Dios mío que vergüenza!! no lo había visto!. Os habéis fijado que va coja también? Se nota después de subir las escaleras y se suelta del marido.
Las faltas de educación y vulgaridad de Letizia
- AutorSuperCotilla
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Dios mío que vergüenza!! no lo había visto!. Os habéis fijado que va coja también? Se nota después de subir las escaleras y se suelta del marido.
Ya dije en otro hilo,que se había escapado con un profesor,pero este no era Alonso,supongo que sería en ese instituto que la expulsaron.Alonso tenia pareja,no sé si estable o por no estar solo,pero ella le cho el ojo y se liaron previamente de casarse,aunque con muchos altibajos por el carácter de ella,siempre en busca de nuevas emociones,educación y saber estar ni la tiene, ni la quiere,quiere vivir a su libre albedrío sin renunciar al lujo ni privilegios,no se adapta al protocolo por que pasa de todos ellos y los ve ridículos ,le encanta gastar todo el dinero fácil que nunca se acaba y para de contar lo demás le da igual,piensa que tiene la sartén por el mango ,que le aguantarán sus arranques,les ha cogido la medida y cree que esta consolidada con sus dos hijas,que es capaz de organizar el mayor escándalo de la historia si pretenden retirarla de la meta que se ha propuesto y que Felipe comerá de su mano y quien hará y deshará será solo ella,la tengo muy calada.
Si se lio con Alonso cuando tenía 16 años, me quieres decir que anteriormente ya se había liado con ese "otro profesor" del insituto anterior? Si fue en otro instituto fue mínimo un año antes. Me quieres decir que con 14-15 años ya se había agenciado a otro del profesorad? Lo siento, no digo que no sea cierto, pero me cuesta creerlo. ¿dónde has visto esa información?
Me da pereza volver a decir lo que ya dije en otro hilo,pero bueno....Hace diez años los Borbones me importaban un pimiento y lo de Letizia me daba igual,estuve cubriendo un suplencia en un sitio oficial de mucha información,y tomando café escuche a unos cuantos comentar entre ellos la noticia del compromiso,se me quedo lo de los abortos y que siendo adolescente se escapó con un profesor pero este no era el marido,el que decía esto se reía y lo sabía por que el padre de ella había presentado una denuncia y fueron a buscarla,si es ahora hubiera puesto mayor atención,ya dije, que no me lo contaban a mi,yo estaba al lado en otra mesa,eran ellos entre bromas,me fui y ellos se quedaron, eso fue lo que oí y eso es lo que escribo, si esto es verdad o no,no me toca a mi juzgarlo,pero desde luego si es ahora donde veo por donde va esta señora,si que hubiera puesto más interés. Para terminar sé que no era su primer marido por que una chica lo preguntó,cuando he leído en este hilo que había estado anteriormente en otro instituto lo he recordado y he creído posible que ese cambio de centro de estudios fuera motivado por esa escapada.Tan solo eso.
Última edición:
Muchas gracias por volverlo a contar Vieira. No lo había leído antes y me llamaba la atención que lo dijeras con tanta seguridad. Por eso te preguntaba, porque me imaginaba que había alguna historia detrás.
Lo que parece es que se quiere esconder de las cámaras. Qué control de los medios, que profesionalidad...
Luego, como se coloca detrás de la Reina, ésta se da cuenta que le está tapando y se retira, con lo que Sofía queda como si no se diera cuenta que le da la espalda, cuando la que crea "el problema" es Lety, como siempre.
Bingo, creo que le has dado con esa frase. Es tan insegura que no soporta la observación. Teme el juicio y la crítica, inevitables en su posición. Si has escogido estar ahí, la actitud debe ser "voy a hacerlo lo mejor que pueda, tratar de aprender de los que saben y de mis errores; pero voy a caminar humildemente con la cabeza alta y modestamente con la espalda erguida, sin esconderme de los que con o sin razón me critican"
Parece el corto de una peli de terror. El micrófono por ahí como volando, y un espectro que pasa por detrás
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Los errores de Letizia: por qué la Princesa de Asturias no termina de caer bien a los españoles
missroper Opinión
Sé que llego con días de retraso después de la polémica que ha sembrado la publicación del libro “Adios, Princesa” del primo traidor de la Princesa Letizia, David Rocasolano. Traidor, si, porque por mucho que se sienta ninguneado y frustrado en sus pretensiones, por mucho que recurra, sin rubor y señalando injustamente con el dedo, a la falta de su prima Érika y por mucho que el presunto desprecio y olvido en que ha caido por parte de nuestra futura reina le fastidie, no hay forma de justificar que escriba un libro así: vengativo, malvado, destructivo. Ha desvelado los secretos de su prima y traicionado de la forma más dañina la confianza que un día le prestó. Dice él autor que Letizia se ha vuelto controladora hasta la extenuación, que tiende trampas a sus familiares porque cree que hay uno o varios “topos” y que se ha vuelto obsesiva… es lo menos que puede pasarle a cualquiera cuando los familiares con los que te asas las castañas son del pelaje de David. Como para no desconfiar…
Dicho esto, lo cierto es que nuestra Princesa de Asturias ha cometido muchos, tal vez demasiados errores. Aunque su papel no era fácil y las posibilidades de salir escaldada eran surtidas, Letizia Ortiz ha puesto todo su afán por lograr ser aceptada y querida. Lamentablemente, ha logrado un efecto rechazo que se palpa en las calles y en las conversaciones de quienes, si sobrevive al cataclismo actual , deberán ser sus súbditos en el futuro.
Hay un sector que aún le tiene simpatía, por su origen plebeyo, por la dificultad de su posición, porque es bella, por sus incansables esfuerzos por estar a la altura. Y otro sector que la desprecia y denosta, por su origen plebeyo, por la dificultad de su posición, porque es bella y por sus esfuerzos por estar a la altura.
Curioso ¿no?
Voy a dar aquí una opinión sobre algunos de los errores que creo que ha cometido la Princesa, asi como los motivos que encuentro y analizo en las personas con las que hablo y que me declaran su rechazo hacia ella.
1) Su origen plebeyo se cuestionó desde el principio. Una periodista, la presentadora del telediario, ¡novia del Príncipe! Los monárquicos pusieron el grito en el cielo y entre los progres, siempre tan igualitarios, nacieron enseguida las envidias y los “por qué no yo” . Pero no solo eso. Esta plebeya no era una virginal joven de familia de clase media-alta con un pasado intachable, no. Esta joven era una periodista curtida que entabló su primera relación amorosa con su profesor de instituto cuando aún no era mayor de edad y con quien vivió 10 años; con varias relaciones rotas más y, que se sepa, con una boda civil, un divorcio, una presunta aventura con al menos un hombre casado y un cacareado y nunca corroborado posado desnuda para un pintor mexicano a sus espaldas. Su origen no podía ser más humilde- nieta de un taxista y una pescadera- ni más inquietante- hija de una sindicalista, con un piso de 80 metros cuadrados en la poco glamourosa localidad de Rivas-VaciaMadrid, y lo que es peor, declaradarepublicana, atea y de izquierdas...
Según quienes la conocieron en esos años tenía las ideas muy claras y un vocabulario poco prudente. Además, pocos creyeron en la sinceridad de su amor por Felipe, en ese flechazo mutuo a pocos meses de que el Príncipe hubiera terminado con Eva Sannum. Porque la verdad es que cuando arrastras varias experiencias amorosas y superas las treintena, como era el caso de Letizia, el amor puro y verdadero parece como más difícil de alcanzar. Como contrapunto,Letizia era y es sin duda una trabajadora incansable, luchadora, responsable y muy interesante. Guapa a rabiar, culta, intelectualmente inquieta y buena profesional, por más que quieran quitarle mérito sus detractores.
Asi que lo de su origen plebeyo pasó enseguida a un segundo plano. Si Letizia no hubiese tenido una vida y unas experiencias tan intensas, la cosa habría sido diferente. Aún así, siempre cabría esperar que saliesen maledicentes contando esto, lo otro o lo de más allá. Qué es verdad o qué mentira, poco importa, pues tú habla mal, que algo queda.
2) Pero la prometida del Príncipe se presentó ante los medios para anunciar su compromiso con un brazo insolentemente balanceante, unos andares poco elegantes y un dedo apuntador, dirigiendo al orquesta como si fuera la estrella, dejando al Príncipe en segundo plano, mandándolo callar, acotando sus respuestas o hasta indicándoselas, y mostrando una actitud de mujer de armas tomar poco dispuesta para un papel de reina consorte florero y haciendo sentir a todos que ella creía que su compromiso era de igual a igual...algo que no gustó a los monárquicos. En el anuncio aseguró que del Príncipe le gustaba que “es un gran lector, algo que para mí es muy importante“, vamos, que es muy leído el hombre, como si el Principe de España estuviese así a su altura y eso explicase que ella se hubiese fijado en él.
Letizia no pudo meter más la pata en esa primera sesión con los que hasta entonces habían sido sus compañeros y ante el mundo entero. Le quedaba mucho por aprender, pero lo peor ya estaba sobre el tapete: su carácter, su naturaleza, tan difícil de matizar e imposible de cambiar. Pocos se apiadaron de ella por la situación en que se encontraba, por ese choque de David frente a Goliath, por los nervios lógicos de una futura esposa y pareja Real cuyas palabras se están retransmitiendo al mundo entero y por la magnitud, en fin, de una situación que sobrepasaría a cualquiera.
Pienso a veces que el Príncipe la eligió sobre todo por su carácter fuerte y decidido, por su valentía y por su tesón. Creyó que ella podría con todo…y casi lo consigue, pero no pudo prever que el reto iba a ser tan titánico. Incluso para ella.
3) Múltiples errores se fueron sucediendo durante el compromiso, la boda y años posteriores. Los medios – a pesar del pacto tácito que ha habido durante décadas para salvaguardar todo lo que se refiere a la Casa Real- internet y algunos periodistas, se han encargado a conciencia de hacerlo saber. Que si había impuesto de manera caprichosa sus preferencias en el traje de novia sin dejarse aconsejar (algo lógico quizás en una novia cualquiera pero no en el caso de una novia Real que ni siquiera procede del mundo de la nobleza y que finalmente en su boda va a representar una cuestión de Estado), que si en tal acto había tenido este u otro fallo de protocolo, que si dijo a unos periodistas en los Juegos Olímpicos, cuando la confundieron con una colega más, aquello de “soy Princesa“, que si la falda era más larga o más corta de lo que tenía que ser, que si…para colmo, Letizia siguió durante un tiempo no dejando hablar al Príncipe, tratando de intervenir en sus declaraciones conjuntas de manera nerviosa y como de canto, sin lograr la atención que pretendía porque no es ella quien debe tenerla, y en su esfuerzo por ser natural y resultar cercana e intachable a la vez, perdió la sonrisa y perdió su frescura.
4) Porque Letizia hace años que ha perdido la sonrisa. El pueblo la percibe como una mujer con un rictus tenso. Casi nunca la vemos sonreir o mostrarse distendida en un acto, aparición, sesión de fotos, ni tan siquiera en unas imágenes “robadas” de esas que nos cuelan en los últimos tiempos. Letizia no sonríe. ¿Os habéis fijado?
5) Y es que parece estar siempre demasiado preocupada por lo que digan de ella, por cómo se la perciba. Dicen que se lo lee todo y eso no es de extrañar dado el perfeccionismo y nivel de autoexigencia que siempre le achacan. Esa autoexigencia y la preocupación pudieron ser la causa de la extrema delgadez que exhibió en sus primeros años en Zarzuela y puede que explique sus inagotables intentos por lograr la perfección física... una obsesión que le ha llevado a quirófano en varias ocasiones y cuyos resultados más visibles son la rinoplastia, el lifting y el aumento de pecho al que se ha sometido, aunque también se habla de ortoplastia, retoque de pómulos y de mentón y algunas cosillas más que la Casa Real nunca ha confirmado.
El pueblo no le perdonará nunca esta afición a la cirugía estética, del todo innecesaria en una mujer de su belleza y atractivo naturales, aún joven y con tantas posibilidades estéticas alternativas de sacarse partido…porque esas operaciones sugieren una mujer insatisfecha con su cuerpo y con su rostro, una mujer obsesionada con parecer perfecta, y que finalmente ha conseguido el efecto contrario. En mi opinión, y esto sólo es mi opinión, era mucho más guapa antes. Ha perdido la expresividad de su mirada, por la que pasaba toda su enorme inteligencia y curiosidad, toda la luz que irradiaba su rostro; hay fotos recientes en las que quiero pensar que le han pillado mal, y no que continua haciéndose un retoque tras otro porque ya me resulta irreconocible, con una cara que parece una mueca, una caricatura de quién fue…en una palabra: se ha pasado con las intervenciones, aunque sólo Dios sabe qué pasa por la cabeza de una mujer con tanta presión diaria o por otra que simplemente quiera estar bien para un marido que puede tenerlo todo y la eligió a ella.
Ahora bien, sea por amor, por autoexigencia, por dismorfofobia o por querer estar bien y haberse excedido, a Letizia no se la puede criticar por querer mostrar su mejor aspecto. Sigue siendo muy bella y trata de vestirse impecablemente lo logre o no… eso puede que esté bien, pues representa a todos los españoles, pero Letizia se ha olvidado de que una reina no es una top model. Que no es necesario que se opere para cumplir unos requisitos físicos que ya tenía, que no hace falta que cambie constantemente de peinado y de estilo al vestirse para sorprendernos. Su papel no es el de reina de las pasarelas sino el de reina de los españoles.
6) Otro error de Letizia son sus relaciones con su familia política (al parecer también ha tenido dificultades con la suya propia, como se ve tras la traición de David, pero ¿quien no tiene sus más y sus menos con algún familiar?). En este caso, hace años que se hizo patente su mala relación con las Infantas Elena y Cristina, con quienes apenas se trata, como queda claro en cada ocasión en las que han estado juntas, en fotos de familia en que no se miran o en sesiones en las que ni se cruzan la palabra. Se habla también de una mala relación con el Rey y de una relación irregular con la Reina que sin embargo ha puesto todo de su parte para llevarse bien con su nuera porque es una mujer extremadamente inteligente y sabe que la esposa de su hijo es una pieza clave.
La rumorología apunta a que Letizia ha ido siempre prácticamente dando lecciones a todos, y que sabedora de que será Reina, se ha permitido algunos excesos. Si esto es así, volvemos a encontrarnos con una futura consorte imprudente, lista, capaz, pero cegada por la percepción de sus propias capacidades, ya que sin ser menos, desde luego debería haber escuchado, callado y aprendido muy mucho de quienes descienden de Reyes en lo que respecta a representar ese papel.
Desde el escándalo Noos, los Príncipes de Asturias han marcado ostensiblemente aún más distancia con la Infanta Cristina e Iñaki. Letizia parece tener la actitud de “yo, que soy tan decente, no puedo relacionarme con vosotros“… y un gesto un poco como indignado por el hecho de que este caso de corrupción ponga en cuestión el rol que ella y su marido están llamados a desempeñar.
7)Pero ahora llega el verdadero escándalo. David Rocasolano, como decíamos al principio, escribe y prueba con documentos que la Princesa tuvo un aborto voluntario en 2002, justo un año antes de que se anunciara su compromiso con el Príncipe y todo parece indicar que cuando ya le había conocido. Que el niño habría sido de su pareja anterior y que el Príncipe, conocedor de este hecho, habría colaborado en el encubrimiento del aborto para que los Reyes no se enteraran y así impedir que evitaran la Boda Real. Graves acusaciones…
¡Uf! Muchas cuestiones se abren aqui. Si el aborto es cierto, se trata de una interrupción voluntaria del embarazo en un año en que en España esta posibilidad se circunscribía a 3 supuestos: peligro físico o psíquico para la madre, malformación del feto o violación. De no darse ninguno de estos supuestos, Letizia habría cometido un delito. Así que ¿cuál de los tres supuestos es el que le permitió abortar? No sé cuál de las respuestas es peor.
Desde el punto de vista moral, resulta complicado explicar que quien ahora lucha y abandera como futura reina causas relacionadas con los derechos de la infancia y que debe ser referente para todos los españoles sea una mujer que habría eliminado voluntariamente a su hijo, por no mencionar el ocultamiento de este episodio a España y hasta al padre de su hijo, la oscura forma en que habrían desaparecido los papeles de la clínica Dator(quemados en el fregadero de la cocina por el primo David, quien se habria encargado de obtenerlos por encargo de Letizia y Felipe), el momento en que ella decide deshacerse de ese bebé (posiblemente ya conocía al Príncipe) o que ya no era ninguna niña para ser inconsciente sobre el tema o no poder valorarlo de manera sopesada y madura.
Más aún. Si como resultado de ese aborto voluntario, la Princesa estaba en estado de excomunión automática por parte de la Iglesia Católica, tal y como está establecido… ¿sería válida la boda de los Príncipes del 22 de mayo de 2004? ¿Serían entonces los hijos de la pareja ilegítimos?
8) Y así suma y sigue. A los españoles les ha escandalizado este asunto y les ha molestado sentirse engañados. Surgen así las dudas sobre mucho de lo que nos contaron de Letizia, con su curriculum inflado- como si con su curriculum real no tuviera suficiente mérito-que incluía coberturas de noticias de relumbrón justo poco antes de anunciar su compromiso, para dar la imagen de que tendríamos como reina a una periodista consagrada, con su locución de los programas explicativos del cambio al Euro, que hicieron su rostro conocido y familiar a los españoles o con su extraño posicionamiento como copresentadora del telediario con Alfredo Urdaci, a la sazón estrella de la televisión de la época y- lo que es más increíble- en sustitución de Ana Blanco, la sempipresente Ana Blanco, que inmediatamente despues de anunciarse el compromiso volvió a su puesto y nunca más nadie le ha vuelto a mover la silla.
Una ata cabos y la verdad es que parece que a Letizia se las pusieron como a Amancio para engordar su curriculum, con estos retales de final de carrera y con narraciones como que trabajaba en el diario ABC siendo jovencita cuando apenas pisó la redacción en aquellos años y se limitaba a enviar crónicas desde Rivas (y tengo una buena fuente que lo confirma).
Lo que molesta a los españoles, por tanto, no es que Felipe la eligiese a ella, según dicen plebeya, republicana, atea, divorciada, sindicalista, de izquierdas, abortista y abiertamente liberal en su vida personal… sino que no eligiera a una plebeya con una vida menos ajetreada y cuestionable, con un perfil un poco más adecuado y un historial a salvo las sombras que se ciernen sobre su esposa. ¿Es que no había mujeres en España o en el mundo bellas, capaces, preparadas, católicas, solteras, no militantes de corrientes contrarias a la Monarquía y lo que representa?
Teoría del Complot
¡Ah! pero el amor es así... ahora cabe preguntarse cómo es posible que un libro como el de David Rocasolano haya visto la luz. No parece posible, cuando el poder de la Casa Real es capaz de parar disparos de cañon con más eficacia…y llega la teoría del complot.
En una época de crisis económica e institucional, con un presidente del Gobierno profusamente criticado, el principal partido en el poder más que cuestionado, casos de corrupción por doquier y la Monarquía contra las cuerdas tras el caso Noos y el caso Corinna, el ataque a Letizia es una ráfaga de metralleta a la linea de flotación de la institución.
¿Responde a intereses políticos? ¿se busca un cambio de régimen? ¿es una venganza familiar instigada quizas desde el bando que menos podíamos esperar?
Se habla también de crisis matrimonial entre los Príncipes. En Internet abundan las noticias sobre que Letizia se ha hecho con el control de la situación, que está imponiendo sus condiciones, que ha pedido su propio espacio, sale con sus amigas y sin el Príncipe hasta altas horas de la madrugada y que cuando está con él la tensión se corta con cuchillo.
Es cierto que hay imágenes de sobra en las que se los ve distantes, que ella sigue dándole instrucciones, según ha trascendido, sobre por ejemplo cuándo dar por terminado un evento con frases como “”Felipe, ¡nos vamos ya!” y cosas peores en público. Que él no la mira arrobado como antes y parece casi ignorar su presencia… ¿estamos ante la preparación de un divorcio?
Demasiado peligroso me parece a mi este movimiento para que nadie orqueste lo del libro, pues puede salpicar demasiado y a demasiadas piezas del engranaje. He pensado que a lo mejor, la tensión entre ellos es, al contrario delo que se dice, fruto de que sabían lo que se les venía encima y la situación les ha ido minando…
Lo sabremos pronto, eso seguro. Porque en el caso en que el matrimonio haga aguas, ¿podrá Letizia desempeñar un papel profesional como el de la Reina Sofía en estos años o reclamará el rescate de su libertad?
Este tipo de insinuaciones no son mías, están en la Red…
Este artículo no pinta una situación ideal, pero debo decir que a mi Letizia sí me cae bien. Valoro mucho su esfuerzo y creo que su misión ha sido y es casi imposible. Aunque yo misma tengo un expediente bastante más limpio que el de ella, un curriculum más brillante, unas credenciales más adecuadas y un comportamiento bastante más ejemplar, todos tenemos nuestro pasado, y no se puede negar que tras su boda, ella lo ha hecho, de cara a su papel institucional, lo mejor que ha podido. Que si ha pecado de algo, es de exceso de celo. Y en ese sentido, yo no sé si lo habría hecho mejor… ¿y vosotras?
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Los errores de Letizia: por qué la Princesa de Asturias no termina de caer bien a los españoles
missroper Opinión
Sé que llego con días de retraso después de la polémica que ha sembrado la publicación del libro “Adios, Princesa” del primo traidor de la Princesa Letizia, David Rocasolano. Traidor, si, porque por mucho que se sienta ninguneado y frustrado en sus pretensiones, por mucho que recurra, sin rubor y señalando injustamente con el dedo, a la falta de su prima Érika y por mucho que el presunto desprecio y olvido en que ha caido por parte de nuestra futura reina le fastidie, no hay forma de justificar que escriba un libro así: vengativo, malvado, destructivo. Ha desvelado los secretos de su prima y traicionado de la forma más dañina la confianza que un día le prestó. Dice él autor que Letizia se ha vuelto controladora hasta la extenuación, que tiende trampas a sus familiares porque cree que hay uno o varios “topos” y que se ha vuelto obsesiva… es lo menos que puede pasarle a cualquiera cuando los familiares con los que te asas las castañas son del pelaje de David. Como para no desconfiar…
Dicho esto, lo cierto es que nuestra Princesa de Asturias ha cometido muchos, tal vez demasiados errores. Aunque su papel no era fácil y las posibilidades de salir escaldada eran surtidas, Letizia Ortiz ha puesto todo su afán por lograr ser aceptada y querida. Lamentablemente, ha logrado un efecto rechazo que se palpa en las calles y en las conversaciones de quienes, si sobrevive al cataclismo actual , deberán ser sus súbditos en el futuro.Hay un sector que aún le tiene simpatía, por su origen plebeyo, por la dificultad de su posición, porque es bella, por sus incansables esfuerzos por estar a la altura. Y otro sector que la desprecia y denosta, por su origen plebeyo, por la dificultad de su posición, porque es bella y por sus esfuerzos por estar a la altura.
Curioso ¿no?
Voy a dar aquí una opinión sobre algunos de los errores que creo que ha cometido la Princesa, asi como los motivos que encuentro y analizo en las personas con las que hablo y que me declaran su rechazo hacia ella.
1) Su origen plebeyo se cuestionó desde el principio. Una periodista, la presentadora del telediario, ¡novia del Príncipe! Los monárquicos pusieron el grito en el cielo y entre los progres, siempre tan igualitarios, nacieron enseguida las envidias y los “por qué no yo” . Pero no solo eso. Esta plebeya no era una virginal joven de familia de clase media-alta con un pasado intachable, no. Esta joven era una periodista curtida que entabló su primera relación amorosa con su profesor de instituto cuando aún no era mayor de edad y con quien vivió 10 años; con varias relaciones rotas más y, que se sepa, con una boda civil, un divorcio, una presunta aventura con al menos un hombre casado y un cacareado y nunca corroborado posado desnuda para un pintor mexicano a sus espaldas. Su origen no podía ser más humilde- nieta de un taxista y una pescadera- ni más inquietante- hija de una sindicalista, con un piso de 80 metros cuadrados en la poco glamourosa localidad de Rivas-VaciaMadrid, y lo que es peor, declaradarepublicana, atea y de izquierdas...
Según quienes la conocieron en esos años tenía las ideas muy claras y un vocabulario poco prudente. Además, pocos creyeron en la sinceridad de su amor por Felipe, en ese flechazo mutuo a pocos meses de que el Príncipe hubiera terminado con Eva Sannum. Porque la verdad es que cuando arrastras varias experiencias amorosas y superas las treintena, como era el caso de Letizia, el amor puro y verdadero parece como más difícil de alcanzar. Como contrapunto,Letizia era y es sin duda una trabajadora incansable, luchadora, responsable y muy interesante. Guapa a rabiar, culta, intelectualmente inquieta y buena profesional, por más que quieran quitarle mérito sus detractores.Asi que lo de su origen plebeyo pasó enseguida a un segundo plano. Si Letizia no hubiese tenido una vida y unas experiencias tan intensas, la cosa habría sido diferente. Aún así, siempre cabría esperar que saliesen maledicentes contando esto, lo otro o lo de más allá. Qué es verdad o qué mentira, poco importa, pues tú habla mal, que algo queda.
2) Pero la prometida del Príncipe se presentó ante los medios para anunciar su compromiso con un brazo insolentemente balanceante, unos andares poco elegantes y un dedo apuntador, dirigiendo al orquesta como si fuera la estrella, dejando al Príncipe en segundo plano, mandándolo callar, acotando sus respuestas o hasta indicándoselas, y mostrando una actitud de mujer de armas tomar poco dispuesta para un papel de reina consorte florero y haciendo sentir a todos que ella creía que su compromiso era de igual a igual...algo que no gustó a los monárquicos. En el anuncio aseguró que del Príncipe le gustaba que “es un gran lector, algo que para mí es muy importante“, vamos, que es muy leído el hombre, como si el Principe de España estuviese así a su altura y eso explicase que ella se hubiese fijado en él.
Letizia no pudo meter más la pata en esa primera sesión con los que hasta entonces habían sido sus compañeros y ante el mundo entero. Le quedaba mucho por aprender, pero lo peor ya estaba sobre el tapete: su carácter, su naturaleza, tan difícil de matizar e imposible de cambiar. Pocos se apiadaron de ella por la situación en que se encontraba, por ese choque de David frente a Goliath, por los nervios lógicos de una futura esposa y pareja Real cuyas palabras se están retransmitiendo al mundo entero y por la magnitud, en fin, de una situación que sobrepasaría a cualquiera.
Pienso a veces que el Príncipe la eligió sobre todo por su carácter fuerte y decidido, por su valentía y por su tesón. Creyó que ella podría con todo…y casi lo consigue, pero no pudo prever que el reto iba a ser tan titánico. Incluso para ella.
3) Múltiples errores se fueron sucediendo durante el compromiso, la boda y años posteriores. Los medios – a pesar del pacto tácito que ha habido durante décadas para salvaguardar todo lo que se refiere a la Casa Real- internet y algunos periodistas, se han encargado a conciencia de hacerlo saber. Que si había impuesto de manera caprichosa sus preferencias en el traje de novia sin dejarse aconsejar (algo lógico quizás en una novia cualquiera pero no en el caso de una novia Real que ni siquiera procede del mundo de la nobleza y que finalmente
en su boda va a representar una cuestión de Estado), que si en tal acto había tenido este u otro fallo de protocolo, que si dijo a unos periodistas en los Juegos Olímpicos, cuando la confundieron con una colega más, aquello de “soy Princesa“, que si la falda era más larga o más corta de lo que tenía que ser, que si…para colmo, Letizia siguió durante un tiempo no dejando hablar al Príncipe, tratando de intervenir en sus declaraciones conjuntas de manera nerviosa y como de canto, sin lograr la atención que pretendía porque no es ella quien debe tenerla, y en su esfuerzo por ser natural y resultar cercana e intachable a la vez, perdió la sonrisa y perdió su frescura.4) Porque Letizia hace años que ha perdido la sonrisa. El pueblo la percibe como una mujer con un rictus tenso. Casi nunca la vemos sonreir o mostrarse distendida en un acto, aparición, sesión de fotos, ni tan siquiera en unas imágenes “robadas” de esas que nos cuelan en los últimos tiempos. Letizia no sonríe. ¿Os habéis fijado?
5) Y es que parece estar siempre demasiado preocupada por lo que digan de ella, por cómo se la perciba. Dicen que se lo lee todo y eso no es de extrañar dado el perfeccionismo y nivel de autoexigencia que siempre le achacan. Esa autoexigencia y la preocupación pudieron ser la causa de la extrema delgadez que exhibió en sus primeros años en Zarzuela y puede que explique sus inagotables intentos por lograr la perfección física... una obsesión que le ha llevado a quirófano en varias ocasiones y cuyos resultados más visibles son la rinoplastia, el lifting y el aumento de pecho al que se ha sometido, aunque también se habla de ortoplastia, retoque de pómulos y de mentón y algunas cosillas más que la Casa Real nunca ha confirmado.El pueblo no le perdonará nunca esta afición a la cirugía estética, del todo innecesaria en una mujer de su belleza y atractivo naturales, aún joven y con tantas posibilidades estéticas alternativas de sacarse partido…porque esas operaciones sugieren una mujer insatisfecha con su cuerpo y con su rostro, una mujer obsesionada con parecer perfecta, y que finalmente ha conseguido el efecto contrario. En mi opinión, y esto sólo es mi opinión, era mucho más guapa antes. Ha perdido la expresividad de su mirada, por la que pasaba toda su enorme inteligencia y curiosidad, toda la luz que irradiaba su rostro; hay fotos recientes en las que quiero pensar que le han pillado mal, y no que continua haciéndose un retoque tras otro porque ya me resulta irreconocible, con una cara que parece una mueca, una caricatura de quién fue…en una palabra: se ha pasado con las intervenciones, aunque sólo Dios sabe qué pasa por la cabeza de una mujer con tanta presión diaria o por otra que simplemente quiera estar bien para un marido que puede tenerlo todo y la eligió a ella.
Ahora bien, sea por amor, por autoexigencia, por dismorfofobia o por querer estar bien y haberse excedido, a Letizia no se la puede criticar por querer mostrar su mejor aspecto. Sigue siendo muy bella y trata de vestirse impecablemente lo logre o no… eso puede que esté bien, pues representa a todos los españoles, pero Letizia se ha olvidado de que una reina no es una top model. Que no es necesario que se opere para cumplir unos requisitos físicos que ya tenía, que no hace falta que cambie constantemente de peinado y de estilo al vestirse para sorprendernos. Su papel no es el de reina de las pasarelas sino el de reina de los españoles.
6) Otro error de Letizia son sus relaciones con su familia política (al parecer también ha tenido dificultades con la suya propia, como se ve tras la traición de David, pero ¿quien no tiene sus más y sus menos con algún familiar?). En este caso, hace años que se hizo patente su mala relación con las Infantas Elena y Cristina, con quienes apenas se trata, como queda claro en cada ocasión en las que han estado juntas, en fotos de familia en que no se miran o en sesiones en las que ni se cruzan la palabra. Se habla también de una mala relación con el Rey y de una relación irregular con la Reina que sin embargo ha puesto todo de su parte para llevarse bien con su nuera porque es una mujer extremadamente inteligente y sabe que la esposa de su hijo es una pieza clave.
La rumorología apunta a que Letizia ha ido siempre prácticamente dando lecciones a todos, y que sabedora de que será Reina, se ha permitido algunos excesos. Si esto es así, volvemos a encontrarnos con una futura consorte imprudente, lista, capaz, pero cegada por la percepción de sus propias capacidades, ya que sin ser menos, desde luego debería haber escuchado, callado y aprendido muy mucho de quienes descienden de Reyes en lo que respecta a representar ese papel.Desde el escándalo Noos, los Príncipes de Asturias han marcado ostensiblemente aún más distancia con la Infanta Cristina e Iñaki. Letizia parece tener la actitud de “yo, que soy tan decente, no puedo relacionarme con vosotros“… y un gesto un poco como indignado por el hecho de que este caso de corrupción ponga en cuestión el rol que ella y su marido están llamados a desempeñar.
7)
Pero ahora llega el verdadero escándalo. David Rocasolano, como decíamos al principio, escribe y prueba con documentos que la Princesa tuvo un aborto voluntario en 2002, justo un año antes de que se anunciara su compromiso con el Príncipe y todo parece indicar que cuando ya le había conocido. Que el niño habría sido de su pareja anterior y que el Príncipe, conocedor de este hecho, habría colaborado en el encubrimiento del aborto para que los Reyes no se enteraran y así impedir que evitaran la Boda Real. Graves acusaciones…¡Uf! Muchas cuestiones se abren aqui. Si el aborto es cierto, se trata de una interrupción voluntaria del embarazo en un año en que en España esta posibilidad se circunscribía a 3 supuestos: peligro físico o psíquico para la madre, malformación del feto o violación. De no darse ninguno de estos supuestos, Letizia habría cometido un delito. Así que ¿cuál de los tres supuestos es el que le permitió abortar? No sé cuál de las respuestas es peor.
Desde el punto de vista moral, resulta complicado explicar que quien ahora lucha y abandera como futura reina causas relacionadas con los derechos de la infancia y que debe ser referente para todos los españoles sea una mujer que habría eliminado voluntariamente a su hijo, por no mencionar el ocultamiento de este episodio a España y hasta al padre de su hijo, la oscura forma en que habrían desaparecido los papeles de la clínica Dator(quemados en el fregadero de la cocina por el primo David, quien se habria encargado de obtenerlos por encargo de Letizia y Felipe), el momento en que ella decide deshacerse de ese bebé (posiblemente ya conocía al Príncipe) o que ya no era ninguna niña para ser inconsciente sobre el tema o no poder valorarlo de manera sopesada y madura.
Más aún. Si como resultado de ese aborto voluntario, la Princesa estaba en estado de excomunión automática por parte de la Iglesia Católica, tal y como está establecido… ¿sería válida la boda de los Príncipes del 22 de mayo de 2004? ¿Serían entonces los hijos de la pareja ilegítimos?
8) Y así suma y sigue. A los españoles les ha escandalizado este asunto y les ha molestado sentirse engañados. Surgen así las dudas sobre mucho de lo que nos contaron de Letizia, con su curriculum inflado- como si con su curriculum real no tuviera suficiente mérito-que incluía coberturas de noticias de relumbrón justo poco antes de anunciar su compromiso, para dar la imagen de que tendríamos como reina a una periodista consagrada, con su locución de los programas explicativos del cambio al Euro, que hicieron su rostro conocido y familiar a los españoles o con su extraño posicionamiento como copresentadora del telediario con Alfredo Urdaci, a la sazón estrella de la televisión de la época y- lo que es más increíble- en sustitución de Ana Blanco, la sempipresente Ana Blanco, que inmediatamente despues de anunciarse el compromiso volvió a su puesto y nunca más nadie le ha vuelto a mover la silla.
Una ata cabos y la verdad es que parece que a Letizia se las pusieron como a Amancio para engordar su curriculum, con estos retales de final de carrera y con narraciones como que trabajaba en el diario ABC siendo jovencita cuando apenas pisó la redacción en aquellos años y se limitaba a enviar crónicas desde Rivas (y tengo una buena fuente que lo confirma).
Lo que molesta a los españoles, por tanto, no es que Felipe la eligiese a ella, según dicen plebeya, republicana, atea, divorciada, sindicalista, de izquierdas, abortista y abiertamente liberal en su vida personal… sino que no eligiera a una plebeya con una vida menos ajetreada y cuestionable, con un perfil un poco más adecuado y un historial a salvo las sombras que se ciernen sobre su esposa. ¿Es que no había mujeres en España o en el mundo bellas, capaces, preparadas, católicas, solteras, no militantes de corrientes contrarias a la Monarquía y lo que representa?
Teoría del Complot
¡Ah! pero el amor es así... ahora cabe preguntarse cómo es posible que un libro como el de David Rocasolano haya visto la luz. No parece posible, cuando el poder de la Casa Real es capaz de parar disparos de cañon con más eficacia…y llega la teoría del complot.
En una época de crisis económica e institucional, con un presidente del Gobierno profusamente criticado, el principal partido en el poder más que cuestionado, casos de corrupción por doquier y la Monarquía contra las cuerdas tras el caso Noos y el caso Corinna, el ataque a Letizia es una ráfaga de metralleta a la linea de flotación de la institución.
¿Responde a intereses políticos? ¿se busca un cambio de régimen? ¿es una venganza familiar instigada quizas desde el bando que menos podíamos esperar?
Se habla también de crisis matrimonial entre los Príncipes. En Internet abundan las noticias sobre que Letizia se ha hecho con el control de la situación, que está imponiendo sus condiciones, que ha pedido su propio espacio, sale con sus amigas y sin el Príncipe hasta altas horas de la madrugada y que cuando está con él la tensión se corta con cuchillo.
Es cierto que hay imágenes de sobra en las que se los ve distantes, que ella sigue dándole instrucciones, según ha trascendido, sobre por ejemplo cuándo dar por terminado un evento con frases como “”Felipe, ¡nos vamos ya!” y cosas peores en público. Que él no la mira arrobado como antes y parece casi ignorar su presencia… ¿estamos ante la preparación de un divorcio?
Demasiado peligroso me parece a mi este movimiento para que nadie orqueste lo del libro, pues puede salpicar demasiado y a demasiadas piezas del engranaje. He pensado que a lo mejor, la tensión entre ellos es, al contrario delo que se dice, fruto de que sabían lo que se les venía encima y la situación les ha ido minando…
Lo sabremos pronto, eso seguro. Porque en el caso en que el matrimonio haga aguas, ¿podrá Letizia desempeñar un papel profesional como el de la Reina Sofía en estos años o reclamará el rescate de su libertad?
Este tipo de insinuaciones no son mías, están en la Red…
Este artículo no pinta una situación ideal, pero debo decir que a mi Letizia sí me cae bien. Valoro mucho su esfuerzo y creo que su misión ha sido y es casi imposible. Aunque yo misma tengo un expediente bastante más limpio que el de ella, un curriculum más brillante, unas credenciales más adecuadas y un comportamiento bastante más ejemplar, todos tenemos nuestro pasado, y no se puede negar que tras su boda, ella lo ha hecho, de cara a su papel institucional, lo mejor que ha podido. Que si ha pecado de algo, es de exceso de celo. Y en ese sentido, yo no sé si lo habría hecho mejor… ¿y vosotras?
Leer más: Los errores de Letizia: por qué la Princesa de Asturias no termina de caer bien a los españoles | mujerenred.comhttp://mujerenred.com/los-errores-de-letizia/#AqI1BPLQ4QrO20li
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