“Un paso al frente" es mala con avaricia. Muy, pero que muy mal escrita, algo de lo que ya advierte el autor al comienzo:
Quisiera disculparme de antemano, aunque ya lo he hecho en el prólogo, por mi falta de talento literario la cual espero quede enmendado por la ilusión y la importancia que para mi tiene la difusión de la historia. En caso contrario, jamás me habría arriesgado a adentrarme en espacios y paisajes reservados para los maestros.
Claro que esto lo lee uno después de haber apoquinado los 19 euracos que cuesta (que dan para mucho en Mercadona, oiga).
La falta de talento literario no sería relevante si, verdaderamente, el libro fuera un auténtico libro de denuncia… pero el autor juega a nadar y guardar la ropa escudándose en personajes ficticios que protagonizan los hechos que supuestamente desea denunciar, personajes que de puro caricaturescos hacen difícilmente creíbles dichos hechos.
Y a es que no hay por dónde cogerlos. Por ejemplo, el teniente Conte… tan grotesco, tan peliculero, tan topicazo… que parece sacado de un tebeo o de una película de Chuck Norris. Con decir que secuestra al protagonista lanzándole un dardo envenenado con un dron con forma de mosquito… “Pa mear y no echar gota”, que dicen los castizos.
El protagonista, Guillermo, es el álter ego del autor. Un militar de complemento (no de la escala superior) que uno no se explica muy bien qué es lo que busca en el universo castrense si es un desastre en el aspecto militar: tiene miedo a volar, le dan retortijones en cuanto se preocupa, se mea encima (literalmente) durante un ataque a su convoy…
¿Y qué decir del tal Carlos Aguilar, el profe de matemáticas que se presenta ante el generalote de turno con una camiseta en la que se lee “Catalonia is not Spain” sobre una bandera de Cataluña?
Para no ser cansina voy a omitir hablar de las mujeres de la novela, o del rijoso coronel Navas ...
Y así hasta el aburrimiento. En realidad, es más impactante lo que el autor ha ido contando es las entrevistas que le han hecho que lo que narra en el libro. Hay que reconocer que es una buena operación de marketing la que se ha currado.
Lo dicho: un bodrio. Y en "Código rojo" –que ya no compré pero que me prestaron- no mejora nada.
No puedo opinar de éste libro porque no lo he leído. Cuando lo haga opinaré.
De lo que sí puedo opinar es de "Código Rojo". Me gustó, y de los asuntos que pone por supuesto sin dar nombres reales, sino ficticios, los puedes localizar en google si tienes un poquito de imaginación . Con los datos que da te puedes hacer una idea de quien habla y buscar en internet.
De todas formas lo que importa como dice mi madre es "la sustancia" de la información. Es de agradecer que esté bien escrito, pero interesa sobre todo el contenido.