Libros, libros, libros

De racismo y fronteras ignoradas
Escritores y periodistas se suman a la conversación organizada por EL PAÍS sobre los conflictos de identidad y migración


Madrid 25 NOV 2019



Un hombre ojea un libro en la FIL de Guadalajara de 2018.


Un hombre ojea un libro en la FIL de Guadalajara de 2018. HÉCTOR GUERRERO



La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, la más relevante de las letras en español, abre sus puertas el próximo sábado. Al evento, por el que el año pasado pasaron más de 818.000 personas y 2.200 editoriales, acude también EL PAÍS con la dos coloquios y talleres infantiles.

El sábado 30, a las cinco de la tarde, el director de EL PAÍS América, Javier Moreno, modera la charla México, frente al espejo del racismo. El actor Tenoch Huerta y los escritores Yásnaya Elena Aguilar, Emiliano Monge y Brenda Lozano reflexionarán sobre la identidad y los conflictos raciales del país americano.

La frontera sur mexicana ocupará la segunda conversación, que se celebra el viernes 6, a las cinco y media de la tarde. Un grupo de periodistas de EL PAÍS y El Faro, que han colaborado en la realización de un especial sobre esta franja generalmente ignorada, debatirán con el escritor Antonio Ortuño sobre la región. Carlos Dada, director de El Faro; José Luis Sanz, periodista del mismo medio, y las reporteras de EL PAÍS Elena Reina y Gladys Serrano explicarán cómo ha sido este trabajo de exploración, que ha implicado a más de una veintena de periodistas, cámaras y diseñadores gráficos.

Además, el diario impartirá dos talleres sobre periodismo a niños. La pasada edición el espacio dedicado a la infancia dentro de la FIL recibió a 189.00 asistentes.

EL PAÍS no solo participará activamente en la feria, sino que desplegará un equipo de periodistas en la ciudad para dar cobertura a las actividades de la FIL, que se alargan hasta el lunes 9 de diciembre y entre las que destacan la entrega del premio Premio Sor Juana Inés de la Cruz a María Gainza y la programación del país invitado: India.

 
¿EXISTIÓ MARICASTAÑA?

"Más cuento que Calleja": el origen de expresiones populares españolas
Nuestra lengua es rica en proverbios y refranes sobre personas a las que no conocemos de nada. ¿Qué hicieron y por qué han quedado grabadas en la historia?



Foto: Fulano y Mengano criticando a Zutano. (iStock)


Fulano y Mengano criticando a Zutano. (iStock)



ADA NUÑO
27/11/2019



La lengua de Cervantes es una de las más ricas del mundo, nadie puede negarlo. Tanto si recitamos poesía como si insultamos, incluso inventándonos términos en inglés, somos únicos, pero es probable que muchos de los refranes o frases hechas que dices no sepas muy bien de dónde vienen. ¿Realmente la suerte de la fea la guapa la desea? ¿Quizá amanezca más temprano si madrugamos?
Dejando para otro día los refranes, hay muchos personajes famosos que acuden a nuestros labios en los momentos más oportunos y que no sabemos realmente quiénes fueron o qué hicieron con su vida. Por ello, en un alarde de reivindicación, hemos decidido contarte un poco sobre ellos para que, la próxima vez que decidas nombrarlos, por lo menos conozcas algo de su historia y no lo hagas en vano (qué menos).

Más feo que Picio
No era tan tonto como Abundio, que vendió unos zapatos para comprarse unos cordones, pero era más feo. Hablamos en este caso de un andaluz, pues Picio fue un zapatero nacido en la localidad española de Alhendín, en la provincia de Granada. El pobre fue condenado a muerte sin que sepamos muy bien por qué, y según cuenta la leyenda, cuando recibió la noticia del indulto se llevó tal impresión que se le cayó el pelo y se le deformó la cara, llenándosele de tumores. De ahí que cuando veamos a una persona que no es excesivamente agraciada nos acordemos de este pobre reo.

Más cuento que Calleja
Tu compañero de trabajo no ha hecho su parte y te da una excusa bastante pobre, y a ti te parece, con razón, que tiene más cuento que Calleja, pero ¿quién era? Su nombre era Saturnino y de él se solía decir que tenía mucho cuento justamente porque los publicaba, y, además, con un amplio catálogo. Fue uno de los primeros editores que se dedicó al oficio y su padre fundó la editorial Calleja (que luego dirigiría el propio Saturnino), una de las más importantes de nuestro país a finales del siglo XIX.

¿Dónde fue María Sarmiento?
De la pobre María Sarmiento todos sabemos que fue a cagar (entendemos que al campo) y se la llevó el viento. Probablemente a pocas personas les haría mucha ilusión que las recordaran de esa manera, y realmente no sabemos qué sucedió después de que a María se la llevara el viento, ¿murió? ¿Apareció en otro lugar? ¿Fue la Tramontana o en que provincia española se encontraba para que se provocaran esa clase de huracanes y condiciones climatológicas?
Maricastaña, Picio y Calleja son figuras históricas que realmente existieron, no siendo así en los casos de Perico el de los palotes o Fulano y Mengano
Lo que sí sabemos es quién era. Fue una noble española que defendió el castillo de Toro en la Guerra de Sucesión Castellana y tomó partido por la infanta Juana 'la Beltraneja'. Velázquez también retrató a alguna que otra mujer con ese nombre y, según el filólogo Luis Cejador, antiguamente las Marías Sarmiento eran sinónimo de mujeres "flacas y secas como un sarmiento", ¿quizá de tanto ir al baño?

Como Pedro por su casa
Lo que está claro es que Pedro por su casa debía de estar muy cómodo, o por lo menos esa es la idea que se ha quedado grabada en la mente del imaginario popular. Lo cierto es que la expresión de andar por un lugar con mucha familiaridad ya aparece en el 'Lazarillo de Tormes' y en 'Rinconete y Cortadillo'. Se cree que podría tener que ver con Pedro I de Aragón, que entró por Huesca (es decir, tomó la ciudad) realmente como si estuviese entrando en su casa.

¿Cuándo vivió Maricastaña?
Más o menos en la época de Matusalén, que para eso era tan viejo. Al parecer, en lugar de ser Maricastaña fue más bien María Castaña (mucho más español) y, según cuentan los historiadores, encabezó una protesta contra el despotismo ejercido desde el Obispado de Lugo, del cual estaba a cargo Pedro López de Aguiar. Y en realidad sí que hace tiempo desde entonces, porque los hechos se remontan aproximadamente al siglo XIV.

A buenas horas...
Mangas verdes. Vale que aquí no hablamos de una persona concreta, pero también es curioso saber de dónde proviene este dicho. Se lleva diciendo más o menos desde los tiempos de Maricastaña (o la Edad Media), cuando los cuadrilleros de la Santa Hermandad nunca llegaban a tiempo para capturar malhechores y los delitos quedaban impunes. El uniforme de estos tenía las mangas de color verde, por lo que se extendió el uso de la expresión.

Los citados Fulano y Mengano
Esos señores de los que usted me habla son, en realidad, de los más nombrados históricamente en España. Fulano y Mengano (y a veces Zutano) lo hacen todo y van a todas partes.

En realidad nunca existieron, aunque si lo hubieran hecho habrían sido árabes, porque 'Fulán' significa algo así como 'cierto hombre' y 'Mankán' sería 'quién sea'. Eso sí, aunque bastante impersonales, suelen ir acompañados.

Perico el de los palotes
La escritora y viajera Carmen de Burgos ya utilizó este pseudónimo, pero en realidad se remonta un poco más atrás. 'El tesoro de la Lengua Castellana', escrito por Sebastián de Covarrubias, habla de un 'ofendidito' que tañía un tambor con dos palotes. No está muy claro que tal persona existiera, a diferencia de otra popular en nuestras frases: Rita la Cantaora, que en realidad se llamaba Rita Giménez García y fue una gran figura del cante. La Rosalía de aquella época.

https://www.elconfidencial.com/alma...ones-espanolas-historia-curiosidades_2352504/



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http://www.altafulla.com/ad_lit/covarrubias.htm
https://www.google.com/url?sa=i&sou...aw00PPoRh5f8yP9OaLNHbXEf&ust=1574985987760900
https://www.abebooks.fr/rechercher-livre/titre/tesoro-lengua-castellana/ancien-occasion/
 
Los 21 mejores libros del siglo XXI
Un jurado de 84 expertos ha escogido para Babelia los títulos más relevantes de las dos primeras décadas del milenio



mejores libros




30 nov 2019

"Hacer listas", escribe Alberto Manguel en su Diario de lecturas, “da lugar a cierta arbitrariedad mágica, como si la simple asociación pudiera crear sentido”. Pues bien, ¿qué sentido se puede encontrar en una lista que trata de hacer balance de las dos primeras décadas del siglo XXI? Empecemos por el principio. El martes 11 de septiembre de 2001, dos aviones de pasajeros secuestrados por terroristas suicidas derribaron las Torres Gemelas de Nueva York, mataron a casi 3.000 personas y cambiaron el mundo para siempre. De paso, mandaron al trastero de las hipótesis la teoría hegeliana del fin de la historia reciclada por Francis Fukuyama tras la caída del muro de Berlín y zanjaron la discusión sobre si el siglo XXI empezaba en el año 2000 o en 2001. La guerra de las galaxias se quedó en choque de civilizaciones. Los ordenadores pasaron la prueba del efecto 2000, pero sus usuarios —la nueva gran palabra— entraron en la era del miedo, la inseguridad, la precariedad, la intimidad (pública) y la realidad (virtual).


El futuro había llegado tan pronto en forma de metralla que los cines se llenaron de remakes; las librerías, de cánones, recuentos y resúmenes y listas de lo muy muy y lo más más (que había que ver, leer y escuchar… antes de morir). También de relatos con un fondo de historia universal y libros de no ficción o de autoficción que dan tanto valor a la trama como a su making-of. Incapaz de imitar a una realidad presente que parecía de novela, la literatura se volcó en el pasado, en la memoria (histórica y a secas), en las investigaciones periodísticas, en la primera persona y en la propia literatura, que se volvió metatodo.

De ahí el triunfo absoluto de 2666, un libro total compuesto de cinco partes y publicado en otoño de 2004, al año siguiente de la muerte de su autor. Desde Borges —retratado minuciosamente por Adolfo Bioy Casares en un diario ya ineludible—, ningún escritor ha influido tanto como Roberto Bolaño en las nuevas generaciones. Que sus libros empezasen a publicarse en Anagrama y actualmente lo hagan en Alfaguara —las dos editoriales más presentes en la lista de Babelia— es otro síntoma del peso de algunos sellos en la creación del gusto contemporáneo.



El escritor chileno Roberto Bolaño, en 1997.


El escritor chileno Roberto Bolaño, en 1997. MANOLO S. URBANO


Acaso por una mera cuestión generacional, la literatura canónica de las dos primeras décadas del siglo XXI se ha ocupado de hurgar en las heridas del XX. Las guerras mundiales, la guerra civil española, la posguerra, la descolonización, las migraciones, el apartheid, las dictaduras latinoamericanas, la caída del imperio soviético, los feminicidios en Ciudad Juárez o las turbulencias en Oriente Próximo pueden rastrearse en la obra del propio Bolaño, Ian McEwan, W. G. Sebald, Javier Marías, Javier Cercas, Tony Judt, Mario Vargas Llosa, J. M. Coetzee, Zadie Smith, Svetlana Aleksiévich, Emmanuel Carrère, Marjane Satrapi o Edmund de Waal.

Pero si esos autores empiezan a ser canónicos no es solo por los temas que abordan, sino por el modo en que lo hacen: mezclando realidad y ficción, narración y reflexión, dinamitando los géneros tradicionales o dejando que su intimidad sin filtros discuta con la historia universal. Ese yo con voluntad de nosotros es el que ha producido además títulos como los de Joan Didion, Lucia Berlin, Anne Carson y Raúl Zurita —que tituló su obra magna con su propio apellido—, pero sobre todo los seis volúmenes de Karl Ove Knausgård.

También la gran historia y la intimidad cruda están presentes en títulos del siglo XXI tan exitosos como El Código Da Vinci, El niño con el pijama de rayas o Cincuenta sombras de Grey. ¿Por qué no están en esta lista? Tal vez porque no cuadran con la definición que el crítico Northrop Frye acuñó para la “gran literatura”: aquella que es “dueña de una visión siempre más vasta que la de sus mejores lectores”. El poeta Wystan Hugh Auden lo matizó así: “Hay libros que han sido injustamente olvidados; ninguno es injustamente recordado”.

La crisis económica de 2008 sumó la indignación a la inseguridad y dio la razón a una novela premonitoria publicada en España un año antes: Crematorio, de Rafael Chirbes. De paso, empoderó —el verbo del siglo— a un género y a una generación. El feminismo y el ecologismo son por ahora la respuesta más contundente a una deriva insostenible que va camino de convertir en realismo puro una novela de, digamos, ciencia-ficción como La carretera, de Cormac McCarthy. Protagonizada por dos hombres solos —un padre y un hijo— que vagan por un planeta devastado, la distopía del autor estadounidense incluye en sus páginas algo que se parece a una definición de la literatura de hoy: “Dios no existe y nosotros somos sus profetas”.



1. '2666', Roberto Bolaño

"2666 es lo mejor de una producción literaria prematuramente interrumpida", escribió Ana María Moix en Babelia en 2004, "Amalfitano, uno de los protagonistas de la segunda de las cinco partes o novelas que componen 2666, obra póstuma de Roberto Bolaño (1953-2003), rememora desde México una conversación sostenida, hacía años en Barcelona, con un joven farmacéutico que pasaba sus noches de guardia leyendo. Al joven le gustaba leer novelas breves como La metamorfosis, de Kafka; Bartleby, el escribiente, de Melville; Un corazón simple, de Flaubert, o Un cuento de Navidad, de Dickens, títulos que escogía en lugar de El proceso, Moby Dick, Bouvard y Pécuchet o El Club Pickwick, novelas largas de los citados autores. 'Qué triste paradoja, pensó Amalfitano', escribe Bolaño. 'Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren caminos en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros (...)'. Y, de hecho, eso es 2666: una gran obra torrencial, que abre caminos en lo desconocido". Moix apunta que las cinco partes de esta gran obra pueden leerse por separado, pero se perdería la grandeza que alcanzan juntas.



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'Austerlitz', W. G. Sebald


La novela del alemán W. G. Sebald (1944-2001) narra la odisea vital de un hombre sin historia llamado Jacques Austerlitz en busca de ese tejido perdido en el tiempo que son sus padres. El protagonista camina sobre los restos de una devastación insoportable después de dos guerras. “Austerlitz es una formidable representación del destino del hombre moderno llevado a un extremo: el del desarraigo extremo; también lo es de la capacidad de supervivencia del ser humano”, escribió en estas páginas José María Guelbenzu en 2002. Traducción de Miguel Sáenz.


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Continúa..

 
FERIA INTERNACIONAL DE LIBRO DE GUADALAJARA
Literatura mexicana a ras de suelo
Las novedades editoriales presentes en el certamen están atravesadas por la no ficción como herramienta para contar los conflictos de la migración, la violencia o el colonialismo




Un grupo de migrantes, en abril de 2018 en el techo del tren conocido como La Bestia a su paso por Matías Romero


Un grupo de migrantes, en abril de 2018 en el techo del tren conocido como La Bestia a su paso por Matías Romero JEOFFREY GUILLEMARD/HAYTHAM-REA




DAVID MARCIAL PÉREZ
Guadalajara (México)
2 DIC 2019


Un road trip para enterrar a un santo poeta, otro viaje siguiendo las huellas de niños migrantes, la historia criminal de una mina, la asfixia tras un familiar desaparecido, crónicas desde el yo y personajes al límite. Los materiales de no ficción atraviesan las novedades editoriales mexicanas y despiertan preguntas antiguas que vuelven a saltar con fuerza. ¿Cómo hacer literatura ante la devastación? ¿Qué lugar ocupan los géneros? ¿Para qué sirve la ficción?


El método de trabajo de Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983) es siempre el mismo: una acumulación en serie de libros, canciones, pinturas y notas en una libreta que van entrando en conversación, enfocando las intuiciones de la autora. Su último libro, Desierto Sonoro (Sexto Piso) es el archivo de un viaje por el sur de EE UU, la crónica de una ruptura de pareja, un relato sobre la migración y la crianza, un canto épico y una reflexión sobre cómo integrar ética y estética en la conformación de un texto circular que se alimenta de sí mismo.


Durante el proceso de trabajo, Luiselli fue marcando la línea entre lo posible y lo deseable. “Estaba trabajando como traductora en la Corte de migración y de manera natural empecé a vaciar en la novela ficcionalizaciones de los testimonios reales de violencia. Hasta que me di cuenta que eso estaba mal. Estaba haciendo una novela ilegible y además no estaba cumpliendo mi labor con integridad ética. Agarrar la voz de un niño o una mujer que han sufrido violencia extrema y llamarlo ficción es problemático”.

Entonces se detuvo y cambio de planes. Con los mismos materiales alumbró, Los niños perdidos (2016), un ensayo en primera persona sobre la dramática odisea que vivieron los menores no acompañados en tiempos pre-Trump. “Me faltaba un porqué para la ficción, me parecía un artificio innecesario para lo que yo quería denunciar. Creo que Los niños perdidos fue la mejor respuesta posible: una forma literaria transparente, sin enormes pretensiones estéticas ni de arquitectura, con un desarrollo bastante lineal y directo”.

Cuando terminó, volvió al laboratorio de la novela. “Así como a veces la ficción es innecesaria, otra veces es indispensable. Por ejemplo, para cuestionar la propia labor de la ficción. Escribir la novela me condujo a una indagación honesta y urgente sobre cómo documentamos el mundo para producir ficción, sobre cómo moverse éticamente en un archivo que nos sirve para producir ficción, y sobre como pensar nuevos géneros que documenten el mundo”.




Eduardo Rabasa y Julian Herbert posan en la FIL


Eduardo Rabasa y Julian Herbert posan en la FIL HECTOR GUERRERO EL PAÍS




Julian Herbert (Acapulco, 1971) es otro maestro de lo híbrido. “Yo ubico el género donde empiezo pero luego los textos hacen lo que les da la gana. No me preocupa. Lo que más me interesa es buscar el lugar de la voz”, cuenta a propósito de Ahora imagino cosas (Random House), una recopilación de crónicas que van desde lo gonzo, a lo ensayístico, lo poético o el reportaje canónico. Esta vez, eso sí, apartado de la autoficción, una de sus armas preferidas desde la explosiva Canción de Tumba (2011). “En este libro he sido muy estricto. Las libertades tienen que ver con el estilo y con la flexibilidad de subgéneros”.

La primera persona, en todo caso, inunda todos los textos. En el titulado Ñoquis con entraña, la narración arranca como un flujo de conciencia que recorre las mesas de un festival de literatura en Chile. En paralelo, Herbert se topa con un feminicidio y comienza un segundo relato de investigación más clásico pero entreverado con los cambios vitales del autor.

“El seguimiento del caso me tomó por sorpresa, pero rápido surge la conexión con que he dejado de beber. Aún no sé muy bien cómo, pero creo que hay una relación entre vivir en una realidad tóxica y la intoxicación del alcohol. Desde una posición de feminista no militante, algo ha cambiado en mi punto de vista sobre lo femenino a través de mi nueva abstinencia”. El resultado es un texto plagado de reflexiones acerca del lugar desde el que se escribe y con cierto ritmo jazzístico. “La forma que eliges no es consciente, hay una pulsión que hace que el fondo y la forma se retroalimenten”.

Más enriquecidos aún son los textos de Verónica Gerber (Ciudad de México, 1981). Si en su primera novela, Conjunto vacío, echaba mano de diagramas y dibujos para dar cuenta de la ausencia y la precariedad, en La compañía(Almadía) vuelven a aparecer los diagramas, las fotos, los croquis y los mapas para diseccionar las secuelas ambientales, sociales y psicológicas de una antigua mina de mercurio en el estado de Zacatecas.

En el debe del texto, otra batidora de géneros: un cuento de otro autor intervenido por Gerber, un relato de ciencia ficción, decenas de informes académicos y entrevistas. Todo oportunamente despiezado y presentado como un depósito de memoria colectiva. “Primero intenté una crónica en primera persona, pero me sentía muy incómoda al estar yo tan presente en un lugar del que no soy y no pertenezco. Decidí mejor actuar como una editora y que todas las voces en su polifonía cuentan la historia que ya de por sí está llena de huecos”.

Empachados de realidad
Para Luis Felipe Fabre (Ciudad de México, 1974), la saturación de realidad en los distintos formatos artísticos contemporáneos responde, en parte, a un interés comercial. “Nunca el documental ha vivido un momento de más auge y en la literatura ocurre lo mismo: lo que más vende es lo que se vende como real”. En la línea de su último libro, Declaración de las canciones oscuras (Sexto Piso), una recreación entre el deseo y el delirio del traslado del cadáver de San Juan de la Cruz, lanza una metáfora del siglo de oro: “¿no nos estará pasando el síndrome del Quijote? ¿No nos estaremos empachando con noticias, en vez de con novelas de caballería, y experimentando esa banalización de la realidad?”

A partir de los hechos históricos, buceando en biografías, en los poemas y prosas explicativas de San Juan, Fabre interviene sin perder de vista que “dentro de la propia realidad ya estamos operando con ficciones” “Además –añade– los propios textos hagiográficos ya son los suficientemente ambiguos como para que entre la ficción”. Por ejemplo, las crónicas sobre cómo los fieles se comían el pus de las llagas del santo o le arrancaron el meñique de un mordisco. “Era la época justo posterior a la Conquista y los episodios de canibalismo que tanto escandalizaban. Pero parece que la interpretación del horror depende del marco cultural. Yo he pretendido hacer un retrato desde una exEspaña de una España caníbal”, apunta sobre uno de los múltiples ángulos –ensayístico, poético, teatral, humorístico– de su texto.

El humor es otro de los ingredientes utilizados por Eduardo Rabasa (Ciudad de México, 1978) en su primer libro de cuentos, El destino es un conejo que te da ordenes (Pepitas de Calabaza). Una selección personajes al límite anclados en los arquetipos mexicanos deformados: un cacique paranoico atrincherado en una ratonera por sus desmanes corruptos, una solución rectal que proporciona un invencible carisma político. La sátira política de sus dos novelas anteriores vuelve a aparecer como una poderosa herramienta: “La sátira te permite llevar la realidad al límite del absurdo y arrojar mucha luz sobre lo que consideramos normalidad cotidiana. Y en un país como México donde lo absurdo es el pan de cada día, la sátira es más muy útil”.

En su primera novela, Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982) entra al fondo de las angustias de su país. Parte del secuestro de un niño para desplegar una trama en doble hélice y en primera persona: una madre que pierde a su hijo y la nueva-madre que se queda con el pequeño. “Quería problematizar lo que pasea con las ausencias y también con ese dolor y paranoia que tenemos todos los mexicanos, que creemos que siempre nos va a pasar algo malo”. Con un bagaje académico en el mundo de la sociología, Navarro dejó a un lado el ensayo o la crónica y escogió la ficción: “Porque te permite dar rienda suelta a las emociones, además de hablar y decir lo que tú quieras sin una postura ideológica sobre lo que es bueno o malo”.

La segunda mujer de su Casas vacías (Sexto Piso) es una secuestradora. Pero a la vez, también ha desparecido su hermano, tiene una relación abusiva y violenta con su pareja y todo su entorno. “La ciencia y el derecho no quieren ver ciertas cosas pero en la literatura te puedes descontrolar y profundizar en la humanidad de víctimas y victimarios para entender mejor el mundo”.



LOS JÓVENES NUEVOS TALENTOS MEXICANOS
La siguiente generación de las letras mexicanas, entre los 20 y los 30, ya va asomando la cabeza por la industria y la crítica internacional. La FiL ha organizado por segunda año una selección de autores jóvenes. En la edición de este año destaca Jorge Comensal con su novela Las mutaciones, de reciente publicación en España y Latinoamérica por Seix Barral; y Aniela Rodriguez con El problema de los tres cuerpos, editada en España por Minúscula. Este año ha aparecido también la Antología de nuevas poetas mexicanas, compilada por el escritor peruano y profesor de literatura en la Universidad Brown, Julio Ortega.





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Sipnosis:
Canción de tumba narra la azarosa vida de Guadalupe Chávez, prost*t*ta y madre del narrador que, a lo largo del libro, se encamina hacia la muerte, víctima de leucemia. La enfermedad de Guadalupe impone al protagonista un ejercicio autobiográfico que lo llevará a sumergirse en su infancia y su juventud, al tiempo que indaga en la compleja relación con su madre, con sus propios hijos y con su país, México, asolado por la corrupción, la violencia y la destrucción. La novela de Julián Herbert saca esqueletos del armario, crea una voz narrativa genuina y febril, dibuja un México desalmado poblado por personajes que ya forman parte de lo mejor de la literatura en español. Canción de tumba es poesía, música y una lectura inagotable.



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Sipnosis:

Conjunto vacío, primera novela de Verónica Gerber Bicecci, es una historia construida con una dura e infinita belleza; un relato en el que la escritura va de la saturación al vacío, y en el que la prosa experimenta un viaje que parte de la normalidad y se mueve hacia la extrañeza. Estamos ante un libro tremendamente original en su manera de contar, en el que se utilizan tanto recursos narrativos (párrafos cada vez más cortos, capítulos cada vez más sintéticos) como lingüísticos (escrituras ilegibles, disgrafías, lenguajes infantiles, idiomas inventados) o gráficos (los diagramas de Venn que se utilizan en la teoría de conjuntos) con el fin de completar una historia que conquista al lector desde la primera línea.

Conjunto vacío narra la desaparición de la madre del personaje principal, Verónica, hija de exiliados argentinos en México. Tras ser abandonada por su pareja, que se ha enamorado de otra persona, la protagonista regresa a la casa de su madre. Su historia reconstruye la generación de hijos del exilio, la relación entre imagen y palabra, el desdoblamiento y el juego de espejos que produce el silencio y lo «no dicho». Reconocida por críticos y escritores como la mejor novela publicada en México el año pasado, Conjunto vacío es un texto que no debe pasar desapercibido para los buenos lectores de la península Ibérica.
 
Cinco libros para entender la China contemporánea
Seleccionamos un conjunto de textos, académicos y literarios, para acercarse y comprender mejor la situación actual de la potencia oriental



SANTIAGO TRIANA SÁNCHEZ
Madrid 3 DIC 2019



Varios estudiantes de una universidad de la provincia de Anhui ondean banderas de China, en 2018.


Varios estudiantes de una universidad de la provincia de Anhui ondean banderas de China, en 2018. STRAFP




En el ajedrez de la geopolítica mundial, China es una de las piezas fundamentales del juego. El espectacular crecimiento económico de las últimas décadas ha llevado al país a una posición en la que compite con Estados Unidos por ser la primera potencia del planeta. Ese desarrollo le ha permitido sacar a millones de personas de la pobreza, al tiempo que vive apegado a una economía de mercado con una fachada comunista. Sin embargo, el éxito en el plano económico se ve solapado por el manejo de la vida cotidiana de sus habitantes. El Gobierno, respaldado por un poderoso Partido Comunista, usa macrosistemas de vigilancia e impone severos controles a las personas. Además, como revelaron los cables secretos de China publicados por EL PAÍS, hay un sistema de represión y acoso a la etnia musulmana uigur. Para lograr un acercamiento a la potencia oriental, seleccionamos cinco libros que permiten comprender la complejidad de un país lleno de sombras.



1. Leadership and the Rise of Great Powers (El liderazgo y el ascenso de los grandes poderes) - Yan Xuetong (2019). Este texto académico se ocupa de explicar que el mundo está entrando en una etapa bipolar en la que China y Estados Unidos compiten por el control hegemónico. Mientras la potencia norteamericana retrocede lentamente, la oriental avanza a pasos agigantados. Según el autor, esa situación de falta de liderazgo claro incrementará los conflictos y la violencia. Al mismo tiempo, dice el texto, Europa perderá su posición y el centro del poder mundial se moverá a Asia Oriental. El ensayo afirma que hay pocas posibilidades de un enfrentamiento militar entre China y Estados Unidos, porque Pekín apunta a subir al primer lugar del podio internacional a través de la fuerza de su economía.


Cinco libros para entender la China contemporánea




2. Los besos de Lenin - Yan Lianke (2015). El libro cuenta la historia de un apartado pueblo montañoso que vivió prósperamente hasta que un revolucionario convenció a sus habitantes de abrazar el socialismo. Sin embargo, el proyecto no sale como espera y pide a los pobladores volver a su estilo de vida anterior, pero una tormenta de nieve daña los campos y la aldea cae en una crisis económica. Un funcionario llega al lugar, dispuesto a socorrer a los habitantes, e idea un proyecto para sacar provecho de las habilidades particulares de los pobladores. La idea, al final, es obtener beneficios suficientes para comprar a Rusia la momia de Lenin y convertir al pueblo en un destino turístico para liberar a sus habitantes de tener que trabajar en el futuro. La narración deja en evidencia la ironía propia de la sociedad china y la esquizofrenia del capitalismo salvaje oculto detrás del socialismo a la china que propaga el Partido Comunista.


Cinco libros para entender la China contemporánea




3. Les nouveaux communistes chinois (Los nuevos comunistas chinos) - Mathieu Duchâtel y Joris Zylberman (2012). Esta obra recoge cerca de cincuenta entrevistas no publicadas antes para auscultar en el núcleo del Partido Comunista Chino(PCCh), la institución en la que se basa el régimen de ese país. Con 80 millones de miembros, el PCCh es la organización más grande del mundo, pero también una de las más turbias. En este libro, los autores intentan indagar cómo funciona la organización, qué tanto creen sus militantes en la lucha marxista-leninista en la actualidad, quiénes son sus nuevos miembros y por qué adhieren al partido.
Cinco libros para entender la China contemporánea




4. En busca de mi hermana china -Georgina Higueras (2018). Es una novela histórica que narra la llegada de una joven española a China para estudiar en la Universidad de Pekín. Allí entabla una gran amistad con su compañera de habitación, que es china, y cuya familia ha vivido varios de los hechos más importantes del país durante el siglo XX. Treinta años después, y tras irse a vivir a México, la protagonista regresa para buscar a su gran amiga en medio de una población de más de mil millones de personas. La familia de la joven china es el hilo conductor de la historia, que recrea los principales acontecimientos en el país durante los siglos XX y XXI, y del ambiente que hay en un país que pasa de la pobreza y el aislamiento a convertirse en una superpotencia que cambia radicalmente la vida de las personas.


Cinco libros para entender la China contemporánea




5. China Moderna - Xulio Ríos (2016).En menos de 200 páginas, el autor trata de explicar de una manera sencilla la estructura y el complejo funcionamiento del régimen chino en la actualidad. Cuenta las ansias del país por desempeñar un papel relevante internacionalmente y describe el proyecto del omnipresente Partido Comunista, que es de características más históricas y culturales que ideológicas, a pesar de que el régimen, con rasgos muy cercanos al capitalismo, se ha negado a abandonar las ideas socialistas. El libro es, entonces, una guía para comprender la transformación y el veloz crecimiento de un país que pelea por convertirse en la primera potencia del mundo.


Cinco libros para entender la China contemporánea




Y un libro extra. The Good Women of China: Hidden Voices (Las buenas mujeres de China: voces ocultas) - Xuē Xīnrán (2003). Es una obra de características muy humanas. Recoge las historias de varias mujeres chinas que llamaban al programa de radio que la autora dirigió durante siete años para hablar de su vida diaria. El espacio radial, que se emitía entre las 10 y las 12 de la noche, pronto obtuvo fama en todo el país, y se convirtió en una muestra de lo que significa ser mujer en China. Las historias dan voz a las personas comunes, más allá de lo que intenta reflejar la avasalladora estructura del Partido Comunista, y ofrece una idea muy cercana de cómo es vivir, a diario, en un país sombrío.


Cinco libros para entender la China contemporánea



La selección de estos libros ha sido hecha tras consultar a expertos de la situación social, política y económica de China. Ellos son la periodista Ana Fuentes, excorresponsal de EL PAÍS en Pekín; el ensayista Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China; y la periodista y escritora Georgina Higueras, excorresponsal para varios medios en Asia.

 
Un puente llamado Siri
La escritora estadounidense Siri Hustvedt difumina las fronteras entre ciencia y literatura; cuerpo y memoria y lo masculino y femenino en la FIL




La escritora estadounidense y premio Princesa de Asturias de Literatura, Siri Hustvedt, en un pasillo de la FIL.


La escritora estadounidense y premio Princesa de Asturias de Literatura, Siri Hustvedt, en un pasillo de la FIL. GLADYS SERRANO




LUIS PABLO BEAUREGARD
Guadalajara (México) 5 DIC 2019




Una cabeza sobresale en medio del mar de nucas reunidas en el vestíbulo del hotel Hilton de Guadalajara. El cráneo de Siri Hustvedt (Minnesota, 1955) se asoma como un girasol entre un grupo de mujeres que la rodea y habla con ella viéndola hacia arriba. Los 182 centímetros de largo de la escritora estadounidense, premio Princesa de Asturias de las Letras 2019, son buena forma de romper el hielo. En 1986, durante un viaje con su hermana Liv a China, alguien les tomó una foto. Cuando vio la imagen de esa figura que pudo haber sido pintada por Giacometti entre los pekineses comprendió las miradas que recibía. “Solo cuando te ves desde fuera es que entiendes”, dice la escritora, quien calza zapatos planos parecidos a los de una bailarina y que viste un holgado pantalón por encima de la cintura, que la hace parecer aún más alta.

Esta es la primera vez de Hustvedt en Guadalajara, pero no su primer viaje a México. No recuerda con exactitud cuándo fue que visitó por primera vez el país que hoy la acoge. Cree que pudo haber sido a mediados de los años 90, cuando acompañó a su marido, el también escritor Paul Auster, a promocionar Leviatán (Anagrama, 1993). También le llegan imágenes de una estancia en un fantasmal hotel de Taxco (Guerrero), que visitó con su hija Sophie. Confiesa que las memorias de sus viajes se emborronan y los recuerdos se solapan. “Recordamos en el presente y el presente afecta el pasado. No hay un hecho original al que puedas recordar”, dice. A pesar de esto, asegura que aquel primer viaje la dejó “manchada por los colores y marcada por la experiencia”. La frase le sale al ver los cojines bordados de colores chillones de la sala de espera para los escritores que visitan la Feria Internacional del Libro.


Es curioso que las fechas y momentos cotidianos se difuminen en la mente de una escritora brillante. Sus novelas y ensayos están llenos de datos meticulosos. Al igual que su conversación. Minutos antes de dirigirse a una conferencia de prensa, donde hablará de su nueva novela, Recuerdos del futuro (Seix Barral, 2019), Hustvedt dice que Auster siempre se enferma del estómago al visitar México. La última ocasión fue en 2017. Y para hacer un dato trivial verdaderamente memorable, la escritora cita un experimento de los años 70. Un grupo de científicos alimentó a ratones con drogas o azúcar en una de las primeras investigaciones sobre el efecto placebo. La muerte de ratones que solo habían tomado agua endulzada permitió concluir que los sistemas nervioso e inmunológico estaban más conectados de lo que se creía. “Las cosas no solo ocurren en nuestra mente”, explica la autora de Todo cuanto amé (Seix Barral, 2018). La anécdota sobre el débil aparato digestivo de su esposo le permite teorizar sobre la relación entre el cuerpo y la mente, una obsesión intensificada dentro de su obra desde 2006, cuando sufrió un extraño ataque que la hizo convulsionarse violentamente mientras leía una elegía en honor de su padre, fallecido dos años atrás.


Para hablar de los hallazgos accidentales que suelen alegrar la vida a los científicos, Hustvedt citaría minutos después otro estudio de italianos que se encaminaron al hallazgo de las neuronas espejo a mediados de los 90 al ver a un mono que imitaba a otro mientras comía. Para seguir vigente en las obsesiones de prolífica autora de divulgación, la escritora mantiene una disciplina estricta. Cuando está en su casa de Park Slope, en Brooklyn, dedica a la lectura cuatro horas todas las mañanas. En el menú incluye numerosos artículos científicos a los que tiene acceso por formar parte de la facultad de Medicina de Weill Cornell, en Nueva York, y a sus numerosas publicaciones en revistas especializadas en psiquiatría y neurociencias, además de su obligación de dar una conferencia al mes sobre algún tema científico.

Hustvedt pasea su corta melena color Paj* por la FIL. Es uno de los rasgos más característicos de la autora junto a sus ojos de azul profundo, ambas herencias de su estirpe noruega. Hace un par de años, Hustvedt escribió un texto para el libro Me, My Hair and I: Twenty-seven Woman Untangle an Obsession donde aborda el peso social del pelo. “Las connotaciones infantiles y de tonta que tiene ser rubia pueden explicar por qué he soñado varias veces con un corte a rape”, escribió. En el texto, antes de hilvanar a Freud con Rapunsel, la autora habla de Iris, la protagonista de su primera novela, Los ojos vendados (1992). La heroína se corta la cabellera en un periodo transformativo. Iris pasa a ser un masculino Klaus que deambula por Manhattan vestido con un traje. El proceso pone en duda la noción de que las apariencias son puramente superficiales.

Hustvedt ha visitado Guadalajara con la intención de borrar fronteras. Por la mañana, frente a los periodistas, habló de literatura, feminismo y su obra. También respondió las preguntas que menos le interesaban: las que tenían que ver con su matrimonio. “Lo que mata amistades y romances es el aburrimiento. Nosotros nunca hemos estado aburridos el uno del otro”, dijo a una reportera que quiso saber cómo es la vida con otro escritor.

La figura literaria cedió a la gigante del pensamiento todoterreno por la tarde. La conferencia Historias de una vagabunda intelectual cautivó al auditorio Juan Rulfo con un tema que atrapa inmediatamente la atención de todo mexicano: las fronteras. “¿Cuáles son esas palabras e imágenes que están dentro de nuestra cabeza y cómo trazamos los límites o las fronteras entre las cosas? ¿Están dentro de la persona que las percibe o fuera en el mundo real? ¿Cuál es la relación entre las fronteras internas y las externas?”, preguntó a los asistentes.

Hustvedt leyó durante cerca de una hora un texto. Su mano izquierda, guardada dentro del bolsillo de su pantalón. La suave voz de tono académico condujo un viaje que comenzó a los 14 años en las cuatro esquinas de su país, la división entre Arizona, Colorado, Nuevo México y Utah. El recorrido iniciado en la infancia se convirtió en un destino que pone en duda todo límite. No solo los geográficos entre las naciones. También difumina —con ayuda de la filosofía, la biología y la neurociencia— las fronteras entre el cuerpo y la mente; y las supuestas diferencias creadas gracias a una narrativa autoritaria entre lo masculino y lo femenino. “El deseo de señalarlo todo en un mapa anatómico, de establecer límites precisos entre una cosa y otra se ha convertido en una resistencia a tolerar las fronteras mal definidas”, explicó la autora. Siri Hustvedt es un puente que ayuda a explorar estos territorios desconocidos de límites impuestos.




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LIBROS
Cuando el clima cambia el relato
La preocupación por el planeta salta de los libros de investigación a la narrativa, la historia y hasta las novelas de espías de Le Carré


GUILLERMO ALTARES
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6 DIC 2019




Osos polares en Belushya Guba, en el norte de Rusia.


Osos polares en Belushya Guba, en el norte de Rusia. ALEXANDER GRIR AFP/GETTY IMAGES




Un hombre decente (Planeta, 2019), la última novela de John le Carré, transcurre en el Reino Unido en un momento de máxima desconfianza hacia Europa, con la sensación de que todo lo que puede ir mal irá mal entre los viejos aliados. Como asfixiante telón de fondo, sus personajes se encuentran sometidos a un calor insólito para Londres. El escritor británico reconoce que es un tema que le preocupa muchísimo y por eso quiso introducirlo como parte del escenario en su libro. “Estamos hablando de prioridades para la supervivencia de la humanidad. Para mis hijos, mis nietos, mis bisnietos es el mayor problema del planeta”, declaró en una entrevista este verano. El cambio climático ha saltado de los libros de investigación, incluso de la ciencia-ficción (cli-fi se llama el subgénero dedicado a los desastres climáticos), para formar parte de la manera en que se mira y se narra el mundo, desde la literatura hasta la economía o la historia. No solo ha transformado la forma en que se intuye un futuro cada vez más inquietante, como queda claro en los informes que se están presentando estos días en la COP 25 que se celebra en Madrid, sino también el relato del pasado y el presente.

“¿Qué cambia en una sociedad cuando cambia su clima?”, se pregunta el ensayista alemán Philipp Blom al principio de su nuevo libro, El motín de la naturaleza (Anagrama, 2019), una historia de la Pequeña Edad de Hielo que entre 1570 y 1700 provocó uno de los periodos más terribles de la historia humana, marcado por las malas cosechas, el hambre, los desastres y las guerras. Este siglo maldito —título de un ensayo sobre la misma época que publicó en 2013 el británico Geoffrey Parker— permite estudiar como ningún otro periodo en la historia la forma en que el clima puede influir en una sociedad. “¿Qué efectos mediatos e inmediatos tiene en su cultura, en su horizonte emocional e intelectual, una transformación de las condiciones marco naturales? El largo siglo XVII brinda la posibilidad de estudiar y comprender los efectos del cambio climático en todos los aspectos de la vida humana”, prosigue Blom. Cada vez más autores se hacen estas mismas preguntas.



Un granjero ante una poza seca en Goolhi, Australia.


Un granjero ante una poza seca en Goolhi, Australia. DAVID GRAY GETTY IMAGES




“El cambio climático ha cambiado la forma en que muchas personas ven el mundo, aunque no lo suficiente”, explican el filósofo de la ciencia Philip Kitcher y la profesora emérita del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) Evelyn Fox Keller, autores de Y vimos cambiar las estaciones. Cómo afrontar el cambio climático en seis escenas (Errata Naturae, 2019). “Una gran parte de la población humana permanece, comprensiblemente, centrada en las dificultades de la vida cotidiana. Debido a que la conciencia climática se ve retrasada por las absurdas y destructivas políticas de algunos líderes, como Donald Trump, muchos creadores en las humanidades y las artes han participado en proyectos de concientización, en particular escribiendo novelas y guiones, y a veces examinando las formas en que las civilizaciones se han derrumbado”.

La dominicana Rita Indiana en La mucama de Omicunlé (Periférica, 2015), que transcurre en un mundo destruido por un gran huracán, o los españoles Daniel Ruiz en El calentamiento global (Tusquets, 2019), una novela cargada de ironía sobre las grandes mentiras y el doble lenguaje de las empresas en este terreno, y Álvaro Colomer con Ahora llega el silencio (Montena, 2019), un relato que transcurre después de un cataclismo climático que recibió el Premio Jaén de Literatura Juvenil, han realizado incursiones en un género que refleja la creciente preocupación por el destino del planeta. La estupenda novela policiaca de Jane Harper Años de sequía (Salamandra, 2018) no se puede entender sin lo que está ocurriendo en la atmósfera, en este caso un profundo cambio en la tierra roja de Australia como consecuencia de la desaparición de la lluvia; mientras que Algo, ahí fuera (Alianza, 2016), del italiano Bruno Arpaia, transcurre en una Europa devastada por el clima que padece una crisis de refugiados. La editorial madrileña Episkaia publicó hace un año Estío, que reunía 11 relatos sobre el cambio climático de autores españoles como Aixa de la Cruz, Cristina Morales o Eva Cid. “Recuerda la lluvia y las frutas y las verduras y los supermercados con estantes específicos para el cuidado del cabello y para el cuidado de la ropa y para el cuidado femenino”, escribía Aixa de la Cruz en su cuento, ‘Amaiur’, con la nostalgia de un mundo que se consume a sí mismo.



Un bosque quemada en el Amazonas.


Un bosque quemada en el Amazonas. JOAO LAET AFP / GETTY IMAGES



Los últimos libros de Robert Harris (The Second Sleep, 2019) o de John Lanchester (The Wall, 2019), todavía no traducidos, transcurren en un planeta ya destruido por la humanidad. Encajarían en la ciencia-ficción climática, aunque se trata de autores cuya obra ha encontrado una difusión que va más allá de los lectores habituales de este género. Otros escritores, como Jonathan Franzen, autor de Las correcciones y de Libertad, y Jonathan Safran Foer, que acaba de publicar Podemos salvar el mundo antes de cenar (Seix Barral, 2019), han tomado una posición pública muy clara e influyente en la primera línea de la lucha para mitigar la crisis climática. Safran Foer, que ya había publicado Comer animales, insiste en que es necesario un cambio total en los hábitos alimenticios para que pueda sobrevivir nuestra especie. Franzen, por su parte, publicó este septiembre en The New Yorker un artículo, ‘What If We Stop Pretending?’ (¿Por qué no dejamos de fingir?), que hizo mucho ruido porque su tesis era, básicamente, que el apocalipsis climático estaba en marcha y que no había ya forma de pararlo, solo de mitigarlo. Se trata de una tesis inspirada por uno de los ensayos más perturbadores y contundentes de los últimos años, El planeta inhóspito (Debate, 2019), del periodista David Wallace-Wells, que sostiene que, ocurra lo que ocurra, la humanidad se va a enfrentar a todo tipo de desastres porque se ha puesto en marcha un mecanismo que es demasiado tarde para detener (aunque sí se puede frenar). La autora de novela negra francesa Fred Vargas abunda en la misma tesis en La humanidad en peligro, que Siruela editará en febrero.

“La realidad de la crisis climática y el comienzo del Antropoceno han arrastrado en las últimas dos décadas a las humanidades y las artes como un tsunami”, explica el investigador John L. Brooke, profesor de Historia y Antropología en la Universidad de Ohio. Su libro Climate Change And The Course Of Global History. A Rough Journey (Cambridge University Press, 2014) fue uno de los primeros intentos de explicar desde el cambio climático las principales transformaciones en la historia humana, un camino que ya había transitado el profesor de la Universidad de Santa Bárbara Brian Fagan en su ya clásico La pequeña edad de hielo (Gedisa, 2008). “Los escritores, artistas y estudiosos más jóvenes en una gran cantidad de disciplinas han visto los fundamentos de su visión del mundo y del futuro repentinamente asaltados por las predicciones de un futuro global sombrío”, prosigue Brooke. “Impulsados por el imperativo de formar parte de la solución, novelistas, filósofos, arquitectos, escultores, cineastas e incluso bailarines se han levantado para apoyar a los científicos naturales en una avalancha de trabajos destinados a ayudar al público a visualizar la transformación que se avecina de la Tierra tal como la conocemos”.



Inundaciones en Bangladés.


Inundaciones en Bangladés. ZAKIR CHOWDHURY BARCROFT IMAGES



Quizá porque el Caribe se encuentra en la primera línea del cambio climático y porque padece cada vez huracanes más devastadores e imprevisibles, la dominicana Rita Indiana, residente en Puerto Rico, destrozado por el huracán María, fue una de las primeras escritoras en español que situó un libro en un futuro devastado por el clima. “En la novela como en la santería afrocubana, las deidades son deidades vivientes, el océano (Olokun, Yemayá) es reverenciado por su papel en el equilibrio biológico. Hemos jodido la máquina de hacer oxígeno que es el mar, mi novela es menos especulativa y más realista de lo que yo misma quisiera pensar”, explica Indiana.

Daniel Ruiz, el escritor sevillano autor de la novela El calentamiento global, cree sin embargo que la importancia del tema no se ha visto todavía reflejada en las artes. “Creo que la cuestión medioambiental tiene aún poco peso en la literatura que habla de nuestro tiempo”, señala. “Considero, de hecho, que ha tenido más proyección en la novela de género, en la ciencia-ficción y en la literatura distópica que en la novela social. La literatura que habla del medio ambiente, además, me parece muy deudora de Thoreau y de esa visión del hombre frente a la naturaleza que ha acabado convirtiéndose en un lugar común. Echo en falta una literatura que aborde nuestra relación con el medio ambiente y con el cambio climático más crítica, más matizada, más afilada, menos ingenua. El ensayista Santiago Alba Rico se pronuncia en el mismo sentido: “Creo que nuestra época está en una situación de transición, el cambio climático ya no es ciencia-ficción, pero sigue resultándonos ‘increíble’, aunque no dejemos de hablar de él o precisamente porque no dejamos de hablar de él. El cambio climático ya estaba presente de algún modo en Blade Runner (1982), en un futuro tan certero que es ya pasado, pero, si busco en mi cabeza, no encuentro demasiadas obras en la actualidad que asuman la cuestión como parte de la trama”.

Mientras va permeando en la literatura, la historia, la economía, el cine, el arte o la música, los libros de ciencia sobre el clima se multiplican en los estantes de las librerías españolas. Confesiones de un ecologista en rehabilitación(Errata Naturae, 2019), de Paul Kingsnorth; El mundo que nos dejáis(Destino, 2019), de Lucas Barrero; Nuestra casa está ardiendo (Lumen, 2019) y Cambiemos el mundo (Lumen, 2019), de Greta Thunberg, la adolescente que ha iniciado un movimiento que parece imparable; El casino del clima (Deusto, 2019), del premio Nobel William Nordhaus; Excesos. Amenazas a la prosperidad global (Planeta, 2019), del economista Emilio Ontiveros, que dedica un capítulo al clima, son solo algunos títulos recientes que reflejan una situación sobre la que Brian Fagan, uno de los pioneros del salto de la crisis de la ciencia a las humanidades, afirma: “Cualquiera que ignore las señales de advertencia del calentamiento global y el cambio climático es ingenuo y tonto. Sin duda, será uno de los principales problemas a los que se enfrentará la humanidad en las próximas décadas y siglos. Cuanto antes declaremos la guerra al cambio climático, mejor, dondequiera que vivamos. Negar que el desafío existe es simplemente ilusorio”.



LECTURAS SOBRE UN MUNDO QUE CAMBIA

Y vimos cambiar las estaciones Philip Kitcher y Evelyn Keller. Traducción de Silvia Moreno Parrado. Errata Naturae, 2019. 349 páginas. 21 euros

Podemos salvar el mundo antes de cenar Jonathan Safran. Foer. Traducción de Lorenzo Luengo. Seix Barral, 2019. 343 páginas. 19,50 euros

El casino del clima William Nordhaus. Traducción de Diego Sánchez de la Cruz. Deusto, 2019. 448 páginas. 19,95 euros

El planeta inhóspito David Wallace- Wells. Traducción de Marcos Pérez Sánchez. Debate, 2019. 350 páginas 22,90 euros

El motín de la naturaleza Philipp Blom. Traducción de Daniel Najmías. Anagrama, 2019. 343 páginas. 19,9 euros

El calentamiento global Daniel Ruiz. Tusquets, 2019. 384 páginas. 19,50 euros

 
Rebecca West, el clásico de la literatura británica todavía por descubrir
Periodista, escritora y feminista, la autora fue una de las figuras más relevantes de las letras del milenio pasado



ANA MARCOS
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Madrid 7 DIC 2019




La escritora británica Rebecca West.


La escritora británica Rebecca West. MADAME YÉVONDE WIKIMEDIA



Rebecca West consiguió recorrer parte del siglo XX dinamitando cualquier posibilidad de que su nombre y obra se aparejaran a una etiqueta o una ideología. Lo hizo con su particular mirada sobre la historia de Yugoslavia, los juicios de Nuremberg al régimen nazi y su manera de entender el feminismo -entonces concebida como odio a los hombres-. “Nunca he sido capaz de averiguar qué es exactamente el feminismo; solo sé que la gente me llama feminista cada vez que expreso sentimientos que me diferencian de un felpudo”, afirmó. Así, hasta convertirse, en una de las figuras más relevantes de la literatura del milenio pasado.

Nació en 1892 en Londres con el nombre Cecily Isabel Fairfield que rápidamente se cambió a Rebecca West en homenaje a la heroína rebelde de la obra La casa de Rosmer, de Henrik Ibsen. Con 16 años dejó el colegio por una tuberculosis y se convirtió en autodidacta. Ya entonces su padre, un periodista de origen irlandés, las había abandonado. Como en la trilogía La familia Aubrey, una de sus obras de ficción que publica por primera vez en castellano Seix Barral, West y su hermana quedaron a cargo de su madre, una pianista escocesa.

La publicación ahora en España de La familia Aubrey ejemplifica cómo su obra vuelve de manera intermitente, sin orden, a la primera línea literaria. Reino de Redonda editó Un reguero de pólvora y El significado de la traición. Ediciones B publicó en 2001 Cordero negro, halcón gris, una de sus obras más importantes en las que narra la historia de Yugoslavia y que es imposible de encontrar en España. Zut Ediciones (Málaga), Herce Editores (Madrid), Viena (Barcelona), Argos Vergara (Barcelona), Destino (Barcelona) y Erein Argitaletxea (Gipuzkoa) son las otras seis editoriales que han publicado alguna de sus obras de manera puntual.

Con 26 años, West ya firmaba en el semanario feminista The Freewoman. Poco tiempo después publicó su primera novela, El retorno del soldado. Desde 1918 no dejó de escribir, aunque la crítica de antaño nunca fue tan generosa con ella como con sus coetáneas Virginia Woolf y Doris Lessing. En una entrevista en The New York Times, antes de morir, West reconoció el talento de Woolf al mismo tiempo que dibujó su particular relación. “Escribió que tenía los brazos peludos. Le pregunté a mi abogado si podía denunciar a una persona muerta y me dijo que no podría denunciar a alguien, aunque siguiera vivo, por una frase así”, recordó.

Sus primeros artículos periodísticos recogían su experiencia en los movimientos por el derecho al voto de la mujer -en los que se había iniciado en la adolescencia con su hermana- al mismo tiempo que trataban sobre la sexualidad femenina. La escritora reclamó en sus textos la necesidad de las mujeres al s*x*, a amar y desear con “la misma fiereza” que los hombres.

La sexualidad y sus primeras disertaciones -que siempre le acompañaron- sobre la relación entre hombres y mujeres trazaron su camino hasta H.G. Wells. Ella tenía 20 años y el autor de La guerra de los mundos 46 cuando se encontraron por primera vez después de que West le llamara “la solterona entre los novelistas” en una crítica a su novela Marriage. El escritor la invitó a comer pese a la crítica. En la segunda cita, West se quedó embarazada. “Nunca he conocido a nadie como ella, y dudo que antes de ella existiera alguien así”, aseguró él.

Wells, casado en ese momento, compró una casa en el campo para West y su hijo Anthony. La relación se prolongó durante 10 complicados años. “No logro explicarme por qué se ha agotado el amor que me profesabas hace tan solo tres meses. Pero es algo que se me escapa por completo, algo que me revuelve las tripas. Y el hecho de que seas tú precisamente quien me revuelve las tripas me saca todavía más de quicio, porque eres el único obstáculo que me separa de la paz. Es evidente que tienes razón: no tengo nada que ofrecerte. A ti solo te atraen las emociones fuertes y la comodidad”, le escribió por carta, una de las misivas de West que alberga la Universidad de Yale.

Pese a la tortuosa experiencia que culminó con un hijo renegando de su madre, las biografías sobre la escritora recuerdan una de sus frases sobre H. G. Wells: “Es uno de los hombres más interesantes que he conocido. No era fuerte, escribió mucho y fue el padre y la madre de la ciencia ficción”. La manera de Wells de entender la guerra impregnó el trabajo de West que, sin embargo, siempre citó a Mark Twain y Henry James entre sus referentes.

"Reportajes a la altura de la literatura"
Cordero negro, halcón gris (1941) sigue fija como una de sus grandes obras. Un millar de páginas sobre los Balcanes que resultó de su viaje a la región con su marido Henry Maxwell Andrews, un banquero multimillonario. Para entonces West ya se había despojado de su odio al capitalismo que aparecía en algunos de sus textos. Su militancia nunca estuvo cerca de la religión ni de la ideología.

En Un reguero de pólvora West reunió seis reportajes de temática judicial, entre ellos los tres artículos sobre los juicios de Nüremberg que la revista estadounidense The New Yorker le encargó en 1946, 1949 y 1954 originalmente titulados Invernadero con ciclámenes. Una gran producción que, hasta cierto punto, le trajo cierta melancolía.

Siempre aseguró haber echado en falta haber incluido más ficción en sus 20 títulos. “Es como comparar cómo suena la música y un discurso: ofrece mejores matices emocionales”, confesó en alguna ocasión sin renegar de su trabajo como periodista para diversos medios estadounidenses. La crítica siempre ha considerado que su reporterismo estaba “al nivel de la literatura”.

Vivió como escribía. Con irreverencia e inteligencia. Como se evidencia en las cartas de Yale. En 1953 escribe a Ingrid Bergman para decirle: “Estoy segura de que quiere mucho a su marido, pero tarde o temprano va a tener que asumir que carece del más mínimo talento. Usted tiene unas aptitudes únicas y una personalidad arrolladora. Me parece absurdo que sacrifique esos dones en favor de su vida sentimental”. A contrapelo. Así se despidió de H.G. Wells: “En los próximos días, no me va a quedar otro remedio que levantarme la tapa de los sesos o cometer un acto aún más devastador que el propio su***dio. Sea como fuere, no pienso tolerar que otros se apropien de mi final”. Casi un epitafio.


BIBLIOGRAFÍA
La familia Aubrey (Seix Barral)
Un reguero de pólvora (Reino de Redonda)
El significado de la traición (Reino de Redonda)

 
150 AÑOS DE SU NACIMIENTO

Gide, el escritor que rechazó a Proust (y al comunismo)
Durante la primera mitad del siglo XX, el gran escritor francés fue reconocido como el contemporáneo capital, indiscutible referencia para medir el rumbo europeo



Foto: André Gide


André Gide


AUTOR
JORDI COROMINAS I JULIÁN
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LITERATURA
NOVELA

07/12/2019


Este noviembre se cumplen ciento cincuenta años del nacimiento de André Gide. Durante la primera mitad del siglo XX fue reconocido como el contemporáneo capital, indiscutible referencia para medir el rumbo europeo, tanto como para levantar inmensas polvaredas allá por dónde pasara entre amores furibundos y odios viscerales. Hoy en día su influencia ha disminuido como la de la misma literatura, aunque el palidecer de su voz es relativo. En un país como Francia, siempre proclive a mimar su pasado, sus obras siguen editándose a buen ritmo, complementadas con biografías y estudios críticos de gran nivel. En España, donde su ascendente se manifestó durante el primer tercio de la pasada centuria, es un eco lejano, comprobable por las dificultades en pronunciar con exactitud la fonética de su apellido, a revalorizar por su decisiva contribución en la invención de un sinfín de géneros, sin olvidar una enorme capacidad para potenciar su primera persona con el objetivo de desmontar los parámetros de lo políticamente correcto y propulsar todas las fuerzas en lucha por emerger de sus destierros.

Gide nació en el seno de una familia acomodada el 22 de noviembre de 1869. Quien quiera comprobar dónde se halla su casa natal podrá teorizar sobre lo idóneo de la ubicación, entre el Panteón y los jardines de Luxemburgo. Desde bien pequeño sintió la diferencia por el credo protestante de su familia y un destino surcado entre la mansión normanda del Clan en Cuverville y la omnipresente presencia de la capital del Hexágono, lugar de estudios y primeros pinitos en las letras, tanto en el instituto por su amistad con el hoy ignorado Pierre Louys como en los salones finiseculares. Todo ello con la fortuna de recibir la bendición de Stéphane Mallarmé en sus célebres martes de la rue de Rome, verdaderas reuniones inmortales por lo granado de sus asistentes, cuna del Simbolismo e indudable foco de modernidad.


De Wilde a la Nouvelle Revue Française
Durante esos encuentros conoció a Oscar Wilde. La anécdota no tendría mayor repercusión de no ser por otra en la argelina localidad de Biskra. En 1893 Gide visitó la colonia magrebí, cénit de cierto exotismo decimonónico reflejado en lienzos y novelas como Bel Ami, de Guy de Maupassant. Al firmar el libro de registro de su hotel descubrió la firma del irlandés y todo su cuerpo tembló. Al cabo de pocas horas, con la inestimable ayuda del gran histrión, mantuvo su primera relación homosexual con un chico de la zona.

Aquí entramos en el relato legendario forjado por el propio autor y palpamos otra prueba de su desmarque de lo convencional. Si podemos explicarlo con claridad es mediante 'Si le grain ne meurt', su autobiografía de juventud, una autoficción culminada con su matrimonio tras la muerte de la madre. El motivo para contraer nupcias justo después fue su prima Madeleine, sin ser consumadas jamás. Se convirtieron en una pareja blanca, no tanto para disimular, sino por la urgencia de concretar una unión sentimental de apoyo mutuo y amor más allá de lo sexual, punto clave para enmarcar a un personaje carcomido por su conducta hasta aceptarla, algo visible en su 'Diario'. En él, a lo largo de más de tres mil páginas -editado en nuestro país sólo parcialmente por Alba- desgrana la vida literaria de su época y sus propios quebraderos de cabeza con inusual maestría, tanta como para exhibirla en público por su enorme ascendente cultural.



André Gide - 'Paludes'


André Gide - 'Paludes'

Eso llegaría con el Novecientos. Antes ofreció la eclosión de la metaliteratura con 'Paludes', novela para romper con el Simbolismo y extraordinaria sátira con el mundillo. El manuscrito se resume a través de la repetición constante de la frase "escribo Paludes", siempre con un tono jocoso y burlón, frescura del irreverente en su empecinada tarea de destruir un circo de pretenciosos, una labor proseguida en 'Les nourritures terrestes', con ese "¡Familias os odio!" como corroboración de su inextinguible voluntad de traspasar su tiempo, desterrar las habituales escalas sucesorias entre estilos y enarbolar la bandera de un estilo propio, personal e intransferible hasta ser él mismo su escuela. La frase "nada es casual en la cronología del Parnaso" será retomada por Patrick Modiano en su primera novela, 'La place de l’Étoile', experimental hasta decir basta y manifiesto de una generación contraria a la ocultación del Colaboracionismo durante la posguerra.

Esta actitud no le favoreció en popularidad, si bien el universo literario le profesó siempre respeto en esa era de tantas constelaciones abocadas a despedazar lo pretérito para iluminar un ciclo prodigioso. En su caso supo asir bien las riendas con la fundación en 1908, junto a otros nombres como Jean Schulumberger o Jacques Copeau, de la Nouvelle Revue Française, a partir de entonces faro indiscutible. Se mantuvo imbatible desde 1912, cuando Gaston Gallimard les proporcionó el apoyo editorial para alcanzar los altares al trascender el ámbito de una publicación periódica para pasar a marcar tendencia sin brevedades, algo en o que Gide casi comete el mayor error de su singladura al rechazar en primera instancia el manuscrito de la 'Recherche' proustiana. Cuenta la leyenda de un desprecio absoluto por las referencias esnob del gran entomólogo de la aristocracia, tan rotundo como para no abrir siquiera el paquete con el volumen inicial. Más tarde ambos escritores serían buenos amigos y discutirían sobre cómo abordar la homosexualidad en su prosa, con Proust obcecado en nunca decir "yo" para poder exprimirse con solvencia y sin ataduras.

Desde los sótanos del Vaticano
En 1914 Gide ya había abordado todas las temáticas posibles. En 'La porte étroite' dibujaba la progresiva transformación de su esposa hacia una beatería cercana a la demencia, pero su legado más remarcable llegó justo antes de la guerra con una novela excepcional, 'Los sótanos del Vaticano', magnífica por el delirio de ese proyecto de secuestro papal e imperecedera por la invención del acto gratuito a través de Lafcadio, asesino de un pasajero al azar durante un trayecto ferroviario.

Más tarde André Bretón le robaría la idea, como hizo con otras de Guillaume Apollinaire, a quien usurpó el término surrealismo. Gide fue buen amigo de escritores, codeándose de igual a igual con Paul Valéry, Valery Larbaud y Roger Martin du Gard mientras luchaba por rehuir a Jean Cocteau, con quien sin embargó cultivó cierta intimidad pese a tantos desacuerdos.

Su esplendor quizá fue fruto del hundimiento de su matrimonio al descubrir su mujer cartas de amor con jóvenes
Su esplendor se precisó en los años veinte y quizá fue fruto del hundimiento de su matrimonio al descubrir su mujer cartas de amor con jóvenes justo cuando la Gran Guerra cerraba sus puertas. Este episodio determinó sus últimos decenios y le proporcionó una energía suplementaria para ser más nítido en sus querencias. Contra la opinión de sus allegados publicó 'Corydon', donde enseña las distintas formas de amor entre hombres, incluso la del adulto con el adolescente, quizá su predilecta y no sólo por lujuria, sino desde la óptica helénica basada en la experiencia del mayor como aprendizaje para el pupilo. Tras el escándalo sorprendió con su ya citada autobiografía y antes de partir hacia el Congo ofreció su dosis de literatura experimental con 'Los monederos falsos', novela de múltiples tramas, pluralidad de puntos de vista y técnicas en cierto sentido precursoras del Nouveau Roman. Esta operación le confirió otro grado de fama, esta vez hacia la admiración absoluta, justo cuando había abandonado su torre de marfil en la periferia de París, la Ville Montmorency, para instalarse en la rue Vaneau, donde tuvo como vecina a su amiga Marie van Rysselberghe, quien durante más de treinta años escribió un diario sobre el bípedo y además, como guinda al pastel, fue la madre de la única hija del magno polemista.

El Comunismo, el Nobel y la muerte
El viaje al Congo en compañía de su amante Marc Allégret le sirvió para denunciar en un libro de viajes, recuperado recientemente por Península, el colonialismo galo en África y despertó su apego a la izquierda. Curiosa mudanza en alguien cercano al decálogo reaccionario de Charles Maurras durante la guerra del 14, aunque en eso Gide fue fiel al maravilloso derecho a contradecirse de Charles Baudelaire, tanto como para abrazar la causa comunista cuando el período de entreguerras alcanzó su punto de cocción y el Hexágono no quedó inmune del triste maniqueísmo de posiciones extremas.
Su apogeo desde esta dirección fue su viaje a la Unión Soviética, donde fue recibido como una institución para luego ser rechazado como un paria al recoger su experiencia en un volumen contrario al estalinismo. Su palabra era oro y el régimen comunista recibió con desagrado la plasmación de sus mecanismos justo cuando la suerte de Europa se dirimía entre la Guerra de España y el avance de la expansión nazi en el centro del continente.
En la URSS fue recibido como una institución para luego ser rechazado al recoger su experiencia en un volumen contrario al estalinismo

A partir de entonces Gide empezó a ser una sombra del pasado. No podía dominar el reloj, y este avanzaba a ritmo frenético como consecuencia de las embestidas históricas. La invasión nazi terminó su idilio con la NRF, dirigida por el colaboracionista Drieu la Rochelle. En 1942 partió hacia el norte de África, recalando en Túnez y Egipto. Una noche, así lo recoge su dietario, la Francia de antes y la del futuro conversaron con la calma de la lejanía. El diálogo entre Gide y De Gaulle fue un traspaso de poderes hacia el porvenir, próspero en homenajes para el escritor, honrado en 1947 con el Nobel de Literatura, galardón merecido pese al regusto amargo, puesto que siempre planeará la sospecha de que su concesión se debió a la muerte prematura de Paul Valéry, a quien estaba previsto galardonar en 1945.

Los últimos años de Gide lo muestran como una reliquia fuera de contexto. En una foto charla con Jean-Paul Sartre y se percibe lo contrario de sus impulsos entre un tótem medio retirado y la ambición desmedida de un heredero con matices, pues el bípedo, así lo llamaban los de su círculo íntimo, regresó a Francia con el temor de otro totalitarismo, en este caso cultural desde la preminencia de cierto pensamiento único. Consciente de la inminencia de su cumbre con la parca ultimó sus diarios, regaló un cuaderno de sus últimos meses y falleció en su domicilio el lunes 19 de febrero de 1951 a las diez y veinte de la noche. Antes de expirar su último suspiro tuvo arrestos para mandar un telegrama a François Mauriac para que este lo recibiera una vez ya no estuviera. Decía lo siguiente: El infierno no existe. Puedes tranquilizarte. Avisa a Claudel. Al año siguiente el Vaticano puso toda su obra en el Índice de los libros prohibidos.

 
LO MEJOR DE 2019
20 ensayos para entender un año inestable: historia, economía, filosofía y más
La incertidumbre política, con un avance de los partidos de extrema derecha, la desaceleración económica y la crisis climática marcan los textos de no ficción de este año



Foto: Escaparate de una librería en Santiago de Compostela.


Escaparate de una librería en Santiago de Compostela.


AUTOR
PAULA CORROTO
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ENSAYO
08/12/2019



El hielo de los polos se derrite a una velocidad nunca antes vista, el agua de los océanos va anegar varios metros de tierra, la temperatura de la Tierra sube. Los partidos de extrema derecha avanzan en Europa, el populismo de la llamada alt-right trumpista no se detiene, con China y Rusia como comparsas. La temida desaceleración económica cada vez se muestra más visible y las desigualdades crecen.
Efectivamente, todo esto no parece muy positivo. Al contrario, tiene ecos bastante apocalípticos. Pero así ha sido este 2019: un año inestable en la política -con los ojos bien atentos en todas las elecciones nacionales- en la economía y en lo social. Un año que parece llevarnos a un precipicio si, como dice la joven sueca Greta Thunberg -la gran protagonista de estos doce meses- no hacemos algo al respecto.
Memoria, política, filosofía y economía
De momento, lo que sí que podemos hacer es entender lo que ocurre, y de eso tratan los ensayos que hemos elegido como representativos de este 2019. Varios títulos que aluden a nuestra memoria -y pasado europeo nazi- para saber qué ocurrió entonces para que no vuelva a ocurrir; otros que se detienen en las catástrofes climáticas; aquellos que reflejan los déficits democráticos y los que que insisten en la necesidad de cambiar nuestras gafas con respecto a la economía. Porque crisis como la de los chalecos amarillos en Francia demuestran que hay algo que ya no nos sirve.


Por supuesto, como asidero siempre queda la filosofía. El pensamiento de Hannah Arendt, de quien se están recuperando sus discursos, conferencias y ensayos; o de los filósofos Heiddeger, Cassirer, Benjamin y Wittgenstein, con los que ha jugueteado Wolfgang Eilenberger en su interesantísimo Tiempo de magos. Y si no, podemos recrearnos en figuras como las de Pardo Bazán -estupenda biografía de Isabel Burdiel- y Pérez Galdós -a cargo de Francisco Cánovas- dos personajes que vivieron en los primeros años del siglo XX. Para entender cómo era aquello y dónde acabamos.



'Los amnésicos'. (Tusquets)


'Los amnésicos'. (Tusquets)

'Los amnésicos', de Géraldine Schwarz. Tusquets
"Hubo un momento no muy lejano donde los funcionarios eran Dios. En ellos reside buena parte de la clave interpretativa de 'Los amnésicos' (Tusquets), sin duda uno de los ensayos de la década. Su autora, Géraldine Schwarz, tiene la fortuna de ser hija de padre alemán y madre francesa, con su núcleo familiar condensando demasiadas tensiones y preguntas como para no buscar respuestas en la edad adulta".
"El libro de la periodista residente en Berlín es sensacional por hilvanar la trayectoria de los miembros de su clan con la Historia con h mayúscula al estar conectadas sin solución de continuidad, de ahí su clarísima condena a todos aquellos que se dejan llevar, los Mitlaüfer, oportunistas de primera escudados bajo un falso apoliticismo para sacar réditos de cualquier situación, y si no tienen el placer de identificarlos, son camaleónicos y se adaptan a las circunstancias con pasmosa facilidad, pueden visionarlos en 'La caída de los Dioses' de Luchino Visconti o leerlos, así a bote pronto, en 'Il conformista' de Alberto Moravia, trasladado a la gran pantalla por Bernardo Bertolucci".

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'Tiempo de magos'


'Tiempo de magos'

'Tiempo de magos', de Wolfgang Eilenberger. Debate
"No es habitual leer libros sobre filosofía narrados con la fuerza y el sentido de la maravilla de una epopeya mítica. Pero tal es precisamente el deslumbrante logro del filósofo y periodista alemán Wolfram Eilenberger. Cuatro pensadores tan explosivos como inhóspitos se sientan a la mesa de este banquete filosófico como cuatro nigromantes invocando a los espíritus de la historia del pensamiento occidental... para después exorcizarlos de un zarpazo e imaginar algo completamente nuevo. Los cuatro son centroeuropeos, tres alemanes y un austríaco: Walter Benjamin, Martin Heidegger, Ernst Cassirer y Ludwig Wittgenstein. Los cuatro han alcanzado en la actualidad una estatura legendaria, como guardianes de un tesoro de ideas que ilumina nuestro presente sin que nadie haya sido capaz de explicar muy bien por qué. Hasta ahora".
"Como héroes de leyenda que pivotan entre la épica y la tragedia, las vicisitudes personales de los cuatro filósofos se suceden y alternan a lo largo de estas páginas al tiempo que asistimos al despliegue de su pensamiento desde un origen común -ofrecer una nueva y radicalmente honesta respuesta a la gran interpelación kantiana "¿qué es el hombre"?- para desembocar en muy distintos puntos de llegada".

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'Hambruna roja'


'Hambruna roja'

'Hambruna Roja', de Anne Applebaum. Debate
"Ocurrió entre 1931 y 1934 y es quizás uno de los hitos del Mal de un siglo XX pródigo en horrores. Como consecuencia de la nefasta colectivización salvaje que obligó a los kulaks o campesinos a dejar sus tierras e integrarse en granjas colectivas y de la decisión premeditada de liquidar cualquier anhelo de independencia en Ucrania, Stalin mató de hambre a cuatro millones de ucranianos -y a otro millón más en el resto de la URSS- en lo que habría de bautizarse como 'Holodomor', de las palabras ucranianas 'hólod' ('hambre') y 'mor' ('exterminio'). El velo que aún se cernía sobre aquellos hechos terribles motivado principalmente por la negativa del régimen actual de Putin en Rusia a realizar la más mínima crítica al pasado comunista, acaba de ser levantado definitivamente en 'Hambruna roja. La guerra de Stalin contra Ucrania' (Debate, 2019) por Anne Applebaum (Washington DC, 1964), una de las mejores historiadoras de la actualidad".

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'La inesperada verdad sobre los animales' (Anagrama)


'La inesperada verdad sobre los animales' (Anagrama)

'La inesperada verdad sobre los animales', de Lucy Cooke. Anagrama
"Cook escribe de maravilla, cuenta su vida y locas aventuras por selvas, desiertos y mares con irresistible desparpajo y no imaginan cuántas historias fascinantes nos enseña sobre todo tipo de bichos que se quedan rondando tu cabeza al terminar la lectura.
"Tenemos la costumbre", explica la autora, "de ver el reino animal a través del prisma de nuestra propia y más bien limitada experiencia. El estilo de vida arborícola del perezoso resulta lo suficientemente extraterrestre como para hacer de él una de las criaturas más incomprendidas del mundo pero no está solo ni mucho menos en esta categoría. La vida adopta una soberbia multitud de formas extrañas y hasta las más simples requieren una interpretación compleja. La evolución ha gastado algunas bromas tremendas modelando criaturas inverosímiles con una aparente falta de lógica y muy pocas y preciadas pistas para explicarse".

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'Una odisea'


'Una odisea'

'Una odisea', de Daniel Mendelsohn. Seix Barral
"'Una Odisea' se inscribe en el subgénero de autoficción culta que nos ha dejado ya libros tan fascinantes como 'La liebre con ojos de ámbar' (Acantilado), de Edmund de Waal, o 'La caída' (Anagrama), de Diogo Mainardi. En este tipo de autoficción se pone en igualdad de condiciones la intimidad y la Historia con mayúsculas, y suelen salir buenos libros cuando lo íntimo le resulta al lector tanto o más interesante que lo histórico. Su lectura, además, resulta muy placentera porque, por la parte erudita, sentimos que aprendemos algo y que tocamos con la punta de los dedos asuntos cruciales de la civilización.
Mendelsohn nos narra su seminario sobre la 'Odisea' con tanto detalle que acabamos leyendo un resumen de la 'Odisea' de extensión mayor que el propio poema de Homero. De hecho, si me preguntaran mañana cualquier cosa sobre la 'Odisea', que leí hace muchos años, me sentiría legitimado para contestar como si la hubiera acabado de leer ayer mismo, a tal grado de cercanía llega este libro respecto de la epopeya que escolia y analiza. A la manera del 'Quijote' 'traducido' del español al español por Andrés Trapiello, casi les recomendaría leer antes 'Una Odisea', de Daniel Mendelsohn, que la propia 'Odisea' de Homero".

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'La transformación de la mente moderna'. (Deusto)


'La transformación de la mente moderna'. (Deusto)

'La transformación de la mente moderna', de Jonathan Haidt. Deusto
"¿Deberíamos dejar que nuestros hijos pequeños jueguen con sierras y cuchillas? Qué disparate, ¿verdad? Pues tal vez no. La psicóloga del desarrollo Alison Golpnik se lo preguntaba en un polémico artículo publicado en The Wall Street Journal en 2016 en el que arremetía, a propósito de las últimas investigaciones en su campo, contra la plaga de la ultraseguridad que atenaza a los hiperprotectores padres contemporáneos, incapaces de dejar a sus retoños salir solos a jugar a la calle. Ni mancharse ni ingerir nada mínimamente dudoso. Como los cacahuetes. En 1990 casi ningún crío era alérgico a los cacahuetes. En 2015 había muchísimos. ¿Qué había ocurrido? Los padres no les daban cacahuetes a sus vástagos para no perjudicarlos y, entonces, al no entrenar su sistema inmune... ¡los convertían en alérgicos a los cacahuetes! Y así, cuidando paranoicamente de nuestros hijos, protegiendo a los jóvenes de todo aquello que imaginamos que puede dañarlos -cacahuetes, ideas, dolores y otros tráfagos de la vida- los estamos debilitando convirtiéndoles en adultos impedidos incapaces de soportar la más mínima afrenta"

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'Viajeros en el Tercer Reich'


'Viajeros en el Tercer Reich'

'Viajeros en el Tercer Reich', de Julia Boyd. Ático de los libros
"Es unsayo que ahonda en la visión que el mundo anglosajón tuvo de la nación de Adolf Hitler al adentrarse en su territorio. Las conclusiones del libro, documentadísimo y muy valioso por lo prolijo de sus testimonios, son poco previsibles y muy sorprendentes desde el silencio, el entusiasmo y afinidades quizá no tan inesperadas si se ahonda en la cuestión.
La prensa en su mayoría intentó ser clara con relación a lo que ocurría en Alemania, pero la mayoría de la gente no quería oír lo que les contaban. El Times apartó algunos reportajes, en parte porque la mujer de uno de sus editores era alemana. Asimismo muchos empresarios estadounidenses consideraban que la prensa y los diplomáticos exageraban la situación. Pensaban que Alemania había vivido una revolución, pero que con el paso del tiempo todo se calmaría y Hitler se asentaría en el poder. También debemos entender que muchos de estos hombres eran conservadores, habían luchado en la Gran Guerra y no querían ver a sus hijos implicados en un nuevo conflicto, por eso apostaban por la concordia".

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'El planeta inhóspito' (Debate)


'El planeta inhóspito' (Debate)

'El planeta inhóspito', de David Wallace-Wells. Debate
"El periodista David Wallace-Wells (Nueva York, 1982) no se anda con cajas destempladas. Su libro 'El planeta inhóspito' revela que las consecuencias del cambio climático van a ser mucho peores de lo que cualquiera hubiéramos pensado. No desaparecerá la Tierra, pero probablemente desapareceremos muchos de nosotros en varias partes del planeta. El aumento de las temperaturas traerá modificaciones en la agricultura y la economía con bajadas bruscas de los PIBs de los países.
Wallace-Wells no se tiene por alarmista. Recoge los indicadores de los expertos en emergencia climática y desmonta las teorías de los que opinan que ni existe tal ni las consecuencias serán tan graves, señalando además el giro autoritario, nacionalista y xenófobo que trae consigo el negacionismo. Y, por supuesto, defiende a Greta Thunberg, a la que califica de “heroína”. Eso sí, tampoco cree que exista demasiada polarización en la población con respecto a este tema. La polarización, para él, es de los políticos, pero no de la opinión pública".

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'Emilia Pardo Bazán' (Taurus)


'Emilia Pardo Bazán' (Taurus)


'Emilia Pardo Bazán', de Isabel Burdiel. Taurus
"Como cuenta magníficamente Burdiel, Pardo Bazán logró ser una escritora profesional, una figura que empezaba a crearse entonces, cuando el artista ya estaba sometido al mercado y no al mecenazgo de los nobles. Pocas fueron las mujeres que tuvieron ese estatus y ella, de nuevo, aunque siempre respetada, hubo de sufrir un sinfín de cuestionamientos y reproches por su condición femenina (que se agravaron cuando se separó de su marido). Además, las envidias propias del mundo literario se vieron magnificadas porque el resto de escritores de éxito del momento eran hombres que no sabían qué demonios pensar de una mujer como ella".
Pardo Bazán es una figura cultural española de enorme importancia, y también una de las personas que mejor ha encarnado las batallas ideológicas, y las tensiones entre progresismo y conservadurismo, que han dominado la historia moderna del país. Burdiel ha escrito una extraordinaria biografía que permite entender por qué".

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'Por qué dormimos' (Capitán Swing)


'Por qué dormimos' (Capitán Swing)

'¿Por qué dormimos?', de Matthew Walker. Capitán Swing
"Un apasionante bestseller internacional en el que el neurocientífico inglés y uno de los mayores expertos mundiales en sueño Matthew Walker reúne la información más actualizada que ha logrado arrancar la ciencia actual al enigma legendario que rodea al durmiente. Con conclusiones asombrosas. Además, Walker, profesor en Berkeley, California, y director del Centro para la Ciencia del Sueño Humano, incorpora al libro doce consejos para conquistar un sueño saludable basados en los más recientes y exitosos descubrimientos de la eficaz terapia cognitivo-conductual.

La amenaza del insomnio es global y sus consecuencias, aterradoras. Observen el caso del pobre Michael Corke, profesor de música en Chicago, individuo activo y esposo devoto que al frisar la cuarentena empezó a experimentar dificultades cada vez mayores para dormir sin que los somníferos pudieran ayudarlo. Hasta que dejo de dormir. Completamente. Después de ocho semanas sin dormir sus facultades mentales se habían desintegrado y su cuerpo se deterioraba a toda velocidad hasta el punto de obligarle a usar un bastón".

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'Las mejores palabras'


'Las mejores palabras'

'Las mejores palabras', de Daniel Gamper. Anagrama
"El libro trata sobre qué significan las palabras en el ámbito doméstico, sobre democracia deliberativa, censura, corrección política o periodismo "por venir". El escritor ha sostenido que es "un texto abierto, no conclusivo, el inicio de una conversación, porque no me gusta pensar solo, si no estoy rodeado de gente no puedo pensar", ha confesado. En el mismo, no rehuye cómo se trasladan las palabras a través de las generaciones y cómo "en la escuela se introduce o se debería introducir a los futuros ciudadanos en la conversación ordenada, en la deliberación, no tanto en vencer, sino en alcanzar al otro".
Según Daniel Gamper, "la tertulia en un programa de comunicación público es un gravísimo error, porque se presenta como un abanico de opiniones y se dice, vosotros elegís, pero lo que creo que hay que buscar es a personas con autoridad", aunque "el problema es cuando en un país no hay autoridades unánimamente reconocidas, que es lo que creo que pasa en España".

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'Crisis'. (Debate)


'Crisis'. (Debate)

'Crisis', de Jared Diamond. Debate
"Diamond es algo parecido a un sabio genial. Profesor en la Universidad de California, políglota en seis idiomas y polímata versado en disciplinas tan dispares como la geografía, la fisiología, la biología evolutiva, la economía o la historia, ha escrito ensayos imponentes como 'Armas, gérmenes y acero' por el que ganó el Pulitzer en 1998, 'Colapso', o 'El mundo hasta ayer'. 'Crisis', su último libro que estos día aterriza en las librerías españolas en una originalísima aportación a la historia comparada en la que, haciendo uso como modelo flexible de los métodos terapeúticos para resolver las crisis personales, se atreve a dilucidar qué es lo que hicieron bien -y mal- algunos países paradigmáticos de la contemporaneidad como Finlandia, Chile, Japón, Indonesia, Australia o Estados Unidos".

"En mi libro lo que recomiendo ante cualquier problema nacional es interesarse por cómo han resuelto otros países problemas similares y aprender tanto de quienes los han resuelto bien como de quienes los han resuelto fatal. España no es el único país del mundo con un problema como el problema catalán. Fíjese en Nueva Zelanda. O en Canadá. O en Holanda. O en Suiza".

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Capital e ideología


Capital e ideología

'Capital e ideología', de Thomas Piketty. Deusto
Hace seis años, el economista francés Thomas Piketty revolucionó a la prensa económica con el monumental 'El capital en el siglo XXI', una relectura de las doctrinas marxistas en plena crisis para reflejar las enormes desigualdades en todo el mundo. Desde entonces su nombre no se ha perdido de vista. Este año ha regresado con 'Capital e ideología' en el que ofrece una serie de propuestas de tinte ideológico ante la inestabilidad económica y política del mundo después del maremoto de la crisis.

Esta vez, y como sucedía con su anterior libro, son más de mil páginas entre las que se hace un poderoso hueco una idea : la propiedad privada es el eje de todos los males y acabar con ella es esencial para poner fin al capitalismo. Asimismo avanza la idea de la necesidad de que todos tengamos una herencia. Con una visión panorámica que abarca varios siglos, Piketty habla de la esclavitud, las discriminaciones raciales y cómo han sido las revoluciones sociales las que han conseguido instaurar regímenes más democráticos, puesto que las desigualdades nunca son ni naturales ni culturales. Didáctico, minucioso, detallista, pero sobre todo muy provocador, Piketty todavía ostenta el primer puesto -quizá porque es el más lanzado de todos- entre los economistas que nos explican el mundo en este siglo XXI



La peor parte

La peor parte

'La peor parte', de Fernando Savater. Ariel
"De amor y de muerte —aunque no solo— versa el último libro de Fernando Savater (San Sebastián, 1947). Último por reciente y porque el pensador anuncia que no escribirá más. Y en las 243 páginas de 'La peor parte' (Ariel), el filósofo donostiarra parece dar la razón al creador de teleseries. En ellas, rememora el deseo sentido hacia la que fue su compañera de vida durante 35 años y las adereza con el dolor y el vacío que padece ahora, cuando su lectora predilecta —“escribía para que ella me leyera”— ya no revisa sus borradores ni ve películas de terror en su sofá.
Pero si el padre (intelectual y carnal) de ese tal Amador —ojo al nombre, 'el que ama'— rebosaba optimismo cuando Sara estaba junto a él, el Fernando Savater de hoy aprende a “vivir sin alegría en un mar de amargura sin orillas en el que chapotear con espanto hasta el anegamiento final”.

[Siga leyendo la entrevista completa a Fernando Savater]



'Benito Pérez Galdós'


'Benito Pérez Galdós'

'Benito Pérez Galdós. Vida, obra y compromiso', de Francisco Cánovas. Alianza
"Una biografía buena y útil del historiador Francisco Cánovas Sánchez recién publicada en la editorial Alianza. En ella, Galdós aparece como un tipo cordial, liberal, republicano y laico (y cada vez más anticlerical), perfectamente capaz de mantener amistades sólidas con conservadores ultramontanos, pero que se impacienta tanto con estos como con los revolucionarios de izquierdas que querían arrasar con todo. Un hombre reacio y dubitativo, pero que acabó convirtiéndose en algo parecido a la conciencia de una nación que se desesperaba por su incapacidad, y que se fue preocupando cada vez más por los trabajadores, aunque nunca aprobó las tentaciones revolucionarias. Como decía Tito, uno de los personajes de sus 'Episodios nacionales', Galdós percibía que “mi papel en el mundo no era determinar los acontecimientos, sino observarlos y con vulgar manera describirlos para que de ellos pudieran sacar alguna enseñanza los venideros hombres. De tales enseñanzas podía resultar que acelerasen el paso las generaciones destinadas a llevarnos a la plenitud de los tiempos”.

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El valor de las cosas

El valor de las cosas

'El valor de las cosas', de Mariana Mazzucato (Taurus)
Mazzucato es una economista defensora del gasto y la inversión pública. Según ella, es el sector público y no el dinero privado es el verdadero motor de la economía, además de un puntal para frenar las desigualdades entre la población. Es decir, es una economista que no considera al Estado como un parásito sino que también puede generar mucho valor. Esta es la tesis que se encuentra tras este ensayo en el que se insiste en que el aporte de las instituciones muchas veces parece inocuo, pero que, sin embargo, es primordial. Y lo hace mediante ejemplos como la llegada a la Luna donde sin el esfuerzo del Gobierno estadounidense jamás hubiera sido posible. No duda del valor de las empresas, como las tecnológicas, pero también señala que sin la inversión pública en todo ese desarrollo tecnológico posiblemente nunca hubiera existido ni una Siri ni una Alexa. No todo son historias de éxito ocurridas en un garaje. Mazzucato se ha convertido en una de las economistas imprescindibles de los últimos años. Y una voz muy poderosa que todavía defiende el peso del Estado.



'La luz que se apaga'


'La luz que se apaga'

'La luz que se apaga', de Ivan Krastev. Debate
"Un texto coescrito con el profesor de la Universidad de Nueva York Stephen Holmes. Es una obra interesante que reflexiona sobre un mundo en transición, sometido a tensiones geopolíticas y sociales evidentes y en el que los consensos establecidos se están rompiendo. En ella, Krastev, un intelectual de gran prestigio, especialmente tras la publicación de ‘Europa después de Europa’, repara sobre todo en las causas y fortalezas de los populismos y en el creciente rechazo a la ideología dominante desde el fin de la Guerra Fría".

"En los últimos diez años, desde la crisis financiera, se ha producido un cambio brutal en la opinión pública norteamericana. Uno de los efectos más importantes de Occupy Wall Street no solamente fue decir que había mucha desigualdad. Antes, cuando se hablaba de desigualdad, la idea era “vamos a apoyar a los pobres”, pero ahora el problema no son los pobres, sino el 1%, los ricos, que pueden transformar fácilmente el poder económico en político".

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'El pasillo estrecho' (Deusto)


'El pasillo estrecho' (Deusto)

'El pasillo estrecho', de Daron Acemoglu. Deusto
"La Reina Roja es uno de los conceptos clave del nuevo libro del economista del MIT Daron Acemoglu y el politólogo de la Universidad de Chicago James A. Robinson titulado 'El pasillo estrecho. Estados, sociedades y cómo alcanzar la libertad' (Deusto), un formidable intento de responder a la pregunta acerca de por qué en algunos países florece la libertad y en en otros el autoritarismo que acaba de llegar a las librerías españolas traducido por Ramón González Férriz y Marta Valdivieso. La técnica usada aquí es la misma que convirtió al libro anterior de los dos autores, el bestseller mundial y ensayo de referencia 'Por qué fracasan los países' (Deusto, 2014) en la mejor y más atractiva historia comparada de los últimos años que incorporaba una impagable serie de innovadores conceptos analíticos emergidos de la cultura filosófica y literaria occidental. La Reina Roja de 'Alicia en el país de las maravillas' que corre y corre para no moverse del mismo sitio simboliza así la productiva competencia entre estado y sociedad en la que ninguna de las dos partes debe superar a la otra para que el pasillo estrecho de la libertad continúe abierto".

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'Tiempo y poder'. (Galaxia Gutenberg)

'Tiempo y poder'. (Galaxia Gutenberg)

'Tiempo y poder', de Christopher Clark
"A lo largo de la Historia pocos han sido los gobernantes capaces de marcar una era hasta sintetizarla con su nombre. Este logro implica condicionar toda la línea cronológica del momento a las acciones de un núcleo irradiador con suficientes tablas como para determinar el contexto y metamorfosearlo desde el trono. Augusto, Pericles, Luís XIV, Napoleón o Stalin son ejemplos ilustres de esta categoría, pero cualquier dirigente aspira a dejar ese tipo de impronta, y bien pocos lo consiguen por la dificultad intrínseca de controlar el reloj hasta maniatarlo. Esta es la temática de 'Tiempo y poder' (Galaxia Gutenberg), último ensayo del británico Christoper Clark tras el éxito de 'Sonámbulos', donde diseccionó con maestría cómo el Viejo Mundo se lanzó cual caballo desbocado hacia el desastre de la Primera Guerra Mundial.

En esta ocasión centra el tiro en su especialidad, el universo germánico, y de la Prusia posterior a la guerra de los treinta años alcanza el Tercer Reich como conclusión de cuatro giros inesperados enmarcados en la mente de cada uno de sus mandamases".

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Pensar sin asideros


Pensar sin asideros

'Pensar sin asideros. Ensayos de comprensión', de Hannah Arendt (Página Indómita)

La editorial Página Indómita está realizando una buena recuperación de los textos de la filósofa Hannah Arendt en los últimos años. En 2018 publicaron 'Ensayos de comprensión 1930- 1954, sus textos de formación y durante la época del exilio. Este año han publicado este 'Pensar sin asideros', tal y como ella consideraba su actividad pensadora, sin apoyos tradicionales: "Lo que yo hago es pensar sin el apoyo que proporciona el terreno firme [de nuestra tradición de pensamiento político, un terreno que habría desaparecido bajo nuestros pies]. Tengo una metáfora que no resulta tan cruda, y que nunca he publicado, pues la he guardado para mí.

Yo lo llamo pensar sin asideros, sin barandillas —en alemán, Denken ohne Geländer—. Es decir, cuando uno sube o baja por unas escaleras, siempre puede agarrase a la barandilla para no caer; pero hoy hemos perdido ese asidero, esa barandilla". No puede sonar más actual. El presente libro un cúmulo de ensayos, conferencias, reseñas, entrevistas, cartas y discursos elaborados entre 1953 y 1975. En ellos se realza cómo Arendt fue una incansable exploradora del significado de las apariencias y de los acontecimientos. Su intención era siempre ayudar a pensar a los demás por sí mismos.


 
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