Miguel Blesa, hallado muerto en una finca de caza de Córdoba

Tenía una hija ilegítima también...


En tal caso ya habría sido tarde para reclamar ...
La viuda, Gemma ha acudido a recoger cenizas de su marido .....en menos de 48 horas....

15006479276376.jpg


Gema Gámez a su llegada al tanatorio de Córdoba MADERO CUBERO

Vaya pedazo de escote para ir a ...tanatorio...
Gemma vuelve a estar en el mercado..de cotización.



Cus, la única hija, no se habla con ella pero los tres hermanos del ex banquero mantenían una relación correcta con Gámez. Tuvo que buscar a alguien para que la llevara a Córdoba a velar a su marido.


lo que quedó de Blesa un día después de su ' su***dio'


818757.jpg
 
Última edición:
He leído en algún medio que tuvo dos hijos con la segunda mujer. Me imagino que les pondrían primero el apellido materno, porque el padre ya andaba metido en los escándalos.
 
Un momento, dice que a las 8 de la mañana la mujer cuelga el teléfono llorando y no vuelve a aparecer hasta las 2 de la tarde..... que ha pasado durante ese tiempo?
 
Joder que artículo... Parece escrito por Matías Prats abuelo

Lo mismo pensé :love:
Y si ya quería dar un toque " literario" en plan novela hubiera sido más adecuado un modo irónico inclusive sarcástico, como novela de Grisham, genial :LOL: y con maestría describe lo que pasa cuando muere un rico con el pasado, sus ex, las viudas etc.
Muy recomendable, está también en castellano.
93800.jpg
 
Un momento, dice que a las 8 de la mañana la mujer cuelga el teléfono llorando y no vuelve a aparecer hasta las 2 de la tarde..... que ha pasado durante ese tiempo?

En estos momentos, tan supuestamente " inesperados" lo primero que se llama es a servicios que pueden ayudar o esclarecer lo sucedido: ambulancia, médico, policía etc., al lugar de algún familiar a cientos de km de distancia y en momentos de accidente cuando se produce confusión y hay incertidumbres para resolver de inmediato...
Hubiera sido recomendable, que al lugar de historieta lagrimogena de " llamar inmediatamente a la mujer y esta se puso a llorar" hubiesen publicado más detalles técnicos
Todo huele a chapuza y mucha prisa...
 
Carta del Director
La maldición de Monterone
Pedro J. Ramírez @pedroj_ramirez 23 julio, 2017 02:53
<
Conocí a Miguel Blesa en una cena a comienzos de los 90, en la casa de amplios ventanales que la madre de Juan Villalonga compartía con su segundo marido -el oncólogo que le había salvado la vida- justo enfrente de Zalacain. Estaban los Aznar, estaban Cela y Marina Castaño, Juan y su esposa Concha Tallada, y Blesa y la suya, una mujer inteligente de rostro redondo y vivaracho llamada María José Portela.

Actualidad_233238583_40613423_855x1140.jpg

Ilustración: Javier Muñoz.

La personalidad de la anfitriona, María Pilar Pérez-Modrego, era tal, que nadie, ni siquiera el nobel, parecía brillar a su lado. El momento culminante de la cena llegó cuando Aznar estaba explicando sus planes como jefe de la oposición y ella golpeó dos veces la mesa con la mano y luego la alzó, imperativa: "¡Jose, habla más alto!".

En el extremo opuesto, rayano en la irrelevancia, quedó clasificado en mi subconsciente Miguel Blesa. Era un "en boca cerrada no entran moscas", pero no de la variedad de los prudentes, sino de los que no tienen nada que decir. Habría nacido en Linares, pero gracia andaluza, la verdad, se le veía poca.

Fue María José quien me contó que su relación con los Aznar venía de lejos. Miguel no era compañero de pupitre como Juan; pero se habían conocido en mi ciudad natal, Logroño, cuando ambos eran dos jóvenes inspectores destinados en la Delegación de Hacienda.

Aznar era el hombre fuerte a la espera, Villalonga el que tiraba del carro de su ambición y Blesa un mero acompañante al que el destino colocó en el asiento de atrás

Pronto me hice mi composición de lugar: en aquel triángulo amistoso, Aznar era el hombre fuerte a la espera, Villalonga el que tiraba del carro de su ambición y Blesa un mero acompañante, al que el destino había colocado en el asiento de atrás. Luego me dijeron que era muy servicial y apreciado en el grupo porque les hacía las declaraciones de la renta a todos. Alguien lo recordaba recorriendo Madrid en una moto, haciendo recados y favores.

Me enteré de que el PP lo había colocado en el consejo de Caja Madrid cuando Aznar recurrió a él para dar la batalla interna contra la pretensión de Gallardón, ya presidente de la Comunidad, de implicar a la entidad en un consorcio liderado por Polanco para explotar la televisión por cable. Aznar consideró aquello una "traición" e hizo cuanto pudo por bloquearlo.

Curiosamente, década y media después, con esa herida ya restañada, Gallardón sería el gran valedor de la continuidad de Blesa como presidente de Caja Madrid, cuando Esperanza Aguirre -con su ojo clínico habitual- pretendió sustituirlo por Ignacio González. Por difícil que parezca, todo es siempre susceptible de ser empeorado.

El 19 de abril de 1995 yo estaba con Aznar en la habitación 217 de la clínica Ruber de Juan Bravo, cuando se abrió la puerta y entraron los Villalonga y los Blesa. El refundador del PP permanecía en observación tras sobrevivir milagrosamente a la carga explosiva colocada por ETA al paso de su automóvil. Al llegar a visitarle me había cruzado con Rodrigo y Gela Rato, y con Mariano Rajoy. El barbado vicesecretario general me había franqueado la entrada con su docilidad habitual: "Pasa ahora que está solo... Seguro que le gustará verte".

Tras el atentado de ETA contra Aznar, Miguel Blesa dijo la tontería más inadecuada, en el lugar menos apropiado y en el momento más inoportuno

Aznar llevaba unos vaqueros y una camisa que le habían traído de casa y estaba viendo un partido del Milan y otro equipo extranjero, como si tal cosa. Durante media hora relató con detalle lo ocurrido, me contó las dos llamadas del rey Juan Carlos y me transmitió la perplejidad que le producía que Felipe González no hubiera acudido a visitarle como jefe de Gobierno y responsable último de su seguridad. Había entrado en materia filosófica, reflexionando sobre el sentido de la vida, cuando la llegada de sus amigos creó un absurdo anticlímax.

Miguel Blesa dijo entonces la tontería más inadecuada, en el lugar menos apropiado, en el momento más inoportuno:

-¿Sabes el chiste que circula por Madrid? Que la bomba no la ha puesto ETA sino Felipe. ¿Y sabes por qué? Muy sencillo: porque ha fallado.

Aznar esbozó una sonrisa de compromiso pero hizo un gesto desaprobatorio. Ana Botella, que se había incorporado al grupo, cambió por completo el tono de la conversación:

-Ha sido un verdadero milagro. Ha sido Dios quien nos ha ayudado.

Aznar había llegado a la Moncloa con un halo de puritanismo pequeño burgués acuñado en Castilla y León al suprimir las Visa Oro de los cargos públicos

Ese "milagro" franqueó el antepenúltimo obstáculo que se interpuso entre Aznar y la Moncloa. Diez meses y medio después, la "amarga victoria" del 6 de marzo del 96 le permitía salvar el penúltimo. Unas semanas más tarde el encuentro secreto con Jordi Pujol, en el molino de Rato en Carabaña, allanaba definitivamente el camino de la investidura.

Aznar llegó a la presidencia del Gobierno, Villalonga a la de Telefónica y Blesa a la de Caja Madrid, como si las condiciones de liderazgo se transmitieran por ósmosis dentro de aquel grupo de amigos. Villalonga logró su propósito mediante un golpe de su característica audacia, haciendo creer a Aznar que tenía el apoyo del BBVA y La Caixa -principales accionistas de la compañía- y a sus presidentes, Francisco González y Fainé, que le respaldaba la Moncloa. Lo de Blesa fue mucho menos fulminante, pues tardó meses en desalojar a su antecesor, Jaime Terceiro, mediante la trabajosa estrategia de la araña, urdiendo pactos con los sindicatos y la izquierda, que en la práctica supondrían el reparto del botín.

Aznar no promovió activamente las candidaturas de sus amigos pero incurrió en el grave error de dejarles jugar con el sobrentendido de que les respaldaba. Era el tiempo en que "España iba bien" -esa primera legislatura, fruto del pacto del Majestic, fue tal vez la más productiva de la democracia- y, con la prosperidad recuperada, llegaba el apogeo del capitalismo de amiguetes. Visto desde fuera, Rato colocaba a sus peones y Aznar a los suyos.

Pronto empezaría a tener que arrepentirse. Aznar había llegado a la Moncloa con un halo de puritanismo pequeño burgués, acuñado desde los tiempos en que adquirió notoriedad nacional cuando, desde la presidencia de la Junta de Castilla y León, se convirtió en el primer líder autonómico que suprimió las Visa Oro de la mayor parte de los cargos públicos. Quién le iba a decir entonces que el símbolo de la corrupción que germinaría bajo la sombra de su bigote iban a ser las tarjetas black que, sin freno ni control, repartiría uno de sus dos íntimos amigos. Para ese viaje de ida y vuelta no hacían falta tantas alforjas regeneracionistas.

En la negociación de la salida de Villalonga de Telefónica hizo de bróker un personaje con vista de lince y pragmatismo fenicio llamado Mauricio Casals

Se ha especulado mucho sobre el impacto que los divorcios de Villalonga, Blesa y Rato tuvieron en la familia Aznar, especialmente en Ana Botella. Mi impresión cercana es que influyeron muy poco en los subsiguientes procesos de distanciamiento personal y político, en comparación con el repudio que a Aznar le merecían los abusos económicos de sus protegidos.

La gran crisis con Villalonga llegó en el año 2000 con motivo de las stock options de Telefónica. Aznar consideraba que, por muy legales que fueran, era un escándalo que el gestor de una empresa recién privatizada se embolsara decenas de millones de euros como consecuencia de los vientos favorables de la economía. Le pidió que renunciara a esa remuneración extraordinaria y, cuando Villalonga se negó, le puso la cruz y la raya.

Lo hizo de una vez y para siempre. Todavía recuerdo con estupor lo que me respondió en su despacho de la Moncloa, recién obtenida la mayoría absoluta, cuando le pregunté qué pensaba hacer con el que pasaba por ser su mejor amigo: "¡A ese, electroshock".

La negociación de la salida de Villalonga de Telefónica fue, por cierto, el primer episodio zanjado entre bambalinas en el que hizo de bróker un personaje desgarbado con vista de lince y pragmatismo fenicio llamado Mauricio Casals. ¿Quién le había dado vela en ese entierro? Pues su gran amigo y protector, el vicepresidente Rajoy, a quien Aznar le había dicho "arréglame ese lío".

Blesa no buscaba el brillo social, ni la influencia sobre el Gobierno... Sólo seguir ordeñando la ubre a la que le había enganchado el nepotismo de la política

Si la filosofía de Villalonga era "piensa a lo grande" y cuéntalo deprisa, Blesa prefirió hacer las cosas a la chita callando. El mediocre sin lustre, colocado al frente de la cuarta entidad financiera del país, fue construyendo su imperio de corrupción canonjía a canonjía, sobresueldo a sobresueldo, tarjeta black a tarjeta black.

De vez en cuando llegaban rumores sobre las trampas de la compra del banco de Miami, sobre sus dispendios en cacerías o sobre los créditos dudosos concedidos dentro de un círculo de complicidades endogámicas. Pero, a diferencia de Villalonga, Blesa no buscaba el brillo social, ni la influencia sobre el Gobierno, ni auparse a la presidencia de una entidad deportiva. Sólo seguir ordeñando la lucrativa ubre a la que, sin mérito ni cualificación real alguna, le había enganchado el nepotismo de la política.

Nunca sabremos durante cuánto tiempo podría haber seguido haciéndolo si no hubiera estallado la crisis económica y con ella la burbuja de las cajas. Al igual que Rato y en menor medida Narcís Serra, Hernández Moltó o los encarcelados gestores de las cajas gallegas y valencianas, Blesa pasó en cuestión de meses del confort de la respetabilidad al albañal de la execración pública. Una legión de preferentistas estafados e incautos partícipes de la salida a bolsa de Bankia le perseguía hasta en sus sueños.

Fijándome en la desoladora soledad del crematorio que ha despedido al exbanquero, me he acordado también de la maldición bíblica que le escuché a Aznar

La saña anticipada, y jurídicamente endeble, con que el extravagante juez Elpidio Silva le llevó de manera efímera a prisión hizo dura mella en su carácter timorato. Blesa no era capaz de oponer a la adversidad ni el temple de un Mario Conde ni las argucias de un Javier de la Rosa. La caída en desgracia le venía tan grande como la opulencia. Era un hombre débil al que la perspectiva de pasar una temporada mucho más larga en la cárcel, mientras sus últimos seres queridos perdían todo su patrimonio en los acantilados de la responsabilidad civil, se le hacía absolutamente insoportable.

El escopetazo con que terminó su vida es la salva de angustia que pone fin a toda una época no de esplendor sino de falso oropel. Hace unos meses reconocí el rostro afable de María José Portela entre las personas que acudieron a que les firmara mi libro sobre el trienio liberal. Pensé que ella tenía la suerte de haber seguido siendo quien era, pero que el título de La Desventura de la Libertad cuadraba muy bien con todo lo que había sucedido a su alrededor.

Ahora, fijándome en la desoladora soledad del crematorio que ha despedido al exbanquero, me he acordado también de la maldición bíblica que yo escuché de labios de Aznar, cual si se tratara del duque de Monterone en el primer acto de Rigoletto: "Te quedarás sin amigos, te quedarás sin familia, te quedarás sin honor y te quedarás sin país". Iba dirigida a Villalonga, pero ha sepultado a Blesa.

http://www.elespanol.com/opinion/carta-del-director/20170722/233426657_20.html
 
Carta del Director
La maldición de Monterone
Pedro J. Ramírez @pedroj_ramirez 23 julio, 2017 02:53
<......
Aznar era el hombre fuerte a la espera, Villalonga el que tiraba del carro de su ambición y Blesa un mero acompañante al que el destino colocó en el asiento de atrás

Pronto me hice mi composición de lugar: en aquel triángulo amistoso, Aznar era el hombre fuerte a la espera, Villalonga el que tiraba del carro de su ambición y Blesa un mero acompañante, al que el destino había colocado en el asiento de atrás. Luego me dijeron que era muy servicial y apreciado en el grupo porque les hacía las declaraciones de la renta a todos. Alguien lo recordaba recorriendo Madrid en una moto, haciendo recados y favores.

Me enteré de que el PP lo había colocado en el consejo de Caja Madrid cuando Aznar recurrió a él para dar la batalla interna contra la pretensión de Gallardón, ya presidente de la Comunidad, de implicar a la entidad en un consorcio liderado por Polanco para explotar la televisión por cable. Aznar consideró aquello una "traición" e hizo cuanto pudo por bloquearlo.

Curiosamente, década y media después, con esa herida ya restañada, Gallardón sería el gran valedor de la continuidad de Blesa como presidente de Caja Madrid, cuando Esperanza Aguirre -con su ojo clínico habitual- pretendió sustituirlo por Ignacio González. Por difícil que parezca, todo es siempre susceptible de ser empeorado.

El 19 de abril de 1995 yo estaba con Aznar en la habitación 217 de la clínica Ruber de Juan Bravo, cuando se abrió la puerta y entraron los Villalonga y los Blesa. El refundador del PP permanecía en observación tras sobrevivir milagrosamente a la carga explosiva colocada por ETA al paso de su automóvil. Al llegar a visitarle me había cruzado con Rodrigo y Gela Rato, y con Mariano Rajoy. El barbado vicesecretario general me había franqueado la entrada con su docilidad habitual: "Pasa ahora que está solo... Seguro que le gustará verte".

Tras el atentado de ETA contra Aznar, Miguel Blesa dijo la tontería más inadecuada, en el lugar menos apropiado y en el momento más inoportuno

Aznar llevaba unos vaqueros y una camisa que le habían traído de casa y estaba viendo un partido del Milan y otro equipo extranjero, como si tal cosa. Durante media hora relató con detalle lo ocurrido, me contó las dos llamadas del rey Juan Carlos y me transmitió la perplejidad que le producía que Felipe González no hubiera acudido a visitarle como jefe de Gobierno y responsable último de su seguridad. Había entrado en materia filosófica, reflexionando sobre el sentido de la vida, cuando la llegada de sus amigos creó un absurdo anticlímax.

Miguel Blesa dijo entonces la tontería más inadecuada, en el lugar menos apropiado, en el momento más inoportuno:

-¿Sabes el chiste que circula por Madrid? Que la bomba no la ha puesto ETA sino Felipe. ¿Y sabes por qué? Muy sencillo: porque ha fallado.

Aznar esbozó una sonrisa de compromiso pero hizo un gesto desaprobatorio. Ana Botella, que se había incorporado al grupo, cambió por completo el tono de la conversación:

-Ha sido un verdadero milagro. Ha sido Dios quien nos ha ayudado.

Aznar había llegado a la Moncloa con un halo de puritanismo pequeño burgués acuñado en Castilla y León al suprimir las Visa Oro de los cargos públicos

Ese "milagro" franqueó el antepenúltimo obstáculo que se interpuso entre Aznar y la Moncloa. Diez meses y medio después, la "amarga victoria" del 6 de marzo del 96 le permitía salvar el penúltimo. Unas semanas más tarde el encuentro secreto con Jordi Pujol, en el molino de Rato en Carabaña, allanaba definitivamente el camino de la investidura.

Aznar llegó a la presidencia del Gobierno, Villalonga a la de Telefónica y Blesa a la de Caja Madrid, como si las condiciones de liderazgo se transmitieran por ósmosis dentro de aquel grupo de amigos. Villalonga logró su propósito mediante un golpe de su característica audacia, haciendo creer a Aznar que tenía el apoyo del BBVA y La Caixa -principales accionistas de la compañía- y a sus presidentes, Francisco González y Fainé, que le respaldaba la Moncloa. Lo de Blesa fue mucho menos fulminante, pues tardó meses en desalojar a su antecesor, Jaime Terceiro, mediante la trabajosa estrategia de la araña, urdiendo pactos con los sindicatos y la izquierda, que en la práctica supondrían el reparto del botín.

Aznar no promovió activamente las candidaturas de sus amigos pero incurrió en el grave error de dejarles jugar con el sobrentendido de que les respaldaba. Era el tiempo en que "España iba bien" -esa primera legislatura, fruto del pacto del Majestic, fue tal vez la más productiva de la democracia- y, con la prosperidad recuperada, llegaba el apogeo del capitalismo de amiguetes. Visto desde fuera, Rato colocaba a sus peones y Aznar a los suyos.

Pronto empezaría a tener que arrepentirse. Aznar había llegado a la Moncloa con un halo de puritanismo pequeño burgués, acuñado desde los tiempos en que adquirió notoriedad nacional cuando, desde la presidencia de la Junta de Castilla y León, se convirtió en el primer líder autonómico que suprimió las Visa Oro de la mayor parte de los cargos públicos. Quién le iba a decir entonces que el símbolo de la corrupción que germinaría bajo la sombra de su bigote iban a ser las tarjetas black que, sin freno ni control, repartiría uno de sus dos íntimos amigos. Para ese viaje de ida y vuelta no hacían falta tantas alforjas regeneracionistas.

En la negociación de la salida de Villalonga de Telefónica hizo de bróker un personaje con vista de lince y pragmatismo fenicio llamado Mauricio Casals

Se ha especulado mucho sobre el impacto que los divorcios de Villalonga, Blesa y Rato tuvieron en la familia Aznar, especialmente en Ana Botella. Mi impresión cercana es que influyeron muy poco en los subsiguientes procesos de distanciamiento personal y político, en comparación con el repudio que a Aznar le merecían los abusos económicos de sus protegidos.

La gran crisis con Villalonga llegó en el año 2000 con motivo de las stock options de Telefónica. Aznar consideraba que, por muy legales que fueran, era un escándalo que el gestor de una empresa recién privatizada se embolsara decenas de millones de euros como consecuencia de los vientos favorables de la economía. Le pidió que renunciara a esa remuneración extraordinaria y, cuando Villalonga se negó, le puso la cruz y la raya.

Lo hizo de una vez y para siempre. Todavía recuerdo con estupor lo que me respondió en su despacho de la Moncloa, recién obtenida la mayoría absoluta, cuando le pregunté qué pensaba hacer con el que pasaba por ser su mejor amigo: "¡A ese, electroshock".

La negociación de la salida de Villalonga de Telefónica fue, por cierto, el primer episodio zanjado entre bambalinas en el que hizo de bróker un personaje desgarbado con vista de lince y pragmatismo fenicio llamado Mauricio Casals. ¿Quién le había dado vela en ese entierro? Pues su gran amigo y protector, el vicepresidente Rajoy, a quien Aznar le había dicho "arréglame ese lío".

Blesa no buscaba el brillo social, ni la influencia sobre el Gobierno... Sólo seguir ordeñando la ubre a la que le había enganchado el nepotismo de la política

Si la filosofía de Villalonga era "piensa a lo grande" y cuéntalo deprisa, Blesa prefirió hacer las cosas a la chita callando. El mediocre sin lustre, colocado al frente de la cuarta entidad financiera del país, fue construyendo su imperio de corrupción canonjía a canonjía, sobresueldo a sobresueldo, tarjeta black a tarjeta black.

De vez en cuando llegaban rumores sobre las trampas de la compra del banco de Miami, sobre sus dispendios en cacerías o sobre los créditos dudosos concedidos dentro de un círculo de complicidades endogámicas. Pero, a diferencia de Villalonga, Blesa no buscaba el brillo social, ni la influencia sobre el Gobierno, ni auparse a la presidencia de una entidad deportiva. Sólo seguir ordeñando la lucrativa ubre a la que, sin mérito ni cualificación real alguna, le había enganchado el nepotismo de la política.

Nunca sabremos durante cuánto tiempo podría haber seguido haciéndolo si no hubiera estallado la crisis económica y con ella la burbuja de las cajas. Al igual que Rato y en menor medida Narcís Serra, Hernández Moltó o los encarcelados gestores de las cajas gallegas y valencianas, Blesa pasó en cuestión de meses del confort de la respetabilidad al albañal de la execración pública. Una legión de preferentistas estafados e incautos partícipes de la salida a bolsa de Bankia le perseguía hasta en sus sueños.

Fijándome en la desoladora soledad del crematorio que ha despedido al exbanquero, me he acordado también de la maldición bíblica que le escuché a Aznar

La saña anticipada, y jurídicamente endeble, con que el extravagante juez Elpidio Silva le llevó de manera efímera a prisión hizo dura mella en su carácter timorato. Blesa no era capaz de oponer a la adversidad ni el temple de un Mario Conde ni las argucias de un Javier de la Rosa. La caída en desgracia le venía tan grande como la opulencia. Era un hombre débil al que la perspectiva de pasar una temporada mucho más larga en la cárcel, mientras sus últimos seres queridos perdían todo su patrimonio en los acantilados de la responsabilidad civil, se le hacía absolutamente insoportable.

El escopetazo con que terminó su vida es la salva de angustia que pone fin a toda una época no de esplendor sino de falso oropel. Hace unos meses reconocí el rostro afable de María José Portela entre las personas que acudieron a que les firmara mi libro sobre el trienio liberal. Pensé que ella tenía la suerte de haber seguido siendo quien era, pero que el título de La Desventura de la Libertad cuadraba muy bien con todo lo que había sucedido a su alrededor.

Ahora, fijándome en la desoladora soledad del crematorio que ha despedido al exbanquero, me he acordado también de la maldición bíblica que yo escuché de labios de Aznar, cual si se tratara del duque de Monterone en el primer acto de Rigoletto: "Te quedarás sin amigos, te quedarás sin familia, te quedarás sin honor y te quedarás sin país". Iba dirigida a Villalonga, pero ha sepultado a Blesa.

http://www.elespanol.com/opinion/carta-del-director/20170722/233426657_20.html

Y falta Florentino-Perez, el personaje clave en alianza Florentino Pérez-Blesa.
Y el contribuyente sigue inyectando liquidez en empresas de Florentino Pérez. El presi de ACS y también del " club galáctico" parece personaje aforrado e intocable.

Blesa Pérez S.A., el sueño capitalista de los Aznar
En las dos legislaturas aznaristas, Florentino pasó de ser empleado de los March a principal accionista individual de ACS y presidente del Real Madrid
Florentino apedrea empiezo su carrera ....trepando en un ayuntamiento .susempresas ' privadas' ..siempre cerca de lo público y la política ...
RUBÉN JUSTE DE ANCOS
MD_20141016_MAS_DEPORTE_D_54417206282-652x492@MundoDeportivo-Web.jpg


PARA CUMPLIR LOS SUEÑOS DE AZNAR FUE CRUCIAL FLORENTINO PÉREZ: CONCEJAL DE MADRID POR UCD, ALTO CARGO EN TRANSPORTE, TURISMO Y TELECOMUNICACIONES, Y LUEGO INTEGRADO EN ALIANZA POPULAR

Aznar no sólo soñaba, cual Quijote, con conquistar los terrenos y riquezas de moros y herejes para repartirlos con su fiel escudero y sus acólitos. Era un proyecto de una nueva España, con un holding que pudiera sostener una cosmovisión a largo plazo, más allá de su presencia “física” en el gobierno (pues renunció tempranamente a una segunda reelección): fútbol y construcción, obras, vacaciones en la playa, la segunda casa. Era la ampliación del sueño franquista de Fraga. Una nueva sociedad sin política, que viera en el cemento y los triunfos nacionales de la selección a una nueva España, sin fisuras, superadora de la guerra civil y la dictadura.

Para ello fue crucial la figura de Florentino Pérez, el que fuera concejal en el Ayuntamiento de Madrid por UCD, alto cargo en el Ministerio de Transporte, Turismo y Telecomunicaciones, y promotor del PRD junto Miquel Roca i Junyent (hoy defensor de la infanta Cristina en el caso Noos y consejero de ACS), posteriormente integrado en Alianza Popular. Su imperio en la construcción comienza en 1983, con la compra por 5 millones de pesetas de Padrós S.A. reconvertido a partir de 1996 en el brazo industrial de la ‘casa Aznar’. Un recetario que recuerda mucho al de Villar Mir, con una empresa de construcción en quiebra, una lista de contactos y un padrino, en un caso el rey o Rajoy, en el otro Aznar (y Esperanza Aguirre como lugarteniente).

El imperio ACS es fruto, además, de la unión de Pérez con tres familias capitalistas, los Urquijo, los March y los Albertos. Los primeros cedieron OCISA por 1 peseta la acción a Padrós S.A, formando así OCP. Los segundos llegaron cuando Aznar estaba en la presidencia del Gobierno y Florentino Pérez era presidente de OCP. Los últimos aportaron los activos de su empresa Imex en 1997, entrando en su accionariado.

Florentino le debe mucho a Aznar, a Blesa y a Madrid. En las dos legislaturas de Aznar pasó de ser empleado de los March a principal accionista individual de ACS y presidente del Real Madrid. Su dependencia de la “casa Aznar” viene por tres vías: Caja Madrid, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, Gobierno nacional. A la rescatada entidad madrileña le tiene que agradecer ser su principal mecenas en su política de compras, desde la financiación de la compra de Dragados (450 millones) que catapultó a ACS a la cima, a la compra de un paquete accionarial de Iberdrola (1.100 millones) en 2003, ampliado en 2006 (2.058 millones), o para financiar la compra de jugadores del Real Madrid como Cristiano Ronaldo (76,5 millones).

Como contraparte, para sellar la alianza con Caja Madrid, Blesa entra en 2003 en el consejo de administración de ACS. Posteriormente, tras su salida de Caja Madrid a finales de 2009 --sustituido por Rato--, se renueva la alianza con la entrada de quien aprobaba los créditos y préstamos a ACS, el director de finanzas de Caja Madrid, José Carlos Contreras, en el consejo de ACS en 2011. Bankia, además, es una de las entidades que han financiado a Florentino Pérez las compras personales de acciones de ACS que le han convertido en el accionista principal. El constructor adeuda a varias entidades financieras 420 millones de euros (a través de su sociedad Inversiones Vesán).

El Estado en obras y el imperio de compras: la alianza Blesa-Pérez
 
Última edición:
Aparte de info sobre el funcionamiento criminal de Caja Madrid Blesa se lleva tambien a la tumba información sobre el escándalo de Inassa ..
Aguirre...., Gallardon....
Y con la misma velocidad de gestiones de entierro de caja de cenizas de Blesa, desapareció también la noticia sobre ex President Caja Madrid en todos los máss media. Su amigo, Aznar no acudió a entierro de su amigo de infancia...

Captura-de-pantalla-2017-07-19-11.14.15.png




Con la muerte de Blesa la investigación por el escándalo de corrupción revelado en Canal de Isabel II pierde uno de los principales testigos pues estuvo desde el comienzo de la trama pues fue uno de los banqueros involucrados en la operación.

Blesa se llevó a la tumba información importante sobre toda la operación que hizo con el dinero de la compra de Inassa para llevarlo a Panamá, a quién se le entregó ahí y de pronto, sus posteriores movimientos. La empresa a la que se le pagó fue cerrada poco después de que recibió el pago
http://lalibertad.com.co/wp/2017/07...emico-banquero-que-apoyo-la-compra-de-inassa/

imagen-sin-titulo.jpg


gallardon-blesa.jpg


Al parecer Blesa no estaba por la labor de asumir toda la culpa....

1-aznar-blesa.jpg


Y Blesa también se lleva a la tumba todo lo relacionado de su alianza con Florentino Pérez.


Nacional
Empresa de Florentino Pérez investigada en la Operación Lezo contra la corrupción
20 Abril, 2017 Redaccion 0 comentarios
Agentes de la Guardia Civil han entregado al juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional más de una decena de cajas con documentación incautada en las sedes de la empresa de ingeniería y servicios Auditel y de Urbaser, que hasta hace unos meses pertenecía al grupo ACS, propiedad de Florentino Pérez en la época que investiga la Operación Lezo sobre la trama de corrupción ligada al caso del Canal de Isabel II, por la que fue detenido Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid.

La incautación de esta documentación se enmarca dentro de la investigación del presunto desfalco del Canal de Isabel II, empresa pública del agua y donde también han sido imputados varios altos directivos de La Razón, como informamos esta misma mañana, por presuntas coacciones a Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid.

Y hay más..
¿ quién hubiese deseado un juicio y revolver papeles sobre Caja Madrid?

Ninguno de los cómplices...

ACS y el Real Madrid: el dossier secreto de Caja Madrid
Posted on 07/27/2014

FacebookTwitterWhatsAppTelegramSMSMeneameCompartir



Florentino y Bale: un ejemplo de las medias verdades del presidente del Real Madrid

El Real Madrid ha inaugurado en Estados Unidosla pretemporada 2014-2015 con un empate (1-1) frente al Inter de Milán, con golazo de Gareth Bale y con la pretensión de revalidar su Copa de Europa. Y aunque la prensa deportiva ha cifrado el coste de la histórica “décima” en 1000 millones de euros en fichajes, nadie sabe aún a ciencia cierta si al club que dirige Florentino Pérez, presidente a su vez de la constructora ACS, de la que es su primer accionista, le salen las cuentas. A falta de una auditoría externa, “Espía en el Congreso” revela en las 50 páginas del libro “Florentino Pérez, ACS y el Real Madrid: informe confidencial de Caja Madrid. Todos los emails con Blesa”el dossier secreto que elaboró la entidad bancaria durante la época en la que la dirigía este banquero y en el que curiosamente se fusionan ambas sociedades presididas por Florentino cara al banco: “Adjunto os envío la posición con Real Madrid y con ACS y la descripción de ambas sociedades”, dice uno de los más de una veintena de emails que el financiero recibía de o sobre Florentino Pérez, además de aflorar las numerosas conversaciones privadas y encuentros que mantenían. ¿Conflicto de Intereses? ¿mezcla de intereses públicos y privados? La bancarrota del banco exige aclaraciones y el carácter público y social del club también. Ya el propio informe desvela que no son los socios ni el Grupo Real Madrid sino una “sociedad limitada” la que controla los dineros del club, que se deja por el camino un 30% de sus ingresos en varias entidades privadas, según este informe secreto:
 
Última edición:
Back