Panhispanismo y recuperación de la memoria histórica imperial

Esos tiempos pasaron, no le deis más vueltas

Si van por el barrio, en tu lugar de trabajo, en el colegio de tus hijos a decir que tu madre es/fue p*ta y que, por lo consiguiente tu eres un HdP y tus hijo nietos de p*ta...también dirías "esos tiempos pasaron"? también te dará igual o querrás sacar la verdad a la luz y limpiar el nombre de tu madre? los crímenes contra el honor de las personas físicas están tipificados en cualquier legislación, pero cuando se trata de una nación y su historia entonces no pasa nada, "no le deis más vueltas, esos tiempos ya pasaron"...

No se trata de volver al pasado, sino de reescribir la verdadera Historia de España.

la mejor manera de crear una nación de esclavos y con ello debilitarla hasta disgregarla es suplantar su historia...
Cuando valores como el honor y la verdad vienen percibidos como pasados de moda el trabajo está hecho: se ha creado el mejor esclavo - el que acepta serlo.

Por eso este hilo: porque existimos todavía algunos que nos negamos a ser esclavos, de leyendas negras y posverdades.
 
La nueva geopolítica indo-hispánica

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Juan Gabriel Caro Rivera

El otrora célebre sociólogo norteamericano Samuel Huntington escribió en su famoso libro El choque de las civilizaciones que los conflictos bélicos del futuro tendrían como origen las fracturas culturales y civilizatorias que se estaban generando en el mundo contemporáneo, y que las guerras del ahora serían, más que entre estados nacionales, guerras entre pueblos y civilizaciones distintas. De este modo, Huntington intentó plantear un nuevo paradigma para comprender la dinámica de las relaciones internacionales en un mundo donde la globalización, la caída del Muro de Berlín y el capitalismo se extendían sin fronteras. Fue así que Huntington pensaba que el conflicto actual sería la lucha entre “Occidente y el resto del mundo”, es decir, la confrontación abierta entre el libre mercado y la democracia occidental contra los valores espirituales y sociales de las diferentes civilizaciones convertidas en rivales potenciales, o factuales, del Occidente moderno. Huntington mismo hace una lista de los problemas que implicarían semejantes luchas, enumerando como variables del conflicto el universalismo, la proliferación armamentística, la expansión de los derechos humanos, la democracia y la inmigración. Todos estos problemas marcarían el futuro de la expansión o colapso del Occidente civilizado frente a unos rivales cada vez más conscientes del reto que se estaba preparando.

Ahora bien, ¿cuáles son las implicaciones para nosotros, los pueblos indo-hispanos o latinoamericanos de los razonamientos de Huntington, y en general de toda una corriente occidental y liberal que ha crecido bajo su estela? Según el esquema de Huntington, existirían un total de seis civilizaciones, entre ellas una civilización latinoamericana que sería claramente diferente de Occidente. Pero, ¿qué es Occidente para Huntington? Occidente es, según sus palabras, una “civilización euroamericana o noratlántica” (1). Para Huntington, «Occidente, pues, incluye, Europa y Norteamérica, así como otros países de colonos europeos como Australia o Nueva Zelanda” (2). Siendo aún más explícito, el politólogo norteamericano Peter Beinart define Occidente de la siguiente manera: “Occidente es un término racial y religioso. Para ser considerado occidental, un país debe ser mayormente cristiano, preferiblemente protestante o católico, y mayoritariamente blanco. Cuando existe ambigüedad sobre la “occidentalidad” de un país, es porque hay ambigüedad o tensión entre estas dos características. ¿Es occidental América Latina? Tal vez. La mayoría de sus habitantes son cristianos, pero bajo los estándares estadounidenses, no son del todo blancos. ¿Son occidentales Albania y Bosnia? Tal vez. Bajo los estándares estadounidenses, sus habitantes son blancos. Pero son en su mayoría musulmanes» (3). De este modo se puede identificar que Occidente es el Primer Mundo, racionalista, industrializado, blanco, liberal y democrático que sería el epicentro de las potencias mundiales actuales, lugar que Latinoamérica no ocuparía pues no cumple con ninguna de estas características. En su lugar, dice Huntington, se habría desarrollado una cultura “propia (que) incorpora, en grados diversos, elementos de las civilizaciones americanas indígenas, ausentes de Norteamérica y de Europa. Ha tenido una cultura corporativista y autoritaria que Europa tuvo en mucha menor medida y Norteamérica no tuvo en absoluto. Tanto Europa como Norteamérica sintieron los efectos de la Reforma y han combinado la cultura católica y la protestante. Históricamente, Latinoamérica ha sido sólo católica, aunque esto puede estar cambiando” (4). Con este razonamiento, Huntington no deja lugar a dudas de que no considera América Latina como parte del mundo Occidental, o mejor, la considera una civilización adjunta y un vástago de la civilización Occidental.

Finalmente, Huntington señalaría que la civilización latinoamericana estaría entrando en un proceso lento de asimilación, donde ésta iría perdiendo sus características específicas (catolicismo, corporativismo, autoritarismo, indigenismo, etc.) para irse asimilando u homologando cada vez más a Occidente, en la medida en que absorbería sus valores: capitalismo, democracia, protestantismo, individualismo, american way of life, etc… Este proceso se vería acelerado a causa de la deserción de varias naciones hispánicas que habrían elegido conscientemente pertenecer a otras formaciones geopolíticas e históricas con las cuales se habrían enfrentado, caso de España y México. España, otrora defensora de la ortodoxia católica y considerada una anomalía conservadora en Europa Occidental, habría elegido un camino contrario, pues “sus líderes eligieron conscientemente convertirse en Estado miembro de la civilización europea” (5), lo que significaría que finalmente España, cuya identidad se habría construido en contra de la Reforma protestante, el liberalismo ilustrado y la secularización moderna habría admitido su derrota y su sometimiento a la Unión Europea nacida de la paz perpetua kantiana. En cuanto México, Huntington recordaría un encuentro personal que habría tenido con un alto funcionario de la administración del presidente Salinas, en donde observaban el lento proceso de transformación de la sociedad mexicana y su unión al NAFTA, podían ver que se estaban produciendo fuertes cambios sociales y políticos. Huntington recuerda haberle dicho: “me parece que lo que ustedes tratan de hacer básicamente es convertir a México de un país latinoamericano en un país norteamericano”, a lo que replicó su interlocutor: “¡Exacto! Eso es básicamente lo que estamos intentado hacer, aunque nunca lo digamos públicamente” (6). En cuanto al resto de los Estados latinoamericanos, el sociólogo estadounidense veía con buenos ojos la disolución de la identidad escolástico-tomista surgida de la Contrarreforma y el hecho de que la modernización en Latinoamérica “ha tomado una forma protestante más que católica” (7). Huntington también comenta que el hecho de que México entrara dentro de la geopolítica mercantil y cultural norteamericana había desgarrado profundamente a este país, pero el hecho de que otros Estados, como Chile, y ahora Colombia, hubieran entrado dentro de las instituciones mundiales de gobernanza de la civilización occidental significaba que este proceso de destrucción de las diferencias constitutivas de la civilización latinoamericana sólo se aceleraría: “La situación latinoamericana se complica, además, por el hecho de que México ha intentado redefinirse, dejando su identidad latinoamericana por otra norteamericana, y Chile y otros Estados podrían seguirle. Al final, la civilización latinoamericana podría fundirse en una civilización occidental con tres puntas, de la que se convertiría en subvariante” (8).

El panorama que nos ofrece Huntington, por supuesto, es desolador y terrible: seria simplemente la asimilación de nuestros pueblos a la civilización tecno-mecánica anglosajona y la destrucción de toda identidad. Este proceso, que estaría siendo llevado a cabo de modo sistemático por instituciones como la OEA, la OTAN, la OCDE, etc… estarían en consonancia con el proceso de la globalización, la inmigración masiva, la creación de una cultura mundial y la instauración de una república universal. Lo que resulta más problemático seria el hecho de que este proceso no se ha detenido, sino que en cambio ha venido profundizándose con el pasar del tiempo y ahora alcanza su grado máximo de saturación: la entrada de Colombia en la OCDE y su ingreso en la OTAN están en consonancia con este proceso de globalización, en el cual la totalidad de los pueblos indo-hispanos corren la suerte de convertirse en meros apéndices de un Occidente consumido por el materialismo, el hedonismo y el utilitarismo. En cuanto a una posible solución, los recursos de los que se dispone, al igual que las armas, la soberanía o los gobiernos dispuestos a desarrollar una geopolítica alternativa, son cada vez menos. Los Estados latinoamericanos sufren de una terrible crisis financiera y política, mientras la burguesía y la élite cosmopolita de todas nuestras naciones se han entregado a los sueños de crear un mundo único, rindiéndose a la tiranía de Mammón, al oro, al comercio y al liberalismo.

En cuanto a las soluciones alternativas, resulta coherente preguntarse quienes pueden actuar como un contrapeso frente a semejante situación. Por un lado, la derecha indo-hispánica carece de unidad, y en la mayoría de los casos, ya no existe ningún movimiento nacionalista de peso o crítico de este proceso de disolución y mecanización de la vida. En la mayoría de los casos, los componentes derechistas de las naciones indo-hispánicas están compuestos de liberales cuya geopolítica gira alrededor del atlantismo y, en este sentido, se han convertido en un vector de ruptura y destrucción de nuestra civilización católico-escolástica. Sin hablar del peso creciente de las sectas protestantes que cada vez capturan más y más el voto conservador y lo ponen al servicio de la geopolítica norteamericana, con la cual se identifican la mayoría de las veces los predicadores y comunidades pertenecientes a estas sectas. La otra alternativa la compone la geopolítica izquierdista promocionada por el socialismo del Siglo XXI y los movimientos bolivarianos que están sufriendo una gran presión en estos momentos, acosados por terribles problemas internos y externos. El epicentro de esta resistencia la conformaría Venezuela, cuya crisis social y política pareciera intensificarse cada día. El objetivo geopolítico de la izquierda latinoamericana sería precisamente romper con el proceso de dependencia de las naciones del continente del imperialismo anglosajón y proclamar una unión de pueblos latinoamericanos bajo las banderas del socialismo, proyecto que aún está por desarrollarse y que ha sufrido importantes reveses. Sin embargo, existe una tercera alternativa: la creación de un frente unido de naciones indo-hispánicas que, alzando las banderas de la resistencia, proclamen los ideales de soberanía política y económica, junto a la defensa de la identidad nacional y continental. Ante la primacía de la hegemonía de las potencias del Atlántico Norte, éstas naciones en cambio proclamarían una hegemonía del Atlántico Sur, restaurando las relaciones políticas y económicas con los pueblos del Asia y el África que habrían sido parte de los imperios españoles y portugueses; expulsaría de sus costas a las distintas potencias hegemónicas, británicas, francesas y estadounidenses; firmaría tratados de defensa con los países africanos del otro lado del Atlántico Sur y buscaría desarrollar y proteger las características únicas de nuestros pueblos indo-hispánicos; buscarían las formas de cerrar el ingreso al Mar Caribe y al Rio de la Plata de las potencias talasocráticas por medio de canales, puentes, muros, sistemas de defensa, balcanizando el mar y debilitando los océanos. Esta nueva hegemonía sería un vértice de ruptura que soltaría nuestras amarras de la civilización mecánica occidental, pero tal proyecto está lejos de plantearse de forma teórica o práctica, siendo casi inexistente, fuera de ciertos círculos de politólogos, militares, nacionalistas o ultraconservadores…

Como el proceso de disolución se acelera, nosotros, pueblos mestizos, católicos, indo-hispánicos, hemos entrado en un momento decisivo de nuestra historia. Es necesario que las protestas que hoy inundan nuestras calles se transformen en un grito de libertad y soberanía, a menos que decidamos renunciar a ser sujetos conscientes de la geopolítica, portadores de unos intereses concretos, y estemos dispuestos a convertirnos simplemente en objetos de la globalización. En este caso, nos arriesgamos a perder nuestra alma y convertirnos en simples autómatas al servicio de poderes extranjeros y ajenos a nuestros valores. Hoy, cuando las grandes potencias mundiales parecen estarse preparando para una nueva guerra mundial, cuando la robótica y la inteligencia artificial parecen suplantar la consciencia humana por formas de gestión de la sociedad automatizada, cuando vastos territorios de nuestro continente (como el Amazonas y la Antártida) parecen estar siendo apetecidos por grandes poderes económicos y extranjeros, sólo una lucha total, basada en el radicalismo, podrá salvar las ruinas de nuestro pasado y abrirnos el camino hacia el porvenir. Seguir este camino es nuestra única opción para un mañana.

Notas:

  1. Samuel Huntington, The clash of civilizations, Simon & Schuster, 1996, pág. 46.
  2. Ibíd.
  3. Beinart, P. (6 de julio de 2017). The Racial and Religious Paranoia of Trump’s Warsaw Speech. The Atlantic. Recuperado de www.theatlantic.com/international/archive/2017/07/trump-speech-poland/532866/
  4. Samuel Huntington, The clash of civilizations, Simon & Schuster, 1996, pág. 46.
  5. Ibid, pág. 136.
  6. Samuel Huntington, “¿Choque de civilizaciones?”, en Revista Teorema, Vol. XX/1-2, 2001, pág. 142.
  7. Samuel Huntington, The clash of civilizations, Simon & Schuster, 1996, pág. 99.
  8. Ibid, pág. 136
 
¿Leyenda negra? El obispo de Cleveland (EEUU) reconoce el papel de los hispanos en el país: aportan su "fe católica, el amor por la familia y su alegría"
Monseñor Nelson Pérez asegura que “todo gira alrededor de ese corazón latino que es profundamente espiritual y eso es un gran don al pueblo americano”
José Ángel Gutiérrez 14/12/19 16:00
  • Nelson Pérez

    Nelson Pérez
La Virgen de Guadalupe se le apareció al indígena San Juan Diego entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, y le pidió que intercediera ante el primer Obispo de México, el franciscano Fray Juan de Zumárraga, para que se construyese un templo en el llano, al pie del cerro del Tepeyac, recuerda Aciprensa.
La imagen de la Virgen, colmada de simbología que podía ser leída por los indígenas mexicanos, impulsó la evangelización de México, facilitando en los años siguientes millones de conversiones.
Pues bien: según el obispo de Cleveland, Ohio (EEUU), Mons. Nelson Pérez, “el don que el pueblo hispano ha dado a los Estados Unidos ha sido precisamente la fe católica, el amor por la Santa Virgen, la Guadalupana que es la patrona de todas las Américas, el amor por la familia y un sentido muy profundo de alegría y celebración, porque el latino celebra todo”, recoge también Aciprensa.
La imagen de la Virgen, colmada de simbología que podía ser leída por los indígenas mexicanos, impulsó la evangelización de México, facilitando en los años siguientes millones de conversiones.
En conversaciones con EWTN Noticias y ACI Prensa, este prelado, que fue el director del V Encuentro de Pastoral Hispana en los Estados Unidos, señaló que los migrantes hispanos “celebran todos los distintos momentos con gran intensidad y siempre estas celebraciones tienen un aspecto espiritual”, y recordó la habitual frase “gracias a Dios” e incluso la despedida “A-Dios”, porque “todo gira alrededor de ese corazón latino que es profundamente espiritual y eso es un gran don al pueblo americano”.
Además, el Obispo de Cleveland describió el encuentro que tuvieron con el Papa Francisco el 10 de diciembre como “fantástico”, porque el Santo Padre “fue paternal con nosotros y nos escuchó, nos hizo preguntas, compartimos” por más de dos horas. “Sinceramente se fueron rápido. Fue una experiencia única el estar con él”, relató.
Mons. Nelson contó qué le dijo en ese encuentro al Pontífice: “Le hablé del amor, especialmente del pueblo latino en los Estados Unidos”; y afirmó que “el Santo Padre para el pueblo latino de los Estados Unidos es una súper estrella”.
Le hablé (al Papa) del gran amor del pueblo hispano y de todo el pueblo americano y de toda la Iglesia americana
“Le hablé del gran amor del pueblo hispano y de todo el pueblo americano y de toda la Iglesia americana. Del gran amor que tenemos por él, de la gratitud por esa bella carta de la alegría del Evangelio que marca tanto el Pontificado de él, y que en una forma muy particular ha tocado el pueblo hispano de los Estados Unidos”, dijo.
En este sentido, el obispo estadounidense recordó que el V Encuentro de Pastoral Hispana, que se realizó en septiembre de 2018, tuvo “como motor” la exhortación apostólica Evangelii gaudium “que es un gran don que ha dado a la Iglesia, un gran don que nace en Latinoamérica, nace en Aparecida en gran parte”. Además, subrayó el concepto de “discípulos misioneros” que “ha sido para la Iglesia americana un gran don” por lo que dieron las gracias al Santo Padre.
Al referirse a los desafíos de la Diócesis de Cleveland, Mons. Nelson Pérez precisó que “quieren en una forma particular salir al encuentro de los jóvenes, especialmente de los jóvenes adultos”.
“Hay muchos programas para los jóvenes más jóvenes, los adolescentes”, dijo el Obispo. Sobre los “jóvenes adultos”, indicó que “tienen un lugar especial porque estos jóvenes ‘no están allí ni están allá’, están en un momento de transición en su vida, de salir al encuentro con ellos, también de establecer una cultura de discípulos misioneros”.
El obispo estadounidense recordó que el V Encuentro de Pastoral Hispana, que se realizó en septiembre de 2018, tuvo “como motor” la exhortación apostólica Evangelii gaudium "que es un gran don que ha dado a la Iglesia"
De este modo, Mons. Pérez comentó que en el mensaje de Aparecida, “discípulos misioneros”, anteriormente “eran dos palabras que se usaban en forma separada”. “Estaba el discípulo, el que sigue a Jesús, y el misionero. Y en los Estados Unidos cuando se hablaba de los misioneros, se hablaba del misionero que iba a otro país”.
“Entonces, de niño cuando nos presentaban decían esta es una misionera, quiere decir que no trabaja aquí, que no sirve en nuestro lugar”, describió el Prelado quien recordó que “este concepto se encuentra en las raíces de nuestro bautismo: somos discípulos, pero al mismo tiempo, somos misioneros. No se puede ser discípulo sin ser misionero”.
Por lo tanto, el Prelado busca “establecer esa cultura de una Iglesia en misión, una Iglesia en salida, que han sido los temas de Aparecida, los temas de la alegría del Evangelio, que ha sido el tema del V Encuentro una iglesia en salida en misión que sale al encuentro, que va a las periferias. Ese es mi sueño para la iglesia en Cleveland”, añadió.

¿Leyenda negra? El obispo de Cleveland (EEUU) reconoce el papel de los hispanos en el país: aportan su "fe católica, el amor por la familia y su alegría" via @web_hispanidad https://www.hispanidad.com/hispanoa...adalupe-don-hispanos-unidos_12014958_102.html
 
¿Leyenda negra? El obispo de Cleveland (EEUU) reconoce el papel de los hispanos en el país: aportan su "fe católica, el amor por la familia y su alegría"
Monseñor Nelson Pérez asegura que “todo gira alrededor de ese corazón latino que es profundamente espiritual y eso es un gran don al pueblo americano”
José Ángel Gutiérrez 14/12/19 16:00
  • Nelson Pérez

    Nelson Pérez
La Virgen de Guadalupe se le apareció al indígena San Juan Diego entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, y le pidió que intercediera ante el primer Obispo de México, el franciscano Fray Juan de Zumárraga, para que se construyese un templo en el llano, al pie del cerro del Tepeyac, recuerda Aciprensa.
La imagen de la Virgen, colmada de simbología que podía ser leída por los indígenas mexicanos, impulsó la evangelización de México, facilitando en los años siguientes millones de conversiones.
Pues bien: según el obispo de Cleveland, Ohio (EEUU), Mons. Nelson Pérez, “el don que el pueblo hispano ha dado a los Estados Unidos ha sido precisamente la fe católica, el amor por la Santa Virgen, la Guadalupana que es la patrona de todas las Américas, el amor por la familia y un sentido muy profundo de alegría y celebración, porque el latino celebra todo”, recoge también Aciprensa.

En conversaciones con EWTN Noticias y ACI Prensa, este prelado, que fue el director del V Encuentro de Pastoral Hispana en los Estados Unidos, señaló que los migrantes hispanos “celebran todos los distintos momentos con gran intensidad y siempre estas celebraciones tienen un aspecto espiritual”, y recordó la habitual frase “gracias a Dios” e incluso la despedida “A-Dios”, porque “todo gira alrededor de ese corazón latino que es profundamente espiritual y eso es un gran don al pueblo americano”.
Además, el Obispo de Cleveland describió el encuentro que tuvieron con el Papa Francisco el 10 de diciembre como “fantástico”, porque el Santo Padre “fue paternal con nosotros y nos escuchó, nos hizo preguntas, compartimos” por más de dos horas. “Sinceramente se fueron rápido. Fue una experiencia única el estar con él”, relató.
Mons. Nelson contó qué le dijo en ese encuentro al Pontífice: “Le hablé del amor, especialmente del pueblo latino en los Estados Unidos”; y afirmó que “el Santo Padre para el pueblo latino de los Estados Unidos es una súper estrella”.

“Le hablé del gran amor del pueblo hispano y de todo el pueblo americano y de toda la Iglesia americana. Del gran amor que tenemos por él, de la gratitud por esa bella carta de la alegría del Evangelio que marca tanto el Pontificado de él, y que en una forma muy particular ha tocado el pueblo hispano de los Estados Unidos”, dijo.
En este sentido, el obispo estadounidense recordó que el V Encuentro de Pastoral Hispana, que se realizó en septiembre de 2018, tuvo “como motor” la exhortación apostólica Evangelii gaudium “que es un gran don que ha dado a la Iglesia, un gran don que nace en Latinoamérica, nace en Aparecida en gran parte”. Además, subrayó el concepto de “discípulos misioneros” que “ha sido para la Iglesia americana un gran don” por lo que dieron las gracias al Santo Padre.
Al referirse a los desafíos de la Diócesis de Cleveland, Mons. Nelson Pérez precisó que “quieren en una forma particular salir al encuentro de los jóvenes, especialmente de los jóvenes adultos”.
“Hay muchos programas para los jóvenes más jóvenes, los adolescentes”, dijo el Obispo. Sobre los “jóvenes adultos”, indicó que “tienen un lugar especial porque estos jóvenes ‘no están allí ni están allá’, están en un momento de transición en su vida, de salir al encuentro con ellos, también de establecer una cultura de discípulos misioneros”.

De este modo, Mons. Pérez comentó que en el mensaje de Aparecida, “discípulos misioneros”, anteriormente “eran dos palabras que se usaban en forma separada”. “Estaba el discípulo, el que sigue a Jesús, y el misionero. Y en los Estados Unidos cuando se hablaba de los misioneros, se hablaba del misionero que iba a otro país”.
“Entonces, de niño cuando nos presentaban decían esta es una misionera, quiere decir que no trabaja aquí, que no sirve en nuestro lugar”, describió el Prelado quien recordó que “este concepto se encuentra en las raíces de nuestro bautismo: somos discípulos, pero al mismo tiempo, somos misioneros. No se puede ser discípulo sin ser misionero”.
Por lo tanto, el Prelado busca “establecer esa cultura de una Iglesia en misión, una Iglesia en salida, que han sido los temas de Aparecida, los temas de la alegría del Evangelio, que ha sido el tema del V Encuentro una iglesia en salida en misión que sale al encuentro, que va a las periferias. Ese es mi sueño para la iglesia en Cleveland”, añadió.

¿Leyenda negra? El obispo de Cleveland (EEUU) reconoce el papel de los hispanos en el país: aportan su "fe católica, el amor por la familia y su alegría" via @web_hispanidad https://www.hispanidad.com/hispanoa...adalupe-don-hispanos-unidos_12014958_102.html

Cien veces si, creci en Miami, el pueblo cubano nos aporto mucho, como dice este. Es gente que para en la calle para ayudarte, el hombre para ayudarte a cambiar un nuematico, es gente abierta, humilde, creyente, buena gente.
 
En el último número de la revista de la Academia de la Diplomacia hay un buen número de páginas dedicadas a la cuestión de la articulación de un espacio panibérico y de una iberofonía y una entrevista al politólogo Frigdiano-Álvaro Durántez Prados, uno de los principales promotores del asunto en España. Durántez ha sido fichado por Felipe VI para su equipo de asesores y es el que le escribe los discursos.

Podéis ver las páginas de la revista Diplomacia sobre el tema en este enlace:
https://estadoiberico.files.wordpress.com/2019/01/diplomacia-115_paniberismo_150.pdf

Ver el archivo adjunto 917425

Durántez presentó libraco gordo sobre el tema hace unos meses en la Casa de América, acompañado entre otros por la embajadora en excedencia Cecilia Yuste, actual Directora de Relaciones Instituciones del Banco de Santander (patrocinador del trabajo) y el politólogo brasileño Paulo Speller (perfil de Speller aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Paulo_Speller).



Durántez Prados ha puesto gratuitamente y a disposición del público general su tratado geopolítico sobre la articulación de la Iberofonía y el Panhispanismo. Se puede descargar en los enlaces que se dan en este tuit de Santiago Armesilla.

 
El olvidado territorio que España conquistó en Vietnam y poseyó hasta 1922 sin que nadie se enterase
La campaña militar protagonizada por unos cuantos españoles en aquella zona del sudeste asiático, entre 1858 y 1862, hizo que poseyéramos tuviéramos presencia en aquel país durante décadas
Israel VianaMADRID Actualizado:28/02/2020 08:54hGUARDAR
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«En 1847 España era todavía un imperio en cuyas tierras no se ponía el sol – podía leerse en ABC en julio de 1954–, que lucía esplendoroso en Manila cuando en Madrid se encendían los faroles de gas. Teníamos, en el trópico de Oriente , inmensos territorios insulares: Filipinas, Carolinas, Marianas y otras islas menores. Manila era, desde hacía siglos, la avanzadilla cristiana y occidental en aquellos remotos linderos del mundo. Irradiaba su influencia civilizadora sobre todas las naciones vecinas y los misioneros españoles llevaban su heroico apostolado a las tierras del continente asiático».
El reportaje a dos páginas se refería a la olvidada campaña militar protagonizada por unos cuantos españoles en la recóndita Annam, actual franja costera del centro de Vietnam, entre 1858 y 1862. Una incursión que llevó a cabo conjuntamente con la Francia de Napoleón III, gracias a la cual nadie sabe hoy que España tuvo presencia en aquel país durante décadas. Y cuando los miles de turistas de Madrid, Barcelona, Valencia y el resto de provincias visitan cada año Ho Chi Minh (antigua Saigón), ni se imaginan que parte de la ciudad fue territorio español desde fines del siglo XIX hasta nada menos que 1922.

La decisión de conquistar aquella territorio la tomó el Gobierno de Madrid después de que el obispo español José María Díaz, vicario apostólico de Tonkin, región de Vietnam, fuese «bárbaramente inmolado durante una persecución anticristiana y antieuropea desencadenada por los anamitas, el 20 de julio de 1857. Más de 10.000 cristianos, blancos y asiáticos, fueron asesinados por orden del príncipe de Hue, cruel señor de las costas occidentales de Indochina», explicaba este diario un siglo después, que confirmaba: «Y como España tenía alí intereses espirituales y materiales que defender, se dispuso a intervenir».

Los héroes olvidados
Aquella operación de venganza y conquista no trajo la gloria ni el reconocimiento para ninguno de los soldados españoles que participaron en ella. Al contrario, su victoria cayó en el olvido y sus protagonistas fueron abandonados por el Gobierno de Madrid. El objetivo era poner fin a la carnicería de religiosos orquestada por el mencionado emperador Tu Duc, principal gobernante de Annam. Fue él quien ordenó el asesinato de fray Díaz, bajo el pretexto de que los misioneros cristianos estaban metiendo las narices más de lo deseado en la agitada vida política del territorio.
Como explica Alfonso Ojeda en su obra «España y Vietnam: Una historia común» (Catarata, 2017), la historia del cristianismo en Vietnam se ha escrito con letras de sangre. Las continuas persecuciones, prohibiciones, destrucciones de iglesias, expulsiones e, incluso, martirios rememoran a los primeros cristianos durante la era romana. «El cristianismo no llegó a Vietnam para llenar un vacío religioso, sino para reemplazar los valores morales y espirituales preexistentes por otros nuevos. Los poderes públicos locales criticaron esa “doctrina heterodoxa” llamada catolicismo. Su influencia podía representar un contrapoder al sistema político existente», apunta el autor.
Fue tras el asesinato de fray José María Díaz cuando España, bajo el gobierno de Isabel II, recibió la propuesta de Napoleón III: había que llevar a cabo una expedición de castigo. Leopoldo O'Donnell era el presidente del Consejo de Ministros, por lo que tomaba buena parte de las decisiones trascendentales que concernían al país, y decidió que, efectivamente, había que intervenir y dejar claro que no se podía acabar con la vida de los hombres que predicaban la fe católica sin que hubiese consecuencias.
Una temeridad
La decisión de participar en la conquista del actual territorio de Vietnam era, sin duda, una temeridad. Las arcas de Estado se encontraban en una situación muy precaria, mermadas por las guerras carlistas y los altos costes que conllevaban el mantenimiento de un Imperio que, aún en su ocaso, generaba multitud de problemas a los gobernantes: la dificultad de mantener el control de Filipinas, la codicia de los piratas o los incipientes movimientos guerrilleros de independencia de Cuba. Era obvio que España tenía muchos frentes abiertos como para enfrentarse a uno más. Y, aún así, aceptó el reto.
Las tropas hispano-francesas desembarcaron en Da Nang, al sur de Hue, en el centro de actual Vietnam, el 31 de agosto de 1958. En el mismo lugar donde los estadounidenses llegaron un siglo después para librar su particular guerra contra el comunismo. La expedición la formaban 2.500 soldados franceses y 500 españoles. «La operaciones militares tuvieron pronto buen éxito. Primero se desembarcó en la bahía de Turana, cerca de Hue, precisamente el escenario de las matanzas de cristianos. Hue y Turana fueron bombardeadas y tomadas a punta de bayoneta. Viejos grabados isabelinos nos lo recuerdan con nostalgia agridulce. Los españoles, que constituían el principal contingente de tierra, figuraron en la vanguardia y las eternas virtudes castrenses de la raza tuvieron una ocasión más para probar su reciedumbre y espíritu de sacrificio», señalaba ABC.
Unos 800 soldados de tierra, la mitad de ellos españoles, se embarcaron después en una flotilla con rumbo a la baja Conchinchina. El 10 de febrero de 1858 marca el inicio de otra fase de la campaña: el bombardeo de Vung Tau y de una serie de fortalezas que daban entrada por vía fluvial a Saigón, el verdadero objetivo que acabaron conquistando poco después. Manteniendo el control en la ciudad, dejaron a 900 hombres: 800 franceses y 100 españoles. El valor de estas fuerzas terrestres quedó reflejada en numerosas crónicas de la prensa, que se hacían eco también del cuantioso botín con el que se hicieron: navíos, piezas de artillería, fusiles, pólvora, arroz en abundancia y un tesoro compuesto de barras de plata.
«Captura de Saigón por las fuerzas expedicionarias francesas y españolas», de Léon Morel-Fatio
«Captura de Saigón por las fuerzas expedicionarias francesas y españolas», de Léon Morel-Fatio
En marzo de 1860, cuando mejor iban las cosas, el alto mando francés ordenó evacuar a sus fuerzas acantonadas en Turón y las envía a China, mientras los españoles regresan a Manila. El ejército amanita pensó entonces que los invasores no eran tan invencibles como se pensaba. De ahí que iniciaran sobre Saigón todo tipo de ataques y contraataques. Hubo un momento en que la situación alcanzó un punto crítico, por aquellas escasas fuerzas aliadas que defendieron con heroísmo aquel importante enclave. Incluso consiguieron dominar algunas fortificaciones vecinas.
El envalentonado ejército vietnamita, al mando del general Nguyen Tri Phuong, no se dio por vencido y siguió durante seis meses su duro asedio a las tropas enemigas que defendían Saigón con uñas y dientes. Tanto resistieron que, al final, perdieron toda esperanza de reconquistar la ciudad en todo aquel periodo que va desde marzo de 1869 en que los franceses abandonaron Turón, hasta febrero de 1861, cuando el cuerpo expedicionario galo regresa de China.
Esa fue la clave y la razón de que, durante la primera semana de febrero de 1861, el imperio de Annam perdiera definitivamente Saigón y muchos otros territorios: que al finalizar la campaña militar de China, Francia pudo reforzar el frente de Vietnam con 3.000 hombre más muy bien equipados y una flota con 70 buques de guerra. La batalla se decantó rápido del lado de los aliados europeos, que fueron haciéndose con el control cada vez de más zonas con relativa facilidad. Hasta que, el 23 de marzo de 1862, se daba por concluido el conflicto tras la conquista del área de influencia en la zona meridional del país conocida como Cochinchina.
El parque Bach Tung Diep
Unos dos meses después, el 5 de junio, se puso fin a la guerra oficialmente con la firma de un tratado de paz entre Francia y el Rey de Annam. Según Juan Francisco Fuentes en «El fin del Antiguo Régimen (1808-1868)» (Síntesis, 2007), España no participó en él. El Gobierno de París comenzó entonces a penetrar en Indochina tras la concesión de tres provincias. El Gobierno de Isabel II, por su parte, recibió una indemnización económica, algunos derechos comerciales y un terreno de 4.000 metros cuadrados en Saigón, lo que hoy es el parque Bach Tung Diep.
Se trata de una zona muy visitada por los turistas que viajan a Vietnam y que casi nadie supo jamás en España que les pertenecía. Según revelaba a EFE hace cinco años el historiador británico Tim Doling, autor del libro «Exploring Ho Chi Minh City» (Explorando Ciudad Ho Chi Minh): «Me sorprendió el dato, pero no hay dudas porque lo encontré en dos fuentes históricas diferentes. Era solo un terreno abandonado en el centro de la ciudad y los franceses lo convirtieron en jardín público cuando lo recuperaron».
Situado frente a un museo dedicado a la historia de la ciudad, y a pocos metros de edificios emblemáticos como la Ópera, el Hotel Continental o el mercado de Ben Thanh, se trata de un lugar habitual de tránsito para los turistas. Pero se trata de una posesión español que ha pasado tan desapercibida para los españoles que actualmente no existe ninguna indicación sobre el pasado hispano del parque. Al igual que tampoco se conocen los motivos exactos por los que fue devuelto a Francia en 1922. El historiador británico apuntaba a la falta de interés de los gobiernos desde la Restauración Borbónica. «España no lo mantuvo en buen estado y Francia lo recuperó para convertirlo en un jardín público. Las autoridades españolas no designaron a nadie para administrarlo, supongo que no les interesaba», comentaba.
Tan solo pequeño cementerio franco-español del siglo XIX cerca de Danang, en el que están enterrados decenas de soldados de ambos países, recuerda a los héroes de aquella guerra. Pero sus tumbas son poco a poco engullidas por la creciente industria de los alrededores. En uno de sus rincones, deterioradas y comidas por la maleza, se pueden encontrar las tumbas de los 32 militares españoles fallecidos en la conquista de Vietnam.

El olvidado territorio que España conquistó en Vietnam y poseyó hasta 1922 sin que nadie se enterase https://www.abc.es/historia/abci-ol...s-inducido&vmc=abc-es&vso=tw&vli=noticia-foto vía @ABC_Historia

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Tuesday, February 7, 2017
Queen Isabella’s Breviary





The Isabella Breviary is the British Library's most highly prized treasure. This amazing manuscript was conceived of as the most luxurious Flemish breviary. Each of its pages has been masterfully illuminated by the finest Flemish painters, resulting in a lavish manuscript of peerless beauty.

The originality and impact of the miniatures in the Isabella Breviary make this a unique codex. Having more texts than a book of hours, a breviary offers illuminators a wider range of themes and consequently more artistic license and a greater variety of images. The six masters who worked on the Isabella Breviary paid particular attention to the scenes depicting the building, destruction and reconstruction of the temple and city of Jerusalem and also the celebration scenes with musicians and singers led by David. No other contemporary manuscript features a similar series.

Isabella the Catholic was given the manuscript shortly before 1497 by her ambassador Francisco de Rojas to commemorate the double marriage of her children, Infante John of Asturias and Infanta Joanna, to the children of emperor Maximilian of Austria and duchess Mary of Burgundy, Margaret and Philip. A full-page miniature shows the joint coat of arms created by Isabella and Ferdinand with a large eagle, the symbol of St John the Evangelist, and the coats of arms of the two new couples underneath.

The Isabella Breviary is of great historical importance because it reflects not only the artistic context but also the great political unrest in late-fifteenth-century Europe, a time when royal marriages meant international political alliances, territorial expansion etc.

Posted by hereisjorgebergoglio at 7:17 AM No comments:
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Labels: 15th century, artwork, breviary, Isabella Breviary, Isabella the Catholic, M. Moleiro, Queen Isabella of Spain, Spain
 
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