López Obrador pide al Rey que España se disculpe por los abusos de la conquista

A mí lo que me hace gracia es que solo veo a latinoamericanos blancos descendientes de europeos haciendo este tipo de peticiones. El mismo tipo de latinoamericanos que en sus países discriminan diariamente a sus compatriotas indígenas por su raza y su color de piel. Lo he visto en persona estando ahí y tengo amigos en México y Perú que dan fe de esto.
 
Veo estas criticas y EXIJO ruptura de las relaciones Mexico España. No por lo que dijo el presidente, España tiene un rey que permite que su gobierno asesine y torture con el acoso organizado y electrónico a 100 000 españoles con el programa Cointelpro. Viatec que es una asociación española a la que apoyo le ha escrito al rey sobre las torturas que se permite que haya en el país de ustedes como en el mundo con COINTELPRO y Felipe no hace nada ni Lopez Obrador, ni ningún mandatario evitara este genocidio nazi. Lopez Obrador asi como otros mandatarios deben exigir disculpas a la cia y demás agencias de seguridad por estas torturas. Felipe tiene un alto cargo militar y permite crímenes de terrorismo en su patria. Lopez Obrador ya también dio la espalda a las denuncias que hay en Mexico. Diganle al rey que NO VUELVA a pisar Mexico si es un genocida nazi.
http://viactec.es/
 
Así me dijeron hoy... que esa estupidez fue idea de la neo nazi cuyo único mérito ha sido el de parir al chocoflán.
¡Payasa!

Este nacionalismo creciente en todo el mundo como la malahierba nos va a llevar a la ruina. El caso este es ejemplar un presidente que en vez dr gobernar y buscar medidas para todas las deficiencias de su país paupérrimo y creso a la vez, se dedica con sus esposa a atizar el nacionalismo, hacer olvidar a la población su miseria actual recordándoles el pasado glorioso y de camino hacer a otro pueblo responsable de todos los males. Mi pésame a los foreros mexicanos, os merecéis algo mejor. Espero que no os dejéis embaucar.
 
Así me dijeron hoy... que esa estupidez fue idea de la neo nazi cuyo único mérito ha sido el de parir al chocoflán.
¡Payasa!

La tonta del bolo, segunda esposa del loco de la colina, pone en pie las enseñanzas de Las venas abiertas de América Latina, toda una guía de como conseguir dominar a un pueblo con enormes mentiras, y El Masacre se pasa a pie, que nos habla de las guerras entre los dos bandos ahitianos y dominicanos.
Siento pena por los mejicanos, han salido de Málaga y se han metido de cabeza en Malagón.
 
La tonta del bolo, segunda esposa del loco de la colina, pone en pie las enseñanzas de Las venas abiertas de América Latina, toda una guía de como conseguir dominar a un pueblo con enormes mentiras, y El Masacre se pasa a pie, que nos habla de las guerras entre los dos bandos ahitianos y dominicanos.
Siento pena por los mejicanos, han salido de Málaga y se han metido de cabeza en Malagón.

Haitianos, perdón.
 
Aqui se quiere hacer ver que los mexicanos actuales no descienden de los indios que sobrevivieron y de sus conquistadores.

El negacionismo de los crímenes e injusticias del pasado es moralmente inconcebible, pasase cuando pasase. Que fuese otra época no impide juzgar los actos incluso desde el punto de vista de la época, porque Fray Bartolomé de las Casas denunció los abusos de los conquistadores con una piedad y un respeto hacia los indios que ha inspirado a otros grandes pacifistas como Gandhi. La reina Isabel la Católica declaró a los indios subditos suyos con derechos como tales pero los conquistadores los trataron como esclavos y diezmaron la población. Ello entonces era denunciable, no era visto como "normal" por las mentes elevadas. He aqui la crónica de Fray Bartolomé, testigo de las injusticias y buen conocedor de la sed de riqueza y poder de los conquistadores sin límite moral alguno. Y de ésto se enorgullece la España oficial aún nostágica de su imperio perdido. Adelante, Fray Bartolomé:

Crónicas de la invasión – Fray Bartolomé de las Casas

Descubriéronse las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos. Fuéronse a poblar el año siguiente de cristianos españoles, por manera que ha cuarenta e nueve años que fueron a ellas cantidad de españoles; e la primera tierra donde entraron para hecho de poblar fué la grande y felicísima isla Española, que tiene seiscientas leguas en torno. Hay otras muy grandes e infinitas islas alrededor, por todas las partes della, que todas estaban e las vimos las más pobladas e llenas de naturales gentes, indios dellas, que puede ser tierra poblada en el mundo. La tierra firme, que está de esta isla por lo más cercano docientas e cincuenta leguas, pocas más, tiene de costa de mar más de diez mil leguas descubiertas, e cada día se descubren más, todas llenas como una colmena de gentes en lo que hasta el año de cuarenta e uno se ha descubierto, que parece que puso Dios en aquellas tierras todo el golpe o la mayor cantidad de todo el linaje humano.

Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son asimismo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión (complexión) e que menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad, que ni hijos de príncipes e señores entre nosotros, criados en regalos e delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores.

Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los sanctos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, e cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, e cuando mucho, duermen en unas como redes colgadas, que en lengua de la isla Española llamaban hamacas.

Son eso mesmo de limpios e desocupados e vivos entendimientos, muy capaces e dóciles para toda buena doctrina; aptísimos para recebir nuestra sancta fee católica e ser dotados de virtuosas costumbres, e las que menos impedimientos tienen para esto, que Dios crió en el mundo. Y son tan importunas desque una vez comienzan a tener noticia de las cosas de la fee, para saberlas, y en ejercitar los sacramentos de la Iglesia y el culto divino, que digo verdad que han menester los religiosos, para sufrillos, ser dotados por Dios de don muy señalado de paciencia; e, finalmente, yo he oído decir a muchos seglares españoles de muchos años acá e muchas veces, no pudiendo negar la bondad que en ellos veen: «Cierto estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo si solamente conocieran a Dios.»

En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado, que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales de ella docientas personas. La isla de Cuba es cuasi tan luenga como desde Valladolid a Roma; está hoy cuasi toda despoblada. La isla de Sant Juan e la de Jamaica, islas muy grandes e muy felices e graciosas, ambas están asoladas. Las islas de los Lucayos, que están comarcanas a la Española y a Cuba por la parte del Norte, que son más de sesenta con las que llamaban de Gigantes e otras islas grandes e chicas, e que la peor dellas es más fértil e graciosa que la huerta del rey de Sevilla, e la más sana tierra del mundo, en las cuales había más de quinientas mil ánimas, no hay hoy una sola criatura. Todas las mataron trayéndolas e por traellas a la isla Española, después que veían que se les acababan los naturales della. Andando en navío tres años a rebuscar por ellas la gente que había, después de haber sido vendimiadas, porque un buen cristiano se movió por piedad para los que se hallasen convertirlos e ganarlos a Cristo, no se hallaron sino once personas, las cuales yo vide. Otras más de treinta islas, que están en comarca de la isla de Sant Juan, por la misma causa están despobladas e perdidas. Serán todas estas islas, de tierra, más de dos mil leguas, que todas están despobladas e desiertas de gente.

De la gran tierra firme somos ciertos que nuestros españoles por sus crueldades y nefandas obras han despoblado y asolado y que están hoy desiertas, estando llenas de hombres racionales, más de diez reinos mayores que toda España, aunque entre Aragón y Portugal en ellos, y más tierra que hay de Sevilla a Jerusalén dos veces, que son más de dos mil leguas.


Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos.

Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado, que se llaman cristianos, en estirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones. La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras. La otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad, o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen e ser resuelven o subalternan como a géneros todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas.

La causa por que han muerto y destruído tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber): por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas; a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas. Y así han curado de sus vidas y de sus ánimas, e por esto todos los números e cuentos dichos han muerto sin fee, sin sacramentos. Y esta es una muy notoria y averiguada verdad, que todos, aunque sean los tiranos y matadores, la saben e la confiesan: que nunca los indios de todas las Indias hicieron mal alguno a cristianos, antes los tuvieron por venidos del cielo, hasta que, primero, muchas veces hubieron recebido ellos o sus vecinos muchos males, robos, muertes, violencias y vejaciones dellos mesmos.

Descubriéronse las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos. Fuéronse a poblar el año siguiente de cristianos españoles, por manera que ha cuarenta e nueve años que fueron a ellas cantidad de españoles; e la primera tierra donde entraron para hecho de poblar fué la grande y felicísima isla Española, que tiene seiscientas leguas en torno. Hay otras muy grandes e infinitas islas alrededor, por todas las partes della, que todas estaban e las vimos las más pobladas e llenas de naturales gentes, indios dellas, que puede ser tierra poblada en el mundo. La tierra firme, que está de esta isla por lo más cercano docientas e cincuenta leguas, pocas más, tiene de costa de mar más de diez mil leguas descubiertas, e cada día se descubren más, todas llenas como una colmena de gentes en lo que hasta el año de cuarenta e uno se ha descubierto, que parece que puso Dios en aquellas tierras todo el golpe o la mayor cantidad de todo el linaje humano.

Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son asimismo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión (complexión) e que menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad, que ni hijos de príncipes e señores entre nosotros, criados en regalos e delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores.

Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los sanctos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, e cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, e cuando mucho, duermen en unas como redes colgadas, que en lengua de la isla Española llamaban hamacas.

Son eso mesmo de limpios e desocupados e vivos entendimientos, muy capaces e dóciles para toda buena doctrina; aptísimos para recebir nuestra sancta fee católica e ser dotados de virtuosas costumbres, e las que menos impedimientos tienen para esto, que Dios crió en el mundo. Y son tan importunas desque una vez comienzan a tener noticia de las cosas de la fee, para saberlas, y en ejercitar los sacramentos de la Iglesia y el culto divino, que digo verdad que han menester los religiosos, para sufrillos, ser dotados por Dios de don muy señalado de paciencia; e, finalmente, yo he oído decir a muchos seglares españoles de muchos años acá e muchas veces, no pudiendo negar la bondad que en ellos veen: «Cierto estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo si solamente conocieran a Dios.»

En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado, que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales de ella docientas personas. La isla de Cuba es cuasi tan luenga como desde Valladolid a Roma; está hoy cuasi toda despoblada. La isla de Sant Juan e la de Jamaica, islas muy grandes e muy felices e graciosas, ambas están asoladas. Las islas de los Lucayos, que están comarcanas a la Española y a Cuba por la parte del Norte, que son más de sesenta con las que llamaban de Gigantes e otras islas grandes e chicas, e que la peor dellas es más fértil e graciosa que la huerta del rey de Sevilla, e la más sana tierra del mundo, en las cuales había más de quinientas mil ánimas, no hay hoy una sola criatura. Todas las mataron trayéndolas e por traellas a la isla Española, después que veían que se les acababan los naturales della. Andando en navío tres años a rebuscar por ellas la gente que había, después de haber sido vendimiadas, porque un buen cristiano se movió por piedad para los que se hallasen convertirlos e ganarlos a Cristo, no se hallaron sino once personas, las cuales yo vide. Otras más de treinta islas, que están en comarca de la isla de Sant Juan, por la misma causa están despobladas e perdidas. Serán todas estas islas, de tierra, más de dos mil leguas, que todas están despobladas e desiertas de gente.

De la gran tierra firme
somos ciertos que nuestros españoles por sus crueldades y nefandas obras han despoblado y asolado y que están hoy desiertas,
estando llenas de hombres racionales, más de diez reinos mayores que toda España, aunque entre Aragón y Portugal en ellos, y más tierra que hay de Sevilla a Jerusalén dos veces, que son más de dos mil leguas.

Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos.

Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado, que se llaman cristianos, en estirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones.

La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras.

La otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad, o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen e ser resuelven o subalternan como a géneros todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas.

La causa por que han muerto y destruído tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos

ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber):

por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas;
a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas. Y así han curado de sus vidas y de sus ánimas, e por esto todos los números e cuentos dichos han muerto sin fee, sin sacramentos. Y esta es una muy notoria y averiguada verdad, que todos, aunque sean los tiranos y matadores, la saben e la confiesan: que nunca los indios de todas las Indias hicieron mal alguno a cristianos, antes los tuvieron por venidos del cielo, hasta que, primero, muchas veces hubieron recebido ellos o sus vecinos muchos males, robos, muertes, violencias y vejaciones dellos mesmos.


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Fray Bartolomé de las Casas

Erudito historiador, colono, fundador de una comunidad utópica, sacerdote, primer obispo de Chiapas y abogado de los derechos humanos del siglo XVI.

Hijo de un modesto mercader natural de Tarifa, Bartolomé de las Casas nació en Sevilla en 1472. En la capital hispalense cursó estudios de latín y humanidades antes de partir hacia La Española en la expedición comandada por Nicolás de Ovando en 1502. De esta manera Bartolomé continuaba la tradición familiar ya que su padre había participado en el segundo viaje de Colón.

En la primavera de 1512 se unió a la conquista de Cuba como capellán de los conquistadores, y recibió una encomienda donde se utilizaban indios para la minería. Un suceso cambió su vida: Los conquistadores avanzaban desde el extremo oriental de Cuba hacia el occidente. Al llegar al pueblo de Caonao, encontraron unos dos mil indígenas en una explanada, todos en cuclillas según su costumbre, con casabe y mucho pescado para obsequiarles, “porque tenían junto un gran río y también cerca la mar” (…) “súbitamente sacó un español su espada, y comienzan a desbarrigar y acuchillar y matar aquellas ovejas y corderos, hombres, niños y viejos, que estaban sentados, descuidados, mirando las yeguas y los españoles…”. No dejaron a ninguno con vida. Las Casas renuncia a los indios de repartimientos por razones de conciencia. Estaba convencido de que debía “procurar el remedio de estas gentes divinamente ordenado”, para lo cual viajó a Madrid y se entrevistó con el Cardenal Cisneros, con escasos resultados.

Volvió a América en 1517. En un largo recorrido por tierras americanas, intentó poner en marcha, siempre en contra de la esclavitud de los indios, diversos establecimientos, en su mayoría utopías que no llegaron a buen término.

La única de sus propuestas con la que Las Casas obtuvo un éxito inmediato fue la importación de esclavos negros a las Antillas para sustituir a los indios y así poder liberarlos.

A partir de 1522 se dedicó al estudio y comenzó a escribir. Entre sus trabajos se encuentra la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, cuyo contenido denuncia la crueldad de los españoles para con los indios de la América hispana.

Regresó a España en 1540 donde, residiendo en Valladolid, estuvo en contacto con Carlos V, al que había conocido veinte años antes. Éste, prestando oídos a las demandas de Las Casas y a las nuevas ideas del Derecho de Gentes difundidas por Francisco de Vitoria, convocó a las que se conocen como Juntas de Valladolid o Comisión de Valladolid. Como consecuencia de lo que se discutió, se promulgaron el 20 de noviembre del mismo 1542 las Leyes Nuevas de Indias.

Se le ofreció el arzobispado de Cuzco, importantísimo en aquel momento, pero Las Casas no aceptó, aunque sí accedió al obispado de Chiapas. Residió allí durante dos años para regresar definitivamente a España en 1547.

Renunció a su obispado y continuó con su labor propagandística a favor de los indios hasta su muerte, lo que le valió ser conocido como el Apóstol de los Indios. Las Casas murió en el Convento de Atocha en Madrid en 1566.




Fol
 
Aqui se quiere hacer ver que los mexicanos actuales no descienden de los indios que sobrevivieron y de sus conquistadores.

El negacionismo de los crímenes e injusticias del pasado es moralmente inconcebible, pasase cuando pasase. Que fuese otra época no impide juzgar los actos incluso desde el punto de vista de la época, porque Fray Bartolomé de las Casas denunció los abusos de los conquistadores con una piedad y un respeto hacia los indios que ha inspirado a otros grandes pacifistas como Gandhi. La reina Isabel la Católica declaró a los indios subditos suyos con derechos como tales pero los conquistadores los trataron como esclavos y diezmaron la población. Ello entonces era denunciable, no era visto como "normal" por las mentes elevadas. He aqui la crónica de Fray Bartolomé, testigo de las injusticias y buen conocedor de la sed de riqueza y poder de los conquistadores sin límite moral alguno. Y de ésto se enorgullece la España oficial aún nostágica de su imperio perdido. Adelante, Fray Bartolomé:

Crónicas de la invasión – Fray Bartolomé de las Casas

Descubriéronse las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos. Fuéronse a poblar el año siguiente de cristianos españoles, por manera que ha cuarenta e nueve años que fueron a ellas cantidad de españoles; e la primera tierra donde entraron para hecho de poblar fué la grande y felicísima isla Española, que tiene seiscientas leguas en torno. Hay otras muy grandes e infinitas islas alrededor, por todas las partes della, que todas estaban e las vimos las más pobladas e llenas de naturales gentes, indios dellas, que puede ser tierra poblada en el mundo. La tierra firme, que está de esta isla por lo más cercano docientas e cincuenta leguas, pocas más, tiene de costa de mar más de diez mil leguas descubiertas, e cada día se descubren más, todas llenas como una colmena de gentes en lo que hasta el año de cuarenta e uno se ha descubierto, que parece que puso Dios en aquellas tierras todo el golpe o la mayor cantidad de todo el linaje humano.

Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son asimismo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión (complexión) e que menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad, que ni hijos de príncipes e señores entre nosotros, criados en regalos e delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores.

Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los sanctos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, e cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, e cuando mucho, duermen en unas como redes colgadas, que en lengua de la isla Española llamaban hamacas.

Son eso mesmo de limpios e desocupados e vivos entendimientos, muy capaces e dóciles para toda buena doctrina; aptísimos para recebir nuestra sancta fee católica e ser dotados de virtuosas costumbres, e las que menos impedimientos tienen para esto, que Dios crió en el mundo. Y son tan importunas desque una vez comienzan a tener noticia de las cosas de la fee, para saberlas, y en ejercitar los sacramentos de la Iglesia y el culto divino, que digo verdad que han menester los religiosos, para sufrillos, ser dotados por Dios de don muy señalado de paciencia; e, finalmente, yo he oído decir a muchos seglares españoles de muchos años acá e muchas veces, no pudiendo negar la bondad que en ellos veen: «Cierto estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo si solamente conocieran a Dios.»

En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado, que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales de ella docientas personas. La isla de Cuba es cuasi tan luenga como desde Valladolid a Roma; está hoy cuasi toda despoblada. La isla de Sant Juan e la de Jamaica, islas muy grandes e muy felices e graciosas, ambas están asoladas. Las islas de los Lucayos, que están comarcanas a la Española y a Cuba por la parte del Norte, que son más de sesenta con las que llamaban de Gigantes e otras islas grandes e chicas, e que la peor dellas es más fértil e graciosa que la huerta del rey de Sevilla, e la más sana tierra del mundo, en las cuales había más de quinientas mil ánimas, no hay hoy una sola criatura. Todas las mataron trayéndolas e por traellas a la isla Española, después que veían que se les acababan los naturales della. Andando en navío tres años a rebuscar por ellas la gente que había, después de haber sido vendimiadas, porque un buen cristiano se movió por piedad para los que se hallasen convertirlos e ganarlos a Cristo, no se hallaron sino once personas, las cuales yo vide. Otras más de treinta islas, que están en comarca de la isla de Sant Juan, por la misma causa están despobladas e perdidas. Serán todas estas islas, de tierra, más de dos mil leguas, que todas están despobladas e desiertas de gente.

De la gran tierra firme somos ciertos que nuestros españoles por sus crueldades y nefandas obras han despoblado y asolado y que están hoy desiertas, estando llenas de hombres racionales, más de diez reinos mayores que toda España, aunque entre Aragón y Portugal en ellos, y más tierra que hay de Sevilla a Jerusalén dos veces, que son más de dos mil leguas.


Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos.

Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado, que se llaman cristianos, en estirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones. La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras. La otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad, o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen e ser resuelven o subalternan como a géneros todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas.

La causa por que han muerto y destruído tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber): por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas; a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas. Y así han curado de sus vidas y de sus ánimas, e por esto todos los números e cuentos dichos han muerto sin fee, sin sacramentos. Y esta es una muy notoria y averiguada verdad, que todos, aunque sean los tiranos y matadores, la saben e la confiesan: que nunca los indios de todas las Indias hicieron mal alguno a cristianos, antes los tuvieron por venidos del cielo, hasta que, primero, muchas veces hubieron recebido ellos o sus vecinos muchos males, robos, muertes, violencias y vejaciones dellos mesmos.

Descubriéronse las Indias en el año de mil y cuatrocientos y noventa y dos. Fuéronse a poblar el año siguiente de cristianos españoles, por manera que ha cuarenta e nueve años que fueron a ellas cantidad de españoles; e la primera tierra donde entraron para hecho de poblar fué la grande y felicísima isla Española, que tiene seiscientas leguas en torno. Hay otras muy grandes e infinitas islas alrededor, por todas las partes della, que todas estaban e las vimos las más pobladas e llenas de naturales gentes, indios dellas, que puede ser tierra poblada en el mundo. La tierra firme, que está de esta isla por lo más cercano docientas e cincuenta leguas, pocas más, tiene de costa de mar más de diez mil leguas descubiertas, e cada día se descubren más, todas llenas como una colmena de gentes en lo que hasta el año de cuarenta e uno se ha descubierto, que parece que puso Dios en aquellas tierras todo el golpe o la mayor cantidad de todo el linaje humano.

Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quien sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas e quietas, sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son asimismo las gentes más delicadas, flacas y tiernas en complisión (complexión) e que menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad, que ni hijos de príncipes e señores entre nosotros, criados en regalos e delicada vida, no son más delicados que ellos, aunque sean de los que entre ellos son de linaje de labradores.

Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los sanctos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, e cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, e cuando mucho, duermen en unas como redes colgadas, que en lengua de la isla Española llamaban hamacas.

Son eso mesmo de limpios e desocupados e vivos entendimientos, muy capaces e dóciles para toda buena doctrina; aptísimos para recebir nuestra sancta fee católica e ser dotados de virtuosas costumbres, e las que menos impedimientos tienen para esto, que Dios crió en el mundo. Y son tan importunas desque una vez comienzan a tener noticia de las cosas de la fee, para saberlas, y en ejercitar los sacramentos de la Iglesia y el culto divino, que digo verdad que han menester los religiosos, para sufrillos, ser dotados por Dios de don muy señalado de paciencia; e, finalmente, yo he oído decir a muchos seglares españoles de muchos años acá e muchas veces, no pudiendo negar la bondad que en ellos veen: «Cierto estas gentes eran las más bienaventuradas del mundo si solamente conocieran a Dios.»

En estas ovejas mansas, y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles, desde luego que las conocieron, como lobos e tigres y leones cruelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, e hoy en este día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas e varias e nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado, que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales de ella docientas personas. La isla de Cuba es cuasi tan luenga como desde Valladolid a Roma; está hoy cuasi toda despoblada. La isla de Sant Juan e la de Jamaica, islas muy grandes e muy felices e graciosas, ambas están asoladas. Las islas de los Lucayos, que están comarcanas a la Española y a Cuba por la parte del Norte, que son más de sesenta con las que llamaban de Gigantes e otras islas grandes e chicas, e que la peor dellas es más fértil e graciosa que la huerta del rey de Sevilla, e la más sana tierra del mundo, en las cuales había más de quinientas mil ánimas, no hay hoy una sola criatura. Todas las mataron trayéndolas e por traellas a la isla Española, después que veían que se les acababan los naturales della. Andando en navío tres años a rebuscar por ellas la gente que había, después de haber sido vendimiadas, porque un buen cristiano se movió por piedad para los que se hallasen convertirlos e ganarlos a Cristo, no se hallaron sino once personas, las cuales yo vide. Otras más de treinta islas, que están en comarca de la isla de Sant Juan, por la misma causa están despobladas e perdidas. Serán todas estas islas, de tierra, más de dos mil leguas, que todas están despobladas e desiertas de gente.

De la gran tierra firme
somos ciertos que nuestros españoles por sus crueldades y nefandas obras han despoblado y asolado y que están hoy desiertas,
estando llenas de hombres racionales, más de diez reinos mayores que toda España, aunque entre Aragón y Portugal en ellos, y más tierra que hay de Sevilla a Jerusalén dos veces, que son más de dos mil leguas.

Daremos por cuenta muy cierta y verdadera que son muertas en los dichos cuarenta años por las dichas tiranías e infernales obras de los cristianos, injusta y tiránicamente, más de doce cuentos de ánimas, hombres y mujeres y niños; y en verdad que creo, sin pensar engañarme, que son más de quince cuentos.

Dos maneras generales y principales han tenido los que allá han pasado, que se llaman cristianos, en estirpar y raer de la haz de la tierra a aquellas miserandas naciones.

La una, por injustas, crueles, sangrientas y tiránicas guerras.

La otra, después que han muerto todos los que podrían anhelar o sospirar o pensar en libertad, o en salir de los tormentos que padecen, como son todos los señores naturales y los hombres varones (porque comúnmente no dejan en las guerras a vida sino los mozos y mujeres), oprimiéndolos con la más dura, horrible y áspera servidumbre en que jamás hombres ni bestias pudieron ser puestas. A estas dos maneras de tiranía infernal se reducen e ser resuelven o subalternan como a géneros todas las otras diversas y varias de asolar aquellas gentes, que son infinitas.

La causa por que han muerto y destruído tantas y tales e tan infinito número de ánimas los cristianos

ha sido solamente por tener por su fin último el oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción de sus personas (conviene a saber):

por la insaciable codicia e ambición que han tenido, que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas, e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas;
a las cuales no han tenido más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas. Y así han curado de sus vidas y de sus ánimas, e por esto todos los números e cuentos dichos han muerto sin fee, sin sacramentos. Y esta es una muy notoria y averiguada verdad, que todos, aunque sean los tiranos y matadores, la saben e la confiesan: que nunca los indios de todas las Indias hicieron mal alguno a cristianos, antes los tuvieron por venidos del cielo, hasta que, primero, muchas veces hubieron recebido ellos o sus vecinos muchos males, robos, muertes, violencias y vejaciones dellos mesmos.


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Fray Bartolomé de las Casas
Erudito historiador, colono, fundador de una comunidad utópica, sacerdote, primer obispo de Chiapas y abogado de los derechos humanos del siglo XVI.

Hijo de un modesto mercader natural de Tarifa, Bartolomé de las Casas nació en Sevilla en 1472. En la capital hispalense cursó estudios de latín y humanidades antes de partir hacia La Española en la expedición comandada por Nicolás de Ovando en 1502. De esta manera Bartolomé continuaba la tradición familiar ya que su padre había participado en el segundo viaje de Colón.

En la primavera de 1512 se unió a la conquista de Cuba como capellán de los conquistadores, y recibió una encomienda donde se utilizaban indios para la minería. Un suceso cambió su vida: Los conquistadores avanzaban desde el extremo oriental de Cuba hacia el occidente. Al llegar al pueblo de Caonao, encontraron unos dos mil indígenas en una explanada, todos en cuclillas según su costumbre, con casabe y mucho pescado para obsequiarles, “porque tenían junto un gran río y también cerca la mar” (…) “súbitamente sacó un español su espada, y comienzan a desbarrigar y acuchillar y matar aquellas ovejas y corderos, hombres, niños y viejos, que estaban sentados, descuidados, mirando las yeguas y los españoles…”. No dejaron a ninguno con vida. Las Casas renuncia a los indios de repartimientos por razones de conciencia. Estaba convencido de que debía “procurar el remedio de estas gentes divinamente ordenado”, para lo cual viajó a Madrid y se entrevistó con el Cardenal Cisneros, con escasos resultados.

Volvió a América en 1517. En un largo recorrido por tierras americanas, intentó poner en marcha, siempre en contra de la esclavitud de los indios, diversos establecimientos, en su mayoría utopías que no llegaron a buen término.

La única de sus propuestas con la que Las Casas obtuvo un éxito inmediato fue la importación de esclavos negros a las Antillas para sustituir a los indios y así poder liberarlos.

A partir de 1522 se dedicó al estudio y comenzó a escribir. Entre sus trabajos se encuentra la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, cuyo contenido denuncia la crueldad de los españoles para con los indios de la América hispana.

Regresó a España en 1540 donde, residiendo en Valladolid, estuvo en contacto con Carlos V, al que había conocido veinte años antes. Éste, prestando oídos a las demandas de Las Casas y a las nuevas ideas del Derecho de Gentes difundidas por Francisco de Vitoria, convocó a las que se conocen como Juntas de Valladolid o Comisión de Valladolid. Como consecuencia de lo que se discutió, se promulgaron el 20 de noviembre del mismo 1542 las Leyes Nuevas de Indias.

Se le ofreció el arzobispado de Cuzco, importantísimo en aquel momento, pero Las Casas no aceptó, aunque sí accedió al obispado de Chiapas. Residió allí durante dos años para regresar definitivamente a España en 1547.

Renunció a su obispado y continuó con su labor propagandística a favor de los indios hasta su muerte, lo que le valió ser conocido como el Apóstol de los Indios. Las Casas murió en el Convento de Atocha en Madrid en 1566.




Fol
Las crónicas de Fray Bartolomé de las Casas están consideradas por los historiadores como una total falta de conexión con lo q ocurrió. Con buena intención, seguramente, quería llamar la atención sobre determinados abusos y se le fue bastante la mano....
 
Sí, ya veo que aquí se toman el tema cómo si fuese una acusación a los actuales españoles. Sin embargo, la actual España reivindica su papel conquistador y "civilizador", cristianizando esas tierras. En principio, fué una conquista a sangre y fuego, matando, no solo a los cabecillas del imperio azteca, para entonces ya habían exterminado a las tribus caribes, que no se rendían ni aceptaban la esclavitud. En cuanto a las poblaciones bajo dominio azteca, acostumbradas a trabajar y obedecer, fueron más colaboradoras con los españoles, para librarse de los aztecas, y los españoles lo único que hicieron es sustituir a las élites aztecas de dominación, si bien las enfermedades acabaron con gran población. La superioridad tecnológica permitió que un pequeño número de hombres - aunque no sin esfuerzo - hiciese caer el Imperio Azteca, que sí, era cruelísimo, pero los españoles no lo fueron menos. Y ni siquiera el Imperio Azteca logró cambiar el modus vivendi de los pueblos que dominaba, asfixiantes impuestos y "ofrendas" aparte. Pero los españoles los cristianizaron y les obligaron a pensar en el mundo de forma distinta a su propia cultura, fué como el fin del mundo.

Australia ha pedido perdón a los indígenas aborígenes. ¿Por qué no? España cambió el mundo de los pueblos de México y América para siempre. En su momento, Fray Bartolomé de las Casas denunció lo que sus ojos consideraron sin exagerar un genocidio y se ganó la enemistad de los encomenderos, que eran los conquistadores que explotaban con la mano de obra indígena (el cupo de indios que les dejaba la Corona para que trabajasen y fuesen cristianizados) las tierras de las que se habían apropiado para su beneficio personal en nombre del rey de España.

Pronto el régimen de la Encomienda delató su carácter de rapiña y explotación y la Corona lo abolió.

Si España hubiese renegado hace tiempo de los modos en que se conquistó América, no daría la impresión de que sigue avalando y amparando las matanzas que propiciaron los antepasados. Se puede alegar que eran otros tiempos, pero si defiendes la "grandeza" del Imperio Español,presumes de todo lo que aportó España a los pueblos de América, etc. y la consideras parte esencial de la historia de tu país, también tienes también que aceptar sus miserias y crímenes. La demografía del antiguo Imperio Azteca cayó brutalmente y muy lentamente se logró invertir la tendencia.

Es cierto que en México hay una parte de la población que siente que España les sigue mirando por encima del hombro, como los antiguos conquistadores. Y yo diría que esta reacción del gobierno español contra el reconocimiento del mal que causó en los pueblos indígenas no hace más que darles la razón.

Y que López Obrador descienda de un abuelo español no le impide el derecho a que al conmemorarse el 500 aniversario de la llegada del dios Quetzalcoatl (Hernán Cortés) poniendo por fín los puntos sobre las íes de lo que sucedió entonces, porque su abuelo no pudo participar en la conquista de América.

Pero Spain is different...
No se ni por donde empezar a contestar este mensaje.... America se conquistó como se conquista cualquier país, sometiendo a la población, con la diferencia de q no se produjeron las masacres y los abusos q se cometieron en la mayoría
Las crónicas de fray Bartolomé de las casas han sido objeto de estudio por muchos historiadores q llegan a la conclusión de q no contienen ni una sola verdad
A los q comparan la conquista de America con lo q paso en Australia, el Congo..... solo lea puedo decir q estudien algo de historia antea de opinar.... y por último, los españoles se fueron hace 200 años,

La emancipación fue posible, entre otras circunstancias, porque los españoles llevaron a America las universidades y dieron entrada y estudio a los indios, cuando encontréis otro ejemplo parecido en la historia contarlo, por favor,
Muchos países estaban en una situación mucho mejor q están ahora....desde entonces solo se embarcaron en guerras y revoluciones entre ellos mismos.... a ver cuando empiezan a hacerse responsables!!
 
¿Y a que no adivinan queridas cotis?

Fue idea de la ultra cultísima esposa... este 4o. Reich viene con todo... para destrozar la poca credibilidad que como país nos queda.

¿La esposa que es de origen germano? Vaya ignorantes...ó vaya lacayos de la élite de poder que sigue con su plan de fomentar el odio, el rencor y la división entre España e Hispanoamérica. Juntos podríamos ser algo grande, pero no nos dejan, y logran su cometido con la dichosa leyenda negra.
 
Con tu permiso.
Soy española de pura cepa, creo, porque, nadie, absolutamente nadie puede garantizar su linaje 500 años atrás, ni siquiera los reyes.
Y decir que mis antepasados fueron genocidas es una falacia y una tergiversación de la historia de las que tanto abundan en estos tiempos de ignorancia.
A ver si somos un poquito más racionales, que ya no estamos en el siglo XV.
Ah! Y edito para decir que yo sí me siento en general orgullosa de mis compatriotas de esa época porque demostraron un valor, coraje y corazón que no se ha visto en ningún otro descubrimiento de la importancia del magnífico continente americano.

(y)(y)(y)
 
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