Libros, libros, libros

El adiós a Luis Sepúlveda: no solo había que leerlo, también querías invitarlo a cenar a tu casa
Santiago Gamboa, amigo, colega y admirador del escritor chileno, que ha fallecido a los 70 años, lo despide con anécdotas que compartieron

SANTIAGO GAMBOA

16 ABR 2020

El escritor chileno Luis Sepúlveda.


El escritor chileno Luis Sepúlveda.DANIEL MORDZINSKI



El 4 de octubre de 1996, hacia las siete de la noche, el Teatro Politeama de Trieste presentaba un evento extraordinario: era el regreso de Vittorio Gassman a los escenarios después de una larga depresión que lo mantuvo varios años alejado de las tablas. Esa noche, en el estreno, declamaría una docena de célebres monólogos, entre ellos uno pedido especialmente por Gassman y escrito para la ocasión por Luis Sepúlveda (que ha muerto con coronavirus este jueves, 16 de abril, a los 70 años). Por este motivo, el Politeama lo invitó a él y a cinco de sus amigos a asistir al estreno: los escritores José Manuel Fajardo y Antonio Sarabia, el fotógrafo Daniel Mordzinski, su editor italiano Luigi Brioschi, y yo, en quinto lugar, el más joven e inexperto.
En esos años, tras la publicación de El viejo que leía novelas de amor,Patagonia Express, Nombre de torero y Mundo del fin del mundo, Luis era el escritor latinoamericano más leído en Europa, con millones de ejemplares en todos los idiomas, un éxito literario al que vino a sumarse su carismática personalidad y su buen humor, que hacía que todos sus lectores quisieran no solo leerlo, sino tenerlo de invitado para la cena en su casa, cada día de su vida.
La de Trieste fue una velada apoteósica, pues, además, el teatro y Gassman eligieron que el estreno fuera el 4 de octubre para coincidir con el cumpleaños de Luis. Por eso, antes de comenzar, un reflector lo iluminó y el público, en pie, le ofreció una estruendosa ovación y le cantó Cumpleaños feliz.

La de Trieste fue una velada apoteósica, pues, además, el teatro y Gassman eligieron que el estreno fuera el 4 de octubre para coincidir con el cumpleaños de Luis

Su impresionante éxito había empezado en Francia un poco antes, cuando la editora Anne Marie Métailie, dueña de Editions Métailie, decidió apostar por la novela de un chileno desconocido que había ganado en España el premio Tigre Juan, en 1988, pero que se editó en 1990 sin mayor fortuna.

La edición francesa de El viejo que leía novelas de amor salió en 1992 y desde el primer día comenzó a leerse de forma frenética. Muy pronto se convirtió en el número uno en ventas. Al año siguiente, 1993, el editor italiano Luigi Brioschi lo publicó en la editorial Guanda y el éxito se repitió, mientras que la nueva edición española de Tusquets subía en las listas de best sellers. Luego vino Portugal, con el editor Manuel Valente, de Asa, y a partir de ahí el resto de Europa. Eran los años noventa y un autor proveniente de América Latina volvía a dominar la escena con millones de lectores.

En esos años Luis vivió una especie de boom latinoamericano para él solo, que de inmediato quiso compartir con colegas y amigos. Mis primeras traducciones y el acceso directo a sus editores fue una prueba de su oceánica generosidad. Y como yo, muchos otros novelistas vieron aparecer sus libros prologados por él o en colecciones dirigidas por él, caso de José Manuel Fajardo, Hernán Rivera Letelier o Antonio Sarabia, entre muchos. También se unió a escritores con un recorrido en paralelo, como Paco Ignacio Taibo II o Leonardo Padura, poniendo siempre su enorme celebridad al servicio de todos.

Fue una hermosa época, intensa y jovial, en la que Lucho animó y promovió una literatura comprometida con las sociedades y el medio ambiente, con la alegría y la justicia


Esa noche, en Trieste, después de la obra, celebrando su cumpleaños en una cena en la que todos estábamos de smoking excepto Gassman (y, por eso mismo, todos parecíamos los guardaespaldas de Gassman), Luis, o Lucho, como le dijimos siempre, hizo un brindis en el que dictaminó que para él la amistad y la literatura eran una misma cosa, las dos caras de una misma luna, y lo siguió diciendo más tarde en el hotel, cuando, al ver que los bares de Trieste no tenían costumbres latinoamericanas y cerraban temprano debimos reunirnos en uno de los cuartos y traer cada uno el contenido completo de su respectivo minibar (idea del embajador de Chile, que vino al evento), y una vez más brindar por tantos libros leídos y queridos.

Fue una hermosa época, intensa y jovial, en la que Lucho animó y promovió una literatura comprometida con las sociedades y el medio ambiente, con la alegría y la justicia, con los derechos humanos, el amor y la libertad. Una época de vino y rosas en la que fueron piezas clave sus editores de Francia, Italia, Portugal y España, y sobre todo su esposa, Carmen Yáñez, poeta y luchadora por los derechos humanos.

Su libro Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar, que también tuvo millones de lectores y una adaptación al cine, contiene un episodio que, para mí, retrata de cuerpo entero al Lucho que conocí y que tanto quise: cuando la pequeña gaviota del puerto de Hamburgo descubre que no es un gato, cree que los demás gatos del puerto la menosprecian por no ser como ellos. Pero el gato jefe, el que más adelante le enseñará a volar, le dice: “Es exactamente al revés: es por ser diferente a nosotros que te queremos tanto”.

Lucho fue un escritor tocado por la fortuna, y un amigo excepcional, diferente a todos. Y es tal vez por eso que lo queríamos tanto. Hasta la eternidad.

Santiago Gamboa (Colombia, Bogotá, 1965) es escritor, filólogo y periodista.

 
Proponen nombrar a Luis Sepulveda Hijo Adoptivo de Gijón
La alcaldesa de la ciudad asegura que la ciudad "tiene que ser generosa con él"

N. L.

16.04.2020


ICEI se suma a duelo universitario por fallecimiento de Luis ...


La regidora gijonesa, Ana González, ha avanzado hoy que propondrá que se nombre al escritor chileno afincado en Gijón, Luis Sepúlveda, fallecido en este día a causa del coronavirus, Hijo Adoptivo del municipio, en homenaje a lo que tanto dio él por la ciudad.


González, a través de un audio remitido a los medios de comunicación,ha elogiado la figura del escritor, tanto en el plano profesional como en el humano, al tiempo que ha destacado que ha sido uno de los mejores embajadores de Gijón. "Una ciudad como Gijón, teniendo en cuenta lo que Sepúlveda le dio, tiene que ser generosa con él", ha asegurado.

La alcaldesa ha traslado, asimismo, sus condolencias y las del Ayuntamiento a su mujer, Carmen Yáñez , de la que ha dicho que es una "gran poeta", a sus hijos, familiares, amigos, lectores y a todos los que le conocieron y le admiran. "El mejor homenaje que podemos hacer a un escritor, es leerlo", ha asegurado. Unido a ello, ha indicado que el Ayuntamiento lamenta también cada uno de los fallecimientos que ha habido a causa del coronavirus, a lo que mostrado su deseo de que sirva este homenaje a Sepúlveda en recuerdo para todas las personas que, como él, murieron por el COVID-19.

Sepúlveda fue, para ella, uno de los mejores embajadores de Gijón. "En cada lugar que viajó, siempre habló bien de Gijón", ha agradecido. "Siempre llevó a Gijón consigo", ha añadido la alcaldesa.Esta ha apuntado que Sepúlveda ha dejado escritos geniales que todo el mundo recordará por varios momentos literarios especiales que cree que se han cruzado en la vida de muchas personas de Gijón.

Según la regidora, hay muchos niños y niñas que aprendieron lo que es la Literatura gracias a "Historia de una gaviota y el gato que le enseñó a volar". A su juicio, aprendieron con esta obra del escritor chileno a ser críticos y a pensar, a encontrarse con otras voces para tener voz propia y esa capacidad de compartir a través de la Literatura

También los adultos han podido "fascinarse", según ella, con la obra de Sepúlveda "Un viejo que leía novelas de amor". Con ella aprendieron a mirar de otra manera a ese continente "que geográficamente está tan lejos y sentimentalmente está tan cerca", ha apuntado, a lo que ha señalado que aprendieron un mensaje de valoración de "la Naturaleza y lo propio",

"Hizo que todo el continente latinoamericano empezara a estar en nuestro corazón de otra forma", ha destacado. En este sentido, ha sostenido que su muerte se siente "con gran tristeza" en su Chile natal, en todo el continente latinoamericano, pero también en Alemania, donde vivió una parte muy importante de su vida, o en Italia, donde tenía muchísimos lectores y gente que admiraba su Literatura. En este pesar por su muerte "donde también nos estamos encontrando pueblos distintos", ha asegurado.

Al tiempo, ha explicado que Sepúlveda vivía en Gijón desde 1997 "y desde el primer momento se confundió con nuestra ciudad", ha afirmado. En ella participó activamente y se convirtió en un elemento clave en la vida social y cultural. No en vano, ha destacado que en Gijón escribió algunas de sus obras mas importantes, como la "magnífica" novela 'Últimas noticias del Sur'.

También puso en marcha el Salón del Libro Iberoamericano, que volvía a tender un puente entre Gijón y el continente latinoamericano. Gracias a ello Gijón se convirtió en referencia de la lectura latinoamericana e iberoamericana, en toda España y en toda Europa. "Puso a Gijón también en el mundo", ha añadido sobre esta cuestión. Unido a ello, ha resaltado que la vida y trabajo de Luis Sepúlveda vuelve a poner de relevancia el papel de la cultura para hacer de la ciudad una referencia más allá de sus fronteras.


 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Viernes 17

Libros
Radio cuarentena conecta con Buenos Aires. La joven y pequeña editorial andaluza Amor de Madre, fundada por madre e hija, enfocada en cuestiones de género, feminismo y LGTBI puso en marcha tras el estado de alarma su Radio Cuarentena: un espacio en el que poder hablar y debatir con escritores jóvenes como Doris Otis, Ángelo Nestore o Luna Miguel. Su propuesta empezó con directos de una hora en la cuenta de Instagram @amordemadreed, pero esas conversaciones han sido editadas y recogidas en el canal de Youtube de la editorial. También en esa plataforma la Feria de Libro de Buenos Aires, prevista como cada año en el mes de abril y anulada por el confinamiento declarado, ha puesto a disposición del público las muchas charlas que se han celebrado y grabado en los últimos años. Y ahí están desde Margaret Atwood hasta Beatriz Sarló.

 
Cuando Montaigne se confinó diez años en su castillo
El pensador francés decidió retirarse en su torre e iluminó allí su camino de integridad, tolerancia y escepticismo


Foto: Retrato de Montaigne


Retrato de Montaigne


AUTOR
RUBÉN AMÓN
Contacta al autor
Ruben_Amon
17/04/2020



La situación de arresto domiciliario en que nos encontramos ha precipitado problemas de convivencia no ya con el prójimo, sino con nosotros mismos. Estamos expuestos a un ejercicio inducido o forzado de introspección, más o menos como si tuviera procediera inscribir en el felpudo de nuestros hogares el eslogan que presidía el templo de Apolo en Delfos: 'Conócete a ti mismo'. El aforismo aloja una oportunidad. Ya que no podemos viajar a la playa ni a la montaña sí podemos hacerlo hacia nosotros, aunque conviene valerse de un buen sherpa. Por ejemplo, Michel de Montaigne (1533-1592), cuyo periodo de confinamiento voluntario se prolongó durante una década en el torreón del castillo que su familia poseía en la campiña de Burdeos.

Ciertamente, para confinase en un castillo el primer requisito consiste en tener un castillo, aunque semejante perogrullada no implica que vida de Montaigne fuera sencilla. Su padre lo educó en el latín y el griego. No le enseñó una palabra de francés hasta los ocho años. Y lo “sometió” a una severa disciplinade responsabilidad en relación con sus privilegios y deberes.

Fue el embrión cultural y conceptual en que se cultivó un hombre ilustrado y un espíritu tolerante. Ilustrado en tiempos de oscurantismo. Tolerante en tiempos de guerras de religión. La rama española de Montaigne, judía, había sido exterminada por la Inquisición, de tal manera que a Montaigne no iban a involucrarlo en el antagonismo que opuso a católicos y protestantes, ni siquiera cuando Enrique IV, “París bien vale una misa”, le propuso un lugar de honor en la corte.

No fue un simple teórico Montaigne ni un animal de biblioteca que se relacionaba con el prójimo desde la majestad
No fue un simple teórico Montaigne ni un animal de biblioteca que se relacionaba con el prójimo desde la majestad. Conoció la guerra, ejerció la judicatura, hizo política en París y hasta desempeñó unos años la alcaldía de Burdeos, aunque su mayor contribución a la Humanidad la formalizó en las paredes del torreón de su castillo. Allí originó el género del ensayo. Y definió las razones por las que ha logrado instalarse entre las luminarias del pensamiento occidental. No lo hizo por medio del dogma, sino por el camino de la duda: “Que sais-je?”


¿Qué sé yo?
“¿Qué sé yo”?, se pregunta Montaigne, no apelando a su erudición ni al dominio apabullante de la cultura grecolatinas, sino comprendiendo que la sabiduría le ha llevado a la conclusión de la ignorancia. Sostiene que es una obscena aspiración del hombre saber y aprehender, con “h” intercalada. La pregunta de Montaigne hacia sí mismo es tan representativa por el contenido como por la interrogación. Porque a interrogación resume su posición escéptica su proceso de indagación dialéctico, su método de exploración. Y predispone al fin y al cabo una posición desasosegada. La única certeza es la duda, aunque la duda también le proporciona un salvoconducto para renunciar a elegir una fracción religiosa, un bando y hasta una idea.
Montaigne no se adhiere al humanismo entusiasta que él mismo ha heredado de los maestros del Renacimiento

Montaigne no se adhiere al humanismo entusiasta que él mismo ha heredado de los maestros del Renacimiento. Abjura de la oscuridad medieval, pero le angustia el recrudecimiento del fanatismo. Lo describe muy bien Stefan Zweig en la biografía que le escribió.: "A pesar de su lucidez infalible, a pesar de la piedad que le embargaba hasta el fondo de su alma, debió asistir a esta despreciable caída del humanismo en la bestialidad, a alguno de esos accesos esporádicos de locura que constituyen a veces lo humano. [...] Esa es la verdadera tragedia de la vida de Montaigne". No llegó a publicar Zweig el homenaje a Montaigne. Se suicidó antes de hacerlo, pero la biografía tanto redunda en el afrancesamiento del escritor austriaco como establece una conexión con los textos más sensibles al pensamiento renacentista y sus derivadas. Stefan Zweig escribió la biografía de Erasmo de Rotterdam y recurrió al antagonismo de Castellio y Calvino como respectivos paradigmas de la tolerancia y del fanatismo .

Montaigne estaba alineado con Castellio tanto como recelaba de la vanidad. La consideraba el principal obstáculo en el camino del conocimiento. Tenía una visión compleja y nuclear del mundo. Fue un cosmopolita. Un viajero. Busco la virtud con el mismo énfasis de Marco Aurelio. E hizo suyo un camino de integridad y de lucidez cuya repercusión alcanza a Pascal, a Goethe, a Proust, a Flaubert. Y a George Sand, cuyas observaciones a los “Ensayos” -hay una magnífica edición en Acantilado- adquieren la definición circular de una torre parecidas a la que Montaigne convirtió en su mayor empresa interior: “leedlos de principio a fin, y cuando los terminéis, empezad a leerlos otra vez”.


 
David Quammen: “Somos más abundantes que cualquier otro gran animal. En algún momento habrá una corrección”
Entrevista con el divulgador científico, autor de ‘Contagio’, libro de referencia para entender el coronavirus



David Quammen, en una fotografía realizada en el parque nacional de Yellowstone (EE UU).


David Quammen, en una fotografía realizada en el parque nacional de Yellowstone (EE UU).RONAN DONOVAN




MARC BASSETS
París -
19 ABR 2020

Son las cinco de la tarde en Bozeman, pequeña ciudad de Montana (Estados Unidos), donde los espacios son vastos y el distanciamiento social no necesita imponerse a la fuerza, porque forma parte del paisaje desde tiempo inmemorial.

David Quammen, de 72 años, cultiva su jardín cuando suena el teléfono. “Paseamos al perro por el barrio, saludo a los vecinos desde la otra acera y en tres semanas no he estado más cerca de seis pies [dos metros] de otra persona, aparte de mi esposa”, dice a EL PAÍS este veterano reportero y divulgador científico que hace años recorrió los cuatro rincones del planeta persiguiendo a los virus zoonóticos, es decir, que saltan de los animales a los humanos.

El resultado fue Spillover. Animal infections and the next human pandemic(Contagio, en la traducción española que la editorial Debate publica el 23 de abril en ebook y el 14 de mayo en papel). El libro fascina y espanta. Por lo que cuenta: el mundo de las infecciones de origen animal. Y por lo que predice: una pandemia humana muy parecida a la del virus que causa la covid-19. Ahora es una de las obras de referencia para entender el ente microscópico que ha paralizado al mundo.


Pregunta. ¿Le sorprende lo que está ocurriendo?

Respuesta.
En absoluto. Todo —el virus procedente de un murciélago que después pasa a los humanos, la conexión con un mercado en China, el hecho de que se trate de un coronavirus— era predecible. Es lo que los expertos a los que entrevisté para mi libro me decían.

P. ¿Nada le sorprende?

R.
Sí, la falta de preparación de los Gobiernos y los sistemas sanitarios públicos para afrontar un virus como este. Me sorprende y me decepciona. La ciencia sabía que iba a ocurrir. Los Gobiernos sabían que podía ocurrir, pero no se molestaron en prepararse.

P. ¿Por qué?
R.
Los avisos decían: podría pasar el año próximo, en tres años, o en ocho. Los políticos se decían: no gastaré el dinero por algo que quizá no ocurra bajo mi mandato. Este es el motivo por el que no se gastó dinero en más camas de hospital, en unidades de cuidados intensivos, en respiradores, en máscaras, en guantes.

P. Sin esta falta de preparación, ¿no estaríamos todos confinados?

R.
En efecto. La ciencia y la tecnología adecuada para afrontar el virus existe. Pero no había voluntad política y, por tanto, el dinero, y la coordinación entre Gobiernos locales y nacionales, y entre Gobiernos en el mundo. Tampoco hay voluntad para combatir el cambio climático. La diferencia entre esto y el cambio climático es que esto está matando más rápido.

P. ¿Por qué el murciélago se vincula al origen de tantos virus, desde el SARS hasta el ébola, y también el SARS-CoV-2?

R.
Los murciélagos parecen sobrerrepresentados como anfitriones naturales de estos virus peligrosos. Por varios motivos. Primero, están sobrerrepresentados en la diversidad de los mamíferos. Una de cada cuatro especies de mamíferos es una especie de murciélago.

P. ¿Esto significa que hay muchos murciélagos?

R.
No es simplemente que haya muchos en cuanto al número, sino que hay una gran diversidad de murciélagos. Y es posible que cada diferente especie de murciélago tenga sus propias especies de virus. Esta diversidad de especies ofrece un margen amplio para la diversidad de virus.

P. ¿Qué otros motivos explican que los murciélagos sean el origen de tantos virus?

R.
Los murciélagos viven mucho. Uno del tamaño de un ratón puede vivir 18 o 20 años. Un ratón vive uno o dos años. Los murciélagos anidan juntos en colonias multitudinarias. He visto 60.000 en una cueva, todos apretujados. La longevidad y la masificación son circunstancias óptimas para que los virus pasen sin cesar de un individuo a otro. Y otra cosa: hay pruebas ahora, aunque no es seguro, que indican que los murciélagos tienen sistemas de inmunidad que han evolucionado para ser más hospitalarios ante cuerpos ajenos.

P. Y cada vez están más cerca de zonas urbanas, ¿no?

R.
Así es. En particular los grandes murciélagos de los trópicos y subtrópicos. Estamos destruyendo sus hábitats y ellos buscan comida en áreas humanas donde haya huertos y árboles frutales en los parques. Todo esto les acerca a los humanos, lo que, a través de sus heces y su orina, aumenta las posibilidades de que los virus se extiendan directamente o a través de los animales domésticos.

P. ¿Debemos temer a los murciélagos?

R.
No, no. Son animales bellos, magníficos, necesarios para la integridad de los ecosistemas. La solución no es quitarnos a los murciélagos de encima sino dejarlos en paz.

P. ¿Cómo?

R.
Esta pandemia es una oportunidad terrible para educar, para entender nuestra relación con el mundo natural.

P. ¿Somos responsables los humanos de lo que está ocurriendo?

R.
Sin duda. Todos los humanos, todas nuestras decisiones: lo que comemos, la ropa que vestimos, los productos electrónicos que poseemos, los hijos que queramos tener, cuánto viajamos, cuánta energía quemamos. Todas estas decisiones suponen una presión al mundo natural. Y estas demandas al mundo natural tienden a acercar a nosotros a los virus que viven en animales salvajes.

P. ¿Es la revancha de la naturaleza?

R.
No lo diría así, porque soy un materialista darwiniano. No personalizo la naturaleza. No creo en una naturaleza con N mayúscula capaz de revancha ni de emociones. Los humanos somos más abundantes que cualquier otro gran animal en la historia de la Tierra. Y esto representa una forma de desequilibrio ecológico que no puede continuar para siempre. En algún momento habrá una corrección natural. Les ocurre a muchas especies: cuando son demasiado abundantes para los ecosistemas, les ocurre algo. Se quedan sin comida, o nuevos depredadores evolucionan para devorarles, o pandemias virales las derrumban. Pandemias virales interrumpen, por ejemplo, explosiones de población de insectos que parasitan árboles. Ahí hay una analogía con los humanos.

P. ¿Somos como estos insectos?

R.
No. Somos mucho más inteligentes que los insectos de la selva. Debemos ser capaces de ver lo que se nos viene encima y transformar el choque en un reajuste de nuestra manera de vivir en este planeta.

P. “Ofrecemos más oportunidades que nunca a los virus”, escribe usted.

R.
Porque somos más y porque estamos más conectados entre nosotros. Cuando entramos en la selva y capturamos a un animal salvaje —un roedor, un murciélago, un pangolín, un chimpancé—, y este animal tiene un virus, y este virus salta hacia nosotros, y descubre que en nuestro interior puede replicarse, y que puede transmitirse de un humano a otro… Cuando ha ocurrido todo esto, a este virus le ha tocado el Gordo. Se ha metido por una puerta que le ofrece una enorme oportunidad. Porque somos 7.700 millones de anfitriones potenciales para ellos y porque estamos hiperconectados: la peste bubónica mató quizá a un tercio de la población europea, pero en el siglo XIV no podía pasar a Norteamérica ni a Australia. El virus que causa la covid-19 es uno de los virus de más éxito del planeta, junto a la cepa pandémica del VIH. Y nosotros le hemos invitado a tener tanto éxito.

P. ¿Qué ha aprendido en los últimos tres meses sobre los virus?

R.
Algo que me sorprende es que, hasta ahora, este virus no está evolucionando demasiado rápido. Algunos científicos, como Trevor Bedford en Seattle, han tomado muestras de varias personas en diversos momentos y en distintas partes del mundo, y han dibujado un árbol genealógico del virus. Han descubierto que los genomas del virus no varían mucho en el espacio y el tiempo. El virus no cambia porque no necesita hacerlo. Está teniendo tanto éxito —yendo de un humano a otro, en todos los países del planeta— que, desde el punto de vista de la evolución, no está sometido a ninguna presión para cambiar: ya le va bien siendo como es.

P. ¿Durante cuánto tiempo puede tener tanto éxito?

R.
Hasta que tengamos una vacuna. En este momento, es posible que intente evolucionar. No es que lo intente en realidad, porque no tiene intención, solo es un virus. Pero por selección natural es posible que, accidentalmente, encuentre maneras de esquivar la vacuna. Y entonces empezará la carrera para encontrar vacunas mejores y nuevas. Pero es lo que ya hacemos con la gripe: necesitamos una vacuna nueva cada año porque cambia constantemente.

P. Mientras tanto, ¿el distanciamiento social y el confinamiento tienen un efecto en el virus?

R.
Sí. Al confinarnos, le retiramos una oportunidad de extenderse de manera tan amplia e intensa como ha hecho hasta ahora. Una manera de pensar en pandemias es la siguiente. En toda población de víctimas potenciales, hay personas susceptibles al virus. Hay personas infectadas por el virus. Hay personas muertas. Y hay personas que se han recuperado. Y, una vez que se han recuperado, es más difícil que sean reinfectadas. De modo que se llega a un punto en el que el número de muertos es alto, el número de recuperados es alto y el número de infectados puede ser todavía alto, pero el número de personas susceptibles puede ser relativamente bajo y estar disperso. En ese momento, el virus que se encuentra en los infectados no tiene oportunidades de contactar con los susceptibles.

P. ¿Y entonces?

R.
En este punto, la pandemia tiende a termina





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hola!, la verdad que no se donde preguntar pero lo hago por aqui, donde puedo descargar libros gratis o comprar libros epub? he rescatado un sony reader y no se muy bien donde buscar! muchas gracias!!
 
Guerra, religión y coronavirus: cuando Sant Jordi se quedó sin ser el Día del Libro
La epidemia de la covid-19 fuerza la primera suspensión de la festividad del 23 de abril por motivos sanitarios, aunque en el pasado ya hubo ocho modificaciones del calendario



Parada de la librería Catalònia el Sant Jordi de 1932.


Parada de la librería Catalònia el Sant Jordi de 1932.GABRIEL CASAS



CRISTIAN SEGURA
Barcelona -
19 ABR 2020


El 23 de abril ha sido el Día del libro y de la rosa desde 1931. Año tras año, el epicentro de la fiesta ha sido Barcelona y su diada de Sant Jordi, fecha que también conmemora la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Las medidas de confinamiento frente al coronavirus han forzado que la Cámara del Libro de Cataluña posponga la festividad al 23 de julio. La decisión, aunque inusual, no es inaudita: hasta ocho veces se había cambiado anteriormente la cita en el calendario.

La primera ocasión en la que el Día del Libro no se celebró un 23 de abril fue en 1933, explica la periodista y gestora cultural Carme Polo en el libro Sant Jordi. Libros y Rosas (Viena Edicions). La razón no fue de fuerza mayor, como puede ser una epidemia: Sant Jordi caía aquel año en domingo y al ser feriado, las librerías no podían abrir, por lo que lo avanzaron al sábado 22. Polo resume en su obra las ocho ediciones de la gran jornada literaria que no fueron en un 23 de abril, los precedentes de la actual cancelación por motivo de la pandemia. El volumen, ilustrado con fotografías de Ricard Lobo, es un repaso de la historia de la fiesta desde sus inicios entre 1926 y 1930, cuando se convocaba el 7 de octubre. La diada del libro saltó de octubre a abril porque, como subraya Polo, la primavera era un momento más óptimo en cuanto a climatología y porque en las primeras semanas de otoño, los editores estaban enfrascados con la comercialización de libros de texto.

Tras el primer caso, el de 1933, las dos siguientes modificaciones en el calendario se produjeron durante la Guerra Civil. En 1937 se sustituyó por una feria de tres días, del 3 al 5 de junio. Un decreto del Departamento de Cultura de la Generalitat anunciaba el 19 de abril que el certamen se aplazaría unas semanas, hasta mayo. El conflicto en la retaguardia que aconteció ese mes entre los partidos leales a la Generalitat y las fuerzas anarquistas forzó una segunda prórroga. El diario La Publicitat aseguraba el 3 de junio que “las circunstancias en estos días tan terribles” hacían “todavía más simpático” el acontecimiento: “Nuestra fiesta del libro siempre ha tenido un espíritu combativo. Por este espíritu combativo fue que nació, en los tiempos nada propicios para la catalanidad, para la cultura, de Primo de Rivera. Por eso siempre contó con la antipatía del dictador”. La situación de la contienda bélica en 1938, con parte de Cataluña ocupada por las tropas franquistas y con la producción de las imprentas bajo mínimos, desplazó la festividad al 15 de junio. “Los stands de la feria no se han podido terminar de instalar debido a las circunstancias”, informaba La Vanguardia.

En 1943, con las Cámaras del Libro de Barcelona y de Madrid derogadas y sustituidas por el Instituto Nacional del Libro Español, las nuevas autoridades franquistas decidieron desplazar el Día del Libro al 1 de mayo porque el 23 de abril caía en Viernes Santo: el luto por la muerte de Jesús no casaba con la alegría de una jornada popular. Sant Jordi volvió a coincidir en domingo en 1950 y, tal y como sucedió en 1933, se adelantó al 22 de abril. En tres ocasiones, en 1962, 1973 y 1984, el Día del Libro cambió de fechas en Cataluña porque el 23 de abril era lunes de Pascua y se quería evitar que coincidiera con la tradición familiar de la entrega de la mona. En 1962 se trasladó al 12 de mayo, coincidiendo con un congreso internacional de editores que se celebraba en Barcelona. En 1973 y 1984 se optó por el 27 de abril, día de la virgen de Montserrat, patrona de Cataluña junto a san Jordi.
El coronavirus ha supuesto la primera suspensión de Sant Jordi por una emergencia sanitaria, aunque otras generaciones han pasado por apuros similares: la dramaturga Sarah Ruhl recordaba en el pasado marzo en The New York Times que los teatros de Londres cerraron a finales del siglo XVI por una epidemia de peste bubónica, desgracia que Shakespeare aprovechó para encerrarse en casa y escribir poesía.



Santi Vila, Patrici Tixi, Sàenz de Santamaría y Oriol Junqueras, el día que se presentó el proyecto para que Sant Jordi sea reconocido Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.


Santi Vila, Patrici Tixi, Sàenz de Santamaría y Oriol Junqueras, el día que se presentó el proyecto para que Sant Jordi sea reconocido Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.MASSIMILIANO MINCORI



La candidatura a patrimonio de la Humanidad, en un punto muerto
Carme Polo es la directora de la candidatura para que Sant Jordi sea reconocida como Patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco. El proyecto, presentado en abril de 2017, quedó poco después en un punto muerto, explica la gestora de esta iniciativa, al romperse la coordinación entre administraciones públicas tras el conflicto por la independencia unilateral. El acto oficial de presentación fue un momento inusual de paz política que reunió a Soraya Sáenz de Santamaría y a Oriol Junqueras, por entonces vicepresidentes del Gobierno y de la Generalitat, respectivamente. “Si no hubiera habido el problema político, seguro que la candidatura habría tirado adelante más rápido”, dice Polo. El proyecto se encuentra en una larga lista de espera para ser evaluado por el ministerio de Cultura, que es quien lo debe elevar a la Unesco.

 
¿Qué planes culturales puedo hacer hoy en casa? Lunes 20


Libros
Un té con Eduardo Mendoza y una novela por entregas. A las 7 pm hora española, de hoy lunes, y para ir abriendo el ajetreado calendario del primer Día del Libro confinado que se celebrará el jueves, el escritor y premio Cervantes Eduardo Mendoza mantendrá una charla con John Carlin. El encuentro puede seguirse en directo en Instagram en la cuenta de la editorial Seix Barral y @plantedelibros. En tiempos de estado de alarma, con casi todo paralizado, hay pocas novedades editoriales pero alguna llega, por ejemplo, la nueva novela por entregas y en exclusiva en la web de John Connolly Las extrañas hermanas Strange, con Charlie Parker como protagonista con nuevos capítulos cada semana.


 
Un mundo a vuelta de página
Grandes palacios atrapados en el tiempo, la fauna más extraña del mundo o historias de supervivencia en el Ártico. Celebramos el Día del Libro con novedades literarias para viajeros curiosos




Un mundo a vuelta de página


GETTY IMAGES


ISIDORO MERINO
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21 ABR 2020


Este jueves, 23 de abril, se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, una efeméride promovida por la Unesco desde el año 1988, con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección del derecho de autor. Este año lo celebramos en casa, un motivo más para elegir uno de estos libros que nos harán viajar a través de sus páginas.



Un mundo a vuelta de página


01 Abandoned Palaces

Hechos para impresionar, antiguos palacios y mansiones languidecen como ruinas de su pasado esplendoroso. Del Jahangir Mahal, en India, al palacio Sans-Souci de Haití, la historia de lugares suspendidos en el tiempo. 27 euros. Amber Books (en inglés).







Un mundo a vuelta de página


02 Atlas de zoología poética
La bióloga Emmanuelle Pouydebat y la ilustradora Julie Terrazzoni nos guían por un mundo donde los lagartos caminan por el agua, las ranas resucitan y los pájaros construyen palacios de hojas. 23,95 euros. Geoplaneta.




Un mundo a vuelta de página


03 De aquí a la eternidad
Caitlin Doughty exploró los rituales mortuorios de países como Indonesia, Bolivia, España o Japón, y ceremonias como la nipona del kotsuage. Estas páginas abordan con curiosidad la relación con la muerte en el mundo. 18,50 euros. Capitán Swing.



Un mundo a vuelta de página


04 Erebus: historia de un barco
En 2014 fueron hallados en el Ártico canadiense los restos del HMS Erebus, buque desaparecido en 1845 cuando buscaba el Paso del Noroeste. Michael Palin recrea aquella apasionante aventura. 22,90 euros. Ático de los Libros.



Un mundo a vuelta de página


05 Músicas de Nueva York
El pianista Rafael Lamas propone un recorrido por la memoria musical de la ciudad, visitando templos del jazz como Belasco o el Cotton Club, y los estudios que catapultaron a la fama a Billie Holiday, John Coltrane o Ella Fitzgerald. 12 euros. Geoplaneta.



Un mundo a vuelta de página


06 Las encantadas
El 15 de septiembre de 1835, el HMS Beagle arribó a las islas Galápagos(Ecuador). Estas páginas recogen los diarios escritos por Charles Darwin durante la estancia, junto al relato Las encantadas, de Herman Melville. 24 euros. Círculo de Tiza.



Un mundo a vuelta de página


07 Heida
Steinunn Sigurdardóttir relata la peripecia real de una pastora de ovejas en una remota y dura región de Islandia, en la que entreteje las historias cotidianas con los ciclos de la poderosa e inhóspita naturaleza islandesa. 21 euros. Capitán Swing.



Un mundo a vuelta de página


08 Madrid, preguntas y respuestas
Hay lugares de la capital española que aún son desconocidos. El periodista Miguel Ángel Medina descubre 75 historias fascinantes y rincones secretos como el jardín donde se rodó Doctor Zhivago. 13,90 euros. La Librería.


 
Manifiesto para salvar a la cadena del libro
Más de 300 pequeños y medianos editores, libreros y distribuidores proponen a las puertas del Día del libro una decena de medidas para evitar la pérdida de diversidad cultural y conocimiento



Dos lectores consultan un libro digital en una librería tradicional.


Dos lectores consultan un libro digital en una librería tradicional.CLAUDIO ÁLVAREZ



PEIO H. RIAÑO
Madrid - 22 ABR 2020


Este 23 de abril habrá poco que celebrar. En el Día del libro de 2020 hay más preocupación que fiesta, más reivindicación que brindis. Más miedo que confeti. Los negocios están al borde del abismo por la crisis sanitaria, sin ventas y con muchas facturas pendientes y medidas que tomar para salvar un sector muy débil. Ante la perspectiva de “un semestre perdido”, las pequeñas editoriales y librerías han lanzado un manifiesto en defensa de sus empresas, que suponen la base de la pluralidad de la oferta literaria. La diversidad cultural “está en peligro”, dice el texto firmado por más de 300 implicados. “Una sociedad sana depende de la pluralidad de voces que se escuchan en ella”, añaden. Los editores, libreros y distribuidores alzan la voz y reclaman a ministerios, Comunidades Autónomas y municipios medidas de “calado” y de “urgencia”, tras seis semanas de parálisis “si queremos conservar la diversidad de las pequeñas y medianas editoriales y librerías”.

Quieren actuaciones “fiscales, crediticias y de subvenciones” que atiendan a todas las partes que componen la cadena del libro. Piden ayuda para recuperar “un nivel de ingresos adecuado” para la supervivencia de un sector en riesgo de colapso. Demandan facilidades para acceder a los créditos ICO con los que el Gobierno quiere inyectar liquidez en empresas que suman una parálisis de mes y medio, y a los que las empresas culturales tanto les está costando acceder. Su vulnerabilidad espanta a las entidades bancarias, responsables de entregar y cobrar los préstamos del dinero público. Los firmantes del manifiesto quieren evitar la suspensión de pagos, por eso demandan “un aval del Estado del 100%”, para neutralizar los intereses de la banca (en estos momentos aportan el 20% de la cantidad prestada). “Los bancos no atienden las peticiones de las empresas más pequeñas”, aseguran.

En España hay más de 7.600 empresas dedicadas a la edición de libros. El 32% de ellas tienen una estructura de 1 a 5 trabajadores y casi el 47% son asalariados. Una editorial con más de seis personas es un caso excepcional: con más de 50 trabajadores son un 1,6% del total de empresas editoriales. Este es el perfecto retrato de la vulnerabilidad del sector, que en 2017 tuvo casi 40.000 trabajadores, según el Anuario de Estadísticas Culturales 2019, del Ministerio de Cultura. El sector de las librerías suma 12.000 trabajadores según las mismas cifras y comparte la precariedad: según la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), en España hay algo más de 3.500 librerías independientes y la mitad de ellas no alcanza a facturar 90.000 euros anuales. Y a pesar de todo, la aportación del sector del libro al PIB en 2018 fue de 8,7 millones de euros, un 0,8% del total de las cuentas y un 31,5% de lo aportado por las actividades culturales.


Peligro de extinción
Los firmantes aseguran que “está en peligro la diversidad literaria”, porque las editoriales independientes, con menos de diez empleados, representan el 85% de las empresas dedicadas a la edición de libros. “Las distribuidoras y librerías también son indispensables para la pluralidad de la oferta”, explican. De hecho, las librerías, con una cifra de facturación de 831,56 millones de euros, en 2018 aumentaron sus ventas un 2,2% respecto al año anterior; las cadenas de librerías facturaron 421,95 millones de euros (un 2,6% más que en 2017); y los hipermercados facturaron 194,58 millones de euros, un 2,7% más. Por eso proponen a las tres administraciones una batería de una decena de medidas y casi todas pasan por la compra institucional de ejemplares para las bibliotecas públicas, a través de los establecimientos. Para “reactivar el sector” piden volver a las adquisiciones institucionales de libros para bibliotecas como eran antes de 2010. Es una partida que desde la crisis financiera no ha vuelto a recuperarse. Además creen imprescindible modificar la Ley de Contratos para que las administraciones puedan hacer compras menores que no excluyan a los pequeños y medianos comercios.

La Federación de Cámaras del Libro (FEDECALI) calculó el impacto que la crisis de la covid-19 tendrá en el sector del libro y las pérdidas serían superiores a los 1.000 millones de euros. Es una estimación que parte de los datos consolidados el pasado año y preve un “fuerte impacto en marzo y abril y una lenta recuperación hasta verano”, como se indica en el informe que adelantó EL PAÍS. La caída en el comercio interior del libro, que equivaldría al primer cuatrimestre, ascendería 811 millones de euros. En las pérdidas en el comercio exterior del libro se alcanzarían los 200 millones de euros. “Estaríamos ante el sector cultural más dañado de todos, porque incluye librerías, editoriales, distribuidoras y autores”, cuentan desde la organización. Por eso hace un mes pidieron una línea de crédito ICO de 50 millones de euros, sin intereses y dos años de carencia para librerías, distribuidoras y pequeñas y medianas editoriales. Nunca fueron atendidos.

En el manifiesto del 23 de abril también se demanda la creación de campañas de reactivación de la venta para los jóvenes lectores, con el regalo de bono libros con el que acercarse a las librerías de proximidad. Además de las compras para ampliar los fondos de las bibliotecas públicas y municipales, deberían atenderse igualmente las bibliotecas escolares y universitarias. Quieren que las librerías con una facturación anual menor a 250.000 euros -la gran mayoría de ellas- sean exoneradas de impuestos comunitarios o municipales por un tiempo limitado. “Que se estudie la posibilidad de ayudas a fondo perdido para algunas editoriales y librerías que no puedan afrontar con éxito la salida de la crisis”, suscriben. Por último, recuerdan la lucha antipiratería y sancionar las compras para bibliotecas con descuentos superiores al 15% legal, a través de editoriales y distribuidoras.

 
Día del libro: 13 libros de diseño y arquitectura para refugiarse en la belleza
Flores, objetos futuristas, arquitectura feminista, casas en las que nos gustaría pasar la cuarentena, pero también viviendas sencillas. Esta es nuestra selección de lo publicado entre 2019 y 2020




dia del libro arquitectura


Miguel Milá, autor de los uno de los libros del año, muerde la lámpara de pie TMC que formó parte de la primera colección de TRAMO (Trabajos Molestos), la empresa que fundó el diseñador para autoproducir su obra durante la posguerra española. Ahora la edita Santa & Cole.



CARLOS PRIMO

23 ABR 2020

El diseño también se lee. En esta selección de hay biografías de grandes arquitectos y los primeros pasos de los genios del mañana. Hay jardines, viviendas sencillas, autoconstrucción y palacios, arquitectura feminista y jardines conventuales, flores y objetos futuristas. Estos son los libros de diseño, arquitectura, paisajismo y decoración de 2019-2020 que desde ICON Design hemos elegido con motivo del Día del Libro.



Ser(t) arquitecto, de María del Mar Arnús

dia del libro arquitectura



Hasta el año pasado no había una biografía tan completa de Josep Lluís Sert, el arquitecto que de joven ideó el Pabellón de la República de 1937 donde se instaló el Gernika de Picasso y que posteriormente se fue a trabajar a Estados Unidos y se convirtió en un defensor de la herencia mediterránea en arquitectura, además de construir maravillas como la fundación Miró en Barcelona o el estudio mallorquín del mismo artista. La biografía que ha escrito María del Mar Arnús es interesante por muchos motivos, pero especialmente porque se adentra en la personalidad de Sert, en sus años de estudiante, sus influencias y sus preocupaciones. (Anagrama. 301 páginas).



El modo atemporal de construir, de Christopher Alexander

dia del libro arquitectura


Este es un libro extraño. A primera vista, es una especie de manual de autoconstrucción, y pocas personas aspiran a construir su vivienda con sus propias manos. Sin embargo, las teorías de Alexander, que fue un influyente ensayista y profesor, son un modo estupendo de aproximarse a la arquitectura si se le tiene miedo a la teoría y a la calculadora. Alexander defendía un sentido intuitivo, sensato y casi visceral de la construcción, y para ello desarrolló una serie de patrones que ayudan a identificar (o a construir) una casa que cumpla su función. En época de confinamiento, es interesante tomar el libro de Alexander y, por ejemplo, tratar de ver si sus teorías se adaptan o no a la casa de cada uno. Spoiler: le entrarán ganas de hacer unas cuantas reformas, pero también descubrirá que esa macetita junto a la ventana es más necesaria de lo que pensaba. (Pepitas de Calabaza. 532 páginas).



Sampling Contexts

dia del libro arquitectura


Los libros de arquitectura se suelen escribir, como todas las historias, a toro pasado, cuando los edificios están construidos y las trayectorias consolidadas. Por eso este resulta especialmente interesante. Elaborado en el Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAM, gira en torno a una idea, la arquitectura como “sampleo”, que sirve para que los estudios y profesionales más prometedores de hoy, muchos de ellos españoles, expliquen las referencias que manejan en su trabajo. Entre los seleccionados están Maio, Arquitectura-G, Guillermo Santomá o Luis Úrculo. Pensamiento presente y arquitectura venidera lista para llevar. (Ediciones Asimétricas. 160 páginas).


Mies y la gata Niebla, de Andrés Jaque

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Jaque no solo es el arquitecto español más relevante de su generación; también es uno de los ensayistas más lúcidos del panorama internacional. En este volumen ha reunido buena parte de sus artículos, en los que plantea la espina dorsal de su pensamiento: el modo en que la arquitectura puede contribuir a la sociedad prestando atención al uso que hacemos del espacio, a sus posibilidades políticas y a su capacidad para generar un mundo más justo e igualitario. Así dicho, parece denso, pero no lo es. Como muestra, la anécdota que le da título, y que pertenece a un artículo de 2013 en el que Jaque analiza el pabellón de Mies Van der Rohe en Barcelona a través de la biografía de su única habitante durante décadas: una gata llamada Niebla. Imprescindible y esclarecedor. (Puente Editores. 208 páginas.


Lo esencial. El diseño y otras cosas de la vida, de Miguel Milá

dia del libro arquitectura


“En condiciones adversas –sin una industria desarrollada, durante y después de la Guerra Civil y en una España que quería romper con las tradiciones para reinventarse–, Miguel Milá ha conseguido ser algo que no pretendía: el diseñador industrial español más legendario”. Las palabras que abren el epílogo de Anatxu Zabalbeascoa para el libro que ella misma ha editado, y en el que Miguel Milá cuenta en primera persona su vida y su visión de su oficio, resumen la fascinación que despierta este nombre imprescindible. A través de anécdotas y reflexiones que abarcan desde la moda hasta el bricolaje, pasando por su propia casa, Milá construye en este libro una especie de autobiografía no pretendida porque, como recuerda la primera frase del libro refiriéndose a sí mismo, “ha llegado un momento en que estoy hasta las narices de Miguel Milá”. Nosotros no estamos hasta las narices de él. De hecho, este libro es uno de los más bonitos, sugerentes y didácticos del último año. (Lumen. 220 páginas).


Los jardines de los monjes, de Peter Seewald y Regula Freuler

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Que la mayoría de los mortales no tengamos jardín no significa que no podamos disfrutar leyendo sobre jardinería. De hecho, libros como este son una vía de escape mental en un momento en que ni salir al parque público es una opción. Concebido como una especie de manual de jardinería monacal, es en realidad un ensayo sobre el valor terapéutico de la horticultura y el reencuentro filosófico con la naturaleza (y con el silencio) que resulta apto incluso para quien no sepa distinguir una petunia de la flor de patata. Para leer en silencio, del tirón, en el balcón o junto a la ventana, con el móvil en modo avión y sin videollamadas, por favor. (Elba Editorial. 168 páginas).


Less is a bore. Postmodern architecture, Owen Hopkins

dia del libro arquitectura


Puede que vivir en una casa postmoderna sea una tortura en términos pragmáticos, pero eso no significa que uno no pueda disfrutar intensamente de la inteligencia, la belleza excéntrica y el humor de los edificios que recoge este volumen. La arquitectura posmoderna, esa bestia negra del utilitarismo, protagoniza un divertimento visual lleno de capiteles inverosímiles, columnatas gigantescas, colores chillones y edificios con forma de cosas. No se puede pedir más. (Phaidon. 224 páginas).



Sketchbook. The industrial design of Oscar Tusquets Blanca

Hay muchos libros para aproximarse a la obra de Oscar Tusquets Blanca. De hecho, él mismo acaba de publicar en la editorial Acantilado Pasando a limpio, una delicia de ensayo en el que habla de su visión del diseño, sus filias y sus fobias. Lo que ha publicado ahora con la colaboración de la editorial de la revista Apartamento, sin embargo, no es su visión del diseño, sino el proceso que le ha llevado a lograr algunos de los objetos más fascinantes del último medio siglo. Es un libro de bocetos, un archivo de documentos y también un modo didáctico y casi multimedia de conocer el trabajo de esta leyenda entre las leyendas. (Apartamento Publishing. 220 páginas).



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Walter Gropius. La vida del fundador de la Bauhaus, de Fiona McCarthy


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La época que le tocó vivir a Walter Gropius –la república de Weimar, la Primera y la Segunda Guerra Mundial– fue apasionante, y ese es uno de los alicientes de esta biografía, la primera sistemática del arquitecto alemán. Gropius fue el fundador de la escuela de diseño, arquitectura y artes aplicadas más influyente y relevante del siglo XX, y este libro recorre los avatares, entresijos y recovecos de aquella aventura pedagógica impresionante. Un curso intensivo de historia, y no solo del diseño. (Turner. 600 páginas).

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Un jardín en Venecia,de Frederic Eden
Otro libro de jardines, pensarán nuestros lectores. Pero es que el jardín que Frederic Eden (lo juramos, el apellido es real) se construyó en la Giudecca veneciana no fue un jardín cualquiera, sino un ejercicio de delicadeza ambiciosa en un mundo en el que todo parecía estar en contra. Este es el reportaje que el mismo Eden escribió para una revista especializada, aquí transformado en libro repleto de anécdotas, de romanticismo y de humor. Si quiere visitarlo, sepa que no se puede: está cerrado al público, y nadie sabe qué queda de aquella aventura paisajística digna de un personaje de E. M. Forster. Tendrá que conformarse con el libro, que no es poca cosa. (Editorial Gallo Nero. 120 páginas).




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Interiors. The greatest room of the century
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¿Cómo mejorar un libro ya perfecto? Con una encuadernación de terciopelo naranja, sin duda. Interiors es un libro enciclopédico que recoge interiores desde principios del siglo XX hasta nuestros días, desde castillos inconmensurables a microapartamentos urbanos. En total, 400 salas, una cantidad infinita de ideas decorativas y un diccionario de todas las imágenes que usted debe tener en la cabeza para hablar de interiorismo con propiedad y conocimiento de causa. (Phaidon. 448 páginas).


Botánicas

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Plantas, flores y demás vegetales con función ornamental han inspirado a artistas desde los orígenes mismos del arte. Este catálogo reúne fotografías de autores de los siglos XX y XXI –Karl Blossfeldt, Imogen Cunningham, Hans-Peter Feldmann, Richard Hamilton, Jochen Lempert, Jonas Mekas, Mathieu Mercier, Juan del Junco, Albert Renger-Patzxch, Alessandra Spranzi o Pierre Verger– unidos por una misma obsesión: la belleza, el misterio y el poder simbólico de las plantas. (La Fábrica. 160 páginas).


Breaking Ground. Architecture by women, de Jane Hall

dia del libro arquitectura


El punto de partida de este volumen es una frase de Zaha Hadid, “¿Me llamarían diva si fuera un hombre?”, que aborda la cuestión de la presencia y el trabajo de las mujeres en un ámbito dominado tradicionalmente por los hombres. La selección de arquitectas es deslumbrante, porque está Hadid, pero también Eileen Gray, Lina Bo Bardi o Kazujo Sejima. Genias de la arquitectura contemporánea sin las que no se entiende el siglo XX. (Phaidon. 224 páginas).


 
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