P
Pimpinela
Guest
La Ortiz no va a aguantar lo que ha aguantado la suegra, entre otras razones porque su marido no va a llegar a rey.
La Ortiz se tragaría los cuernos y lo que hiciera falta si le dieran mando en plaza en la Zarzuela, pero después de ocho años ya se ha percatado de que no la van a dejar mangonear, que es casi seguro que su marido no va a reinar y que, en caso de que reinara, tampoco tendría mucho terreno para dar rienda suelta a sus ansias enfermizas de poder.
Se coloca al lado de la ventana en el restaurante para que la vean, está claro.
Da la impresión de que la crisis entre los merluzos es tan gorda que están en guerra abierta y ella le está enseñando los dientes en público, con repercusión mediática incluida. El Felipito claramente está poniéndole los cuernos y la Ortiz y su soberbia infinita no pueden soportar que España entera esté enterada del asunto, porque la fama de puteros de los Borbones es bien conocida. Esto era sólo cuestión de tiempo.
Supongo que Letizia tiene cierta fuerza mientras las botis sean pequeñas, porque quedaría un poco mal divorciar a Felipe y que las nenas se quedaran sin su madre, siendo tan chiquititas.
No me sorprende que Felipe y su entorno ya se hayan cansado de los arranques de ira y de las pataletas de la déjame-terminar. Lo que a este necio en su día le pareció muy exótico - el carácter de sargenta chusquera de la Ortiz - ahora le molesta. Es lo que tiene el amor sin barreras, que se gasta de tanto usarlo. Han pasado de sobetearse en los actos oficiales a no mirarse a la cara.
La crisis matrimonial no va a conseguir sino acelerar la caída de la monarquía. Ahora que pintan bastos para los Borbones con la investigación judicial del yernísimo, incluida la firma de la hijísima en documentos comprometedores, que los merluzos estén a tortas es un obstáculo más.
Estupendo. Todo lo que contribuya a tumbar la monarquía es bienvenido.
SALUD Y REPÚBLICA
La Ortiz se tragaría los cuernos y lo que hiciera falta si le dieran mando en plaza en la Zarzuela, pero después de ocho años ya se ha percatado de que no la van a dejar mangonear, que es casi seguro que su marido no va a reinar y que, en caso de que reinara, tampoco tendría mucho terreno para dar rienda suelta a sus ansias enfermizas de poder.
Se coloca al lado de la ventana en el restaurante para que la vean, está claro.
Da la impresión de que la crisis entre los merluzos es tan gorda que están en guerra abierta y ella le está enseñando los dientes en público, con repercusión mediática incluida. El Felipito claramente está poniéndole los cuernos y la Ortiz y su soberbia infinita no pueden soportar que España entera esté enterada del asunto, porque la fama de puteros de los Borbones es bien conocida. Esto era sólo cuestión de tiempo.
Supongo que Letizia tiene cierta fuerza mientras las botis sean pequeñas, porque quedaría un poco mal divorciar a Felipe y que las nenas se quedaran sin su madre, siendo tan chiquititas.
No me sorprende que Felipe y su entorno ya se hayan cansado de los arranques de ira y de las pataletas de la déjame-terminar. Lo que a este necio en su día le pareció muy exótico - el carácter de sargenta chusquera de la Ortiz - ahora le molesta. Es lo que tiene el amor sin barreras, que se gasta de tanto usarlo. Han pasado de sobetearse en los actos oficiales a no mirarse a la cara.
La crisis matrimonial no va a conseguir sino acelerar la caída de la monarquía. Ahora que pintan bastos para los Borbones con la investigación judicial del yernísimo, incluida la firma de la hijísima en documentos comprometedores, que los merluzos estén a tortas es un obstáculo más.
Estupendo. Todo lo que contribuya a tumbar la monarquía es bienvenido.
SALUD Y REPÚBLICA