmente siguió usted el consejo que le dio su madre el día del padre?

Así es. Cuando rescatamos a Patricia, corrí a abrazar a Alberto y le dije: "feliz día del padre, hoy te lo puedo decir, hermano". Ese fue mi regalo para esa gran persona que cruzó el mar, cruzó el oceáno, cruzó el continente y removió absolutamente todo por recuperar a su hija.

https://www.elperiodico.com/es/suce...anos-rescataron-patricia-aguilar-bebe-6938793
 
bueno, bueno, bueno, entiendo a los policías , que si, que han hecho muy bien, pero Manuel CArballal en la rosa de los vientos habló sobre este tema y dijo que el padre tuvo que pagar a los policías para que hicieran el seguimiento a Manrique, que si no había dinero, ni operativo ni nada.
 
Es la secta más cutre vista nunca , ni interés ninguno en mantener a sus " adeptos " contentos.

De acuerdo completamente, el tío es cutre, la secta es cutre, el lugar donde vivían, peligroso a tope, lleno de serpientes y demás peligros selváticos, fijaos en las botas de goma de Patricia, que seguramente serían para protegerla contra ataques de alimañas terrestres, mosquitos, infecciones.... pero ese tipejo merece que le dejen abandonado en un lugar similar pero sin posibilidad de rescate, a él solo, y con una navajita como única defensa contra todo lo que se le presente...., Yo tampoco había visto nada igual, y eso que las sectas no se caracterizan precisamente por preocuparse de que sus adeptos alcancen una vida llena de comodidades, pero lo de este asqueroso es de novela de terror. Abandonarlas en plena selva para que se las apañen como puedan e ir una vez a la semana con un cubo de comida.
 
Yo si entiendo de sanidad en el Peru pues soy medio peruana y tengo primos medicos.
Es deficiente en algunos sentidos. Exceptuando el cuidado pre natal, la obstetricia y la post-natal. Eso si que es casi perfecto. Por que? Porque la organizacion mundial de la salud le paga una cantidad inmensa en fondos medicos al gobierno peruano por cada madre que alumbre a su hijo con exito, por cada ni~o que sobreviva el parto, el a~0 y los 5 a~os. A su vez, por cada parto que resulte en problemas fatales, hay una multa grande tanto al gobierno peruano como al medico involucrado y a todo su personal que estuvo presente en el parto. Es un esfuerzo gigante para reducir la tasa de mortalidad en los paises en vias de desarrollo.
Por eso los medicos de los pueblos remotos van aunque sea a pie a las casas de las mujeres a sacarlas y llevarlas a las postas medicas para que el parto sea ahi. Conozco el caso de una prima medico que hacia su servicio obligatorio (todo medico debe hacerlo por un a~o en Peru antes de poder ejercer) que fue a las alturas reconditas a buscar a una madre gestante a punto de parir. La mujer se rehusaba a ir con ella pues no tenia donde quedarse alojada en el pueblo y le dijo que esperaria a que se acerque mas el alumbramiento. Mi prima, no queriendo correr riesgos, la llevo a su propio alojamiento del pueblo y la hizo quedarse ahi tres dias (durmiendo mi prima en el suelo), hasta que llego el momento del parto.
Disculpen la falta de tildes por favor.

Yo soy peruana, no me atiendo en hospitales, si en clínicas pero por trabajo (ONG que defiende derechos de pacientes que se atienden en hospitales) sé bien lo deficiente y terrible que es el sistema médico de Perú.
El caso de tu prima es loable, si lo hizo por miedo a una multa o por deseo, igual es loable. No todos los médicos tienen vocación y las negligencias incluso en los partos es algo diario, por eso no me sorprende que ningún médico hubiera tenido conocimiento de Patricia, hay pueblos que cuentan solo con atención médica una vez cada dos semanas.

El tema de Patricia es complicado, incapacitarla no es tan sencillo y más aún quitarle el derecho al "padre" de la niña, por más delincuente que sea, las leyes peruanas están jodidas y son capaces de defender los derechos paternales de la escoria esa. Así la niña no hubiera sido registrada, por nacer en suelo peruano y de padre peruano, automáticamente es peruana, y si la pueden inscribir en el consulado, pero dudo que lo hayan hecho aún porque eso solo lo puede hacer la mamá, los abuelos pueden hacerlo siempre y cuando ellos tengan la tutela de la niña, mientras tanto la justicia peruana exige que sea registrada automáticamente una vez se conozca de su existencia y el papeleo es más difícil para los abuelos, porque si Patricia no quiere irse y no es incapacitada, ella puede decidir que su hija se quede con ella. Para llevársela, los abuelos deben incapacitar a la madre, y luego ellos registrarla en la embajada y llevársela, sino, no podrán.

Deseo de corazón que Patricia reaccione, sino su pequeña puede terminar en un albergue, y no sería lo mejor para la bebé, el sistema público de Perú es terrible!
 
Patricia no está bien de la cabeza, no es responsable para cuidar un bebé no tiene medios económicos para darle protección de salud ni un mínimo de seguridad y el padre es un delincuente q en cuanto haya sentencia firme le quitarán la custodia de esos hijos . Espero q los padres de Patricia consigan la tutela de bebé y vuelvan y comiencen un nuevo día. Pero q no escatime en.ayuda psicológica y poco a poco consigan el.bienestar q todos necesitan.
Este caso es muy inquietante
 
Así embaucó el ‘Príncipe Gurdjieff’ a Patricia Aguilar
Félix Steven Manrique fue detenido en la cabaña de la selva peruana en la que mantenía en condiciones deplorables a tres mujeres y cinco niños

PATRICIA ORTEGA DOLZ
Madrid 14 JUL 2018 - 21:36 CEST
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La muerte de su tío Josh dejó a Patricia Aguilar desconsolada y descolocada. Ella le adoraba, y para él, era “la niña de sus ojos”. A sus 16 años, no supo cómo encajar ese golpe en la familia, especialmente duro para su abuela Carmen, su “ídola” y con quien compartió la pena tantas tardes en su casa de Alicante: “Ella me enseñó muchas cosas, que cada vez que algo malo ocurre vendrá algo mejor. Ella ha estado en mil batallas. En alguna cayó, pero se levantó con valentía y una sonrisa que decía: “Aquí estoy, no acabarás conmigo fácilmente”. Ella siguió adelante donde otros se rindieron, me enseñó que no por tener más cuerpo se es más fuerte, que no se puede ser valiente sin tener miedo. Ella sonríe aunque malos tiempos se avisten. Ella para mí será siempre la persona más sabia y cariñosa del mundo. La quiero muchísimo”.

Cuando Patricia Aguilar escribió esas palabras sobre su abuela en su muro de Facebook, el 18 de octubre de 2013, todavía no había aparecido en su vida el Príncipe Gurdjieff, Félix Steven Manrique, su presunto captor de 35 años, detenido el pasado 4 de julio en la selva amazónica peruana acusado de trata de personas en la tipología de “matrimonio servil”. Y en prisión preventiva desde el pasado viernes. Irrumpió en su vida poco después.

Patricia volvió a escribir en su muro de Facebook: “He visto una sombra estática esta mañana al despertar, alguien me puede decir qué puede significar”. Fue entonces cuando llegó “el príncipe”.

Por mensajes privados comenzó a recomendarle lecturas y visionados de sus vídeos —tiene un canal de Youtube con cientos de seguidores—. Le preguntó enseguida por su fecha de nacimiento para hacerle creer que era una suerte de “elegida astrológica”. Poco a poco. Mensaje a mensaje. Del Facebook al WhatsApp. De la luz del día a la oscuridad de las noches de madrugada, cuando nadie podía verla enganchada a su móvil, y sus padres solo percibían cierta somnolencia y una bajada de rendimiento en los estudios de una adolescente. Fue convenciéndola — “Mi Amor”—, de que se conocían de vidas anteriores —“Mi esposa”— , de que ella era un ser especial, predestinada a unirse con él y a su causa, que pasaba por tener hasta 10 mujeres y 300 hijos para crear una nueva raza.
En la cabaña donde le detuvieron los investigadores peruanos, el técnico Capcha y el técnico Huarcaya, dos tipos aguerridos y empeñados en resolver el enigma de las desapariciones de las mujeres, estaba Patricia Aguilar, ahora con 19 años y una hija recién nacida de un mes. Y también otras dos mujeres, Maryori García y Paola Vega, y otros cuatro niños. A 500 kilómetros de Lima, en Junin, provincia de Satipo, vivían en condiciones de pobreza y sufriendo penalidades y malos tratos por parte de su presunto captor y padre de las criaturas, a juzgar por el estado en el que fueron encontradas.

El padre de Patricia, Alberto Aguilar, 47 años y repartidor de pan y levaduras en Alicante, pudo verla por fin ese día, fugazmente, entre la multitud que aguardaba en Lima a las rescatadas, “unos segundos que merecieron todos los esfuerzos realizados estos dos años”, bajaba del autobús, con su bebé (su nieta) en los brazos. Ella no le vio a él.

Hacía dos años y medio que habían encontrado aquellas extrañas anotaciones en la habitación de Patricia en su casa de Alicante. Salmos, oraciones, textos impresos, anotaciones, tareas relacionadas con vídeos de Youtube, instrucciones precisas... Pronto descubrieron que existía una cuenta en Twitter de la que Patricia era la primera seguidora y que ella misma gestionaba. Detrás estaba “el príncipe” y sus delirantes vídeos, que aún pueden verse en Internet. Y la promoción de su tapadera, una especie de ONG llamada Asociación Corazón Compasivo (ACORACOM), que se define en la red como “sin fines de lucro, dedicada a hacer el estudio de las danzas, recopilación del saber oral, estudio de la cosmogénesis de los pueblos indígenas”, que no tiene actividad de ningún tipo, pero donde él ha declarado que “trabajaban” las mujeres.

Cuando lograron acceder a las cuentas de Patricia en las redes sociales, comprobaron espantados cómo “el príncipe”, llevaba dos años abriendo una brecha para separarla de su entorno. “Le decía, por ejemplo, que le propusiera cosas a su madre y le advertía de que le impediría hacerlas; lecturas, acciones, propuestas que serían denegadas por sus mayores, que éramos un estorbo para lograr su objetivo, aquello para lo que él le decía que había nacido, lo que daría sentido a su vida”. Finalmente, y siempre con mensajes apocalípticos (un mundo que se acaba y que debían salvar), logró abrir esa grieta de miles de kilómetros que ha tardado año y medio en empezar a cerrarse. Carmen, su abuela, espera ya el regreso de su nieta y su bisnieta.

UNA INVESTIGACIÓN EN SOLITARIO
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P.O.D.

Detrás del hallazgo de Patricia Aguilera y de las otras tres mujeres solo hay tesón, empeño, sacrificios personales y mucha solidaridad. Hartos de esperar un supuesto informe de Interpol que nunca llegaba ni a la comisaría ni al juzgado de Elche, Noelia Bru, prima de Patricia, y su tío Alberto se pusieron manos a la obra, y convirtieron su búsqueda en su objetivo. Dejaron trabajos y sacaron ahorros del banco e iniciaron una investigación en solitario. Para ellos era imposible de creer que “la niña”, tras cumplir los 18 años, se hubiese “por voluntad propia”, sin tan siquiera despedirse de su abuela.

Poco antes de irse, Patricia le mandaba un mensaje de voz a Noelia para unirse a ella a un viaje a Port Aventura. Sonaba divertida y bromista: “Oye!, que si os vais a Port Aventura, podemos encogernos y meternos en el maletero, nos vamos con vosotros, pero para agosto ya me parece muy tarde…”. Solo dos meses más tarde, ya con su captor, le manda otro. Su voz suena rígida, casi metálica: “Repito: tenéis esos tres pasos, no se va a alterar el orden, así está dicho: borrad las fotos, os doy la dirección para que me mandáis dinero y me presento en la embajada. Tenía la intención de volver en un año o dos años. Si seguís los pasos y dejáis de molestar volveré. Si no, no será así”.

Noelia logró llegar hasta “el príncipe” haciéndose pasar por una adolescente en la Red. Hasta que él se mosqueó, “porque no le mandaba fotos y quería oír mi voz”, y la confundió con una exadepta a su causa, que Noelia logró encontrar también. Así comenzaron a tejer una red de víctimas. Dieron incluso con una menor en el País Vasco, a la que la Ertzaintza localizó. Pero nada sirvió para activar ni a los policías ni a las autoridades españolas. En enero de 2018, un año después de su desaparición, Alberto viaja a Perú para interponer allí la denuncia: juzgado, Fiscalía de Trata de Seres Humanos, Departamento de secuestros, Desaparecidos…

Se topa con otras familias peruanas que han perdido a sus hijas, buscan un abogado y comienzan una causa común que no ha hecho más que empezar. Hoy Alberto sigue allí, en casa de una de ellas, esperando a poder regresar a España con su hija y con su nieta.

https://politica.elpais.com/politica/2018/07/14/actualidad/1531586034_996789.html
 
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