Pues prima, nadie lo diria, por la templanza y los ovarios que le echastes y no me vale eso de que por un hijo se hace de todo, que tambien, pero en eso momentos se te pueden devolver, de ahi que la ética medica impide que operen a un familiar y segun que consultas se las haga otro colegaMuchas graciasSoy una persona nerviosa en mi vida diaria, de las que parece que se ahogan en un vaso de agua. Pero ahí y en alguna otra situación difícil que tuve me vine arriba. Así que nunca sabemos de lo que somos capaces hasta que nos vemos en la situación.
Muere ahogado tras negarle ayuda y colgarle el teléfono el médico del Summa 112: 'Yo no escucho que te ahogues'
- AutorAmy35
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Me agobio por tonterías pero cuando las cosas se complican de verdad saco valor. Hay un dicho que me gusta mucho: " Sé valiente, si no lo eres, finge serlo, nadie nota la diferencia"
Le valoró primero el técnico y la famosa llamada es con el médico del centro coordinador.Sí, pero la cuestión es...el operador del 112 (que es teleoperador, no médico, esto quiero dejarlo claro aunque la madre lo llame "médico" durante la llamada) no le hace estas preguntas, con lo cual la negligencia es blanco y en botella....o sí le ha hecho estas preguntas en esa llamada pero el audio no se ha emitido completo en TV? Para mí, si ha omitido las preguntas es un asesino, pero si no las ha omitido ha hecho su trabajo con la empatía en el culo y el culo de vacaciones, pero sí ha hecho su trabajo aunque sea mal hecho y probablemente acabe despedido de todas formas, pero no condenado.
El tema me escama porque si bien yo no trabajo en el 112 tengo una actividad afín, en mis cuestionarios hay por ejemplo una pregunta sobre toma de sustancias alegres, y tengo que hacer esa pregunta incluso si el paciente es un bebé recién nacido, por protocolo. En mi caso pues al ser un tema de rellenar documentos administrativos, no emergencia, los padres del bebé contestan alguna broma tipo "sí, el niño me roba las cervezas de la nevera" nos reímos y ya luego contestan en serio que no, nada de "humos, ni alimentos o bebidas con misterio".
Vaya las vueltas que estoy dando para evitar determinado vocabulario en el foro, primas, espero que se me entienda
El que atiende la llamada no dice "tiene que hablar conmigo" sino "tiene que hablar con el médico" si él era el médico para que iba a referirse a sí mismo en tercera persona?
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A mi me pasó algo parecido.
Dolor abdominal de repente, de madrugada.
Con la mala suerte de coincidir con las fiestas locales.
Me metí en la bañera con agua muy caliente por si se calmaba pero tuve que arrastrarme para poder salir y despertar a mi marido, no podía ni estar en pie y ahí me quede en un sofá desnuda.
Mi propia familia diciendo que me tomase un paracetamol
y yo gritando entre vomito y vomito que llamasen a una ambulancia.Llaman al 112 y dicen los del 112 que si es verdad que no he tomado nada siendo fiesta, cuando se convencen me dicen que por protocolo tiene que visitarme un médico primero.
Llega el médico, yo desnuda en el sofá con una toalla o algo que alguien me había dado.
Que va a ser un cólico, que estoy nerviosa, que no me preocupe que no pasa nada que me va a inyectar algo y e seguida se me pasa. Y que si de verdad no he tomado nada.
Yo a gritos que no, y que me estoy muriendo.
Me pone varias inyecciones en la barriga y me dice que se queda a esperar conmigo hasta que haga efecto y que ya veré como se me pasa.
Yo intentando no gritar para que no se despertasen mis hijos y me voy sintiendo, ahora si, drogada.
Me pregunta al rato que que tal y le digo “Pues mire, no se que es lo que me ha pinchado pero el dolor sigue siendo insoportable y se que me estoy muriendo pero esque ahora mismo ya ni me importa”.
El médico llama corriendo a una ambulancia.
Me ponen prendas de ropa por encima y tengo que subir a la ambulancia en una silla de ruedas, entre eso y el vaivén de la ambulancia casi me desmayo del dolor.
Llego a urgencias y borrachos que se querían matar entre ellos y a los médicos, que los tenían que atar para poder coserles heridas, comas etílicos… toda la feria.
Total que yo en el rincón y pasando las horas.
Alguien venía de vez en cuando y me tomaba la tensión pero nada más.
Ya la cuarta vez sin perder los nervios le dije a la chica; “perdona, se que es una noche de trabajo horrible para vosotros pero si os molestáis en leer lo que estáis anotando veréis que me está cayendo la tensión en picado”.
Miró y le cambio la expresión.
Me llevaron a hacerme una eco… Y nada más poner la maquinita empezaron las carreras y las prisas.
Tenia una hemorragia interna y me estaba desangrando, derechita para quirófano.
Conseguí salir de aquello aunque estuve muchos meses en cama y con anemia, me tuvieron que operar varias veces porque ni siquiera era capaz de cicatrizar.
Si no hubiese insistido no estaría aquí escribiendo esto.
Posiblemente el chart de la tensión habría desaparecido y hubiese sido un “estaba estable, reaccionaba a los estímulos y de repente entró en parada y no se pudo hacer nada”.
Tenia treinta y pocos y dos peques muy peques.
Tengo mucho que agradecer a la sanidad pública española pero cagarla la cagan, una y otra vez.
Y el corporativismo es brutal.
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Me ha tocado con mis dos hijos y con un desconocido al que le dio un infarto en plena calle.Muchas gracias
Y luego no soy capaz de ver como entra una aguja en la piel.
La mente humana es increíble.
Totalmente cierto.Gente nerviosa en su día a día que actúa con sangre fría ante una situación excepcional y gente muy tranquila que se bloquea totalmente.Esto último le pasa a una amiga mía. La templanza personificada en su vida diaria y en su trabajo.Se queda petrificada ante algo chungo e inesperado.Le pasó con situaciones de salud de sus hijos y también ante una agresión que sufrió en su trabajo .En el segundo caso lo de petrificada es literal.Lo vio venir y no pudo reaccionar, ni escapó ni chilló pidiendo ayuda ni intentó repeler la agresión.
En su trabajo es muy resolutiva, una profesional reconocida y en su vida diaria es la primera en ayudar a sus amigos ( doy fé).
El ser humano es contradictorio, no somos blanco ni negro sinó una gama de grises.
Había otro audio por ahí en el que estaba la llamada desde el principio y era una mujer la que tomaba datos del aviso y derivaba la llamada al médico del centro.
Un articulo interesante sobre lo que estamos debatiendo
Por
Chaime Marcuello
'¿El ocaso de la medicina?'Heraldo
Hablaba hace unos días con un amigo médico sobre los efectos de la pandemia en la profesión médica y me transmitía una melancolía cargada de pasión.
Percibe que la medicina tal como la estudió, la ha ejercido y la vive camina hacia su ocaso. Por eso, su análisis rezuma una dosis de tristeza silente difícil de explicitar. El relato dominante y la presión de los medios de comunicación va en la dirección contraria. Son varios los elementos que convergen para provocar esta situación.
Por un lado, la medicina se ha inclinado a la bioquímica, a la descripción mecánica de piezas y procesos que interaccionan entre sí. Es una visión materialista donde a medida que se establecen indicadores se repiten modelos y se alimentan estadísticas. Los datos se tabulan y estandarizan de tal manera que luego basta con aplicar protocolos para sustituir piezas, administrar o inyectar sustancias. Se hace una medicina basada en la supuesta evidencia científica construida mediante observaciones apoyadas en esas estadísticas de observables de diversa índole. Estas atribuyen relaciones de causalidad a unos datos que se recogen siguiendo el llamado método científico y cuando hace falta se ajustan para conseguir los resultados pertinentes. De tal manera que se aspira a que una máquina bien diseñada y entrenada, con el correspondiente algoritmo, sea capaz de procesar más datos que el médico de siempre. Así ofrecerá un diagnóstico ‘objetivo’ basado en esos datos previamente establecidos. Y se sueña con que estos ‘avances’ tecnológicos terminarán siendo el sustitutivo perfecto de los médicos –humanos– que tienen un potencial cognitivo menos relevante que la supuesta inteligencia artificial soñada y predicada como cuasi omnipotente. O sea, el horizonte que se dibuja borra al médico de siempre de los sistemas sanitarios porque serán las máquinas las que verán, observarán, medirán, diagnosticarán y repararán lo que corresponda. Algunos incluso sueñan con desentrañar los mecanismos de la vida para intervenir en ellos y alcanzar la inmortalidad o incluso, controlarla desde su momento inicial, consiguiendo una ectogénesis que permita producir bebes en úteros artificiales.
La medicina se está deshumanizando, se sustituye el criterio del médico por unos protocolos que aspiran a ‘mecanizar’ las decisiones
Por otro lado, se ha dejado apartada la visión holística y sistémica de la persona. Se prescinde de la salud como tarea personal e intransferible, como don y gracia, como algo lleno de espiritualidad que trasciende las dinámicas celulares. Se ha dejado a un lado la Vida como fuente de la salud. Además se han fragmentado los campos de especialización de tal manera que cada médico solo sabe de su trozo. Y tan específicamente que el ginecólogo no se atreve a entrar en el terreno del pediatra, ni se le ocurre al pediatra opinar sobre la gestación del futuro bebé. O se puede vivir en directo cómo el neurólogo explica que el Primperan puede causar movimientos incontrolados de la boca, pero expresamente reconoce que no sabe nada de por qué se inflaman las piernas de su paciente. Uno puede ir al especialista de turno con un problema de salud y encontrarse con respuestas tan específicas que ese profesional termina diciendo que no puede hablar más allá de lo que le toca, de otra parte del cuerpo no puede decir nada. Y quizá sea una ventaja saber mucho del meñique o ser el mejor operando algo tan único que requiere años de experiencia. Quizá deba ser así, pero se echa de menos la mirada de conjunto que, entre otras cosas, reconoce que la sabiduría del cuerpo tiende a la homeostasis y una palabra bien dicha sana más que un saco de píldoras.
Al mismo tiempo, la especialización impide una visión global de la persona y de la salud
La medicina, por encima de todo, es un saber hacer, aplicado caso a caso, personalizado, singular, pese a la reiteración. Cada cultura y época ha tenido su forma de gestionar la salud y la enfermedad. Los avances del sistema occidental se han extendido haciéndose dominantes. Aun así, pese a las grandes e impresionantes conquistas, la condición mortal –humana– es insuperable. Y eso aquí parece que no lo queremos reconocer mientras se nos inyectan sustancias experimentales sin preguntar, sin meditar los efectos secundarios y sin saber nada sobre las condiciones personales. ¿Debe primar la lógica del rebaño o la medicina centrada en la persona y en su capacidad de gestionar su salud?
¿El ocaso de la medicina?
Por
Chaime Marcuello
Hablaba hace unos días con un amigo médico sobre los efectos de la pandemia en la profesión médica y me transmitía una melancolía cargada de pasión.
Percibe que la medicina tal como la estudió, la ha ejercido y la vive camina hacia su ocaso. Por eso, su análisis rezuma una dosis de tristeza silente difícil de explicitar. El relato dominante y la presión de los medios de comunicación va en la dirección contraria. Son varios los elementos que convergen para provocar esta situación.
Por un lado, la medicina se ha inclinado a la bioquímica, a la descripción mecánica de piezas y procesos que interaccionan entre sí. Es una visión materialista donde a medida que se establecen indicadores se repiten modelos y se alimentan estadísticas. Los datos se tabulan y estandarizan de tal manera que luego basta con aplicar protocolos para sustituir piezas, administrar o inyectar sustancias. Se hace una medicina basada en la supuesta evidencia científica construida mediante observaciones apoyadas en esas estadísticas de observables de diversa índole. Estas atribuyen relaciones de causalidad a unos datos que se recogen siguiendo el llamado método científico y cuando hace falta se ajustan para conseguir los resultados pertinentes. De tal manera que se aspira a que una máquina bien diseñada y entrenada, con el correspondiente algoritmo, sea capaz de procesar más datos que el médico de siempre. Así ofrecerá un diagnóstico ‘objetivo’ basado en esos datos previamente establecidos. Y se sueña con que estos ‘avances’ tecnológicos terminarán siendo el sustitutivo perfecto de los médicos –humanos– que tienen un potencial cognitivo menos relevante que la supuesta inteligencia artificial soñada y predicada como cuasi omnipotente. O sea, el horizonte que se dibuja borra al médico de siempre de los sistemas sanitarios porque serán las máquinas las que verán, observarán, medirán, diagnosticarán y repararán lo que corresponda. Algunos incluso sueñan con desentrañar los mecanismos de la vida para intervenir en ellos y alcanzar la inmortalidad o incluso, controlarla desde su momento inicial, consiguiendo una ectogénesis que permita producir bebes en úteros artificiales.
La medicina se está deshumanizando, se sustituye el criterio del médico por unos protocolos que aspiran a ‘mecanizar’ las decisiones
Por otro lado, se ha dejado apartada la visión holística y sistémica de la persona. Se prescinde de la salud como tarea personal e intransferible, como don y gracia, como algo lleno de espiritualidad que trasciende las dinámicas celulares. Se ha dejado a un lado la Vida como fuente de la salud. Además se han fragmentado los campos de especialización de tal manera que cada médico solo sabe de su trozo. Y tan específicamente que el ginecólogo no se atreve a entrar en el terreno del pediatra, ni se le ocurre al pediatra opinar sobre la gestación del futuro bebé. O se puede vivir en directo cómo el neurólogo explica que el Primperan puede causar movimientos incontrolados de la boca, pero expresamente reconoce que no sabe nada de por qué se inflaman las piernas de su paciente. Uno puede ir al especialista de turno con un problema de salud y encontrarse con respuestas tan específicas que ese profesional termina diciendo que no puede hablar más allá de lo que le toca, de otra parte del cuerpo no puede decir nada. Y quizá sea una ventaja saber mucho del meñique o ser el mejor operando algo tan único que requiere años de experiencia. Quizá deba ser así, pero se echa de menos la mirada de conjunto que, entre otras cosas, reconoce que la sabiduría del cuerpo tiende a la homeostasis y una palabra bien dicha sana más que un saco de píldoras.
Al mismo tiempo, la especialización impide una visión global de la persona y de la salud
La medicina, por encima de todo, es un saber hacer, aplicado caso a caso, personalizado, singular, pese a la reiteración. Cada cultura y época ha tenido su forma de gestionar la salud y la enfermedad. Los avances del sistema occidental se han extendido haciéndose dominantes. Aun así, pese a las grandes e impresionantes conquistas, la condición mortal –humana– es insuperable. Y eso aquí parece que no lo queremos reconocer mientras se nos inyectan sustancias experimentales sin preguntar, sin meditar los efectos secundarios y sin saber nada sobre las condiciones personales. ¿Debe primar la lógica del rebaño o la medicina centrada en la persona y en su capacidad de gestionar su salud?
Pues menudo divo el doctor, hablando de sí mismo en tercera persona a lo Aída Nízar...a todo esto, en ese audio más completo, se puede observar si en la llamada se sigue el protocolo de hacer el cuestionario completo, o si van directamente a las preguntas de sustancias y no contemplan otra posibilidad?
Última edición:
Yo, lamento verlo de un modo diametralmente opuesto al general. Para mi el médico de atención telefónica SI actúa bien. Y es la madre la que, por el motivo que sea, no le da adecuadamente la información. Conste que no he sido capaz de escuchar (me parece una obscenidad lo que han hecho estos padres por dinero, lo de publicitar el audio) la llamada, pero he leido la transcripción. Y me reafirmo.
1.- El chico estaba sentenciado. Con o sin asintencia domiciliaria o ambulancia al hospital.
2.- El médico de Summa ni le niega ayuda ni le cuelga el teléfono. De hecho, le manda a casa dos técnicos.
3.- Es importantísimo tener unos conocimientos básicos de primeros auxilios. Y unos conocimientos básicos de nomenclatura médica. Saber dar la información es vital. Debería ser obligatorio con el carnet de padre.
4.- Si tras su visita previa a urgencias, hubiera ido el médico de cabecera y le hicieran una simple analítica, ahí ya habría cantado algo y habrían seguido rascando hasta dar con el problema. Pero no.
La cultura sanitaria del español medio es lamentable. Y luego la culpa es de la Administración pública.
Espero que ese médico denuncie a los padres por exponerle así. No lo habrá hecho por lástima hacia ellos.
Esto pasó en 2019. Y el médico sigue trabajando. Y no va a pasar nada. Porque su actuación fue correcta y está respaldado por sus superiores.
Un pequeño cursillo de primeros auxilios, a veces es la diferencia entre la vida y la muerte de un ser querido. Os animo a todas a que lo hagais. Así, además, dejareis de estar tan a merced de esos sanitarios que tan hijosdeputa os parecen.
1.- El chico estaba sentenciado. Con o sin asintencia domiciliaria o ambulancia al hospital.
2.- El médico de Summa ni le niega ayuda ni le cuelga el teléfono. De hecho, le manda a casa dos técnicos.
3.- Es importantísimo tener unos conocimientos básicos de primeros auxilios. Y unos conocimientos básicos de nomenclatura médica. Saber dar la información es vital. Debería ser obligatorio con el carnet de padre.
4.- Si tras su visita previa a urgencias, hubiera ido el médico de cabecera y le hicieran una simple analítica, ahí ya habría cantado algo y habrían seguido rascando hasta dar con el problema. Pero no.
La cultura sanitaria del español medio es lamentable. Y luego la culpa es de la Administración pública.
Espero que ese médico denuncie a los padres por exponerle así. No lo habrá hecho por lástima hacia ellos.
Esto pasó en 2019. Y el médico sigue trabajando. Y no va a pasar nada. Porque su actuación fue correcta y está respaldado por sus superiores.
Un pequeño cursillo de primeros auxilios, a veces es la diferencia entre la vida y la muerte de un ser querido. Os animo a todas a que lo hagais. Así, además, dejareis de estar tan a merced de esos sanitarios que tan hijosdeputa os parecen.
Se refiere a sí mismo en tercera persona. Dice que si estuviera en un hospital tendría que hablar con el médico y que aquí lo mismo. De hecho dice "es que yo tengo que valorarlo"
Edito que acabo de leerte y me ha hecho gracia lo de Aída.
