Poema Hombres necios que acusáisLa frase es de San Juan de la Cruz, siglo XVI, de su obra "Dichos de Amor y de Luz" y la destinataria de su consejo es el alma. Es el dicho 111.
Dichos de Amor y de Luz – OCDS Plaza de España
www.sanjuandelacruz.com
bethania, en compensación por las frases de San Juan de la Cruz, pongo este poema de Sor Juana Inés de la Cruz, del siglo XVII, es impresionante lo lenta que va la civilización en muchos temas y cuanta inteligencia ha habido en mentes priviligiadas adelantadas a su tiempo, esto es femininismo de verdad reivindicando la dignidad de la mujer y no el de pacotilla de Irene Montero y su grupo, feminismo oportunista de salón y únicamente como excusa para vivir de maravilla derrochando nuestro dinero, con cuatro gracietas para provocar y no resolver los verdaderos problemas.
Con quince años aprendía de memoria aparte de las poesías románticas de Becquer, poemas como este y otros mas que me llamaban la atención por la defensa de las injusticias. Saludos.
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?
Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejáos en hora buena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.